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Bibliotheca Litterarum Humaniorum

Poiein

IX

SUBLUNAR
Salvador Gallardo Cabrera

Spartum nactus es, hanc orna


SUBLUNAR
Bibliotheca Litterarum Humaniorum
Colección Poiein
SUBLUNAR
Salvador Gallardo Cabrera
Primera edición 1997

No puede reproducirse, almacenarse en un sistema de recuperación, o transmitirse en forma alguna por medio de cualquier procedi-
miento, sea éste mecánico, electrónico, de fotocopia, grabación o cualquier otro, sin previo aviso del editor.

Derechos reservados ©1997 respecto a la primera edición de Sublunar por:


JGH Editores, S.A. de C. V.
Mariano Escobedo, 186
Col.Anáhuac 11320 México, D.F.

ISBN 968-7860- 07-3

Impreso en: Edilasher


Mariano Escobedo, 186
Col. Anáhuac, 11320 México, D. F.

Impreso en México Printed in Mexico


Salvador Gallardo Dávalos,
siempre
Trazar en el desierto
a Gunther Gerzso
Ahuecar en las paredes de agua
En los estratos de piedra
De arriba abajo para no usar andamios
Formar entonces una estructura habitable
En el altar cóncavo de un desiladero
En los cortes del cielo congelado
Mirar las grietas y los planos rotos
Saberse armado con el mirar que nunca ija
Pintar se convierte entonces en cuadro
del mundo

11
El agua es lujo lateral de luz, la piedra
puerta extrema
Así esta hendidura es mordedura blanca
en el follaje
Un borde negro acidula, no marca, forja
otras apariciones
No es San Luis Potosí sino el desierto amurallado
Lugar sin orillas, real y Real
Catorce veces he caminado por las montañas
He rasgado el esmalte color naranja en las piedras
He visto los cuerpos plegándose
Alguna vez puse una esmeralda en mi boca
y supe una manera diferente de estar ausente

12
El desierto se corta en un plano
azul-naranja-verde
Zona de restos y ediicaciones en constante
reconstrucción
Hay deseo en el encuentro de una hendidura
y un ailado dardo
Hay desierto en el sonido velado de un cuerpo
En el estremecimiento mental del matorral
Las ruinas no son despojos son otro orden
Rayas del reino, escorias de una planta
de beneicio
Por ser cauce del deseo
Porque todo paisaje aspira a borrarse
a sí mismo

13
Mojo las micas de mi pensamiento

El pigmento en la cabeza del saurio es la


sombra del avión que pasa
¿No eran águilas los clavos hundiéndose en
el desiladero?
¿No era el desierto campo de matanza?
Son los mismos bloques de piedra, la misma
«inmensidad abajo»
Si hoy mojo las micas de mi pensamiento
No es porque alguien piense o pinte desde
sí mismo
Sino porque hay cien plataformas en el
cuadro nuevo
Y entre ellas camina sin pensar un saurio
inaparente

14
[a Sabelia y Salvador]

La memoria y el pasado no se encuentran


Tal un puente extendido pero sin placas de engarce
Donde dos observan las cajas de agua escarlata
Cada uno limitado a sí mismo
Ojos abiertos en rostros cerrados
En un lado ella desenrolla sus pliegos ininitos
En el otro él logra asir un extremo
Así quedan por un momento uno dentro del otro
Dentro y lejos de cada cual
Como un trazo que se sigue en otro cuadro
Para que el olvido pase sin violencia

15
Guijarros en el lomo de la noche
Dos franjas azules anunciaban un tajo
en la bóveda sublunar
Sombra de nubes sobre una región escondida
Atrás del horizonte cuando aparto la mirada
de mí para ver de nuevo
Sin que el ruido oscurezca, sin que la noche
calle
Sobre el desierto no existen puentes para
atravesar
Lanzo otra mirada: el sol de vidrio se funde
En las montañas se derriten los colores
y se mezclan
Alguien alarga el día al ijar esa transmutación
en sus ojos
Mañana, desde la supericie de una tela,
amanecerá para siempre

