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INTRODUCCIÓN

Una sociedad auténticamente humanista no puede desconocer la dignidad de


cada persona. Podrá hablarse de éxito económico de crecimiento o de cualquier
proceso relativamente eficiente en lo económico y aún en cifras de evolución
social. Pero, no podrá hablarse de desarrollo humano si se margina, tortura,
maltrata, discrimina a la persona humana. En este ensayo se pretende resaltar y
dar a conocer sin tabú alguno las violaciones a los derechos humanos en las que
son víctimas personas inocentes, por parte de aquellos agentes policiales que sin
piedad abusan del cargo. Todavía parece subsistir una barrera que impide
eliminar en forma radical los diarios atentados contra la dignidad e integridad de
mujeres, niños, niñas y hombres.
El enfoque que tiene éste trabajo es con respecto a la realidad de la autoridad
policial. No es fantasioso, imaginario, son experiencias vividas día a día debido a
la cercanía con el pueblo, con la policía Nacional. Me pareció interesante
investigar, indagar, conocer que es lo que opina un pequeño grupo de la
colectividad sobre la entereza, honestidad, decoro, trabajo del policía. Queremos
resaltar que el ensayo no se ha centralizado a la gran Lima, al Gobierno o a los
últimos acontecimientos políticos, porque estos temas son el pan diario de los
medios de comunicación (radio, televisión, medios escritos). Hemos tratado de
abarcar muchos ámbitos relacionados con los derechos humanos y la PNP.
Criticar y dar posibles soluciones a nuestro modesto entender.
El derecho del trabajo es una especialidad que equilibra la relación laboral entre el
empleador y el trabajador; la facultad de dirección confrontada con la
subordinación para que el ejercicio de las facultades sea un ejercicio razonable.
Traspasar las fronteras del derecho, deslegitima el accionar de cualquiera de las
partes de la relación.
El Tribunal Constitucional ha encontrado varios espacios donde el empleador
puede hacer sentir su mayor poder por lo que ha afirmado principios protectores o
de igualación compensatoria, de manera que ante la existencia asimétrica de la
relación laboral, plantea un equilibrio a través de la Constitución y la ley.

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LABOR POLICIAL EN LA SOCIEDAD

La policía es una fuerza de seguridad encargada de mantener el orden público y


la seguridad de los ciudadanos mediante el uso de la fuerza, y se encuentra
sometida a las órdenes del Estado.
La mayoría de las fuerzas policiales son organizaciones casi militares, cuya
principal obligación es disuadir e investigar crímenes en contra de las personas o
que afecten el orden público, así como el arresto de sospechosos, e informe a las
autoridades competentes. También es responsable de reportar ofensas menores
por medio de citaciones que suelen terminar en el pago de una fianza,
usualmente por violaciones a las leyes de tránsito vehicular. Su administración
puede ser centralizada a nivel nacional, o descentralizada, con fuerzas de policía
local autónomas en gran medida.

Según otros enfoques —de difusión en algunos medios intelectuales,


universitarios
y políticos— la función de la policía es diferente. Por ejemplo, para el marxismo la
policía es parte del aparato represivo del Estado, el cual funciona mediante la
violencia, ya sea física o no, y es un instrumento de la clase burguesa dominante
mediante la cual esta se asegura su poder; o el discurso foucaultiano, que
sostiene que la policía y el sistema penal son instituciones de poder que no se
proponen eliminar el crimen sino controlarlo dentro de ciertos límites y hacer uso
de él según sus propios intereses.

La policía puede tener un carácter preventivo como es el caso de las policías de


ciudad o las policías de proximidad que pueden ser investigadoras, como las que
auxilian al fiscal o al Ministerio Público en la persecución de los delitos; o bien,
pueden estar dirigidas a garantizar el debido cumplimiento de normatividades,
como la policía fiscal. También suele tener un servicio de emergencia que provee
seguridad en la vía pública, así como en emergencias, desastres y situaciones de
búsqueda y rescate. Para poder responder rápidamente a las emergencias, la
policía normalmente coordina sus operaciones con los servicios de bomberos y
emergencias médicas. En muchos países todos ellos utilizan número telefónico

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único de emergencias que permite a la policía, bomberos o servicios médicos
actuar en caso de emergencia.
Se llama también policía a cada agente perteneciente a dicha organización. Los
reclutas suelen recibir formación especializada y deben presentarse a una
oposición.

