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Un año más nos reunimos para estar este rato ante Ante ti, Señor (bis)
Mi alma levantare. (bis)
el Señor-Eucaristía con el único objetivo de pedirle a
Él, que es el dueño de la mies, envié obreros, perso- Ante ti, Señor (bis)
nas dispuestas con su vida y su palabra a hacer pre- Mi alma levantare (bis)
sente el Reino en medio de este mundo un tanto
convulso y complicado que nos ha tocado vivir. Oh mi Dios.
Quizás no peor que otros, pero sí necesitado de ora- Oh mi Dios, confío en Ti, confío en Ti
Yo te alabo Señor,
ción, porque tiempos recios son, que decía la Santa
Yo te adoro Señor, oh mi Dios.
de Ávila.
Yo te alabo Señor
Este año celebra- Yo te adoro Señor, oh mi Dios.
mos como Instituto
Secular los setenta Líbrame Señor (bis)
años de la Consti- de todo peligro (bis)
tución Apostólica Líbrame Señor (bis)
“Próvida Mater de todo peligro (bis)
Ecclesia” de Pio
XII, que dio origen
a los Institutos Se- Salmo 84
culares.
Este salmo es una manifestación entusiasmada del
Damos gracias a Dios por la riqueza del carisma se- encuentro con Dios. Seremos felices si de verdad
cular que fue “una sagacidad del Espíritu”, para vivimos la vida cristiana, llegamos a saborear la
hacer presencia en medio del mundo como fermen- presencia de Dios en nuestra vida y encontramos en
to. Él su fuerza para caminar por la vida, porque desde
Al tiempo que pedimos a nuestro Dios sepamos lo más profundo de nuestro ser brotaría una fuerza
reinventar o adaptar la riqueza de esta doctrina a incontenible que nos haría gritar como el salmista
los tiempos presentes, que seguro no son los de hace “Que deseables son tus moradas ...”, “mi corazón
setenta años. retoza por el Dios vivo” .
Ser hoy verdaderos discípulos de Jesús significa II.- De la carta apostólica Miseria et Misericordia.
también aceptar su propuesta de la no violencia.
Esta —como ha afirmado mi predecesor Benedicto El perdón es el signo más
visible del amor del Padre,
XVI— «es realista, porque tiene en cuenta que en el
que Jesús ha querido revelar
mundo hay demasiada violencia, demasiada injus- a lo largo de toda su vida.
ticia y, por tanto, sólo se puede superar esta situa- No existe página del Evange-
ción contraponiendo un plus de amor, un plus de lio que pueda ser sustraída a
bondad. Este “plus” viene de Dios». Y añadía con este imperativo del amor que
fuerza: «para los cristianos la no violencia no es un llega hasta el perdón. Incluso
en el último momento de su
mero comportamiento táctico, sino más bien un
vida terrena, mientras estaba
modo de ser de la persona, la actitud de quien está
siendo crucificado, Jesús tie-
tan convencido del amor de Dios y de su poder, ne palabras de perdón: “Padre, perdónalos porque
que no tiene miedo de afrontar el mal únicamente no saben lo que hacen” .
con las armas del amor y de la verdad. El amor a
los enemigos constituye el núcleo de la “revolución
cristiana”». Precisamente, el evangelio del amad a Silencio
vuestros enemigos, es considerado como «la carta
magna de la no violencia cristiana», que no se debe La misericordia renueva y redime, porque es el en-
entender como un «rendirse ante el mal […], sino cuentro de dos corazones: el de Dios, que sale al en-
en responder al mal con el bien (cf. Rm 12,17-21), cuentro y el del hombre. Mientras este se va encen-
rompiendo de este modo la cadena de la injusti- diendo, aquel lo va sanando: el corazón de piedra es
cia». transformado en corazón de carne capaz de amar a
pesar de su pecado.
