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Seminario de Integración y aplicación

Cátedra: Victoria Giarrizzo

Licenciatura en Economía

1er cuatrimestre 2023

Evaluación del trabajo final

Datos del Alumno


Número de Registro: 882845

Apellido y nombre: Claros, Joaquín Mauro

e-mail: joaquinclaros95@gmail.com

Datos del Tutor


Apellido y nombre: Pierri, José Alberto

Cargo (Titular, Asociado o Adjunto / Regular ó Interino): Adjunto Regular y


Prof.Adj.Titular Interino

Materia: Historia Económica y Social Argentina e Historia Económica y Social

E-mail: pierrijosea@gmail.com

Título del trabajo: El uso de fertilizantes sintéticos y el agotamiento de los suelos:


el caso de Argentina.

Fundamentos de la evaluación:
El trabajo presenta una excelente búsqueda de textos teóricos y de datos
estadísticos relacionados con el tema de la tesina.
El análisis de textos y datos es coherente y su presentación (apartados, escritura,
etc.) es clara y concisa.
La hipótesis planteada se asienta en variados textos dedicados a la temática y
presenta una original interpretación teórica que retoma el concepto de ruptura
metabólica enunciado en el siglo XIX para fundamentar su enunciado.
Nota final: 10 (diez)
(La nota final debe estar entre 7 y 10 puntos para la aprobación del Seminario)

7/7/2023 José Alberto Pierri

Fecha, Firma y aclaración


del Tutor
El uso de fertilizantes sintéticos y el agotamiento
de los suelos: el caso de Argentina*.
Joaquín Mauro Claros1

Introducción
La necesidad del uso de fertilizantes sintéticos es reciente en la historia de la agricultura
a nivel mundial. Las causas de esto se pueden rastrear al comienzo del capitalismo.
Actualmente el mercado mundial está concentrado en pocos países productores de
fertilizantes que todavía poseen reservas explotables. La hipótesis de este trabajo es que
la agricultura actual no es sostenible a largo plazo.
El modelo actual profundiza la dependencia de insumos externos los cuales tienen fuentes
finitas. Actualmente, se profundiza la fragilidad de la fertilidad del suelo por la pérdida
de materia orgánica y los balances negativos de nutrientes. Además, para un país como
el nuestro, que no produce buena parte de los fertilizantes que consume, trae aparejado
un exponencial aumento en las importaciones que crean un déficit crónico en la balanza
comercial. En este marco, como la industria de los fertilizantes requiere fuertes
inversiones y costos de entrada, el rol que toma el Estado es fundamental para fomentar
la producción nacional. Los productores locales e importadores de fertilizantes están
fuertemente concentrados y se tornan captadores crecientes de recursos del sector.
El trabajo consta de cuatro partes. La primera desarrolla la historia de la agricultura y la
industria de los fertilizantes a nivel mundial. Además, describe el mercado mundial actual
y las principales reservas. La segunda parte enfoca en el concepto de ruptura metabólica
desarrollado por Karl Marx y su aplicación al deterioro de los suelos. Se requerirá para
esto explicar el funcionamiento del capitalismo con la racionalidad que implica en
términos de las decisiones que toma el capital personificado por el capitalista. Se buscará
analizar la no sustentabilidad del modelo actual en base al agotamiento de los recursos
que se deben incorporar constantemente para reponer los extraídos en las cosechas. La
tercera parte tratará acerca del mercado de fertilizantes en Argentina, su historia, las
causas del cambio en el consumo, la producción local de fertilizantes, la balanza
comercial, la posibilidad de nuevas inversiones, el balance negativo de nutrientes y el
poder de mercado que ejercen las empresas e importadoras. Por último, la cuarta parta
esbozará brevemente las reflexiones que nos deja el trabajo.
Utilizaremos datos de la Cámara Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (CIAFA),
Fertilizar Asociación Civil, Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), revista
Márgenes Agropecuarios, Banco Mundial, la Organización de las naciones unidades para

*Le agradezco profundamente a José Pierri por la dedicación y paciencia para guiarme en este trabajo.
Todas las opiniones y posiciones escritas en este trabajo son de mi entera responsabilidad.
1
Tesina de grado para la licenciatura en economía de la Universidad de Buenos Aires.
la alimentación y la agricultura (FAO) y la Secretaria de Agricultura, Ganadería y Pesca
(SAGyP).
1. Historia de los fertilizantes sintéticos, mercado
mundial y reservas

1.1 El concepto de fertilizantes y el uso de abonos desde el comienzo de


la agricultura
Un fertilizante se refiere a cualquier tipo de sustancia, ya sea de origen orgánico o
inorgánico, que contiene nutrientes en formas que las plantas pueden absorber. Los
fertilizantes orgánicos suelen ser residuos de animales, vegetales o productos biológicos,
mientras que los fertilizantes inorgánicos pueden ser sintetizados a partir de minerales,
como la potasa, la roca fosfórica o el yeso, o de origen petroquímico, como el gas. En
cuanto a los nutrientes, se dividen en dos grupos principales: macronutrientes y
micronutrientes. Los macronutrientes son aquellos que las plantas necesitan en cantidades
significativas, como el nitrógeno, el fósforo, el potasio y el azufre. Por otro lado, los
micronutrientes2 son nutrientes que las plantas requieren en cantidades pequeñas, como
el hierro, el zinc y el manganeso (MinCyT, 2013; Doria, 2021).
La preocupación por los rendimientos de los cultivos data del comienzo de la civilización.
Se cree que en el neolítico ya se utilizaban abonos de origen orgánico: estiércol y cenizas
de madera. Hace cinco mil años, los egipcios descubrieron los efectos fertilizantes del
limo depositado en las orillas del río Nilo durante las inundaciones anuales. También, en
la antigua India, los agricultores identificaron tempranamente fuentes naturales que
contribuían a mantener la fertilidad del suelo, como las inundaciones estacionales del río
Ganges, que proporcionaban humedad y una nueva capa de sedimentos nutritivos para el
cultivo de cereales. En la época de los primeros escritores romanos y griegos, había
mucha preocupación acerca de qué materiales eran los mejores fertilizantes. Se utilizaban
diversos tipos de abonos, así como cenizas, lodos, desperdicios, margas, legumbres y
materiales similares de origen natural. (Reca, 2013: 33; Russel, 1977: 260).
Hasta el siglo XIX, en Europa se llevó a cabo un proceso evolutivo gradual conocido
como la primera revolución agrícola, que se extendió a lo largo de varios siglos. Durante
este período, se implementaron mejoras significativas en prácticas agrícolas que incluían
el uso de estiércol como fertilizante, la adopción de la rotación de cultivos con la
incorporación de leguminosas (que establecen una simbiosis con rizhobacterias que fijan
nitrógeno atmosférico), la implementación de sistemas de drenaje y una gestión más
eficiente de las explotaciones ganaderas (Foster, 2022).
1.2 Los inicios de la producción mundial de fertilizantes
En el siglo XIX, comienza a manifestarse una preocupación generalizada en Europa y
EEUU por el agotamiento del suelo. En la región norte del estado de Nueva York, que
para el año 1800 había suplantado a Nueva Inglaterra como epicentro del trigo, se hizo
evidente el agotamiento relativo de los suelos, en vista de la creciente competencia que
representaban las nuevas áreas agrícolas situadas al oeste en las décadas posteriores a la
2
En este trabajo trataremos las problemáticas de los macronutrientes dejando de lado al resto de los
nutrientes necesarios para las plantas.
inauguración del canal Erie en 1825. Mientras tanto, las plantaciones esclavistas del
sureste experimentaron un marcado descenso en términos de fertilidad, especialmente en
los terrenos dedicados a la producción tabacalera (Foster & Magdoff, 2000: 46).
En este marco, Justus von Liebig publicó, en 1840, de “La química orgánica y sus
aplicaciones en la agricultura y la fisiología”3. Con sus posteriores reediciones, sentaron
las bases de la industria moderna de fertilizantes. Liebig investigó la importancia de los
minerales en la vida de las plantas, demostrando que su disponibilidad en el suelo es un
factor crucial para el desarrollo de las plantas. Además, estableció que la carencia de un
solo elemento necesario para su crecimiento, incluso cuando se encuentren presentes
suficientes cantidades de otros nutrientes, limita el crecimiento de las plantas4 (Reca,
2013:33; Saito, 2023). Con estos descubrimientos, se dio lugar a un aumento exponencial
del consumo de los fertilizantes, principalmente guano y huesos.
Los huesos de origen animal e inclusive humano se molían y mezclaban con ácido
sulfúrico para producir superfosfato de cal, el primer fertilizante fosfatado de la historia,
el cual aporta fósforo, calcio y azufre. Según Liebig5, los campos de batalla de Leipzig,
Waterloo, Austerlitz y Crimea fueron saqueados y se desenterraron catacumbas para
conseguir huesos para esparcir en los campos. “El valor de las importaciones de huesos
ascendió vertiginosamente en Gran Bretaña, pasando de 14.400 libras en 1823 a 254.600
libras en 1837” (Foster, 2022: 206)
En 1867 se descubrieron depósitos de roca fosfórica en EE UU en Carolina del sur y unos
años después en Florida. Se demostró que la mezcla de esta con ácido sulfúrico generaba
superfosfato. Desde entonces, se han encontrado numerosas reservas de roca fosfórica
por el mundo (Toy, 1975: 390; Russel, 1977: 260; Earth magazine, 2015). En el gráfico
1.1 podemos observar, desde el siglo xx, principalmente post segunda guerra mundial, la
roca fosfórica comienza a ser la principal fuente de fertilizantes con este nutriente.
El otro fertilizante utilizado en el siglo XIX, el guano, es un excremento de las aves
marinas que es rico en los principales nutrientes fundamentales: Nitrógeno, fósforo y
potasio. Sus principales depósitos se localizaban en las costas de Perú y en las islas
Chincha. “El primer barco que transportaba guano peruano llegó a Liverpool en 1835;
para 1841 se habían importado 1.700 toneladas y, para 1847, 220.000” (Foster, 2022:
206). En 1859, las importaciones de guano ya eran de 286.000 toneladas al año (Saito,
2022: 240).
Las reservas de guano fueron intensamente explotadas y, hacia fines de la década de 1860
comenzaron a agotarse. Los nidos de las aves fueron afectados durante la extracción y se

3
De ahora en adelante “química agrícola”.
4
Conocida como” la ley del mínimo", que sigue siendo un concepto útil a pesar de su falta de exactitud
cuantitativa. Esta ley establece que, si uno de los elementos nutritivos del suelo o del aire es deficiente o
no está disponible, el crecimiento será pobre aun cuando todos los demás elementos sean abundantes. Si se
suple el elemento deficiente, el crecimiento se incrementará en proporción a la cantidad ofrecida hasta el
punto en que la oferta de ese elemento ya no sea el factor limitante. Aumentar el suministro más allá de
este punto no es útil ya que algún otro elemento ahora tiene un suministro mínimo y se convierte en el
factor limitante.
5
Extraído de Foster (2022: 206).
redujo la población de aves marinas por lo que el guano ya no se reprodujo en los niveles
que se consumía. A partir de entonces, el salitre comenzó a reemplazarlo.
Gráfico 1.1: Historia de las fuentes globales de fertilizantes fosfatados

Fuente: Extraído de Cordell et al. (2009: 293).


El salitre es una mezcla de nitrato de sodio y de potasio que se utilizaba por su aporte de
nitrógeno para la agricultura, así como también para la fabricación de explosivos (Terron,
1995). Los depósitos de este recurso se localizaban en la provincia peruana de Tarapacá
y la provincia adyacente de Atacama, en ese momento territorio boliviano.
El interés de las potencias mundiales por abonos, debido al agotamiento de los suelos,
ocasionó anexiones de islas por parte de Estados Unidos6 y la llamada “guerra del guano”
hacia 18807. Posteriormente, con la victoria chilena y la anexión de las provincias de
Atacama y Tarapacá, este país y los capitales británicos ostentaron el monopolio de los
fertilizantes nitrogenados del guano y salitre hasta poco antes de la Primera Guerra

6
Bajo la jurisdicción de la “Ley de las Islas de Guano”, promulgada por el Congreso en 1856, Estados
Unidos se apropió de noventa y cuatro islas, rocas y cayos en diversas ubicaciones a nivel global entre los
años 1856 y 1903, de las cuales sesenta y seis fueron oficialmente reconocidas por el Departamento de
Estado como anexiones. Actualmente, nueve de estas islas continúan siendo posesiones de los Estados
Unidos. Sin embargo, el fenómeno del imperialismo guanero no pudo satisfacer plenamente las necesidades
de los Estados Unidos en términos de cantidad y calidad de fertilizante natural requerido. Para más
información ver Foster & Clark (2012), Saito (2022) y Foster & Magdoff (2000).
7
La “Guerra del guano”, tambien conocida como la “Guerra del Pacífico”, fue un conflicto armado ocurrido
entre 1879 y 1884 por el control de las provincias Atacama y Paratacá. Se enfrentaron Chile contra los
aliados Bolivia y Perú, resultando victorioso el bando chileno. Perú había intentado imponer un monopolio
estatal del comercio del salitre expropiando a los capitales ingleses, sumado a una regulación del comercio
del guano para que no compitiesen entre los dos abonos. Por otro lado, Bolivia intento elevar los impuestos
sobre las exportaciones de nitratos. Por esto, en este conflicto intervino fuertemente Inglaterra a favor del
bando chileno a través de la venta de armas y fuerza naval de su origen, además de un bloqueo de la venta
de armas al bando contrario. Posteriormente, con la victoria chilena, los británicos volvieron a obtener el
control de la producción y comercialización de nitratos. Para más información véase Foster & Clark (2012).
Mundial. El mundo entero dependió de la producción de nitratos chilena hasta principios
del siglo XX (Russel, 1977: 261).
En 1911, los científicos alemanes Fritz Haber y Carl Bosch desarrollaron el proceso de
Haber-Bosch, para producir amoniaco a partir de la fijación del nitrógeno atmosférico. El
amoníaco es un gas producido a partir de hidrocarburos y aire (CIAFA, 2012). En el año
1913, se inauguró en Oppau, Alemania, la primera planta a gran escala en el mundo para
la producción de amoníaco sintético (Synder y Burnett, 1966)8. Esto fue un hito en la
industria química ya que la producción se independizó de la necesidad de los depósitos
naturales orgánicos o minerales para elaborar fertilizantes o explosivos, el cual estaba
empezando a ser su principal uso.
Después de la Primera Guerra Mundial, se construyeron plantas en varios países para la
producción de explosivos. Los nitratos sintéticos comenzaron a competirle al nitrato
chileno, aunque estos se mantuvieron hasta principios de 1930. Con la crisis mundial y la
subsecuente caída de la demanda, el mercado se encontró saturado y el amoníaco sintético
dominó el mercado desde entonces (Salitre, 1985: 20). Sin embargo, el uso de amoniaco
sintético como fertilizante no fue hasta la década de 1940 cuando se logro convertirlo en
nitrato o combinarse con un anión específico. El nitrato de calcio se convirtió en el primer
fertilizante nitrogenado sintético disponible en el mercado. Luego de la Segunda Guerra
Mundial, en Estados Unidos, la capacidad industrial instalada que se había generado para
la producción de materiales bélicos se reorientó a la producción de fertilizantes
nitrogenados, principalmente urea (Reca, 2010; Russel, 1977). Desde entonces, la
industria de los fertilizantes nitrogenados, la cual se señalaba como rezagada con respecto
a los fosfatados y potásicos, se disparó. En 1975 la urea ya era el fertilizante más
consumido a nivel mundial (Russel, 1977: 261), liderazgo que se mantiene hasta la
actualidad.
Con respecto al potasio, Liebig recomendaba la incorporación de este nutriente en base a
cenizas de árboles y hasta aproximadamente 1860, la lixiviación de cenizas de madera
fue el método predominante para la síntesis de compuestos de potasa. Este enfoque se
basó en métodos desarrollados antes del surgimiento de la química industrial (Kreps,
1931; Miller, 1980; Östlund et al., 1998)9. Los colonos de Norteamérica fueron
importantes productores de productos de potasa en base a la quema de árboles de las zonas
boscosas para expandir la frontera agropecuaria. Pero no se utilizaba para producir
fertilizantes sino jabón y para la industria textil.
A fines del siglo XIX, se dio paso a la producción de potasio en base a la minería. La
extracción de potasa tenía la clara ventaja de ser implementable a escalas industriales y,
a mediados de 1860, se comenzaron a explotar los depósitos de sales en Stassfurt,
Alemania. Desde entonces, con un dominio prácticamente total, Alemania se convirtió en
el epicentro global del comercio de potasa, una posición que mantuvo durante
aproximadamente un siglo.
La potasa altamente concentrada, suministrada por Alemania, se convirtió en un producto
insuperable y único entre los productos comercializados a nivel mundial, sin que existiera

8
Extraído de Russell (1977)
9
Extraído de Ciceri et al. (2014).
una alternativa rentable a la explotación de las minas alemanas (Ciceri et al., 2015: 9).
Terminada la Segunda Guerra Mundial, con Alemania destruida, aparecieron nuevos
actores en el mercado del potasio. La Unión Soviética, que había emergido de la guerra
como potencia mundial, desarrolló una importante industria minera sobre los depósitos
de potasa descubiertos en Bielorrusia y los montes Urales. Además, Canadá hizo un
descubrimiento en el estado de Saskatchewa que se transformó en los yacimientos de
potasa más grandes jamás conocidos. Estos importantes depósitos fueron puestos en
operación comercial a partir de 1962 (Anderson, 1985).
Desde entonces se han encontrado varias reservas de potasa en todo el mundo. No
obstante, la producción mundial de potasa se encuentra actualmente controlada por tres
naciones predominantes: Canadá, Rusia y Bielorrusia, cuya contribución supera el 90%
del suministro global de potasa (Anderson, 1985; The New York Times Editorial Board,
2013; Manning, 2010; Manning, 2012; Rittenhouse, 1979)10.
El despegue del consumo de fertilizantes a nivel mundial, post segunda guerra mundial,
tuvo lugar como parte de un paquete tecnológico que implementó el uso de fertilizantes
como parte de un conjunto de tecnologías que incluía semillas híbridas con mejor
capacidad de aprovechar la presencia de nutrientes en el suelo para aumentar sus
rendimientos, el uso de pesticidas para el control de plagas y el reemplazo de la tracción
animal por la mecánica (Reca, 2010; Durán y Reyes, 2021; Borlaug et al., 1982). Este
conjunto de tecnologías fue conocido como “la Revolución Verde” y tuvo un impacto
significativo en la agricultura a nivel global. Posteriormente, se dio la revolución de la
biotecnología con la incorporación de las semillas genéticamente modificadas.
1.3 Mercado mundial actual y reservas
La producción global de fertilizantes de los tres principales nutrientes (nitrógeno, fósforo
y potasio) era de 32 millones de toneladas en 1961. En el 2020, alcanzó la cifra de 200
millones de toneladas11. El nitrógeno se destaca como el nutriente de mayor producción
y consumo a nivel mundial, con una participación que supera la mitad del total (56%),
seguida del fósforo (24%) y, por último, el potasio (20%).