FUNCIONES DE LA POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ

La Policía Nacional del Perú es una institución del Estado creada para
garantizar el orden interno, el libre ejercicio de los derechos fundamentales
de las personas y el normal desarrollo de las actividades ciudadanas. Es
profesional y jerarquizada. Sus integrantes representan la ley, el orden y la
seguridad en toda la República y tienen competencia para intervenir en todos
los asuntos que se relacionan con el cumplimiento de sus funciones.
La finalidad fundamental de la Policía Nacional del Perú es garantizar,
mantener y restablecer el orden interno. Presta protección y ayuda a las
personas y a la comunidad. Garantiza el cumplimiento de las leyes y la
seguridad del patrimonio público y privado. Previene, investiga y combate la
delincuencia. Vigila y controla las fronteras.
Son funciones de la Policía Nacional del Perú las siguientes [Ley orgánica de
la PNP]:
a. Mantener la seguridad y tranquilidad públicas para permitir el libre ejercicio
de los derechos fundamentales de la persona consagrados en la
Constitución Política del Perú.
b. Prevenir, combatir, investigar y denunciar los delitos y faltas previstos en el
Código Penal y leyes especiales, perseguibles de oficio; así como aplicar
las sanciones que señale el Código Administrativo de Contravenciones de
Policía.
c. Garantizar la seguridad ciudadana. Capacita en esta materia a las
entidades vecinales organizadas.
d. Brindar protección al niño, al adolescente, al anciano y a la mujer que se
encuentran en situación de riesgo de su libertad e integridad personal,
previniendo las infracciones penales y colaborando en la ejecución de las
medidas socio-educativas correspondientes.

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e. Investigar la desaparición de personas naturales.
f. Garantizar y controlar la libre circulación vehicular y peatonal en la vía
pública y en las carreteras, asegurar el transporte automotor y ferroviario,
investigar y denunciar los accidentes de tránsito, así como llevar los
registros del parque automotor con fines policiales, en coordinación con la
autoridad competente.
g. Intervenir en el transporte aéreo, marítimo, fluvial y lacustre en acciones de
su competencia.
h. Vigilar y controlar las fronteras, así como velar por el cumplimiento de las
disposiciones legales sobre control migratorio de nacionales y extranjeros.
i. Brindar seguridad al Presidente de la República en ejercicio o electo, a los
Jefes de  Estado en visita oficial, a los Presidentes de los Poderes Públicos
y de los organismos constitucionalmente autónomos, a los Congresistas de
la República, Ministros de Estado, así como a diplomáticos, dignatarios y
otras personalidades que determine el reglamento de la presente Ley.
j. Cumplir con los mandatos escritos del Poder Judicial, Tribunal
Constitucional, Jurado Nacional de Elecciones, Ministerio Público y de la
Oficina Nacional de Procesos Electorales, en el ejercicio de sus funciones.
k. Participar en la seguridad de los establecimientos penitenciarios, así como
en el traslado de los procesados y sentenciados de conformidad con la ley.
l. Participar en el cumplimiento de las disposiciones relativas a la protección
y conservación de los recursos naturales y del medio ambiente, la
seguridad del patrimonio arqueológico y cultural de la Nación.
m. Velar por la seguridad de los bienes y servicios públicos, en coordinación
con las entidades estatales correspondientes.
n. Participar en la Defensa Nacional, Defensa Civil y en el desarrollo
económico y social del país.
o. Ejercer la identificación de las personas con fines policiales.
p. Ejercer las demás funciones que le señalen la Constitución y las leyes.

