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Capítulos 1, 3, 5 y 8.
INTRODUCCIÓN
El libro “el poder de los buenos tratos a la infancia” pretende abordar la crianza y atención
a niños y niñas desde el buen trato, teniendo como base la humanidad no violentada para
lograr que los hijos e hijas sean seres felices, mediante prácticas y, actos de amor y respeto.
Permitiendo reflexionar sobre acciones propias que fomentan el buen trato hacia los demás.
Gracias a este libro, te puedes instruir en cómo la crianza basada en el respeto, empatía,
amor, solidaridad, etc. Puede guiarte a ser un mejor padre o madre, capaz de atender las
necesidades frecuentes de los niños y niñas.
Pues, cada persona que cumple su rol de padre o madre, está consciente de lo complejo que
es, y que, cada día existen exigencias nuevas por lograr, para cumplir con el deber de
cuidador y ejemplo para la otra persona. Tu hijo o hija, es quien depende de ti de manera
necesaria e indispensable. Por lo anterior, el poder de los buenos tratos a la infancia, aborda
temas emergentes desde la crianza respetuosa y cómo influye positiva o negativamente los
buenos tratos de la infancia.
Por ello, invito a leer en específico los capítulos 1, 3, 5 y 8, para adquirir conocimiento de
cómo el atender correctamente las necesidades propias de cada niño o niña, influye activa y
progresivamente en su desarrollo físico, cognitivo, emocional, social, entre otros.
Capítulo 1.-
“El poder de los buenos tratos: bases biológicas, psicológicas y sociales”.
El cap. 1 del libro “El poder de los buenos tratos”, se basa en fundamentar cómo los
buenos tratos, capacidades y herramientas de madres y padres son fundamentales en los
procesos de crianza y desarrollo de los niños y niñas, permitiendo, de esta manera, la
entrega de herramientas necesarias para la supervivencia a nivel social e individual. Dentro
de este capítulo, se pretende dar a conocer la influencia del altruismo social, como una
manera de procurar el bien del prójimo de manera desinteresada, y, desde una perspectiva
organizacional, en donde la división de roles y/o tareas permite la sobrevivencia, facilitando
la vida en un conjunto social.
El autor llamado Jorge Barudy, hace una señalización sobre los investigadores que han
querido demostrar lo importante que son las relaciones afectivas y conjuntas con la salud
mental, también, señala que es importante cómo somos biológicamente, puesto que, el ser
humano es capaz de interactuar con las demás personas desde que estamos dentro del útero
de nuestra madre, e incluso, a medida que las personas crecen, van interactuando con otros
sujetos, de esta manera, sobresalen los genes que los padres heredaron.
De esta manera, resalta al vínculo de afecto como principal forma de relación afectiva para
un desarrollo sano y seguro, a partir de la protección y cuidado. También, una dimensión
biológica, que considera a los sujetos activos de generar vínculos sociales, mediante el
entendimiento verbal o escrito, pues, ¿qué pasaría si el ser humano no lograra comunicar lo
que piensa o lo que siente?, lo que le gusta, lo que no, y así sucesivamente, siendo estos
juicios involucrados directamente a las emociones, es decir, considera los estímulos
internos y externos que causan estas reacciones neurofisiológicas, estimando a los
sentimientos desde el área socioafectiva como sustento de las relaciones interpersonales,
una habilidad necesaria para el buen vivir en la sociedad.
Por otro lado, la autora Shelley E. Taylor (2002), ha realizado diferentes investigaciones
donde muestra que los buenos cuidados maternales pueden evitar algunos tipos de
enfermedades, además, varios investigadores como Varela, Cyrulnik y Shelley Taylo,
señalan que el descubrimiento del genoma ha ayudado mucho para saber el ADN y el tipo
de gen de las personas, donde podemos tener un mapeo genético para analizar si es que hay
evidencias de alguna enfermedad que se pueda transmitir entre padre e hijo.
Desde la vida uterina, se originan las relaciones con las personas a través de los estímulos
hasta la vejez, por demás, se poseen características de los progenitores de manera invisible.
