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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR

FACULTAD DE MEDICINA
ESCUELA DE MEDICINA

ESCUELA: Medicina CARRERA: Medicina ESTUDIANTE: José Daniel


López
NIVEL: 4 PARALELO: 6 ASIGNATURA: Antropología
PROFESOR: Alexis DESCRIPCIÓN: Resumen del libro “Conceptos clave de
Rivas antropología médica en Terapia Ocupacional”
FECHA: 2019-04-14 TEMA: Teoría de la Antropología Médica

La enfermedad no afecta a un individuo, sino a un sujeto, es decir, a una configuración


social de relaciones. Por ello, existen dos tipos de enfermedades las cuales son illness
se refiere a la experiencia de la enfermedad, y que es diferente de la enfermedad
entendida como disease. Las categorías con las que se conceptualiza la enfermedad
son parte de un sistema de conocimientos médicos. Uno de los aspectos importantes
de la antropología médica es el sentido que incluye siempre formas simbólicas,
códigos, normas, nociones, valores o representaciones que son de naturaleza social y
que preceden al individuo.
Los procedimientos que el sentido y el conocimiento desencadenan no buscan un
mismo fin, el conocimiento de lo ocurrido, aunque en líneas causales diversas. El
conocimiento reclama son busca la causalidad mediante las preguntas ¿qué es?,
¿cómo es? ..., y el sentido demanda significado por las cuestiones de ¿por qué a mí?,
¿por qué ahora? ... . Responder a cuestiones de conocimiento y a cuestiones de
sentido implica el recurso a articulaciones ideológicas diferentes. Estas cuestiones no
se conocen, ni se conocerá nunca, de un golpe toda la realidad. La forma en la que
cada uno de estos conjuntos ideológicos se relaciona con la realidad y responde a ella
es también particular. Cada uno de los sistemas de conocimiento o de sentido supone
un género de actividad o un tipo de eficacia distintos.
Para analizar los procesos de salud, enfermedad y cuidados desde una perspectiva
antropológico-social, preocupada por las experiencias de los sujetos, es preciso
contemplar dos dimensiones diferentes en toda actuación relativa a la enfermedad.
Uno de ellos es la eficacia técnica que son los dispositivos que entienden y tratan la
enfermedad como acontecimiento físico u objetivo. El otro es la eficacia simbólica que
son los dispositivos que entienden y tratan la enfermedad en tanto que entidad
significativa. Un ejemplo de eficacia simbólica es un canto de los indios cuna que se
supone que era utilizado en algunos excepcionales casos en que se producían
dificultades en un parto. Este es un modo en que el propio chamán entiende el
concepto en la que la mera manipulación psicológica desemboca en la curación. Los
dispositivos simbólicos actúan como una cura que atiende no a las dimensiones físicas
del problema, sino al modo en que afecta al sujeto.
La autonomía simbólica de la enfermedad se trata a que la enfermedad tanto en la
experiencia (illness) es un fenómeno de un nivel diferente de realidad al de la
enfermedad (disease). Aunque relacionada de diversas formas con el acontecimiento
físico, la experiencia es relativamente autónoma de él. La experiencia obedece a
condiciones, determinantes y dinámicas específicas, que son socio-subjetivas e
históricas. El ejemplo de esto puede ser el tarantismo que resulte no ser una
enfermedad sino un fenómeno histórico-social.
La corriente interpretativa de la antropología social fija su visión en la realidad social y
del modo que debe ser estudiada en el carácter significativo de la acción social. La
antropología social se considera un saber comprensivo, más cercano de las
humanidades que de las ciencias propiamente dichas. Se han propuesto, en este
sentido, conceptos y métodos adecuados para la interpretación de los significados
constitutivos de las experiencias.
Uno de ellos son las "redes semánticas" que se proponen como un instrumento para
dar cuenta de los significados de las categorías lingüísticas de enfermedad. En un
conjunto de palabras, experiencias y sentimientos asociados entre sí que el discurso
mismo manifiesta. A través de redes de palabras, valores, creencias y sentimientos.
Como puede ser cuando se trata del término (namahatiye qalb) utilizado por miembros
de la sociedad en diferentes circunstancias, con el que se refieren a distintos síntomas
que son un aumento de pulsaciones, palpitaciones, taquicardias. La relación de todos
