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1.1.
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Eldogm a centralde todas las neurociencias es que lo que habitualm ente llam am os
m ente consiste en una serie de funciones realizadas por elcerebro. La acción del
cerebro es subyacente a toda conducta, no solo a las conductas m otoras
relativam ente sim ples, tales com o andar y com er, sino a todos los actos cognitivos
com plejos que asociam os con la conducta específicam ente hum ana com o por
ejem plo pensar, hablar, actuar, realizar obras de arte, hacer un juicio m oral, sentir
culpa, ansiedad o depresión, etc. De acuerdo a esta visión, los trastornos del
com portam iento que caracterizan a la enferm edad m ental, son en últim a instancia,
alteraciones de la estructura y/o la función cerebral.
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1.2.
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La neuropsicología posee una dim ensión teórica y otra aplicada.
• Los clásicos test, algunos de ellos tom ados de la psicom etría tradicional, pero
interpretados a la luz de estos nuevos conocim ientos. Com o ejem plo
podem os m encionar las escalas de inteligencia de W eschler, que si bien
surgen en elám bito de la psicom etría, las versiones m ás actuales (W A IS IV,
W ISC IV que han abandonado los clásicos conceptos, por ejem plo elim inando
elcálculo de los CIV y CIE, y reem plazándolos por índices)han adoptado los
conocim ientos actuales de la neuropsicología tanto en su estructura com o en
la interpretación de sus resultados.
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• Otros test, que han surgido específicam ente delconocim iento
neuropsicológico, com o por ejem plo elTest de Clasificación de Tarjetas de
W isconsin, elTest de Stroop, TrailMaking Test, etc.
Por ejem plo, sabem os que un niño que padece Dislexia, que es un trastorno
específico delaprendizaje, tiene una alteración cerebralfuncional(NO se produce
por causas em ocionales, com o tantas veces nos dijeron… ). Sin em bargo, un
adecuado tratam iento neurocognitivo, que contem ple no solo las fallas en la lectura,
sino tam bién las funciones cognitivas subyacentes a las m ism as, y la reorganización
de los circuitos cerebrales alterados, podrá, recuperar esta alteración. Trabajando con
la suficiente intensidad, frecuencia y am plitud de abordaje, y a la edad apropiada (en
elperíodo crítico)podrá de acuerdo a la severidad de la alteración recuperarse
totalm ente. O en elpeor de los casos, m ejorar sensiblem ente su nivelde
funcionam iento, increm entando su precisión y fluidez lectora.
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3. Com o área aplicada de trabajo, en eldiseño e im plem entación de
procedim eitnos rem ediales y rehabilitativos en elcaso de patología delsistem a
nervioso.
A ctualm ente, a pesar de que existe acuerdo en que elindividuo es un com plejo bio –
psico – social, existe tam bién gran dificultad en asim ilar dichos avances,
particularm ente en elcontexto de la práctica asistencial, m édica y psicológica.
Se observa incluso, que las consultas clínicas que realizan de un m odo dicotóm ico y
diferenciado (Mías, 2001). Por ejem plo, cuando se trata de patologías que afectan
diferentes aspectos de la vida de los pacientes (afectiva, social, intelectual, etc.)se
considera que se está frente a problem as psicológico – psiquiátricos (según su nivel
de gravedad), o bien orgánico – neurológicas si se trata de afecciones som áticas
dem ostrables. Sin em bargo, es m uy frecuente encontrar pacientes con diagnósticos
parciales que no encuadran en un disciplina, con problem as de dudoso diagnóstico,
con anom alías que se observan por sus consecuencias, con pacientes que son
abordados por varios profesionales sim ultáneam ente, que no acuerdan en un
diagnóstico, o bien, con superposiciones diagnósticas.
En este sentido, la neuropsicología com o disciplina, perm ite una concepción integral
delsujeto, alabordar la interacción entre elcerebro y la conducta, considerando que
dicha interacción que se produce en un contexto o am biente, y está m ediada por el
aprendizaje (Mías, 2001).
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infancia la plasticidad cerebrales m ayor, y aún m ás en los períodos críticos (que son
diferentes para cada región , estructura y función), y luego va dism inuyendo
paulatinam ente, pero nunca desaparece por com pleto.
Existen diversos m ecanism os cerebrales que perm iten explicar esto, com o cam bios
en la eficiencia de la transm isión sináptica, potenciación a largo plazo y activación de
sinapsis silentes, form ación de nuevas redes, estructuras y funciones, arborización
dendrítica, y aún proliferación neuronal.
