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El ascenso de los militares al poder.

Durante el período de 1870 a 1889 en Costa Rica, se produjo un ascenso de los militares al
poder, liderado principalmente por el general Tomás Guardia. Esto marcó un cambio en la
dinámica política del país.

El ascenso de los militares comenzó con el golpe de Estado contra el presidente Jesús
Jiménez en abril de 1870. Bruno Carranza asumió la presidencia, pero rápidamente cedió
el poder a Tomás Guardia, quien había organizado el golpe. Guardia se mantuvo en el
poder durante doce años, gobernando en dos períodos separados (1870-1876 y 1877-
1882), con una breve interrupción en 1876 cuando Aniceto Esquivel Sáenz ganó las
elecciones, pero fue derrocado por los militares después de solo tres meses en el cargo.

Durante su gobierno, Guardia implementó diversas medidas, entre las cuales se destacó la
emisión de la Constitución de 1871. También impulsó el desarrollo económico del país y
promovió la abolición de la pena de muerte. Fundó el Banco de la Unión (hoy Banco de
Costa Rica) y continuó con las políticas de educación de los gobiernos anteriores. Guardia
intentó disminuir la influencia de la oligarquía cafetalera y despolitizar el ejército.
Además, se dedicó a la construcción de obras de infraestructura urbana, como la
pavimentación de calles, el suministro de agua potable, el alumbrado público y la
construcción de edificios municipales. Uno de los proyectos más ambiciosos durante su
gobierno fue la construcción del ferrocarril al Atlántico/Caribe.

Bajo las administraciones posteriores, encabezadas por Próspero Fernández Oreamuno


(1882-1885) y Bernardo Soto Alfaro (1885-1889), se mantuvo la estabilidad política y se
continuaron algunas de las medidas y proyectos iniciados por Guardia. Estos gobernantes
también enfrentaron la amenaza del dictador guatemalteco Justo Rufino Barrios, quien
buscaba la integración forzada de la República Federal Centroamericana.

Es importante destacar los vínculos familiares entre estos gobernantes, ya que Fernández
era cuñado de Guardia y Soto era yerno de Fernández. Estas conexiones familiares
influenciaron las relaciones políticas y el liderazgo durante ese período

El liberalismo en Costa Rica: su implementación.


En cuanto a las políticas agrícolas liberales y la prosperidad comercial, cabe señalar que en
el siglo XIX Costa Rica experimentó una serie de cambios impulsados por el liberalismo.
La economía y la sociedad del país se han modernizado. En este contexto, se
implementaron la privatización de la tierra y sistemas de producción más fuertes. El país
exportó café primero a Chile en 1832 y luego a Europa. Como resultado de esta política
agrícola liberal, la clase terrateniente cafetalera se convirtió en la élite económica y política
del país. La apertura de los mercados y el comercio trajo consigo la prosperidad y la
unificación de importantes clases comerciales. Por otro lado, también se discute la
transición hacia el autoritarismo finisecular y la democracia electoral. A lo largo del siglo
XIX, Costa Rica estableció un régimen autoritario caracterizado por el dominio político de
la élite cafetera. Las libertades civiles son limitadas y el gobierno está formado por
personas poderosas. A finales de siglo se produjo una transición a la democracia electoral.
La presión pública y los movimientos sociales requieren de la participación ciudadana en la
toma de decisiones políticas. Las reformas permitieron asegurar la apertura política y
elecciones libres. Estos cambios permitieron el establecimiento de un sistema democrático
en Costa Rica.

1 El control social y los sectores marginados.

En este contexto, se analiza cómo se establecieron mecanismos de control social por parte
de las élites dominantes con el objetivo de mantener el orden y la estabilidad en la sociedad
costarricense. Estos mecanismos incluyeron políticas y normas que buscaban regular la
vida cotidiana de la población y establecer jerarquías sociales.

Sin embargo, como resultado de este control social, se generaron sectores marginados en la
sociedad costarricense. Grupos como los campesinos, los indígenas y los afrodescendientes
enfrentaron discriminación y desigualdades en varios aspectos de sus vidas. Se le negó el
acceso a la tierra, la educación y las oportunidades económicas, lo que perpetuó su
marginalización y contribuyó a la consolidación de estratos sociales en la sociedad

2. Control social y sectores marginados:

Durante este período, Costa Rica experimentó una serie de transformaciones culturales
significativas. La influencia de corrientes culturales externas, como la globalización, tuvo
un impacto en las prácticas culturales, los valores y las identidades de la sociedad
costarricense. Se observaron cambios en las expresiones artísticas, la literatura, la música y
las formas de entretenimiento, lo que reflejaba la evolución de la identidad nacional.