10
Idem.
11
La relacion de nutrientes por fertilizantes es, lógicamente, menor a 1 por lo que el numero en toneladas
de fertilizantes es mucho mayor.
Gráfico 2: Consumo mundial de fertilizantes por nutrientes desde 1960
250.000

Milles de toneladas de nutrientes 200.000

150.000

100.000

50.000

0
1961
1964
1967
1970
1973
1976
1979
1982
1985
1988
1991
1994
1997
2000
2003
2006
2009
2012
2015
2018
Nitrogeno Fosforo Potasio

Fuente: elaboración propia en base FAO.


https://www.fao.org/faostat/es/#data
El patrón de ubicación de la industria global de fertilizantes está condicionado por la
disponibilidad de recursos naturales necesarios como materias primas, el tamaño del
mercado local y las características específicas del suelo en cada región (Mecon, 2022).
La logística relacionada con el transporte de volúmenes masivos requeridos para la
agricultura actual implica que la proximidad al lugar de consumo reduce
significativamente los costos involucrados. Por esto, como podemos observar en los
gráficos 3 y 4, algunos de los principales países productores coinciden con los principales
consumidores. China es el principal consumidor de todos los nutrientes y el principal
productor de nitrogenados y fosfatados. En la produccion de fertilizantes potásicos, en
cambio, lideran Canadá, Rusia y Bielorrusia, debido a sus importantes reservas mineras
de este nutriente. India es el segundo consumidor y productor global en nitrogenados y
fosfatados. Sin embargo, no aparece entre los principales consumidores ni productores de
potasio.
Gráfico 3: Principales productores mundiales de fertilizantes por nutrientes

China 26% China 30% Canadá 27%


India 11% 11% Rusia 21%
EE. UU. 11%
India
Rusia EE. UU. 10% Bielorrusia 17%
9%
Egipto 4% Rusia 9% China 14%
Indonesia 3%
Marruecos 8% Alemania 6%
Pakistán 3%
Brasil 8% Israel 5%
Qatar 2%
Arabia Saudita 2% Arabia… 3% Jordania 3%

Gráfico 4: Principales consumidores mundiales de fertilizantes por nutrientes


China 23%
China 21% China 26%
India 18%
EE. UU. 10% India 19% Brasil 18%
Brasil 5% 15% EE. UU. 11%
Brasil
Indonesia 3% India 8%
EE. UU. 8%
Pakistán 3% Indonesia 5%
Canadá 3% Australia 3% Malasia 3%

Fuente: elaboración propia en base FAO.


https://www.fao.org/faostat/es/#data
Los principales importadores mundiales son Brasil, EEUU e India los cuales coinciden
con los principales consumidores señalados anteriormente excepto China. Los principales
exportadores son Rusia, China y Canadá. Resulta llamativo que China demuestra tener
un nivel de producción tal que le permite no solo satisfacer buena parte de su consumo,
siendo el principal consumidor de los 3 nutrientes, sino que le permite el segundo
exportador a nivel mundial solo por detrás de Rusia.
Gráfico 5: Principales importadores (izquierda) y exportadores (derecha)
mundiales de fertilizantes

Brasil
Rusia
Estados Unidos 18% 16%
China
India 34% Canadá
Francia 11% 15% Marruecos
48%
Australia Estados Unidos
10% Arabia Saudita
China 8%
3% Países Bajos
Tailandia 3% 3%
3% 4%5% 7%
2%3%
2% 5% Alemania
Argentina Qatar
Resto Resto
Fuente: elaboración propia en base FAO.
https://www.fao.org/faostat/es/#data
En el gráfico 6 podemos observar donde se encuentras las principales reservas de potasa
y roca fosfórica. Marruecos, China y Sudafrica poseen las principales reservas de roca
fosfórica. Rusia, Canadá y Bielorrusia son quienes tienen las principales reservas de
potasa. Finalmente, los nitrogenados se pueden producir en cualquier país que tenga
hidrocarburos en cantidad e infraestructura por lo que su producción no depende de
reservas mineras y solo depende de las reservas energeticas de los paises.
Gráfico 6: Reservas mundiales de roca fosforica (izquierda) y potasa (derecha) en
millones de toneladas
Otros paises Otros
Tunez Brasil
Siria Chile
Israel Alemania
Rusia EEUU
Brasil Israel
EEUU Jordania
Jordania China
Sudáfrica Belorusia
China Canadá
Marruecos Rusia
0

1.000

2.000

3.000

4.000

5.000

6.000

500

1.000

1.500

2.000

2.500
Fuente: Extraido de Syers et al. (2011: 38) y Al Rawashdeh (2020: 3).
2. El enfoque de la ruptura metabólica y los límites de la
naturaleza
2.1 introducción
Como muestra el gráfico 2 del anterior capitulo, el consumo mundial de fertilizantes no
ha parado de crecer. ¿Cuál es la razón detrás de la necesidad creciente del uso de
fertilizantes sintéticos en la agricultura contemporánea, considerando que durante
milenios no se requirieron dichos fertilizantes?
Consideramos que enfoques como el que expresan Anllo et al (2013) minimizan las
consecuencias a largo plazo del modelo y la producción solo es vista desde la óptica de
los rendimientos agregados.
El enfoque neoclásico entiende que el mercado asigna eficientemente los recursos en la
medida que todos los costos son internalizados. Las externalidades son aquellos costos
que no son internalizados y generan fallas de mercado en la asignación. Tal sería el caso
de los daños ambientales (Stiglitz, 2022). Entendemos que este enfoque no ayuda al
análisis ni ofrece soluciones posibles a los problemas que tendremos en cuenta. No es
posible internalizar el costo de la no sustentabilidad del modelo en el precio de mercado
ya que no todo es cuantificable en términos de precio.
Una alternativa a este enfoque, entre otras, es que el mercado está condicionado por las
políticas públicas que intervienen en el orden nacional e internacional (Pierri, 2007).
El enfoque que abordaremos en este trabajo es el de la ruptura metabólica desarrollada
por Karl Marx y explicada en profundidad por Foster (2022), Magdoff et al. (1997) y
Saito (2023). Pero para entender la ruptura metabólica que genera el capital debemos
entender el funcionamiento del sistema capitalista. Marx desarrolla la teoría del valor-
trabajo ya iniciada por los economistas clásicos Adam Smith y David Ricardo. La ley del
valor-trabajo se basa en que hay una regularidad en las relaciones de cambio entre
mercancías y esta obedece a su dependencia con el proceso de producción.
“En cualquier sociedad en la que los individuos no puedan satisfacer sus propias
necesidades y dependan de otros, la “asignación” adecuada de toda la oferta de trabajo
en cada ramo de la producción debe arreglarse y realizarse de alguna manera como para
que la sociedad pueda realmente tener lugar” (Saito, 2023: 130). En el modo de
producción capitalista, la asignación de oferta de trabajo para producir los valores de uso
necesarios es realizada por productores privados, independientes unos de los otros,
quienes deben producir sin contar con un conocimiento preciso de las necesidades
concretas de los individuos.
Marx desarrolla el concepto de valor que es característico de este modo de producción.
El valor de una mercancía es una forma social adquirida por los productos del trabajo en
el contexto de determinadas relaciones de producción. Este funciona como un criterio
común que vuelve comparables mercancías con valores de uso diferentes. La sustancia
del valor, lo que tienen en común todo los tipos de trabajos concretos, es el trabajo
humano abstracto12. El tiempo de trabajo socialmente necesario para poder producir cada
mercancía determina la magnitud de esta sustancia13.
Sin embargo, los trabajos privados no se vuelven sociales en el momento de su ejecución,
a diferencia de las sociedades precapitalistas. Necesitan superar la prueba “mortal” del
intercambio de mercancías para ver si se convierten o no en parte del trabajo social.
Pueden contener la sustancia del valor, el trabajo abstracto, pero no cristalizarse como
valor. Los precios de mercado son los que dan las señales de qué producir y qué no. Pero
es una señal con rezago. La señal se da cuando el trabajo ya fue realizado. Esto implica
una producción anárquica que puede generar despilfarro de trabajo humano y recursos
naturales.
En el sistema capitalista surge una nueva relación de producción. El capital, personificado
por el capitalista, dueño de los medios de producción, y el asalariado, desprovisto de
medios de producción y solo dueño de su fuerza de trabajo. El valor, que es la expresión
de una relación social objetivada, se transforma ahora en capital, valor que busca
autovalorizarse en un movimiento permanente, y se personifica en el capitalista, el dueño
de los medios de producción que quiere maximizar sus ganancias14. Las mercancías se
enfrentan a los productores como una entidad externa, ya que estas determinan su
conducta , y no al revés15. Si los asalariados, desprovistos de medios de producción, no

12
“En cuanto valores de uso, las mercancías son, ante todo, diferentes en cuanto a la cualidad; como
valores de cambio solo pueden diferir por su cantidad, y no contienen, por consiguiente, ni un solo átomo
de valor de uso.(…)con el carácter útil de los productos del trabajo se desvanece el carácter útil de los
trabajos representados en ellos y, por ende, se desvanecen también las diversas formas concretas de esos
trabajos; estos dejan de distinguirse, reduciéndose en su totalidad a trabajo humano indiferenciado, a
trabajo abstractamente humano. Nada ha quedado de ellos salvo una misma objetividad espectral, una
mera gelatina de trabajo humano indiferenciado, esto es, de gasto de fuerza de trabajo humana sin
consideración a la forma en que se gastó la misma. Esas cosas tan solo nos hacen presente que en su
producción se empleó fuerza humana de trabajo, se acumuló trabajo humano. En cuanto cristalizaciones
de esa sustancia social común a ella, son valores” (Marx, 2004: 47). “Por diferente que sean los trabajos
útiles o actividades productivas, constituye una verdad, desde el punto de vista fisiológico, que se trata de
funciones del organismo humano, y que todas esas funciones, sean cuales fueren su contenido y su forma,
son en esencia gasto de cerebro, nervio, músculo, órgano sensorio, etc., humanos” (Marx, 2004: 87). A
diferencia de los clásicos, Marx descubre la diferencia entre la sustancia del valor (el trabajo abstracto) y
el valor, el cual cristaliza o no esa sustancia por medio del intercambio de mercancías entre productores
privados. Esta diferencia entre sustancia del valor y valor conlleva en si una contradicción que demuestra
como el sistema capitalista puede generar el despilfarro de recursos y de trabajo humano. Siempre existe la
posibilidad de que se produzca en vano. Con la sola existencia del dinero, es decir, una mercancía
equivalente general de todas las mercancías, surge la posibilidad que no toda oferta genere su propia
demanda y no se cumpla la ley de Say. Para más información sobre esto último véase Castillo (2023).
13
“El tiempo de trabajo socialmente necesario es el requerido para producir un valor de uso cualquiera,
en las condiciones normales de producción vigentes en una sociedad y con el grado social medio de
destreza e intensidad de trabajo.”. (Marx, 2004: 44).
14
“El contenido objetivo de esa circulación - la valorización del valor - es su fin subjetivo, y solo en la
medida en que la creciente apropiación de la riqueza abstracta es el único motivo impulsor de sus
operaciones, funciona él como capitalista, o sea como capital personificado, dotado de conciencia y
voluntad” (Marx, 2004: 187).
15
“El trabajador existe para las necesidades de valorización de valores ya existentes, en vez de existir la
riqueza objetiva para las necesidades de desarrollo del trabajador. Así como en la religión el hombre
asisten al mercado a vender su fuerza de trabajo, no podrán subsistir. Si los capitalistas
no intentan maximizar sus ganancias y, por ende, minimizar sus costos, serán desplazados
por la competencia. En esta nueva racionalidad, la minimización de costos es
independiente de las consecuencias sociales y ambientales que pueda generar.
2.1 La interacción metabólica entre los humanos y la naturaleza
Todas las formas de vida necesitan mantener una interacción constante con su entorno
para sobrevivir. Estos procesos continuos en conjunto crean un sistema dinámico y
abierto en la naturaleza. Este sistema se ha estudiado principalmente bajo el concepto de
metabolismo. Se utiliza para describir las transformaciones e intercambios que ocurren
entre las sustancias orgánicas e inorgánicas a través de los procesos de producción,
consumo y digestión, tanto a nivel individual como a nivel de las especies. Inicialmente,
utilizado en el ámbito fisiológico, el concepto de metabolismo se popularizó y, en el siglo
XIX, se aplicó más allá de su significado original. En este marco, Marx fue uno de los
que aplicó este concepto para la economía política. Como se demuestra en Saito (2023) y
Foster (2022), el aporte de Liebig al desarrollo de la teoría del metabolismo en Marx fue
fundamental16.
Marx plantea que los seres humanos se distinguen fundamentalmente de otras especies
debido a su actividad productiva única, es decir, el trabajo. Este es “un proceso en que el
hombre media, regula y controla su metabolismo con la naturaleza” (Marx, 2004: 215).
Este les permite interactuar consciente e intencionalmente con el entorno sensible17, lo
que a su vez les brinda la capacidad de transformar la naturaleza de manera libre, a pesar
de mantener una dependencia de ella y de sus leyes. El proceso de trabajo, entendido
como un metabolismo con la naturaleza, implica la interacción de tres elementos
fundamentales dentro de sí mismo: las materias primas, los medios de producción y el
trabajo humano. En este proceso, los individuos deben trabajar y producir, extrayendo de
manera continua las materias primas de la naturaleza, transformándolas para crear una
variedad de medios de producción y de subsistencia, y devolviéndole materiales de
desecho (Saito, 2023: 95). Pero “la ejecución concreta del trabajo humano adquiere
diversas formas económicas en cada estado del desarrollo social y, en consecuencia, el
contenido del metabolismo transhistórico entre los seres humanos y la naturaleza varía
significativamente” (Saito, 2022: 82).
2.4 El capital como mediador de la interacción metabólica
En el modo de producción capitalista, el capital es el mediador de la interacción
metabólica entre el humano y la naturaleza. Su objeto es obtener más valor y, con este,
más capital.

está dominado por las obras de su propio cerebro, en la producción capitalista lo está por las obras de
su propia mano” (Marx, 2004: 771).
16
Para más información véase Saito (2023) y Foster (2022)
17
“Concebimos el trabajo bajo una forma en la cual pertenece exclusivamente al hombre. Una araña
ejecuta operaciones que recuerdan las del Tejedor, y una abeja avergonzaría, por la construcción de las
celdillas de su panal, a más de un maestro albañil. Pero lo que distingue ventajosamente al peor maestro
albañil de la mejor abeja es que el primero ha modelado la celdilla en su cabeza antes de construirla en
la acera” Marx (2004: 216).
“Lo que importa en la producción capitalista ya no es la satisfacción de las
necesidades sociales, dado que estas solo se satisfacen de manera azarosa, según
lo que dicta la anarquía de la competencia capitalista. El deseo de acumulación
de capital nunca puede satisfacerse con un determinado valor de uso cualitativo;
es un movimiento infatigable de una cantidad incesantemente creciente” (Saito,
2023: 149).
En las sociedades precapitalistas, los aspectos materiales del trabajo y la naturaleza solían
entrar en consideración a la hora de organizar la producción18. En el capitalismo, en
cambio, estos solo se consideran en la medida en que influyan en el precio de las
mercancías. La valorización del capital solo es posible cuando se cuenta con todos los
insumos necesarios. Por ende, los capitalistas se ven obligados por la lógica del sistema
a reducir todos los costos superfluos, incluyendo aquellos necesarios para una
reproducción sostenible de la naturaleza. Una cosecha menor o el agotamiento del suelo
y las minas pueden perjudicar la acumulación de capital al interrumpir por completo el
proceso de producción (Saito, 2023: 117). Por esto, el capital, entendido como valor que
busca autovalorizarse en un ciclo infinito, encuentra una contradicción en el límite
material que ejerce la naturaleza y la explotación de recursos finitos. Este siempre intenta
superar los límites a través del desarrollo de las fuerzas productivas19 y el comercio
internacional (buscando nuevos recursos como el guano en el siglo XIX).
" de ahí, empero, del hecho que el capital ponga cada uno de esos límites como
barrera y, por tanto, por de que idealmente le pase por encima, de ningún modo
se desprende que lo haya superado realmente; como cada una de esas barreras
contradice su determinación, su producción se mueve en medio de
contradicciones superadas constantemente, pero puestas también
constantemente” (Marx, 2001: 361)
Los límites que impone la naturaleza se tienen en cuenta solo cuando afectan la
rentabilidad y se intentan superar con el desarrollo tecnológico, no para reestablecer una
relación sostenible con esta, sino solamente en pos de reestablecer la rentabilidad. Pero,
aunque la naturaleza tenga cierta “elasticidad” en sus límites, el capital no puede
establecer un control total sobre el mundo material. Los limites, tarde o temprano,
aparecen, aunque suelan hacerlo con rezago. Y, en algunos casos, las consecuencias
pueden ya ser irreversibles20.