estos casos indica un amplio tipo de situaciones sociales y sentimientos que en la
perspectiva de los sujetos de la comunidad están asociados al mal de corazón. La
experiencia de enfermedad está organizada significativamente y se expresa con
particular amplitud e intensidad en los discursos de los sujetos.
Las otras son las narrativas de enfermedad que son relatos que, de la vivencia, el
tratamiento y las consecuencias de su enfermedad forman a los sujetos. Estas
narraciones pueden tratarse como mecanismos simbólicos de reorganización de la
vida y la identidad de los individuos implicados. Todas las enfermedades suponen
pérdidas existenciales y retos morales para quienes las padecen o para las personas
más cercanas. Para la antropología médica, las narraciones de enfermedad no son ni
se interpretan como historias clínicas, sino como cuentos morales. Las narraciones, en
efecto, aportan datos sobre realidades que de manera diversa están asociadas a la
enfermedad. El sujeto que narra públicamente su caso expone su conducta (cómo
sufrió y padeció, cómo atendió, cómo ayudó, etc.), y se expone a sí mismo a la
consideración y al reconocimiento de los otros con las alternativas de su validación o
sanción pública.
Los símbolos culturales como son las palabras y los discursos actúan en estas
circunstancias sobre un trastorno emocional y social buscando conseguir su
reparación. En otros casos, se plantea que en la mayor parte de los casos conocidos
no se trata de cuidados de enfermedad, sino de fenómenos de socialización y
expresión religiosas. El simbolismo responde a la supuesta necesidad básica,
universal, de un orden conceptual que fundamenta la vida social y la subjetividad.
El sufrimiento es también la presencia de la aleatoriedad, de la desolación y el terror.
La enfermedad afecta, de manera amplia y multiforme, a una organización de la
sensibilidad, y lo que se activa en ese caso es una puesta en forma del malestar en
ese mismo nivel de lo sensible. La perspectiva antropológico-social procurarán captar
las sensibilidades comprometidas por la enfermedad.
Al cuerpo no se lo consideran únicamente como entidad solo natural, sino como un
constructo en buena medida sociocultural. El cuerpo es un objeto físico que se ofrece
a múltiples lecturas culturales que lo construyen diferencialmente como imagen,
representación o símbolo. Se busca entender al cuerpo como operador sociocultural, y
no como mero objeto de operaciones sociales y culturales, y como mediador de
experiencia socio-subjetiva.
Mi cuerpo (el cuerpo que vivo o que habito) es, antes que un objeto exterior que se me
ofrece en la experiencia, el lugar y la puerta de entrada a partir del que toda
experiencia me es posible. El cuerpo es un operador activo del mundo, pero él mismo
puede funcionar, así en tanto que es producto de las articulaciones sociales.
A partir de esto, se da la posición doble del cuerpo como producto y productor del
mundo social. Toda actividad corporal sea una técnica quiere decir que toda actividad
corporal (andar, correr, etc.) es producto del aprendizaje. La conjunción de la
perspectiva subjetivista y vivencial del cuerpo vivido y de la perspectiva objetivista que
se interesa por la constitución social de las vivencias corporales se revela y despliega
en los usos que se ha hecho del concepto de habitus. El habitus se refiere al sistema
de disposiciones (a actuar, hablar, percibir, pensar) incorporadas con el que, o a través
del que, todo ser humano se instala en el mundo, siente, percibe, actúa en él y lo
transforma. Sin embargo, no hay un solo habitus en un sujeto, sino que las diversas
posiciones sociales que un mismo agente social ha ocupado y ocupa en unos u otros
mundos sociales (familiares, de amistad, profesionales, etc.), generan diversos
habitus.
El campo de las emociones, entendido menos como un ámbito privado e íntimo que
como un compuesto de cognición y afectos, es decir de moralidad pública e ideología,
permite vincular mente, cuerpo, individuo, sociedad y cuerpo político. La articulación
continuada del ser-en-el-mundo es el conjunto de disposiciones (habitus) con el que se
habita el mundo, con el que se percibe, siente, concibe y actúa en ese mundo. La
enfermedad vivida (illness) "des-arregla" en ese nivel, no el organismo ni el orden
simbólico-conceptual, sino el ser-en-el-mundo.

