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Historia de los vascos 1

Historia de los vascos


La historia de los vascos, trata sobre la historia del pueblo de origen
no indoeuropeo[1] actualmente asentado en el sudoeste de Francia y el
norte de España, en las actuales Comunidad Autónoma Vasca
(Vizcaya, Guipúzcoa, y Álava), en la Comunidad Foral de Navarra y
en el País Vasco Francés (Sola, Baja Navarra y Labort), incluido en el
departamento de Pirineos Atlánticos. (W. Lizarzaburu)

Algunas hipótesis apuntan a que ya se encontraban en la zona que


ocupan actualmente desde el neolítico.[2] Como en todos los casos en
que ésta se remonta a tiempos en los que no hay registros, existen
numerosas hipótesis sobre su origen y hasta la fecha ninguna de ellas
es concluyente y esta del todo terminada de probar.
Lauburu, un símbolo de la cornisa cantábrica.
La característica de poseer una lengua aislada y sin relación con sus
vecinas y que parece no tener relación con las que llegaron a Europa
por las emigraciones indoeuropeas</ref name=correoa>, ha hecho que la búsqueda de su origen, el de la lengua y el
de los hechos culturales y característicos que los puedan definir como "pueblo", se haya convertido en un reto para
muchos estudiosos y haya dado lugar a muchas más tesis que lo que suele ser habitual, muchas de ellas sin rigor
científico alguno y otras basadas en diferentes pruebas y hallazgos.

Algunos quieren ver que en su lengua, el euskera, el hilo conductor que nos lleva hasta sus orígenes y conforma, con
sus modificaciones e influencias, su relación con otros pueblos y otras culturas que, a través de los tiempos, han ido
pasando por sus tierras llegando incluso a sustituir a su lengua en diferentes periodos históricos en algunos de los
territorios que han venido ocupando.
Historia de los vascos 2

Origen de los vascos


El origen de los vascos sigue siendo fuente de muchas
hipótesis. La lengua vasca, el euskera, es para algunos
autores el hilo conductor que permite investigar sus
orígenes y que confirma, por sus modificaciones e
influencias, las relaciones de los vascos con los pueblos
que han atravesado sus tierras a lo largo de la historia.[3]

Son varias las hipótesis, más o menos fundadas y


trabajadas, que se mantienen sobre esta cuestión.
Principalmente se conocen cuatro hipótesis diferentes:
• Primera hipótesis: ¿Aparecieron los vascos con la
llegada a Europa de los Cro-Magnon?. En esta
hipótesis varios estudios antropológicos consideran
que los vascos son el grupo étnico más antiguo de
Europa, y el único superviviente a la llegada de los
indoeuropeos. Se supone que desde el post-Neolítico,
ocupaban una zona que se correspondería a una zona
similar a lo que se conoce como Euskal Herria (CAPV,
Navarra y País Vasco francés).[2] Para ello basan los
estudios en áreas, las investigaciones paleogenéticas y
las lingüísticas, en esta última en etimología de los
topónimos y de las palabras. El Árbol de Guernica es el símbolo de las libertades vascas.

Estudios realizados por el Centro Nacional de


Investigaciones Científicas francés en el año 2011 afirman que el "pool" genético materno de la población
vasca es similar al de sus vecinos europeos pero que el haplogrupo "H", línea predominante entre los vascos,
identificaron seis líneas que son específicas de la región franco-cantábrica, y específicamente de las
poblaciones de lengua vasca. De donde deducen que los vascos se separaron del "pool" génico paneuropeo
hace 8.000 años, antes de la llegada indoeuropea y dando argumentos a la hipótesis de la continuidad de la
población actual desde tiempos paleolítico y mesolítico.[2]

• Segunda hipótesis: ¿Están los vascos emparentados con los íberos?. Esto es lo que defiende la teoría del
vascoiberismo, al afirmar que, de un modo o de otro, existe una relación entre las lenguas vasca e íbera, de
manera que o bien la lengua vasca sería el resultado de una evolución de la íbera o de una lengua de la misma
familia que la íbera. El primero en apuntar esta posibilidad es Estrabón que, en el siglo I a. C. (es decir, cuando
todavía se hablaba íbero en la Península), afirmaba que los íberos y los aquitanos eran similares físicamente y que
hablaban lenguas parecidas. De todas formas esta hipótesis es complementaria y no excluye a la
primera[cita requerida].
• Tercera hipótesis: ¿Llegaron los vascos con los indoeuropeos?. Una de las teorías sobre el origen de los vascos es
que llegaron a Aquitania con los indoeuropeos hace 7.000 años,[4] no llegando a la península ibérica hasta el siglo
I AC.[5]
Hay ejemplos de acaecimientos similares. Durante las migraciones germánicas, que barrieron Europa después
de la caída de Roma, casi todas las tribus eran indoeuropeas, salvo los hunos y los ávaros.
• Cuarta hipótesis: ¿Ocuparon los vascones el actual País Vasco en la Antigüedad Tardía o en la Alta Edad Media?
Esta hipótesis o teoría de la vasconización tardía es defendida por estudiosos tales como Arnaud Oihenart,[6][7]
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Claudio Sánchez Albornoz,[8] Manuel Gómez Moreno, Jürgen Untermann, Adolf Schulten[9] y José Antonio Vaca
de Osma[10] consideran que los vascones ocuparon las tierras del actual País Vasco en tiempos de los visigodos.
Dos de las autoridades con mayor peso en la lingüística histórica vasca –Luis Michelena y Joaquín
Gorrochategui– coinciden en parte con esta teoría, pero añaden que esta vasconización se produjo sobre un
sustrato que ya era vasco; es decir, fue un suceso que vino a unificar las tribus vascas de la zona, como se puede
comprobar por los numerosos arcaísmos que retiene el dialecto vizcaíno.[11]
• Quinta hipótesis: ¿Vino el euskera a España desde Francia en época histórica?. Esta hipótesis es defendida por
Larry Trask[12] y por los filólogos españoles Francisco Villar y Blanca M. Prósper que la presentan en su libro
"Vascos, celtas e indoeuropeos. Genes y lenguas" publicado por la Universidad de Salamanca el año 2005 y por
Francisco Rodríguez Adrados que lo hace en "Historia de las Lenguas de Europa" publicado el 2008.[13][14]
Análisis genéticos, especialmente aquel promovido por la National Geographic Society con su Proyecto
Genográfico, podrán agregar elementos adicionales para descubrir el origen de la población vasca. A medida que un
mayor número de Vascos ordenen análisis de sus muestras genéticas, la identidad de la rama vasca se irá haciendo
más clara dentro del contexto del árbol genético global de migraciones.

Teoria del origen comun genético de vascos, irlandeses, galeses, escoceses e ingleses[15][16]
En 2001, un estudio científico publicado por la cadena de televisión inglesa BBC ha revelado que vascos y celtas son
«genéticamente hermanos de sangre». A esta conclusión ha llegado un equipo de investigadores de la University
College London (UCL) que, después de haber analizado y comparado los modelos genéticos de vascos, celtas de
Gales y celtas de Irlanda, ha concluído que son «increíblemente similares».[17]
Según la teoría del profesor Stephen
Oppenheimer de la Universidad de Oxford ,
el investigador David Goldstein de la
University College London y el lingüista
alemán Theo Vennemann tanto los
habitantes de Irlanda como los de Gran
Bretaña (especialmente los de Gales y
Escocia) tendrían su origen en el Pais Vasco
y sus antepasados vascos habrían viajado
hace 16.000 años por tierra hacia el norte
cruzando Las Landas, Aquitania y Bretaña a
las Islas Británicas |durante la
Glaciación,[18] época en la que el nivel del
mar era mas alto que el actual y las actuales
Islas Británicas estaban unidas al continente
europeo, esto haría posible dicha
migración.[19]

Oppenheimer indico que se realizo una


investigación con 10.000 habitantes de las Mapa propuesto de la extensión del substrato vasco.
Islas Británicas, entre el 95% y el 58% del
componente genético de estos voluntarios coincidía con la de los vascos, lo que echaba por tierra la teoría de que los
habitantes de las Islas Británicas eran descendientes genéticos directos de los celtas.
El 90% del componente genético de los voluntarios irlandeses correspondía con el de los vascos, el 80% del de los
galeses, y el 70% del de los escoceses e ingleses. Por lo tanto, serian dos tercios de los habitantes de esas islas los
que tendrían un origen común con los vascos. Más tarde se dieron las invasiones de vikingos y normandos a las las
Islas Británicas de los cuales sus actuales habitantes, especialmente los ingleses y parte de los escoceses serían sus
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descendientes un 5% de los vikingos y 5% de los normandos.[20]


Según Dan Bradley genetista de la Universidad Trinity College de Dublín «Hay una concordancia significativa entre
los orígenes genéticos irlandeses y vascos».[21] En palabras de dicho investigador «cuando se mira a todos estos
elementos en su conjunto empieza a observarse una imagen que nos deja ver que, a lo largo de toda la costa atlántica
de Europa -que incluye más o menos todas las áreas celtas y la zona pirenaica, incluyendo Euskal Herria- se
producen amplias similitudes tanto en el cromosoma Y como en el ADN mitocondriaco y, hasta cierto punto,
también en el de algunos grupos sanguíneos: por ejemplo, el grupo O. Debido a que se produce una repetición
constante, esto significa que es muy improbable que sea un resultado erróneo, lo cual nos hace ver que hay ciertas
similitudes en el área. Esto requiere una explicación y es muy difícil de descubrir cuál es la correcta, porque estamos
mirando al pasado y no podemos volver a él. Pero hay algunas ideas. Una de ellas es que hace mucho tiempo,
cuando surgieron las poblaciones celtas del oeste europeo, quizás esos pobladores procedían del sur del continente.
La otra posibilidad es que, en la antigüedad, el mar no era visto como un impedimento para comunicarse, sino como
una oportunidad. Si miramos al suroeste de Irlanda, su zona más accesible por mar es por el suroeste de la isla de
Gran Bretaña, Bretaña y la bahía de Bizkaia».[22]

La Antigüedad
Si la hipótesis válida fuese que los vascos llegaron a Europa con los Cro-Magnon[cita requerida], en tiempos
prehistóricos estarían establecidas en toda Europa una serie de tribus que hablan lenguas de una misma familia
lingüística (lo que se ha dado en llamar el protovasco) y tenían relación cultural entre sí. Si lo fuese la de la
expansión vascona en los años oscuros, los vascos no ocuparon todo lo que actualmente se define como Euskal
Herria hasta el siglo VI o V a. C. Las otras hipótesis son intermedias. Pero hoy en día se desconoce cuál es la válida.
Según los historiadores romanos Estrabón, Plinio, Mela, Lucio Floro o Silio Itálico, la zona estaba habitada en
tiempos prerromanos por diversas tribus cuyo idioma y filiación nos son desconocidos. Solo de los aquitanos hay
constancia de que hablaban vascuence. La distribución de tribus y las zonas ocupadas por várdulos, caristios y
autrigones varían según cada historiador. La distribución de Ptolomeo, la más completa, era la siguiente:
• Cántabros, daba este nombre a los pueblos que habitaban entre el río Sella y el río Asón.
• Autrigones, establecidos entre el río Asón y el río Nervión.
• Caristios, establecidos entre el río Nervión y el río Deva en la actual Guipúzcoa.
• Várdulos, que ocupaban la actual Guipúzcoa a excepción del valle del Deva y del Bidasoa.
• Vascones, que ocupaban lo que hoy es Navarra, noroeste de Aragón y noreste de La Rioja.
• Aquitanos, que estaban entre el río Garona y los Pirineos.
• Berones, ocupaban el territorio de la actual Rioja Alta, parte de la Rioja Alavesa y algunos enclaves en Burgos,
oeste de Navarra y norte de Soria.[23]
Otros colocan a cántabros y vascones como tribus fronterizas, y para otros, entre vascones y cántabros solamente
estaban los várdulos. Plinio dice que Portus Ammanus (la romana Flaviobriga y la actual Castro-Urdiales) era una
ciudad várdula, lo que se contradice claramente con la distribución de Ptolomeo. Aunque hay diversas teorías que
consideran que los vascones se extendieron por los territorios vascongados (de ahí el término) y que por esa razón se
habla euskera y se mezclaron con los celtas que huían de la presión romana en el Ebro, creando los dialectos del
Euskera.
Los territorios de estas tribus estaban políticamente repartidos en diferentes conventos jurídicos de Hispania y la
Galia. Los vascones dependían administrativamente del convento caesaraugustano, cuya capital era la actual
Zaragoza. Los várdulos, caristios y autrigones dependían del convento cluniense, cuya sede estaba en Clunia, en la
provincia de Burgos. Y los Aquitanos estaban incluidos en la Galia.
No hay más noticias de Várdulos, Caristios y Autrigones, hasta que en el siglo IX se menciona por primera vez a
Castilla, antes llamada Bardulia.
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Guerras Sertorianas
El territorio vascón se vio profundamente implicado en las Guerras Sertorianas. Sertorio se traslada en el año
77 a. C. al valle del Ebro e instala su cuartel en Osca (actualmente Huesca) y ese mismo año, atravesando el paso de
Perthús, llega Cneo Pompeyo, enviado por Roma, quien consigue la simpatía de muchos vascones, especialmente en
la zona del Ebro. Esto provoca que ciudades próximas tomen partidos diferentes: mientras Calagurris (actual
Calahorra) se mantiene fiel a Sertorio, Gracurris apuesta por Roma, siendo la zona del Ebro la más convulsionada
por los enfrentamientos entre los dos bandos.
En el invierno del año 75 a. C., Pompeyo funda la ciudad de Pompaelo (actual Pamplona). Sertorio es asesinado a
traición en Osca el año 72 a. C., quedando como última plaza fiel al ideal de Sertorio. Este asedio, realizado por
Afriano, general de Pompeyo, duró hasta el año 67 a. C., llevando a sus habitantes hasta el extremo de tener que
recurrir a comerse los cadáveres.

Caminos
Cinco de los treinta y cuatro caminos del itinerario de Antonino pasaban por territorio vascón, siendo el más
importante el XXXIV que unía Astúrica (Astorga) con Burdigalia (Burdeos) pasando por Velegia, Veleia y
Pompaelo (Pamplona) junto al que recorría el valle del Ebro uniendo Deobriga con Caesaraugusta (Zaragoza)
pasando por Calagurris (Calahorra), Graccurris (Alfaro) y Cascantum (Cascante). Pompaelo se unía con la costa y
los pasos pirenaicos así como con la vía de Caesaraugusta en Graccurris. Varias vías secundarias unían la calzada
XXXIV con los puertos costeros del Cantábrico.[23]

Presencia en el ejército romano


Se tiene constancia de la presencia de vascones en el ejército romano al menos desde el siglo I a. C., tanto en
cohortes como en las legiones y en los pretorianos. Igualmente se sabe de la existencia de cohortes de vascones; La
Cohors II Vasconum Civium Romanorum estuvo destinada en Germania. Esta cohorte fue posteriormente destinada a
Britannia y el año 156 a la Mauritania Tingitana. Augusto tuvo su guardia personal formada por vascones y berones
calagurritanos, que fueron licenciados tras vencer a Marco Antonio. La costumbre de guardias personales formadas
por hispanos fue muy común entre los generales, debido a su fides y devotio hacia su jefe.

Edad Media
Dependencia de los territorios históricos de Euskal Herria

No hay casi noticias históricas del territorio vascón (ni de casi toda la costa cantábrica) a partir del hundimiento del
Imperio romano y la invasión de los pueblos germánicos.
El hecho es que de ser un área aislada dentro de un gran imperio, los vascones pasan a encontrarse en la zona
fronteriza entre dos belicosos vecinos. Los reinos franco y visigodo. Esta zona se convierte en un territorio de alto
valor estratégico deseado por ambos contendientes.
El accidentado territorio vasco es ideal para el bandidaje y la guerrilla, por lo que es posible que los vascos
sobrevivieran a pesar de sus opresivos vecinos. Simplemente se fueron a las montañas y esperaron ahí hasta que la
amenaza desapareciese.
La caída del Imperio romano dio paso a los asentamientos y posteriores reinos visigodo y franco y a la implantación
en Francia del Ducado de Vasconia.[24] Este ducado, creado por los reyes francos, ocupaba la Novempopulania
romana, en las Galias, y llegó a tener una cierta independencia de los francos cuando se unió al Ducado de
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Aquitania.
El la península, el rey godo Leovigildo funda Victoriacum, que se cree que se trata del actual Bitoriano, pueblo a día
de hoy perteneciente a la cuadrilla de Zuia (Álava) en el año 581.[25] El caso de Pamplona es un tema políticamente
polémico. Pese a haber sido sede episcopal de la iglesia visigoda,[26] y haber necrópolis godas en Pamplona, existe
alguna polémica sobre si existió o no dominación visigoda sobre la ciudad.

Domuit vascones
Domuit vascones es una expresión latina que se traduce como "dominó a los vascones" que la historiografía vasca
aplica a todos los reyes godos, por lo que se deduce que los vascos jamás fueron dominados completamente por los
godos. Diversos historiadores no creen que esa expresión proceda de crónicas antiguas, ya que, hasta ahora, no ha
sido encontrada en ninguna.[27]
Según el historiador Armando Besga, la frase podría datar de 1931, cuando fray Bernardino de Estella escribe en uno
de los clásicos de la historiografía nacionalista, la "Historia Vasca":
"En las Crónicas de los reyes visigodos se encuentra una frase constantemente repetida: Domuit
vascones (subyugó a los vascones). Vencer a los vascos fue la idea que abrigaron casi todos los reyes
visigodos. Pero esa frase, siempre repetida hablando del mismo pueblo, indica claramente que jamás
lograron dominar a las tribus vascas. Lucharon contra Recciario, Eurico, Leovigildo, Recaredo,
Gundemaro, Sisebuto, Suintila, Wamba, todos los cuales atentaron contra la independencia de Euzkadi".
Si bien la expresión "domuit vascones" no aparece reflejada en ninguno texto de la época goda, y mucho menos en
los cronicones de los reyes godos o en la Chronica Hispalensis de San Isidoro, ya que tales crónicas no existen.
Así, en las crónicas de la época se puede ver que de la larga lista de reyes godos, solo constan acciones de tres de
ellos sobre el territorio vascón, no diciendo ninguna una expresión parecida a la mítica domuit vascones.
• Reciario, rey suevo (no visigodo) devasta las Vasconias (Vasconias depraedatur), aunque según Moret, no
atacaba a los vascones, sino a sus aliados los romanos.
• Leovigildo ocupa parte de Vasconia (partem Vasconiam occupat) y funda la ciudad que se llama Victoriaco (et
civitatem, quae Victoriaco nuncupatur, condidit).
• Recaredo dirigió sus fuerzas también muchas veces contra los abusos de los romanos y contra las irrupciones de
los vascones.
• Suintila hizo también al comienzo de su reinado una expedición contra los vascones, que con sus correrías
infestaban la Tarraconense (contra incursus Vasconum Tarraconensem provinciam infestantium)
Solo en crónicas posteriores, de la época del reino asturiano, el año 883, en la crónica albeldense, se encuentran
algunas parecidas:
• Suintila derrotó a los vascones (Uascones deuicit)
• Wamba primero sometió a los fieros vascones, en los confines de Cantabria (prius feroces Uascones in finibus
Cantabrie perdomuit)
La mítica frase parece ser invención de Fray Bernardino de Estella.
Historia de los vascos 7

La invasión islámica
En el siglo VIII, la invasión musulmana proveniente del sur concentró a la población cristiana en la cornisa norte, la
cual, debido a su difícil orografía, siempre ha sido muy impermeable a cualquier influencia exterior. Los
musulmanes llegaron a lo que hoy es Navarra casi de inmediato a la entrada en la península, en el 714. La guarnición
visigoda de Pamplona capituló en el 718. Los musulmanes controlaron de ese modo el paso de los Pirineos.
Las primeras revueltas en zona periférica al Pirineo Occidental y Central, datan del vacío de poder creado tras la
derrota musulmana de Poitiers y el asedio Pippinido que marcó el ocaso de la casa ducal de Aquitania.

Roncesvalles
En el año 778 el ejército de Carlomagno
sufrió un duro revés en Roncesvalles, dando
lugar al famoso «Cantar de Roldán».. Se
desconoce quiénes fueron los atacantes, y
los historiadores manejan tres hipótesis. La
primera dice que una coalición de vascones
y musulmanes; la segunda, una combinación
de vascones de ambas laderas del Pirineo y,
la tercera, vascones ultrapirenaicos
descontentos con el fortalecimiento del
régimen franco en Aquitania. Hay otras
como que fueron sólo musulmanes, que es la
que canta la francesa Canción de Roldán.
La península Ibérica el año 750
Se cree que tras la abortada toma de
posesión de Zaragoza, el Emperador, con
temor de exponer la seguridad del Ejército
Franco que se reunificó tras las tomas de
Pamplona y Barcelona en sus retaguardias,
decidió allí mismo regresar a Francia por la
zona menos expuesta a un encuentro con
fuerzas cordobesas por el Levante. Tras
cruzar el Pirineo, fue lo más probable, como
así ya habían hecho en otros lugares y
posteriormente tratarían allí mismo, el
establecer alguna guarnición en Pamplona
como marca o avanzada militar para en lo
sucesivo proteger los pasos y el puerto
principal a un acceso musulmán o desde
donde lanzar otra tentativa. Sería esta La península Ibérica el año 814
"Retaguardia" y su noble gobernante, quizás
el duque en la frontera bretona, Hruodaland, Roland o Roldán precisamente por estar experimentado en zonas
limítrofes también, los que arrasaran Pamplona o serían masacrados tras Roncesvalles, aunque no necesariamente en
el Puerto. Lo que no haría desistir a los francos de ocupar la Plaza permanentemente, en futuras incursiones.

La versión vasca es la que sigue:


Después de que los francos de Carlomagno invadiesen el Norte de España, volvieron a Francia saqueando el
País Vasco, quemando Pamplona.[28] En respuesta, los vascos interceptaron al ejército franco cuando pasaba
Historia de los vascos 8

por el puerto de montaña de Roncesvalles. Pese al pobre armamento y al reducido número de combatientes, los
vascos destruyeron gran parte de las fuerzas francas.
La Batalla de Roncesvalles
Todos los pueblos cercanos a los Pirineos reciben ayuda de Carlomagno para que puedan consolidarse, puesto
que a los francos les interesa que los cristianos del Pirineo sean fuertes para que puedan controlar a los
musulmanes. Parece ser que le ofrecieron al emperador Carlomagno entregarle personalmente la plaza de
Zaragoza, pero no cumplieron con ello y el emperador lo interpretó como traición, y detuvo al negociador, un
tal Zuleiman, que era el gobernador musulmán de Barcelona. Después se dirigió de nuevo hacia Pamplona con
ambos ejércitos. En el camino, Zuleiman fue liberado por sus hijos, con sus tropas, en una operación rápida y
sorpresiva dirigida a la retaguardia del ejército, donde iba prisionero su padre.
Cuando el emperador llega a Pamplona, apresuradamente y con el temor de más ataques musulmanes a su
retaguardia, recoge la guarnición que había dejado allí en su viaje de ida, destroza e incendia la ciudad y toma
rumbo a Francia. En Roncesvalles, cerca ya de Francia, lo emboscaron un grupo de navarros que atacaron su
retaguardia, causándole graves daños. Esta escaramuza transcendió porque murieron muchos nobles franceses,
entre ellos el famoso Roldán, marqués de la Marca Bretona; estos nobles iban en la zaga del ejército de
Carlomagno.
Fue la única gran derrota que sufrió Carlomagno en toda su carrera. Los Francos la inmortalizaron en francés
en la Canción de Roldán, una de las piezas más importantes de la poesía medieval.
Carlomagno personalmente, sin embargo nunca sostuvo derrotas, y aunque sus ejércitos francos sufrieron pérdidas
en muchos frentes (Sajonia, Dinamarca, Hungría) a la postre su Imperio fue incólume y aumentó.

La Reconquista
Al iniciarse la reconquista, los territorios peninsulares occidentales quedan pronto incorporados al Reino de Asturias,
mientras que los peninsulares orientales y los continentales quedan pronto englobados en el Imperio carolingio,
formando parte de la Marca Hispánica.
En el primer cuarto del siglo IX Íñigo Arista funda, a partir de la parte navarra de la Marca Hispánica, el Reino de
Pamplona.

La península Ibérica en el año La península Ibérica en el año La península Ibérica en el año La península Ibérica en el año
910 1000 1035 1037

La península Ibérica en el año La península Ibérica en el La península Ibérica en el año La península Ibérica en el
1150 año 1190 1360 siglo XV
Historia de los vascos 9

Los vascos tomaron parte activa en la Reconquista. Las tierras fronterizas de Álava fueron ocupadas, y los reyes
llamaban a los vascos para colonizar nuevos territorios.
Participaron en las expediciones castellanas, y los marineros vascongados tomaron parte activa en la conquista de
Andalucía.[29]

Evolución de la Sociedad
A lo largo de la Edad Media había ido formándose una sociedad muy compleja en la que los linajes feudales habían
ido perdiendo importancia en favor de las actividades y los sectores sociales ligados a las villas. Éstas eran núcleos
de población urbanos establecidos en virtud de una Carta Puebla otorgada por el Rey o por el Señor en la que se
fijaban los derechos y deberes de sus residentes, mayoritariamente dedicados a actividades relacionadas con el
comercio y la industria. El proceso, que comenzó a finales del siglo XI en Navarra, se aceleró en los siglos siguientes
hasta culminar en los últimos años del siglo XIII con la fundación de numerosas villas vizcaínas. La mayor parte de
las Cartas Pueblas se inspiraron en los fueros municipales de Jaca, de 1063, y de Logroño, otorgado en 1095.
Ambos, además de garantizar la libertad de comercio dentro de la villa, otorgaban a sus moradores importantes
garantías judiciales que los ponía a salvo de las arbitrariedades de la justicia feudal que imperaba en el campo.
El conflicto con los intereses de los Parientes Mayores o Ahaide Nagusiak, cabezas de los antiguos linajes que
dominaban el mundo rural, no se hizo esperar y desembocó en las llamadas Guerras de bandos, manifestación de un
conflicto que se dió por las mismas fechas (siglos XIV y XV) en otras partes de Europa y que no hacía sino expresar
las tensiones que acompañaron el nacimiento del Mundo Moderno.