18
Esto no significa que las formas de producción pre capitalistas fueran necesariamente sostenibles. El
usufructo de la naturaleza inconsciente de sus consecuencias ha llevado a la caída de varias civilizaciones.
La diferencia en el modo de producción capitalista reside en el hecho de que estas consecuencias no eran
inherentes a sus modos de producción. El impulso incesante y rapaz por plustrabajo no existía porque solo
se generaba a través de la coacción externa. No había motivación para seguir trabajando una vez satisfechas
las necesidades de valores de uso. Para el capital, en cambio, la única razon para producir es para obtener
plusvalor el cual se transforma en una motivación infatigable.
19
Existe un debate sobre que es el desarrollo de las fuerzas productivas. No es el objetivo de este trabajo
ahondar en este debate. En el contexto de este trabajo, el desarrollo de las fuerzas productivas refiere al
aumento de la productividad del trabajo.
20
El ejemplo más claro del rezago de los efectos y de la irreversibilidad de sus consecuencias, es el del
calentamiento global. Aunque las emisiones de gases de efecto invernadero se detengan por completo, el
planeta se seguiría calentando por varias décadas. Y si se supera cierto punto de no retorno que los
2.5. La ruptura metabólica entre el humano y la tierra
A diferencia de los análisis que llevan a la causa del agotamiento de los suelos al aumento
de la población21, Marx ofrece una visión sobre las diferencias cualitativas entre el modo
de producción capitalista y el de todas las sociedades precedentes para entender ese
fenómeno.
Marx fue contemporáneo de Liebig y de los debates que suscitó la creciente preocupación
sobre el agotamiento de los suelos. Malthus (2022)22 y Ricardo (2010)23 sostenían que el
aumento de la demanda de los alimentos conllevaba el uso de tierras con menor fertilidad
con su consecuente aumento de precios. Ricardo derivó de esto su teoría de la renta
diferencial.
En un principio, Marx tomó una posición optimista como el propio Liebig tomaba en las
primeras ediciones de su libro “Química agrícola” donde sostenía que, con el uso de
fertilizantes sintéticos, el problema no debía suscitar mayores preocupaciones. Pero
Liebig fue cambiando de postura y, posteriormente, en el prólogo a la séptima edición de
su libro, en 1862, comenzó a hablar de que no es infinita la capacidad de la tierra y que
el doble de trabajo no puede producir el doble de cosechas, a pesar del uso creciente de
fertilizantes. Pero esto se debe, no a una característica inmanente de la tierra, como
sostenían Ricardo y Malthus, si no a limites fisiológicos. Liebig sostuvo que el aumento
de la producción de la tierra en el corto plazo en pos de su consumo en las ciudades no es
más que un robo perpetrado contra el suelo:
"Se entiende así que el aumento de las cosechas, que se busca conseguir a través
del mejoramiento del suelo por medios tales como el drenaje y el abono, por ley
natural, no puede tener durabilidad. Se logró una cantidad mayor de cosecha no
porque se enriquecieran las materias nutritivas del suelo, sino porque se usaron
técnicas que lo empobrecen más rápidamente" (Liebig, Prologo a la séptima
edición de la química agrícola)24.
Marx tomó nota de este cambio en la postura de Liebig y a partir de allí realizó una crítica
ecológica del sistema capitalista a través del concepto de “fractura metabólica”:

Con la preponderancia incesantemente creciente de la población urbana,


acumulada en grandes centros por la producción capitalista, esta por una parte
acumula la fuerza motriz histórica de la sociedad, y por otra perturba el
metabolismo entre el hombre y la tierra, esto es, el retorno al suelo de aquellos
elementos constitutivos del mismo que han sido consumidos por el hombre bajo

científicos establecen entre el 1,5 y 2 grados con respecto a la era preindustrial, se desencadenan procesos
irreversibles y el futuro del clima se vuelve impredecible, aunque con certeza, mucho más caliente.
21
Para un ejemplo actual véase Hartermink (2007)
22
Malthus (2010) resumía el problema en 2 ecuaciones, una para las plantas y los animales, y otro para los
humanos. Los primeros tenían una tasa de crecimiento aritmética y los segundos crecían en progresión
geométrica. Como crecían a distinto nivel era necesario que factores externos como guerras o enfermedades
ocurrieran periódicamente para reducir la población. Por ende, negaba el carácter histórico y social de la
reproducción humana.
23
Aunque Ricardo admitía la posibilidad de mejora de la tierra, suponía que eran bastante limitadas por lo
que la fertilidad del suelo era algo natural y ahistorico.
24
Extraído de Saito (2023: 232).
la forma de alimentos y vestimenta, retorno que es condición natural eterna de la
fertilidad permanente del suelo.[...] Pero a la vez mediante la destrucción de las
circunstancias de ese metabolismo[...] obliga a reconstituirlo sistemáticamente
como ley reguladora de la producción social y bajo una forma adecuada al
desarrollo pleno del hombre.[...] todo progreso de la agricultura capitalista no
es solo un progreso en el arte esquilmar al obrero, sino a la vez en el arte
esquilmar el suelo; todo avance en el acrecentamiento de la fertilidad de este
durante un lapso dado, un avance en el agotamiento de las fuentes duraderas de
esa fertilidad.[...] La producción capitalista, por consiguiente, no desarrolla la
técnica y la combinación del proceso social de producción si no socavando, al
mismo tiempo, los dos manantiales de toda riqueza: la tierra y el
trabajador."(Marx, 2004: 611-613).
El capital necesita de la concentración de la población en las ciudades para su valorización
ya que necesita de un flujo constante de fuerza de trabajo en la fase de crecimiento. Al
mismo tiempo, necesita de una población obrera relativamente excedentaria a las
necesidades de valorización del capital, el ejército industrial de reserva, porque ejerce una
presión sobre el sector de trabajadores empleados a someterse a los dictados del capital
profundizando el plusvalor obtenido de ellos por el capital. Al concentrarse la población
en las ciudades, los nutrientes extraídos de la tierra mediante la agricultura intensiva no
volvían a los campos, degradando progresivamente la fertilidad del suelo. Mientras tanto,
los deshechos animales y humanos contaminaban las capitales industriales. Esta fractura
metabólica implica que se violan las condiciones de sostenibilidad impuestas por la
naturaleza. Dado que se interrumpe el ciclo de los nutrientes, se hace necesario el
mantenimiento o el aumento de la fertilidad del suelo, a corto plazo, mediante
incorporación de abonos.
2.6 La ruptura del ciclo de los nutrientes
Hasta mediados del siglo XIX25 y, en la gran mayor parte del mundo, hasta bien entrado
el siglo XX, la mayoría de los productos agrícolas se consumían en las tierras donde se
producían, ya que la gran mayor parte de la población mundial era rural 26. El fin de la
producción era la propia subsistencia del campesino a través los productos de las plantas
o el consumo de animales que se alimentaban de las plantas. Se podría considerar que
existía un ciclo cerrado o semicerrado27 de nutrientes (figura 1, triangulo A). Con el
surgimiento del capitalismo y la revolución industrial, el fin de la producción dejo de ser
la propia subsistencia del campesino y paso a ser el mercado de las ciudades con el fin de
abastecer el creciente consumo de alimentos y materias primas que se requerían. Esto
generó un quiebre físico entre el lugar de producción y el lugar de consumo (figura 1,
triangulo B). Una parte de los nutrientes no volvían a la tierra y las aguas residuales que
contenían esos nutrientes contaminaron lagos y ríos o directamente el océano.
Figura 1: El ciclo de los nutrientes desde el inicio de la agricultura.

25
Este apartado se basa principalmente en Magdoff et al. (1997), Foster & Magdoff (2000) y Abbona
(2017).
26
En Europa, muy pocas ciudades superaban los 50 mil habitantes.
27
Ya que existían ciudades y, por ende, la necesidad del traslado de alimentos de su origen.
Fuente: Extraido de Abonna (2017) en base a Magdoff et al. (1997)
Después de la segunda guerra mundial, con la reconversión de la industria de explosivos
a la producción de fertilizantes nitrogenados28, se produce otro quiebre físico. Con la
amplia disponibilidad de fertilizantes nitrogenados, ya no era necesario depender de los
cultivos de leguminosas que transforman el nitrógeno atmosférico en una forma utilizable
por las plantas para proveer suficiente fertilidad a los cultivos no leguminosos. Los
cultivos de heno de alfalfa y trébol, pertenecientes a las leguminosas, se destinaban
anteriormente a la alimentación vacuna u ovina. Una vez que no se requería cultivarlos
para suministrar nitrógeno a los cultivos no leguminosos (trigo, maíz, cebada), las granjas
podían especializarse de manera más sencilla en actividades agrícolas o ganaderas.
La agricultura permanente, sin la rotación ganadera, impidió el retorno de, por lo menos,
algunos de los fertilizantes extraídos de los cultivos ya que ahora la producción ganadera
se concentra cerca de su consumo a partir de grandes unidades de producción para la cría
y engorde del animal, los llamados feedlots o corrales de engorde29 (figura 1, triangulo

28
También es importante señalar otra conexión agroquímica con el complejo militar-industrial: muchos de
los pesticidas utilizados en la agricultura se desarrollaron originalmente con fines militares como
defoliantes y agentes nerviosos. Para más información véase Eleisegui (2017).
29
Se debe señalar también la crueldad del trato animal en estos corrales de engorde. “La crianza de animales
en grandes “granjas industriales” se realiza en condiciones infrahumanas. Los pollos para carne ("pollos
de engorde") se crían en establos de decenas de miles de aves. Los pollos han sido criados para aumentar
de peso rápidamente (esto, por supuesto, significa una “rotación” más rápida y más ganancias) y tienen
pechugas grandes debido a la preferencia por la carne blanca. Son menos activos porque gran parte de la
energía que consumen se convierte en crecimiento y, por lo tanto, pasan la mayor parte de su vida sentados
en el suelo - incluso cuando el estiércol se acumula durante un ciclo de crecimiento – perdiendo las plumas
en el pecho y desarrollando llagas debido al contacto casi constante con el estiércol. Los establos solo se
limpian después de enviar los pollos […]. Criados principalmente con luz tenue (las empresas pueden
prohibir la iluminación natural), viven una vida corta de seis a ocho semanas enteramente en el granero.
C). La ruptura del ciclo de los nutrientes, pasando de un ciclo cerrado o semi cerrado a
uno totalmente abierto por la separación física primero de las personas y luego de los
animales de las tierras de cultivo, creó la necesidad de utilizar niveles cada vez mayores
de nutrientes sintéticos.
Magdoff et al. (1997) señalan las principales consecuencias de esta quiebre físico:
“El meollo de los problemas resultantes de la separación geográfica de cultivos
y animales se puede resumir como dos caras de la misma moneda: (i) la
disminución de la materia orgánica del suelo y los nutrientes en las fincas de
cultivo (lo que requiere la aplicación de grandes cantidades de fertilizantes
sintéticos, así como otros insumos para compensar el agotamiento de la materia
orgánica), y (ii) la sobreabundancia simultánea de nutrientes y materia orgánica
en las instalaciones de producción animal (con la consiguiente contaminación de
las aguas superficiales y subterráneas)” (Magdoff et al., 1997: 7).
En este sentido también se pronuncia Aparicio et al. (2018) que señala que el sistema de
agricultura industrial (IA), a menudo implementado a gran escala y con alta dependencia
del uso de insumos, está reduciendo la materia orgánica del suelo (MOS) 30 los cual pone
en riesgo la fertilidad de los suelos. Además el flujo de fósforo y nitrógeno hacia los
cuerpos de agua pueden provocar florecimientos del fitoplancton, proceso conocido como
eutrofización31. Por otro lado, se debe remarcar que el confinamiento de miles de animales
para su cría y engorde crea las condiciones para el salto de bacterias y virus de animales
a humanos, generando nuevas enfermedades y la posibilidad de nuevas pandemias
(Wallace, 2016).
2.7 Relaciones de dependencia y fractura metabólica global
El capital procura constantemente superar sus límites materiales buscando nuevos
mercados para la venta de sus productos y el aprovisionamiento de materias primas más

Se les alimenta con una dieta mezclada con aditivos cuestionables, como antibióticos que mejoran el
crecimiento, pero muchos mueren en las condiciones de hacinamiento, y uno de los trabajos en la
operación es revisar el establo con regularidad y retirar las aves muertas o con deformidades. […] Debido
a que las aves han sido criadas para crecer tan rápidamente, es posible que sus patas no puedan
sostenerlas, por lo que siempre hay aves cojas, incapaces de caminar; generalmente son sacrificados.
[…]Estos problemas no se limitan a las aves de corral.” (Magdoff, 2015)
30
La materia orgánica del suelo (MOS) es esencial para lograr y conservar suelos saludables. Si bien las
plantas no pueden usar directamente los nutrientes que en ella se presentan, la MOS presenta diversas
propiedades que influencian positivamente la productividad del suelo. Entre ellas, se encuentra la de
favorecer la agregación del mismo, dando una mejor estructura. Esto lleva a que se beneficie la retención
hídrica, se estabilicen las partículas inorgánicas disminuyendo la erosión, se atenúe la compactación
favoreciendo la estabilización del sistema poroso y aumente la capacidad de intercambio catiónico por la
presencia de cargas superficiales en sus compuestos, entre otras. De esto se infiere que la reducción y
desgaste de la MOS, resultante de las prácticas agrícolas, acarrea consecuencias para el rendimiento de los
cultivos que no pueden esquivarse únicamente con fertilizantes, debido a que el agregado exógeno de
nutrientes no puede facilitar la formación de agregados con todos los beneficios que ello conlleva, dejando
el suelo expuesto a la erosión, una baja retención de agua y una baja conservación de los nutrientes (Rubio
et al., 2019).
31
La eutrofización puede disminuir la presencia de oxígeno en el agua debido a que las algas y los
microorganismos que se alimentan de ellas consumen cantidades significativas de oxígeno durante su
proceso de respiración celular. Esto puede ocasionar la muerte de otros organismos y da lugar a la formación
de áreas carentes de oxígeno que dificulta el desarrollo de la biodiversidad. (Chapín, 2011).
baratas. Las transferencias de valores económicos se reflejan en flujos materiales desde
países dependientes, coloniales o semi coloniales hacia las potencias imperialistas.
Bunker (1984 & 1985) señala que la extracción y exportación de recursos naturales desde
los países periféricos a los desarrollados, implicaba también el flujo de energía y materia
creando asimetrías en la explotación del ambiente y una fractura metabólica global. Un
ejemplo de esto fue el “saqueo” del guano y el salitre durante el siglo XIX que provocaron
el agotamiento de este recurso, perturbando el ciclo de las aves marinas para su
reposición, y dejando sin estos abonos a la agricultura de estos países.
En Argentina, como país principalmente exportador de materias primas, la exportación
de cereales y oleaginosas implica también la de nutrientes de nuestros suelos a los países
importadores (principalmente Europa y Asia) generando deficiencias de nutrientes y, por
otro lado, problemas de tratamiento de los desechos en aquellos países (Grote et al.
2005)32. Nuestra producción es utilizada para el consumo de animales en otros países lo
que profundiza la ruptura en el ciclo a nivel global. “La mayor parte de los alimentos
consumidos en las regiones centrales viajan entre 2500-4000 km”. (Duran y Reyes, 2021:
448 t1).
2.8 Los picos de producción y los limites materiales que plantea la
naturaleza
En la fase inicial de la explotación de un recurso minero se observa un crecimiento
progresivo, una curva ascendente. Durante este período, es posible obtener mayores
cantidades de materia prima. Se aprovechan los yacimientos más accesibles y de mayor
tamaño, y con la experiencia adquirida, se explotan otros con relativa facilidad. Sin
embargo, llega inevitablemente un momento en el que la capacidad de extracción
comienza a disminuir. En la segunda fase, la extracción se realiza en cantidades cada vez
menores, la calidad del recurso es inferior (ya que se agotan primero los mejores
yacimientos) y se vuelve más difícil obtenerlo (al principio se seleccionan los lugares de
extracción más fáciles y de mayor tamaño). En consecuencia, una vez que se alcanza el
pico de producción, lo que queda es una disponibilidad decreciente, de menor calidad y
que requiere mayores dificultades técnicas, financieras y energéticas. Todo esto genera
una presión al alza en el precio de la materia prima. El pico de extracción puede calcularse
a partir de las reservas pero depende tambien de otros factores como los politicos (ayudas
publicas y subsidios), económicos (inversiones), sociales (resistencias a la explotación),
o tecnológicos (Durán y Reyes, 2021).
La produccion de fertilizantes sinteticos requiere, en el caso del potasio y el fósforo, de
explotaciones mineras. Los minerales concentrados representan solamente 0,01-0,001%
de la corteza terrestre. Las minas suelen tener una vida util de 10 a 40 años . Actualmente
se necesita remover el triple de roca para conseguir la misma cantidad de minerales que
hace un siglo (Zittel y Exner, 2013; Valero, 2015; United nations, 2011)33. A pesar de las
mejoras tecnologicas en la extracción, esto está generando un aumento en el costo de
extracción de los minerales a nivel general.