Uno de los factores más importante que hacen que una persona sea sana, es la relación
afectiva (de lo que siente, como las emociones frecuentes), también, para ser personas
sanas, se requiere que durante la niñez y adolescencia ser atendido, cuidado, educado y
protegido, ya teniendo todos esos pasos en la juventud, existirá la capacidad para el poder
del autocuidado, y así, con el tiempo, poseer facultades de participación en dinámicas
sociales con otras personas. Cuando el ser humano nace, necesita de los cuidados de los
adultos responsables, de ninguna manera se debe rechazar el lazo de sentimiento que se dan
entre progenitores, familiares e hijos, son realmente fundamentales para el desarrollo del
niño y niña. Así mismo, cabe señalar que en adultos siguen siendo primordiales los buenos
tratos y atención, pues, así evitaríamos tener menos estrés y alguna dificultad que se
presente en la vida diaria.
Los buenos tratos como resultados del altruismo social: lo que nos hace como personas es
tener altruismo, amor, también la necesidad de los cuidados y de buenos tratos se puede
considerar alguna acción realizada sin haberla realizado antes a través por el aprendizaje
sino de manera inmediata que son importantes para proteger y conservar nuestra vida como
humanos, además el autor Stern, D., 1997; Goleman.,1996, agrega que algunos estudios
han demostrado que los niños han tenido una preocupación hacia sus padres desde muy
menores y además se hacen cargo de ellos.
Los buenos tratos, que son parte de la vida diaria de las personas, ya sean desde un
conocido, amigo, o familiar, a otro, están sujetas desde el afecto emocional y la necesidad
presente de vincularse entre ellos.
La vida en familia, desde los buenos tratos y respeto, conlleva un entorno grato y sano.
Algunos estudios, plantean que si en la vida cotidiana, el ser humano se sujeta de buena
compañía, es solidario, y, existen buenos cuidados, seremos personas felices, liberaremos
estrés, seremos sanos, poseeremos apoyo afectivo y viviremos largamente. Pues,
claramente, considerando un buen trato y una crianza respetuosa, aquellas personas que en
algún momento experimenten situaciones de estrés o malestar, recurrirán a su familia, como
principal apoyo emocional, ¿por qué?, porque ellos fueron aquellos que, desde su infancia,
le entregaron la seguridad emocional que requerían para sus aprendizajes y fortalecimientos
de vínculos afectivos.
Los buenos tratos desde una perspectiva de género: Por otro lado, aborda los buenos tratos
desde una perspectiva de género, en donde se considera a la mujer como cuidadora esencial
de niños sobre las capacidades de lo masculino, sin embargo, gracias a las movilizaciones y
avances sociales, se han evidenciado avances minoritarios en la participación de los
hombres en los buenos tratos y la entrega de afecto y amor.
Las mujeres tienen uno de los papeles más importantes de la vida sobre los buenos tratos y
el cuidado de las demás personas, la mayor parte del tiempo se ha visualizado que la mujer
ejerce el rol de madre sobre la crianza de un menor, observando que solo la mujer tiene la
capacidad para serlo y no el hombre, además, dentro de las últimas décadas, gracias a los
movimientos feministas, a una cantidad de hombres les ha dado la sensación de
comprometerse con los cuidados de los niños e hijos (as), así mismo, de defender por los
derechos de los menores. Esto, ha sido un cambio en los hombres, al tener “nuevas formas
de masculinidad”, igualmente, los hombres apoyan el nuevo cambio en la sociedad sobre
las mujeres, como el abuso de poder, por demás, estar de acuerdo que todos ocupemos el
mismo papel sin ser discriminado según el sexo de la persona. También, se fue modificando
la perspectiva de que las mujeres son miembros del sexo débil, cuando se ha visualizado a
lo largo de los años que tenemos las mismas capacidades que las del hombre, como seres
humanos que sienten, actúan, se relacionan, protegen, etc.