La estrategia de la Policía Nacional para garantizar la seguridad ciudadana,


se viene dando en dos ámbitos claramente definidos: Para combatir la
delincuencia organizada y, para disminuir la delincuencia común. El primer
conjunto de acciones está orientadas a combatir el crimen organizado, la

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delincuencia mayor, mediante el accionar de las direcciones especializadas; y
el segundo tipo de medidas están centradas a luchar contra la delincuencia
común, a través de la actuación de las unidades territoriales a nivel nacional.
En la práctica, es difícil establecer una línea divisoria que señale con claridad
cuándo un hecho es un delito mayor y cuándo es un delito común. Por lo
general, las unidades operativas de la Policía, sean estas especializadas o
unidades territoriales, en el momento que se presenta un hecho policial
actúan de inmediato. Luego si el hecho amerita, por su gravedad, la
intervención de una unidad especializada, entonces las unidades territoriales
comunican de inmediato para que se hagan cargo de ellas. Mientras tanto, se
encargan de resguardar el lugar para evitar la alteración de la escena del
delito

EL ORDEN INTERNO VERSUS EL CONFLICTO LABORAL

La Constitución Política del Estado en su artículo 166 le asigna a la PNP


garantizar, mantener y restablecer el orden interno. El orden interno no se afecta
por los conflictos laborales que se presentan entre empleador y trabajador por
cuanto sus intereses son contrapuestos y el conflicto en este espacio es
connatural a la relación laboral.
Los conflictos laborales tienen mecanismos propios de solución y se logra en un
debate y discusión permanente a través de la sindicalización, negociación
colectiva, huelga y otros conflictos personales que suelen presentarse a la hora
de implementar derechos fundamentales de carácter laboral. Javier Neves nos
expresa con claridad esta relación conflictual.

Como la relación laboral es, de un lado, conflictiva, porque los intereses de los
trabajadores -como individuos y como categoría- son diferentes y a veces
opuestos a los de los empresarios -como individuos y como categoría-, siendo
ambos legítimos, se requiere regulación, para que el conflicto discurra entre los
márgenes del sistema; pero como, de otro lado, es estructuralmente desigual,
porque los trabajadores no tienen poder económico y los empresarios sí, se
requiere que esa regulación sea equilibrada.

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El asunto es que los conflictos laborales deben discurrir entre el respeto entre
ambas partes y la PNP no puede balancear estos conflictos para uno y el otro
lado. El conflicto laboral será resuelto a través de los mecanismos que franquea la
Ley.[4]
LA SUBORDINACIÓN LABORAL DE LOS TRABAJADORES Y LA
SUBORDINACIÓN DE LA POLICÍA A LOS PODERES CONSTITUCIONALES

El artículo 169 de la Constitución nos permite entender que la PNP no es


deliberante en el sentido que no puede tomar partido por uno u otro sector que se
encuentra en conflicto dentro de un Estado liberal, social y democrático, porque la
multiculturalidad y la diversidad ideológica hace que todos los ciudadanos
tengamos la oportunidad de expresar nuestro punto de vista sin que se pueda
acallar alguna de ellas. Ese respeto opera igualmente en el centro de trabajo, sin
que pueda afectar las distintas posiciones en el trabajo; el empleador con
facultades de dirección y el trabajador subordinado a las disposiciones del
empleador, pero el ejercicio de ambos debe hacerse con razonabilidad y dentro
del escenario jurídico.
En esa conflictividad laboral la PNP no puede tomar partido ni por el trabajador ni
por el empleador por cuanto ambos tienen intereses contrapuestos pero que son
legítimos de resguardarlos en un Estado constitucional.

Lo que resulta categórico en el artículo 169 de la Constitución es que la PNP está


subordinada al poder constitucional. En consecuencia, no puede estar
subordinada a una parte de la sociedad sino lo está a toda, que es la base de la
Estado y la sociedad, pero a su vez está subordinado a los organismos
constitucionales.
Los policías que se encuentran en las instalaciones de algunos centros
empresariales están para proteger la seguridad integral de todos y todas. Pero
además es preciso señalar que los policías no están subordinados a las
disposiciones del empleador, al contrario, los sujetos de la relación laboral
(empresa-trabajador), según el artículo 5 del Decreto Legislativo 1148, la Ley de
la Policía Nacional del Perú deben prestar su apoyo a la PNP cuando las
circunstancias así lo requieran, en el cumplimiento de sus funciones. Es
necesario la precisión por cuanto la subordinación que tiene el trabajador hacia el

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empleador no puede trasladarse del empleador hacía el miembro policial. Esa
situación afectaría la institucionalidad policial que custodia todos los bienes
jurídicos y no sólo de algunos.

