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POLICIA NACIONAL DEL PERÚ, SOCIEDAD Y DERECHOS HUMANOS

La sociedad peruana se encuentra en la necesidad de redefinir lo que ha de ser y lo que ha de


hacer la Policía Nacional del Perú. La respuesta que se está imponiendo puede sintetizarse con
un termino que actúa casi como receta infalible: profesionalización. hay que profesionalizar,
se dice, a la policía peruana. Por otra parte, si bien se admite generalmente que es reciente y
escasa la atención que la sociología ha dedicado al hecho policial.

Se suele coincidir en considerar la profesionalización como uno de los problemas


fundamentales para el análisis del papel de la policía en las sociedades modernas, Este trabajo
pretende suministrar unos puntos de reflexión sobre este tema y derechos humanos En
primer lugar será necesario refrescar algunas ideas sobre la especificidad de las peculiares
relaciones entre Policía y Sociedad.

POLICIA Y SOCIEDAD. En la constitución política del Perú en el Artículos 166." dice


textualmente: La Policía Nacional del Perú tiene por finalidad fundamental garantizar
mantener y restablecer el orden interno, presta protección y ayuda a la personas, garantizar el
cumplimiento de la Leyes y la seguridad del patrimonio publico y privados, presta protección y
ayuda a las personas vigila y controla las fronteras. ( CPP - Art 166)

En cumplimiento de las misiones generales a que se refiere el apartado anterior, los Cuerpos
de Seguridad del Estado tendrán las siguientes funciones :

a) Mantener y restablecer el orden público y la seguridad de los ciudadanos,


garantizando el ejercicio de sus derechos y libertades.
b) Evitar la comisión de hechos delictivos y, de haberse cometido, investigarlos,
descubrir y detener a los presuntos culpables y asegurar los efectos, instrumentos y
pruebas del delito, poniéndolos a disposición de la autoridad judicial competente.
c) Prestar auxilio en caso de calamidades públicas y desgracias particulares, colaborar
con las Instituciones y Organismos de asistencia pública y coadyuvar, a petición de las
partes, al arreglo pacifico de disputas entre los sujetos privados.

Referirse a la policía se asocia, muchas veces, a corrupción, clientelismo, «gatillo fácil»,


impunidad, malos tratos, ejecuciones extrajudiciales y terror. la labor policial está
desacreditada hasta por los propios gobiernos nacionales. Escasez y deficiente manejo de
recursos, estructuras jerárquicas –innecesariamente burocráticas y obsoletas–, formación
precaria de agentes policiales e innumerables denuncias de violaciones de los derechos
humanos en el cumplimiento de su función configuran la realidad del sistema policial. No
obstante, y a pesar de esta realidad, los agentes policiales cumplen un rol esencial en la
protección de los derechos humanos de todas las personas. En los últimos tiempos, las
organizaciones de derechos humanos han reconocido la importancia de ese rol y han pasado
de un enfoque basado en motivos de preocupación sobre casos de violaciones de derechos
humanos relacionados con funcionarios del Estado a una colaboración con ellos cada vez
mayor. Es más eficaz que las organizaciones de derechos humanos trabajen a partir de una
perspectiva que reconozca los motivos de preocupación y la realidad de la policía que desde
un planteamiento aislado que ejerce una crítica desde fuera. Tal enfoque requiere,
necesariamente, de la participación activa de los cuerpos policiales, que deben ser receptivos
a los motivos de preocupación relacionados con los derechos humanos y a las reformas en
materia de esos derechos allí donde se necesiten.

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