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Historia Internacional Contemporánea
Por otro lado, la premisa que plantea la antigua enemistad étnica como causa de las
Guerras, toma en cuenta específicamente el escenario histórico posterior a la Primera Guerra
Mundial, con el surgimiento oficial del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos el 1 de
diciembre de 1918. Estado que se conformó gracias a la desintegración del Imperio
Austro-Húngaro y la presión externa por unificar las Provincias Eslavas del Sur a los ya
organizados Estados de Serbia y Montenegro. Sumado a lo anterior, las corrientes
nacionalistas y la diversidad cultural aumentaron las tensiones étnicas preexistentes en el
proceso de unificación del Estado Yugoslavo. Los movimientos nacionalistas serbios,
históricamente, abogaron por un reino centralizado bajo la monarquía Karadordević y la
Iglesia Ortodoxa. Mientras tanto, los croatas (seguidores de la Iglesia Católica), eslovenos y
musulmanes bosnios creían que el nuevo Estado debía ser una Unión Federal, donde todos
fueran considerados iguales ante la Ley y bajo una única Constitución. A pesar de estas dos
posturas, a principios de 1929 la dinastía serbia de Karadordević (bajo el mando del entonces
Rey Alejandro I) proclamó una monarquía absoluta, modificando el nombre del estado a
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Traducción propia.
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Reino de Yugoslavia, aboliendo los partidos políticos. No obstante, las tensiones aumentaron
en lugar de disminuir debido a la represión por parte de las autoridades serbias hacia grupos
opositores como Ustasha (un movimiento fascista croata fundado por Ante Pavelic).
Posteriormente, durante la Segunda Guerra Mundial dicho movimiento implementó políticas
genocidas contra los serbios, lo que dejó profundas cicatrices y resentimientos en ambos
lados.
La historia del Estado Yugoslavo estuvo marcada por múltiples normativas, reglas e
instituciones que dificultaron el funcionamiento de la federación a través de una vía legal
"convencional". La Constitución de 1974 reflejó el esfuerzo por encontrar un equilibrio entre
las diversas aspiraciones y demandas de los diferentes grupos étnicos y regiones del país,
pero las tensiones nacionalistas y las disparidades económicas aumentaron en los años 80, y
las fuerzas políticas dominantes utilizaron la Constitución para su propio beneficio,
generando discordia y discusión.
3. Antecedentes Recientes
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Traducción propia.
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presidente. Finalmente, debido a la falta de legitimidad en las instituciones federales el
estallido de una guerra era inevitable.
Este hecho supuso la primera actuación formal por parte de Occidente, puesto que si
bien la situación en Yugoslavia no era motivo de tranquilidad para nadie, la gran mayoría de
potencias advertían no tomar cartas en al asunto, dado que una posible reacción Serbia sería
más perjudicial para toda Europa. A su vez, países como Francia, Inglaterra o Estados Unidos
no veían con buenos ojos la factible disolución de la Federación, pues como era un punto
clave “(...) no romper la estabilidad de Europa que tanto costó reconstruir tras la Segunda
Guerra Mundial.” (Albiol Germán, 2019, p. 28) En lo que respecta a los organismos
internacionales, además de la CE la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en
Europa (CSCE) brindó apoyo en la búsqueda de una solución pacífica mediante la vía
diplomática. Para ello, la organización desplegó una misión de observadores a lo largo del
terreno a modo de monitorear la situación, sin embargo, esto no logró poner un alto al fuego
inmediato sino que simplemente contribuyó en las futuras negociaciones como el Acuerdo de
Brioni.
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4.3 La Guerra Entre Serbia y Croacia
De manera similar a lo ocurrido en Eslovenia, Serbia envió al JNA para apoyar a sus
minorías étnicas en el conflicto. Mientras que en Croacia, se conformó una fuerza de
seguridad conocida como la Guardia Nacional Croata (ZNG), que tuvo como objetivo
defender la independencia y a su población de los ataques serbios. En primera instancia, en
agosto de 1991 el JNA atacó Osijek en la zona de Baranja, ocasionando la muerte de más de
ochocientas personas y la resistencia por parte de la ZNG debido a los constantes
bombardeos. Asimismo, en octubre comenzó el llamado asedio a Dubrovnik, que duró 7
meses y recibió numerosos bombardeos por parte del JNA. Sin embargo, este hecho generó
controversias a nivel internacional, ya que la ciudad había sido declarada Patrimonio de la
Humanidad por la UNESCO y no tenía una mayoría poblacional serbia que justificara su
toma, por lo que despertó varios cuestionamientos. Si bien gran parte del asedio fue llevado a
cabo por la marina yugoslava la cual también contó con el involucramiento de unidades
montenegrinas, lo que contribuyó a que Dubrovnik permaneciera bajo el control serbio hasta
principios de 1992. Por último, la batalla de Vukovar fue el conflicto más cruento en esta
guerra. Dentro de ella, un hecho destacable fue la Masacre de Ovčara, donde soldados serbios
liderados por Arkan (un líder paramilitar) ejecutaron a prisioneros de guerra y civiles croatas.