Estos cambios culturales también se manifestaron en la vida cotidiana de la población. Se


produjeron transformaciones en las formas de vestir, las costumbres alimentarias, los
patrones de consumo y las prácticas sociales. El acceso a nuevas tecnologías y productos
importados contribuyó a la modernización y transformación de la vida diaria.

A medida que Costa Rica avanzaba hacia la modernidad, también se produjo una
diferenciación social marcada. Surgieron distintos estratos sociales con niveles variables de
acceso a recursos y oportunidades. La diferenciación social se reflejó en aspectos como la
vivienda, el empleo, el nivel educativo y el estilo de vida, generando desigualdades entre
los distintos grupos de la sociedad.

La diferenciación social también estuvo influenciada por factores económicos y políticos.


La consolidación de una élite económica y política favoreció la concentración de poder y
riqueza en manos de algunos grupos, mientras que otros sectores de la sociedad enfrentaron
dificultades y desventajas.
El panorama político-económico costarricense de inicios del siglo XX.
1. Las contradicciones del modelo agroexportador y transformación del paisaje
El trasfondo político y económico de Costa Rica en ese momento se caracterizaba por un
modelo de exportación agrícola, con la economía del país fuertemente dependiente de la
producción y exportación de productos agrícolas como el café y el banano. Este modelo
busca promover el crecimiento económico y la modernización del país facilitando el
acceso a los mercados internacionales. Sin embargo, esta forma de exportar productos
agrícolas también ha traído polémica y desafíos a Costa Rica. Por un lado, la producción
y exportación de productos agrícolas trajo prosperidad a ciertas clases sociales, como la
clase terrateniente y los comerciantes de exportación. Estos grupos se benefician de las
políticas económicas y del acceso a los mercados internacionales. Por otro lado, los
patrones de exportación agrícola también tienen impactos económicos, sociales y
ambientales negativos. La dependencia de Costa Rica de un solo producto básico de
exportación, como el café, la hace vulnerable a la volatilidad de los precios
internacionales ya las crisis económicas. Además, la concentración de la tierra en manos
de unos pocos exacerba las desigualdades sociales y limita el acceso a la tierra y los
recursos de otras poblaciones, como los agricultores y los pueblos indígenas. Por el lado
del paisaje, la expansión de las plantaciones de café y banano ha transformado grandes
áreas en monocultivos, con impactos significativos en el medio ambiente y la
biodiversidad. La deforestación, la pérdida de hábitat y la erosión del suelo son algunos
de los problemas ambientales asociados con los patrones de exportación agrícola.
2. Dos excepciones políticas: el reformismo de González Flores (1914-1917) y la
represión de Tinoco (1917-1919):
Alfredo González Flores se desempeñó como presidente de Costa Rica de 1914 a 1917 y
fue conocido por implementar muchas reformas políticas y sociales en el país. Su
gobierno se centró en promover la justicia social, la igualdad de oportunidades y el
bienestar público. Se impulsaron medidas como la promulgación de leyes laborales para
proteger los derechos de los trabajadores, reformas agrarias para facilitar el acceso a la
tierra y la promoción de la educación pública.
El reformismo de González Flores representó un cambio trascendental en la política
costarricense, alejándose de la oligarquía cafetera tradicional y hacia la construcción de
una nación más inclusiva que atendería las necesidades de la mayoría de la población. Su
gobierno fue reconocido por sus políticas progresistas y sus intentos de implementar
cambios sociales. Sin embargo, esta etapa de reformismo fue seguida por la represión
política bajo Federico Tinoco, quien tomó el poder en un golpe de estado en 1917.
Tinoco suspendió las garantías constitucionales e instauró un régimen autoritario y
represivo que perseguía a los opositores políticos. Bajo su mandato, se restringieron las
libertades civiles y se produjeron violaciones de los derechos humanos.
La represión de Tinoco provocó una fuerte indignación y resistencia de varios segmentos
de la sociedad costarricense. Esta situación condujo a la caída del régimen de Tinoco en
1919 y la restauración del régimen democrático de Costa Rica.

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