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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE GUAYANA

VICERRECTORADO ACADÉMICO
COORDINACIÓN GENERAL DE PRE-GRADO
PROYECTO DE CARRERA: CONTADURÍA PÚBLICA
UNIDAD CURRICULAR: TEORÍA ECONÓMICA
SECCIÓN: 2
PROFESOR: BLAS GONZÁLEZ

Participantes:

Alejandra Ladera C.I: 26.722.666

Carlos Subero C.I: 26.744.546

José Moreno C.I: 30.404.575

Karla Salas C.I: 28.240.544

Sistema Monetario Venezolano

La moneda oficial de Venezuela es el bolívar, que ha sufrido varios cambios


estructurales a lo largo del tiempo.

El sistema monetario venezolano está controlado principalmente por el


banco central del país, el Banco Central de Venezuela (BCV). El BCV opera como
una entidad independiente con la responsabilidad de administrar las políticas
monetarias y las reservas, emitir billetes y monedas y proporcionar liquidez a los
mercados financieros.
Origen, Inestabilidad Económica e Hiperinflación desde 1879 hasta la
actualidad

Su origen se remonta al año 1879, cuando el presidente Antonio Guzmán


Blanco promulgó una ley mediante la cual se estableció el “bolívar” como la unidad
monetaria de Venezuela. El nombre fue elegido en honor a Simón Bolívar, el líder
de la independencia de Venezuela y de varios países de América del Sur.

Inicialmente, el bolívar se introdujo como una moneda de plata y tenía un


valor equivalente a 4,5 gramos de plata pura. Sin embargo, a lo largo de los años,
el bolívar ha experimentado diferentes cambios y ajustes en su valor y
composición.

Durante el siglo XX, Venezuela atravesó períodos de inestabilidad


económica y política que afectaron al bolívar. En 1940, bajo el gobierno del
presidente Eleazar López Contreras, se implementó una reforma monetaria que
estableció el bolívar como una moneda decimal, dividida en 100 céntimos. Esta
reforma llevó a la emisión de nuevos billetes y monedas.

En 1953, el presidente Marcos Pérez Jiménez llevó a cabo una nueva


reforma monetaria que eliminó los céntimos y estableció al bolívar como una
moneda sin fracciones. Durante este período, el bolívar estuvo vinculado al dólar
estadounidense a una tasa fija de 3,35 bolívares por dólar.

En 1983, debido a la creciente inflación y la devaluación del bolívar, se


estableció un nuevo tipo de cambio fijo con una tasa de 4,3 bolívares por dólar
estadounidense.
En 2007, durante la presidencia de Hugo Chávez, se implementó una nueva
reforma monetaria que introdujo el “bolívar fuerte” como una nueva unidad
monetaria. El bolívar fuerte eliminó tres ceros de la denominación anterior, lo que
implicó un cambio de 1.000 bolívares antiguos por 1 bolívar fuerte. Esta reforma
tuvo como objetivo simplificar las transacciones y combatir la inflación.

Es importante destacar que desde 2007 hasta la fecha actual, el bolívar ha


experimentado una fuerte depreciación debido a la crisis económica y política que
atraviesa Venezuela. La hiperinflación ha erosionado significativamente el valor del
bolívar, lo que ha llevado a la emisión de billetes de mayor denominación y la
adopción de medidas económicas adicionales por parte del gobierno venezolano.

En 2007 se eliminaron tres ceros y nació el bolívar fuerte. Once años


después se eliminaron cinco ceros y surgió el bolívar soberano. Ninguno de estos
procesos de reconversión logró parar la hiperinflación, que ha pasado a ser la más
alta del mundo.

A partir de febrero de 2020 se le llamo simplemente Bolívar (Bs). Sin


embargo fue sustituido el 1 de octubre de 2021 por el llamado Bolívar Digital
(Bs.D) eliminando seis ceros, un total de catorce ceros en toda su historia.

Medidas económicas tomadas a lo largo del tiempo

Controles de Cambio y Depreciación del Bolívar:

Para mantener la estabilidad económica, las autoridades venezolanas


introdujeron estrictos controles cambiarios en 2003, implementando un régimen de
tipo de cambio fijo. Sin embargo, la desalineación entre el tipo de cambio oficial y
el tipo de cambio del mercado negro aumentó gradualmente, lo que resultó en una
depreciación significativa del bolívar frente a las principales monedas
internacionales. Esto condujo a un mercado paralelo de divisas, alimentando la
especulación y exacerbando las distorsiones económicas.

Expansión Monetaria:

Durante este período, el gobierno venezolano aplicó políticas fiscales


expansivas y aumentó la oferta monetaria para financiar programas sociales, lo
que resultó en un aumento de la inflación. La emisión excesiva de dinero,
combinada con la caída de los sectores productivos y el acceso limitado a divisas,
creó un círculo vicioso de aumento de precios, disminución del poder adquisitivo e
inestabilidad económica.

Hiperinflación:

La mala gestión de las políticas fiscales, junto con la disminución de la


producción de petróleo y las sanciones económicas, contribuyeron a disparar las
tasas de inflación, alcanzando niveles astronómicos en 2018. La hiperinflación
erosionó el valor del bolívar, creando graves distorsiones económicas, escasez de
bienes esenciales y trastornos socioeconómicos.

El Petro y desarrollos recientes: 2019-Presente

En un intento por aliviar la crisis económica, el gobierno venezolano lanzó


su propia criptomoneda, “Petro”, en 2018. El Petro aparentemente estaba
respaldado por las vastas reservas de petróleo del país y tenía la intención de
eludir las sanciones internacionales y los controles de divisas. Sin embargo, el
escepticismo internacional y la adopción limitada han obstaculizado su impacto
potencial.
Dólarización y Liberalización Parcial:

En respuesta a la hiperinflación y el estancamiento económico, el gobierno


venezolano autorizó el uso limitado de monedas extranjeras, particularmente el
dólar estadounidense (USD), para las transacciones diarias en 2019. Esta
dolarización no oficial tenía como objetivo brindar cierta estabilidad a la economía,
pero benefició de manera desproporcionada a ciertos sectores de la sociedad,
aumentando las desigualdades de ingresos.

Criptomoneda y desafíos económicos:

A pesar del entusiasmo inicial, se ha debatido la utilidad de Petro y su


implementación ha enfrentado importantes obstáculos. La infraestructura limitada,
la falta de confianza y las sanciones internacionales han impedido su adopción,
haciendo que la economía venezolana dependa en gran medida de las
transacciones en dólares y exacerbando los desafíos económicos que enfrenta la
población.

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