Ante esto, el presidente Franjo Tuđman llamó a la población a defenderse del nacionalismo
serbio y sus ataques. Finalmente, los partidos democráticos dentro del parlamento croata
condenaron todas las atrocidades llevadas a cabo hasta 1995 por parte del JNA y otros grupos
paramilitares serbios.
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Bajo este contexto, Alemania apoyó fuertemente la independencia en ambas
repúblicas, ya que culpaba a los nacionalistas serbios de ser la causa del conflicto en
Yugoslavia. Además, tras el evidente fracaso del Plan Carrington, el 16 de diciembre de 1991,
Alemania reconoció de forma unilateral la independencia de Eslovenia y Croacia, lo que puso
en una situación muy comprometida al resto de países miembros de la CE (como Francia,
Reino Unido y Países Bajos) que finalmente reconocieron a los nuevos Estados a partir de
enero de 1992.
El conflicto entre los tres grupos étnicos se desencadenó como consecuencia del
referéndum de independencia de Bosnia, llevado a cabo entre el 29 de febrero y el 1 de marzo
de 1992. A partir de octubre de 1991, los diputados musulmanes y croatas adoptaron
documentos que abrían el camino hacia la separación de la República de la Federación
Yugoslava, mientras que los serbios adoptaron una postura negativa3 (Radovic, 2004, p. 35).
En respuesta, en enero de 1992, los políticos serbios proclamaron la formación de la
"República Srpska de Bosnia-Herzegovina". Durante el referéndum de Bosnia, los
musulmanes y los croatas respaldaron enérgicamente la iniciativa de independencia, mientras
que los serbios la rechazaron por completo.
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Traducción propia
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Tras esta acción internacional, la República se vio envuelta en una serie de combates
en los que las tropas del JNA, los reservistas serbios y las unidades paramilitares rápidamente
tomaron el control de gran parte del territorio (Radovic, 2004, p. 36). Durante la guerra, los
serbios tenían una superioridad militar y llevaron a cabo una campaña sistemática de
persecución de las otras etnias, respaldados por el Ejército Popular Yugoslavo y por Serbia.
Pronto los bosniocroatas reaccionaron rechazando la autoridad del gobierno bosnio y
declarando su propia república, la República de Herceg-Bosna, con el respaldo de Croacia4
(The Conflicts | International Criminal Tribunal for the former Yugoslavia, s. f.). Hasta este
punto, el conflicto se transformó en una sangrienta lucha entre las tres etnias, donde los
civiles se convirtieron en víctimas de horrendos crímenes. Esto se ha evidenciado en los
centros de detención de civiles establecidos por todas las partes involucradas en el conflicto
en Prijedor, Omarska, Konjic, Dretelj y otros lugares (The Conflicts | International Criminal
Tribunal for the former Yugoslavia, s. f.). La peor atrocidad de la guerra tuvo lugar en el
verano de 1995, cuando las fuerzas lideradas por el comandante serbobosnio Ratko Mladić
atacaron la ciudad de Srebrenica, que había sido declarada zona segura por la ONU. En este
lugar, más de 8.000 hombres y niños de origen bosniomusulmán fueron ejecutados por las
fuerzas serbias en un acto de genocidio.
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El último intento de la ONU fue el "Plan de Owen-Stoltenberg", en el cual David
Owen se unió al ex ministro de Asuntos Exteriores noruego, Thorvald Stoltenberg, para
proponer conjuntamente otro plan de paz. Este plan presentaba una lógica opuesta a los
anteriores, ya que en lugar de buscar un acuerdo para un país indivisible y revertir la limpieza
étnica, se enfocaba en crear un acuerdo más viable para su implementación en el terreno
(Harland, 2017). Primero, sugiere una "Unión de Tres Repúblicas" donde Sarajevo será la
capital común para todos; luego a los serbios se les asignará un bloque de territorio
incluyendo la frontera con Serbia, a los croatas se les asignará dos territorios más pequeños
ambos cerca con la República de Croacia, y últimamente a los musulmanes se les brindara
vías de carretera para que pueda conectar con las ciudades musulmanas aisladas del este de
Bosnia (Harland, 2017).
5. Conclusiones Generales
Para concluir, resulta evidente que las guerras en Yugoslavia pusieron a prueba la
actuación de los organismos internacionales en Europa. Durante los conflictos, diversas
instituciones intervinieron con el objetivo primordial de lograr la paz en la región. En la
Guerra de los Diez días, la CE (predecesora de la UE) desempeñó un papel mediador, lo que
posteriormente condujo a la firma del Acuerdo de Brioni que puso fin al conflicto. Por otro
lado, la OTAN asumió la responsabilidad de las negociaciones en la Guerra de
Bosnia-Herzegovina, principalmente debido a la ineficacia de las Naciones Unidas para
alcanzar un acuerdo de paz. Es importante destacar que en la mayoría de las mediaciones, no
se buscó abordar las diferencias fundamentales entre las partes involucradas, sino que se
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procuró evitar que el conflicto trascendiera las fronteras de la antigua Yugoslavia, ya que esto
podría desestabilizar el continente europeo.
“Declaramos ser las autoras de este trabajo. Cada vez que hemos tomado ideas, palabras,
ejemplos, imágenes, gráficos, etc. de otro autor, lo hemos especificado y referenciado
debidamente”.
Bibliografía