32
Extraído de Abbona (2017)
33
Extraído de Durán y Reyes (2021).
En el caso de la roca fosfórica, Cordell et al. (2009) señala que el pico de producción, en
base a las actuales reservas (con concentración como para ser explotable rentablemente),
ocurrirá entre 2030 y 204034. Otros autores señalan que este estudio subestimó las
reservas de roca fosfórica mundiales y que pueden durar cientos de años más (Jasinki,
2011; Van Kauwenbergh 2010)35. Pero las reservas nuevas que se puedan encontrar no
es probable que muestren el mismo nivel concentración que las actuales. Si la
concentración de fosfato en la roca disminuye y se necesitan mayores volúmenes de
mineral para obtener una determinada cantidad de fósforo, es probable que aumenten los
costos de producción, el consumo de energía y la generacion de desechos en la extracción
de roca de fosfato. Por lo tanto, el suministro de fósforo barato y de facil acceso es
limitado y será escaso en un futuro lo cual impone un limite fisico insuperable con el
actual modelo productivo.
Por otro lado, Al Rawashdeh (2020) señala que las producción de potasa, en base a las
reservas actuales, alcanzaran su pico inminente en 2057. Para Canadá sería en 2042,
Bielorrusia en 2040, Rusia en 2073, Jordania en 2056 e Israel en 2045. Por otro lado,
Estados Unidos y Alemania ya han alcanzado sus picos de producción en 1980 y 1968,
respectivamente.
Pero el pico de produccion más preocupante de todos, ya que pone en cuestión todo el
sistema mismo36 debido a la dependencia de su matriz energetica, es el pico del petróleo.
En el año 2010, la Agencia Internacional de la Energía emitió su primer reconocimiento
de que la extracción de petróleo convencional había alcanzado su nivel más alto entre
2005 y 2006. Desde entonces ha experimentado un descenso gradual37. Durante esos
años, la producción de petróleo crudo convencional alcanzó un récord histórico de casi
70 millones de barriles diarios. Sin embargo, a fines de 2018, la producción de petróleo
crudo convencional se ubicó en torno a los 67 millones de barriles diarios, mostrando una
disminución constante.
La produccion total ha crecido en base a los no convencionales, que lograron contener
esta caida e inclusive logró aumentar el total hasta los 90 millones de barriles diarios en
2018. Sin embargo, este aumento solo se explica por el petroleo de roca poco porosa
(tambien llamado de esquisto) el cual se extrae a traves de una tecnica de fractura
hidraulica (fracking) que se realiza principalemente en Estados Unidos y Argentina. Esta
tecnica es mucho mas costosa en terminos ambientales, energeticos y economicos (sus

34
Extraído en Syers et al. (2011)
35
Ídem.
36
Según Durán y Reyes (2021), la agricultura actual dependiente de insumos sintetizados la transforma en
petróleo dependiente ya que se necesita gas natural para producir fertilizantes nitrogenados y petróleo para
sintetizar los pesticidas. A esto se le debe agregar el diésel para el transporte de alimentos y y la extraccion
y transporte de minerales para la producción de fertilizantes.
37
“En 2016, 33 de los 50 países extractores habían sobrepasado su pico [de producción de petróleo
convencional]. Entre ellos están: Estados Unidos (1970), Indonesia (1977), Rumania (1977), Egipto
(1993), Argentina (1998-2001), Reino Unido (1999), Uzbekistán (1999), Noruega (2001), Yemen (2002),
México (2004), Dinamarca (2004), Guinea (2005), Nigeria (2005), Arabia Saudí (2005), Argelia (2005),
Emiratos árabes Unidos (2006), Ecuador (2006), Angola (2008), Irán (2012), Rusia (2012), Kuwait
(2013)”(Durán y Reyes, 2021).
costes de explotación rondan entre los 65 y 80 US$/barril)38. Ademas el crudo que se
obtiene no sirve para producir diesel el cual el es principal combustible de muchas
industrias. Si exceptuamos a EEUU, la produccion mundial de petroleo cayó
continuamente desde 2015. El petroleo obtenido a partir del “fracking” no ha podido
contener la caida del convencional y la produccion total ha caido en los ultimos años. De
acuerdo con los pronósticos más pesimistas, la técnica de extracción mediante fractura
hidráulica alcanzaron su pico en 2019; según las estimaciones más optimistas, su pico de
produccion no se alcanzará hasta el año 2025. (Duran y Reyes, 2021;Turiel, 2021). Todo
esto genera una tendencia al aumento de los precios de la energia a nivel global.
La mineria y el procesado de minerales consume entre el 6-10% de la energia global
(Bardi et al., 2013). Las maquinas consumen principalmente diesel, combustible que solo
se puede producir con petroleos ligeros de las explotaciones convencionales. Como la
produccion de petroleo convencional ha llegado a su pico, también la de Diesel. El
aumento en los precios del diesel afectará fuertemente la industria minera, entre ellas, la
minería de potasa y roca fósforica39.
Por otro lado, con respecto al gas, el principal combustible que se utiliza en la industria
de nitrogenados, los análisis más actualizados nos brindan un rango de fechas estimadas
para el punto máximo de extracción del gas natural convencional, ubicado entre los años
2023 y 2027. Sin embargo, si consideramos el gas proveniente del “Fracking”,
principalmente explotado en Estados Unidos, incluso considerando las predicciones más
optimistas, solo se retrasaría el punto máximo de producción de gas natural hasta el año
2030.

38
“Añádase a esto que los pozos de fracking obtienen el 80 % de su rendimiento en los dos primeros años
y que cinco años después su producción resulta completamente despreciable, por lo que se suelen
abandonar antes de cumplirse ese plazo, y se comprenderá por qué no se han hecho oleoductos que
transporten la producción, pues los pozos duran tan poco tiempo que no sale a cuenta. Todo se traslada
en camión, tanto el petróleo que se extrae como el agua y la arena que se inyectan para hacer la fractura
hidráulica, las sustancias que se usan para favorecer el flujo de hidrocarburos y las aguas contaminadas
que afloran. Todo va en camiones, que en las zonas más productivas forman hileras interminables que
circulan veinticuatro horas al día. Y como de promedio se necesitan doscientos pozos de fracking para
producir lo mismo que con un pozo convencional, se tienen que perforar miles de pozos, sin pausa, para
mantener en marcha semejante industria” (Turiel, 2021: 27).
39
“El diésel es la sangre del sistema. Mueve los camiones, las excavadoras, los tractores e, indirectamente,
los barcos. Antes los barcos podían utilizar combustibles de peor calidad, pero desde el 1 de enero de 2020
ha entrado en vigor la nueva normativa marítima internacional (IMO 2020), que limita las emisiones de
azufre. Por eso los barcos ahora necesitan un tipo de combustible que, aunque no es exactamente igual
que el diésel, compite con él en la misma franja de destilación y refinería. Además, los destilados medios
que están en la misma franja que el diésel han caído un 50% desde 2008. Todo ello ha contribuido a que
el coste del transporte por barco se haya multiplicado por 10 desde el año pasado. Esta situación también
ha hecho que se incrementen los costes de los trabajos de minería en todo el mundo. Algunas minas están
electrificadas, pero la mayoría, no. Todo en ellas se hace con diésel. Por eso se están cerrando y
abandonando proyectos de nuevas minas de muchos materiales, incluyendo el carbón, cuyo pico fue en
2014, y el uranio, cuyo pico fue en 2016”. CSIC. (2021).
3. El mercado de fertilizantes en la argentina: Historia,
desarrollo y consecuencias en la agricultura

3.1 La agricultura argentina y el consumo de fertilizantes hasta la


década de los 90
Hasta fines de la década del 50, las reservas de nutrientes del suelo y la alternancia
frecuente de las tierras de cultivos agrícolas y de pasturas con leguminosas fueron, en
apariencia, suficientes para mantener un flujo adecuado de nutrientes para las cosechas
(Campos et al. 2012). El sistema de producción predominante en la región pampeana se
basaba en una rotación de siete años, que consistía en dos años de cultivo de maíz,
seguidos de un año de trigo y cuatro años de pasturas con leguminosas. Los años
dedicados a la siembra de pasturas permitían que el suelo recuperara su fertilidad y
estructura natural ya que proporcionaban fertilizantes orgánicos (estiércol). Además, con
el cultivo de leguminosas se fija nitrógeno atmosférico en el suelo, por lo cual la
restitución de nutrientes tenía lugar por mecanismos biológicos (Ekboir, 2001: 6; Del
Bello, 1991: 695-718). Por otro lado, el Ing. Horacio Giberti40 señaló como otra de las
razones que las semillas que utilizaban estaban moldeadas para sobrevivir sin nutrientes
y, por lo tanto, tenían baja respuesta a la aplicación de fertilizantes41. En un estudio del
año 1962, la casi total ausencia de actividades de fertilización hacía indicar a su autor:

“Las tierras pampeanas han sido distinguidas entre las más feraces del globo, lo
que ha quedado evidenciado por los altos niveles de su producción durante
medio siglo, sin recibir prácticamente fertilización alguna ni rotaciones
adecuadas”42.

En el mismo sentido, Gonzalez San Juan (2015) señala:

En la Argentina y principalmente dentro de la Región Pampeana, la producción


agrícola fue realizada durante casi un siglo aprovechando la fertilidad natural
de sus tierras. Esta fertilidad natural, debida a un alto contenido original de
materia orgánica, un pH levemente ácido, una textura superficial franca, franco-
arcillosa o franco-arenosa, y a un material madre (loess) rico tanto en bases (Ca,
Mg y sobre todo en K) como en otros nutrientes, permitió obtener rendimientos
aceptables entre 1860 y 1960 sin necesidad de recurrir a la fertilización (García
y Darwich, 2009)”

40
presidente del INTA durante la presidencia de Frondizi y secretario de agricultura y ganadería entre julio
de 1973 y octubre de 1974
41
“Más de una vez, hubo fracasos al iniciar la utilización de fertilizantes. Tiene que haber variedades
adecuadas, porque nuestras variedades estaban seleccionadas para pasar hambre, por así decirlo. El
fertilizante empezó a producir efecto cuando se cambiaron los cultivares, cuando se cambió toda una
forma de producción. Al fertilizar también se fertilizan las malezas, de modo que hubo que aplicar
herbicidas, hubo que adecuar la labranza, el mayor crecimiento de masa vegetal, requiere mayor
cantidad de humedad, requiere entonces un laboreo adecuado. Cuando se fueron armonizando todas esas
cosas, sí el consumo de fertilizantes se fue difundiendo.” Entrevista al ing. Giberti en Pierri (2004:76).
42
Véase Borella (1962). Citado en Romero (2013).
Según Del Bello (1991), hasta 1979-80 solo se fertilizaba aproximadamente el 15% de la
superficie sembrada con trigo, y el resto del consumo de fertilizantes se concentraba en
cultivos intensivos de regiones no pampeanas tales como caña de azúcar, vid, frutales de
carozo y pepita. Estos representaban el 75% del consumo global y solo ocupaban el 8%
del área sembrada. Al respecto, Romero menciona los siguientes datos extraídos en base
al Consejo Técnico de Investigaciones: “Un informe de 1981 sostenía que en la Argentina
se utilizaban sólo 0,5 kilogramos de fertilizantes por hectárea al año mientras que en
Chile y Uruguay se consumían entre 20 y 30 kilogramos por hectárea al año y en EE.
UU. y los países de la Comunidad Económica Europea unos 250 kilogramos por hectárea
al año”. (Romero, 2014: 82)

Del Bello (1991) señala distintas razones del bajo empleo de fertilizantes en esa época:
a) Producción extensiva y rotación agrícola-ganadera. Esto, como ya fue explicado
anteriormente, permitía mantener la fertilidad por mecanismos biológicos. En términos
de lo explicado en el apartado del ciclo de los nutrientes, todavía no se había producido
la ruptura física entre la producción y el consumo por los animales (figura 1 triángulo B).
b) Relaciones de precios insumo-producto desfavorables. Por un lado, los precios de los
cereales y oleaginosas de origen argentino han experimentado una tendencia descendente
y una brecha en comparación con los precios internacionales. Por otro lado, los costos
locales de los fertilizantes han sido históricamente más altos que los precios
internacionales cuya producción y abastecimiento local estaba monopolizado por una
firma local (Petrosur S.A.).
c) Incertidumbre en los niveles de respuesta pese a los importantes esfuerzos que el INTA
realizaba sobre fertilización. Había zonas que por razones de exceso y déficit de humedad
la respuesta era muy aleatoria.
d) Los sistemas de producción por contrato a corto plazo (contratista) donde se contribuye
con todo el capital de explotación por parte del productor, pero el rendimiento marginal
producto de la fertilización sería para ambas partes.
e) Incertidumbre económica. La fertilización se realiza seis meses antes de la cosecha. La
inestabilidad, sobre ciertas políticas macroeconómicas en el país, afectan la previsibilidad
del sector.
f) Otros. La ausencia de políticas de promoción, la falta de investigación adecuada y la
carencia de sistemas de riego artificial que permitieran reducir la incertidumbre causada
por factores climáticos.
Romero (2016: 255) señala también “el desconocimiento por parte del productor de los
niveles de déficit de su suelo” y “el insuficiente avance tecnológico nacional alcanzado
en la materia, la escasa promoción al desarrollo de fuentes locales de aprovisionamiento
y el eventual relativo desinterés imperialista en el rubro”.
Evidenciando diferencias con el análisis de Del Bello (1991), Reca (2010) señala una
responsabilidad en las instituciones y organización agropecuarias del momento:
“Durante casi 40 años los distintos actores involucrados en el diseño y ejecución
de la política agropecuaria Argentina permanecieron indiferentes - cuando no
decididamente opuestos- frente a las evidencias de los buenos resultados
obtenidos por la creciente utilización de los fertilizantes en la producción de
granos en el mundo, ignorando los beneficios potenciales de su incorporación a
los sistemas productivos del país. […] El gobierno nacional, (secretaría de
agricultura y ganadería) no tuvo una actitud proactiva en esta materia. Las
entidades representativas del agro no manifestaron su inquietud por el tema. […]
Tampoco el INTA priorizó sus investigaciones en esta materia. Sus proyectos en
el área de suelo se aferraron al paradigma de la conservación de la fertilidad de
los suelos mediante rotaciones en los cultivos sin percibir que existía un nuevo
factor en el mundo (los fertilizantes químicos) que modificaba el marco de
referencia.”
En las décadas de los 60 y principios de los 70, la agricultura experimentó una
intensificación de la mano de una mayor mecanización, el uso de semillas híbridas y la
incorporación de la soja. Al mismo tiempo, sucedía un estancamiento de la producción
ganadera43. Este cambio en los métodos de cultivo conllevó a la sustitución progresiva de
la rotación agrícola-ganadera con la introducción de la producción agrícola permanente y
del doble cultivo de granos en la misma campaña (trigo-soja). García y Darwich (2009)
señalan que en la década de los 80 “en la mayoría de las regiones productivas de la pampa
húmeda se alcanzaron y/o superaron valores de 80% de uso agrícola del suelo”.

Al respecto, Pierri (2013) destaca el rol de las políticas públicas en este proceso. Los
cambios tecnológicos que fueron mejorando los rendimientos de los cultivos comienzan
desde la década del 60, con la creación de INTA y la incorporación de semillas hibridas
en algunos cultivos, y son constantes desde entonces. Además, Pierri (2007) señala que
la poca variación de la demanda interna indica que la evolución de la producción depende
del mercado mundial y las posibilidades reales de colación de las exportaciones agrícolas
y ganaderas de nuestro país44.
Sin embargo, este inicio de cambio de métodos no fue combinado con un uso creciente
de fertilizantes, como sucedía a nivel mundial. Ya en la década del 80, comenzó a ser
visible el proceso de desgaste de nutrientes del suelo como consecuencia de la creciente
intensificación de los cultivos. Según señala la Ing. González San Juan45:

“Hacia la mitad de la década, los niveles de materia orgánica en la capa arable


del suelo cayeron aproximadamente al 50% del contenido original. El uso de
fertilizantes minerales era bajísimo, 13 kg/ha cultivada. Este consumo se
concentraba en cultivos regionales como caña de azúcar y frutales, en papa, en
trigo y, en mucho menor grado, en maíz y pasturas. Comenzó un proceso de

43
Bisang & Campi (2013: 35) señalan que los precios relativos de los años 70 llevaron a un progresivo
abandono de la ganadería. Pierri (2007: 85) señala que la principal razón de esta intensificación de la
agricultura, en desmedro de la ganadería, se motivó por mayores oportunidades de exportación a nuevos
destinos por parte las exportaciones agrícolas y el cierre de otros mercados para las exportaciones
ganaderas.
44
“La diferencia de evolución entre el incremento sostenido de la producción agrícola y la estabilidad y
posterior estancamiento de la producción Ganadera en los años 60 y 70, se explica, principalmente, por
la distinta evolución del mercado externo para ambas actividades. La tendencia, con fluctuaciones, al
aumento de la producción agrícola de trigo, maíz y otros productos, se motivó por mayores
oportunidades de exportación a nuevos destinos - la URSS, irán, japón y países del Tercer mundo - que
reemplazan al mercado europeo, en especial en periodos determinados que acompañan y provocan,
aumentos de productividad en la producción agrícola” (Pierri, 2007).
45
Investigadora y Gerenta ejecutiva de la Asociación Civil Fertilizar
deterioro de los suelos agravado por el desbalance entre extracción de nutrientes
por las cosechas y reposición por fertilización” (González San Juan, 2015: 66).

En el año 1984, el recientemente elegido gobierno constitucional aprobó el “subprograma


de fertilización de trigo con urea” en el marco del “programa de incremento de la
productividad agropecuaria” que databa de una ley de 1973. La meta era alcanzar los 60
millones de toneladas de granos (FAO, 2004: 30; Romero, 2014: 84; Del bello, 1991:
701). El subprograma consistió en la adquisición gubernamental de grandes volúmenes
de urea en el mercado internacional a un precio accesible, la eliminación de derechos de
importación y de otras restricciones tarifarias y la creación de una estructura de suministro
por medio de organizaciones intermedias de productores, acopiadores y cooperativas
(Campos et al, 2012: 84). La iniciativa establecía que los fertilizantes se adquirían a
crédito contra entrega de los granos lo cual terminaba fijando la relación de insumo
producto y ayudaba a la previsión en marcos de volatilidad de los precios agrícolas que
de existir eran absorbidos por la Junta Nacional de Granos. (Del bello, 1991: 702).

En la campaña agrícola 1984-85, las adquisiciones del gobierno nacional alcanzaron las
50.000 Tn de urea. A pesar de los problemas logísticos que generó el retraso del
suministro del fertilizante, que provocó una limitación del consumo en el primer año del
programa, el resultado fue considerado exitoso al consumirse 75.000 Tn de urea en esa
campaña (Idem). En la campaña de 1985/86 se incorporó al Subprograma la oferta de
superfosfato triple de calcio. El gobierno estimó una demanda potencial de 150 mil Tn de
urea y 30 mil Tn de superfosfato triple y efectuó compras por 157 mil Tn y 30 mil Tn. (se
mantuvo la política del año anterior de adquirir a Petrosur S.A. 20 mil Tn de urea y el
resto se importó).