Evolución de los Diferentes Territorios


Desde el punto de vista político-institucional, Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, tras oscilar a lo largo de la Edad Media
entre las órbitas navarra y castellana, se integraron en la Corona de Castilla en diferentes momentos de la historia,
conservando sus propias leyes e instituciones. Navarra, por su parte, tuvo su propia evolución como reino
independiente, a caballo entre Castilla, Aragón y Francia, pero su debilidad entre vecinos tan poderosos,
especialmente tras la unficación de las Coronas de Aragón y Castilla con los Reyes Católicos y el complicado juego
de alianzas e intereses internacionales tejidos por Fernando, desembocó en la ocupación de la parte peninsular del
Reino de Navarra por un ejército castellano en 1512 y su incorporación forzosa a Castilla. Sólo la Merindad de
Ultrapuertos se mantuvo teóricamente como reino independiente con su capital en Pau, aunque sometida a los Reyes
de Francia hasta que un descendiente de los últmos reyes de Navarra se convirtió en Enrique IV, Rey de Francia y
Navarra e iniciador de la Dinastía de Borbón.

Navarra
Véase también: Historia de Navarra

En el siglo IX surge el reino de Pamplona bajo la influencia del reino franco, los cuales crearon la Marca Hispánica
desde la actual Navarra hasta el Mediterráneo como tapón frente a los musulmanes y como vía de mejor influencia
en la zona. Íñigo Arista (816-852) fue elegido jefe (buruzagi) para luchar contra los francos y fue coronado como rey
de Pamplona. Este reino, más tarde transformado en Reino de Navarra, se alió con el reino muladí (indígenas
convertidos) de los Banu-Qasi (los Casio Hispano-latinos...), cuya capital era Tudela y no dependía de Córdoba;
sellaron su alianza mediante matrimonios cruzados. El reino de Pamplona se extendió hacia el Sur hasta el río Ebro.
En la segunda mitad del siglo IX y siglo X se establece el Reino de Pamplona que, al igual que los condados
resultantes de la división de la Marca Hispánica y que el Reino de Asturias, se configura como elemento, a veces de
oposición y otras de cooperación con la zona islámica, instalado en el territorio de la monarquía visigoda; las
relaciones navarras con la familia muladí de los Banu Qasi fueron muy estrechas durante su inicio.
Existen algunos trabajos que pretenden aproximarse a la vida cotidiana de los vascos en la Edad Media[30][31]
Historia de los vascos 10

Sancho Garcés junto con Ordoño II de León conquistan Nájera y en el año 924, su hijo, García Sánchez crea el Reino
de Nájera-Pamplona, desarrollando una labor de repoblación y favorecimiento de las nuevas tierras y de los
monasterios allí existentes.
Sancho Garcés II, su sucesor, y García Sánchez II "el Temblón" se ven obligados a capitular ante Almanzor y a
pagar tributos al Califato de Córdoba.
Con Sancho III el Mayor (1004-1035) el reino de Nájera-Pamplona alcanza su mayor extensión territorial, abarcando
casi todo el tercio norte peninsular. En la reorganización del reino, se supone que creó el vizcondado de Labort,[32]
entre 1021 y 1023, con residencia del vizconde en Bayona y el de Baztán hacia 1025.
Algunos autores defienden que, a la muerte del duque Sancho Guillermo, duque de Gascuña, el día 4 de octubre de
1032, extendió su autoridad sobre la antigua Vasconia ultrapirenaica comprendida entre el Pirineo y el Garona, como
comenzó a ser mencionado en sus documentos.[33] Otros autores, como Armando Besga, opinan lo contrario[34]
Por el Norte, la frontera del reino pamplonés está clara, los Pirineos (caso de haberse extendido la
autoridad de los reyes navarros hasta el Baztán, lo que es lo más probable, pero que no se puede
acreditar hasta el 1066), y no se modificó. No es cierto, pese a todas las veces que se ha dicho, que
Sancho III lograra el dominio de Gascuña (la única Vasconia de entonces, es decir, el territorio entre los
Pirineos y el Garona, en el que la población que podemos considerar vasca por su lengua sólo era una
minoría). El rey navarro únicamente pretendió suceder en 1032 al duque de Gascuña Sancho Guillermo,
muerto sin descendencia, lo que bastó para que en algunos documentos se le cite reinando en Gascuña.
Pero la verdad es que la herencia recayó en Eudes.
Se puede decir que Sancho III realizó el primer Imperio Hispánico y fue denominado Rex Ibericus y Rex Navarrae
Hispaniarum.
Antes de morir (1035) dividió sus territorios entre sus hijos: su primogénito, García, reinó en Pamplona y heredó
algunas tierras en Aragón y Castilla; Fernando obtuvo gran parte del condado de Castilla; Ramiro recibió tierras en
Aragón y en Navarra, y Gonzalo en el Sobrarbe y otros puntos distantes de Aragón. De este reparto surge la nueva
estructura política del siglo XII con los reinos de Navarra, Aragón y Castilla.
El reino de Nájera-Pamplona está incorporado entre 1076 y 1134 en la corona aragonesa, de la que se separa en el
reinado de García Ramírez.
En el de Sancho el Sabio (1150-1194) pasa a llamarse Reino de Navarra y sigue la pérdida territorial.
En el año 1200, bajo el reinado de Sancho el Fuerte (1194-1234), pierde Álava, Guipúzcoa y el Duranguesado, que
es conquistada por el monarca castellano Alfonso VIII, ayudado por gran parte de la baja nobleza alavesa (logran
tomar Vitoria, tras un largo asedio que duró siete meses, con un ejército compuesto en su mayoría por alaveses) y
mandado por el señor de Vizcaya. En Guipúzcoa, pacta su integración en Castilla, aprovechando las desavenencias
del pueblo con la nobleza (el rey castellano fundará numerosas villas como compensación) y el Duranguesado, una
vez anexionado, es entregado al Señor de Vizcaya como recompensa por los servicios prestados en la Batalla de Las
Navas de Tolosa.
Navarra, separada ya de los otros territorios peninsulares vascos, se ve obligada a orientar su política de expansión
hacia el norte y este, territorios franceses de Ultrapuertos y la franja fronteriza con Aragón.
La presión de Castilla y Aragón hacen que, buscando la supervivencia del reino, a la muerte de Sancho VII el Fuerte
en 1234 sin descendencia, éste entre en la órbita de Francia con la instalación de la casa de Champaña (1234-1274)
y, posteriormente, de los Capetos (1274-1328).
La casa de Évreux (1328-1425) inaugura una etapa de interesantes relaciones peninsulares y europeas, sobre todo
con Carlos II. Carlos III el Noble (1387-1425) destaca por la prosperidad material y cultural que se desarrolló, que al
contrario que sus antecesores vivió y gobernó en Navarra centrándose en la política interna. Leyes como el Privilegio
de la Unión (que puso fin a la guerra entre burgos pamploneses) y el Fuero General de Navarra hizo que se ganase el
aprecio de los navarros.
Historia de los vascos 11

Vizcaya
Al iniciarse la Reconquista, según la Crónica de Alfonso III parte de los territorios de la actual Vizcaya quedan bajo
la influencia del Reino de Asturias, estos eran las zonas de Carranza, Sopuerta y el oeste del Nervión y habían sido
repoblados con huidos de la invasión musulmana mientras que en la llamada "Vizcaya nuclear" no se registraron
asentamientos de este tipo. No se sabe bajo qué jurisdicción estaban los demás territorios vizcaínos. Hacia el año
920, según señala el Códice Rotense hay constancia del matrimonio entre un hijo de un conde vizcaíno, el conde
Momo, con la hija del rey de Pamplona Sancho Garcés I.[23]
Tras la anexión del condado de Castilla por Sancho III el Mayor (1029), Vizcaya queda bajo la influencia navarra.
En 1040 era Señor de Vizcaya Íñigo López Ezquerra, primer señor de Vizcaya que gobernaba la Vizcaya nuclear (sin
las Encartaciones ni el Duranguesado). El regicidio de Peñalén en el año 1076 (donde se asesinó al rey de
Pamplona-Nájera Sancho Garcés IV) marcó un punto de inflexión al marcar la desintegración del reino pamplonés.
Íñigo López se situa bajo la influencia política del rey castellano Alfonso VI pasando de esta forma a vincularse con
Castilla. En agradecimiento es nombrado primer Señor de Vizcaya, título otorgado con carácter hereditario.
Lope Íñiguez, hijo de Íñigo López, reunió en sus manos el Señorío de Vizcaya, el condado alavés y la tenencia
guipuzcoana que mantuvo hasta el año 1093. Su hijo, Diego López I, adquirió la tenencia de Haro pasando a añadir
el locativo Haro a su apellido.[23]
En 1135 la Vizcaya nuclear vuelve a estar bajo órbita navarra en el marco de las guerras que se dieron a raíz de la
ruptura matrimonial de la hija de Alfonso VI de Castilla, Urraca, con el rey navarro Alfonso I el Batallador. El
señorío se situó de parte castellana pero El Batallador resultó triunfante en 1124 pasando a su dominio.
Sancho VII el Fuerte perdería el dominio sobre Vizcaya en el año 1180 pasando definitivamente a pertenecer a
Castilla siendo Señor de Vizcaya Diego López de Haro II quien lo convirtió en un señorío jurisdicional, padrimonial
y hereditario.[23]
Las Encartaciones siguen en el Reino de Castilla y se van incorporando a Vizcaya en diferentes fases: Santurce y
Solajuela lo hacen en el siglo XI, Somorrostro y Carranza en el XII, Lanestosa en el XIII y Valmaseda en el XIV. El
Duranguesado sigue en el Reino de Navarra hasta que en 1200 pasa a ser castellano. Alfonso VIII de Castilla lo cede
en 1212 al Señor de Vizcaya, Diego López II de Haro, como recompensa por los servicios prestados en la Batalla de
Las Navas de Tolosa.[23]

Álava
Inicialmente en el Reino de Asturias, y en el caso de Álava, luego en el de León, fue absorbida por el reino de
Navarra y, el año 1200, pasó a formar parte del reino de Castilla, después de la conquista de Vitoria por parte de
Alfonso VIII, según se aprecia en las actas castellanas tituladas "Narración de la Toma de Vitoria y Guipúzcoa Año
1199". Según éstas, la toma de Vitoria habría sido llevada a cabo por gran parte de la población que hoy formaría la
provincia de Álava, lo que se debería al apoyo de la nobleza baja de Álava. Las tropas eran mandadas por el Señor de
Vizcaya.
El paso de Álava a depender de la Corona castellana se dio en 1332 con el pacto denominado voluntaria entrega que
se realizó entre la Cofradía de Arriaga y el rey Alfonso XI de Castilla. En este pacto se ponen las bases del futuro
político del territorio y de su fuero. La Cofradía solicitó al rey 21 peticiones que fueron aceptadas por éste. Esto
estableció una soberanía compartida entre el monarca y los señores del sistema feudal.[23]

Guipúzcoa
En Guipúzcoa, al igual que Álava, pasó a formar parte del reino de Castilla en el año 1200. En este caso el rey
castellano usó una estrategia contraria a la alavesa y, en lugar de asegurarse la lealtad de la nobleza, se aseguró la
lealtad de la población que estaba sometida a la nobleza, de ahí que los reyes castellanos crearan numerosas villas
(aldeas donde el alcalde tenía jurisdicción civil y penal). Así pues, en solo 30 años los reyes de Castilla crearon más
de cuatro villas.
Historia de los vascos 12

No hay constancia de que haya habido acuerdo entre los señores de Guipúzcoa y el rey castellano. Este asunto ha
sido muy debatido sin que se haya llegado a poder definirlo fehacientemente. Según las capitulacioens de 1200 los
guipuzcoanos pasaban a ser vasallos del rey de Castilla integrándose voluntariamente. Hay otra versión que señala
que Guipúzcoa se confederó a Castilla por lo que sus habitantes no eran vasallos reales.[23]
Los marinos guipuzcoanos y vizcaínos, integrados junto a sus vecinos cántabros en la Hermandad de las Marismas,
mantuvieron relaciones comerciales con Flandes y tuvieron constantes enfrentamientos con los comerciantes de
Bayona, llegando muchas veces a saqueos y enfrentamientos armados. El poder de esta hermandad era tal que se
permitían establecer pactos con los reyes de Inglaterra.

País vasco francés


Los territorios vascos franceses quedan integrados en el carolingio Condado de Gascuña el año 781, y se integraron
en el ducado de Aquitania el año 1063. Como parte de Aquitania, pasaron a depender de la Corona de Inglaterra el
año 1152.
La actual Baja Navarra fue entregada a mediados del siglo XI al reino de Navarra. Esta medida no fue aceptada por
los barones locales, que se mantuvieron en rebeldía hasta que en 1191 Ricardo Corazón de León se la entrega
nuevamente al rey de Navarra.
Bayona estuvo dominada por los normandos entre los años 846 y 982.

Edad Moderna

Navarra
Hacia el final de la Edad Media, con la muerte de Carlos III "El
Noble" entró la inestabilidad dinástica con las casas de Foix y
Albret. Juan II de Aragón fue rey de Navarra hasta que murió su
mujer y titular de la corona Blanca I de Navarra. Al morir el tronó
se disputó entre su viudo Juan II y su hijo Carlos de Viana ente
dos bandos navarros. El bando agramontés apoyó a Juan II de
Aragón mientras que el beaumontés al Príncipe de Viana. A pesar
de que ganó, éste último murió en extrañas circunstancias y el
trono recayó en su hermana Leonor de Foix, mientras que Juan II
al volver a casarse perdía sus derechos en el trono navarro.
Fernando el Católico (hijo de Juan II de Aragón) consiguió ocupar
militarmente Navarra con la ayuda esta vez del bando beaumontés,
mientras que, al contrario que la anterior guerra, el bando
agramontés apoyaba a los reyes de Navarra Juan de Albret y
Catalina de Foix.

En 1512, un ejército castellano entra en Navarra por el oeste al


mando de Fadrique Álvarez de Toledo, II duque de Alba, y la Dantzari.
mayor parte del Reino de Navarra resulta invadida militarmente.
Previamente, el monarca castellano había conseguido del Papa Julio II la proclamación de una bula, la Pastor Ille
Caelestis, que excomulgaba a los aliados del rey francés, como enemigos de la Liga Santa. La firma del Tratado de
Blois, con el que los reyes navarros pretendían asegurarse la neutralidad en la guerra entre Francia y Castilla, sirvió
como pretexto a Fernando el Católico para invadir Navarra, como aliada supuestamente de los franceses.

Posteriormente en una segunda bula, en 1513, denominada Exigit Contumacium, la casa de Albret quedaba
desposeída de su reino y se liberaba a los súbditos navarros del juramento de fidelidad a sus reyes, quedando el reino
Historia de los vascos 13

a merced de quien primero lo tomara.


[35]

(...) a los arriba mencionados, Juan y Catalina excomulgados, anatemizados, maldecidos, autores de
cisma y herejía y reos de lesa divina majestad y del eterno suplicio, y privados y despojados de todo
título, honor y dignidad real, entregando sus reinos, dominios y bienes a quienes los hubieran capturado
o capturaren, expropiados según guerra justísima y sacrosantísima, anunciamos y declaramos que el
título y dignidad de Reino, no sólo del Reino de Navarra, Ducados, Condesados y resto de sus Dominios
temporales sino de todos sus bienes arrebatados de las manos de Juan y Catalina que se les hayan
desposeído o se les desposean en el futuro, siguiendo un derecho enteramente justo."
Según algunos historiadores, como Arturo Campión, esta bula era falsa, mientras que muchos otros historiadores
sostienen la veracidad de la bula pontificia, como el historiador navarro Víctor Pradera en su libro "Fernando el
Católico y los falsarios de la historia" cuya versión ha sido luego corroborada por varios historiadores, como José Mª
Lacarra, Boissonade, Jaime del Burgo o Luis Suárez Fernández. Otros autores como Jon Oria, no dudan de la
vercidad de las bulas pero alegan que presentan "indicios de una manipulación" realizada por el papado o por
Aragón.
La importancia de la citada bula reside en que no era "justa causa" de guerra para la época que un rey conquistara
otro reino católico, pero una vez promulgada la bula, los reyes de Navarra eran considerados como "príncipes",
desposeídos de sus territorios y se eximía a sus súbditos de rendirles obediencia, por lo que el rey castellano podía
hacerse "justamente" con sus territorios.
En 1513, las Cortes de Navarra, estando sólo los Beaumonteses, nombran a Fernando rey de Navarra. En 1515, las
Cortes de Castilla anexan Navarra a la Corona de Castilla por el Tratado de Burgos, con un régimen foral especial.
En esta reunión no estuvo ningún navarro presente.[36]
Posteriormente, primero Juan de Albret y Enrique II de Navarra intentaron recuperar Navarra en tres ocasiones, en el
mismo años de 1512, en 1516 y el más importante que se realizó en 1521 reinando ya Carlos I de España. En esta
última ocasión se consiguió recuperar en poco tiempo todo el reino, gracias al alzamiento generalizado de los
navarros de toda Navarra. Posteriormente el 30 de junio de 1521 se produjo la Batalla de Noáin donde la derrota de
las tropas franco-navarras determinó el destino de Navarra. Aún se produjeron dos focos de resistencia. Uno en la
Batalla de Amaiur (1522), donde hoy un monolito recuerda la batalla, y el fin de la independencia de Navarra, y otro,
hasta febrero de 1524, en el Castillo de Fuenterrabía.[37][38]
En 1524, la Navarra peninsular, manteniéndose como reino, quedó consolidada en la corona de Castilla. Carlos I se
retiró definitivamente en 1530 de la Baja Navarra, tras resultar infructuosas sus incursiones en ese territorio, aunque
nunca se firmó un tratado de paz entre Castilla y Navarra.

Baja Navarra
El Reino de Navarra bajo dominio de la casa de Foix, se redujo a los territorios al norte del Pirineo (Baja Navarra).
En 1594 Enrique de Navarra fue coronado rey de Francia tras su conversión al catolicismo, siendo el primer Borbón
que accedía al trono francés (fue entonces cuando dijo la célebre frase de París bien vale una misa, haciendo
hincapié en el motivo de su conversión). Desde Enrique IV hasta Luis XVI los reyes de Francia tomaron el título de
Rey de Francia y de Navarra.
Tras la Revolución francesa el Reino de Navarra quedó disuelto en la República Francesa.
Las tierras navarras quedaron así divididas entre España y Francia, hasta hoy en día.
Historia de los vascos 14

Vascongadas
Los vascos de Guipúzcoa, Vizcaya y Álava, que ya estaban integrados en la Corona de Castilla, siguen con un
amplio grado de autogobierno: los fueros daban a cada región vasca leyes locales, impuestos y tribunales
independientes. Estos fueros eran diferentes para cada región. Por ejemplo, en el Señorío de Vizcaya, eran diferentes
para las Encartaciones, la Tierra Llana (que tenía el llamado fuero de Vizcaya), la ciudad (Orduña) y las villas (que
tenían sus propios fueros, siendo el de Bilbao y Bermeo el fuero de Logroño). Los vizcaínos y guipuzcoanos reciben
del rey la hidalguía universal, que significa que tanto unos como otros, pasan a ser considerados hidalgos por el
hecho de ser vizcaínos o guipuzcoanos.
Su historia está ligada a la del resto de España, teniendo una importante participación en la conquista y colonización
de América. La Casa de Contratación prefería los barcos de los astilleros del Cantábrico, por su solidez y buenas
condiciones marineras, para las flotas de Indias.
También participaron en casi todas las acciones navales de la incipiente Armada de España, como en las
expediciones a Italia del Gran Capitán, la Batalla de la Isla Terceira, la Armada invencible, etc.
Colaboraron con las tropas de Fernando el Católico en la Conquista de Navarra y en las acciones militares que
fueron consecuencia de la misma.
Hacia el final del siglo XVI, los marineros vascos enseñaron a los holandeses el empleo del arpón para la caza de
ballenas.
La Revolución francesa llevó a España a la Guerra del Rosellón o de la Convención (1793), durante la cual, tras unos
éxitos españoles iniciales en los que se tomó el Rosellón, las tropas francesas, al mando del general Dugommier,
consiguen recuperar el Rosellón en las campañas de 1794 y 1795 tras las batallas de Tec (28 de abril), Albere (30 de
abril) y Boulou (1 de mayo) y penetran en Cataluña, Vascongadas y Navarra, llegando a ocupar Miranda de Ebro.
El 2 de agosto de 1794 las tropas francesas cercaron las Provincias Vascongadas y en 36 horas llegaron a San
Sebastián sin encontrar resistencia. Manuel Godoy (Manuel Godoy, Memorias del Príncipe de la Paz) dice:
La ocupación de San Sebastián no fue un hecho de armas. Varios politicastros guipuzcoanos se dejaron seducir
por el general Adrien de Moncey, quien les prometió convertir la provincia en República independiente. Estos
crédulos hombres...entregaron la ciudad a los franceses...
Manuel Godoy
Días después vizcaínos y alaveses se rendían en masa y el 26 de agosto el alcalde declaraba no la prometida
república sino la sumisión total a Francia, ya que al ser reclamada la misma, Salbert Pinet, comisionado de
Napoleón, ordenó el encarcelamiento de 40 de ellos.
Con la firma del tratado de Paz de Basilea (22 de julio de 1795) se da fin al conflicto. En ella se establece que a
cambio de la retirada de las tropas francesas de tierras vascongadas se había de entregar la Isla de Santo Domingo, y
por la liberación de los 40 guipuzcoanos encarcelados se permitía además a Francia ciertos derechos sobre caballos
andaluces y ganado ovino durante 5 años.

País vasco francés


La Reforma protestante fue aceptada por parte de los vascos, apoyada por Margarita de Angulema y su hija Jeanne
d'Albret, reinas de Baja Navarra. El hugonote vasco Joannes Leizarraga Lermanda tradujo en 1571 a la Linguæ
Navarrorum, es decir, al euskera, el Nuevo Testamento.
En el siglo XVI, una burguesía vascohablante imprimió en Bayona libros en vascuence, casi todos sobre temas
cristianos. Sin embargo, como el protestantismo era perseguido por la Inquisición española y, en el nordeste, el rey
protestante navarro se convirtió al catolicismo para ser el rey Enrique IV de Francia, tanto la reforma como la
publicación de textos vascuences duró poco.
Herejías en el siglo XVI
Historia de los vascos 15

En el siglo XVI el hambre y la miseria se apoderaron del País Vasco francés, comenzó también una época de
persecución a supuestas brujas en todo el territorio. Las acusaciones que se realizaron en el Parlamento de Burdeos
motivaron el envío a Labort del consejero Pierre de Lancre. Éste, arrancando confesiones mediante torturas, hizo
quemar alrededor de 200 mujeres, niños y sacerdotes. Pierre de Lancre fue el responsable de la caza de brujas en
Labort. Pensaba que las mujeres son de naturaleza pecaminosa, y que son tan peligrosas que jamás sería capaz un
juez en solitario de juzgar a una mujer, porque los hombres son débiles. Decía que se necesitaría un tribunal
compuesto por muchos hombres.
Sin embargo, tras superar los desastres sufridos, en el siglo XVII se vivió una especie de renacimiento. Entre otras
cosas, Rabelais publicó su Gargantua y Pantagruel y Dechepare escribió el primer texto impreso en euskera.
La Revolución francesa
El autogobierno de las provincias vascas del norte tuvo su fin con la Revolución francesa, que centralizó el gobierno
y abolió todos y cada uno de los privilegios locales que garantizaba el Ancien Régime. Algunos vascos se vieron
forzados a tomar posturas contrarrevolucionarias, mientras que otros, como Garat, participaron activamente en la
Revolución.