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1.3.
Elinterés por esta área de conocim iento no se lim ita alneurólogo y alpsicólogo, sino
que se extiende a diversas áreas cercanas de trabajo, com o la psiquiatría, la
neurocirugía, la rehabilitación, la psicopedagogía, la gerontología, la fisioterapia, la
fonoaudiología, la psicología deldesarrollo.
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• Los defectos cognoscitivos que se producen junto al envejecim iento norm al
y en particular, alenvejecim iento patológico en caso de dem encias, reciben
cada vez m ás atención especializada. De acuerdo con la OMS, se calcula que
el6% de las personas m ayores de 65 años, 12-15% de las personas m ayores
de 75 años y cerca del40% de las personas m ayores de 85 años presentan
una dem encia causada por una u otra etiología. Elgeriatra y elneurólogo
participan en eldiagnóstico y m anejo de los pacientes seniles y con
dem encia, pero se requiere tam bién la intervención delneuropsicólogo para
llevar a cabo eldiagnóstico diferencial, la evaluación cognitiva y elm anejo del
paciente, im plem entándose tanto procesos restaurativos com o
com pensatorios.
Para ejem plificar lo anterior, H errera Pino, et. al.(2005), m encionan entre las
funciones de un terapeuta neurocognitivo (que en este contexto, puede equipararse
alquehacer delneuropsicólogo), las estructuras, circuitos y funciones que se podrían
trabajar en las diferentes patologías.
Por ejem plo, m encionan estos autores, que en los trastornos de ansiedad, el
terapeuta neurocognitivo buscará reducir la hiperactividad de la am ígdala, m ediante
diferentes estrategias que tiendan a increm entar la actividad de las áreas
prefrontales que controlan la actividad am igdalina: orbitofrontal, dorsolateraly
cingulado, que adem ás tienen controlsobre diferentes procesos neurocognitivos. A
su vez, para lograr este increm ento de actividad, existen num erosos tipos de
intervenciones.
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• En algunos países, la actividad delneuropsicólogo ha influido notablem ente
en casos de carácter legal. Q uienes llevan a cabo actos delictivos son
som etidos cada vez m ás a una rigurosa evaluación neuropsicológica, a la que
se considera un elem ento esencialen cualquier decisión de tipo legal. De
m anera sim ilar, las decisiones sobre responsabilidad civily capacidad laboral
pueden requerir elconcurso de profesionales de la neuropsicología, que en
estos ám bitos tienen grandes perspectivas (A rdila, 2007).
Y podríam os continuar extensam ente con la nóm ina de grupos sociales y ám bitos de
intervención delneuropsicólogo. ¿Porqué sucede esto? Porque las neurociencias
constituyen un nuevo paradigm a, un “m etam odelo” (H errera Pino, et.al., 2005), que
puede ser aplicado en cualquier disciplina que tenga com o objeto de estudio a la
persona sola o en relación con otras, incluso en áreas de estudio tan aparentem ente
disím iles com o la econom ía, la pedagogía, los recursos hum anos, etc., y no se
restringe exclusivam ente a las disciplinas que se ocupan de la salud hum ana.
Para ejem plificar adecuadam ente todo esto, les recom iendo ver los videos 1 a 6 en el
siguiente enlace: http ://w w w .youtub e.com /w atch?v=H w ftAEfp 5Nk
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1.4.
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f) elvalor predictivo de la evaluación neuropsicológica es m ucho m enor en el
niño, puesto que existe una disociación tem poralentre elsíntom a y la noxa
que provocó la lesión.
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1.5.
M OD ELO D E LURIA
Plantea que las funciones m ás básicas y elem entales puede recibir una localización
exacta en elcerebro, sin em bargo, cuando hablam os de funciones superiores,
estam os frente a sistem as funcionales com plejos.
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Por ejem plo, de m anera m uy sim plificada podem os decir que elsistem a funcional
com plejo a cargo de la atención funciona así:
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Existen tam bién otras estructuras que participan delproceso atencional, sin
em bargo, este esquem a sim plificado es útilpara com prender elconcepto de
SISTEMA FU NCIONA L COMPLEJO. Dado que cada una realiza su aporte, una
lesión/disfunción de alguna de estas áreas producirá distinto tipo de alteración en la
función atencional. A su vez, cada una puede participar de otros sistem as funcionales
com plejos (por ejem plo elhipocam po participa tam bién en la m em oria, la corteza
prefrontales crucialpara las funciones ejecutivas, etc.).