Según Del Bello “las condiciones climáticas adversas en esa campaña (altas
precipitación e inundaciones) y la declinación del precio internacional del trigo
afectaron dramáticamente la demanda efectiva de urea. A pesar de que la relación
insumo producto se mantuvo estable, el margen de rentabilidad del cultivo descendió
abruptamente y desestimulo a un amplio espectro de productores a usar nitrogenados
ureicos. Así el excedente no colocado en la campaña 1985-86 ascendió a unas 67 mil tn
de urea. La Junta Nacional de Granos afecto gran parte del costo financiero” (Del bello,
1991: 702)

El costo económico del subprograma se elevó por los costos financieros derivados del
mantenimiento de altos stocks no vendidos, agravándose la situación a raíz de que para
la campaña 1986/87 el precio internacional de la urea experimento una importante baja.
En síntesis, el consumo de urea con la puesta en marcha del subprograma se elevó
significativamente gracias a la promoción del Estado, pero dicho aumento no pudo
mantenerse produciéndose una declinación del uso de estos insumos a partir de 1986 que
obedeció, fundamentalmente, a la caída en los niveles de rentabilidad del cultivo.
3.2 Producción de fertilizantes en Argentina hasta la década de los 90
Entre las empresas pioneras en la difusión del uso de nitratos como fertilizante se
encuentra Archilnit, que deriva su nombre de una subsidiaria que importaba nitrato de
Chile (Corporación de Ventas de Salitre y Yodo de Chile) en la década de los 60.
Agromax fue otro emprendimiento empresario que promovía el uso de fosfatos de roca
(Melgar y Torres Duggan, 2005: 26). Pero el comienzo de la producción nacional se
produjo en 1968 cuando la empresa Petrosur S.A (compuesta mayoritariamente por
firmas norteamericanas) inauguró la primera planta de producción de fertilizantes del país
para la fabricación de urea en Campana, Buenos Aires. Inició sus actividades con una
capacidad de producción de 100 mil toneladas de urea anuales que después fue ampliada
a 180 mil (González, 2015: 65; Romero, 2014: 82; Romero 2016: 253) y hasta la década
del 90 monopolizó en el país la producción de fertilizantes.

Sin embargo, durante el gobierno de Alfonsín, hubo también intentos de promoción de la


industria local. En 1983 se constituye el comité de producción de fertilizantes
(COPROFER) y en 1987 el gobierno nacional impulsa la iniciativa de la construcción de
2 plantas fertilizantes de producción nacional por medio de sociedades mixtas. Se trató
de la creación de dos de plantas pequeñas, pero no menores de las 100 mil toneladas por
año acordes al nivel de consumo interno de ese momento. La falta de inversionistas que
realizaran un aporte genuino de capital de riesgo ocasionó que ambos proyectos de plantas
fueron frustrados.
Una de las plantas proyectadas, Fertilizantes Del Noroeste S.A. (FERTINOA) “tuvo
numerosos problemas para que los inversionistas interesados aceptaran una localización
predeterminada de la planta, a tal punto que desde principios de 1987 los inversionistas
se retiraron y el proyecto quedo sin apoyatura de capital de riesgo” (Del Bello, 1991:
716). En el caso de Fertilizantes Neuquinos S.A. (FERTINEU) avanzo hasta la
convocatoria de un concurso público y la preadjudicación. Pero por demoras registradas
por la impugnación impuesta por la segunda firma clasificada en el concurso y demoras
en la ejecución del presupuesto adjudicado, esta planta nunca fue puesta en
funcionamiento.46
En el caso de los fertilizantes fosfatados, en la década del 60 se desarrolló el plan
Fosforita, conducido por el servicio minero nacional para prospección de minerales
fosfatados de aptitud fertilizante. Se identificaron cerca de 18 depósitos marinos y/o
sedimentarios de fosfatos de calidad, pero “en general las mismas son de baja ley y/o
ubicados a gran distancia de los centros consumo” (Melgar y Torres Duggan, 2005: 29).
En otras palabras, las reservas mineras encontradas de fosforo en la Argentina, no poseen
una escala suficiente que se justifique su explotación y, por lo tanto, la materia prima se
importó siempre en su totalidad.

3.3 El boom del agronegocio


El proceso de intensificación del uso agrícola del suelo que se inicia en los 60, se acelera
fuertemente a partir de la década de los 90. En 1996, la aprobación y adopción de

46
El proyecto de producción de urea en Neuquén estuvo en estudio desde 1966, cuando la empresa YPF
estudio la factibilidad del aprovechamiento del gas venteado en plaza Huincul. En los 80 el proyecto fue
reflotado durante el gobierno radical “El presidente Raúl Alfonsín incluso llegó a respaldar la iniciativa
durante una visita al municipio de Neuquén cuando les gritó “Ahora Fertineu”, pero no llegó a concretarse”.
En la década de los, 90 la iniciativa resurgió una vez más con la canadiense Cominco Fertilizers, luego
denominada Agrium, pero las negociaciones fracasaron y la empresa se terminó instalando cerca del puerto
de Bahía Blanca con la firma Profertil.

https://www.pagina12.com.ar/105348-de-la-industria-nuclear-a-los-cerealesreflotado
variedades de soja y maíz transgénico junto con un paquete de plaguicidas, fertilizantes
y la adopción de la siembra directa fueron los principales quiebres en el modelo que se
señalan como causas de este aceleramiento. Huergo (2006) acuñó el concepto de
agronegocios para describir el nuevo paradigma de explotación agrícola. Bisang y Campi
(2013) señalan el carácter de organización en red de las explotaciones. Al interior del
sector, se separa el dueño de la tierra de la “empresa de producción agropecuaria” y se
tercerizan las labores en contratistas agropecuarios (Reca, 2010; Bisang & Campi, 2013,
Bisang, 2017). El esquema se completa con los proveedores de insumos industriales con”
una acentuada injerencia técnica en el armado y operación del paquete tecnológico”
(Bisang et al, 2013: 165). El aumento del nivel mínimo de inversión inicial genera que
pequeños y medianos productores les sea más rentable arrendar sus tierras que mantenerse
produciendo.
Como muestra el gráfico 3.1, la participación de la soja se vuelve preponderante siendo
el cultivo de mayor volumen desde principios del siglo actual solo superado por el maíz
en las últimas campañas. En la campaña 2018/19 se alcanza el pico de producción
histórico con 135 millones de toneladas de producción. Desde entonces se ha mantenido
por encima de los 125 millones de toneladas. La tasa anual acumulada de crecimiento
desde la campaña 1996/97 a la campaña 2018/19 es mayor que la de 1983/84 a la campaña
2018/19, demostrando el efecto que tuvo la incorporación del nuevo paquete productivo
en los niveles de producción.
Gráfico 3.1: Producción de los principales granos y oleaginosas
Millones de toneladas

150
135
TAA 2019/1984: 4%
125

100
TAA 2019/1997: 5%

75

50
48
25 32

0
2011/12
1983/84
1985/86
1987/88
1989/90
1991/92
1993/94
1995/96
1997/98
1999/00
2001/02
2003/04
2005/06
2007/08
2009/10

2013/14
2015/16
2017/18
2019/20
2021/22

Girasol Maíz Soja Trigo


Valores en toneladas por cultivo en el eje izquierdo. TAA: Tasa anual acumulada.
Fuente: https://datos.agroindustria.gob.ar/dataset/estimaciones-agricolas.

Además, se expande el uso agrícola de los suelos en detrimento de la ganadería47, de las


economías regionales e inclusive sobre tierras naturales, tierras boscosas y de pastoreo

47
“Como respuesta a rentabilidades relativas, una parte de los suelos- de calidad media/alta- previamente
destinados al engorde pastoril del aganado fueron captados por la agricultura, lo cual generó un
desplazamiento territorial. […] En el lapso 2001-2014 la ganadería perdió, en la región central, unos 11,8
del Gran Chaco, del Noroeste y del Noreste argentino (Viglizzo et al., 2010). Asimismo,
con el uso creciente de la siembra directa que reduce el tiempo de labores48, se intensifica
el uso de la tierra con la incorporación del doble cultivo en el mismo ciclo anual (trigo-
soja). Como podemos observar en el gráfico 2, en la campaña 2021/22 se alcanza 35
millones de hectáreas de los 4 principales cultivos49. Este número incluye 5,6 millones de
hectáreas de soja de segunda que muestra la intensificación del uso de la tierra.
Gráfico 3.2: Hectáreas sembradas de los principales granos y oleaginosas
40 6

35 35
TAA 2022/1984: 2% 5

Millones de hectaereas
30
Millones de hectareas

de soja de segunda
4
25

20 3

15 16
2
10
1
5

0 -

2013/14
1983/84
1985/86
1987/88
1989/90
1991/92
1993/94
1995/96
1997/98
1999/00
2001/02
2003/04
2005/06
2007/08
2009/10
2011/12

2015/16
2017/18
2019/20
2021/22
Girasol Maíz Soja total Trigo Soja de segunda (eje der.)
Valores en toneladas por cultivo en el eje izquierdo. TAA: Tasa anual acumulada.
Fuente: https://datos.agroindustria.gob.ar/dataset/estimaciones-agricolas. Aunque la práctica del doble
cultivo data de la década de los 80, la SAGyP publica datos de esta recién desde el 2000.

También podemos observar el aumento de rendimientos en los 4 principales cultivos. El


aumento de los rendimientos del girasol fue de un 57%, en maíz se duplicó con un 108%,
en soja fue de un 30% y en trigo de un 58%. Sin embargo, en trigo y girasol se observa
un estancamiento de los rendimientos en la última década.

Cuadro 3.1: rendimientos de los principales cultivos por trienios

Trienio Girasol Maíz Soja* Trigo

1984-86 13,0 34,8 21,8 19,2

2011-13 19,5 62,2 24,8 31,3

2020-22 20,4 72,4 28,3 30,3


Valores en quintales por hectárea.*incluye soja de segunda.
Fuente: https://datos.agroindustria.gob.ar/dataset/estimaciones-agricolas.

millones de hectáreas, mientras que en las regiones marginales creció 5,9 millones de hectáreas. En dicho
lapso, el stock ganadero total se redujo de 61,2 a 50,9 millones de cabezas.” (Bisang, 2017: 211)
48
"Referido estrictamente a la siembra, con el modelo tradicional(arado), se cultivaban 0,279 has por hora,
mientras que con el esquema de siembra directa, se implantan, 1,333 has por hora" (Bisang, 2017: 217)
49
Si se incluyen el resto de los cultivos granarios, las hectáreas cultivadas superan los 40 millones (SAGyP,
2020).
https://www.magyp.gob.ar/sitio/areas/ss_mercados_agropecuarios/publicaciones/_archivos/000101_Perfil
es/999975_Utilizaci%C3%B3n%20de%20Fertilizantes%20Campa%C3%B1a%202019-2020.pdf
Por otro lado, el desplazamiento de la ganadería de la zona núcleo va acompañado de un
traslado a zonas menos fértiles y/o la intensificación de la invernada a partir del desarrollo
de los “feedlots”, engorde en confinamiento con alimento balanceado, que representan
actualmente alrededor de 2/3 de la faena (Bisang, 2017; Capdevielle, 2020). El Feedlot
permite disminuir significativamente la demanda de terreno necesario y, en segundo
lugar, acortar las brechas temporales en cuanto a la rotación en comparación con la
agricultura. Además, contribuye a mitigar las bajas productividades durante el otoño
(Portillo y Conforti, 2009)50. Pero esto conlleva una profundización de la ruptura
metabólica del ciclo de los nutrientes, como ya hemos mencionado. Lo que implica una
necesidad de mayor consumo de fertilizantes sintéticos ya que los nutrientes no vuelven
al suelo con el consumo y excretación de los animales, sino que terminan concentrados
en las cercanías de los corrales de engorde (feedlot).

3.4 El despegue del consumo y producción de fertilizantes hasta la actualidad

El aumento de los rendimientos de los cultivos conlleva una mayor extracción de


nutrientes por hectárea lo que lleva a algunos autores a señalar como una auténtica
“minería del suelo”51.Además, según Campos et. al (2012), la siembra directa profundizó
el consumo de fertilizantes “al no promover una oxidación tan brusca de la materia
orgánica como la que tiene lugar en la labranza convencional, exige que los nutrientes
(especialmente el nitrógeno) sean aportados como fertilizantes” (Idem, pp 74). Esto trajo
aparejado un consiguiente aumento exponencial del consumo de fertilizantes.
En la campaña 1990/91, la fundación Fertilizar A.C. estimaba un consumo aparente de
300.000 t (poco más que a comienzos de los 80), del cual se importaban dos tercios y que
considerando una superficie cultivada total del país del orden de las 21 millones de ha
arroja un uso promedio de 14 kg ha-1 (García y Darwich, 2009). A partir de aquella fecha,
el panorama cambió sustantivamente. Por ejemplo, los censos experimentales de
Pergamino de 1988 indicaron que se fertilizaba sólo el 6% de la superficie implantada
con cereales y oleaginosas, mientras que en 1999 ese porcentaje se había incrementado al
43% (Azcuy Ameghino, 2004). Según Fertilizar A C (2022), se fertilizó en la campaña
2021/22 un 69% de las hectáreas cultivables. Como muestra el gráfico 3.3, en 1990 se
consumían 300 mil toneladas de fertilizantes. En el 2021 se consumieron 5,7 millones de
toneladas. Lo que implica que el consumo del 2021 es equivalente a 19 veces el consumo
de hace 22 años.
Gráfico 3.3: Mercado nacional de fertilizantes

50
Extraído de (Capdevielle, 2016)
51
“La pérdida de fertilidad de los suelos de la región agrícola se ha acelerado en los últimos años debido a
que continúa prevaleciendo considerablemente la extracción de nutrientes minerales sobre la reposición, en
lo que constituye una auténtica minería de suelos. La situación consignada atenta contra la sustentabilidad
de los agroecosistemas, limitando la consecución de las metas productivas nacionales” .(Casas & Cruzate,
2021)
6.000 5684
5286
4875
5.000 4686
4305
miles de toneladas

3715 3721 3768


4.000 3609
3368 3250
3166 31803122
2525 2605 2476
3.000 2550
2571
2148
17501805
2.000 1650 1500 1600
1450 1550
1200
800
1.000 540
440
300350

0
1997
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996

1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
2022
Importaciones Producción local

Fuente: Elaboración propia en base CIAFA.


https://www.ciafa.org.ar/info-fertilizantes-mercado
También podemos observar en el siguiente cuadro la variación del consumo promedio
por hectárea. Este ha aumentado constantemente en conjunto con las hectáreas cultivadas,
superando en los últimos años los 120 kg por hectárea52.
Gráfico 3.2: Evolución del consumo promedio

Consumo
Sup. Consumo promedio
Agrícola fertilizantes de
Campañas
(Millones de en miles de fertilizantes
Has) Tn kg/ha
cultivada

1945-1955 18 10 0,6

1955-1965 19 50 2,6

1966-1975 19 150 8

1976-1990 20 250 13

1991-1993 21 408 20

1994-1997 25 1.275 50

1998-2001 27 1.651 60

2002-2005 29 2.211 75

52
Se debe tener en cuenta que este es un promedio en base a dividir el total de fertilizantes por las
hectáreas cultivadas y no por el área neta fertilizada.
2006-2009 32 3.009 93

2010-2013 36 3.380 94

2014-2017 39 3.244 83

2018-2022 41 4.990 122


Fuente: Elaboración propia en base a González San Juan (2015), CIAFA y SAGyP.
3.5 Consumo por producto y por cultivo
En el gráfico 3.5 podemos observar con detalle los principales fertilizantes consumidos
desde 1993 hasta el 2022, siendo la urea el más utilizado. En el año 2022, la cantidad
total de fertilizantes consumidos fue aproximadamente de 4,8 millones de toneladas. De
este total, el 55% correspondió a fertilizantes nitrogenados, el 38% a fertilizantes
fosfatados, el 4% a fertilizantes azufrados, el 1% a fertilizantes potásicos y el restante 2%
a otros tipos de fertilizantes. Esta cifra representa una disminución del 16% en
comparación con el consumo registrado en 2021. En términos de productos, la urea es el
principal fertilizante con 2 millones de toneladas consumidas en 2022 seguida del fosfato
monoamónico.
Gráfico 3.5: Evolución del consumo de los principales fertilizantes en Tn

2.500 Urea y otros nitrogenados


Fosfato Monoamónico y otros MAP
Otros
2.000 UAN y otros líquidos
2.056
Fosfato Diamónico y otros NP
miles de Tn

Superfosfato Simple
1.500

1.000
950
708
500 406
373
277
0
2013

2014
2008

2009

2010

2011

2012

2015

2016

2017

2018

2019

2020

2021

2022

Fuente: Elaboración propia en base a Garcia y Darwich (2009) y CIAFA .


https://www.ciafa.org.ar/info-fertilizantes-mercado
Los nitrogenados son más utilizados que los fosforados en todos los cultivos con
excepción de la soja, más demandante de fosfatados por su capacidad de sintetizar su
propio nitrógeno a partir de su simbiosis con las rhizobacterias.
Gráfico 3.6: Consumo de grupo de fertilizante por cultivo
1% 1% 2% 5%
4% 4% 6% 1%