INTERVENCIÓN DE LA PNP EN LAS FALTAS LABORALES

La Policía Nacional del Perú no puede intervenir en la investigación de faltas


laborales reguladas por el artículo 31 y 32 del Decreto Supremo 003-97-TR,
porque trastoca la independencia de la Policía Nacional del Perú, que sólo está
subordinada a los poderes constituidos y no puede estar sometido a los intereses
de las empresas. Además, porque se redimensionaría las facultades de la
empresa afectando aún más el desequilibrio donde los trabajadores podrían llevar
la peor parte. Dentro de ese escenario cualquier parcialización de la policía podría
deslegitimar las facultades laboral-sancionatorias del empleador que se
encuentran habilitadas por Ley.

El procedimiento interno de investigación y sanción ante una falta laboral grave


del trabajador se ejerce a través de la facultad del empleador que es indelegable
e intransferible. El artículo 25 del Decreto Supremo 003-97-TR establece dos
facultades expresas a la Policía Nacional del Perú:
 En el inciso a) segundo párrafo la PNP sólo puede constatar hechos de la
paralización de laborales en aquellas circunstancias en que no exista la
Autoridad Administrativa de Trabajo. En este caso la falta grave de
reiteración de paralización es una connotación laboral que le corresponde
calificarlo, no a la policía nacional del Perú, sino al empleador.
Posteriormente el Poder Judicial puede hacer ese control de legalidad.
 En el inciso e) del artículo 25 de la norma en comentario, igualmente
asigna a la PNP a intervenir cuando el trabajador se niegue a realizarse el
dosáje etílico existiendo indicios que se encuentra ebrio al momento de
acudir al centro de trabajo. Si el trabajador se niega a someterse al examen
se considerará como un reconocimiento y así debe hacerse constar en el
Atestado. Para comprobar la configuración de la falta grave debe probarse

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la concurrencia reiterada de la conducta y esa calificación constituye una
facultad del empleador y no de la PNP.
Como se puede apreciar en ambos casos lo que hace la policía nacional es
constatar hechos y no está realizando una investigación de carácter laboral por
cuanto esa facultad corresponde enteramente al empleador y no puede ser
delegable ni transferible.
El artículo 31 del Decreto Supremo 003-97-TR expresa que el empleador no
puede despedir al trabajador sin antes otorgarle por escrito un plazo razonable no
menor a 6 días para que pueda defenderse por escrito de los cargos que se le
formulare, salvo aquellos casos de falta grave en que no resulta razonable tal
posibilidad. La facultad central es del empleador que la ejerce por su función de
dirección empresarial y que tiene mecanismos terapéuticos para resolver los
conflictos que desborden esa relación conflictual. Pero dentro de estos márgenes
la PNP no puede jugar un papel de investigación de la falta laboral. Puede
constatar hechos pero no investigar faltas laborales. Es necesario remarcar esta
situación porque no estamos disminuyendo las funciones de la PNP sino la
estamos reconduciendo a sus cauces constitucionales.

El Tribunal Constitucional ha tenido una interesante sentencia donde advierte de


la función de la PNP que puede distorsionarse por la participación en los
conflictos laborales a pedido de la empresa. Se aprecia que una empresa solicitó
a la División de Criminalística de la PNP tomar una prueba del polígrafo o detector
de mentiras a los trabajadores por una supuesta falta laboral cometida en el
centro de trabajo. Los trabajadores impugnaron a través de una Acción de
Amparo esta práctica por considerarla atentatoria a sus derechos de carácter
laboral y el Tribunal Constitucional tuvo una reflexión interesante al respecto:
El artículo 23 de la Constitución, en la parte pertinente, señala que ninguna
relación laboral puede limitar ni desconocer o rebajar la dignidad del trabajador.
Lo que prohíbe esta disposición constitucional es la cosificación del trabajador o,
lo que es lo mismo su tratamiento como objeto y el desprecio de su condición de
ser humano.