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de una especialización relativa, ya que ninguno de los hem isferios tiene
dom inio único y absoluto sobre una función).
Otro aspecto destacable, es que para esta unidad, ellenguaje, constituye elprincipal
organizador, cum pliendo una función de regulación de la actividad conciente y la
conducta.
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Siguiendo elejem plo de atención propuesto podem os decir que si querem os prestar
atención para realizar la lectura de esta clase, en prim er lugar debem os contar con un
grado de activación cerebral(vigilancia)que nos perm ita procesar los estím ulos que
recibim os. Este estado nos lo proporciona la form ación reticular ascendente (prim era
unidad funcionaldelcerebro). Para poder leer, necesitam os procesar estos estím ulos
que recibim os por vía visual(segunda unidad funcional, áreas prim arias),
reconocerlos para poder leer (este reconocim iento recibe elnom bre de gnosias, y
está a cargo de las áreas secundarias de la segunda unidad funcional), y com prender
lo leído (lo que im plica asociación a conocim ientos previos, abstracción, etc. a cargo
de las áreas terciarias de la segunda unidad funcional).
M OD ELO D E M ESULAM
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a)U n sistem a jerarquizado que contiene tres niveles funcionales subordinados: un
nivelsensorio m otor (la plataform a de llegada), un nivelgnósico – práxico (de
reconocim iento unim odal)y un nivelde sim bolización (polim odal, de asociación
interm odal).
c)Dos sistem as paralelos de m em oria y em oción, que interactúan con cada uno de
los niveles.
1. Canales sensoriales: por ej.visual, auditivo, som atosensitivo, etc, que perm iten el
ingreso de inform ación proveniente delm edio interno o externo.
B. Sistem a de salida de la inform ación: desde elSNC hacia la periferia se utilizan vías
diferentes a las de entreda pero estructuras jerárquicam ente de form a sim ilar. El
m ovim iento de planifica a nivelde los sistem as práxicos parietales y
frontosubcorticales (es decir, de conexión entre ellóbulo frontaly estructuras que se
encuentran debajo de la corteza cerebral)y se envía la inform ación hacia elárea
m otora prim aria, que es la plataform a de salida delsistem a cerebral(sensorio –
m otor).
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de conductas propuestas y actuales), la organización secuencial(m antener y dirigir
unidades de inform ación en un orden adecuado)y la iniciativa (que energiza toda
actividad, m ovim iento, lenguaje y pensam iento):
D. Sistem as m nésicos: tienen com o unidad centralelhipocam po, aunque tam bién
existen otros sistem as m nésicos (los estudiarem os en elm ódulo correspondiente):
E. Sistem a em ocional: con un rolcentralde las áreas lím bicos y paralím bicas, que
estructuran elcom ponente afectivo, funcionando en paralelo con cada uno de los
niveles funcionales, facilitando o inhibiendo la actividad de los m ism os.
Com o puede verse, am bos m odelos ofrecen un m odo sim ilar de explicación del
funcionam iento cerebral. Existen m uchos otros m odelos, pero los precedentes son
los que m ayor uso tienen en la actualidad, por su pertinencia tanto para la evaluación
com o para la rehabilitación neuropsicológica.
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Elconcepto de especialización hem isférica señala que existe una participación
diferente de cada hem isferio en la organización de las distintas funciones cognitivas.
En 1877 Brow n – Sequard le asignó elcalificativo de hem isferio “dom inante” al
hem isferio contralaterala la m ano preferida, aquelque m aneja las funciones
lingüísticas. La predom inancia delhem isferio izquierdo y sus características com o
hem isferio “m ayor” fueron reforzadas posteriorm ente por Liepm ann, Dejerine y
H enschen aldefinir, respectivam ente, las praxias, la lectura y elcálculo com o
funciones asociadas con elH I.
ElH D fue considerado durante décadas com o el“hem isferio no dom inante”, a pesar
de las dem ostraciones de Jackson desde 1876 sobre su im portancia en la
organización de las habilidades espaciales. Después de la Segunda G uerra Mundialse
publicaron num erosos trabajos que dem ostraron la superioridad delH D en
habilidades espaciales, m usicales, em ocionales y atencionales, y se reconoció la
función interactiva y com plem entaria de los dos hem isferios en eldesarrollo y
realización de distintas form as de cognición. Se aceptó que elH Ino siem pre es
dom inante para ellenguaje y que no necesariam ente la dom inancia m anualy el
lenguaje tienen la m ism a representación hem isférica.