31% 30%
39%

92%

64% 65%
55%

Trigo Maiz Soja Girasol

Nitrogenados Fosforados Azufrados Otros

Fuente: elaboración propia en base Fertilizar AC


hhttps://fertilizar.org.ar/estadisticas/
3.6 Consumo de fertilizantes por hectárea y rendimientos
Los principales consumidores de fertilizantes son los 3 cultivos principales: trigo, soja y
maíz. En la campaña 2021/22, los tres explican el 77% del consumo de fertilizantes. En
esta campaña, el cultivo que más consume fertilizantes es el maíz seguido del trigo y,
muy por detrás, la soja. Al comparar los datos de los informes respecto de áreas, volumen
de toneladas totales y por hectárea fertilizadas con los rendimientos por hectárea de soja,
maíz y trigo en cada año no surge una tendencia clara de relación positiva a corto plazo
entre consumo de fertilizantes y rendimientos. Al respecto, Viglizzo da una respuesta:
“En la región pampeana, por su parte, el sostenimiento de altos rendimientos agrícolas
demandará cantidades crecientes de fertilizantes que compensen muchas décadas
acumuladas de extracción. En la medida que declinen en el tiempo los stocks de P
disponible en el suelo, es posible inferir que este mineral se convertirá también, en pocos
años, en un activo de valor estratégico para la agricultura Argentina” (Viglizzo et al.,
2010: 26)
El stock de nutrientes comienza a agotarse por balances deficitario de nutrientes durante
décadas. Por esto, para mantener los mismos niveles de rendimientos se necesitan
cantidades crecientes de fertilizantes. Esto se torna más claro con la cantidad de kg.
utilizados por tonelada producida. El estancamiento de rendimientos señalado en el
cuadro 1 no es casual. Se debe aclarar que muchos otros factores intervienen en los
rendimientos de los cultivos en los valores expuestos.
Cuadro 3.3: Fertilizantes por ha. y rendimientos por hectárea.
Área Área neta dosis de Kg. De
Volumen rendimientos Produccion
Soja sembrada Aplicada Uso fertilizantes fertilizante
por hectárea total
(ha) (ha) (ton.) Kg/Ha por Tn
2009/10 18.277.704 9.576.787 52% 888.879 93 2.923 53.247.361 17
2010/11 18.479.105 11.382.368 62% 1.019.233 90 2.607 48.846.100 21
2011/12 18.362.498 11.448.428 62% 947.380 83 2.282 40.097.644 24
2012/13 18.932.261 11.712.986 62% 890.518 76 2.547 49.117.029 18
2013/14 20.273.595 13.618.627 67% 902.080 66 2.774 53.398.720 17
2014/15 20.026.400 14.767.439 74% 735.960 50 3.176 61.398.276 12
2015/16 20.671.799 11.047.883 53% 505.902 46 3.016 59.095.246 9
2021/22 16.294.400 7.169.536 44% 476.714 63 2.763 43.861.066 11
Área Área neta dosis de Kg. De
rendimientos Produccion
Maíz sembrada Aplicada Uso Vol fertilizantes fertilizante
por hectárea total
(ha) (ha) Kg/Ha por Tn
2009/10 3.238.543 2.656.197 82% 561.977 212 7812,2 22.663.096 25
2010/11 4.161.688 3.728.943 90% 875.644 235 6350,3 23.799.830 37
2011/12 4.777.722 4.192.865 88% 931.212 222 5734,6 21.196.637 44
2012/13 4.386.675 3.994.786 91% 786.995 197 6603,7 32.045.751 25
2013/14 4.444.000 4.123.246 93% 798.808 194 6840,9 33.087.165 24
2014/15 4.824.256 4.331.814 90% 822.721 190 7308,9 33.817.449 24
2015/16 4.249.999 3.261.882 77% 606.523 186 7442,7 39.792.854 15
2021/22 10.000.000 8.900.000 89% 2.231.974 229 6733 59.037.179 38
Kg. De
Área Área neta dosis de
rendimientos Produccion fertilizante
Trigo sembrada Aplicada Uso Vol fertilizantes
por hectárea total por Tn
(ha) (ha) Kg/Ha
producida
2009/10 3.140.100 2.709.869 86% 524.437 194 2677 9.023.139 58
2010/11 4.347.061 3.873.648 89% 787.194 203 3503 15.875.653 50
2011/12 4.608.748 3.812.594 83% 770.147 202 3225 14.500.519 53
2012/13 3.653.905 3.244.174 89% 541.278 167 2658 8.024.996 67
2013/14 3.653.195 3.586.758 98% 558.336 156 2662 9.188.339 61
2014/15 4.632.715 4.317.883 93% 577.204 134 2810 13.930.078 41
2015/16 4.096.718 3.697.430 90% 485.495 131 2864 11.314.952 43
2021/22 6.750.000 6.412.500 95% 1.731.375 110 3383 22.150.287 78
Fuente: Elaboración propia en base a estadísticas de Fertilizar AC y SAGyP.

3.7 Producción de fertilizantes en la Argentina desde la década de los 90


Existía hasta los 90 solamente la mencionada productora de fertilizantes de Petrosur
propiedad de un grupo de firmas norteamericanas y desde 1987 en conjunto con el grupo
local Perez Companc que adquirió un tercio del paquete accionario (Romero, 2013: 327).
Esta era la única empresa de producción nacional, con lo cual, no alcanzaba para abastecer
el aumento del consumo interno. Dada esta situación, el incremento de la demanda de
fertilizantes se abasteció por medio de un aumento de las importaciones durante toda la
década estimulado por la liberalización completa de las importaciones de fertilizantes
junto con la anulación de los aranceles que protegían la industria nacional de la urea
(FAO, 2004: 11). Las importaciones provenían alrededor de un 40% de Medio Oriente,
otro 40% de los estados de la Ex Unión Soviética y el 20% restante, principalmente de
Trinidad-Tobago (Dictamen 436/04: 8).

En este contexto de alta demanda satisfecha por importaciones es que a finales de la


década se realiza la mayor inversión en el sector por parte de la firma Profertil SA. Se
invirtió 600 millones de dólares en la construcción de una de las fábricas de fertilizantes
más grandes del mundo, capaz de producir 1.100.000 toneladas de urea granulada/año y
unas 750.000 toneladas de amoníaco. Su localización en Bahía Blanca fue a partir de que
se había formado un polo petroquímico impulsado por el estado desde los 70 pero
privatizado casi en su totalidad en los 9053.

El mayor paquete accionario de PROFERTIL era de YPF, en ese momento en propiedad


de Repsol, y ahora en propiedad del estado, que se asoció con Agrium (Canadá). La
planta se dedica a la producción de nitrogenados por síntesis química en base al proceso
Haber-Bosch. “Esta planta generó un cambio importante en el mercado de fertilizantes.
Principalmente por su gran capacidad de producción, su logística, además de un gran
depósito para el almacenamiento de productos en la estación de baja demanda,
infraestructura para exportar (muelles) y distribuir productos por ferrocarril, además de
camiones a los otros eslabones de la red de distribución” (Melgar y Torres Duggan, 2005:
23-34). La importancia de la creación de la planta en Bahía Blanca se puede observar en
el gráfico 3 donde la producción nacional se triplica del 2000 al 2001.

En septiembre del 2001 el empresario agropecuario Marcelo Larribité presentó una


denuncia contra Profértil ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia
(CNDC) por supuesto abuso de posición dominante. La presentación estuvo impulsada
por la diferencia en el precio de la urea granulada de la empresa que, en ese momento,
según se menciona en el expediente, era de 230 dólares en el mercado interno y de 111,92
dólares para la exportación. Sin embargo, la CNDC dictaminó en el año 2004 que “no se
han encontrado elementos de los cuales se infiera violación a la Ley de Defensa de la
Competencia. (…) El precio que alcanzaron los fertilizantes nitrogenados, y
particularmente la urea, durante el período analizado ha sido reflejo de la evolución del
precio internacional, que es lo que cabe esperar tratándose de un commodity” (Dictamen
436/04: 95)54.
En el dictamen de la CNDC se exhiben una serie de datos sobre el sector de nitrogenados
que permiten profundizar el análisis del mercado en el año 2004. La producción local de
urea era controlada casi en su totalidad por Profertil. Petrobras (desde 2001 dueña de
Petrosur S.A.) solo producía un 2% de lo comercializado en el mercado. El dictamen si
bien reconoce la concentración en el sector de la producción y la comercialización
primaria, se sostuvo que: “PROFERTIL tiene escasas posibilidades de cometer abuso de
posición dominante porque es altamente desafiable, tanto por el bajo nivel de los
aranceles existentes, como por las facilidades portuarias y logísticas que poseen los
grandes distribuidores mayoristas para la importación, como por las posibilidades de
realizar importaciones directas en pequeña escala, ya sea por camión o ferrocarril, tanto

53
El Polo Petroquímico de Bahía Blanca posee una historia sinuosa que nace a partir del impulso del estado
en seguir profundizando el proceso de industrialización en la década de los 70. Se decidió instalar el polo
en esta ciudad porque ahí se encontraba la unión de 3 gasoductos troncales de Gas del Estado que venían
de las cuencas Austral y Neuquina junto con la existencia de un puerto de gran calado. Pero se tardó 20
años en poder entrar en funcionamiento de manera integral y los sucesivos retrasos por vaivenes políticos
o por falta de aporte del capital privado generaron sobreprecios y subsidios que en algunos casos podían
llegar al 100% de la inversión real de los proyectos. En la década de los 90 el estado vendió la totalidad de
la participación accionaria que tenía en las empresas que participaban del polo y eliminó los subsidios al
sector desregulando completamente el mercado. La Firma Profertil se instala en este polo luego de décadas
de promoción estatal que permitieron la logística necesaria (Schvarzer, 1996: 276-279; Odisio, 2008)
54
Al respecto Bisang (2008: 233) señala que “dado el perfil empresario de la oferta (gran empresa con
capacidad de exportación), los precios rápidamente fueron dolarizados.”
los distribuidores minoristas y los propios productores agropecuarios” (Dictamen
436/04: 40)55.
Cuadro 3.4: Estructura del mercado de comercialización primaria de
fertilizantes nitrogenados. Segmento nacional -Año 2004
Oferta Demanda
Empresas Tn Participación de Empresas Tn
mercado
Producción nacional Distribuidores
Mayoristas
PROFERTIL 336.870 77% NIDERA 75.161
PETROBRAS 10.686 2% CARGILL 64.867
Producción Internacional A.S.P. 53.347
Importaciones provenientes de los YPF 87.593
siguientes países

Rusia / Ucrania 17.024 4% ACA 40.543


Rumania 35.284 8% BUNGE 34.178
Kuwait 9.658 2% PETROBRAS 48.168
Brasil 3.009 1% YARA 25.530
Polonia 8.747 2% PROFERTIL 2.530
Indonesia 10.087 2% OTROS 5.520
Trinidad 6.072 1%
Tobago
TOTAL 437.437 100% TOTAL 437437
Fuentes: Datos presentados por las empresas en audiencias testimoniales y por oficio en
el marco del expediente del dictamen mencionado de la Comisión Nacional de Defensa
de la Competencia. Bases de comercio exterior del SIM-AFIP y del INDEC.

En el mismo sentido, Campos et al. (2012) señala que en lo que hace al eslabón superior
8 empresas concentran el 90% de la producción o importación de fertilizantes. También
señalan que los referentes consultados del ámbito de la producción y comercialización de
fertilizantes coinciden en que el mercado global de fertilizantes se comporta de forma
competitiva.

Por otra parte, en el trabajo de campos et al. (2012) se señala que para los entrevistados
la intervención gubernamental en relación con el uso de fertilizantes era “insuficiente,
inexistente o desfavorable, mientras que la actuación estatal en el ámbito de
investigación sobre la sustentabilidad de suelos, los modelos productivos zonales o la
rotación de cultivos es considerada escasa” (Campos et al, 2012: 31-34).

A partir de la década del 2000 se produjo el reemplazo de la urea perlada por la granulada
que al ser de menor higroscopicidad relativa (apelmazamiento del producto que le hace
perder cualidades como fertilizante) con respecto a la perlada y al ser más resistente y
uniforme facilita el manipuleo, almacenamiento, transporte y dispersión mecánica en el

55
La resolución del caso no estuvo ajeno a las controversias y polémicos. Al respecto a esto en el diario La
Nación (25/9/04) fue consultado un productor de la zona de Coronel Suárez llamado Rodríguez Arias que
señalaba "Lamentablemente, ese dictamen no tuvo en cuenta nuestra opinión; la de los productores. Ahora
se nos hace más difícil remar contra esto y la posición dominante que hay en el mercado".
suelo (Dictamen 436/04: 14). La empresa Pecom Energía, del grupo Perez Companc, en
2002 fue comprada por el grupo Petrobras por por 1.126 millones de dólares. En el
paquete se incluía la fábrica (ex PASA) de urea en campana (Mansilla, 2008: 11). Esta
empresa, ante el creciente y sostenido aumento de la demanda de fertilizantes líquidos y
“como forma de diferenciarse del principal competidor de fertilizantes nitrogenados
reconvirtió su planta de Campana de producción de urea perlada a la producción de
UAN56, ampliando progresivamente la capacidad a 500.000 toneladas- año de este
producto” (Dictamen 436/04: 15) Sin embargo, desde 2017 se dejó de producir UAN a
nivel local, importándose desde entonces en su totalidad. Por lo que, escenario analizado
por la CNDC ya no es el mismo. Siendo la urea el principal fertilizante nitrogenado, el
mercado está, prácticamente, monopolizado por una sola empresa.

Posteriormente, en 2009, Bunge compra el negocio de fertilizantes en Argentina a


Petrobras. Bunge comenzó a operar una planta de producción de superfosfato simple en
Ramallo (Buenos Aires), con una producción anual de 200 mil toneladas. Y también
“instaló la primera fábrica de tiosulfato de amonio en Campana con una producción
anual de 9 mil toneladas, que fue incrementándose a lo largo de los últimos años,
alcanzando las 91 mil toneladas de producción en 2008” (González San Juan, 2015).

Siguiendo con los fosfatados, en 2007, Mosaic (una compañía propiedad de Cargill e IMC
global) instaló otra planta de producción de superfosfato simple en Quebracho, en las
cercanías de San Lorenzo (Santa Fe) con una producción anual de aproximadamente 220
mil toneladas (Idem). En 2014, Mosaic vende sus activos en Argentina y se forma,
Terminal de Fertilizantes Argentinos SA, un “Join Venture” entre Bunge y ACA (la
Asociacion de cooperativas Argentinas). Esta empresa, entonces, monopoliza el mercado
de fosfatados, junto con ACA prácticamente en su totalidad quedando solamente el yeso
por fuera. La fabricación de yeso no es solamente con fines agrícolas y está
descentralizada en diversas compañías, con cuatro instalaciones a lo largo del país que
suministran yeso en su forma pura y también mezclado con fosfatos (Fertilizar Asociación
Civil, 2012).

Cuadro 3.5: Empresas productoras de fertilizantes (2022)


ORIGEN DEL CAPITAL CAPACIDAD
PRODUCTOS QUE ELABORA INSTALADA EN
EMPRESA Y/O COMERCIALIZA TONELADAS

Amoníaco, urea granulada, fosfato


Urea Granulada;
monoamónico y diamónico, Integrada en partes
1.320.000
Profertil SA superfosfato simple, urea + iguales por Nutrien Inc.
Amoníaco:
inhibidor de ureasa, fertilizantes (canadiense) e YPF SA
790.000
líquido UAN, entre otros

Amoníaco: 29.700
Planta Campana: Tiosulfato de
Tiosulfato de
Bunge amonio y de potasio, amoníaco
amonio: 132.000
Argentina SA Planta Ramallo: Superfosfato Estadounidense
Tiosulfato de
simple
potasio: 14.085

56
En el anexo hemos realizado una comparación con los precios internacionales. Los datos demuestran
una correlacion cercana a 1. El UAN es un fertilizante nitrogenado en forma líquida que permite otras
ventajas en su aplicación que no detallaremos aquí.
Superfosfato
simple: 254.700

Nacional (empresa
Nitrato de amonio (para la
Fábrica Militar estatal argentina Nitrato de amonio:
producción de nitrato de amonio
de Río Tercero Fabricaciones Militares 8.300
calcáreo)
Sociedad del Estado)

Terminal de Superfosfato
Fertilizantes Superfosfato simple de calcio Nacional simple de calcio:
Argentinos SA 220.000

Fuente: Anuario IPA (2022) y Mecon (2023)

3.7 Capacidad instalada actual y perspectivas

La industria de fertilizantes no realiza productos con atributos distintivos a diferencia de


otras industrias, sino que se consideran genéricos. Por lo tanto, la competencia se basa en
la capacidad de producción a gran escala y la disponibilidad de recursos, en lugar de la
tecnología avanzada (Erro Velazquez & González Passetti, 2013: 112). En el siguiente
esquema de cadena productiva, asi como tambien el anterior cuadro 3.5, podemos
observar la estructura del mercado. A nivel local solo se producen: urea, nitrato de amonio
calcáreo, superfosfato simple, tiosulfato de potasio, tiosulfato de amonio y yeso. Algunos
procesos se pueden realizar 100% con materias primas locales y otros, es necesario
importarlas para su producción. En términos de oferta local del año 2022, en nitrogenados
el mercado se reparte en 46% producción local y 54% importaciones. En fosfatados, en
cambio, las importaciones representan el 73% del consumo local, siendo el 27% la
producción local (Superfosfato simple). En potásicos solo se produce tiosulfato de potasio
y representa el 7% del consumo local, teniendo que ser cubierto el 93% por
importaciones. Sin embargo, el consumo de potásicos es marginal en el país, como
veremos más adelante, y solo es consumido por economías regionales. Por último,
azufrados, es el único en el cual a la producción local supera las importaciones,
representando el 72% del mercado local. En González San Juan (2015) se señala que la
capacidad instalada de la industria de fertilizantes es de 2,2 millones de toneladas. En el
año 2022 la producción local fue de 1,9 millones de toneladas lo que indica un uso de la
capacidad instalada del 86%. La comercialización mayorista es realizada por grandes
firmas comercializadora, traders de granos, distribuidores integrados con el productor de
fertilizantes (por ejemplo Nutrien Ag Solutions que forma parte de profertil), “traders”
de granos (Bunge, Cargill, COFCO), importadoras, Pooles de siembra que importan, etc.
Aproximadamente el 85% del mercado mayorista de fertilizantes está controlado por
grandes corporaciones multinacionales que tienen vínculos con la exportación de granos.
Estas empresas ejercen presiones sobre la fijación de precios, ya que los fertilizantes se
intercambian por granos. (Brieva, 2006)57