Silencio
• Para que el Papa, los obispos y toda la Iglesia
Cada día de nuestra vida está marcada por la pre- realicen su misión evangelizadora en medio del
sencia de Dios, que guía nuestros pasos con el poder mundo, roguemos al Señor.
de la gracia que el Espíritu infunde en el corazón
• Para que la Iglesia anuncie con valentía la Pala-
para plasmarlo y hacerlo capaz de amar. Es el tiem-
bra de Dios en toda situación, por difícil que sea,
po de la misericordia para todos y para cada uno,
roguemos al Señor.
para que nadie piense que esta fuera de la cercanía
de Dios y de a potencia de su ternura. • Para que los laicos cristianos sean fermento de la
fuerza evangélica en medio del mundo, rogue-
mos al Señor.
Silencio
• Para que Dios Padre, dueño de la mies, envíe
abundantes vocaciones a su Iglesia para el servi-
La Iglesia necesita anunciar hoy esos “muchos sig- cio pastoral de sus hermanos, roguemos al Se-
nos“que Jesús realizó y que no están escritos, de ñor.
modo que sean expresión elocuente de la fecundi-
dad del amor de Cristo y de la comunidad que vive • Para que siempre haya corazones jóvenes, dis-
de él. Han pasado más de dos mil años y sin embar- puestos a seguir la llamada de Dios y a entregar-
go, las obras de misericordia siguen haciendo visi- se generosamente para el bien de los hombres,
ble la bondad de Dios. roguemos al Señor.
PRECES
A ti, Señor,
nos dirigimos con confianza.
Hijo de Dios,
enviado por el Padre
a los hombres Canto final: Somos un pueblo que camina.
de todos los tiempos
Somos un pueblo que camina,
y de todas las partes
y juntos caminando podremos alcanzar
de la tierra,
otra ciudad que no se acaba,
te invocamos
sin penas ni tristezas: ciudad de eternidad.
por medio de María,
Madre tuya y Madre nuestra:
Somos un pueblo que camina,
haz que en la Iglesia
que marcha por el mundo buscando otra ciudad.
no falten las vocaciones,
Somos errantes peregrinos
sobre todo
.en busca de un destino de unidad.
las de especial dedicación
Siempre seremos caminantes, pues, solo caminan-
a tu Reino.
do,
podremos alcanzar otra ciudad que no se acaba,
Jesús, único Salvador del hombre,
sin penas ni tristezas: ciudad de eternidad.
te rogamos
por nuestros hermanos y hermanas
que han respondido "sí" Sufren los hombres mis hermanos,
a tu llamada al sacerdocio, buscando entre las piedras la parte de su pan.
a la vida consagrada y a la misión. Sufren los hombres oprimidos,
Haz que su existencia los hombres que no tiene paz ni libertad.
se renueve de día en día, Sufren los hombres mis hermanos, más tu vives
y se conviertan en Evangelio vivo. con ellos,
y en ti alcanzarán otra ciudad que no se acaba,
Señor misericordioso y santo, Sin penas ni tristezas: ciudad de eternidad.
sigue enviando
nuevos obreros Danos valor para la lucha,
a la mies de tu Reino. valor en las tristezas, valor en nuestro afán.
Ayuda a aquellos que llamas Danos la luz de tu palabra,
a seguirte en nuestro tiempo: que guie nuestros pasos en este caminar.
haz que, contemplando tu rostro, Marcha, Señor, junto a nosotros, pues solo en tu
respondan con alegría presencia,
a la estupenda misión podremos alcanzar otra ciudad que no se acaba,
que les confías sin penas ni tristezas: ciudad de eternidad.
para el bien de tu pueblo
y de todos los hombres. Dura se hace nuestra marcha,
andando entre las sombras de tanta oscuridad.
Tú, que eres Dios, Todos los cuerpos desgastados,
y vives y reinas ya sienten el cansancio de tanto caminar.
con el Padre y el Espíritu Santo Pero tenemos la esperanza de que nuestras fatigas
por los siglos de los siglos. al fin alcanzan otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas: ciudad de eternidad.
Amén.
HORA SANTA VOCACIONAL
Amén.