Las asim etrías cerebrales no constituyen fenóm enos de “todo o nada”, sino que se
considera un fenóm eno gradual, en elque un hem isferio predom ina sobre elotro en
elcontrolde una determ inada función pero éste no se le puede adjudicar de form a
exclusiva y absoluta a ese hem isferio. Incluso durante eldesarrollo cognitivo delniño
la predom inancia de un hem isferio sobre elotro se m odifica en función de la
experiencia y elsexo delniño
1. A sim etrías neuroanatóm icas: Existe una serie de diferencias anatóm icas entre los
hem isferios, esto im plica que son estructuralm ente asim étricos. A síencontram os:
• Elplano tem poral, que se encuentra junto alárea auditiva prim aria
(circunvolución transversa de H eschl)tiene m ayor tam año en elH Ien
aproxim adam ente el65% de los sujetos, m ientras que la circunvolución de
H eschl, pero no elplano tem poralpresenta increm ento en elH D.
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• Mayor núm ero de pliegues en elopérculo frontalizquierdo que en elderecho.
• Otros autores tam bién encontraron asim etría en la decusación de los tractos
piram idales: en 83% de los casos eltracto piram idalprocedente delH Ise
decusa a niveldelbulbo raquídeo antes que la ram a procedente delH D.
3. A sim etrías visuales: La inform ación visualque cae sobre cada cam po visualse
proyecta sobre la corteza visualcontralateral.
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reconocer rostros no fam iliares, m em orizar rostros que presentan un
contenido em ocionaly discrim inar fotografías en posición invertidas.
4. A sim etrías som estésicas: Los estudios son relativam ente escasos, aunque
dem ostrarían la superioridad delH D en la percepción de form as.
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PRINCIPALES ALTERACIONES NEUROPSICOLÓ G ICAS OB SERV AD AS
EN CASO D E LESIONES D E LOS H EM ISFERIOS D ERECH O E IZQUIERD O
(ARD ILA,2007)
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Es frecuente que la enseñanza escolar ( y de nivelsuperior tam bién en m uchos casos)
se sustente en aprendizajes verbales y m em orísticos, controlados principalm ente por
elH I, m ientras que los de tipo visuoespacial, m anipulativo y vivencial, controlados
por elH D, resulten descuidados (Mías, 2001). Vem os asíque los sistem as de
enseñanza tienen m ás en cuenta los apredizajes que fom entan la actividad de H I,
negando la posibilidad de instrum entar estrategias propias delH D en la resolución
de problem as.
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Aritm ética Dificultad en elcorrecto Dificultades para el
reconocim iento de los cálculo m ental.
sím bolos aritm éticos. Dificultades para
Dificultad para resolver encolum nar cantidades,
problem as aritm éticos para com prender
expresados verbalm ente. conceptos de todo –
Dificultad para utilizar parte, para razonam iento
estrategias verbales. geom étrico.
Por ejem plo, los aspectos sem ántico (de significados)y sintáctico (reglas
gram aticales)dellenguaje, están bajo elcontroldelH I. Sin em bargo los aspectos
gestuales y prosódicos (m elodía, ritm o, inflexión de voz, etc.)están bajo eldom inio
delH D. En una conversación norm alam bos aspectos se dan de m anera
indiferenciada, y la participación de am bos hem isferios se va alternando de m anera
arm ónica. Sin em bargo, frente a una alteración neuropsicológica específica que
involucra un hem isferio en particular, eldéficit se hace evidente.
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verbaltienen su asiento en elH I, m ientras que los de naturaleza visuoespacialtienen
su asiento en elH D.
Tam bién ciertos síntom as conductuales tienen com o característica una desinhibición
o una m odalidad excitatoria de las neuronas de un área de alguno de los hem isferios
en particular.
Otro claro ejem plo es elde una patología recientem ente conceptualizada en la
infancia, elTrastorno de A prendizaje No Verbal(TA NV). A quíeltrastorno es
específico delH D, y presenta com o características las dificultades visuoespaciales y
visuoconstructivas, de orientación espaciqal, problem as para dibujar, carencia de
im ágenes de conjunto , disfunción ejecutiva, problem as de atención y m em oria
visual, pobreza en la prosodia y la pragm ática de la com unicación, dificultades en la
percepción social, en eljuicio social, para com prender e interpretar gestos y
com unicación no verbal, tendencia a la ansiedad y depresión… … Y cuántos de estos
niños reciben un diagnóstico incorrecto!Y un tratam iento inadecuado!
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