El siglo XIX

La guerra de la Independencia
Más adelante, cuando los ejércitos napoleónicos invadieron España y el Reino de Navarra, encontraron casi desde el
principio fuerte resistencia, aunque ha sido habitual dar por supuesto lo contrario. Como los franceses entraron en el
territorio como aliados del gobierno español, fueron bien recibidos. Las primeras tropas cruzaron el Bidasoa en
otoño de 1807, teóricamente rumbo a Portugal. Al cabo de un par de meses los franceses comenzaron a ocupar todo
el territorio vasco, provocando una creciente desconfianza. El punto de inflexión fue la toma a traición de la
Ciudadela de Pamplona, en febrero de 1808. A partir de aquel momento empezaron acciones de guerrilla a pequeña
escala contra los franceses, patron de conducta que se repitió en otras provincias españolas. Surgieron guerrilleros,
como Gaspar de Jáuregui “el Pastor”, que llegó a mandar a tres mil hombres y alcanzó el grado de coronel y al que se
le unió el joven Zumalacárregui que luego sería una de las máximas figuras de las guerras carlistas.[39] De los cuatro
batallones iniciales en la guerra de la Independencia uno era solo vasco[cita requerida].
Posteriormente en el País Vasco y Navarra se dio también el movimiento guerrillero contra Napoleón, en Guipúzcoa
destaca la figura del Cura de Santa Cruz y en Navarra la de Francisco Espoz y Mina.
La última parte de España en la que se mantuvieron los franceses fueron las provincias vascongadas (véase: Batalla
de Vitoria). La invasión acabó el 31 de agosto de 1813 con la expulsión de los franceses de San Sebastian por parte
del ejército aliado anglo-luso, que tal y como había hecho anteriormente, procedió a cometer el llamado incendio de
San Sebastián, siendo la ciudad saqueada por las tropas anglo-lusas durante tres días, sufriendo la población civil las
consecuencias de los robos, asesinatos y violaciones cometidas, siendo incendiada y destruida a continuación. Ese
mismo día tuvo lugar en Irún la denominada batalla de San Marcial en los altos del mismo nombre, y que enfrentó al
VI ejército español al mando del general Freire y a tropas napoleónicas al mando del Mariscal Soult. Después de un
día entero de sangrientos combates la batalla terminó con la victoria de las armas españolas. En dicha batalla se
distinguieron los dos batallones de voluntarios de Guipúzcoa al recuperar la zona que rodea la ermita de San Marcial
cuando el enemigo estaba a punto de ganar la contraescarpa de dichos altos y rebasar el centro del dispositivo del VI
Ejército. Dichos batallones tuvieron bajas que alcanzaron el 50% en algunas compañías. [40]
Historia de los vascos 16

Las guerras carlistas


Durante las varias guerras civiles que sufrió España en el siglo XIX,
los fueros fueron defendidos por los tradicionalistas y nominalmente
absolutistas carlistas, mientras que las luego victoriosas fuerzas
constitucionalistas se oponían a ellos.
Los carlistas reclamaban la corona de España para Carlos, el cual había
prometido defender el sistema foral vasco y navarro.
Fruto de la influencia de la Iglesia Católica, y temiendo que bajo la
igualadora constitución liberal los fueros fueran eliminados, los vascos
La España política en 1854, después de la españoles de las zonas rurales se unieron masivamente al ejército
primera guerraCarlista tradicionalista, al cual pagaban en gran medida los gobiernos de las
provincias vascas. Así, en un diálogo de Un Faccioso más y algunos
Frailes menos, el autor, Benito Pérez Galdós, pone en boca de uno de sus personajes:

"....el Sr. D. Carlos Navarro, nuestro valiente amigo, llegó anteanoche de su excursión por el reino de Navarra y
por Álava y Vizcaya. Es un guapo sujeto. Dice que en todo aquel religioso país hasta las piedras tienen corazón
para palpitar por D. Carlos, hasta las calabazas echarán manos para coger fusiles. Las campanas allí, cuando
tocan a misa dicen «no más masones» y el día en que haya guerra los hombres de aquella tierra serán capaces de
conquistar a la Europa mientras las mujeres conquistan al resto de España... Bueno, muy bueno... ¿Con que usted
desea ver a ese señor? Le prevengo a usted que está oculto...."
Por otro lado, las fuerzas del ejército isabelino tuvieron apoyos vitales en las grandes ciudades (como Bilbao), así
como de los británicos (cuya legión irlandesa, el “Tercio”, fue prácticamente aniquilada por los carlistas en la batalla
de Oriamendi por los franceses (con una importante legión argelina) y por legiones portuguesas, ya que estos
gobiernos apoyaron a Isabel contra los carlistas.
Durante la Primera Guerra Carlista, al aumentar entre los carlistas las diferencias entre los bandos Apostólico (el
bando oficial) y Navarro (el bando de base vasca), estos últimos firmaron un armisticio en el que los Isabelinos
prometían mantener los fueros. El Convenio de Vergara, firmado el 31 de Agosto de 1839 y escenificado con el
abrazo entre los generales Espartero, liberal, y Maroto, carlista, ante los batallones de ambos ejércitos, puso fin a las
hostilidades. En su artículo 1º el Convenio decía literalmente: El Capitán General D. Baldomero Espartero
recomendará con interés al Gobierno el cumplimiento de su oferta de comprometerse formalmente a proponer a las
Cortes la concesión o modificación de los Fueros.... El resto de los artículos regulaba las condiciones en que los
soldados carlistas podían regresar a sus casas y sus oficiales integrarse en el ejército liberal.
Pese a una redacción tan ambigua y tan poco comprometedora para el jefe del ejército victorioso, el 25 de Octubre de
1839 la Reina sancionaba una Ley cuyo artículo 1º confirmaba los Fueros de las Provincias Vascongadas y de
Navarra sin perjuicio de la unidad constitucional de la Monarquía. El 2º comprometía al Gobierno a escuchar a los
representantes de lsa Provincias antes de proceder a las modificaciones que se considerasen necesarias. No obstante,
la amenaza que podía suponer tal redacción para la continuidad del sistema foral, la élite dominante en el País
(compuesta por los liberales fueristas que dominaban los centros urbanos y por los propietarios agrícolas que, pese a
su ideología conservadora, supieron adaptarse al final del Antiguo Régimen) consideró confirmados los Fueros en
todos sus extremos y dedicó sus mejores esfuerzos a dilatar primero y a impedir después las negociaciones con el
Gobierno Central para la prevista modificación foral. En adelante, tal ley sería designada por los representantes de
las Provincias como Ley Confirmatoria de los Fueros.
La subida al poder de los progresistas tras 1841 trajo consigo algunos cambios impuestos por la fuerza, como la
supresión de las aduanas interiores y su traslado a la costa, el establecimiento de juzgados de primera instancia y
otros de menor importancia, como la denominación de Gefe Político o Gobernador al antiguo Corregidor. Todos
ellos fueron recibidos con protestas, pero, especialmente en el traslado de las aduanas, pronto quedó claro que
Historia de los vascos 17

resultaban beneficiosos para el desarrollo de los negocios comerciales e industriales, sobre todo en Bilbao y San
Sebastián.
Tras la caída de Espartero en 1843 y el ascenso de los moderados la situación mejoró para los fueristas.
Conservadores todos ellos, les resultó fácil llegar a un acuerdo tácito que permitía que el control de la situación en el
País Vasco recayera en el mismo tipo de gente que ahora disfrutaba del poder en Madrid, tanto frente a los
progresistas como frente a los carlistas. Tal acuerdo no sólo permitió que se mantuviesen las Juntas Generales y las
Diputaciones Forales (auténtico esqueleto del sistema foral) sino que los mismos Ayuntamientos siguiesen siendo
elegidos del modo tradicional, lo que ponía a todos los organismos de poder local y provincial en manos de la
referida élite. Además, y es un elemento esencial, el mantenimiento de las instituciones forales daba una legitimidad
añadida al ejercicio del poder por parte del citado grupo social frente a una población que había apoyado
mayoritariamente, sobre todo en el campo, al bando tradicionalista. Cuando tales argumentos no bastaban para
convencer a sus interlocutores moderados en Madrid, los representantes de las Provincias no dudaban en acudir a
una supuesta amenaza de una nueva sublevación carlista para conseguir sus objetivos.
Por lo que se refiere a Navarra, allí las cosas se aclararon antes. Cansados los representantes del viejo Reino de las
tácticas dilatorias utilizadas por las otras provincias, se apresuraron a llegar a un acuerdo con el Gobierno Central
que se tradujo en la llamada Ley Paccionada de 16 de Agosto de 1841. Aunque se implantase el mismo régimen
jurídico que imperaba en el resto de España (con lo que se perdía capacidad legislativa) se mantenía un cierto
autogobierno financiero.
A lo largo de los años que van entre 1845 y 1868 se asiste, pues, a una extraña situación por lo que se refiere al
sistema foral de las tres Provincias Vascas. La amenaza nunca concretada de la modificación de los Fueros por parte
del Gobierno Central coexiste con el mayor grado de desarrollo alcanzado nunca por el sistema foral, especialmente
en lo concerniente a las Diputaciones Forales.
Por lo que se refiere a la situació económica y social, en los años anteriores a la Tercera Guerra Carlista se asiste a
los primeros pasos en el camino de la moderna industrialización. Al mismo tiempo que continúan y se desarrollan las
actividades tradicionales del comercio y la artesanía en las ciudades, van apareciendo las primeras fábricas: Santa
Ana de Bolueta, a las afueras de Bilbao, en la que se instaló el primer horno alto para fundir mineral de hierro,
aunque todavía funcionaba con carbon vegetal, y la fábrica Nuestra Señora del Carmen, instalada por los Ybarra en
el Desierto de Baracaldo, nucleo inicial de lo que legarían a ser los Altos Hornos de Vizcaya. También en estos años
comenzó a explotarse de forma sistemática los yacimientos de mineral de hierro, aunque habrá que esperar al último
cuarto de siglo para que despegue la industrialización.
Tras la Revolución Gloriosa y la caída de Isabel II, comienza el Sexenio Revolucionario en el que se aprueba una
nueva Constitución y se nombra a Amadeo de Saboya nuevo Rey. Enfrentados a la monarquía y prácticamente fuera
del sistema quedaron, en primer lugar, los carlistas, cuya fuerza había crecido en paralelo a los enfrentamientos
habidos entre la Iglesia y el Estado por el tratamiento de la cuestión religiosa en la Constitución. Estaban divididos
en dos tendencias, una partidaria de la vía parlamentaria (los neocatólicos dirigidos por Cándido Nocedal) y otra más
proclive a la insurrección armada y al abandono de las vías legales. Finalmente, en medio de un periodo político
turbulento, fue ésta última la que se impuso, lo que daría lugar al comienzo de una nueva Guerra Civil en 1872 que
duraría hasta 1876, la Tercera Guerra Carlista.

El País Vasco tras la abolición del Sistema Foral


La Tercera Guerra Carlista tuvo lugar fundamentalmente en el País Vasco. En los territorios ocupados por los
carlistas se desarrolló incluso un embrión de Estado, con su administración, sus impuestos, su Boletín Oficial, etc. Al
igual que había ocurrido en la Primera Guerra Carlista, si bien el campo era mayoritariamente carlista, los núcleos de
población más importantes (entre ellos las capitales de los territorios) permanecieron bajo el control de los liberales,
apoyados por la población burguesa y por una parte importante de los artesanos.
Historia de los vascos 18

La guerra acabó en 1876 cuando, ya con Alfonso XII en el trono, el reorganizado ejército liberal pudo acabar con los
últimos núcleos de resistencia calistas, especialmente tras la sangrienta Batalla de Somorrostro.
Pese a la reiterada protesta de los liberales vascos, que intentaron separar el futuro del Régimen Foral de la derrota
carlista, Cánovas hizo aprobar la Ley de 21 de Julio de 1876, abolitoria del Régimen Foral, por la que se extendían a
las Provincias Vascongadas las obligaciones de pagar impuestos y acudir a las quintas y reemplazos en el Ejército.
La misma ley autorizaba al Gobierno a introducir las reformas que considerase oportunas en el sistema foral. La
resistencia a estas medidas, que llegó a la desobediencia civil por parte de las Juntas y Diputaciones Forales, hizo
que el Gobierno disolviera estas instituciones al año siguiente, y estableciese en Álava, Guipúzcoa y Vizcaya las
Diputaciones Provinciales, en principio con las mismas atribuciones que las de cualquier otra provincia.
Sin embargo, la supresión de los Fueros no significó la igualación absoluta con el resto de España. Cánovas era
perfectamente consciente de que no podía enfrentarse definitivamente con los sectores burgueses de las Provincias
Vascongadas, que eran parte esencial de los apoyos con que había de contar el nuevo régimen de la Restauración.
Así, si bien desapareció el relativo autogobierno que permitía el sistema foral, se concedía a las nuevas Diputaciones
la facultad de negociar con la hacienda estatal la fijación de un cupo, o cantidad que habrían de entregar al Estado
por los impuestos concertados con éste. Dicho de otra manera, como se desconocía el valor exacto de la riqueza de
las Provincias, se calculaba una cantidad global que las Provincias deberían pagar en concepto de los impuestos
correspondientes. Además, el Estado reconocía a las Diputaciones el derecho a cobrar y gestionar sus propios
impuestos (principalmente impuestos indirectos destinados a beneficiar la inversión) para hacer frente al pago del
cupo. Los impuestos no concertadosse cobrarían como en las demás provincias.
El primer Concierto Económico se aprobó en 1878 y el cálculo del cupo se hizo a la baja, procediéndose por
comparación con otras povincias cuya riqueza se suponía similar a la de los antiguos territorios forales. Esto, al
coincidir con el período de gran crecimiento económico (el último cuarto del siglo XIX es el momento de arranque
de la industrialización) permitió a las Diputaciones vascas, sobre todo la vizcaína, contar con una masa de recursos
que posibilitó su intervención en campos y competencias fuera del alcance de las Diputaciones de régimen común.
Por si todo ello fuera poco, la facultad de fijar los impuestos para obtener el cupo permitió a las Diputaciones de
Álava, Guipúzcoa y Vizcaya optar por una política fiscal basada en los impuestos indirectos aplicados a los
productos de primera necesidad y de más consumo (alimentos, bebidas, combustible) lo que repercutió más en los
sectores sociales más desfavorecidos, que vieron aumentar de forma notable los precios de los artículos básicos. Con
los ingresos así obtenidos pudieros las Diputaciones desarrollar una política en beneficio de los grupos sociales que
tenían su control, favoreciendo de paso el proceso de industrialización.
Tras la aprobación del Concierto, las quejas por la abolición foral quedaron limitadas a los carlistas y a un sector
minoritario de la burguesía, que, en todas las Provincias, siguió pidiendo la reintegración foral plena. Este es el caso
de la Sociedad Euscalerría de Bilbao, entre cuyos miembros se contaba desde un antiguo Diputado General como
Fidel de Sagarmínaga hasta un empresario como Ramón de la Sota, que tanta importancia tendría algunos años más
tarde en la evolución del Partido Nacionalista Vasco.
Los sectores oligárquicos que se beneficiaron del Concierto apoyaron a los partidos dinásticos, conservador y liberal,
en el País Vasco. Su único punto de desacuerdo fue el relativo a la necesidad de establecer un sistema fuertemente
proteccionista que protegiese a los industriales de la competencia exterior, objetivo que conseguirían en 1891.
Utilizando diferentes medios, que iban desde la compra de votos a las amenazas de despido, consiguieron disputar a
los carlistas los puestos de diputados a Cortes, sobre todo por algunos distritos de Vizcaya.
En las ciudades vascas, que estaban experimentando un importante proceso de crecimiento al calor de la
industrialización (especialmente en Bilbao) los sectores politizados, minoritarios en su conjunto, repartían su apoyo
entre los grupos ajenos al régimen: republicanos y socialistas, a los que más adelante se uniría el Partido Nacionalista
Vasco.
El campo vasco, y Navarra en su conjunto, siguió apoyando mayoritariamente a los carlistas, que pese haber sido
derrotados en la guerra mantuvieron su presencia política y consiguieron la mayoría de las actas de diputados en
Historia de los vascos 19

todas las elecciones.

La Industrialización en el País Vasco


La revolución industrial tuvo influencia manifiesta en el País Vasco. La riqueza de sus minas y la pureza de su
mineral atrajeron a los inversores ingleses que, primero, explotaron las minas de hierro para llevar el mineral a
Inglaterra y, luego, montaron las plantas siderúrgicas en la margen izquierda de la ría del Nervión.
La incipiente industria requería mucha mano de obra. A finales del siglo XIX, la inmigración, procedente de otros
lugares de España, es muy alta, lo que hace que se cree un contraste cultural fuerte.
Hasta entonces, las personas de recursos que podían estudiar debían ir a las universidades castellanas y solían hablar
un buen castellano, mientras que los que no estudiaban no sabían hablarlo. Esto hacía que el hecho de hablar
castellano denotara una clase social superior y, por lo contrario, el no saberlo era sinónimo de pertenencia al mundo
rural. Los emigrantes, que llegaban a estas tierras a buscar el sustento hablando castellano, mostraron a los oriundos
que no era cuestión de lengua la posición social y trajeron, además, las ideas de izquierdas que acompañeron al
nacimiento de la revolución industrial, marcando la lucha de clases y pidiendo la unidad de los proletaríos.

El Nacionalismo Vasco
El nacionalismo vasco nace en Bilbao a fines del siglo XIX con Sabino Arana, cuya obra surge en un momento de
crisis de la sociedad tradicional vasca debido, por un lado, a la abolición del sistema foral tras la Tercera Guerra
Carlista, y por otro a las profundas transformaciones socioeconómicas que trae la industrialización.
Estos aspectos son claros en la propia bibliografía de Sabino Arana. Su padre, propietario de unos pequeños
astilleros que construían barcos de madera, tuvo que exiliarse al finalizar la Tercera Guerra Carlista por su
participación en la mismaal lado del pretendiente, y su empresa no fue capaz de hacer frente a la nueva situación
creada por la proliferación de buques con casco de acero. El fundador del nacionalismo vasco se educa, pues, en un
medio en el que están muy presentes los traumas producidos por la realidad en que se envuelve el País Vasco en el
último cuarto del siglo XIX.
Numerosos autores han señalado la importancia de estos hechos en la obra de Sabino Arana, cuya teoría política
parece reflejar la sensación agónica de estar presenciando la desaparición de un mundo que se quisiera preservar.
Junto a estos factores, otro rasgo destaca en la obra y en la vida de Sabino Arana: el integrismo religioso, último
motor de su pensamiento hasta el extremo de llevarle a posiciones que harían difícil, en un primer momento, la
expansión de sus ideas entre una sociedad como la bilbaína, relativamente moderna y liberal.
El énfasis que Sabino Arana pone en la independencia, de Vizacaya primero y de Euzkadi después, nace tanto del
fuerismo histórico que desde el siglo XVI justifica las peculiaridades vascas en la idea de la independencia
originaria frente a las diferentes invasiones de la Península (Romana, Visigoda, Árabe) como de la necesidad de
separarse de un país, España, corrupto por liberal e irreligioso:
Bizkaya dependiente de España no puede dirigirse a Dios, no puede ser católica en la práctica.
El lema adoptado por Sabino Arana (Jaungoikua eta Lagi-zarra, Dios y Ley Vieja) le sirve para articular su
pensamiento. Dios es el elemento central del pensamiento sabiniano. La independencia se hace necesaria para
conseguir la salvación de Euskeria y España es odiada porque corrompe a los vascos. La raza vasca no debe
mezclarse con la española para así salvaguardar sus caracteres de raza cristiana, por lo que la lengua vasca ha de ser
utilizada para evitar el contagio:
Donde se pierde el uso del euskera, se gana en inmoralidad, la blasfemia y el carácter irreligioso y las
costumbres inmorales y criminales del invasor maketo se hacen en campo de Bizkaya en razón directa
de las conquistas que hace el idioma castellano.
Lagi-zarra supone volver a alcanzar la independencia política de unos territorios que no son España ni por raza ni
por lengua. Para Sabino Arana la raza, expresada en los apellidos, es el elemento que define la nación y la lengua es
Historia de los vascos 20

la barrera frente a lo extranjero, lo maketo, por lo que en el País Vasco sólo ha de utilizarse la lengua vasca por los
naturales del país:
Si nos dieran a elegir entre una Bizkaya poblada de maketos que sólo hablasen euzkera y una Bizkaya
poblada de bizkaínos que sólo hablasen el castellano, elegiríamos sin dubitar esta segunda, porque es
preferible la sustancia bizkaína con accidentes exóticos que pueden eliminarse y sustituirse por los
naturales, a una sustancia exótica con propiedades bizkaínas que nunca podrán cambiarla.
El integrismo religioso latente en las propuestas políticas de Arana queda de manifiesto en el propio lema sabiniano,
al enlazar la conjunción copulativa eta la tradición con Dios. El mismo simbolismo encontramos en el diseño de la
ikurriña, elaborada entre Sabino Arana y su hermano Luis Arana: la cruz blanca alusiva a Dios se coloca por encima
de la tradición representada en la cruz verde de San Andrés, y ambas se superponen al fondo rojo que simboliza al
pueblo.

La Fundación del Partido Nacionalista Vasco


Tras presentar sus ideas en público en el llamado Discurso de Larrazabal, en 1893, Sabino Arana comienza una
labor de proselitismo y exposición de sus ideas en variosperiódicos fundados y dirigidos por él mismo, hasta llegar a
la creación en 1894 del Euzkeldun Batzokija, embrión del futuro Partido Nacionalista Vasco, que se constituye como
sociedad político-recreativa.
El Partido Nacionalista Vasco se funda en 1895, aunque al principio tuvo un carácter cerrado y clandestino, con
posiciones radicalmente independentistas, que lo situaban prácticamente al margen del sistema legal. Este
radicalismo impedirá que se integren en el nuevo partido elementos distintos a aquellos de origen integrista y carlista
que ya habían participado en el Batzoki. Habrá que esperar algunos años para que se les una otro grupo de personas,
procedentes de la Sociedad Euskalerria. Esta sociedad, fundada en 1876 para protestar contra la abolición foral,
estaba dirigido por el naviero Ramón de la Sota, de pensamiento liberal y pragmático. La confluencia de ambos
sectores a partir de 1898 produciría los primeros éxitos electorales del nacionalismo, entre ellos destaca la elección
del propio Sabino Arana como diputado provincial por Vizcaya.
La muerte prematura en 1903 de Sabino Arana impidió que cuajasen los planteamientos autonomistas que había
esbozado en la cárcel el año anterior, y sus sucesores al frente del Partido Nacionalista Vasco mantuvieron el tono
independentista radical al tiempo que comenzaba la mitificación del pensamiento sabiniano, lo que constituiría un
freno importante en la evolución del partido.
Los intentos por construir un partido más moderno, que se integrase de alguna manera en el sistema de la
Restauración y abogase por conseguir más autonomía desde la legalidad, chocaron con la oposición frontal de los
sectores más integristas, dirigidos por el hermano de Sabino, Luis Arana. Ello dará lugar a una serie de escisiones de
las que el partido no se repondrá hasta 1930, año en el que el Partido Nacionalista Vasco alcanza su forma definitiva,
aunque por su izquierda haya aparecido un partido nacionalista laico y más próximo a los postulados socialistas
como Acción Nacionalista Vasca.