Las bases biológicas del buen trato y de los cuidados mutuos: Así mismo, el capítulo
busca ahondar en la evolución del cerebro humano y como esto ha influido como bases
biológicas de los buenos tratos, en cuanto a los procesos conductuales y desarrollo cerebral,
permitiéndonos hacer frente a los cambios del entorno, lo cual da cuenta de una capacidad
de adaptación. Destacando como uno de los procesos biológicos la encefalización, la cual
permitió el desarrollo y transmisión de las capacidades humanas. Sumado a esto, se plantea
la importancia de las oxitocinas y otras sustancias que intervienen en nuestras conductas
sociales, expresándose mediante sentimientos de vinculación emocional o en situaciones de
amenaza o peligro.
En el libro de lazos vitales de la investigadora Shelley Taylor, ha investigado como nuestro
cerebro y sistema nervioso participan en los cuidados, se ha demostrado que algunos
circuitos se encargan de nuestros procesos conductuales, como, por ejemplo, circuitos
neurológicos y fisiológicos. ellos se encargan de que el ser humano sea capaz de apetecer
conseguir alimentos, transmitir nuestras emociones, excitarnos sexualmente. En los malos
tratos físicos que los bebés y niños (menores de edad) reciban a su corta edad, consigue ser
complejo para su salud en general, puesto que, puede ocasionar un daño cerebral o formas
de atrofia, asimismo, depende del cuidado que le demos a nuestro cerebro, ya sea en la
niñez como también en la vida adulta.
Según diversos estudios, la evolución del bipedismo, ha hecho que nuestro cerebro sea más
grande, en donde este acontecimiento ocurrió hace uno 6 o 7 millones de años. Hasta hace
poco tiempo atrás, el origen de la postura bípeda había sido la adaptación a la sabana, antes
era un cambio del clima, una cualidad importante que heredamos fue la inteligencia, ya que
si no fuera por el proceso de encefalización no tendríamos este grado de la inteligencia, se
desconoce aún el ¿cómo? y el ¿por qué ocurrió?, pero, fue al mismo tiempo el cambio del
cráneo y del cuerpo y a la vez, la inteligencia. Incluso, donde crearon las herramientas y
utensilios el cambio genético favoreció a las capacidades del lenguaje, el pensamiento
abstracto y de comprender la realidad, se dice que el descubrimiento y nacimiento del
lenguaje fue de gran importancia a nivel mundial, que, gracias al amor, entorno social y las
emociones se hizo posible el lenguaje, además que causa la facilitación de comunicación,
permitiendo representar a los niños y niñas como sujetos con necesidades y derechos
propios.
Las hormonas del buen trato: Los investigadores han hecho descubrimientos sobre el buen
trato según la tasa hormonal y han aparecido algunas sustancias como la oxitocina, la
vasopresina y los péptidos opioides endógenos, estos tipos de sustancias intervienen en las
conductas sociales de las personas y además forma parte de neurofisiológicos que se
denomina como circuito neurológico asociativo, en donde se pueden encontrar es en la
sangre, de igual manera, las hormonas del buen trato define aspectos de la conducta social,
la existencia de circuito hormonales asociativos se expresa a través de los sentimientos, la
vinculación entre la madres y sus hijos o cualquier lazo como la amistad o familiar.
Las capacidades cuidadoras y bientratantes de los hombres: Los hombres tienen como
hormonas los andrógenos, son sus antagonistas, es decir, las hormonas masculinas pueden
reducir el efecto de la oxitocina, la testosterona suele aumentar en situaciones de estrés,
pero la repercusión de la oxitocina sobre la biología y la conducta masculina puede ser
mínima. En cuanto a sus capacidades cuidadoras, a lo largo del tiempo se han presenciado
cambios en relación a involucraciones en situaciones que requieran de su acompañamiento,
con el fin de transmitir seguridad y tranquilidad.
Capítulo 5
Familiaridad y competencias: el desafío de ser padres
Las competencias parentales se consideran como una de las cosas más importantes, ya que
a través de ello podemos tener vínculos hacia nuestros padres e hijos, el buen trato que
tenemos con nuestros parentales en la infancia es de total importancia, el resultado de
nuestras experiencias de buen trato de cuando somos niños, ya que, vivenciando malos
tratos durante la infancia, se manifestará negativamente la formación en general (biológica,
educacional, entre otras) el vínculo y la protección.
