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1. LA ACTIVIDAD JUDICIAL COMO ACTIVIDAD INTERPRETATIVA Y PROBATORIA. PROBATORIA.

razonamiento judicial es el iter que conduce a una decisión (el fallo de la. sentencia) a partir de
una norma (la norma aplicable) y unos hechos (los hechos que configuran el caso y que han sido
probados).

la teoría jurídica actual recurre a la figura del silogismo práctico para reconstruir este
razonamiento.

La decisión o fallo judicial se presenta como la conclusión de un silogismo cuya premisa mayor es
una norma que atribuye a un supuesto de hecho una consecuencia jurídica y cuya premisa menor
es una relación de hechos probados.

-Premisa mayor: Norma (Si H ----C)


-Premisa menor: H. . .
-Conclusión: Fallo

reconstrucción silogística se presenta a veces en términos de subsunción:

el razonamiento judicial - consiste en subsumir el supuesto de hecho concreto, es decir, los hechos
enjuiciados y probados (H), en el supuesto de hecho abstracto de la norma.

Ya se formule en términos de silogismo o de subsunción, esta reconstrucción permite visualizar


como la actividad judicial es esencialmente una actividad interpretativa y probatoria

la premisa mayor del silogismo es el resultado de la interpretación de una o varias normas, y la


premisa menor el resultado de la prueba de (enunciados sobre) los hechos controvertidos o
litigiosos.

reconstrucción es excesivamente simplificadora, pues, en sentido estricto, son varias las


decisiones o juicios presentes en el razonamiento judicial:
a) Una decisión de interpretación, consistente en establecer que dice el Derecho.
b) Una decisión o juicio de validez, consistente en determinar si es válida la norma aplicable
c) Una decisión probatoria o juicio fáctico, consistente en declarar cuales son los hechos
relevantes en el conflicto; más exactamente, en declarar cual es la verdad sobre los hechos
controvertidos o litigiosos relevantes en el conflicto.
d) Una decisión o juicio de subsunción o calificación jurídica de los hechos, consistente en
determinar si los hechos probados entran en el ‡ámbito de aplicación de la norma; es decir, si
constituyen un caso concreto del supuesto de hecho abstracto previsto en la norma.
e) Una decisión o juicio de consecuencias, que establece queŽ se sigue de los hechos probados y
calificados.
AL distinguirse estas cinco decisiones, ellas no reproducen una secuencia de operaciones ni una
diversidad de actividades.
La decisión de validez casi siempre depende de (y se agota en) una previa interpretación: decidir si
una determinada ley que se estima aplicable al caso es constitucional depender‡ de que la misma,
una vez interpretada, se entienda conforme a la constitución.
la multiplicidad de decisiones presenta la actividad judicial como una actividad notablemente
compleja. Sin embargo, esto no invalida la concepción de la actividad judicial como actividad
interpretativa (de normas) y probatoria (de enunciados sobre hechos).

La subsunción o calificación jurídica de los hechos, de un lado presupone la verificación o prueba


de los hechos de la causa, y de otro depende de (y se agota en) la interpretaci ón de la norma: as’,
decidir si las palabras que profirió— contra Y constituyen un delito de injurias depender‡ de lo
que se entienda por (o sea, de cómo se interprete) injuriar en la norma penal; decidir si cierta
conducta constituye una agresión sexual depender‡ de lo que se entienda por Žesta en la norma
que tipifica estas agresiones; y decidir si el hecho de haber dado muerte a otro mientras dorm ía
constituye un homicidio con alevosía depender‡ de lo que se entienda por conducta alevosa en la
norma penal que considera esta circunstancia. Por œúltimo, la decisión de consecuencias es
también, a lo sumo, una decisión interpretativa: decidir cuál es la consecuencia jurídica que se
deriva de una cierta conducta probada depender de cual se entienda que es la consecuencia
jurídica que el legislador anuda (o permite) para el caso en cuestión.

pese a las variadas operaciones que conceptualmente pueden distinguirse, la actividad judicial es
esencialmente actividad probatoria y actividad interpretativa

no siempre concurren todas estas decisiones. Así cuando el significado de la norma se presenta
con claridad meridiana podrá decir seque no es precisa la interpretación. A ello responde
justamente el conocido principio claris non fit interpretativo.

Y otro tanto podría decirse respecto a la prueba cuando los únicos hechos de los que depende la
decisión sean hechos notorios (a ello responde justamente la máxima notoria non egent
probatione, pues probar hechos notorios es perder el tiempo del tribunal); o cuando, como sucede
en el proceso civil, las dos partes enfrentadas admitan los hechos y por tanto no existan
propiamente hechos controvertidos o litigiosos

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