La aproximación antropológico-social que atiende a las diferencias socio-culturales se


plantea si los problemas relativos al encuentro-desencuentro entre experiencia de
enfermedad y conocimiento e intervención biomédicos no radica en muchos casos en
la diferencia de nociones de persona que subyacen a ambas perspectivas pero que
tienen puntos de vista culturalmente específicos.
Por esa razón, se busca otras terapias u otras personas como la "medicina" ndembu
que reconoce síntomas y distingue entre diagnóstico y terapia. Pero persigue poner en
relación los malestares con la persecución que el sujeto afectado sufriría por parte de
sombras ancestrales o de hechiceros envidiosos. La noción de una persona de los
ndembu ve como un conjunto de partes separables, órganos, sustancias, etc. que
remiten a las distintas filiaciones, vinculaciones y membresías del sujeto.
Los acontecimientos que ocurren en el cuerpo se leerán y se experimentarán desde
esta óptica social, del mismo modo que las intervenciones se llevan a cabo
directamente sobre un ámbito así definido. La racionalidad de las conductas se refiere
siempre a una noción de la persona y a nociones relacionadas, como la de riesgo, que
articulan la experiencia de los sujetos.
En conclusión, a mi parecer estos diversos tipos de perspectivas que puede abarcar la
antropología médica, que va más allá de la biomedicina, ayudan a lograr una mayor
globalización en lo que respecta al sujeto o paciente. De esta manera, se puede llegar
a tener una vista periférica de todo podría afectar a una persona tanto en lo
psicosocial, cultural por lo que nosotros llegaríamos a un diagnóstico certero y
mediante esa formulación podríamos dar un tratamiento que no se basará únicamente
al cuerpo, en el sentido físico, sino que iríamos más allá al buscar un bienestar en la
persona que abarca a todo su entorno y todo su ser. Acotando a que cada capítulo
mostraba como ver al ser humano desde un sentido completamente diferente al que
comúnmente se usa que es el de un ser completo que está lleno de emociones,
experiencias, símbolos, nociones, mecanismo de expresión y un conjunto de un todo
que hace a cada uno un ser especial.
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR
FACULTAD DE MEDICINA
ESCUELA DE MEDICINA

ESCUELA: Medicina CARRERA: Medicina ESTUDIANTE: José Daniel


López
NIVEL: 4 PARALELO: 6 ASIGNATURA: Antropología
PROFESOR: Alexis DESCRIPCIÓN: Ensayo Primer Parcial
Rivas
FECHA: 2019-04-14 TEMA: Enfermedad del Kuru