El concepto de competencias parentales, es una forma de referirse a las capacidades
prácticas de los padres como educar a los hijos, protegerlos, darles un buen entorno familiar
y asegurarles un buen desarrollo sano. Desde una parentalidad social, son personas capaces
de proporcionar un buen ambiente a los niños, encargándose de la educación, cuidados,
protección. Existen madres y padres biológicos que no poseen las competencias para darle
estabilidad en todos los sentidos a sus hijos, razones por la cual, sus historias personales o
familiares, afectaron directamente, como consecuencia de maltratos infantiles, medidas de
protección vulnerables, rupturas, enfermedad mental; al observar estas causas por parte de
los padres, es notable los graves daños provocados en los niños, y que no siempre son
visibles.
El dolor invisible en los niños, sufre como trastornos del apego, socialización, trastornos de
estrés postraumático de evolución crónica, traumatismo severo y alteración de los procesos
resilientes, si los niños no reciben protección adecuada o ningún tratamiento para controlar
algún tipo de trastorno, para reparar los daños causados, puede ser peligroso, en su
adolescencia puede expresarse a través de comportamientos violentos, delincuencia, abusos
sexuales, el uso de drogas, etc.
La formación de la violencia conyugal, victimiza y asesina a las mujeres, así mismo, se ven
las tragedias infantiles por parte de los padres que causas diferentes tipos de maltrato en el
ambiente familiar. La mayoría de los niños y niñas han sido parte de la violencia, por ende,
la protección de los niños maltratados y el apoyo terapéutico se encarga de reparar daños,
por lo demás, los niños y niñas que han sufrido de maltrato, tienen un derecho al acceso de
la parentalidad social, de esta manera, se validan los derechos de los niños y niñas,
respetando las necesidades personales e individuales de cada uno de ellos.
El origen y el contenido de las competencias parentales: las competencias de las madres y
de los padres, que los investigadores tienen como interés, es estudiar la relación con las
necesidades infantiles las que serán mencionadas:
La función parental implica satisfacer las necesidades de los hijos, como,
por ejemplo: alimentación, cuidado corporal, la protección, necesidades
cognitivas, emocionales, socioculturales, por eso, los padres deben adaptarse
a los hijos, dado a que no es lo mismo educar y estar para un bebé, que estar
para un hijo en la edad adolescente.
Si los padres no tienen las competencias parentales para satisfacer las
necesidades que requiere el hijo o la hija, pueden causarle algún tipo de
daño, es muy probable que al momento de intervenir es solo para
protegerlos, ayudarlos, ya que el niño estaría en un momento de
vulnerabilidad, igualmente, si las intervenciones llegaran a ser demorosas a
lo largo del tiempo, las necesidades del menor serán aún mayores y
complejas para su recuperación.
Las capacidades parentales fundamentales: tiene como origen los factores biológicos y
hereditarios, emitido por las experiencias vitales e influidas por la cultura y los contextos
sociales.
La capacidad de adaptarse a los hijos: recursos emotivos, cognitivos y conductuales
que los padres van sujetando, el tipo de apego a sus hijos (as). Así mismo, se van
vinculando a medida que sus hijos van requiriendo satisfacer sus necesidades y los
padres van respondiendo a ello. Los bebés al momento de nacer, requieren de la
relación de apego inmediato, pues, no tienen la capacidad para sobrevivir sin la
supervisión de un adulto.
La empatía: capacidad de percibir vivencias internas de los hijos, a través de la
comprensión de sus manifestaciones emocionales y gestuales, así podrán expresar
sus necesidades, considerando que, los trastornos de empatía poseen relación con el
trastorno del apego.
Los modelos de crianza: para saber los cuidados de los hijos, protegerlos, educarlos,
los procesos de aprendizaje que se realizan en la familia de origen, además que los
modelos de crianzas en las familias van de generación en generación.
La capacidad de participar en redes sociales y de utilizar los recursos comunitarios:
se refiere a pedir, aportar, recibir ayuda de los familiares y sociales, como fines de
las redes institucionales que tiene como fin el de tener una buena salud y los niños
tengan bienestar infantil.
