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1
Paisaje de verano
2
El beso que se hace agua
3
Tu sombra en la sombra
4
En el charco de tu jardín
5
Nadie
6
El paso del caracol
7
El fuego de tu boca (14 versos libres pares)
8
Suspensión
9
Secreta
10
Me gusta cuando te detenés, mujer
11
Rutas de oros y de platas
12
Ciudad neón
13
Mendiga
14
El manto de la luna
15
El rostro de mi abuela, sus sustos repentinos
16
Cuando las nubes descienden
17
Infancia visitada
18
El baño azul
19
Infancia trepada
20
Rosita rosada, rugosa
21
Todo ese espacio
22
La puerta de casa
23
En el sueño de tu boca
Me sumerjo en el sueño
y entro al mar por una ventana que
no tiene bordes.
Un cuerpo de mujer, que es el tuyo
pero que no tiene tu nombre
ni tu cara ni tu pelo, me besa.
Se acerca despacio y me besa
como comiéndome.
Me escondo dentro
de tu boca y me expando
como una piñata poderosa. Me apoyo
en tu lengua roja, descanso
laxa en un saxo que sube de nivel
y pinto tus dientes escalonados
en encuentros sucesivos, en tramos
de mordiscos y caricias que retroceden
y después se aceleran y chocamos. La
ola conjunta de nuestras piernas nos descifra y nos
sostiene.
24
Barrios inanimados
25
Soy también, y otra cosa
27
Antigua sirena azul
28
La sirena
29
Caballo lunar y solar
30
La punta de la luz
31
El muro
32
Sin ancla
33
El aire del beso en la flor
34
El mar
Se espían,
se quieren a tientas.
Se rozan, se dejan caer en la ondulación
del agua. Conversan
con cautela,
antes de que el día se ponga atareado.
Sueltan las hojas de sus días; las retenciones
inútiles; echan la molienda.
Se buscan, se bucean tratando de
prolongar suavemente el encuentro.
No se quieren
precipitar pelándose los
labios. Desmenuzan
la piel de las palabras. Se acoplan
en el sonido del mar
y se tantean los espacios vacíos.
Rastillan el pulso, la invasión
de las tristezas. Remueven
el polvo, alisan
la piedra mientras persisten
mientras se tientan mientras van viendo.
Caricias atropelladas, despegadas del
fondo que se juntan
en un centro de luz vegetal
y húmedo. En el rayo del
sol antes de la hondura.
35
Antes del esfuerzo.
Antes del temblor.
Hurgan
en los huecos de fibras
encallados
que dejaron los engaños.
Arrecifes sus ojos que se dilatan
en la corriente mayor.
36
El aire de julio
37
Bajo lo espeso
38
Mareadas
39
Mi mariposa muerta
40
El agua
41
La noche avanza
42
Hasta el faro
hasta el faro
del poema.
43
Callada en la noche
44
Fotos de lo íntimo
45
Emergió en la penumbra
46
Cubierto estaba su balcón
47
Por la correspondencia de dos pechos
48
Páginas de agua
Reunida suspensión
sobre la ciudad que existe
entre penumbras.
Los pasos rápidos se van
lentificando.
Tiempo detenido en un carrusel
oxidado, que funciona poco y te
das cuenta tarde, bruma y fríos en julios
repetidos. El caballo blanco, gris de
polvo. ¿Pero no fue? No más.
Atolondrada escribís
sobre páginas de agua a la que
no va a responderte.
Te gusta escuchar el silencio, la calma conocida
después de la agitación
y otra vez el camino de tierra naranja.
Una vez más el retorno de lo
mismo: la ligustrina divisoria;
agarrarle las riendas al caballo arisco
(que se está yendo todo el tiempo),
y volver a intentar la unión de lo imposible
en lo suspendido del día
que se acaba.
49
El gato (18 versos alejandrinos o tetradecasílabos)
50
Todavía la muerte no
La vida, esa
tensión, ese ruido de pájaros
desorientado.
Un hablar tan callado,
los ojos mudos
en el asombro cotidiano.
Los pies descalzos preguntándole
al suelo rígido.
Pasto cambiante, animales
iguales.
Años acomodados, falsamente,
en bolsas de
basura intoxicadas.
Pero, ¿y el placer de seguir
buscando? Barro y agua para jugar
a que es chocolatada. Es domingo,
todavía papá no murió, los
ojos azules y a veces llorosos
como un mar. Pero estamos bien,
no pensamos en eso
y no hay apuro
para nada: dos de
azúcar por favor.
51
Las marcas negras
52
Recuerdo escondido
53
Sobre el gris auto impávido
Debo aprender a
quedarme
sin imagen de vos;
soltarte de mi espejo viejo,
empañarte un poco
en el paisaje.
Así, gotita opaca,
fantasma flaco,
de nada sombra,
lágrima que se va corriendo
(apresurada, alma helada)
por el vidrio casi quebrado
del gris auto impávido.
54
Inmersión
55
Sumergirme
Quiero probar
tu damasco azucarado,
esa densidad suave;
trepar por tu espalda;
rasgarte el vestido,
esa densidad rica.
Nadar en las
miles de gotas semidulces;
respirar un
poco fuera de vos;
sólo un poco. Y así,
esa densidad toda.
Un fuego de burbujas
pleno dentro de mí,
esa gran densidad; volver
a pegarme a vos, a tu
hueco de sol,
valle de sol florido.
A toda tu viscosidad
plena de río
y, a veces, de mar.
56
Olas y hojas
57
Transparentes libros añejos
58
Maniático y suprema
59
Y sin embargo
60