Esta protección especial de la dignidad del trabajador encuentra su justificación


en la implicación personal del trabajador en la actividad laboral y en la realización

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misma de la actividad laboral, como un espacio para desarrollar sus proyectos y
planes de vida, pero además en la posición de sujeción del trabajador frente al
empleador y en la posición propicia de este frente a aquel para causar lesiones a
la dignidad personal.
Además, señala que el examen polígrafo en el ámbito de las relaciones laborales,
en principio constituye una práctica constitucionalmente cuestionable en la
medida en que la invasión del ámbito propio de la persona para la obtención de
determinada información de la que se pueden derivar consecuencia desfavorable
vulnera los derechos fundamentales del trabajador desmejorando su condición
humana. Así, pues, el examen polígrafo no sería admisible, por ejemplo, para
decidir el acceso del empleo, la determinación de una supuesta falta de buena fe
laboral, el despido de un trabajador por la negativa a someterse a dicho examen,
entre otros supuestos.

Este artículo pretende fortalecer la institucionalidad de la PNP que tiene altas


misiones en la sociedad, para que todos y todas podamos convivir en una
sociedad pacífica con orden interno y, a su vez, participar de los conflictos
connaturales del derecho laboral, los mismos que deben transitar adecuadamente
en un Estado democrático.
En el centro de trabajo puede resolverse los conflictos a través de la negociación
colectiva, la conciliación, la mediación, el arbitraje y finalmente la huelga como
derecho constitucional reconocido de los trabajadores. También encontramos
instancias administrativas como la SUNAFIL, el Ministerio de Trabajo y Promoción
del Empleo o el Poder judicial; es decir, existen mecanismos endógenos y
exógenos para resolverlos los conflictos laborales.

LABOR POLICIAL EN LOS REGIMENES DE EXCEPCION

La historia de la humanidad ha representado y sigue haciéndolo un proceso de


progresiva afirmación de la dignidad personal. Las luchas sociales en reclamo de
justicia y libertad son expresión de tal proceso.
Por ello, la Policía es generalmente una de las instituciones que
constitucionalmente se encuentra concebida para la defensa de la sociedad,
objetivo que no puede ser logrado fuera del marco de la propia Constitución de los

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Estados. En consecuencia, una de las formas de defender la sociedad es velar
por el mantenimiento de dicho orden, lo cual implica necesariamente la defensa y
el respeto del sistema democrático y de los Derechos Humanos. Es obligación del
Estado y por ende de la Policía proteger los Derechos Humanos y en
determinados casos lo normado en el Derecho Internacional Humanitario,
teniendo en consideración que, en todo Estado democrático, es fundamental que
las transgresiones cometidas por agentes del Estado sean sancionadas de
acuerdo a ley.
En este sentido, aún a pesar de la existencia de una situación de violencia, esta
no puede alterar la obligación de proteger y respetar los Derechos Humanos,
frente a los grupos delictivos que resultan responsables de actos atentatorios
contra el resto de la población, no se puede concebir una respuesta del Estado
que renuncia a su superioridad moral para aplicar procedimientos criminales de
semejante categoría.

Una función básica del gobierno es la de mantener la paz y la seguridad dentro de


las fronteras del Estado. Es por ello que la policía es uno de los medios con que
cuentan los gobiernos para ejercer esa función, y es un organismo de aplicación
de la ley y representa un instrumento importante para gobernar un Estado. Otra
función básica del gobierno es la de garantizar que el Estado haga frente a sus
obligaciones contraídas en virtud del Derecho Internacional de promover y
proteger los Derechos Humanos de las personas bajo su jurisdicción, para ello la
policía es uno de los medios que permite a los gobiernos desempeñar esa misión.
No sólo el accionar policial se basa en la persecución del delito, en diversas
ocasiones las situaciones que se presentan como el incremento del tráfico y
consumo de drogas, el insuficiente personal y medios logísticos adecuados, la
deficiente formación policial en algunos casos, la legislación penal demasiado
permeable, así como la deficiente y lenta administración de justicia, permiten que
la función policial no sea eficaz.

