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1.Hacer que el personaje sea excepcional en algo.

Dale a tu personaje un rasgo o habilidad que lo haga admirable de alguna manera. Eso
sí, sin caer en exageraciones. Normalmente, un personaje habilidoso en algo, suele
despertar el interés del público.

2. Haz que el personaje se preocupe por alguien que no sea él mismo.


Esto es un recurso muy utilizado por los guionistas. Pero es aconsejable hacerlo de la
manera más sutil posible. Ese personaje puede tener ser un perdedor, excepto en su
camino por la puerta, se detiene para acariciar a un perro y darle una golosina. Ese
interés por algo o alguien llama la atención del público sobre él

3. Haz que tus buenos personajes hagan cosas malas y los malos hagan cosas
buenas.
Recuerda ni todas las personas son buenas al cien por cien, ni el malo es tan malo. Por
eso hay personajes malvados como Loki en Avangers que despiertan la simpatía del
público. Tanto es así que ya Disney planea un spin-off con este personaje de Marvel.

4. Dale a tu personaje una voz única.


Haz que cada personaje tenga una forma de expresarse. De este modo, evitarás que
todos los personajes resulten diferentes y que el público los identifique al instante.

5. Crea personajes apasionados.


Muestra tus personajes activos, dinámicos y que sientan pasión por algún tema.

6. Dale a tu personaje una obsesión.


Recuerda que un personaje obsesionado quiere algo, o alguien, de una manera que
genere impulso, urgencia, conflicto potencial, historia. Una obsesión también revela
mucho sobre el carácter.
7. Heridas generadas en el pasado.
Sucesos en el pasado del personaje hace que reaccione de determinada manera en el
presente. Si su personaje fue humillado cuando era niño, eso lo afectará como adulto:
podría buscar consuelo en un mundo de fantasía, por ejemplo.
Cuanto más se conozca sobre el pasado del personaje, más se sabrá cómo reacciona su
personaje al presente. Y esto es relevante para la historia.

8. Dale una actitud a tu personaje.


Comprende cómo tu personaje se relaciona con otras personas. Si es desconfiado, si le
molesta recibir tratos especiales, etc.

9. Qué es lo que más quiere y, por el contrario, qué es lo que más teme el
personaje.
Describe cuál es lo que más desea tu personaje. Por otro lado, haz que se enfrente a
ese miedo para obtener el objeto de su deseo.

10. Si la apariencia de tu personaje afecta su vida y personalidad.


La descripción física en sí misma es estática y aburrida; se vuelve más interesante
cuando lo usas para sugerir, insinuar y revelar el carácter.

11. Cómo se percibe él y cómo los demás le perciben.


Por ejemplo, el personaje podría pensar que está siendo inteligente y manipulador,
cuando en realidad es bastante transparente. Aunque los demás evitarán decírselo. Esa
brecha entre la autopercepción y la percepción de los demás puede llevar a algunos
momentos dramáticos interesantes.

Pero ahora toca incluirlos y que interactúen en la historia.

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