El siglo XX

La República

Las Fuerzas Políticas Vascas durante la República


1 Los Partidos de derecha antirrepublicana
El partido más importante era la Comunión Tradicionalista, nombre que recibía la organización que agrupaba a los
antiguos carlistas, primer partido en Navarra y en Álava y muy importante en algunas zonas rurales de Guipúzcoa y
Vizcaya, que se presentaba como baluarte de la contrarrevolución y decidido partidario de la insurrección contra el
nuevo régimen, para lo que contaba con importantes fuerzas paramilitares, entre las que destacaban los requetés.
Historia de los vascos 21

Mucho menos importantes eran los monárquicos, organizados en torno a Renovación Española, dirigida por José
Calvo Sotelo, o la Confederación Española de Derechas Autónomas de José María Gil-Robles. Al comienzo de la
República trataron de ocupar el espacio político de la derecha moderada, pero sus esfuerzos no tuvieron mucho éxito.
Cerca de ellos se situaban los católicos independientes, cuya principal fuerza era el control de periódicos
importantes, como La Gaceta del Norte de Jose María de Urquijo en Bilbao, El Pueblo Vasco en San Sebastián y El
Diario de Navarra en Pamplona.
Todos ellos formaron con el PNV una coalición electoral para las elecciones a Cortes de 1931, y juntos impulsaron
el Estatuto de Estella para lograr la autonomía religiosa. El fracaso en este empeño los hizo girar hacia posiciones
cada vez más autoritarias y contrarias a la autonomía política del País Vasco, de cuyo proyecto consiguieron separar
a Navarra y casi a Álava.
2 Los Partidos Nacionalistas
El PNV, católico y conservador, fue el partido con más peso en la Euskadi republicana. Su fuerza no le venía sólo
del importante respaldo electoral que tenía, sino de su presencia en todos los sectores de la sociedad a través de
oranizaciones creadas y controladas por él como la organización femenina Emakume Abertzale Batza, los
Mendigoizale, organización juvenil de montañeros que en ocasiones funcionaba como fuerza paramilitar, las
ikastolas, asociaciones culturales, etc., además de las estrechas relaciones que mantenía con el sindicato nacionalista
Solidaridad de los Trabajadores Vascos, ELA-STV.
Acción Nacionalista Vasca era un pequeño partido, surgido de una escisión por la izquierda del PNV, nacionalista
pero aconfesional y progresista, claro partidario de la República, que se alió con la coalición republicano-socialista
en 1931. Nunca tuvo mucha fuerza.
3 Los Partidos Republicanos
Eran partidos pequeños, de cuadros, muy divididos entre sí y con escasa implantación salvo en las grandes ciudades.
Su control de las Comisiones Gestoras de las Diputaciones les dió mucha importancia en el proceso estatutario. Se
enfrentaron al PNV por la cuestión religiosa, sobre todo durante el primer bienio republicano. Luego, algunos
evolucionaron hacia posturas fuertemente contrarias a la autonomía, especialmente en Navarra, mientras otro lo
hacían en sentido contrario.
4 Los Partidos Obreros
En el ámbito obrero, el Partido Socialista Obrero Español era el primer partido y la Unión General de Trabajadores
el sindicato más importante, y ambas organizaciones estaban fuertemente implantados en Bilbao, las zonas mineras e
industriales, y algunas ciudades guipuzcoanas como San Sebastián, Eibar e Irún. Su dirigente más importante era
Indalecio Prieto, y su evolución fue paralela a la del socialismo español en su conjunto, moderada en el primer bienio
republicano y más radical desde la llegada al poder de la derecha a finales de 1933. La Revolución de 1934 tuvo
cierta incidencia en Vizcaya y Guipúzcoa, y sirvió para acercar a socialistas y comunistas, como resultado de lo cual
en 1935 se crearon Alianzas Obreras en Vizcaya.
El Partido Comunista de España tenía su mayor implantación de toda España en la zona industrial y minera de
Vizcaya, donde había nacido. Su oposición al PSOE fue radical hasta 1935, fecha en la que se crearon algunas
Alianzas Obreras entre ambas organizaciones. Ese mismo año apareció el Partido Comunista de Euskadi como
organización autónoma que apoyó el Estatuto y propuso la organización de un frente antifascista que incluyera
también a los nacionalistas. Al año siguiente, en las elecciones que darían la victoria al Frente Popular, se presentó
aliado con republicanos y socialistas, y obtuvo un diputado por Vizcaya.
La Confederación Nacional del Trabajo no tuvo nunca demasiado arraigo en el País Vasco, y sus llamamientos a la
insurrección contra la República no alcanzaron ningún éxito.
Historia de los vascos 22

El Proceso Estatutario
Cuando se instauró la República, las expectativas autonómicas de Cataluña y Euskadi eran muy distintas. Los
partidos catalanes habían acordado en el Pacto de San Sebastián el inicio del proceso estatutario, mientras que la
negativa del PNV a participar en el mismo no permitió un acuerdo similar, debido a una actitud más conservadora y
dependiente de la Iglesia.
El triunfo de una coalición de derechas entre el PNV, tradicionalistas y católicos idependientes en las elecciones a
Cortes constituyentes no contribuyó a mejorar las relaciones con los gobiernos republicanos, dominados por la
izquierda en esos momentos, lo que explica las reticencias gubernamentales a iniciar el proceso de la autonomía
vasca, temerosos sus dirigentes (entre los que destacaba Indalecio Prieto) de que el País Vasco se convirtiese en un
"Gibraltar Vaticanista".
Ya en 1931 la Sociedad de Estudios Vascos redactó el que sería conocido como Estatuto de Estella, que fue
presentado en las Cortes y rechazado debido a varias causas de inconstitucionalidad: no fue sometido a referéndum
de los electores y, además, reservaba al País Vasco las relaciones en exclusiva con la Santa Sede, con quien pretendía
tener un Concordato propio.
Tras este primer fracaso, se estableció un sistema de elaboración del futuro estatuto: la primera redacción
correspondería a las Comisiones Gestoras surgidas de las Diputaciones, que después lo someterían a la aprobación de
la Asamblea de Municipios Vascos. Una vez aprobado por ella debería ser aprobado en referéndum por dos tercios
de los electores (no votantes, es decir, lo tenía que aprobar el más del 67% del censo), tras lo cual lo aprobarían las
Cortes españolas.
El anteproyecto elaborado por las Gestoras fue sometido a votación en la Asamblea de Municipios Vascos celebrada
en Pamplona el 19 de Junio de 1932. El 60% de los ayuntamientos navarros votaron en contra del anteproyecto. Este
hecho supuso la ruptura definitiva ente el PNV y la Comunión Tradicionalista, que se mostró en contra del proyecto.
Ya con Navarra fuera del proyecto, el referéndum sobre el Estatuto se celebró el 5 de Noviembre de 1933, después
de la caída del gobierno de Manuel Azaña. Los resultados fueron los siguientes: En Vizcaya votó a favor del Estatuto
el 88,3% del censo electoral, en Guipúzcoa el 89,5%, y en Álava sólo el 46,4% (donde los carlistas y otros grupos de
derecha se habían posicionado en contra), lo que planteó el problema de decidir si, tal y como pedía la ley, se podía
considerar que habían votado a favor del texto dos tercios del electorado vasco. Aunque para el conjunto del país no
había duda, el problema de Álava, junto con la escasa voluntad autonomista de los gobiernos radicales y cedistas
durante el bienio que estuvieron en el poder, contribuyó a que el proceso estatutario se congelase.
Sólo tras la victoria del Frente Popular, y tras efectuar Prieto algunos retoques en el texto del Estatuto, fue aprobado
éste por las Cortes republicanas en Octubre de 1936, después de comenzada la guerra. El estallido de la guerra fue,
precisamente, lo que acabó de decidir al gobierno del Frente Popular que, para obtener el apoyo de los nacionalistas
vascos hizo aprobar rápidamente el Estatuto y ofreció la entrada de un miembro del PNV en el gobierno, con lo que
Manuel de Irujo se convirtió en Ministro de Justicia.
El texto del Estatuto Vasco de 1936 era bastante distinto al plebiscitado tres años antes: como resultado del acuerdo
entre José Antonio Aguirre por el PNV e Indalecio Prieto por el Frente Popular, sus facultades autonómicas eran
menores que las previstas en los anteriores proyectos. En cualquier caso, pese a lo dispuesto en el texto, el desarrollo
de la guerra y el aislamiento en que quedó todo el Frente Norte del resto de la zona republicana, obligaron al
Gobierno Vasco que se constituyó bajo la presidencia de Aguirre a tomar muchas disposiciones que superaban lo
previsto legalmente, sin que por la misma guerra pudieran celebrarse las elecciones al parlamento vasco.
El Gobierno Vasco lo integraron representantes de todos los partidos leales a la República: PNV, PSOE, ANV,
Izquierda Republicana, Unión Republicana y Partido Comunista de Euskadi, y se mantuvo sin variaciones hasta la
caída de Vizcaya en poder de las tropas franquistas en 1937.
Historia de los vascos 23

El Gobierno de Euzkadi
Cuando se constituye el Gobierno Vasco, en Octubre de 1936, han transcurrido ya varios meses de guerra en los que
la defensa de la legalidad republicana en el País Vasco ha corrido a cargo de las Juntas de Defensa controladas por
los partidos de izquierda. A partir de ese momento será el Gobierno quien se haga cargo de las tareas de organización
de la guerra y la vida en el territorio que controla: la provincia de Vizcaya, Eibar y el norte de Álava, con una
población total inferior a 700.000 habitantes. A su cargo estaba la policía (la Ertzaña) y el ejército, peor también la
moneda, correos e incluso las relaciones con otros países. Independientemente de lo que dijera la letra del Estatuto,
las propias circunstancias de la guerra obligaron a sobrepasar con mucho las competencias previstas en él.
Dado el control que ejercía el PNV, no hubo ningún intento de revolución social, al contrario de que ocurrió en otras
zonas republicanas, ni hubo colectivizaciones o nacionalizaciones. Las expropiaciones que se realizaron se hicieron
previa indemnización, salvo cuando los afectados se habían pasado al bando de los "nacionales" como José Luis
Oriol, José María de Urquijo, Manuel Aznar o José María de Areilza. Tampoco la Iglesia fue atacada y el Clero
siguió ejerciendo sus funciones con normalidad, incluso como capellanes del Ejército Vasco.
Las relaciones entre el Gobierno Vasco y el Republicano atravesaron algunas tensiones, debido a las reticencias que
suscitaba en los jefes militares de la República la actuación casi independiente del Ejército Vasco, que nunca se
integró en las operaciones del Frente Norte. Los jefes militares vascos protestaban, a su vez, por la falta de apoyo
aéreo por parte del mando republicano. A todo esto había que unir las dificultades de comunicación provocadas por
las propias circunstancias de la guerra y la desconfianza y desacuerdos existentes entre José Antonio Aguirre y
Manuel Azaña.
El Ejército Vasco (surgido de la militarización de las milicias populares voluntarias y de la movilización de reclutas,
y que sumaba unos efectivos de unos 40.000 hombres) no se organizó en divisiones y brigadas, como el republicano,
sino en batallones dirigidos por los partidos políticos, lo que provocó la ausencia de una cadena de mando única y
coordinada.
En un plano no estrictamente militar, el orden público se aseguró mediante la creación de la Ertzaña, policía
autonómica a las órdenes del Gobierno Vasco. Desde el punto de vista del control de la economía, aunque no hubo
nacionalizaciones, sí se cambiaron los Consejos de Administración de los bancos por otros nombrados por el
Consejero de Hacienda, se emitieron billetes para evitar el atesoramiento de moneda y se incautaron oro, joyas y
divisas previa indemnización. También se intervino la CAMPSA para asegurar el suministro de cobustible.
Con la creación de la Audiencia Territorial de Euzkadi y un Tribunal Popular para los delitos de rebelión y guerra se
consiguió evitar en gran medida situaciones de venganzas encubiertas o matanzas camufladas de represión de la
rebelión que se dieron en otras zonas republicanas, aunque no siempre fue posible evitar actos de represalia.
También se crearon la Universidad Vasca y un Consejo Superior de la Cultura en Euzkadi, cuyo objetivo principal
era la enseñanza y difusión del euskera. El avance de la Guerra Civil hace que estas instituciones tengan una vida
efímera.

La Guerra Civil
Véanse también: Guerra Civil Española, Guerra Civil en Bilbao, Batalla de Bilbao y Víctimas de la Guerra Civil en
Navarra
Tras el alzamiento en 1936 de parte del ejército apoyado por los partidos del espectro político de la derecha y del
centro, se inicia la guerra civil y los territorios vascos y navarros quedaron divididos entre los dos bandos; Álava y
Navarra permanecen adscritas a los insurgentes y Guipúzcoa y Vizcaya fieles a la legalidad republicana aunque
muchos pobladores de las mismas, adscritos ideológicamente al tradicionalismo carlista y a la monarquía, se suman
al bando de los alzados, por lo que hubo vascos y navarros en los dos bandos de la Guerra Civil, aunque la mayoría
de la población (Vizcaya) permaneció leal a la república.
Historia de los vascos 24

Los alzados esperaban que el PNV, por su talante conservador y cristiano, se uniera a ellos, cosa que no sucedió, aun
cuando esta posibilidad fuese valorada hasta el último momento en el seno del partido. En Vizcaya y Guipúzcoa, el
PNV se declara partidario de la República, mientras que en Navarra y Álava hay posturas encontradas, desde
declaraciones de neutralidad en el conflicto, hasta adhesiones más o menos forzadas al alzamiento como la atribuida
a Arturo Campión (que en aquel momento ni siquiera ostentaba la dirección del PNV en Navarra) en el Diario de
Navarra, tras la toma de San Sebastián por las columnas navarras[41] o las exigidas a Javier de Landaburu en
Álava[42] y también existieron posturas contrarias a dicho alzamiento. Según Stanley G. Payne, hasta el 18 de agosto,
un mes después de la sublevación, Mola no ordena la disolución de todos los organismos nacionalistas vascos.[42]
Los principales dirigentes navarros del PNV fueron fusilados (Fortunato Aguirre, alcalde de Estella) o encarcelados
(José Aguerre, presidente del NBB)y las sedes del PNV clausuradas; en Estella, el 25 de septiembre de 1936, el
Comandante Militar Ricardo Sanz de Iturria promulga el bando siguiente contra la cultura vasca existente en la
ciudad y, en particular contra el PNV y su fundador. [43]:
"Hago saber: salvo honrosísimas excepciones en que elementos nacionalistas se han alistado
voluntariamente, en general el Partido Nacionalista ha observado con indiferencia ante los gravísimos
momentos por los que atraviesa España; (...) Estella está minado por el separatismo, fomentado e
importado por ciertos hijos de la misma que todos conocen, por lo que no hace falta mencionarlos. Por
ellos se ha vertido en Guipúzcoa y en otras parte mucha sangre española, de la cual no poca sangre
estellesa. Por lo que hago saber lo siguiente: En el plazo de cuarenta y ocho horas, a partir de la
publicación de este Bando, todos los elementos nacionalistas entregarán en la Comandancia Militar
todos los objetos o prendas (incluso de vestir) de carácter separatista, los libros, los periódicos, mapas y
retratos, de aquel que se llamó Sabino Arana, así como bustos o figuras de éste y otros cabecillas
separatistas. Asimismo se entregarán por quien los posea los libros y objetos de toda índole de la finada
escuela vasca; la documentación, objetos, insignias y fondos de las sociedades nacionalistas y, en una
palabra, todo lo perteneciente a esas sociedades o con ellas relacionadas. En ciertas regiones de las
provincias vascongadas y en nuestra querida Navarra se usan el chistu y los correspondientes
instrumentos para sus bailes. En las Vascongadas muy bien que sigan con sus patriarcales costumbres;
en Estella eso es planta exótica desconocida e importada por los que todos sabemos. Se acabó el
"gora euzkadi", estamos en tiempos de VIVA ESPAÑA, por consiguientes, quien los posea entregará
todos esos instrumentos en el mismo plazo. Asimismo, se prohibe la palabra "Agur", importada por
los separatistas en el lugar del "Adiós", genuinamente español. (...) ¡VIVA NAVARRA! ¡VIVA
ESPAÑA!."
En otoño de 1936, 15 sacerdotes vascos habían sido ejecutados por los nacionales por incitar a la rebelión.[42] y
durante los tres primeros meses de guerra, en el bando republicano, habían sido saqueadas y destruidas varias
iglesias en Vizcaya y Guipúzcoa, y asesinados aproximadamente 50 sacerdotes. El PNV, al no disponer de fuerzas
organizadas, no consigue parar estas atrocidades.[42]

Vascongadas
En Vizcaya los resultados de las elecciones del 16 de febrero de 1936 no son asumidos por los sectores de la derecha
que comienzan a realizar diferentes acciones encaminadas a perturbar la convivencia ciudadana. Se considera que en
Vizcaya hay en torno a 3.200 requetés organizados y se da entrenamientos en tácticas guerrilleras en Urkiola
habiendo constancia de acopio de armamento fechas antes del golpe militar del 18 de julio.[44]

Julio y agosto de 1936


En Vizcaya no hubo alzamiento, y en Guipúzcoa, tras un tímido intento de alzamiento, este fue sofocado por las
fuerzas del Frente Popular con importante participación de milicianos eibarreses. En Álava no hubo oposición a los
alzados. La única acción de guerra destacable fue la ofensiva de Villarreal.
Historia de los vascos 25

El PNV, que mantiene una posición dudosa ante el alzamiento de julio, no clarifica su lealtad a la República hasta
agosto. Una vez conseguido el autogobierno del estatuto de 1936, el PNV consigue la presidencia, lehendakaritza,
del gabinete vasco, el cual crea el ejército vasco "Eusko Gudarostea" que depende directamente de Aguirre y
colabora con el ejército republicano sin integrarse en el mismo. También colabora en la defensa del solar vasco con
batallones de milicias socialistas y anarquistas, con los que a veces tiene enfrentamientos.
Las fuerzas militares se mantienen leales a la República. Se organizan unas Juntas o Comités de Defensa por los
partidos y sindicatos de izquierda y el 26 de julio el PNV se decide a integrase a dichos órganos.[44] El 23 de julio se
empiezan a formar grupos de guardias voluntarios de PNV. El 29 de julio el PNV hace un llamamiento para guardias
voluntarios y el 5 de agosto el Bizcai Buru Batzar organiza un desfile de milicias del PNV en Bilbao.[42] Mientras,
los partidos y organizaciones de izquierda se articulan para la organizar la defensa.
Desde Eibar, cuna de la república, marcha un batallón de milicianos a la defensa de San Sebastián logrando
mantener la plaza bajo la legalidad republicana mientras los militares del cuartel de la ciudad se sublevan. Las
fuerzas afines a los alzados realizan acciones tendentes a desplazarse a territorios bajo su autoridad y los elementos
que pueden desplazarse son detenidos y encarcelados.
En Guipúzcoa, las tropas de guarnición de San Sebastián se sublevan, pero el alzamiento es aplastado por milicias
socialistas y anarquistas, apoyadas por la Guardia Civil. Los dirigentes del PNV actuaron como mediadores,
convenciendo a los jefes sublevados para que se rindiesen y no luchasen hasta la muerte. Las calles de San Sebastián
e Irún estaban dominadas por milicias socialistas y anarquistas, que detienen y fusilan a católicos y conservadores no
nacionalistas. Hubo matanzas en las cárceles de Ondarreta (San Sebastián), Guadalupe (Fuenterrabía) y Tolosa. Las
milicias nacionalistas no pudieron impedir estos desmanes.[42]
En la primera semana de la rebelión se organizan en Navarra 8 columnas, de mayoría Requeté, con unidades de
falangistas y del ejército regular, que avanzan hacia Guipúzcoa. El 5 de agosto, tres de ellas se dirigen a cortar la
frontera con Francia con el objetivo de tomar los puestos fronterizos y aislar de esa forma a la República de uno de
sus puntos de comunicación y entrada de suministros. El 26 de agosto llegan al castillo de San Marcial.
El 20 de julio se organiza una línea de defensa en Ochandiano previendo un ataque desde Álava que está en manos
de los alzados contra la República desde el primer momento, toman Legutiano que abandonan seguidamente para
hacerse fuertes en Ochandiano. El 22 de julio Ochandiano es bombardeado y hay 58 víctimas mortales, la mayoría
mujeres y niños.[44]

Septiembre de 1936
Las columnas de Navarra toman el 2 de septiembre el castillo de San Marcial, después de recibir refuerzos de la
legión y apoyo aéreo. El 5 toman Irún, cortando la frontera con Francia. En su retirada, las milicias anarquistas dejan
Irún casi en ruinas.[45]
Las otras cinco columnas navarras ocupan el 13 San Sebastián sin encontrar resistencia. San Sebastián había sido
evacuado el día anterior. Las tropas navarras se reagrupan y avanzan hacia Vizcaya, llegando el 22 de septiembre al
río Deva. Hasta ese momento, la lucha en Guipúzcoa ha sido llevada a cabo por las milicias revolucionarias, con
muy poca intervención de las del PNV.[42]
Las tropas insurrectas avanzan tomando Guipúzcoa y el día 21 de septiembre entran y se establecen en Elgóibar, el
22 entran en Vergara y el 26 a Mondragón. Por otro lado, desde Azkoitia, por el cordal Irukurutzeta Karakate toman
esta imortante atalaya sobre la población de Éibar quedando Placencia de las Armas en poder de los sublevados.
Desde Vergara suben, por Anguiozar hacia Elgueta quedando el frente estacionado al pie de los Intxortas, en el
llamado camino de los toldos, para el 23 de septiembre de 1936. Por la parte de Deva se avanza por las estribaciones
de Kalamua y se toma la cima de Akondia y Arrate para el día 26 de septiembre.
El 25 de septiembre se bombardea Durango en donde se producen 12 muertos y como represalia el fusilamiento de
22 presos afines a los alzados. Ese mismo día y el siguiente también es bombardeado Bilbao con un número elevado
de victimas. Como represalia de esa acción se produce el asalto y a los buques prisión Altuna-Mendi y Cabo Quilates
Historia de los vascos 26

y el asesinato de muchos de los reclusos allí presos. También se producen asaltos a centros penitenciarios bilbainos
los días 2 de octubre y 4 de enero.[44]
El 29 las tropas de Mola atacan en el frente occidental de Guipúzcoa, pero las milicias leales a la República resisten.
A finales de Septiembre de 1936, el PNV vizcaíno duda cada vez más sobre su apoyo a la República. Los asesinatos
en masa del 25 de septiembre en los buques prisión Altuna-Mendi y Cabo Quilates influyen negativamente en la
moral nacionalista. Los dirigentes del PNV intentan contactar, sin éxito, con diplomáticos ingleses, para que
Inglaterra apoye un régimen autónomo independiente. Conocedora de la situación, la República aprueba en Valencia
el Estatuto de Autonomía vasco el 1 de octubre. Además, en una decisión probablemente fatal para el curso de la
guerra, ya que deja el Estrecho en manos de Franco, el 24 de septiembre decide enviar la escuadra que estaba
bloqueando el Estrecho de Gibraltar al Mar Cantábrico, entrando la escuadra en Bilbao donde permanece 20 días. En
esos días se recibe en Bilbao un buque ruso con armas, por lo que el espíritu de resistencia vizcaíno se fortalece.[42]
En la costa la localidad vizcaína de Ondárroa esta en manos de los sublevados situándose la línea del frente por el
barrio de Astarrika dejando Berriatúa en la parte republicana.

Octubre de 1936
El 12 de Octubre Mola ordena cesar el avance y el frente se estabiliza, con casi toda Guipúzcoa en manos de los
sublevados. A comienzos de octubre el avance es detenido. Eibar queda en zona republicana y mantiene la posición
hasta su caída en la primavera de 1937. En el ataque, junto con las tropas sublevadas, tienen especial relevancia los
batallones de requetés navarros entre el que destaca el Tercio de Lacar y el Tercio de Lesaca a los que se les habían
unidos partidarios carlistas y monárquicos de los pueblos guipuzcoanos. Por parte de los leales a la legalidad
republicana, se conforma el Batallón Amuategui compuesto por milicianos del Frente Popular, en su mayoría
socialistas eibarreses.
Desde la costa, pasando por el valle del Deva la línea línea del frente, detenido en otoño de 1936, sigue la marca de
las cumbres de los Intxortas y Udalaitz pasando por el Besaide y Saibi se convierte en la línea del frente.
Las tropas insurrectas intentan romper varias veces el frente por Elgueta atacando los Intxortas, en el llamado
camino de los toldos siendo rechazadas. Se producen varios ataques durante el periodo invernal por toda la línea del
frente que son rechazados por los defensores republicanos. Destacan los producidos en el monte Saibi en donde la
crudeza de los mismos produjo muchas bajas en ambos bandos, mientras que por el día y con ayuda de la aviación
los sublevados conquistaban la posición, esta era recuperada a las noches por los defensores republicanos.
La defensa del frente estaba encomendada a los diferentes grupos de tropas leales a la República, los Intxortas
estaban defendidos por los gudaris del PNV, el frente de Kalamua por lo milicianos socialistas del PSOE eibarres, el
alto de Udalaitz por los sindicalistas de la CNT, el puerto de Kampazar por los Hermanos Proletarios... y así se iba
distribuyendo la defensa de la línea del frente. A esta organización muy deficitaria en eficacia, se oponía un ejército
regular y profesionalizado, bien adiestrado y con una jerarquía rígida. La parte leal carecía de todos los suministros
imaginables, tanto en alimentos e intendencia como en munición y repuestos.
El nuevo estatuto aprobado en Valencia sería conocido como el
Estatuto de Elgueta, por haber sido aprobado cuando las tropas
sublevadas llegan a esa población. Aguirre es elegido lendakari y jura
su cargo el 7 de octubre en el árbol de Guernica. Los jóvenes gudaris
que participaban en el acto gritaron Estatuto no, Autonomía sí. Luis
Arana Goiri abandona ese día el PNV en muestra de disconformidad,
pero pidiendo a los demás militantes que no lo hiciesen.[42] 1 peseta del gobierno de Euzkadi (1937)

Una de las medidas que toma el nuevo gobierno vasco es disolver todas las fuerzas de seguridad existentes y
reemplazarlas por la Ertzaina. Consigue mejorar el orden público, y, salvo alguna excepción, acabar con las
Historia de los vascos 27

ejecuciones políticas.
La armada republicana, muy escasa, se reforzó con bous artillados de la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi del
Euzko Gudarostea. Estos eran grandes bacaladeros o barcos de pesca de menos porte preparados y artillados,
dependientes del Gobierno Vasco. Estos pequeños barcos protagonizaron la batalla del Cabo Machichaco en donde
se enfrentaron en condiciones de gran inferioridad al crucero Canarias uno de los más relevantes de la armada
rebelde. Hay que decir que el gemelo del Canarias, el Baleares que se hundió en la contienda, tenía una tripulación
mayoritariamente vasca, en concreto de Ondárroa.
El 5 de octubre se inicia el Cinturón de Hierro de Bilbao. Tan solo un mes después, es arrestado y fusilado el
subdirector del proyecto, por haber intentado contactar con los nacionales.[42]
El 16 de octubre el gobierno vasco llama a filas a cuatro quintas de reclutas. A mediados de octubre llega a Bilbao un
barco con aviones y pilotos, cañones, ametralladoras y otro armamento. Y el 26 de octubre Aguirre declara que todas
las fuerzas vascas están bajo la autoridad superior del Consejo de Defensa de Euskadi, que él preside, señalando que
son independientes del ejército republicano.