57
Extraido de Erro Velazquez y González Passetti (2013: 119).
Fuente: extraido de Mecon (2023).
En el mercado local, los nitrogenados, al igual que nivel mundial, son los más importantes
en volumen, siendo el consumo de 2022 de 2,6 millones de toneladas. Estos tuvieron una
tendencia oscilante entre las 800 mil y 1,4 millones de toneladas en todo el período. En
2017 se alcanza el record de producción, pero desde entonces se dejó de producir UAN
en la fábrica de campana y solo se producen 2 productos nitrogenados en nuestro país.
Urea producida en Bahía Blanca por Profertil y nitrato de amonio calcáreo en la fábrica
militar de Rio Tercero, el cual también se utiliza con fines explosivos para la industria de
la minería y con fines militares.
En 2021 hubo una parada técnica en la fábrica de Bahía blanca que duro 2 meses y
ocasionó la caída de ese año58. En el caso de las importaciones se mantuvieron por debajo
de la producción nacional hasta el 2017 y crecieron fuertemente desde el 2016 alcanzando
un record en el 2021 con 2,4 millones de toneladas importadas. En 2022 se redujo a 1,4
millones de toneladas. Con respecto a las exportaciones, al igual que en fosfatados, fueron
marginales y desde 2020 se volvieron, prácticamente, nulas.
Gráfico 3.7: Mercado de Nitrogenados en volumen

3.000

2.500 2.415

1.989
2.000
miles de tolenadas

1.595
1.319 1.502
1.371 1.415 1.399
1.500 1.284
1.212 1.262 1.245 1.211
1.080 1.170
882 1.056 997 934 912 1.000
1.000 848 919
856 1.027 703 667
626
472
500 318 374 381
149 146 178 211 150
63 124 87 44 50 1 0 0
0
2020
2008

2009

2010

2011

2012

2013

2014

2015

2016

2017

2018

2019

2021

2022

Importaciones Producción local Exportaciones


Fuente: CIAFA-Fertilizar. https://www.ciafa.org.ar/info-fertilizantes-mercado.
El mercado local de fosfatados es el segundo más importante en volumen, siendo el
consumo de 2022 de 1,8 millones de toneladas. En nuestro país, no contamos con grandes
reservas de roca fosfórica, lo que significa que solo producimos localmente superfosfato
simple granulado (GSSP) a partir de la importación de la materia prima. El proceso de
producción de GSSP es menos complejo en comparación con otros fosfatados y no
requiere la instalación de una planta de ácido fosfórico59(CIAFA, 2012). Este tipo de
fertilizante proporciona una combinación de fosforo y azufre, la cual es muy requerida
para el cultivo de soja. El GSSP se fabrica en las instalaciones de Bunge Argentina SA

58
Este dato fue aportado en base a una visita virtual a la planta de Profertil.
59
El superfosfato simple granulado (GSSP) produce gránulos con una cantidad reducida de fósforo y aporta
sulfatos de azufre. A diferencia de otros fosfatos, este proceso evita la generación de residuos, ya que no se
desecha el azufre.
en Ramallo y Terminal de Fertilizantes Argentinos SA en Puerto General San Martín (ver
cuadro 5). En el gráfico 4 se puede apreciar que la producción local de esos fertilizantes
aumentó un 112 % desde el 2008 hasta el 2022 (245.000 ton. y 518.776 ton.
respectivamente) siendo de una tendencia sostenida el aumento de la producción solo
alterada por bajas puntuales en los años 2009 y 2013. En 2009 la baja fue acompañada
con una caída de las importaciones60. En general, las importaciones acompañaron las
variaciones en el consumo teniendo entonces una tendencia ambigua. El promedio de
importaciones de todo el período es de 1,25 millones de toneladas, aunque desde el 2018,
las importaciones siempre estuvieron por encima de este valor, alcanzando un pico en
2021 con 1,79 millones de toneladas importadas. Las exportaciones fueron mínimas hasta
2016 donde alcanzó un record de 150 mil toneladas de exportaciones. De 2016 a 2019
superaron las 100 mil toneladas para luego caer, en 2020, a las 68 toneladas y terminar
en 2022 de vuelta superando las 100 mil toneladas.
Gráfico 3.8: Mercado de Fosfatados en volumen

2.000
1.742 1.789
1.800
1.551
1.600
1.386 1.402 1.396 1.378
1.400
miles de tolenadas

1.194 1.214
1.200 1.050 1.081 1.1231.124
1.000
780
800
596
600 433 450 484 519
360 345 384 400 414 413
342 355
400 245 258
144 150 113 143 130
200 53 61 82 103
8 19 10 13 16 7 68
0
2019
2008

2009

2010

2011

2012

2013

2014

2015

2016

2017

2018

2020

2021

2022

Importaciones Producción local Exportaciones

Fuente: CIAFA-Fertilizar https://www.ciafa.org.ar/info-fertilizantes-mercado.


El mercado de azufrados es el tercero en importancia en el país y mucho menor que los 2
más importantes. El consumo anual de fertilizantes azufrados en el país es
aproximadamente de 200.000 toneladas. Como ya mencionamos anteriormente, es el
único en el que la producción local supera a las importaciones superando las 100 mil
toneladas en casi todo el período analizado y cubriendo alrededor del 75% del consumo.

Se consume principalmente tiosulfato de amonio y se fabrica en Campana por Bunge


Argentina SA. En un segundo plano, encontramos el yeso agrícola, el cual también se
produce localmente, como ya hemos mencionado. Aunque Argentina cuenta con
yacimientos de yeso, la producción de azufres refinados o ácido sulfúrico es de baja

60
Es evidente que en este año, la crisis mundial con el aumento de los precios del petróleo y los
comodities, afecto el nivel del consumo local por el aumento de precios de los fertilizantes.
calidad y con altos costos. En otros países, a diferencia de Argentina, este es un
subproducto obtenidos de refinerías de petróleo con poco valor y alta calidad. En tercer
lugar, está el consumo del sulfato de amonio que se producía en el país hasta el 2017 en
la fábrica de Ternium de San Nicolás, pero su producción se discontinuó y ahora se
importa en su totalidad. Las importaciones de azufrados rondaron entre las 20 mil y las
80 mil toneladas entre 2015 y 2022.

Gráfico 3.9: Mercado de Azufrados en volumen*

180
159 159
156
160
140 123
117
120
miles de tolenadas

106 110

100 91
82
80 70
62
56 52
60
41
40 32
21
20 9 9 9 7 7 5 7
0
0
2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021 2022
Importaciones Producción local Exportaciones

Fuente: CIAFA-Fertilizar https://www.ciafa.org.ar/info-fertilizantes-mercado.


*Ciafa recién publica los valores del consumo de azufrados desde el año 2015.
Por último, el mercado de potásicos es el cuarto en importancia en el país, a diferencia de
a nivel mundial que es el tercero más importante, y es considerablemente inferior al de
otros nutrientes esenciales para las plantas. Esto se debe a que los suelos pampeanos
presentan niveles de reserva de potasio que los sitúa por encima de los umbrales de
respuesta a la fertilización (Ministerio de Producción y Trabajo, 2019). Esta situación
podría cambiar en las próximas décadas debido al déficit recurrente de este nutriente en
el balance de cada campaña.

Aproximadamente se emplean alrededor de 65.000 toneladas de fertilizantes potásicos y


su uso se limita a los cultivos intensivos de las economías regionales como la frutas, las
hortalizas y el tabaco. El principal producto consumido es el cloruro de potasio el cual se
importa en su totalidad. Únicamente se fabrica tiosulfato de potasio utilizando potasa
importada. La planta de Bunge en Campana tiene la capacidad de producir hasta 14 mil
toneladas al año, pero en los últimos cinco años no se ha superado las 5 mil toneladas.
Las exportaciones son prácticamente nulas.

Gráfico 3.10: Mercado de potásicos en volumen*


70 67
60
60
52 53 53
49 48
50 46
miles de tolenadas

40

30

20

10
3 3 3 3 2 3 4
2
0
2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021 2022
Importaciones Producción local Exportaciones
Fuente: CIAFA-Fertilizar https://www.ciafa.org.ar/info-fertilizantes-mercado.
*Ciafa recién publica los valores del consumo de azufrados desde el año 2015

3.8 Importaciones, exportaciones y balanza comercial


La balanza comercial del sector es estructuralmente deficitaria implicando en todos los
años salidas de divisas. En 1994, apenas se importaban 68 millones de dólares, aunque
rápidamente aumenta a 440 millones en 1996. Posteriormente, las importaciones se
estabilizaron en los 230 millones de dólares promedio de importaciones hasta 2003. En
2004 volvió a alcanzar los 440 millones y siguió subiendo hasta alcanzar el pico de 1.496
millones de dólares en 2008 con la crisis mundial y el techo histórico de los precios del
petróleo y las comodities. Este aumento de precios conllevó una caída del consumo en la
siguiente campaña, el cual se puede observar en la caída de las importaciones del año
2009. En 2011 roza el pico de 2008 con 1.457 millones de dólares para luego retomar una
senda descendente que duró hasta el 2015. En 2018 ya se ubicaba en 1.134 millones de
dólares.

Desde 2018 aumentó un 144% hasta el 2022 donde alcanzó un nuevo record con 2.765
millones de dólares en importaciones. Se debe remarcar que este record se alcanzó con
una caída de las cantidades importadas, el cual se puede observar en los gráficos de
volúmenes de los mercados presentados anteriormente (gráficos 3, 4, 5 y 6). Las
exportaciones representaron en todo el periodo 2 mil millones de dólares mientras que las
importaciones fueron de 22 mil millones de dólares. Esto implica que, en el transcurso de
29 años, el sector le represento al país salidas de divisas por 20 mil millones de dólares,
un promedio de 700 millones de dólares al año.

Gráfico 3.11: Evolución de la balanza comercial desde los 90


3.000 0
-214 2.765
-437
millones de USD
2.500 -500

millones de USD
2.000 -1.000
-1.082 144%
-1.395 22/18
1.500 -1.500
1.496
1.134
1.000 -2.000

500 440 -2.661 -2.500


347

0 2 133 51 135 -3.000


105

2017
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016

2018
2019
2020
2021
2022
Saldo comercial (eje der.) Exportaciones Importaciones

Fuente: Elaboración propia en base INDEC.

Con respecto al año 2022, el origen de las importaciones de fertilizantes del país fue
encabezado por Estados Unidos, Marruecos, China y Rusia. Estos países representan la
mitad de las importaciones. Por otro lado, a excepción de Marruecos, los principales
países receptores de las exportaciones argentinas de fertilizantes fueron países limítrofes
principalmente Paraguay y Chile, y en menor medida Uruguay y Brasil. Estos cinco
primeros destinos concentraron el 94% de todas las exportaciones.

Gráfico 3.12: Principales destinos de las exportación (izquierda)


y origen de las importaciones (derecha)

Estados Unidos
Paraguay 5%6%
8% Marruecos 18%
Chile 38% China 28%
Marruecos Rusia
18% 16%
Uruguay Nigeria 3%
Bolivia 4%
Brasil 4%
25% Turkmenistan 4%5% 12%
6%
Resto Indonesia

Fuente: Elaboración propia en base INDEC.

3.9 Posibilidades de inversiones y aumento de la producción


Se ha señalado que la posibilidad de ampliar la capacidad del país en la producción de
fertilizantes está limitada en el sector de nitrogenados por el condicionante de la provisión
de gas. Esta situación se modificará con la incorporación del gasoducto “Néstor Kirchner”
que permitirá la conexión de la producción de los yacimientos de petróleo y gas no
convencional ubicados en Vaca Muerta, Neuquén con los polos petroquímicos.

Profertil tiene planes de aumentar la capacidad de producción de su planta en Bahía


Blanca, con un proyecto de inversión de 1.300 millones de dólares, que ha sido asignado
a la propuesta presentada por Techint-Saipem. Se espera que la construcción comience
en 2023 y se complete en 202661. Además, la empresa Shaanxi Chemical Group ha
anunciado una inversión de US$ 1.250 millones en la provincia de Tierra del Fuego para
la construcción de una planta industrial con una capacidad anual de 600.000 toneladas de
amoníaco sintético, 900.000 toneladas de urea62.

En lo que respecta a los fosfatados parece poco probable que se produzcan de inmediato
inversiones para extracción local de minerales de fosfato para la producción de
fertilizantes por la baja escala que ofrece la posible explotación de los yacimientos.

Con respecto al potasio, como hemos mencionado, este es de muy poca utilización en
Argentina a partir de la relativa abundancia del mineral en los suelos, pero se han
realizado propuestas de inversión para explotar yacimientos ubicados en el sur de
Mendoza. El Proyecto Potasio Río Colorado (PRC) donde la cuenca presenta cantidades
de recursos que permitirían mantener una producción promedio de 4.5 Millones de
Tn/año de Cloruro de Potasio durante 30 años. La posibilidad de la explotación de estos
yacimientos tendría como destino de exportación el Brasil, un importante importador de
ese mineral. Requeriría grandes volúmenes de gas por tonelada producida y un elevado
consumo de energía eléctrica. Por otro lado, la distancia a los puertos es de 750 km hasta
Bahía Blanca lo que conlleva la necesidad de contar con un ferrocarril para la logística.
Las regiones consideradas deben extender las vías férreas en más de 200 km y realizar
una reinversión y adaptación de vías existentes. Actualmente, la mina es propiedad del
gobierno de Mendoza el cual se encuentra en la búsqueda de inversores (CIAFA, 2012;
Melgar y Torres Duggan, 2015: 31).

Existe la posibilidad de producir fertilizantes potásicos como subproducto de la minería


del litio. Tal es el caso de Olaroz, Cauchari-Olaroz, Sal de Vida y Mariana. Es importante
señalar que los precios a los que se calculó la factibilidad económica de la explotación se
estimaron entre USD/ton 425 y 640, muy por encima del promedio de USD/ton 246 del
período 2014-2021(Ministerio de Producción y Trabajo, 2019).

3.10 Brecha de precios locales e internacionales


En el gráfico siguiente podemos observar la brecha promedio trimestral entre el precio de
urea granulada ofrecida al productor local y el precio internacional. En toda la serie tienen
movimientos similares expresando un coeficiente de correlación positiva de 0,95. Sin
embargo, el promedio de los 14 años de la serie nos da una brecha del 69%. Esta tiene un
máximo de 122% en el trimestre marzo-abril-mayo del 2011, con precios de 255 dólares
la tonelada a nivel internacional y 560 dólares la tonelada a precio local. Otro máximo
fue del 109% en el trimestre junio-julio-agosto en 2016 con precios promedio de 170
dólares a nivel internacional y de 350 dólares a nivel local. El pico de precios máximo de
61
https://econojournal.com.ar/2019/08/profertil-lanzo-la-licitacion-internacional-para-ampliar-su-planta-
en-bahia-blanca/
62
El memorándum firmado por la provincia de Tierra del Fuego y la empresa estatal china dice que la
producción "será preferentemente suministrada al mercado interno, sustituyendo las importaciones y
ahorrando divisas. La inversión también implicará “implicará la construcción de una terminal portuaria
multipropósito con recinto interno, para el amarre de embarcaciones de 20.000 toneladas, es decir un puerto
chino en Argentina, y una central eléctrica de 100MW.” La intención de producir fertilizantes a más de 2
mil kilómetros de la principal zona de consumo, la zona núcleo pampeana, establece interrogantes sobre
las intenciones geopolíticas de esta potencia de cara a construir un puerto a mil kilómetros del continente
antártico.
https://www.clarin.com/politica/detalles-polemico-acuerdo-china-construya-puerto-fabrica-quimicos-
central-electrica-tierra-fuego_0_1w79oxhbZV.html
toda la serie es de 1350 dólares la tonelada a precio local en abril del 2022. Este precio es
acompañado por una subida de los precios a nivel internacional llegando a 925 dólares
por tonelada en el mismo mes.

Gráfico 3.13: precio local e internacional de la urea granulada y brecha promedio


trimestral
Brecha de precios nac./inter. Prom. Trim. Urea granulada precio internacional
1500 Urea granulada precio local 150%
1350

promedio trimestral de la brecha de precios


1250 122% 125%
109%
Dolares por toneladas

1000 100%

nacional/intrernacional
750 75%

500 50%

250 25%

0 0%
jun-14
jul-11
feb-12

jul-18
feb-19
may-10
mar-09

ago-15

may-17

jun-21

ago-22
nov-13

mar-16

sep-19

nov-20

mar-23
sep-12
oct-09

ene-15

oct-16

ene-22
dic-10

abr-13

dic-17

Fuente: Precio local de la urea granulada al productor en Margenes Agropecuarios. abr-20


Precio internacional de la urea FOB Mar Negro

En el gráfico siguiente podemos observar la brecha promedio trimestral entre el precio


local de fosfato monoamonico (MAP) y el precio internacional. En toda la serie tienen
movimientos similares expresando un coeficiente de correlación positiva de 0,9. Sin
embargo, el promedio de los 14 años de la serie nos da una brecha del 56%. Esta tiene un
máximo de 137% en el trimestre abril-mayo-junio del 2009, con precios de 275 dólares
la tonelada a nivel internacional y 650 dólares la tonelada a precio local. Otro máximo
fue del 93% en el trimestre octubre-noviembre-diciembre en 2019 con precios promedio
de 255 dólares a nivel internacional y de 490 dólares a nivel local. El pico de precios
máximo de toda la serie es de 1480 dólares la tonelada a precio local en mayo del 2022.
Este precio es acompañado por una subida de los precios a nivel internacional llegando a
842 dólares por tonelada en el mismo mes.