Las habilidades parentales: Las plasticidad de las madres y padres les favorece para dar
una respuesta adecuada, y así recibir y responder a aquellas necesidades de sus hijos, de
acuerdo a la fase del desarrollo que el niño, aquella plasticidad se basa en las experiencias
de la vida, la prevención de los malos trato. Las acciones realizadas como procesos
adaptativos, la promoción y rehabilitación de las competencias parentales como fuentes del
buen trato infantil abarca el apoyo de las capacidades y el desarrollo de las habilidades
como padres.
La construcción del concepto de sí mismo: Es la imagen que cada persona tiene de sí,
donde un niño internaliza su mundo social y su propio ser. La percepción que el niño (a)
tienen de sí mismos, resulta de la internalización de su mundo cotidiano. Dentro de su
medio ambiente es importante que el niño tenga autoconcepto sano, positivo y resiliente, es
un entorno humano donde hay buenos tratos, y los padres son capaces de comunicarse de
manera sana y respetuosa.
El autoconcepto del niño es importante para su personalidad y conlleva lleva un conjunto
de actitudes de sí mismo, que se construye a partir de los siguientes 3 componentes:
Los componentes cognitivos del autoconcepto: es cuando una persona ya sea
niño o adulto se ve a sí mismo.
Los componentes afectivos: afectos, emociones y evaluaciones que
acompañan en la descripción de uno mismo, lo que llamaríamos autoestima.
Los componentes conductuales: es el concepto que una persona tiene de sí
misma e influye en su vida cotidiana, el autoconcepto en la forma de
comportarse.
El modelo educativo bientratante y eficaz: Los adultos asumen de ser las fuentes
nutridoras, agentes de socialización y tutores educativos.
2.- Estabilidad: otro contexto a considerar dentro de la parentalidad sana y bien tratante es
la protección en base a los riesgos que posee el entorno, como por ejemplo el proceso de
socialización, mediante el cual encontrarán herramientas necesarias para ser buenas
personas. Empleando la disciplina positiva en momentos de condiciones de dificultades,
para la estabilidad afectiva mientras siga creciendo.
3.- Otra característica indispensable es la accesibilidad, siendo fundamental para el
desarrollo sano de los niños y niñas. Teniendo en cuenta la importancia de que el adulto
significativo esté presente y disponible para atender sus necesidades.
4.- Cabe señalar como la capacidad de percibir y demostrar satisfacción por los progresos
de los hijos e hijas es indispensable en la parentalidad bien tratante, a esto se le denomina
perspicacia.
5.- Otro punto a considerar es la eficacia, como la organización de la naturaleza de los
hombres y mujeres. Dependiendo de que tipo de acceso a modelos de crianza tuvieron en la
infancia.
6.- Finalmente se menciona a la coherencia como factor fundamental de los significados de
los hechos, comportamiento y discurso de los demás. Según el trato que recibe un niño o
niña, basado a una comunicación coherente será el resultado influyente del desarrollo de
ellos.
Indicadores de una relación de buenos tratos de los padres con sus hijos: desde esta
perspectiva, se hace referencia a las competencias, habilidades, actitudes y aptitudes que
poseen los padres en base a una autoridad necesaria y sana para ofrecer protección y
educación. En cuanto a los vínculos afectivos y la demostración de emociones reflejará una
vida placentera entre toda la familia. La presencia de los padres, el contacto físico, el
tiempo y la dedicación hacia los hijos e hijas será efecto positivo del desarrollo de los niños
y niñas.
Capítulo 8:
Los trastornos del apego: elementos diagnósticos y terapéuticos
Uno de los elementos más importantes para determinar un buen trato de los niños es que los
vínculos entre padres e hijos sean sanos, Bowldy (1973,1988) ha dado a conocer que el
apego sano es un factor importante para prevenir los tipos de maltrato del niño. Los autores
tienen como consideración que el apego como vinculo establece el niño y sus progenitores
a través de un proceso relacional. Los hijos e hijas son seres sensoriales durante su vida
uterina, donde hay entre ellos formas de reconocimiento a través de los sentidos como el
tacto.