Noviembre de 1936
El 7 de noviembre se crea el Estado Mayor del Ejército vasco. El 20 de noviembre dispone de 27 batallones de
infantería (unos 25.000 hombres) sin entrenamiento, que forman un ejército de maniobras, que se suman a los 10.000
o 12.000 voluntarios de milicias que estaban manteniendo el frente, que seguía muy poco activo.[42]
El gobierno republicano decide que, el 24 de noviembre, todas las tropas del norte debían integrase en el Ejército del
Norte, bajo el mando de Francisco Llano de la Encomienda, que establece su cuartel general en Bilbao. Esta
unificación solo se hace sobre el papel, ya que Aguirre no la acepta. Rechaza el sistema de comisarios políticos y se
queja de que el Estado Mayor del Ejército del Norte está formado por gente de poca formación militar y de
tendencias comunistas.[42] Como los sublevados están concentrando su esfuerzo sobre Madrid, el gobierno
republicano pide a los vascos que rompan el frente, por lo que se organiza la ofensiva de Villarreal. Participan en la
misma 29 batallones, apoyados por 5 compañías de Ingenieros, 25 cañones y 8 carros blindados. El objetivo era la
toma de Vitoria cortando la línea de comunicación entre Sevilla y la frontera francesa por Irún.
Se plantea el ataque en base de tres ejes, el primero partiría de Amurrio y debería ocupar Murguia, el segundo
partiría desde Ochandiano con el objetivo de tomar de Villarreal y el tercero tendría que tomar Arlaban e Izusquiza.
Conseguidos estos objetivos la llanada alavesa quedaba a merced de los republicanos y con ella Vitoria. Por otro
lado el ejército de Santander pretende atacar Espinosa de los Monteros y Miranda de Ebro. Este plan hace que el
gobierno vasco anule el ataque a Murguia.
El ataque comienza el día 30 de noviembre con bombardeos de artillería que preparan el terreno a la infantería. Las
tropas atacantes llegan a cercar Villarreal a escasos 3 km del núcleo urbano. La plaza esta defendida por una
compañía de requetés y dos batallones de montaña, una sección de ametralladoras y una batería de artillería de
montaña del ejército regular, con un total de 600 hombres.[46]
Historia de los vascos 28

Diciembre de 1936
El día 1 y 2 de diciembre se mantiene el cerco de Villarreal, pero al haber anulado el ataque de Murguia los
defensores pueden seguir manteniendo contacto con su retaguardia que manda tropas de refuerzo. Se mantiene la
situación varios días. El día 10 de diciembre se realiza un ataque que es rechazado y e 18 se lanza el último ataque
que también fracasa[44] y las fuerzas atacantes se retiran habiendo sufrido unos 1000 muertos.[42]

Enero de 1937
En enero de 1937 Aguirre escribe a Llano que hasta que el Gobierno vasco no apruebe la nueva organización de
todas sus fuerzas... situadas en territorio vasco, permanecerán bajo la exclusiva jurisdicción del Gobierno vasco.
Llano deja Bilbao en febrero de 1937 y se instala en Santander.[42]
Las tropas nacionalistas vascas no pudieron evitar el asesinato en masa de 224 presos políticos en la Cárcel de
Larrinaga del 4 de enero de 1937, efectuado por un batallón de milicianos socialistas amotinados. La matanza fue
parada por las tropas del gobierno vasco, salvando la vida a más de 100 prisioneros. Se juzgó a los responsables, con
el resultado de 6 fusilamientos. A raíz de este asalto, se retiraron 8 batallones de gudaris del frente, para asegurar el
orden público en Bilbao.[42]

Febrero de 1937
En febrero de 1937, 7 batallones vascos acuden en apoyo del frente de Asturias, en el ataque a Oviedo. El 27 de ese
mismo mes el elorriotarra Alejandro Goicoechea Omar, capitán encargado de la defensa de Vizcaya, se pasa a las
tropas alzadas.

Primavera de 1937
Al llegar la primavera, Mola decide iniciar el asalto a Vizcaya con cuatro brigadas navarras (unos 28.000 hombres)
entre los que hay 10 batallones de vascos de Álava y Guipúzcoa, muchos carlistas navarros y tropas del resto de
España. Inicia la ofensiva el 31 de marzo con apoyo aéreo (140 aviones, de los que 65 son de la Legión Cóndor y
apoyo artillero (entre el que hay 7 baterías italianas).
Ese mismo día a las 8:30 de la mañana se bombardea Durango y
Elorrio, bombardeo que se repite de nuevo las 17:45 de la tarde.
Pronto entran los nacionales en Eibar, símbolo del socialismo y el
trabajo, considerada como capital y sede del marxismo español,[47]
que cae el 26 de abril después de ser bombardeada e incendiada,
incendio que como en el caso de Durango y Guernica sería
achacado a los republicanos (aunque en esta ocasión había habido
algún afán en que las importante industria armera eibarresa no
cayera en manos de los sublevados).

El 26 de abril Guernica sufre un bombardeo aún más brutal que Placa "en recuerdo de todos los que murieron en el
Durango, bombardeo que saltó a la fama por los reportajes de un bombardeo de Durango 25-9-1936 31-3-1937".

periodista inglés y el famoso cuadro que Pablo Picasso realizó por


encargo del gobierno republicano para La Exposición Internacional de País inspirado en esa barbarie. El Bombardeo
de Guernica, realizada por la aviación alemana que ayudaba a Franco, destruyó casi toda la ciudad. Guernica tenía,
inicialmente, una importancia simbólica más que militar pues en esa ciudad es donde se encuentra el árbol que es el
símbolo de la libertad foral que quedó a salvo de las bombas y a cuya sombra le hicieron guardia los requetés
navarros que luchaban con los insurrectos, aunque después del desmoronamiento del frente fue el punto de
reagrupamiento de las tropas republicanas.

Los soldados del bando nacional atraviesan las líneas republicanas por el alto de Zabalandi y Tellamendi, defendido
por el batallón Octubre que no resiste el ataque de los tradiconalistas la I Brigada, procedentes de Ochandiano y
Historia de los vascos 29

Aramoyona. Se extienden por las alturas del valle de Arrazola, pero la orografía del terreno impide un avance rápido.
El 7 de abril, debido al mal tiempo que impide el apoyo aéreo, se suspende temporalmente la ofensiva. El 13 de abril,
el ejército vasco contraataca y recupera algunas posiciones.[42] Pronto caería el indisputable Udalaitz que defendidos
por los batallones cenetistas Issac Puente y Malatesta que se ven sorprendidos por la retaguardia y abandonan la
posición. El día 23 se ha perdido toda la zona y los Intxortas tendrían que ser abandonados, Elgueta cae el día 24.
Los Tercios de requetés Lacar y Lesaca a avanzan tomando Eibar, Ermua, Barriz y Zaldivar el 26 de abril. Por el
otro lado, entre los días 5 y 15 de abril se habían producido los combates en el monte Saibi perdiendose el día 15
dejando el paso franco para los franquistas al valle de Mañaria. El Tercio Navarra toma Mañaria y Durango el día
27. Se establecen líneas defensivas según se retrocede hacia Bilbao pero sin que sean eficaces. La ofensiva que iba a
acabar tomando Bilbao y su industria, después que sus defensa fueran abatidas fácilmente al tener la información
sobre las mismas que Alejandro Goicoechea le había pasado.
El 5 de mayo Aguirre toma el mando de todas las operaciones militares vascas. Ordena movilizar a todos los
hombres que puedan empuñar armas o hacer trabajos de fortificación, llegando a disponer de 70.000 soldados, pero
solo sobre el papel, ya que no dispone de armas para todos. Se incorporan varios batallones de santanderinos y
asturianos, que no son bien vistos por los nativos, debido a su violencia y extremismo.[42]
El 8 de mayo llegan a Bilbao 45 cazas de los 50 enviados por la República. Pero la falta de aeropuertos bien
defendidos y la poca experiencia de las tripulaciones hacen que casi todos los aviones resulten destruidos.[42]
A finales de mayo, las tropas navarras están en los límites del Cinturón de Hierro, que solo estaba completado al
40%, y del cual tenían información precisa de sus puntos débiles dada de primera mano por Alejandro Goicoechea
que se había pasado a sus filas.[42]
A primeros de junio, la República envía a Bilbao a Mariano Gamir Ulibarri, militar profesional, vasco y no
identificado con ningún partido político, recomendando a Aguirre que le ceda el mando militar. Aguirre acepta y
Gamir dispone de unos 40.000 hombres para continuar la guerra. El 11 de junio los nacionales empiezan el asalto al
cinturón de hierro, que es sobrepasado al cabo de 36 horas y con 500 bajas. Ya próximo a caer Bilbao, Aguirre
recibe información de que Gamir tiene órdenes de destruir la industria bilbaína si no puede defender Bilbao.
Conociendo los antecedentes de Irún y los enfrentamientos entre las milicias del PNV y las socialistas y anarquistas
en San Sebastián para evitar su destrucción, declara su intención de impedirlo, por lo que dispone a los gudaris para
bloquear los intentos de sabotaje y libera a 2.000 presos políticos, que son escoltados por gudaris de confianza del
partido hasta las líneas franquistas. Hubo enfrentamientos armados entre batallones del PNV y batallones asturianos,
que querían incendiar Deusto.[42]
El 19 de junio cae Bilbao, quedando casi toda Vizcaya en manos de Franco. Unos 20.000 gudaris se retiran hacia
Cantabria. A mediados de agosto ya solo quedan 6.000. No está claro si el resto desertó o se afiliaron a las tropas
franquistas.[42]

El final de la guerra en Euskadi


Al recibir órdenes del Ejército Republicano de retirarse hacia Asturias, los batallones vascos de Santoña y Laredo,
afines al PNV, se sublevaron, tomaron Santoña y liberaron a 2.500 presos políticos de su penal. El comandante local
vasco proclamó la República de Euzkadi. Dos oficiales vascos pasaron la línea del frente y se entrevistaron con los
italianos para negociar la rendición, resultando lo que se conoce como Pacto de Santoña[42] que ya había sido
acordada con anterioridad por dirigentes jeltzales (del PNV). Finalmente el acuerdo no fructificó, al negarse Franco a
reconocerlo, lo que provocó el fusilamiento de más de 300 de sus miembros[cita requerida], mientras que los batallones
compuestos de milicianos afines a otras formaciones políticas seguían luchando en el frente astur, comenzando uno
de los períodos más difíciles de la historia vasca en España.
En poco tiempo, en menos de un año desde la insurrección contra la legalidad republicana, todo el actual País Vasco
quedó en poder de los insurrectos. En el verano de 1937 ya se estaba comenzando a levantar los puentes de Bilbao
que habían sido volados por los defensores de la villa en un esfuerzo de retrasar la toma de la ciudad y de la
Historia de los vascos 30

importante zona industrial y minera de la que era llave.


Pocos días después de la toma de Bilbao, Franco abolió los fueros de Vizcaya y Guipúzcoa al considerarlas
«provincias traidoras», por no haberse sumado al alzamiento, mientras que Álava y Navarra conservaron sus
privilegios y siguieron teniendo sus pequeñas policías autonómicas y cierta autonomía fiscal.

Navarra
En Navarra los carlistas se posicionaron del lado de las tropas insurgentes del general Mola que promete mantener
los fueros y Navarra es ocupada militarmente por las fuerzas rebeldes apoyadas por 8.400 carlistas tras el asesinato
del jefe de la comandancia de la Guardia Civil de Navarra José Rodríguez-Medel Briones, enemigo de Mola por
haber rechazado una oferta de éste manteniendose leal a la república.[42]
Se inició un reclutamiento obligatorio bajo pena de fusilamiento y se produjo represión que se inició inmediatamente
produciendo unas 3.300 muertes además de otras represalias (véase Víctimas de la Guerra Civil en Navarra)
principalmente en la Ribera de Navarra y Pamplona. También se produjo la Fuga del Fuerte San Cristóbal con
sangrientas consecuencias.

Exilio y Segunda Guerra Mundial

Exilio de los republicanos vasco-españoles


La primera etapa, como para el resto de los republicanos españoles que huyen de la represión franquista, es Francia.
Pero allí la acogida no será la esperada. El Gobierno francés organiza los "centres d'accueil", es decir, campos de
concentración improvisados, como el de Argéles-sur-Mer, instalado en la misma playa, bajo la vigilancia de
soldados senegaleses. Hubo allí un grupo de casi 5.000 vascos que se encontraron organizados en un "poblado",
conocido con el nombre de "Gernika-berri".
Mientras, a partir de marzo de 1939, se empieza la construcción de un nuevo campo de concentración en un lugar
alejado, del distrito de Orthez, en el Béarn, conocido con el nombre de Gurs. Para abril se encuentra ya terminado.
Estaba situado justo en el límite con la provincia de Zuberoa y a unos 17 km de Oloron. Pronto, los vascos,
procedentes de Argéles y de otros campos, son concentrados allí. En total, el 10 de mayo de 1939 hay 18.985
prisioneros en Gurs, de los que 6.555 son vascos.
La situación fue angustiosa para los presos vascos ante el imparable avance alemán pues la alternativa era caer
prisionero de los nazis o ser entregado a los franquistas. Finalmente, el día 21 de junio de 1940 son liberados los
primeros vascos, que marchan con destino a Venezuela. En una semana el islote "C", donde estaban concentrados
todos los vascos, queda vacío.[48]

Segunda Guerra Mundial (1939-1945)


Nuevamente el Gobierno español permaneció neutral en la segunda de las Guerras Mundiales a pesar de su simpatía
política hacia Alemania e Italia. Esta afinidad política, con los países del Eje, que no tenían el dominio del mar, y el
estado en que había quedado la Marina mercante tras la Guerra Civil española hicieron que no se repitieran las
condiciones de la Primera Guerra Mundial. Durante la contienda, los barcos de matrícula vasca volvieron a caer
víctimas de los submarinos y minas de uno y otro bando.
El primer barco hundido fue el mercante vasco Banderas, de la Naviera Vascongada, hundido cerca de cabo Villano
por el submarino alemán U-53 (18-2-1940), y fue otro mercante vasco, el Monte Gorbea, de la Naviera Aznar, el que
sufrió el mayor número de bajas en un ataque, cuando fue torpedeado y hundido en el Caribe por el submarino
alemán U-512, pereciendo 52 de las 79 personas que iban a bordo (19-9-1942).[49]
Historia de los vascos 31

El Franquismo
El final de la Guerra Civil en el País Vasco, como en todos los sitios, dejó una sociedad profundamente dividida
entre vencedores y vencidos. Entre los primeros, además de falangistas y militares, estaban los antiguos partidos
dinásticos, los tradicionalistas (muy implantados en las áreas rurales) y los representantes del mundo de los negocios
y de la industria. Los segundos eran los nacionalistas, los socialistas y los comunistas. Tras una etapa inicial en la
que una intensa represión política servía de marco a la reanudación de la actividad en las fábricas, comenzaron los
largos años del franquismo, en los que se combinaron un importante crecimiento económico y las actividades
clandestinas de resistencia a la dictadura, tanto por parte de sindicatos y partidos políticos nacidos antes de la Guerra
Civil como, desde finales de los años 50, de organizaciones como ETA y otras nacidas en su entorno.

La Posguerra

Represión y Resistencia
Con la ocupación de todo el País Vasco por las tropas franquistas a partir de Junio de 1937 dio comienzo una etapa
en la que, además de desmantelarse las instituciones creadas en el breve período en que estuvo en vigor el Estatuto
de Autonomía aprobado en 1936, predominaron las formas directas de represión, tanto de los miembros de partidos
políticos y sindicatos que se habían opuesto a la sublevación militar como de todo aquello relacionado con el mundo
cultural vasco. Además de los militares hechos prisioneros tras el Pacto de Santoña, los nacionalistas, los socialistas
y los comunistas que no habían conseguido exiliarse fueron encarcelados y muchos fueron condenados a muerte. A
ello se unía la prohibición expresa y tajante de cualquier manifestación cultural vasca como hablar en euskera en
público. Vizcaya y Guipúzcoa, donde mayor había sido la resistencia a la rebelión, fueron declaradas Provincias
Traidoras, suprimidos sus Conciertos Económicos como castigo (no así los de Álava y Navarra, en las que las
autoridades y la mayor parte de la población habían apoyado la sublevación) y sometidas a un ejército de ocupación
mientras el nuevo régimen nombraba a las nuevas autoridades civiles.
En estas condiciones cualquier actividad política tenía que realizarse en la clandestinidad, y eran grandes los riesgos
que se corrían. Pese a todo, consiguieron reconstruirse algunas redes clandestinas que intentaban, con poco éxito,
mantener la idea de la resistencia confiados en que la derrota Alemania e Italia en la Segunda Guerra Mundial
significaría también la caída de la dictadura de Franco. Cuando se confirmó que era una previsión errónea esperar la
intervención exterior para acabar con el régimen franquista, las fuerzas políticas y sindicales hubieron de cambiar su
análisis y contar exclusivamente con sus propias fuerzas, que no eran muchas.
Los 40 fueron años de bajos salarios, jornadas larguísimas y, en general, malas condiciones de vida, debidos a los
deseos del régimen de reconstruir cuanto antes la economía nacional. En ello colaboraba la represión policial de
cualquier atisbo de disidencia o de organización obrera y el control político de la población, impedida de manifestar
sus opiniones. Todo ello provocó un malestar creciente en las grandes empresas de la Ría de Bilbao y en las áreas
industriales guipuzcoanas, que generó algunos conflictos en las fábricas ya desde 1946.
En la primavera de 1947 los partidos políticos y sindicatos de oposición al franquismo (agrupados en un Consejo
Vasco de Resistencia, dependiente del Gobierno Vasco en el exilio) hicieron un llamamiento a conmemorar la
proclamación de la República, al igual que, semiclandestinamente, algunos grupos habían celebrado el Aberri Eguna
unos días antes. Miles de trabajadores se concentraron el 14 de Abril en distintas poblaciones sin que interviniera la
policía, lo que demostró aparentemente la posibilidad de llevar a cabo acciones de masas. Este éxito hizo que se
convocase un paro el 1 de Mayo, protesta contra la dictadura. Ese día, entre 20.000 y 50.000 trabajadores de las
grandes empresas vizcaínas (la Naval, Altos Hornos, Euskalduna, Babcock, etc.) y de las guipuzcoanas se declararon
en huelga. El Gobernador Civil de Vizcaya, Genaro Riestra, amenazó con despedir a todos los huelguistas y llamó a
los militares, que se desplegaron por Bilbao. La huelga continuó los días siguientes y se extendió a otras empresas.
Algunos empresarios se negaron a obedecer las órdenes del gobernador de proporcionar los nombres de los
huelguistas, por lo que fueron sancionados, y ante la extensión del conflicto, que ya había provocado más de 6.000
detenciones, el 8 de Mayo un grupo de empresarios, preocupados por el aspecto que iba tomando el conflicto,
Historia de los vascos 32

negoció en Madrid con el Gobierno la anulación de las sanciones a cambio del fin de la huelga.
Paradójicamente, pese al éxito de esta iniciativa conjunta, la huelga de 1947 marcó el final de las fuerzas políticas
opuestas a la dictadura, incapaces en lo sucesivo de ponerse de acuerdo. Además, la represión policial posterior
significó el desmantelamiento definitivo de las estructuras de la UGT y la CNT, cuyo esfuerzo fue aprovechado por
el Gobierno Vasco en el exilio y la central nacionalista ELA-STV, que fueron quienes capitalizaron el éxito de la
huelga ante la opinión pública vasca.

Recuperación Económica
Pese a lo que dijo la propaganda franquista, la destrucción sufridas por las instalaciones industriales vizcaínas y
guipuzcoanas durante la guerra no fueron demasiado grandes. Mucho más grave era la carencia de combustible, de
materias primas o de mano de obra cualificada (en parte porque la represión que siguió a la entrada de las tropas
franquistas y que afectó en gran medida a los cuadros obreros de sindicatos y partidos) o los problemas de transporte,
de precios, etc. En cualquier caso, pocas semanas después del fin de la Guerra Civil en el País Vasco la mayoría de
las fábricas había reiniciado su actividad y se iniciaba una etapa de recuperación económica que está en el origen del
crecimiento posterior a los años 50.
Las razones de este rápido crecimiento hay que buscarlas en la gran demanda de productos industriales, primero para
hacer frente a las necesidades militares de la guerra y depués para la reconstrucción de la economía del país tras el
fin de hostilidades. Esta demanda, sobre todo pública, se dirigía tanto a los productos siderometalúrgicos como a los
mineros o químicos, sectores todos ellos muy desarrollados en el País Vasco.
A las dificultades ya aludidas hay que añadir una fuerte intervención del nuevo Estado en la economía, que variaba
desde la militarización de las fábricas que producían artículos de interés bélico (casi todas las de derivados
metálicos) en los primeros meses, hasta la fijación de precios, asignación de recursos, etc. Todo ello dificultaba el
normal desenvolvimiento de la actividad económica, pero tenía la ventaja de asegurar a los industriales la compra de
sus productos, fuesen de la calidad que fuesen, en un momento en el que el país estaba prácticamente cerrado al
exterior y a demanda por parte del Estado era muy importante.
Por lo demás, cada sector tenía sus propio problemas. Así, la siderurgia hubo de hacer frente a la imposibilidad de
seguir utilizando carbón inglés (progresivamente sustituido por el asturiano, que suponía el 99,4% del total ya en
1942), al agotamiento de las minas de hierro vizcaínas y a serios problemas en el suministro nacional de chatarra
necesaria para la producción de hierro y acero.
Las empresas metalúrgicas tampoco sufrieron mucho mientras se mantuvieron los pedidos estatales para el ejército y
para la reconstrucción del país. El fin de la Segunda Guerra Mundial significó, en cambio, el comienzo de los
problemas, pues comenzaron las dificultades en el suministro de materias primas y de combustible tras el aislamiento
impuesto al régimen franquista. Ello provocó la infrautilización de la capacidad productiva instalada y la
imposibilidad de renovar las instalaciones. Así, hasta 1955 no se superaron los niveles de producción anteriores a la
Guerra Civil.
En resumen, la industria vasca se recuperó pronto de las circunstancias vividas en la guerra, y si su crecimiento no
fue más rápido ello se debió a las carencias de combustible, materias primas y elementos de transporte debidas al
aislamiento en que quedóla España Franquista tras la victoria de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial, así
como la política económica autárquica desarrollada por el régimen.

El campo de Gurs
Tras la caída de Bilbao, los exiliados y los miembros del Ejército Vasco, que tras huir o salir del cerco de la Batalla
de Santander habían sido trasladados por mar a la zona republicana, atraviesan la frontera después de la caída de
Cataluña y son recluídos por el Gobierno francés en campos de concentración en vísperas del estallido de la Segunda
Guerra Mundial y calificados como indeseables en virtud del Decreto Ley del 12 de noviembre de 1938 del
Gobierno presidido por Daladier.
Historia de los vascos 33

El 5 de febrero de 1939 Daladier permite el paso de la masa de refugiados por la frontera que hasta entonces
permanecía oficialmente cerrada, separándose a los hombres (identificados como combatientes) de las mujeres.[50]
Se calcula en 440.000 los republicanos que se exiliaron a Francia que ocasionaban un gasto al erario francés de
750.000 francos diarios.
Muy poco después estos "estacionamientos temporales" se convirtieron en "reclusión administrativa" y en pocos
meses se creaban diversos campos de internamiento.[51][52]
El 25 de febrero de 1939, con el fin de obtener la neutralidad española, se firma el Acuerdo Bérard-Jordana por el
que Francia reconoce la legitimidad de la España franquista.[53][54]. Uno de los puntos de dicho acuerdo detallaba
el retorno del capital republicano que permanecía en Francia, por lo que el Gobierno francés entregó a Franco 9.000
cajas depositadas por el Gobierno vasco republicano en "La Rochelle" conteniendo los fondos de los Bancos y Cajas
de Ahorro de Bilbao y San Sebastián por importe de 2.000 millones de francos[53].
El Gobierno francés, por su proximidad había concebido el "Campo de Gurs" inicialmente para concentrar a
refugiados vascos por lo que se denominó el "Campo de los vascos". El grupo más numeroso, unos cinco mil,
procedía del campo provisional de Argelès-sur-Mer; el 10 de mayo de 1939 había en Gurs 18.985 prisioneros de los
que 6.555 son vascos.
Los prisioneros son divididos por los franceses en Gurs en cuatro "islotes" (A, B, C, D) incomunicados entre sí,
según su procedencia y ocupación (Vascos, Españoles, Brigadistas y Pilotos). A los vascos les corresponde el "Islote
C". A través del capellán Iñaki Azpiazu, logran contactar con el Gobierno Vasco en el exilio, con el apoyo de
Telesforo Monzón, consejero de Gobernación y de Seguridad Ciudadana del Gobierno Vasco de José Antonio
Aguirre.[55] El Gobierno Vasco confió la dirección del contingente vasco al comunista Celestino Uriarte.[56]
Según testimonios contemporáneos, el "islote de los vascos" era el que recibía mejor trato:
Las condiciones eran críticas, morían cientos de personas aunque a los vascos nos tenían aparte y
estábamos mejor; de hecho éramos los únicos que comíamos caliente.[57]
Pese a todo las condiciones eran inhumanas, en barracones de 25 metros cuadrados se alojaban hasta 60 prisioneros.
La comida era escasa y pésima. Uno de sus internos refería:
Vivíamos tan mal que estuvimos ocho días en huelga de hambre y aquel que comía algo acababa en el
hospital de Pau de la paliza que le daban. Y acabaron setenta. Cuando nos prometieron mejoras
abandonamos la huelga y una hora después nos llevaron esposados a Burdeos a otro barracón peor.
Dormíamos encima de sacos de paja o en el suelo, comíamos raíces y el miedo era permanente ...
Venían a llevarse a los judíos a Auschwitz. Siempre temíamos que venían a por alguno de nosotros.[58]
Posteriormente, la mitad de los vascos fueron trasladados a fábricas cercanas a París, a realizar trabajos en la Línea
Maginot o al frente [cita requerida], bajo la amenaza de la repatriación a la España franquista. La mayoría consiguieron
encontrar avales que les permitieron abandonar el campo y encontrar trabajo y refugio en Francia. En junio de 1940
solo quedaban unos 800 prisioneros vascos y ante el avance alemán abandonan el "Islote C", donde están
concentrados y emigran en su mayoría a Sudamérica estableciendo colonias de exiliados vascos en dichos países.[55]
No obstante Gurs se caracterizó por haber constituído un "reducto cultural" dentro de la barbarie debido a una serie
de factores, pues de 1939 a otoño de 1940, el idioma que dominó en el campo fue el castellano y el euskera debido a
la gran presencia de exiliados republicanos, lo que favoreció su unidad para realizar actos pese a que cada "islote"
estaba incomunicado del resto.
Los reclusos vascos crearon una orquesta y construyeron un campo de deportes. El 14 de julio de 1939, fiesta
nacional francesa, los 17.000 internados se formaron marcialmente en el campo de deportes y cantaron La
Marsellesa, ofreciendo a continuación demostraciones deportivas y conciertos de coro e instrumentales.
Posteriormente, a partir de marzo de 1941, se creó un "centro cultural" en una barraca de cada "islote" en las que se
realizaban representaciones musicales y teatrales[59] e incluso se impartían clases y se daban charlas sobre
"educación sexual".[60] En Gurs, por ejemplo, en la semana del 10 al 17 de agosto de 1939 funcionaron 9 Barracones
Historia de los vascos 34

de Cultura en los que se impartieron 110 clases con 3.883 alumnos.