16
Sublunar
En ningún lugar. En parte alguna

Estanque con lágrimas para que el demente estridule


Aquí donde nunca hubo suelo, ni un pectoral inviolable envuelto
en paños púrpura
Tras la lluvia y los travesaños del último santuario roto
En-ningún-sitio si se oscurece más el lado cierto de mi esfera
Dislocado en mi propio eje, tocando sin ver el libro
que está allí, las palabras que no se pueden cambiar
Traspuesto el límite de lo deseable por siempre, descarnado ya
mi «lanco romántico»
Que no es verdad que llené con hojas el estanque donde ella era
una ondulación
Ni disolví mis votos con la tinta de estos versículos

19
Mejor: todos dicen nada / yo giro mis ojos para que alguien
esté presente
Velando como señal más allá de donde indica mi vista con el
índice
Extendido en el domo, en los arcos, en las alfombras
Más acá del hueco abierto por las palabras sin huella
Si la lluvia cayera cierta y diagonal a los travesaños
Si un nombre —raya en el muro de la falta perpetua—
No desapareciera cuando el viento pasa
¿Cómo puede el viento mover con su transparencia un árbol?
O si existiera un lugar que aún no se sabe y tuviese un
nombre secreto
Donde la cadencia del fuego no debiera ser vigilada
Y el viento fuese vínculo en la raíz del nombre del árbol

20
Deleuze

MCMXCV La Vaca Multicolor, ciudad de arena amarilla


Observo el brillo mágico de las máquinas, su orden mudo
A mi lado se hunden treinta días invisibles
Lentamente se hunden en el agua casi congelada
Caen como agujas de abetos [pero los abetos son falsos]
Existe un zoológico en la nieve, un pájaro bajo la nieve
Treinta renglones para ijar la disolución:
Comienzan los rituales de control del hombre escrito
Piensa una mirada de gárgola sobre los tejados rotos
Respira académicamente contra un muro
—Contra el salitre que es sal que muerde—
Dispuesto a subir una escalera débilmente iluminada

21
Su cuerpo a punto de perder equilibrio o “propenso al
desbordamiento”
Siempre atento a la fábula de la vida observen la navaja
de afeitar en el lavabo
El periódico es ilegible sí pero hay luz tras las persianas
Son los cultos solares, la vibración del día técnico
Líneas de fuga para no ensordecer, lámpara lateral
como cielo interior, viento consistente y metal enfermo

Es el hombre escrito, es el hombre escrito


Justo en el momento en que mejor sabe
Conoce el sauce en la nieve, el sauce de mañana
Los pensamientos de la vida junto a su cuerpo opaco
Amigos que su mirada o su mano podrían tocar

Solo con lo que ha destruido cada quien está solo con lo que ama
El fondo blanco de las palabras despeja lo que ve
La furia de los cuerpos entrampa lo que dice
Un punto de agua en la tierra apasionada detendría
su caída

22
Leer 3:15 a.m.

Un puño de esmalte, un frontón inundado


Las calles limitan los lados de la noche
Cada objeto, máquina o nuevo grial, es ligadura
en la tierra:
Un cuerpo trozado en la nieve, una esclusa en el domo
Estar aquí donde el amor sólo parece ser duración
La vista presente contra el yeso de ver todo, de no
olvidar nada
Amontonando libros en las ventanas para no estar a solas
O sosteniendo un guijarro para traer silencio

23
Desde un hombro hundido

La palabra asistir signiica estar entre tu espalda


y el polvo
Sentarse en un mueble que se pudre bajo el sol
Dar un rodeo para acercarme a ti desde tu presencia
Mirando completamente hacia adelante si no estás
Pensar en un contramovimiento o tirar de ti para acomodar
mis ojos
Corregir todo y salir del camino
Huir antes que buscar refugio, alejarse cuando aún se pueda
—Cuando todavía haya algo por qué alejarse—

24
En la representación antigua molesta lo humano

Kién elevó aquí en piedra sus pensamientos


Que viva a la intemperie y rodeado de alarmas
Con una contraplaca dorsal para pensar sin razón
Interno, invisible, pesa y especula
No que le sea dado conocer el propio peso de las cosas
La celeridad de las combinaciones, la consistencia
de los días
Brazo izquierdo hundido en un estanque de éter
Té de trementina más quemadura en el brazo derecho
Lo real es inhabitable —escribe
Si lo real es inhabitable... —corrige
Tres colores son líneas de rumbo dentro del
zoológico en la nieve:

25
Amarillo que no reposa en nada / serpientes
Rojo oxidado / coyote
Azul que escucha / pájaro cascabel

¿Escuchas un silbido en el invernadero colmado de


movimientos invisibles?
¿El silbido de las malvas, su rüido antigüo?

