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GUERRA MUNDIAL)
Los efectos de la 1 Guerra Mundial sobre la economía son objeto de múltiples
polémicas ya que, como todo análisis histórico y económico, está profundamente
unido a la ideología política. En cualquier caso, casi todo el mundo coincide en
que ésta ocasionó grandes impactos que marcan el final de una época
(hegemonía indiscutible de Europa), y el inicio de una transición hacia un nuevo
orden mundial que se consolidaría con la Segunda Guerra Mundial. Muchos
autores ven en la Gran Depresión una consecuencia directa de la magnitud de los
cambios que se produjeron.
La preparación del conflicto bélico y, especialmente su ejecución, supusieron un
incremento de los gastos militares. Las estimaciones elevan la cifra de gastos
entre 260.000 y 339.000 millones de dólares de la época.1 Para hacer frente a
estos gastos extraordinarios, se recortó el capital.
En el Reino Unido, Alemania y Francia la financiación de las acciones bélicas no
fueron cubiertas con los ingresos de carácter ordinario.1 La gran mayoría de
los gobiernos se endeudaron fuertemente, hasta extremos insospechados hasta
entonces, recurriendo a campañas propagandísticas de carácter patriótico y se
generaron fuertes presionesinflacionistas. La estrategia financiera estaba dirigida
hacia la victoria militar que iría seguida por indemnizaciones millonarias de los
derrotados.
El tejido productivo se orientó a la producción de armamento, de forma que los
bienes de consumo empezaron a ser escasos. Todo tuvo un impacto muy negativo
sobre los estratos más pobres de la sociedad, causando numerosas revueltas,
como la Revolución rusa.
Pero las diferencias entre estos partidos son notables. Para ordenar el análisis, se
divide el espacio de la izquierda en tres grupos: los partidos de extrema izquierda
se ubican entre 1 y 2,49 de la escala, los de izquierda entre 2,50 y 3,99 y los de
centroizquierda entre 4 y 4,99. En el primer grupo se ubicarían el FMLN de El
Salvador, el Polo Democrático de Colombia, el PRD de México y el Frente
Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Nicaragua. En el segundo, el Partido
Socialista (PS) de Chile, Unión Por el Perú (UPP), el Movimiento al Socialismo
(MAS) de Bolivia, el Frente Amplio (FA) de Uruguay, el Movimiento PAIS (MPAIS)
de Ecuador, el Movimiento V República (MVR) de Venezuela y el Partido Por la
Democracia (PPD) de Chile. En el tercer grupo se incluirían el Partido Acción
Ciudadana (PAC) de Costa Rica, el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, el
Partido Justicialista (PJ) de Argentina y la Unión Nacional de la Esperanza (UNE)
de Guatemala. El cuadro 2 sintetiza la ubicación ideológica de los líderes de la
izquierda latinoamericana revalidados en las diferentes carreras presidenciales en
los 14 países. En agosto de 2008 –luego del triunfo de Lugo en Paraguay– solo
hay tres países latinoamericanos en donde no existe un líder significativo de
izquierda, ya sea que se encuentre en el poder o que haya obtenido un resultado
importante en las elecciones presidenciales: se trata de Honduras, Panamá y
República Dominicana.
Un reagrupamiento similar al llevado a cabo con los partidos políticos arroja los
siguientes resultados: Medardo González, Daniel Ortega, Manuel A. López
Obrador, Evo Morales y Carlos Gaviria se situarían en la extrema izquierda;
Ollanta Humala, Hugo Chávez, Rafael Correa, Michelle Bachelet y Tabaré
Vázquez se ubican en la izquierda; y Otton Solís, Arlindo Chinaglia, Cristina
Fernández de Kirchner y Álvaro Colom se sitúan en la centroizquierda.