Tras el verano de 1942 al incrementarse las deportaciones, la "actividad artística" decreció y con la llegada de los
nazis y tras la salida de la mayoría de los vascos, el campo fue rebautizado como el "Campo de los indeseables" y
acogió a prisioneros por razón de su raza, sexualidad o creencia, empeorando aún más las condiciones y llegando a
morir ocho personas cada día. El Campo de Gurs permaneció en funcionamiento hasta 1945, siendo el de mayor
duración de toda Francia.
El Gobierno Vasco realizó un homenaje en mayo de 2006 a los recluidos vascos en el Campo de Gurs, en el que se
plantó un retoño del Árbol de Guernica, "como símbolo de paz" y se colocó una placa conmemorativa, realizada por
Néstor Basterretxea.[61] Este homenaje se sitúa dentro del contexto del proceso de recuperación de la memoria
histórica, surgido en España en los últimos años.[62]

Los años 50
Fracasados todos los intentos por desarrollar conjuntamente la oposición al régimen, partidos y sindicatos entran en
una etapa en la que casi no registran actividad alguna, dificultada también por la represión.
Los nacionalistas, durante todos estos años, se limitaron a intentar difundir la lengua y la cultura vasca mediante la
creación de grupos de montaña, coros y danzas o similares, para lo cual contaron con la colaboración de numerosos
sacerdotes de ideología afín. La actuación de estos sacerdotes, en sus homilías y en sus contactos con los ciudadanos,
especialmente en los pueblos pequeños, tuvo gran importancia en la transmisión de la cultura e ideología
nacionalista, que gracias a ello puedieron esquivar las prohibiciones oficiales y mantenerse vivas durante estos años.
Por otro lado, la Iglesia también contribuyó a la creación de la Juventud Obrera Cristiana (JOC) y de la Hermandad
Obrera de Acción Católica (HOAC), organizaciones que además de participar en la oposición al régimen desde
fábricas y talleres (y también universidades en el caso de las JOC), sirvieron de semillero de futuron dirigentes
políticos y sindicales.

Los años 60
El País Vasco y Navarra figuraron a la cabeza del intenso proceso de cambio que España experimentó en la década
de 1960, sin duda, la transformación económica y social más determinante del siglo XX. Los años 60 fueron, en
efecto, años de enorme desarrollo, de industralización acelerada, de grandes éxodos rurales, de crecimiento urbano
incontrolado y de avalanchas turísticas. Para 1970, España había dejado de ser un país subdesarrollado y agrario; y,
aún con graves costos sociales, se había transformado en una sociedad comparativamente dinámica y moderna, y
relativamente próspera. Como parte sustancial de este proceso, la región vasco-navarra vivió durante esta década una
etapa de desarrollo y crecimiento extraordinarios.
Los cambios de los años 1960 significaron una verdadera ruptura histórica. Fue entonces cuando culminó y se
generalizó la transformación de la región, Álava y Navarra incluidas, en una sociedad industrial altamente
tecnificada, urbana, profesional y de masas.
Todos los ámbitos sociales y culturales sufrieron cambios decisivos entre 1960 y 1970. Pocas décadas habrá más
decisivas que la de 1960 en la historia moderna del País Vasco y Navarra.

Los Años del Desarrollo


El factor esencial del despegue y la modernización económica de España fue la liberalización de la economía, que se
inició tras casi 20 años de autarquía, a raíz del llamado Plan de Estabilización del año 1959. El desarrollismo
vasco-navarro fue, sin embargo, ajeno a la acción directa del Estado. La región quedó fuera de la política de polos de
desarrollo iniciada en España en 1964, aunque en Navarra y Álava la acción de las respectivas Diputaciones fue
decisiva para el desarrollo industrial. La participación del Instituto Nacional de Industria, INI, el holding de
empresas industriales que el Estado había creado en 1941, fue exigua; se limitó a algunas empresas de construcción
naval de la Ría de Bilbao como Euskalduna y La Naval, integradas en Astilleros Españoles en 1969, y algunas, más
Historia de los vascos 35

bien pocas, nuevas factorías establecidas en Álava y otras ubicadas en Navarra. En general, aquel desarrollo,
proclamado y alabado por el Régimen Franquista como ejemplar, fue en el País Vasco y Navarra el resultado de la
inversión privada y de la capacidad exportadora de sus industrias, es decir, fue el resultado de su dinamismo
empresarial.
Los resultados fueron impresionantes; el valor del Producto Interno Bruto del País Vasco y Navarra casi se triplicó
entre 1960 y 1973, con un crecimiento porcentual más elevado en Álava y Navarra y más moderado en Vizcaya y
Guipúzcoa. Como revelaban todos los indicadores, el crecimiento se debió sobre todo al desarrollo industrial. La
industria generaba en 1975, año terminal de aquel gran ciclo expansivo, más del 53% del PIB vasco-navarro y,
mientras los servicios constituían algo más del 40%, la agricultura en cambio sólo suponía el 5% en el País Vasco y
poco más del 14% en Navarra. La población activa industrial aumentó en la misma proporción al tiempo que la
ocupada en la agricultura y la pesca descendió sensiblemente.
La construcción naval vizcaína continuó a buen ritmo hasta los años 1974-1975. La producción de los astilleros, que
en 1959 había sido de algo más de 227.000 toneladas de registro bruto con 96 barcos, se elevó en 1973 a más de
341.000 toneladas con 56 buques, lo que suponía el 28,4% de la producción española.
La actividad que el Puerto de Bilbao registró en la década fue extraordinaria;
el movimiento de mercancias aumentó de 3,9 millones de toneladas en 1960 a
algo más de 20 millones de toneladas en 1973. El puerto propició, además,
dos de las grandes inversiones de la década, ambas decisivas para el futuro de
Vizcaya. En 1968 se concedió a la provincia, para su ubicación en
Somorrostro (muy cerca de la boca del puerto), la instalación de una gran
refinería de petróleo, con capacidad para tratar unos 10 millones de toneladas
al año de crudo, que recibiría el nombre de Petróleos del Norte S.A o
Petronor. Fue más tarde, ya en 1972, cuando vista la insuficiencia del puerto
fluvial, sobre todo para acomodar los grandes barcos que en ese momento
dominaban el tráfico de petróleo, se decidió la construcción de un superpuerto
en el abra, entre Ciérvana y Punta Galea. El primero de los muelles entró en
servicio en 1973. Una de las primeras actuaciones hacia su entrono por parte
de Petronor, pareja a la construcción de la refinería de Musques, fue la
financiación de gran parte del Superpuerto de Bilbao en los años 70; aunque
este proyecto quedó prácticamente paralizado hasta los años 90, con tan sólo
un espigón en construcción. Chimenea de Petronor en Musques.

En Guipúzcoa el desarrollo tuvo características distintas. Aunque las industrias del papel y del sector químico
tuvieron relevancia indudable, la expansión fue ante todo consecuencia del gran dinamismo del sector metalúrgico.
El sector estaba altamente diversificado, con factorías y plantas diseminadas por toda la geografía provincial:
fábricas de herramientas, ferretería, cerrajería, tornillería, armas, muebles metálicos, rodamientos, electrodomésticos,
máquinas-herramientas, material eléctrico, bicicletas, laminados y aceros especiales; y, curiosamente, integrado
mayoritariamente por empresas y empresarios modestos. El arquetipo de empresario guipuzcoano, al contrario que el
vizcaíno (más vinculado a la banca y la sociedad anónima), tenía una visión de la empresa mucho más personal y
próxima, quizá hasta patriarcal.

Simultáneamente, las cooperativas tendrían un notabilísimo desarrollo y, a menudo, un éxito formidable. La


cooperativa Mondragón adquirió en estos años una imagen a nivel internacional; son los años del gran crecimiento
empresarial de Mondragón, cuando Eroski empezó a funcionar como cooperativa de consumos y la cooperativa
Fagor se convirtió en marca de referencia a nivel de toda España.
En Álava se crearon en la década de 1960 un total de 1.363 empresas, un 80% de ellas en polígonos del entorno de
Vitoria; convertida gracias a las iniciativas de planificación y promoción de su ayuntamiento y de la Diputación
Historia de los vascos 36

alavesa en el enclave natural de la expansión de las economías vizcaína y, sobre todo, guipuzcoana. Era un polo de
desarrollo en un emplazamiento idóneo, moderno y bien concebido. Los sectores metalúrgico y químico, y la
construcción fueron las piezas fundamentales del despegue industrial alavés. Entre las empresas más vigorosas se
encontraron Forjas Alavesas dedicada a aceros especiales; Mevosa, Mercedes y Volkswagen dedicadas a vehículos
industriales; y Michelin dedicada a neumáticos.
El caso de Navarra fue muy similar. El Plan de Promoción
Industrial promovido por la Diputación Foral de Navarra por
iniciativa de su vicepresidente, el industrial Félix Huarte, permitió
la creación entre 1964 y 1974 de un total de 337 empresas, con
una inversión de unos 20.000 millones de pesetas y una dotación
de unos 30.000 empleos industriales. Por lo menos la mitad de
esas empresas, en su mayoría metalúrgicas, se establecieron en el
área de Pamplona.

El crecimiento económico vasco-navarro de los años 60 fue


enorme pero tuvo muchos desequilibrios y contradicciones. En
Félix Huarte (derecha) en la decada de los años 50.
primer lugar, el crecimiento se hizo sin ningún control
medioambiental y, por lo tanto, trajo consigo una contaminación
intensísima de ríos como el Oria o de enclaves industriales como Baracaldo, Sestao o Bilbao. En segundo lugar, el
desarrollo se concentró enormenmente en algunos sectores, concretamente el sector metalúrgico y el sector químico
se llevaron hasta un 60-70% de todas las inversiones. En tercer lugar, debido al proteccionismo arancelario, las
empresas que surgieron eran, en general, pequeñas y poco competitivas, además de muy dependientes de tecnología
extranjera vía patentes o licencias de los productos industriales.

El desarrollo económico de los años 60, que se prolongó hasta 1974, transformó radicalmente la región
vasco-navarra. La población ascendió de 1.773.696 habitantes en 1960 a algo más de 2,5 millones a mediados de la
década de los años 70. El saldo migratorio fue determinante; había llegado una masa importante de emigrantes
procedentes de Andalucía, Galicia, Castilla, Aragón, Asturias, Extremadura, Cantabria, Murcia y La Rioja.
En 1971 Vizcaya ocupaba la primera posición entre las provincias españolas en renta per cápita, Guipúzcoa la
segunda, Álava la tercera y Navarra la octava. El Producto Interno Bruto del País Vasco y Navarra creció entre 1955
y 1975 en un 210,1%.

La Transformación Urbana
El espectacular crecimiento de la economía del País Vasco y Navarra, que no excluyó crisis coyunturales, conllevó
graves desequilibrios e insuficiencias, que se manifestarían durante la muy larga crisis que la región sufriría a partir
de los años 1974-1975. Los desequilibrios territoriales, por ejemplo, fueron palmarios. La actividad y la población se
concentraron, ante todo, en las capitales de provincia y las comarcas y pueblos inmediatos a ellas. Provincialmente,
sólo Guipúzcoa creció de forma armónica, aunque crecieran más y peor la Comarca de San Sebastián, el corredor
San Sebastián-Irún y Eibar. Importantes comarcas de Álava como Campezo, la Montaña Alavesa y los valles
occidentales; la Navarra media, la montaña navarra y los valles pirenaicos orientales; así como Las Encartaciones y
Arratia en Vizcaya fueron zonas que quedaron o estancadas o al margen del desarrollo, incluso algunas de ellas
perdieron población.
El doble proceso de urbanización y concentración industrial y demográfica tuvo intensidad excesiva y se hizo de
forma incontrolada y caótica. En 1975, lo que poco antes comenzó a llamarse el Gran Bilbao absorbía el 79% de la
población de su provincia, Vitoria el 73,1% de la suya, San Sebastián el 57,6% de la población guipuzcoana y
Pamplona el 46,8% de la de Navarra. Las capitales y el Gran Bilbao crecieron de forma espectacular. Los desastres
urbanísticos que de ahí se siguieron fueron considerables.
Historia de los vascos 37

El crecimiento de Vitoria y Pamplona, que


figuraron como las ciudades que más
crecieron en España entre 1960 y 1975,
pudo parecer en más de un sentido
modélico; se hizo sobre ensanches, por lo
general espaciosos, cómodos y funcionales,
que crecieron razonáblemente bien
urbanizados y equipados. Pero las
autoridades locales y provinciales
atendieron antes a consicionar los espacios
industriales que a preparar áreas y barrios
donde residieran las familias trabajadoras.
Evolución de la población de Vitoria, en la que se ve un gran aumento en la década
Surgieron de esa forma en los cinturones de
de los 60. ambas poblaciones, en pueblos y aldeas
cercanas y en zonas próximas a los
polígonos industriales barrios obreros marginales y segregados, mal urbanizados y con dotaciones y servicios
insuficientes.

San Sebastián también resitió y en 1970, aunque no era ya sólo el centro veraniego y turístico que venía siendo desde
el siglo XIX sino la capital de servicios de su provincia, retenía su bella configuración y su equilibrada y elegante
arquitectura pese a algunas agresiones, como la demolición en 1973 del edificio del Gran Casino Kursaal. Disponía
de numerosas zonas verdes y ajardinadas y de un buen nivel de servicios hospitalarios, deportivos y docentes (salvo
por lo que se refería a la enseñanza universitaria). En la periferia de San Sebastián, localidades como Hernani,
Pasajes, Rentería, Oyarzun, Usúrbil, Urnieta o Lasarte, que se habían industrializado intensamente, presentaban
problemas de considerable magnitud: barriadas aglomeradas, trazado desordenado y anárquico, fealdad urbanística,
insuficiencias estructurales, viviendas pobres y carencia de servicios.

El Gran Bilbao fue, sobre todo, un fracaso


urbanístico. Su crecimiento desbordó todas
las expectativas y previsiones. En pocos
años, la capital vizcaína se transformó en
una aglomeración urbana congestionada,
con 6.953 habitantes por kilómetro cuadrado
en 1970. Una ciudad literalmente cercada
por barrios populares, de arquitectura pobre,
viviendas insuficientes y de baja calidad; y
con graves carencias en equipamientos e
infraestructuras. En 1970 Bilbao no tenía ya
prácticamente suelo urbanizable, registraba
niveles de contaminación altísimos, carecía
de zonas verdes y sus dotaciones de tipo
cultural y sanitario resultaban, a la vista de
Imagen del Gran Bilbao
su dinamismo y riqueza, insatisfactorias y
mediocres. Bilbao se había convertido en un
gran problema cuya solución exigía una radical revisión de toda la gestión urbanística, tal y como reclamaban
urbanistas, arquitectos y sociólogos. Se hacían necesarios y urgentes una planificación seria del territorio urbano y de
Historia de los vascos 38

su desarrollo, planes de dotación de zonas verdes para reducir la contaminación atmosférica, progamas municipales
de viviendas, proyectos de saneamiento e higiene colectivos, trazado de nuevas redes viarias y ferroviarias, y nuevos
equipamientos docentes, deportivos y asistenciales. La reacción, sin embargo, fue muy tardía. Sólo en 1968 el
Ministerio de Obras Públicas, el Ayuntamiento y la Diputación decidieron abordar la cuestión nada fácil de los
accesos por carretera a la villa, acordando el trazado de varias soluciones para el casco urbano y su entorno; la
construcción de autopistas hacia la frontera francesa (Bilbao-Behovia), y hacia Madrid y el eje Vitoria-Barcelona
(Bilbao-Miranda). Sin embargo, al tratarse de obras, por definición, costosas y de realización lenta y laboriosa, más
aún por la geografía complicada de Bilbao, sólo empezaron a completarse a partir de la segunda mitad de la década
de 1970 y primeros años 80.
El crecimiento económico había transformado radicalmente la vida social vasco-navarra. El fascinante panorama de
factorías, astilleros, chimeneas, vías, gruas, trenes, humos, llamaradas, muelles, barcos, tuberías, altos hornos y
cables que hacia 1970 ofrecían Bilbao y su ría revelaba una riqueza incomparable. Guipúzcoa se transformó,
prácticamente, en una provincia taller. Tanto el País Vasco como Navarra integraban una densa región urbana; el
76,23% de la población vasco-navarra vivía en 1975 en municipios de más de 10.000 habitantes.

La Transformación Cultural

El cambio cultural que se estaba produciendo era igual de significativo;


un movimiento imparable que se había iniciado con la construcción
entre 1950 y 1955 del Santuario de Aránzazu. Jorge de Oteiza, tras sus
comienzos como escultor expresionista, es pionero en un estudio
profundo del espacio que hay junto a la forma. Eduardo Chillida, a
través del hierro, el alabastro y el hormigón, produce emociones
poéticas en el espacio que irradian sus obras creando un mundo
escultórico de formas austeras lleno de fuerza y vigor, fruto de unas
preocupaciones metafísicas que Oteiza quiso teorizar en su libro
Quousque Tandem...!.

Jorge Oteiza
Historia de los vascos 39

Con Oteiza (gran premio de escultura en la Bienal de São Paulo en


1957), Chillida (mismo premio en la Bienal de Venecia de 1958),
Néstor Basterretxea, Vicente Larrea, Remigio Mendiburu y Ricardo
Ugarte la escultura vasca se configuró como una de las apuestas
artísticas más innovadoras del arte internacional de los años 60. Este
resurgimiento de la escultura en los años 60 (que se dió también en
Madrid con el grupo El Paso y en Barcelona con el grupo Dau al Set)
bebió de la introducción de los movimientos expresionistas que habían
evolucionado en Europa y empezó fundamentalmente en el plano de lo
plástico. Oteiza (y su libro) fue el gran dinamizador cultural del
momento; fue él el que, con una importante visión de futuro, generó la
Galería Barandiarán donde se realizarían las exposiciones más
importantes. En 1966 escultores y pintores vascos y navarros
constituyeron los grupos de escuela vasca Gaur (en Guipúzcoa), Orain
(en Álava), Emen (en Vizcaya) y Danok (en Navarra); removiendo
definitivamente el entorno cultural vasco impulsado por Oteiza y que El Peine del Viento de Eduardo Chillida

proyectaron a un conjunto de personalidades creadoras que iría


afirmándose y consolidándose en décadas posteriores.

En literatura los años 60 fueron también una época rica y efervescente, con unos planteamientos de libertad en todos
los sentidos culturales y sociales. El escritor Ramiro Pinilla logró en 1961 con Las ciegas hormigas el Premio Nadal
de literatura, el más prestigioso premio literario español. En 1962 otro escritor vasco, José María Mendiola, lo
volvería a obtener por Muerte por fusilamiento. Estas novelas, por sus estructuras y lenguaje, se insertaban en las
nuevas corrientes narrativas que agitaban la literatura española. Luis Martín-Santos escribió en 1962 la mejor novela
española de la década, Tiempo de silencio, que narra la historia del fracaso existencial de un médico del miserable
Madrid de la posguerra; un libro singular, de lenguaje y construcción sorprendentes, punto de arranque de la
renovación estilística que la novela española experimentaría posteriormente. En 1966 Raúl Guerra Garrido, nacido
en Madrid pero afincado en San Sebastián, publicó Cacereño, una dura novela social sobre la discriminación que los
trabajadores inmigrantes sufrían en el País Vasco. Fue en este contexto en el que aparecerían más adelante las
revistan literarias donostiarras Kurpil y, más adelante, Kantil.

En 1968 Néstor Basterretxea y Fernando Larruquert filmaron Ama Lur/Tierra madre, un documental de larga
duración sobre el País Vasco con imágenes de gran fuerza y belleza que intentaba reflejar qué era el País Vasco en
esos años. El caso de Ama Lur/Tierra madre es singular proque no nació de un sistema de de producción
convencional (desde productoras convencionales) sino desde una suscripción popular mediante pequeñas
aportaciones económicas. El productor donostiarra Elías Querejeta promovió desde 1965, al hilo de la tímida y
contradictoria liberalización cultural del Franquismo, el nuevo cine español, que combinó calidad estética y crítica
social, y produjo un puñado de películas de considerable interés.
Historia de los vascos 40

La literatura en euskera experimentó


paralelamente su primer resurgimiento
real desde la Guerra Civil. Como en el
arte, una nueva generación de
escritores renovó temas y técnicas
narrativas e hizo, en suma, una nueva
literatura. Por su calidad e interés
lingüístico, estético, social y político
Harri eta Herri , el extenso poema de
2.401 versos de Gabriel Aresti,
aparecido en 1964 se constituyó en el
símbolo de la renovación.

La liberalización del Franquismo


permitió desde 1960 de la apertura de El grupo musical Ez Dok Amairu.

ikastolas. En 1970 funcionaban


aproximadamente 120 ikastolas con unos 12.000 alumnos. El lingüista Koldo Mitxelena dió un considerable impulso
a los estudios sobre la lengua vasca, de cara sobre todo a la unificación de su ortografía y declinación, pieza básica
en la recuperación del euskera como lengua moderna de comunicación. También contribuyó decisivamente a la
recuperación del euskera la aparición a mediados de esta década de la llamada nueva canción vasca, cuyo mayor
exponente sería el grupo musical Ez Dok Amairu.

La sociedad vasco-navarra de los años 60 era también una sociedad de consumo de masas. Subsistían, y aún se
habían reforzado, usos y costumbres que la vida social de cada población había organizado desde antiguo: rondas
diarias de bares, peñas, cuadrillas, sociedades gastronómicas... Pero la prosperidad de la década había intensificado
las posibilidades de ocio de la población y había multiplicado, como era de esperar, la oferta de entretenimiento
propias, precisamente, de la vida industrial y urbana. Los deportes ocupaban el lugar preferente, por más que en los
años 60 las prestaciones de los deportistas vascos y navarros no fueran excepcionales. El Athletic de Bilbao ganó la
Copa de fútbol en 1969, pero la Real Sociedad permaneció en la Segunda División entre 1962 y 1967. El Osasuna,
por su parte, inauguró en 1967 el estadio de El Sadar. Algunos ciclistas como Otaño, Gabica, Perurena, los hermanos
Lasa y, sobre todo, el equipo vitoriano Kas lograron victorias significativas. Azkarate y Atano X dominaron la Pelota
a mano. El navarro Astibia popularizó, gracias a la televisión, los concursos de Aizcolaris. Fuenterrabía ganó las
regatas de traineras de San Sebastián entre 1965 y 1968. En 1968 surgió el boxeador Urtain, como una obvia
operación comercial basada en la reedición del mito de la fuerza hercúlea de los vascos.
El cambio económico provocó, por último, dos hechos
sustanciales llamados a influir a medio y largo plazo de
forma decisiva en la conciencia colectiva, en las ideas,
creencias, valores y sensibilidad moral de vascos y de
navarros: De una parte, el surgimiento de la vida
universitaria y, de otra, la secularización de la sociedad.
La exigencia de cuadros técnicos y profesionales y,
también, la mayor demanda de cultura de una sociedad
en desarrollo obligó a ampliar la oferta universitaria en
la región, hasta entonces dependiente a esos efectos de
Zaragoza y Valladolid. A principios de la década de los
60 había un par de centros universitarios con
Edificio de la Universidad de Deusto.
Historia de los vascos 41

2.700-2.800 estudiantes universitarios que elevarían a una veintena con 14.000-15.000 estudiantes, que serían
20.000-25.000 en torno a 1974-1975. Los hechos fundamentales fueron, en primer lugar, la conversión en
universidad de los institutos y facultades que los Jesuítas tenían en Deusto desde finales del siglo XIX, que daría
lugar a la Universidad de Deusto; en segundo lugar, la creación de la Universidad de Navarra en Pamplona; en tercer
lugar, la creación en 1968 de la Universidad Pública de Bilbao, embrión de la futura Universidad del País Vasco; y,
por último, el establecimiento en 1970 de un colegio universitario en Vitoria dependiente de la Universidad de
Valladolid. Precisamente, la existencia de las universidades de Deusto y Navarra hacía que el peso de la Iglesia en la
enseñanza universitaria del País Vasco y Navarra fuese muy alta. En los años 1974-1975 casi el 50% del total de
alumnos universitarios de la región pertenecía a esas dos universidades.
Los índices de asistencia a misa en las cuatro provincias y otros indicadores, como por ejemplo el número de
sacerdotes por cada mil habitantes, eran en torno a estos años muy superiores a las medias españolas. Todo ello hacía
pensar que la catolicidad de vascos y navarros era aún alta. Sin embargo, el cumplimiento de las prácticas religiosas
era muy alto entre la población de más de 60 años y entre las mujeres; pero muy bajo entre los menores de 30 años y
entre la población inmigrante. Las vocaciones sacerdotales disminuían de forma evidente y la enseñanza de las
universidades de la Iglesia era, en esencia, una enseñanza técnica y profesional. El mundo religioso estaba en crisis
en la sociedad vasco-navarra.