¿Llueve aún sobre los gabinetes ijos de minerales?


Crepita el pedernal recio, no ha de sonar más, ¿quién rajó
el pedernal?

Preguntas: son huecos en el hombre de argamasa


Visiones de un zoológico desierto
Olor humano no nunca absoluto de la razón
Si alguien pensara, pero alguien escribe:

“Puedo pensar todo como grandes pérdidas


O hundir mi brazo en el éter, jalar las tablas
nombradas de permanencia
y caminar de aquí a la zona de alarmas”

26
Línea de fuga

Contrapón una lámina de invierno a mi cuerpo


Contra mis ojos pon una naranja y un bloque de lógica
Sostén un roce de permanencia, muéstrame la corona
del que ríe
Junta los trozos de mi santuario-sin-isuras
Colócalos donde el mapa marque un Punto Sublime
En qué ciudad, en qué ventana de cuál ciudad estridentista
Donde la luna metálica acidule de azul el agua de un río verde
En el fondo de los lagos, en el hueco de tus hombros

27
Un corte en las especies,
la mezcla de los elementos
Escribir es aparecer en otra parte
Ahí donde apenas existe el agua ascendiendo, como el aire,
como el agua del aire
Desde el magnetismo terrestre, el aire líquido
Agua es llama mojada, aniquilación del aire, lama que crece
vertical, vela, ¿la ves?, es vapor
Escribir signiica abrir un cerrojo en la palabra abismo
Escritura nunca anota, abismo todo lo nota:
Llueve sobre el patio de los rombos
Un cubo naranja lota sobre ese patio hundido
El método trágico de la lluvia: pronto será frágil rastro
Arena amarilla para los olvidos y las repeticiones
Veneno para experimentar, vapor encarnado: escritura
El cubo lota no se crispa
Si no tiembla, si sólo es intermitencia en la luz
Hendidura en la cortina de oscurecimiento, polvo visual
Fluctuación en las arenas medianas

31
Pliegue entre mis palabras y todas las palabras
O agua circulizada, mirada armada de quien escribe

32
Regresa el viento y empuja una ventana este día
Viento se agita —algo va a cambiar
Al mediodía hay doce hoyas excavadas por torbellinos
En el país de los recuerdos blanqueados todos los muros
son blancos
Ventana empotrada en muro blanco, viento hace un rizo
y la empuja
Arriba el tordo no es un pliegue del viento
Cómo observarlo a través del cristal de mi ventana
Con la velocidad del tordo el cristal es arena molida
Muro parejo, ventana ciega: velos y aire turbio
Ventana y muro fueron construidos de dentro hacia afuera
No están hechos para ver al través —no puedo ver
La transparencia del cristal oculta, extiende el color
blanco de los muros
En los muros se mantiene todo intacto —pero es el pasado,
no es sino el pasado

33
Mirar semeja el contramovimiento de ir junto a, tocar
una pared, encajarse en un vidrio, ahí traza el tordo
su sombra muda
Si apoyado en todo mi cuerpo encendiera una lámpara junto
a la ventana, tampoco la verías
Fuera, nada resiste, los días están atravesados por el viento

34
Con mi ojo cabal subí una vez el cerro de Los Ediicios
Lo habían revestido con mampostería de laja y mortero
de arcilla
Piedras asentadas en tierra, tierra húmeda apisonada, rocas
secas, lodo levantado
A 250 metros sobre el piso del valle una muralla rodeaba
los lancos del cerro
Serpenteaba encalada con conchas marinas
Niebla consolidada en muro o barda de espuma
Pared de niebla niebla, de espuma espuma —no como
si la pared debiera recordar otra cosa
La muralla entretejía líneas: desenroscándose era
arma curva; curvándose, recinto de los mantenimientos
Líneas de transformación, mediación y balance
Donde se quiebran aparece una calzada, la ceja de un acantilado,
un canal
Con piedra azul marcaron los años atados
“¿Nos vamos a deshacer?”, pensaron en su templo

35
Pero el templo era redondo para que circularan los
diferentes vientos
El lodo cristalizado a fuerza de mirar con esperanza
Y los años un descubrimiento en curso

36
[Manuel Enríquez, i.m.]