FUNCION POLICIAL DURANTE EL ESTADO DE EMERGENCIA

La Policía Nacional del Perú, es una Institución que constitucionalmente se


encuentra concebida para garantizar, mantener y restablecer el orden interno.

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Presta protección y ayuda a las personas y a la comunidad. Garantiza el
cumplimiento de las leyes y la seguridad del patrimonio público y del privado.
Previene, investiga y combate la delincuencia. Vigila y controla las fronteras.,
objetivo que no puede ser logrado fuera del marco de la propia Constitución del
Estado. En consecuencia, una de las formas de defender la sociedad y cumplir
con la finalidad fundamental de la Policía Nacional del Perú es velar por el
mantenimiento de dicho orden, lo cual implica necesariamente la defensa y el
respeto del sistema democrático y de los Derechos Humanos.
La Policía Nacional del Perú, mantendrá el control interno con el apoyo de las
Fuerzas Armadas durante los Estados de Emergencia, Las Fuerzas Armadas
asumen el control del orden interno si así lo dispone el Presidente de la
República.
En situaciones normales, el encargado del mantenimiento del orden interno es la
Policía Nacional. Las Fuerzas Armadas tienen otro rol, el de garantizar la
independencia, la soberanía y la integridad territorial de la República, y solamente
intervienen en el control del orden interno cuando hay un régimen de excepción y
así lo decide el presidente de la República"

El diario El Peruano publicó la Ley 28222, que señala que "la autoridad política o
policial podrá solicitar la intervención de las Fuerzas Armadas por un plazo no
mayor de 30 días cuando se produzcan actos de terrorismo, actos de violencia
consistentes en atentados, ataques armados a entidades públicas o privadas o
servicios públicos en los que
se utilicen armamentos de guerra o artefactos explosivos o cuando se descubran
elementos suficientes de peligro real o inminente de su perpetración, que
sobrepase la capacidad operativa de la Policía Nacional del Perú; por ejemplo,
que esa interpretación debe resaltar que según la Constitución, la Policía Nacional
es la que asume el control ordinario del orden interno y por ello, ante la invocación
de esta figura de excepción, las Fuerzas Armadas tendrían que subordinarse a las
decisiones de la Policía, aunque la norma no lo especifica. En los casos de grave
alteración del orden público y/o cuando se declaren los estados de excepción
previstos en la Constitución Política del Perú, en cualquier lugar del país, el
personal de la P.N.P., aun encontrándose en uso de licencia, vacaciones, permiso
o comisión, está en la obligación de reincorporarse inmediatamente a la Unidad o

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Subunidad donde presta servicios. Si por causas ajenas a su voluntad se
encontrara imposibilitado de hacerlo, se incorporará a la Unidad o Subunidad de
la jurisdicción en que resida o a la más próxima del lugar en que se encuentre.

CONCLUSIONES

1. Es necesario la existencia de justicia por parte de la Policía nacional, pero


esta debe ser eficiente, autónoma especializada a los fines que la justifica,
ello constituye una garantía para la tutela de los derechos de la persona.
2. Para llevar a cabo este cambio es necesario sensibilizar a los miembros de
la Policía Nacional realizando continuamente talleres, capacitándolos
reeducándolos en los principios que aprendieron alguna vez en los
cuarteles que en transcurso del tiempo han sido olvidados.
3. Que en caso de los delitos contra los Derecho Humanos siempre deberán
ser visto por la justicia común como por ejemplo los delitos de detención
arbitraria, desapariciones forzadas, en estos casos los bienes jurídicos
vulnerados son personalísimos, el afectado con la conducta no es en
primer término la institución castrense sino la persona. Bueno en esta parte
ya existe una ley que recién se ha promulgado, pero necesitamos que sean
aplicados a la práctica.
4. Para evitar más abusos policiales es necesario difundir los derechos de las
personas constantemente no solo cuando la coyuntura así lo amerita sino
siempre.
5. Debe haber un grupo especializado en derechos humanos que viajen a los
lugares donde existen riesgos de violaciones y capaciten a mujeres niños,
niñas y hombres para lograr que se unan a esta causa justa, bueno parece
un ideal, pero si todos trabajamos evitaremos atropellos por aquellos
agentes que viven cerca de la población que conocen de nuestra