Aparece ETA

La aparición de ETA fue consecuencia de la reacción de


militantes de organizaciones juveniles más o menos
vinculados al Partido Nacionalista Vasco. Hombres como José
Luis Álvarez Emparanza, Julen Madariaga, José Manuel
Agirre o José María Benito del Valle aspiraban a fundar un
nuevo nacionalismo, capaz de dar respuesta a la nueva
realidad vasca propiciada por el Franquismo y el desarrollo
industrial.

Nacida en la clandestinidad en 1959, tras varios años de


incubación, Euskadi ta Askatasuna (ETA) fue, desde luego, el
resultado de la falta de libertades del Régimen de Franco. Pero
fue también una reacción generacional contra la aparente
crisis que el sentimiento nacionalista vasco parecía estar
sufriendo en los años 50, fruto de la represión, del crecimiento
económico, de la inmigración masiva de trabajadores y ante la
pasividad del nacionalismo histórico en la clandestinidad y en
el exilio. Los viejos militantes del PNV habían optado por una
estrategia menos confrontacional con el Régimen en los años
60. Con el reemplazo generacional, algunos elementos de la
juventud que toma el relevo se reveló contra esa aquiescencia
y quietud, por lo que emprendió una vía revolucionaria
definiéndose marxistas, rompiendo con la herencia del ETA nació en 1959.

nacionalismo tradicional y haciendo pilotar la identidad vasca


sobre elementos distintos a los sabinianos (ya no va serían la raza y la religión sino que empezaría a ser la voluntad
de sentirse vasco y el euskera como elemento central en esa identidad vasca).

La IV asamblea de ETA la definía como socialista y nacionalista. La síntesis de estas ideologías dió lugar al
nacionalismo revolucionario, tomando como modelo a los movimientos de liberación del Tercer mundo. Con esta
nueva definición se creó el concepto de Pueblo Trabajador Vasco: vasco era el trabajador que tenía consciencia
Historia de los vascos 42

nacional de clase, dicho de otra manera, vasco era el nacionalista vasco. Este concepto era mucho más atractivo para
la población inmigrante, que podría ser considerada vasca con sólo declararse nacionalista. Durante la V asamblea de
ETA, que se celebró en dos fases (Diciembre de 1966 y Marzo de 1967), se muestran claramente las divisiones entre
los sectores obreristas y nacionalistas, influidos estos últimos por las luchas de liberación del Tercer Mundo en
Argelia y otros países. Al finalizar esta asamblea, ETA pasaría a definirse como un movimiento revolucionario
socialista de liberación nacional vasco. Tras el éxito del sector nacionalista sobre el obrerista, representantes de ETA
acudieron a la reunión de la Intercontinental en La Habana, donde se le abrieron las puertas a la organización para
relacionarse con otros movimientos revolucionarios del Tercer Mundo.
ETA fue el resultado del voluntarismo de un reducido núcleo de militantes. Inicialmente, sus actuaciones fueron
mera agitación propagandística: pintadas del lema "Gora Euskadi", pintadas de las siglas E.T.A., colocación de
banderas vascas en lugares visibles y frecuentados, y actos similares. En 1968, después de la V asamblea, comenzó
el periodo de la violencia mimética en el País Vasco, tomándose la estrategia acción-represión-acción. En Junio de
1968, mientras en París se daban los sucesos del Mayo del 68, comienzaron en el País Vasco los primeros atentados
mortales protagonizados por ETA. Fue entonces cuando se decidió llevar a la acción algo que, hasta entonces, sólo
se había mantenido en la teoría; el Biltzar Ttipia de ETA (equivalente al Comité Central de un Partido Comunista)
decidió asesinar a los jefes de las brigadas político-sociales de San Sebastián (Melitón Manzanas) y Bilbao.
Los primeros sucesos graves y resonantes ocurrieron en 1968; Txabi Etxebarrieta junto a su compañero Iñaki
Sarasketa circulaban en un coche robado y se encontraron por la carretera a un Guardia Civil de tráfico, José
Pardines, en un control rutinario que decidió pararlos. Al caer Pardines en la cuenta de que el coche era robado,
Txabi Etxebarrieta disparó por la espalda al Guardia Civil y lo remató en el suelo con varios tiros en el pecho. La
Guardia Civil asesinó a Txabi Etxebarrieta en un tiroteo posterior, convirtiéndose en el primer mártir de ETA. El 2
de Agosto un comando de ETA mató en Irún al comisario de policía Melitón Manzanas.
Aquellos acontecimientos fueron decisivos. El Régimen de Franco no supo ofrecer más política que represión
indiscriminada frente a la escalada de ETA y declaró el Estado de Excepción en Guipúzcoa como respuesta al
atentado de Melitón Manzanas. Se alejó de esa manera de buena parte de la opinión pública vasca, incluso aquella
que en principio había sido indiferente, sino hostil, a ETA. La conflictividad de ETA se convertiría junto a la obrera,
la estudiantil y la de algunos sectores de la Iglesia en uno de los cuatro conflictos característicos de los últimos años
del Franquismo, erosionándo el orden público y la estabilidad de la sociedad de manera importante, aunque sin
conseguir derribar el Régimen. El Régimen de Franco declaró varios Estados de Excepción en Vizcaya y Guipúzcoa
a partir de 1968 en relación con acciones de ETA y con operaciones contra ETA.
La radicalización de la Iglesia local, que revelaba su propia crisis religiosa, favoreció igualmente aquella estrategia.
Significativamente, la primera parte de la V asamblea de ETA se había celebrado en la casa cural de Gaztelu, en
Guipúzcoa. Tras la muerte de Etxebarrieta, fueron bastantes los curas que celebraron misas y funerales por su alma,
desafiando a las autoridades. Esto contribuyó a hacer del joven líder de ETA el primer héroe nacional de la
organización. 40 sacerdotes ocuparon en Agosto de 1968 las oficinas del Obispado de Bilbao para exigir al Obispo
Gúrpide que se pronunciara respecto de la situación de represión y de la recientemente aprobada Ley sobre
Represión del Bandidaje y Terrorismo, tal y como había hecho en una pastoral el Obispo de San Sebastián lorenzo
Bereciartua. En Junio de 1970, el administrador apostólico de la Diócesis de Bilbao, Monseñor Cirarda, condenó la
represión con la oposición del Régimen; y lo que fue aún más inaceptable para el Franquismo, se negó a celebrar la
Misa Solemne que, para conmemorar la entrada de las Tropas de Franco en Bilbao en 1937, se celebraba todos los
años en el principal templo de la capital vizcaína.
Historia de los vascos 43

La Ruptura con el Franquismo


Una de las cuestiones más sustanciales que se planteaban en aquel momento era saber si una sociedad moderna y
desarrollada, como la sociedad vasco-navarra de los años 60, podría acomodarse dentro de una dictadura autoritaria y
de poder personal como era el Régimen de Franco, que aún gobernaría hasta 1975. Ciertamente, hacia 1960 el
Franquismo tenía en País Vasco y Navarra un grado de aceptación social nada desdeñable. Una situación evidente
por más que siguiese existiendo en el exilio una institución representativa de la legalidad republicana como era el
Gobierno Vasco (mantenido por el PNV, el PSOE, ANV e Izquierda Republicana) bajo la dirección del Lendakari
Jesús María Leizaola.
Los Gobiernos de Franco incluyeron
Ministros vascos y navarros; se llegaría
a decir que el Ministerio de Asuntos
Exteriores era un "Ministerio vasco".
Algunos de estas personalidades más
importantes fueron Fernando Castiella
(Ministro de Exteriores desde 1962
hasta 1969), José Félix de Lequerica
(embajador de España en la ONU
desde que España entró en este
organismo 1955 hasta 1963), José
María de Areilza, Juan Pablo de
Lojendio (ocupando estos dos
embajadas importantes), Esteban de
Bilbao (Presidente de las Cortes
Españolas), Antonio Iturmendi El Palacio de Ayete fue la residencia de veraneo de Franco
(Ministro de Justicia, hasta que en
1965 sustituye a Esteban de Bilbao), Antonio María de Oriol y Urquijo (Ministro de Justicia), Jesús Romeo Gorría
(Ministro de Trabajo) o José Daniel Lacalle Larraga (Ministro del Aire). Aunque su función social hubiese
cambiado, San Sebastián seguía siendo la capital del verano, la ciudad preferida por Franco para su descanso estival,
que disfrutaba en el Palacio de Ayete y en el Yate Azor. Las Diputaciones Provinciales y los Ayuntamientos estaban
regidos por hombre de confianza del Régimen; hasta Guernica concedió al Caudillo su Medalla de Brillantes en
1966.

La prematura muerte del Lendakari Aguirre ocurrida en París en 1960 y, dos años más tarde, la del líder socialista
Indalecio Prieto ocurrida en México dejaron al exilio vasco y español sin sus dos más importantes y activos líderes.
El nuevo Lendakari Leizaola, también miembro del PNV, dio un perfil más bajo al cargo y el Gobierno Vasco entró
en un periodo de pasividad sin un protagonismo tan alto como en anteriores décadas. La labor del Gobierno Vasco se
dedicó más a preparar el final del Franquismo, dedicándose más a pactos políticos-diplomáticos. En este sentido se
encuentran las visitas de Julio de Jáuregui a Juan de Borbón a Estoril, preparando junto a las demás fuerzas políticas
el posfranquismo. El mayor logro del Gobierno Vasco fue mantener la unidad de los dos grandes partidos del País
Vasco, el PNV y el PSOE, durante todo el Franquismo, mientras que el resto de la oposición seguía dividida.
Existía, claro está, una oposición clandestina; pero esta oposición de nacionalistas, socialistas o comunistas tuvo ante
todo durante estos años un excepcional valor moral pero apenas sí se tradujo en acciones reales y efectivas contra el
Franquismo. La oposición clandestina era extremadamente minoritaria.
El Partido Comunista, a pesar de la dura represión de la que era objeto, tenía influencia en los medios obreros de
Vizcaya (mucho menos en las otras provincias) por la labor de hombres como Ramón Ormazábal, su principal
dirigente, el pintor Agustín Ibarrola, Julián Viejo, David Morín y Tomás Tueros entre otros. Lo que proponía el PCE
en esos años era hacer una reconciliación nacional, partiendo del hecho de que la Guerra no la habían ganado unos y
Historia de los vascos 44

perdido otros; sino que los verdaderos perdedores habían sido los trabajadores. Por lo tanto, planteaba una
reconciliación nacional sin vencedores ni vencidos. La posibilidad de que los dirigentes obreros pudieran realizar
reuniones en iglesias, prestadas por los curas, permitió que en el movimiento obrero se juntes tanto la tradición
izquierdista como la católica (organizada en la Hermandad Obrera de Acción Católica).
Militantes socialistas como Antonio Amat, Ramón Rubial, el escritor Luis Martín-Santos, Nicolás Redondo, Eduardo
López Albizu y los hermanos Múgica Herzog (Enrique y Fernando) lograron también, pese a la persecución policial,
que la vieja memoria socialista que se remontaba a finales del siglo XIX no desapareciese. Fueron ellos los que
engancharon la tradición socialista con la sociedad del Franquismo tardío, atrayendo a los dirigentes que
protagonizarían la transición como Txiki Benegas o Ramón Jáuregui.
Juan de Ajuriaguerra, Luis María Retolaza y un puñado de colaboradores habían ido reconstruyendo desde los años
50 el Partido Nacionalista Vasco en contacto permanente con Jesús María Leizaola y la militancia del exilio,
especialmente los nacionalistas que se encontraban en Sudamérica. La muerte de José Antonio Aguirre que tenía
renombre internacional, la aparición de ETA y la represión dificultaron la reorganización del partido en ambientes
clandestinos, en un proceso en el que la estructura exterior fue perdiendo importancia en favor de la del interior.
La Iglesia local aparecía, igualmente, bajo el control de prelados inmovilistas o conservadores y, en cualquier caso,
alineados con el Franquismo. En este ambiente, en Mayo de 1970, y ante el estupor general, 339 curas vascos habían
firmado una carta reclamando el restablecimiento de determinadas libertades. Los sacerdotes asumieron que había
que dar testimonio de toda represión de derechos humanos que ocurría como la falta de libertad de expresión y de
opinión. Pero además de denunciar al Régimen, se denunciaba la opresión al Pueblo Vasco, en clara sintonía con el
Nacionalismo Vasco, y se denunciaba a la Jerarquía Católica que estaban apoyando al Régimen:
[...] El silencio podría ser malinterpretado, y, quizá atribuido a una ausencia de conciencia ante hechos y
acontecimientos que imperiosamente reclaman una actitud franca y abierta de parte de quienes sentimos
el deber de proclamar los postulados de la verdad, de la justicia, de la libertad y de la dignidad del
hombre. No queremos que nuestro silencio sea causa de que se nos acuse de complicidad
La conflictividad del País Vasco y de Navarra en esta década fue doble: de una parte huelgas y conflictos de trabajo
de creciente amplitud e intensidad, y, de otra, actos de violencia protagonizados por ETA como parte de su estrategia
de lucha armada. Con un factor adicional igualmente decisivo, la confrontación entre el Régimen Franquista y la
Iglesia, resultado del apoyo que un número significado y creciente de curas vascos dio tanto a los conflictos obreros
como, sobre todo, a la banda terrorista.
El Régimen de Franco se enfrentaba a un amplio desafío en el País Vasco. Vizcaya y Guipúzcoa figuraban, por el
número de huelgas, entre las provincias más conflictivas de España. El "Problema Vasco" que el Franquismo creía
haber liquidado en la Guerra resurgía. La cultura euskaldun no había desaparecido bajo el desarrollo industrial y
urbano; había sobrevivido gracias a la labor de filólogos, eruditos locales, antropólogos y versolaris, y a través de
manifestaciones del deporte rural. Desde 1965 pudo apreciarse, además de las acciones de ETA, como eran cada vez
mayores las movilizaciones que se producían en la región, pese a los despliegues policiales, con motivo del Aberri
Eguna convocado desde la clandestinidad y el exilio por las organizaciones nacionalistas. El primero después de la
Guerra se convocó en Guernica, asistieron miles de personas pese a la actuación contundente de la policía con
controles y arrestos. El 18 de Septiembre de 1970 un veterano nacionalista, Joseba Elósegui, se arrojó envuelto en
llamas ante el propio Franco en señal de protesta durante el transcurso de un partido de pelota que éste presenciaba
en San Sebastián.
La legitimidad del Franquismo era cada vez más débil. La abstención, por ejemplo, en el referéndum que el Régimen
celebró en Diciembre de 1966 para ratificar la Ley Orgánica del Estado, uno de sus textos fundamentales, fue en
Guipúzcoa y en Vizcaya la más alta de España (24,2% y 21,3% respectivamente, cuando la media nacional fue del
10,8%). La participación en las elecciones a procuradores por el Tercio Familiar, celebradas en Noviembre de 1967,
no llegó al 40%.
Historia de los vascos 45

En Navarra, bastión tradicional del Carlismo, los cambios económicos y sociales de lo años 60 estaban
transformando claramente la cultura política provincial. Las huelgas aumentaron sensiblemente desde 1966.
Pamplona y los diferentes enclaves industriales de la provincia vivieron una larga y durísima Huelga General (la
primera en la historia de Navarra) entre los días 12 y 22 de Junio de 1973. En la Universidad de Navarra había
surgido, también a finales de los años 60, un movimiento democrático de estudiantes. Parte del Carlismo rompió con
el Franquismo; a partir de 1965, el pretendiente Carlos Hugo de Borbón quiso orientar el movimiento hacia
posiciones progresistas, redefiniendo el Carlismo como una forma de Socialismo Autogestionario al tiempo que se
enfatizaba la dimensión vasca del partido; que a fin y al cabo había estado desde sus orígenes especialmente
vinculado a Navarra y a las Provincias Vascas.
La prueba de fuego definitiva se produjo en Diciembre de 1970 en torno al Juicio de Burgos. Un proceso (el mayor
de los instruidos hasta entonces contra ETA) en virtud del cual un tribunal militar juzgó a 16 militantes de la
organización (entre ellos a tres mujeres: Itziar Aizpurua, Juana Dorronsoro y Arantxa Arruti) y a dos sacerdotes
(Juan Echave y Julián Calzada). Si el despertar de la conciencia vasca era minoritario antes de 1968-1970, tras el
Proceso de Burgos fue muy mayoritario. Este juicio supuso un momento de acumulación simbólica legitimatoria por
parte del nacionalismo radical que se perpetuaría en los siguientes años. El Proceso de Burgos fue ideado por los
jefes del servicio de inteligencia de Carrero Blanco como forma de lograr un hito político para que los aliados
históricos de Franco siguieran admitiendo la necesidad de una dictadura tras la muerte del Dictador. Para ello
tuvieron que crear una escenografía mostrando al mundo la existencia de una amenaza constituida por ETA. El
Régimen consiguió detener a la cúpula de ETA (Mario Onaindia, Teo Uriarte, Jokin Gorostidi, Xabier Izko entre
otros) desarticulando prácticamente la organización y organizando un juicio-espectáculo para dar un escarmiento. La
acusación principal era el asesinato del policía Melitón Manzanas, además de delitos de asociación ilegal, hurto,
atracos, etc. Estos acontecimientos conmocionaron a la sociedad debido a la gran cantidad de información disponible
(más de lo que había habido nunca), ya que el Régimen fue incapaz de ocultar información sobre un proceso en el
que se pidieron 9 penas de muerte y 517 años de prisión.
El juicio con el que las autoridades franquistas quisieron cortar de raíz y con contundencia ejemplar la escalada de
ETA resultó ser un verdadero desastre político y propagandístico para el Franquismo. El Juicio de Burgos creó una
ola de solidaridad internacional, aunque especialmente en el País Vasco y España; toda la oposición anifranquista
apoyó a los procesados. Lo que el Régimen de Franco había planteado como un juicio ejemplarizante ante la
sociedad vasca y española para contrarrestar cualquier proyecto de acción decidida contra Franco acabó convirtiendo
en héroes a los acusados. Los procesados le dieron la vuelta a la situación, convirtiendo el juicio-espectáculo en un
juicio-denuncia contra el propio Franquismo. Los procesados se repartieron papeles para hablar cada día de un tema
determinado: la opresión de los obreros, la industrialización, la presión contra el euskera... Muchos de los abogados
del Juicio de Burgos serían más adelante protagonistas de la Transición como Gregorio Peces-Barba, Juan María
Bandrés o José Antonio Etxebarrieta. Los abogados consiguieron colar grabadoras debajo de la toga, grabando todo
el proceso. Mario Onaindia, el gran ideólogo de la estrategia de los procesados, hizo un discurso muy elaborado e
intelectual definiéndose marxista-leninista e internacionalista, además de no reconocer al tribunal que le juzgaba. En
el juicio, en un momento de mucha tensión, se levantó y se se enfrentó a los militares que le juzgaban. Los
procesados le siguieron y comenzaron a cantar el Eusko gudariak; aunque sólo cantaban la primera estrofa ya que
consideraban que el resto de la canción era excesivamente patriota y chovinista.:
[...] del derecho a no presentar más que nombre y apellidos, porque quiero aprovechar esta ocasión que
me han dado para engrandecer la lucha del Pueblo Vasco y denunciar la opresión que sufre; GORA
EUSKADI ASKATUTA! EUSKO GUDARIAK GARA EUSKADI ASKATZEKO, GERTURIK
DAUKAGU ODOLA BERE ALDEZ EMATEKO! [...]
ETA sorprendió y se anticipó al Proceso con el secuestro de un cónsul alemán Eugen Beihl en San Sebastián y la
amenaza que hizo de que la vida del cónsul dependería de curso que llevara el proceso. El secuestro contribuyó a
proyectar la causa de los militantes de ETA en la opinión pública internacional. El Proceso de Burgos mantuvo en
Historia de los vascos 46

vilo al país durante un buen tiempo. La movilización popular se tradujo en más de 1.000 detenidos, más de 200 de
estos en Madrid. En Eibar en uno de los choques entre policías y obreros que se solidarizaban con los procesados
murió el joven obrero Roberto Pérez Jauregi. Intelectuales catalanes de la talla de Joan Miró, Antoni Tàpies, Joan
Manuel Serrat o Raimon protagonizaron un encierro en el Santuario de Montserrat para mostrar su solidaridad con
los acusados y para pedir el reconocimiento de los derechos de las minorías en toda España.

El Movimiento Obrero

La acomodación de la sociedad al Franquismo y las


expectativas de orden y estabilidad se rompieron al
cabo de aquella década del Desarrollo. El resurgimiento
del Movimiento Obrero durante la década de 1960,
protagonizado por la nueva Clase Trabajadora nacida
de la inmigración y del Desarrollo franquista, fue
consecuencia del nuevo sistema de relaciones laborales
La CAF fue escenario de la primera gran huelga de la década de los
aprobado en los años 1959-1962. Las huelgas siguieron
60
prohibidas, pero se introdujo el principio de
negociación de convenios colectivos, lo que potenció
los jurados de empresa y los enlaces sindicales. Además. determinó que, en adelante, los salarios y las condiciones
de trabajo se regularan en convenios directos entre los representantes de los empresarios y de los trabajadores; y no,
como hasta entonces, por el Ministerio de Trabajo. La primera gran huelga en muchos años, que se produjo en la
empresa CAF de Beasain en Diciembre de 1961, fue motivada precisamente por la negociación del Convenio
Colectivo. Al año siguiente se dió otro conflicto igualmente enconado y tenso por el mismo motivo en la Factoría
Vasconia en Bilbao. En la primavera de ese mismo año, 1962, unos 50.000 trabajadores fueron a la huelga en
Vizcaya y Guipúzcoa en solidaridad con los mineros de Asturias (en huelga también por motivo de la negociación de
su propio convenio); el Gobierno Franquista declaró el Estado de Excepción, se suspendieron determinadas garantías
jurídicas de la población al tiempo que se facilitaba la labor represiva de la policía.

Desde 1963 conflictos y paros fueron, pese a la represión, habituales en las empresas vizcaínas y guipuzcoanas, en
general por motivos salariales, aunque también para forzar la readmisión de despedidos y aún por razones políticas
como, por ejemplo, con motivo del 1 de Mayo, la fiesta de los trabajadores prohibida por el Franquismo.
Conflictividad en buena medida liderada por Comisiones Obreras, un nuevo tipo de sindicalismo clandestino surgido
en Vizcaya en 1962, en el que la influencia comunista era considerable, aunque no única. Las Comisiones Obreras
organizaban a los trabajadores fuera del sindicato para luchar en la clandestinidad contra el Régimen y, al mismo
tiempo, penetraban en el Sindicato Vertical con el objetivo de destruirlo desde dentro.
Guipúzcoa fue la provincia más conflictiva de España en el año 1964; registró el 16% del total de huelgas, estimado
en 484. Entre 1967 y 1972 se registraron 525 conflictos laborales en Guipúzcoa, 502 en Vizcaya y 121 en Navarra.
Animados por los éxitos que lograban con sus acciones, los trabajadores fueron incrementando su actividad de
protesta, haciendo huelgas amplias entre las plantillas de las grandes fábricas. La Huelga de Bandas fue la huelga
más larga de todo el Franquismo y una de las más reconocidas y emotivas. Era una factoría grande, de más de 500
trabajadores, que permaneció casi un año en huelga en 1966-1967. La mayoría de sus trabajadores provenían de
caseríos, por lo que disponían de sustento suficiente como para realizar una huelga larga de estas características.
Además, la Iglesia cedió sus locales para realizar las asambleas, a las que asistían también las mujeres de los
trabajadores. Esta huelga suscitó, por primera vez en mucho tiempo, mucha solidaridad en el País Vasco y en resto
de España: 107 sacerdotes publicaron una carta en solidaridad con los trabajadores, envíos de los hijos de los
trabajadores a otras familias para que los atendieran y una resistencia muy tenaz. El Régimen respondió declarando
el Estado de Excepción y con el encarcelamiento y procesamiento de los líderes de aquella huelga y parte del
liderazgo de la oposición obrera en la clandestinidad en Vizcaya.
Historia de los vascos 47

El Tardofranquismo
Los XXV años de paz celebrados en 1964 parecían a principios de la década de los 70 un recuerdo del pasado lejano
y acartonado frente a la efervescencia de las protestas que marcaban el inicio de esa década. Ni siquiera la
conmutación de las penas de muerte en el Proceso de Burgos, que se produjo el 30 de Diciembre de 1970, consiguió
el efecto deseado. El gesto, lejos de parecer un acto magnánimo, se convirtió en una prueba más de la debilidad del
Régimen. Los últimos acontecimientos pusieron de relieve el profundo cambio social y político que se había vivido
en la sociedad vasca y española en pocos años.
El Proceso de Burgos significó el comienzo de la situación terminal del Franquismo, por toda la oleada de protestas
y solidaridad que produjo tanto en el País Vasco como en el resto de España. Este hecho provocó enfrentamientos
dentro del las distintas fuerzas del Régimen. Franco, ya de muy avanzada edad, se mostró incapaz de controlar las
distintas familias que habían formado parte en sus Gobiernos de forma equilibrada.