El tiempo del árbol es lento, es difícil despertarlo


Tanto más cuando debe rotar en un círculo humano
Desencajado de los montes magnéticos, siendo siempre ya
igura plegada, gesto en potencia
Se cuenta que en los antiguos bosques del Norte
los árboles tenían un pastor
Era un árbol sin parentesco ni especie, el árbol blanco
De sus ramas colgaban cintas de heno, cordeles y plumas
Iba erguido sin ser columna de gobernante
Mostraba el camino para que no lo siguiesen
Raíces impalpables, las hacía delirar, desviar, quebrarse
Casi lotaba practicando un salto a lo impensable:
Un injerto de lor del cuervo para saltar y alzarse

37
Una intrusión de mimbres para reducirse, borrarse
Quedar punto blanco ante la disolución de las estaciones
letales
Hueco que es todo el árbol —mi mirada necesaria no
lo hubiese encontrado
Al estanque con lágrimas cayó una piedra
La supericie se encrespó, rodaron ondas
El árbol blanco tembló en la supericie, las algas
temblaron en el fondo
Cuando las ondas cesaron el pastor desapareció

38
[Gobelino]

Por el bosque de nudos que se extiende en el muro


Con un mapa de niebla y la noche como brújula
Sobre las nervaduras de todas las lores con nombre de trampa
Perdido en el curso de la urdimbre, perdido en el trazo
Sorteando apenas sus múltiples vericuetos o sus terribles riscos
El monte de las hebras de algodón, el cerro del muerto
Los picos de una montaña que no es montaña sino andamiaje
Como no es agua el lino que escurre por mi estandarte
Ni espada esta astilla que sigue enfundada
Por el bosque de nudos por el bosque de hilos y su ina factura
Busco las estancias donde el recuerdo fue franco poriar
El tiempo un fugitivo en espera del cambio de guardia

39
Y los cantos que circunnavegaron nuestro amor con sus tácticas
dilatorias
Elevados a otros testigos y testimonios, elevados a nadie
Brillan las tinturas de tus gasas ornamentales
Sus inmediaciones de nudo vuelto color por obra de la luz
Qué es lo que busco sino orientar la noche a su poniente
Tener la espada por el pomo empuñar por el corazón el cuerpo
Fijar el chasquido que por el tragaluz me descubrirá sosteniendo
un muro
Inmerso en la clara disposición de un escenario recobrado
Sujeto sí a las estipulaciones de la trama pero vuelto hacia
otro orden
En el amanecer de alguien que abre o cierra los ojos y mira

40
Índice

Trazar en el desierto
Ahuecar en las paredes de agua 11
El agua es lujo lateral de luz, la piedra 12
El desierto se corta en un plano 13
Mojo las micas de mi pensamiento 14
La memoria y el pasado no se encuentran 15
Guijarros en el lomo de la noche 16

Sublunar
En ningún lugar. En parte alguna 19
Deleuze 21
Leer 3:15 a.m. 23
Desde un hombro hundido 24
En la representación antigua molesta lo humano 25
Línea de fuga 27
Un corte en las especies, la mezcla de los elementos
Escribir es aparecer en otra parte 31
Regresa el viento y empuja una ventana este día 33
Con mi ojo cabal subí una vez el cerro de Los Ediicios 35
El tiempo del árbol es lento, es difícil despertarlo 37
[Gobelino] 39
SUBLUNAR ES EL NOVENO TÍTULO DE LA COLECCIÓN POIEIN, DE LA BIBLIOTHECA
LITTERARUM HUMANIORUM. FUE EDITADO POR JGH EDITORES E IMPRESO EN
EL TALLER DE EDILASHER, EL 3 DEL MES DE JUNIO, DÍA DE SANTO TOMÁS APÓS-
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