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ignorancia y así garantizar la integridad el derecho a ser libre y a no ser
humillado.
6. Anteriormente he mencionado que la educación es la base para evitar
abusos en nuestro país, existe un alto índice de analfabetos que aceptan
castigos por parte de aquello que consideren superiores que por llevar un
uniforme siempre tienen la razón, hay que educarlos, capacitarlos
para lograr el desarrollo del país.
7. “Hecha la ley hecha la trampa” es una frase que se ha hecho muy cotidiana
en nuestro país, debido a que nuestros legisladores solamente se han
dedicado a copiar las leyes que han tenido éxito en otros países sin tener
en cuenta la realidad social en la cual nos encontramos.
8. Los Regímenes de Excepción en nuestro país son dos; el Estado de
Emergencia y Estado de Sitio, ambos expresan y didácticamente descritos
en el Art. 137° de la Constitución Política del Perú; en él se señalan los
casos por los que se promulgan, qué derechos se restringen o suspenden
(Estado de Emergencia), o cuales no se restringen o suspenden (Estado
de Sitio); el plazo de duración y cómo proceder en caso de prórroga.
9. Durante el periodo Republicano, tomando como base las últimas tres
décadas. A lo largo de la historia nuestro país ha pasado por distintas
formas de gobierno, que, desde el inicio de la época de la República, nos
encontraremos con gobernantes unos más que otros respetuosos de los
derechos humanos, por lo tanto, que cuando se establece formalmente los
Regímenes de Excepción, se producen variadas acciones por parte de la
PNP y por ende del Gobierno que vulneran los derechos humanos.
10. La humanidad ha representado y sigue haciéndolo un proceso de
progresiva afirmación de la dignidad personal. Las luchas sociales en
reclamo de justicia y libertad son expresión de tal proceso, por lo que los
países se ven obligaos establecer medidas específicas, como la
declaración de Regímenes de Excepción, que son utilizados como
instrumento principal para poder lograr los objetivos políticos de cada
gobierno, de acuerdo a su perspectiva particular sobre la ruptura del orden
interno.
11. La Policía es una institución que constitucionalmente se encuentra
concebida para la defensa de la sociedad, objetivo que no puede ser

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logrado fuera del marco de la propia CPP. En consecuencia, una de las
formas de defender la sociedad es velar por el mantenimiento de dicho
orden, lo cual implica necesariamente la defensa y el respeto del sistema
democrático y de los Derechos Humanos. En este sentido, aún a pesar de
la existencia de una situación de violencia, esta no puede alterar la
obligación de proteger y respetar los Derechos Humanos, frente a los
grupos delictivos que resultan responsables de actos atentatorios contra el
resto de la población, no se puede concebir una respuesta del Estado que
renuncia a su superioridad moral para aplicar procedimientos criminales de
semejante categoría.
12. Durante la vigencia de la Constitución de 1979 y 1993, las mismas que han
desarrollado la temática sobre los regímenes de excepción, aún no se ha
registrado alguna ocasión que haya merecido decretarse el Estado de Sitio.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1. Sentencia del Tribunal Constitucional expediente 008-2005-PI/TC del 12 de


agosto de 2005. f. 20.
2. Javier Neves Mujica. Introducción al Derecho del Trabajo. Facultad de
Derecho de la PUCP. Puede visualizarse.
3. Sentencia del Tribunal Constitucional expediente  00273-2010-PA/TC del 6
de agosto del 2014. Caso Sindicato Unitario de Trabajadores de
Electrolima – Empresas Concesionarias Eléctricas. Fallo dado por el
Tribunal recompuesto, f. 7.
4. Sentencia del Tribunal Constitucional expediente  00273-2010-PA/TC del 6
de agosto del 2014. Caso Sindicato Unitario de Trabajadores de
Electrolima – Empresas Concesionarias Eléctricas, f. 7.

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