Gráfico 3.14: precio local e internacional del fosfato monoamónico y brecha


promedio trimestral
1500 Brecha de precios nac./inter. Prom. Trim. 150%
1480
131% Fosfato diamonico
1250 Fosfato diamonico, spot, f.o.b. US Golfo 125%

promedio trimestral de la brecha de


precios nacional/intrernacional
1000 100%
Dolares por toneladas

93%

750 80% 75%

500 50%

250 25%

0 0%
jul-11
feb-12

jul-18
feb-19

jun-21
may-10

sep-12
mar-09

jun-14

ago-15

may-17

ago-22
nov-13

mar-16

sep-19

nov-20

mar-23
ene-15

ene-22
oct-09

dic-10

abr-13

oct-16

dic-17

abr-20
Fuente: Precio local del DAP al productor en Margenes Agropecuarios.
Precio internacional de la urea FOB golfo de EEUU.
Se debe tener en cuenta que las brechas constantes entre los precios a nivel local al
productor e internacional de los fertilizantes responden a costos de logística y servicios
de las empresas mediadoras. Se le suman costos de descarga, el acopio, la distribución, la
comercialización, etc. Sin embargo, las constantes oscilaciones de esta brecha ponen en
cuestión las conclusiones del dictamen de la CNDC sobre que el mercado es “altamente
desafiable”. Las brechas tienen variaciones que, en algunos momentos, llegan a duplicar
los valores internacionales sin razon aparente. Por otro lado, otro estudio se señala que
“mediante un análisis econométrico, se encontró que no hay asociación entre el precio
de la urea en el mercado argentino y el precio del gas natural, su principal insumo”
(Fernandez y Anzoategui; 2019: 1). Esto profundiza la apariencia de abuso de precios de
las empresas locales.

3.11 El balance de nutrientes y la perdida de la materia orgánica


El balance de nutrientes es la diferencia entre las cantidades de nutrientes aplicadas y
removidas de un sistema de producción. Según informe realizado por la bolsa de cereales
de buenos aires podemos observar el balance de nutrientes de nuestros suelos en la
campaña 2021/22. En esta campaña, el porcentaje de reposición nacional para nitrógeno,
fósforo y azufre fue del 71%. Esto quiere decir que, por cada 100 kilos de nutrientes
extraídos vía cosecha de granos, se repusieron solo 71 vía fertilización (BCBA, 2022).
Esto indica la existencia de sistemas productivos que no son sustentables, afectando
negativamente los niveles de fertilidad e incrementado los procesos de degradación de los
suelos.
Como señalamos anteriormente, la producción regida por el valor no tiene en cuenta las
dimensiones materiales de la naturaleza mientras no afecten la rentabilidad. Retomamos
una cita de Marx (2004) en la que dice que “todo progreso de la agricultura capitalista
no es solo un progreso en el arte esquilmar al obrero, sino a la vez en el arte esquilmar
el suelo; todo avance en el acrecentamiento de la fertilidad de este durante un lapso
dado, un avance en el agotamiento de las fuentes duraderas de esa fertilidad” (Marx,
2004:613). 150 años después, investigadores del INTA señalan:
La calidad natural de los suelos tiene límites, sobrepasados los cuales, la
vulnerabilidad de los mismos se vuelve crítica. La disminución del contenido de
materia orgánica en términos generales no es percibida como un problema ya
que el germoplasma y las tecnologías empleadas en la agricultura moderna de
alta producción, incrementan continuamente los rendimientos de los cultivos,
pero también la tasa de extracción de nutrientes del suelo” (Cruzate y Casas,
2017:1).
En referencia al déficit de nutrientes en nuestro país, Melgar y Torres Duggan (2005)
señalan:
“La expansión de este cultivo (soja) sin embargo, con alto predominio y escasa
rotación con cereales en los lotes de producción, determino un deterioro en los
balances de nutrientes, y sobre todo en el aporte de carbono al suelo. Muy
relacionado a esta situación, en los últimos años prevalecieron formas de
gerenciamiento de la producción basadas en la toma de recursos financieros
ajenos al sector, tercerización de las operaciones de cultivo, producción en lotes
arrendados a través de contratos de corto plazo y centralización en las decisiones
de manejo conocidos como pooles de siembra, que privilegian la rentabilidad de
corto plazo, por sobre la sustentabilidad ambiental y social de los agrosistemas”.
Los desequilibrios nutricionales en los suelos conducen a la degradación de la fertilidad
natural del suelo, ilustrada por las marcadas reducciones en la materia orgánica y los
descensos en la productividad de los suelos (García, 2006)63. En este sentido también se
señala en Campos et al. (2012):
“Los encuestados señalan que el plazo de un año, habitual en los arrendamientos,
no permite a los arrendatarios planificar correctamente las aplicaciones ni la
reposición de nutrientes” (Campos et al., 2012: 57).
Con la aparición de los pooles64 de siembra y la tendencia a tercerizar los trabajos en
contratistas agropecuarios, quienes arriendan tierras para producir cultivos no tienen
ningún incentivo económico para realizar mejoras por las cuales no recibirán
compensación durante la vigencia del contrato de arriendo. El monocultivo, la
intensificación del uso de la tierra y la falta de aporte de materia orgánica a través del
estiércol reemplazado por los fertilizantes sintéticos están poniendo en peligro la
fertilidad misma de las tierras. Además, la incorporación de nuevas tierras vírgenes de
explotación, pastizales naturales o zonas boscosas, a la agricultura deteriora todavía mas
el ecosistema. Como señala Viglizzo et al. (2010):
“La conversión de tierras naturales a agricultura, especialmente a cultivos de
cosecha, lleva a una rápida disminución del C edáfico (Lal, 2002), con pérdidas de
materia orgánica de entre 10 y 55% (Burke et al., 1989; Brown y Lugo, 1990), cuando
se incorpora un suelo virgen al uso agrícola. Varios estudios han mostrado
disminuciones en el contenido de C en los primeros cm de suelo, de alrededor del 20
(Frank et al., 2004), 35 (Elberling et al., 2001), 40 (Tiessen et al., 1998), y hasta 56%

63
Extraido de Cruzate y Casas (2017).
64
“Una forma especial de asociación son los "pooles" de siembra. Estos son fondos de inversiones
especulativos. Proporcionan el manejo financiero, comercial y agronómico, para la producción de
cereales a gran escala. La tierra se contrata a terceros, hay diversificación de cultivos y de regiones
geográficas para reducir los riesgos climáticos y de precios. El objetivo es brindar al inversor un retorno
superior al de otras opciones financieras." FAO (2004: 40)
(Solomon et al., 2000), en períodos de entre solamente dos y cinco años”. (Viglizzo
et al., 2010:29)
La diversificación y rotación agrícola ganadera ya no es posible ya que la rentabilidad a
corto plazo puede ser menor y contradice la lógica del capital. Los productores
actualmente se especializan en determinados cultivos. Esto reduce la materia orgánica y
fortalece la aparición de plagas y enfermedades más resistentes. Esto requiere el uso
creciente de plaguicidas que generan resistencias en las plagas a largo plazo requiriendo
un mayor uso y de nuevos productos cada vez más tóxicos para combatir estas plagas.

La rotación de varios cultivos junto con explotación mixta agrícola-ganadera permitiría


un balance menos negativo o cercano a neutro de nutrientes sin la necesidad de
fertilizantes sintéticos y fortaleciendo la materia orgánica del suelo. Además, reduciría la
concentración de nutrientes en otras zonas ya que ahora la producción ganadera no estaría
concentrada, reduciendo la posibilidad de eutrofización de los cuerpos de agua (Magdoff,
2015).
4. Reflexiones finales

El proceso de acelerado agotamiento de los suelos que originó el consumo de fertilizantes


a nivel mundial, no es de larga data. La agricultura tiene más de 10 mil años y el uso de
fertilizantes sintéticos apenas tiene 150 años de historia. La causa de esto es no solo el
crecimiento de la población, particularmente el de la población urbana en conjunto con la
caída de la población rural a nivel mundial, el primer quiebre físico. Posteriormente, el
crecimiento de la industria de los fertilizantes permitió la especialización de las
explotaciones productivas ganaderas en base a corrales de engorde; la eliminación de la
necesidad de utilizar leguminosas para la alimentación animal en la propia unidad
productiva profundizó la ruptura en el ciclo de los nutrientes.

En nuestro país no se utilizaron fertilizantes sintéticos en cantidades significativas hasta


la década de los 90. La rotación mixta agrícola-ganadera permitió mantener niveles de
fertilidad durante 150 años de explotación agropecuaria sin necesidad de insumos. Fue la
profundización del modelo de agronegocios la que produjo que, en pocas décadas, se
transformara en completamente dependiente de insumos exógenos al modelo. El uso
creciente de fertilizantes requiere una mayor inversión inicial para la producción agrícola.
Esto puede implicar la salida de productores a quienes les es más rentable arrendar sus
tierras que mantenerse produciendo. Además, transforma a los productores en
dependientes de mercados altamente concentrados. Los precios de los fertilizantes no
muestran ser fácilmente “desafiables” por el mercado externo como demostramos con las
variaciones de brechas de precios. Parecen existir abusos de precios de los productores e
importadores locales lo que los transforma en importantes captadores de ingresos del
sector.

Por otro lado, el modelo de agronegocios trajo consigo la pérdida de materia orgánica y
un balance constantemente negativo de nutrientes de nuestros suelos. Si se tuvieran en
cuenta estos costos ocultos, la rentabilidad del modelo actual se vería reducida. Sin
embargo, como señalamos, la naturaleza contiene limites elásticos que no aparecen
inmediatamente. El capital no puede tener en cuenta estos costos hasta que no se
manifiesten a través del valor de las mercancías. Estos evidenciarán una caída de los
rendimientos de los cultivos por la falta de nutrientes o un aumento de los costos por la
necesidad de reponerlos en forma creciente debido a décadas de déficits de los mismos.
Esta cuestión se da en el marco de un consumo mundial también creciente y de una oferta
que puede tornarse, en un futuro mediato, escasa. Por otro lado, la pérdida de materia
orgánica implica cultivos más propensos a plagas, lo que implica una mayor dependencia
de insumos químicos como los plaguicidas.

Con respecto al rol del estado en el mercado de nuestro país, algunos autores señalaron
como deficiente la promoción del consumo que se hizo antes de la década de los 80
mientras que otros señalan que el rol del INTA en la promoción de semillas hibridas aptas
para su mejora de rendimientos con fertilizantes fue fundamental. Por otro lado, durante
el gobierno democrático que comienza en 1983, tuvo un rol pionero de promoción del
consumo con el programa de canje de urea por trigo. En el aspecto productivo, hubo
iniciativas de creación de empresas de fertilizantes desde el estado a través de sociedades
mixtas que, no obstante, quedaron truncas. Sin embargo, la creación y promoción del polo
petroquímico en los 70 y las siguientes décadas fueron necesarias para el posterior
desarrollo del sector. La inversión de Profertil no hubiera sido posible sin el impulso que
se le dio al polo petroquímico de Bahía Blanca dejando la base logística para hacer posible
la producción industrial de urea.

A pesar del aumento de rendimientos y el crecimiento de la producción agrícola, el uso


creciente de fertilizante también trajo aparejado la necesidad de importaciones crecientes
ya que el país no produce buena parte de los que se consumen. Esto significó una balanza
comercial deficitaria estructural con 20 mil millones de dólares en 29 años (1994-2022).
Tres de los cuatro países principales de los que los importamos, actualmente, son
potencias militares. El ejemplo que nos brindó la disrupción de la cadena de pagos durante
la pandemia, en conjunto con la guerra en Ucrania y el consiguiente aumento de precios
a nivel mundial, nos traen interrogantes sobre la dependencia de importaciones de
fertilizantes que tiene el sector agrícola. Sin ir más lejos, ante el aumento de precios en
2022, el consumo de fertilizantes cayó fuertemente evidenciándose en las cantidades
importadas de los cuatro grupos analizados, aunque no en valores, y profundizando el
déficit en el balance de nutrientes.

La posibilidad de subsanar este déficit con producción local es limitada. Por un lado, los
pozos petroleros y gasíferos convencionales del país están actualmente en franco declive.
Sin embargo, la producción local de gas de “Vaca muerta” permite la posibilidad de
aumento de la producción de nitrogenados. Pero se requiere la infraestructura para el
transporte de este recurso a través de gasoductos para que el capital invierta en la
producción de nitrogenados. Esto recién ahora es tenido en cuenta con la construcción del
gasoducto “Néstor Kirchner”. Nuevamente, el estado es determinante para las
posibilidades del capital de expandirse. Una vez que sea ampliada la capacidad de
producción de nitrogenados se podría hacer frente a la totalidad de las importaciones de
este tipo de fertilizantes, lo que mejoraría la balanza comercial e inclusive daría lugar a
la posibilidad de exportaciones.

Con respecto a fosfatados no existen yacimientos mineros de alta concentración que


vuelvan rentables la explotación en el país, por lo que, necesariamente, tendremos que
importar buena parte de los fertilizantes fosfatados mientras la ruptura en el ciclo de los
nutrientes continúe. Este nutriente puede transformarse en estratégico en un tiempo
mediato por su necesidad vital para la producción agrícola y su posible escasez en un
futuro.

Por otra parte, se debe remarcar que las reservas de potasio de nuestros suelos tienden a
agotarse en las próximas décadas, lo que puede implicar una nueva demanda en el sector.
Los fertilizantes potásicos podrían producirse localmente, pero se requiere una fuerte
inversión acompañada de infraestructura de transporte para que sea rentable su
explotación. Por ahora no hay inversores para esto y el estado solo puede encarar estas
inversiones en base a un mayor endeudamiento, sin posibilidades actualmente, excepto
con organismo financieros internacionales.

A pesar de las posibles inversiones en el sector que pueden limitar la dependencia de


importaciones, el objetivo del trabajo fue señalar la no sustentabilidad del actual modelo
a largo plazo. La separación física de miles de kilómetros entre el lugar de producción y
el de consumo no solo conlleva una ruptura en el ciclo de los nutrientes sino también una
fuerte dependencia de energías baratas. Pero, tarde o temprano, los límites de la naturaleza
se manifiestan. Los picos de producción del petróleo, gas, potasa y roca fosfórica a nivel
mundial señalan esos límites. Si continuamos con este modelo de producción y consumo,
las fuentes de nutrientes altamente concentrados se volverán cada vez más limitadas y no
tendremos suficientes oportunidades para reemplazar estos nutrientes, ya que la mayoría
de ellos estarán dispersos en los océanos. Independientemente de cuando lleguen los
declives de producción de las distintas materias primas, estos generaran crisis económicas
y alimentarias en todo el planeta. La posibilidad de que nuestro país, con la explotación
del petróleo y gas de esquisto en “Vaca muerta” e inclusive la explotación de minería
potásica, permita la producción de fertilizantes por algún tiempo más, no resuelve el
problema, sino que, a lo sumo, extiende algunos años su tiempo de vida.

Entonces ¿Cuál es la salida? En una futura sociedad racional deberemos asegurarnos que
la mayoría de los nutrientes que fluyen de los suelos a las ciudades retornen a los suelos.
Aplicando métodos para retornar las excretaciones humanas y animales al suelo. Esto
puede requerir una relocalización de la población, desconcentrándose de las ciudades y
retornando al campo a largo plazo. Limitando distancias entre el lugar de consumo y el
de producción en el marco de un posible aumento de los precios de las energías.

En el corto plazo, se pueden encarar planteos transicionales en base a la “agroecología”.


Este enfoque plantea el uso de cultivos de cobertura, labranza reducida, rotación de
cultivos para un equilibrio en el uso de nutrientes además de la incorporación de nitrógeno
con las leguminosas, la incorporación de manejos integrados con la ganadería para
incorporar materia orgánica a los suelos a través del estiércol, entre otros. Sin embargo,
los esfuerzos por incorporar planteos “agroecológicos” en el mundo y en el país tienen
como obstáculo la visión parcial y cortoplacista del modelo actual de producción agraria
basado en la búsqueda de alto rendimientos y ganancias inmediatas. Debido a esto, la
agroecología sigue siendo un planteo minoritario en el país y a nivel mundial. Es que el
capital no puede realizar la transición necesaria hacia una agricultura sostenible. En
palabras de Marx:

Pero la dependencia del cultivo de ciertos productos agrícolas con respecto a la


fluctuaciones de los precios de mercado, y el constante cambio de los cultivos
según esas fluctuaciones de precios, así como todo el espíritu del modo de
producción capitalista, que está orientado hacia la ganancia monetaria más
inmediata, entra en contradicción con la agricultura, que tiene que ocuparse de
toda la gama de condiciones permanentes de la vida de las generaciones de seres
humanos que se van concatenando”.(Marx, manuscritos económicos 1864-65:
716)65

Dado que el productor individual no puede encarar una transición mientras rija la lógica
de la ganancia más inmediata, es posible, y necesario, que el estado genere una reacción
planificada y consciente que contrarreste esta lógica. La promoción de políticas que
favorezcan el uso de planteos más sustentables como la “agroecología” será fundamental.
Para promover estas políticas que aspiren a cambiar la matriz productiva o encarar
reestructuraciones completas de producción se requieren fuertes presupuestos públicos.
En el marco de que la tendencia a nivel mundial de los estados es a encarar políticas de
reducción del gasto, se generan dudas de que se puedan encarar semejantes desafíos sin
un cambio profundo en las lógicas que rigen el sistema de producción. Sin ir más lejos,
nuestro país, hoy en profunda crisis, tiene que hacer frente a vencimientos de deuda que,
por lo menos por ahora, parecen impagables (más de 20 mil millones de dólares por año

65
Extraído de Saito (2023).
a partir de 2024 y por varios años). La posibilidad de destinar un importante presupuesto
para políticas públicas que permitan encarar planteos agroecológicos en las más de 40
millones de hectáreas cultivables del país resulta de difícil concreción debido a las
carencias presupuestarias y a la oposición de aquellos que tienen intereses vinculados con
los agronegocios y agroquímicos.

Para desarrollar una agricultura sostenible necesitamos un nuevo sistema


socioeconómico, basado en la satisfacción de las necesidades de la población en lugar de
la acumulación de ganancias. Una asociación de productores libres que trabajen con
medios de producción colectivos y utilicen, de manera consciente, su fuerza de trabajo
como fuerza de trabajo social, regulando racionalmente su interacción metabólica con la
naturaleza y ejerciendo un control colectivo sobre ella en lugar de someterse a ella como
a un poder ciego.
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