Kuru es una enfermedad priónica humana adquirida que afecta principalmente


al grupo étnico Fore de las Tierras Altas del Este de Papua, Nueva Guinea. La
característica clínica central del kuru es la ataxia cerebelosa progresiva. Su
característica central es la conversión postraduccional de la proteína priónica celular
codificada por el huésped a una isoforma anormal, denominada PrP Sc. Una evidencia
sustancial indica que una isoforma de PrP anormal es el único componente del agente
infeccioso transmisible o prión. Las enfermedades causadas por priones humanos son
biológicamente únicas porque el proceso de la enfermedad se puede desencadenar a
través de mutaciones hereditarias de la línea germinal en el gen de la proteína priónica
humana, infección (por inoculación o por exposición alimentaria que fue la causante en
la tribu Fore) con tejido infectado por priones.
Kuru que significa “temblar de miedo” que afectaba, en su mayoría, a los niños, niñas y
las mujeres, los primeros signos eran una pequeña falta de coordinación y
acompañado con una ligera cojera al caminar. Al pasar los meses, los afectados
comienzan a perder la capacidad de ser independientes debido a su incapaz de andar
por si solos hasta el momento en el que se vuelven discapacitados y ya no pueden
andar. La esperanza de vida de las personas infectadas era de aproximadamente
unos nueve meses.
Al principio de la investigación para dar a conocer la causa de la enfermedad, los
investigadores pensaban en alguna causa que se basaba en lo meramente biológico,
el cual es un problema del paradigma biomédico, como son la parte endócrina o
genética en base a la mal nutrición o sustancias tóxicas, pero ninguna de ella resulto
ser la correcta. A causa de esto, los investigadores, finalmente, fueron más allá de los
estrictamente biológico y pensaron en su entorno que sería lo social, cultural y en las
creencias de aquella tribu. Al pensar en ello, descubrieron que la causa de su
enfermedad era que ellos eran antropófagas.
Su antropofagia se descubre desde la perspectiva de la antropología ya que se buscó
la causa de la enfermedad en lo que le rodea y es el ser humano, su entorno tanto
social como psicológico, en el que abarca sus creencias, rituales y estilos de vida. Al
ser desde la perspectiva antropológica se podría decir que este tipo de acciones para
esa tribu son normales hasta el punto de que son ley pero para nosotros no lo es y
esto se debe al entorno social de esta tribu ya que desde que ellos sus más lejanos
recuerdo se realizaba esta práctica para venerar a sus familiares muertos. Esto no es
más que una vía de influencia del entorno sociocultural que es mediante la mediación
de éste en las prácticas, hábitos y comportamientos asociados a la causa de
enfermedades, como es la relación existente entre pautas higiénicas y exposición a
microorganismos que producen patologías como en este caso el kuru.
Como Martínez (2015) dice que si había un individuo que no hacía este ritual,
significaba que ha transgredido un ritual y a causa de esto es objeto de maldición, por
ello, se encuentra plenamente convencido de que fallecerá por algún motivo, ya que
su tradición cultural sanciona esta idea y ha generado una fuerte convicción
irrevocable de este desenlace. A partir de ese momento se convierte en un sujeto
condenado. Queda aislado del resto del grupo que, anticipándose a su fallecimiento
efectivo, puede llegar a realizar honores fúnebres en su nombre. Su personalidad
social queda borrada del mundo de los vivos y su presencia física considerada un
peligro, ya que ha quedado inscrito en el mundo de los espíritus y los muertos. Lo cual
era muy común en tribus y hasta en nuestras mismas sociedades.
A partir de eso, se identifica que la antropofagia significa que solo comían de otras
personas cuando estas ya habían muerto. Provenía por la creencia de que al comerse
a sus familiares que había fallecido se lo veneraba en señal de respeto en los tiempos
funerarios lo cual se podría decir que era una antropofagia por amor. En el momento
de la repartición de los órganos para ser comidos, a los hombres se les entregaba las
partes más “dignas” para ellos que eran los músculos, en cambio a las mujeres y a los
niños se le daba el resto de órganos sobrantes que eran el cerebro, páncreas, riñón,
hígado e intestinos.
La enfermedad se transmitía cuando las personas comían los cerebros de los
fallecidos, entonces cuando estas personas infectadas con el kuru morían se realizaba
el mismo tipo de rito y de eso manera la enfermedad se esparcía por toda la tribu.
Además, creían que era una muerte en la que terminabas sonriendo porque los
afectados morían con una sonrisa en su rostro, pero en realidad era porque sus
músculos se tensaban tanto que parecían una sonrisa. Al enterarse los miembros de la
tribu que la enfermedad se da por la antropofagia, ellos dejaron de realizar ese ritual,
terminando con la transmisión.
Un grave problema de la investigación fue la búsqueda de la causa de la enfermedad
en lo que es simplemente biológico, ya que un individuo no se caracteriza solamente
por esto sino también por la relación social, su cultura y sus símbolos porque nosotros
nacimos para ser entes sociales. Lo que sí es seguro es que se debe mejorar la
perspectiva del médico y del investigador, al tratar de diagnosticar una enfermedad o
problema que tenga una persona o una población, puesto que nuestro enfoque debe
abarcar todo lo que le rodea a la persona en cuestión y de esa manera poder tener un
enfoque más claro y llegar a un diagnóstico más certero.
Foto tomada de Kuru: Genes, Cannibals and Neuropathology el 12 de abril de 2019
de: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5120877/figure/F1/

Bibliografía:
 Liberski, P., Sikorsha, B., Lindenbaum, S., Goldfarb, L., McLean, C.,
Hainfellner, J., & Brown, P. (2016). Kuru: Genes, Cannibals and
Neuropathology. Recuperado 10 abril, 2019, de:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5120877/
 Wadsworth, J., Joiner, S., Linehan, J., Asante, E., Brandner, S., & Collinge, J.
(2008). The origin of the prion agent of kuru: molecular and biological strain
typing. Recuperado 10 abril, 2019, de:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2581656/
 Rivas, A. (2019). Paradigma biomédico, paradigma biopsicosocial y otros.
Material no publicado.
 Martínez, A. (2015). Título del capítulo o la entrada. En Buxó, M,(Ed.),
Antropología Médica Teorías sobre la cultura, el poder y la enfermedad (pp. 45-
81). Madrid: Anthropos.
 Kuru - A medical detective story – Trailer. Australia's Science Channel
(Director). (2010). [Video] YouTube.
 El Kuru, anibalismo de amor. Jurliki2 (Director). (2012). [Video] YouTube.

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