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Tomar y comer, tomar y beber.

—Señor, tú los bendices y yo me los como…

Escuchar esa frase de la boca de mi cuñado o de cualquiera que


pretenda mandar el primer impulso con el tenedor es muy común. Por
lo general somos más de 15 personas así que es necesario unir
varias mesas en el garaje. La casa se llena de un aroma especial,
mis papás se ponen su delantal, y mis hermanas tejen una
conversación mientras pican cada uno de los ingredientes para el
tan esperado arroz con pollo. ¿Por qué el arroz con pollo es tan
aclamado en las cocinas? Este plato ha estado presente en
cumpleaños, bodas, graduaciones, domingos y en uno que otro
calentado para el desayuno.

Luego de ese importante paréntesis, continúo diciendo que cuando


hay almuerzo familiar, todos parecen tener una tarea que hacer,
desde ir a comprar la salsa de tomate a la tienda, hacer el jugo,
poner la música en el televisor, e incluso, pelar los huevitos de
codorniz, que van encima de aquella montaña de arroz caliente. El
proceso de cocinar se convierte en un ritual, donde el fuego se
enciende, las ollas viejas son las más usadas, cada alimento tiene
su tiempo de cocción, el vapor llena de burbujitas las tapas, y
cada acción de picar, lavar, agregar, revolver pasan a ser
sagradas para dar por resultado un plato con pizcas de cada
miembro de la familia.

—Vayan pasando a la mesa


—Ya todos tienen arroz, solo faltan ustedes dos papitos
—¡Traigan la salsa de tomate!
—Faltan dos tenedores
—Bueno, ya todos estamos sentados, vamos a orar:

—Señor Jesús, te damos gracias por estos alimentos que hoy tenemos
en nuestra mesa, gracias porque los podemos compartir en familia y
porque son promesa de que tu provisión y tu bondad nunca faltaran.
Bendice las manos que los prepararon con amor, amen y amen.

Estar en la mesa parece ser sinónimo de oralidad. Mientras todos


mastican los bocados calientes de aquel arroz, empiezan las
anécdotas, las preguntas, los chistes y una que otra conversación
seria, que al final lleva a la pregunta temida: ¿quién va lavar
los platos? Parece ser una recreación de la última cena y todo
esto ocurre en torno a unos alimentos, una mesa, una oración y un
amen.

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