En un apego sano se alude a los sentimientos de pertenencia, donde el niño está siendo
aceptado y va teniendo confianza con sus padres, esto ayudará para que el niño pueda sentir
ganas de explorar su entorno donde él va ir construyendo su propia red psico-socio-
afectiva.
Durante el primer año de vida del niño, ya se puede determinar si los procesos de
apego han podido determinar una vinculación selectiva con sus padres. donde ellos
le han podido transmitir seguridad para poder tener relación en confianza con el
niño entre sí y su entorno.
La calidad del apego del niño podrá influir en la vida futura del menor en aspectos
importantes como el desarrollo de empatía, la modulación de los impulsos, deseos,
construcciones de sus propios sentimientos, capacidades de dar y recibir.
Además, podemos hablar que si un niño o niña no recibe dentro sus dos primeros
años de vida donde no haya tenido un pego selectivo puede causar daños a largo
plazo de vida como comportamientos sociales, que pueden perjudicar en sus
capacidades para interactuar o estar dentro de una sociedad, así como también
pueden dañar en el ámbito escolar los procesos del aprendizaje.
Se puede afirmar que entre los trastornos del apego hay una relación con los
conyugales, donde los malos tratos vividos se pueden trasformar en trastorno de
apego donde dice el autor además (Barudy, J. y Dantagnan, M,1988,1999) cuando
pasa esto hay que acudir a alguna terapia e intervención social.
En la tipología del trastorno del apego se estaría hablando principalmente de una
autora llamada Mary Ainsworth (1978), donde informa sobre tres tipos de apego el
primero se hablaría de seguro evitativo (grupo A), seguro (grupo B) y apego
inseguro resistente o ansioso-ambivalente (grupo C), estilo de apego inseguro
desorganizado (grupo D), donde la D fue propuesta por Main y Solomon (1986).
Todos los niños y las niñas interactúan con el profesional terapeuta y con además
con el trabajo terapéutico, se observa que todos los niños (as) tienen un apego
llamado evitativo, aunque los niños tengan miedos, angustias vienen acompañados
de sus cuidadores o padres, aunque al principio los niños demuestran algún nivel de
ansiedad, al comienzo de la terapia demuestran ser inhibidos con miedo de ser
criticados, algunos pacientes pueden tener conductas encantadoras hacia el
terapeuta.
El apego inseguro desorganizado: los niños con el apego inseguro, tanto evitativo
como ansioso-ambivalente organizan su forma de comportarse con el fin de tener
una cercanía de apego inhibiéndose o reactivándose, pero los niños con apego
inseguro desorganizado tienen experiencias relacionales tempranas doloras y
caóticas, sus estrategias defensivas colapsan.
Primera infancia: el trastorno de apego que presentan los niños y niñas son padre y
madres que han sufrido pérdidas de personas significativas, y que además han
vivido procesos traumáticos severos como haber sido víctimas de maltrato físicos
graves, negligencias graves, abusos sexuales. Los niños que presentan este estilo de
apego son hijos de padres que presentan alguna patología psiquiátrica crónica, o son
personas alcohólicas o toxicómanos.
La niñez: en la niñez los niños intentan utilizar sus recursos para adaptarse en
diversas situaciones, en algún momento pueden mostrar una inhibición profunda y
tratan de acercarse invisiblemente, como que tratan de aparentar que no se
encuentran disponibles. En cuanto a la percepción que construyen de otras personas
y de sus relaciones es procesada selectivamente, además que bloquean los niños (as)
información que ellos van considerando insoportable para ellos, para así evitar
algún tipo de sufrimiento, así van filtando información de la vida privada de sus
padres.
Además, cabe señalar que cuando los niños juegan y se rasguñan o simplemente les
entra tierra al jugar los niños con un apego normal acuden a sus cuidadores, ya que
así ellos se sienten muchos más seguros, pero aquí estamos hablando de del apego
desorganizado cuando los menores tienen experiencias de este tipo se quedan solos
llorando o no acuden a ningún adulto responsable.
Cabe señalar que no todos los adolescentes tienen las mismas dificultades hay unos que son
reservados, conservados constructivamente para alguna tarea,