La Conflictividad Laboral
Aunque las huelgas durante la Dictadura tuvieron unas evidentes connotaciones políticas, la mayor parte de las
mismas surgieron por motivos estrictamente laborales, basados generalmente en el incrementos salariales como
ocurrió en la década de los años 60 en la huelga de 1962 o en la Huelga de Bandas en 1966-1967. El aumento de la
conflictividad laboral trajo consigo la represión contra los líderes y militantes del movimiento obrero como David
Morín.
A lo largo de Diciembre de 1970, las movilizaciones y paros obreros consecuencia del Proceso de Burgos se
sucedieron por buena parte de la geografía vasca dando lugar al más amplio movimiento huelguístico conocido
desde la Guerra Civil. Las organizaciones de clase lideradas por Comisiones Obreras, con el apoyo del PCE,
encontraron un terreno abonado para las movilizaciones de solidaridad. Al margen de las diferencias que muchos de
aquellos militantes y simpatizantes que participaron en las protestas podían mantener con los métodos, e incluso con
los objetivos, de los procesados lo cierto es que vivieron el juicio sumarísimo como una muestra más de la fuerza e
intolerancia del Régimen contra cualquier tipo de disidencia. La detención y encarcelamiento de quienes se
solidarizaron con los procesados constituyó un nuevo motivo para las protestas. El panorama se complicó aún más
con las reveindicaciones estrictamente laborales y con la convocatoria de las elecciones sindicales de 1971 tras la
aprobación de una nueva ley sindical.
La batalla que se libró en torno al tema marcó en gran medida el futuro del movimiento obrero durante los siguientes
años que se jugó a tres bandas: el Sindicato Vertical, las Comisiones Obreras y el resto de las organizaciones
sindicales de clase. La organización más activa eran las Comisiones Obreras, que se organizaban como un
movimiento de carácter socio-político que como un sindicato. Éstas promovían una infiltración activa dentro del
Sindicato Vertical a través de la concurrencia a las elecciones sindicales donde se nombraban enlaces y jurados de
empresa. Por otro lado, las organizaciones de clase históricas (ELA-STV, CNT y, sobre todo, UGT) boicoteaban la
participación en las elecciones sindicales por entender que cualquier participación de este tipo podía ser considerada
como una legitimación del Régimen Franquista.
Sin embargo, las circunstancias creadas tras la represión por Proceso de Burgos, fundamentalmente las detenciones,
retrasaron y perjudicaron la reorganización del movimiento obrero, al menos hasta 1973. Para entonces comenzaron
a sentirse algunos problemas que marcarían la conflictividad laboral durante los próximos años. En 1971 el
Ministerio de Trabajo publicó un texto en el que declaraba que cualquier conflicto laboral un conflicto de orden
público, y por lo tanto político. Por ello, cualquier manifestación o huelga que se produjera dentro de ese ámbito
sería contestada como un conflicto de orden público. Sobre todo a raíz de la gran represión que se produjo con
motivo de la solidaridad por los procesados en Burgos, el movimiento obrero se vería seriamente tocado; muchos
líderes y sindicalistas de base acabaron en el Tribunal de Orden Público y fueron destituidos de sus cargos de
representantes sindicales. Por otra parte, comenzaron a surgir disensiones internas dentro del movimiento obrero al
incorporarse gente cada vez más joven, con otro tipo de actitudes y perspectivas en la lucha antifranquista. Hasta
Historia de los vascos 48

1973 no se produciría una recuperación del movimiento obrero.

La transición y la autonomía
El final de la era de Franco, tras su muerte en 1975 se inició la transición política española a la democracia. Siendo
muy convulsa en los territorios de Álava, Guipúzcoa, Vizcaya y Navarra. Además del terrorismo de ETA, destacó la
violencia ejercida desde el Estado, con participación clara de los servivios secretos españoles SECED (Servicio
Central de Documentación). Así destacan los Sucesos de Vítoria, con seis muertos en las calles, los sucesos de
Montejurra donde murieron dos personas, que fueron preparados en la Operación Reconquista por los servicios
secretos SECED, la semana pro-amnistía de mayo de 1977, donde murieron siete personas en las calles vascas, los
Sanfermines de 1978, donde una persona murió por disparos de la polícia española en pleno proceso de negociación
de la Constituciónm, y posteriormente la muerte de Gladys del Estal al reprimir una "sentada" ecologista contra el
polígono de tiro de las Bardenas.
La aprobación de la Constitución Española de 1978 (con un 69,12% de votos favorables en el País Vasco aunque con
una abstención del 55,35%, es decir con una aprobación del 38,25% de la población vasca ), significó la creación de
un nuevo Estatuto de Autonomía del País Vasco aprobado en referendum por mayoría de la sociedad, la devolución
de parte de los privilegios forales en 1979 y la creación entre 1979 y 1983 de la Comunidad Autónoma del País
Vasco creándose primero el Consejo General Vasco que una vez aprobado el Estatuto sería sustituido por el
Gobierno Vasco.
En Navarra, tras fuertes discusiones internas y polémicas se decidió la no incorporación de Navarra en una
autonomía vasca y se realizó una reforma foral que recibió el nombre de Amejoramiento del Fuero constituyendo
una comunidad autónoma diferenciada, sin referendum alguno. La Constitución de 1978 prevé en la Disposición
transitoria cuarta la posibilidad de unificación de ambas comunidades.

La democracia
El atentado indiscriminado de ETA en la calle Correo produce, durante la celebración de la VI asamblea en 1973,
discrepancias entre los sectores que abogan por la prioridad absoluta de la actividad terrorista y quienes desean su
supeditación a las luchas políticas. ETA sufre su escisión más importante y se divide en ETA(pm) y ETA(m).
ETA(pm) abandonaría el terrorismo en 1981, seis días después del Golpe de Estado del 23-F, ante el riesgo de
involución política que ponía en peligro lo conseguido desde 1975 hasta entonces. El partido próximo a sus
postulados políticos, Euskadiko Ezkerra, evolucionó desde posiciones marxistas a posiciones más próximas al
eurocomunismo para acabar convirtiéndose en un partido socialdemócrata con acento vasquista. Tras sucesivas crisis
internas se pasaría a formar parte del Partido Socialista de Euskadi, filial vasca del Partido Socialista Obrero
Español, mentras que su corriente crítica más importante acabó integrada en Eusko Alkartasuna. La otra rama, ETA
(m), se conformaría como vanguardia del llamado Movimiento de Liberación Nacional Vasco que agrupa a la
estructura socio política de la denominada Izquierda Abertzale. Ésta consideró que los adelantos democráticos
habían sido inadecuados o insuficientes por lo que continuó la lucha armada, cometiendo multitud de actos
terroristas que han costado la vida a más de 800 ciudadanos. Su partido hermano, la coalición Herri Batasuna, tomó
como proyecto político la Alternativa KAS sin aceptar posibilidades reformistas o intermedias y logró algunos éxitos
electorales notables. Mantuvo una postura antisistema, ausentándose de las diversas instituciones a las que se
presentaba, y posturas hostiles con otros movimientos políticos hasta su reconversión en Batasuna en 2001 y su
ilegalización en 2003.
El PNV presidió el Gobierno Vasco desde 1980 hasta 2009 (cuando, a pesar de ser la primera fuerza política en
número de votos, perdió la presidencia ante el pacto de investidura entre el PSE-EE y el PP), habiendo afrontado una
dramática recorversión industrial. La escisión interna de este partido, de donde nació EA, llevó a gobiernos de
coalición con los socialistas bajo la presidencia de José Antonio Ardanza por un período de 12 años.
Historia de los vascos 49

La ruptura de la colición PNV - PSE, en el marco de una oposición creciente al nacionalismo impulsada por el
gobierno central dominado por el PP, conformó un contexto de enfrentamiento político entre nacionalistas vascos y
nacionalistas españoles, en el que los dirigentes del Partido Popular buscaban ganar la presidencia del Gobierno
vasco, cosa que no consiguieron.
Los gobiernos surgidos de la nueva situación política fueron de una debilidad extrema a no tener el apoyo suficiente
en el parlamento vasco. estos gobiernos, bajo la presidencia de Juan José Ibarretxe, se conformaron como tripartitos
con la participación de PNV, EA y Ezker Batua, filial vasca de Izquierda Unida. Aun así han precisado, para sacar
alguas leyes adelante, el apoyo puntual de otras organizaciones, incluida la que representa a la Izquierda Abertzale.

Actualidad
El Gobierno Vasco impulsó, tras la estrecha victoria del PNV en las elecciones autonómicas de 2001, la
modificación del Estatuto de Gernika (Guernica) mediante un proyecto de reforma llamado «Plan Ibarretxe», que
propugnaba para el País Vasco un estatus de libre asociación. En 2004 el Plan Iberretxe fue aprobado en el
parlamento autonómico vasco con mayoría absoluta con el apoyo de los partidos nacionalistas vascos (Partido
Nacionalista Vasco, Eusko Alkartasuna y Aralar) y de Ezker Batua (partido que también formaba parte del gobierno
en coalición con EA y el PNV). Tres de los siete escaños del grupo Ezker Abertzalea (elegidos por Euskal
Herritarrok) también dieron su apoyo al proyecto. Los partidos del PSE-PSOE y el Partido Popular del País Vasco se
opusieron al texto del Plan, que fue llevado al Parlamento nacional en 2005 donde se discutió en un único pleno, no
planteándose negociaciación alguna sobre el mismo. El Lehendakari Ibarretxe expuso ante los diputados presentes en
el Parlamento su Plan, que fue rechazado por el 90 por ciento de los 350 diputados presentes. Los partidos políticos
nacionalistas vascos e Izquierda Unida apuestan por defender el derecho de autodeterminación de los ciudadanos
vascos frente a PP y PSE-PSOE que están en contra del mismo, amparados en la Constitución Española de 1978.
Por diversas causas como pudieran ser entre otras la ilegalización de los partidos políticos de la izquierda
independentista radical, también denominada «Izquierda Abertzale» (Herri Batasuna, Batasuna, ...), por su negativa a
condenar la violencia de ETA, su exclusión de las convocatorias electorales contando únicamente con representación
mediante marcas electorales interpuestas como el Partido Comunista de las Tierras Vascas en el Parlamento Vasco,
la declaración como terroristas de diversas organizaciones de su entorno (Jarrai, Haika, Segi), la ejecución de
órdenes judiciales que afectan a su entramado económico y político, la presión ejercida por los sectores afines a los
partidos que desarrollan su actividad en conformidad con la legalidad surgida de la constitución española de 1978,
junto con el rechazo explícito creciente a la violencia y a los asesinatos por parte de la ciudadanía, llevaron a la
Izquierda Abertzale a una estrategia de intento de diálogo con las fuerzas no nacionalistas y normalización política
plasmada en la "Propuesta de Anoeta".
Tras una serie de conversaciones en secreto entre representantes del PSE-PSOE y la Izquierda Abertzale, ETA
declaró en 2006 un «alto el fuego permanente» y entabló conversaciones con el Gobierno español, autorizado con
anterioridad por el Congreso de los Diputados para tal fin. Las conversaciones no dieron fruto y, a finales de ese año,
ETA asesinó a dos personas mediante una bomba en el aparcamiento del aeropuerto de Barajas, lo que redujo las
expectativas de acuerdo. Aunque las reuniones siguieron los meses siguientes, ETA rompió definitivamente la tregua
en junio de 2007 mediante un comunicado.
Las relaciones entre la Izquierda Abertzale y el Gobierno central se deterioraron tras la ruptura oficial por parte de
ETA del alto el fuego y los atentados que siguieron. Se decreta la vuelta a prisión de De Juana Chaos, miembro de
ETA anteriormente excarcelado por cumplimiento de la pena impuesta, con una nueva condena por unos artículos en
la prensa en que se consideró que realizó amenazas. El sistema judicial siguió aplicando la Ley de Partidos Políticos
e instruyendo antiguas causas, por las que se detiene y encarcela a Arnaldo Otegi, máximo representante en esa fecha
de la Izquierda Abertzale, aumentando la presión al entorno del MLNV. A principios de octubre de 2007 se detiene a
23 miembros relevantes de Batasuna, casi la totalidad de la «Mesa Nacional» y el día 9 de ese mismo mes ETA
atenta con una bomba lapa contra un escolta de un concejal del PSE en Galdacano.
Historia de los vascos 50

En Navarra los gobiernos del PSN, federación navarra del PSOE, inmersos en diversos episodios de corrupción, por
los que los dos últimos presidentes socialistas de Navarra ingresaron en la cárcel, fueron sustituidos por los de UPN,
representantes navarros del PP, que han venido realizando una política de afirmación de la identidad
navarro-españolista frente a la identidad navarro-vasquista vinculada al nacionalismo vasco que recientemente se ha
organizando en un frente común que dio como resultado la coalición Nafarroa Bai. La llamada «izquierda abertzale»
tiene también una importante presencia en el norte y zona media de ésta comunidad bajo las diferentes siglas con las
que se han presentado. Las posturas, inicialmente más autóctonas, representadas por CDN, escisión de UPN, han ido
poco a poco reincorporándose al partido matriz y a su concepción política.
En la actualidad tanto el País Vasco como Navarra, se encuentran estadísticamente entre las comunidades con los
índices más elevados de progreso de España, a niveles incluso superiores a la media europea.
El estatus político de los territorios franceses se ha mantenido invariable desde el siglo XIX. Hay movimientos
minoritarios que promueven la creación de un departamento propio pero que no han tenido un eco suficiente ante la
población local ni ante el gobierno de París.

Vascos ilustres
Son muchas las personalidades de origen vasco. Siempre destacaron por ser afamados marinos, exploradores y
activos participantes en empresas militares (como en la conquista de América), económicas o religiosas, desde
ambos lados de los Montes Pirineos.

Marinos y militares
• Juan Sebastián de Elcano completó la primera vuelta al mundo, y los pilotos vizcaínos participaban en la Carrera
de Indias.
• Alonso de Salazar sucesor de Elcano en la capitanía de la Expedición de García Jofre de Loaísa, descubrió las
Islas Marshall y el Atolón Bokak.
• Juan de Urbieta soldado. Participó en la Batalla de Pavía, apresando al monarca francés Francisco I.
• Miguel López de Legazpi conquista para la Corona española las Islas Filipinas.
• Andrés de Urdaneta establece la ruta de Filipinas a Acapulco.
• Blas de Lezo, militar, defendió la ciudad de Cartagena de Indias del intento de invasión inglesa en el curso de la
Guerra de la oreja de Jenkins.
• Pedro Navarro y Machín de Rentería combaten en las campañas del Mediterráneo.
• Las escuadras de Vizcaya y Guipúzcoa participan activamente en las acciones navales españolas. Es de destacar
la actuación de la escuadra de Guipúzcoa, bajo en mando de Miguel de Oquendo en la Batalla de la Isla Terceira,
o el nombraniento de Oquendo y Recalde, almirantes de las escuadras de Guipúzcoa y Vizcaya como tenientes del
duque de Medina Sidonia en la jornada de Inglaterra de la Grande y Felicísima Armada. El hijo de Miguel de
Oquendo, Antonio, también fue un renombrado marino de la Armada Española.
• En la Batalla de Trafalgar muere heroicamente, al mando del San Juan Nepomuceno, el marino guipuzcoano
Cosme de Churruca.
• Miguel de Aguinaga y Mendigoitia, fundador de la ciudad colombiana de Medellín el 2 de noviembre de 1675.

Escritores
Algunos de los más destacados (en orden cronológico):
• Bernard Detchepare (Sarrasquette, Baja Navarra, c. 1480 - 1545), Sacerdote, Párroco de la iglesia de
Saint-Michel-le-Vieux (en la localidad de Eyheralarre, cercana a San Juan Pie de Puerto), autor del primer libro
escrito en euskera. Su única obra, titulada Linguae Vasconum Primitiae (Primicias de la lengua de los vascones),
fue impresa por primera vez en Burdeos en 1545.
Historia de los vascos 51

• Jean de Liçarrague (Briscous, Labort, 1506 - La Bastide-Clairence, Baja Navarra, 1601), Pastor de la iglesia
reformada, tradujo la primera versión del Nuevo Testamento al euskera que junto con su Calendario de
festividades religiosas, y sus Lecciones rudimentarias para aprender a leer y la doctrina, fueron publicadas por
primera vez en La Rochelle en 1571.
• Pierre Topet (Barcus, Sola, 1786 - 1862), versolari y bardo.
• Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864 – Salamanca, 1936), filósofo, es el escritor vasco más reconocido
internacionalmente (en especial por su obra Niebla).
• Pío Baroja (San Sebastián, 1872 – Madrid, 1956).
• Ramiro de Maeztu, (Vitoria, 1875 – Aravaca, 1936).
• Ignacio Aldecoa, (Vitoria, 1925 - Madrid, 1969).

Pintores
• Ignacio Zuloaga
• Vicente Ameztoy

Escultores
• Jorge Oteiza
• Eduardo Chillida
• Agustín Ibarrola
• Néstor Basterretxea

Referencias en Wikipedia
• Euskal Herria
• Historia del nacionalismo vasco
• Raza vasca
• Origen de los vascos
• Vasconización tardía

Bibliografía
• Braudel, Fernand, The Perspective of the World, 1984
• Jesús Gutiérrez Arosa, La guerra civil en Eibar y Elgueta, 2007. ISBN 978-84-89696-46-4.

Citaciones
• Artículo periodístico hablando de diferentes estudios que avalan la hipótesis sobre el orige prehistórico de los
vascos [63]

Referencias
[1] Estudio de los sistemas sanguíneos ABO. Lewis, P y RH en la población autóctona de la Cerdanya. Relación con el País Vasco (Revista
Munibe) (http:/ / www. aranzadi-zientziak. org/ fileadmin/ docs/ Munibe/ 1988229235. pdf): "Por otro lado, es aceptado por historiadores y
lingüistas, que el origen del pueblo vasco debe buscarse entre los pueblos pre-indoeuropeos"
[2] El origen genético de los vascos es preindoeuropeo (http:/ / www. elcorreo. com/ vizcaya/ v/ 20120309/ sociedad/
origen-genetico-vascos-preindoeuropeo-20120309. html) El correo. 09.03.12 EFE
[3] (http:/ / www. instituto-camoes. pt/ cvc/ hlp/ biblioteca/ baldinger. pdf) “La imposibilidad de articulación labiodental en el manchón continuo
del S. de Francia y N. de España debe de ser un fenómeno de gran antigüedad: su causa ha de relacionarse con la de la imposibilidad de los
vascos para la articulación labiodental
Historia de los vascos 52

Adrados sitúa la llegada a Europa –y a distintos lugares de Asia– de las lenguas indoeuropeas hacia el año
5.000 a.C., fecha en que arribaron también avanzadas de lenguas fino-ugrias. Así pues, el hombre europeo más
antiguo hablaba otras lenguas, y "tal vez el vasco fuera una de ellas", dice, pero cree más probable que éste
llegara de fuera por esas fechas.
Entrevista a [[Francisco Rodríguez Adrados (http:/ / www. soitu. es/ soitu/ 2008/ 02/ 27/ info/
1204127661_000914.html)]
[5] [

Los vascos son captables por nosotros, históricamente, por fuentes griegas y romanas desde en torno al cambio
de era (Estrabón, Plinio), en la región de Hispania que sabemos. Pero apenas existen topónimos euskéricos en
esa zona, casi todos son indoeuropeos, celtas, ibéricos o latinos.
Hay estudios recientes. A juzgar por topónimos y antropónimos antiguos, los vascos llegaron primero a
Aquitania, donde los celtas, hacia el 800 o el 500 a.C., los arrinconaron junto al mar. Sólo luego, como tantos
pueblos, bajaron hacia el Sur.
Seguramente hacia el siglo I antes de Cristo llegaron a su ángulo de Hispania, algo se expandieron luego en la
Edad Media. Esto es lo que creen hoy los más de los lingüistas. Y los genetistas nos dicen que sus genes no
difieren sustancialmente de los de sus vecinos.
El euskera, ahora toca. (http:/ / www. abc. es/ hemeroteca/ historico-16-05-2008/ abc/ Opinion/
el-euskera-ahora-toca_1641869887013.html)
[6] Oihenart y el tema de los orígenes vascos, por Koldo Larrañaga (http:/ / www. euskomedia. org/ PDFAnlt/ vasconia/ vas24/ 24115143. pdf)
[7] Traducción al castellano del Libro primero (capítulos I a XII) de Noticias de las dos Vasconias... (http:/ / www. euskomedia. org/ PDFAnlt/
riev/ 17141174. pdf)
[8] Vasconia o la España sin romanizar Tesis de Claudio Sánchez Albornoz (http:/ / www. gratisweb. com/ flavio397/ Vasconia. htm)
[9] Las referencias sobre los vascones hasta el año 810. Schulten (http:/ / www. euskomedia. org/ PDFAnlt/ riev/ 18225240. pdf)
[10] Los vascos en la historia de España disponible parcialmente en google books
[11] Luis Michelena: «Lengua común y dialectos vascos». Anuario del Seminario de Filología Vasca Julio de Urquijo, 1981.
Joaquín Gorrochategui: «Vasco antiguo: algunas cuestiones de geografía e historia lingüísticas». Palaeohispánica n.º 9 (2009).
[12] Nevertheless, most specialists are satisfied that the Basque language was introduced into much of the Basque Country in post-Roman times,
most likely during the Visigothic period discussed above. Consequently, the traditional view that Basque is a language of Spain which has
extended itself to the north of the Pyrenees has had to be revised: we now see Basque as a language of Gaul which spread south and west...
Página 39 de The history of Basque (1997)

Ya se sabe que la antigua teoría vasco-iberista está abandonada hoy, pero lo que es menos divulgada es la
escasez de los topónimos realmente vascos en el País Vasco español. El autor estudia esto, como es lógico, a
partir de los topónimos transmitidos por fuentes antiguas. Más frecuentes son en Aquitania. En cambio, hay en
nuestro País Vasco topónimos celtas, indoeuropeos y latinos. Y algunos antropónimos de varias lenguas, solo
algunos eúskeras.
...
Todo esto ofrece dudas sobre el origen del Vasco. A la teoría de que es primigenio en la zona y, expulsado en
algún momento de allí, fue reintroducido desde Aquitania (teoría de Gómez Moreno, Schmoll, Tovar,
Michelena, Gorrochategui) se opone otra que afirma que los vascos son, en el territorio de Hispania, recientes,
procedentes de Aquitania y llegados bien en los últimos siglos antes de la era cristiana, bien en el inicio de esta
(siglos II-IV). A esta teoría se inclina Villar, no hay datos objetivos a favor de la otra.
EMERITA. Revista de Lingüística y Filología Clásica (EM) LXXIV 1, enero-junio de 2006 pp. 167-174
Descargable en PDF en [emerita.revistas.csic.es/index.php/emerita/article/download/11/11]
[14] «El vasco es más antiguo en Aquitania que en el País Vasco» (http:/ / www. abc. es/ 20080228/ cultura-cultura/
vasco-antiguo-aquitania-pais_200802280245. html)
[15] Myths of British ancestry revisited. www.prospectmagazine.co.uk (http:/ / www. prospectmagazine. co. uk/ 2007/ 06/
mythsofbritishancestryrevisited/ ) (en inglés)
[16] Dan Bradley genetista de la Universidad Trinity College: «Hay una concordancia significativa entre los orígenes genéticos irlandeses y
vascos». 12 de abril del 2006. Gara.net (http:/ / www. gara. net/ paperezkoa/ 20090412/ 131809/ es/
Hay-una-concordancia-significativa-entre-origenes-geneticos-irlandeses-vascos)
Historia de los vascos 53

[17] Genes link Celts to Basques (http:/ / news. bbc. co. uk/ 2/ hi/ uk_news/ wales/ 1256894. stm), BBC, 3 de abril de 2001.
[18] Ingleses e irlandeses descienden de los vascos, según un genetista de la Universidad de Oxford. Izaronews.com (http:/ / marigoogle. com/
?q=node/ 22)
[19] Irlandar eta britainiar gehienek euskal herentzia genetikoa dute. Faktoria, Euskadi Irratia. Eitb.com (http:/ / www. eitb. com/ eu/ audioak/
osoa/ 645190/ irlandar-eta-britainiar-gehienek-euskal-herentzia-genetikoa-dute/ ) (euskera: )?
[20] Britainiar eta irlandarren euskal jatorriaren teoria. Wikipedia en euskara (http:/ / eu. wikipedia. org/ wiki/
Britainiar_eta_irlandarren_euskal_jatorriaren_teoria) (euskera: )?
[21] Dan Bradley genetista de la Universidad Trinity College: «Hay una concordancia significativa entre los orígenes genéticos irlandeses y
vascos». 12 de abril del 2006. Gara.net (http:/ / www. gara. net/ paperezkoa/ 20090412/ 131809/ es/
Hay-una-concordancia-significativa-entre-origenes-geneticos-irlandeses-vascos)
[22] Dan Bradley genetista de la Universidad Trinity College: «Hay una concordancia significativa entre los orígenes genéticos irlandeses y
vascos». 12 de abril del 2006. Gara.net (http:/ / www. gara. net/ paperezkoa/ 20090412/ 131809/ es/
Hay-una-concordancia-significativa-entre-origenes-geneticos-irlandeses-vascos)
[23] *Bazán, Iñaki y otros (2002). De Túbal a Aitor. Historia de Vasconia. Madrid: La esfera de los libros. ISBN 84-9734-570-3.
[24] (Fuente: Enciclopedia Auñamendi (ISBN 84-7025-147-3))
[25] Enciclopedia Británica (http:/ / www. britannica. com/ eb/ article-9075575/ Vitoria-Gasteiz#201577. hook)

Founded as Victoriacum by the Visigothic king Leovigild to celebrate his victory over the Basques in
581
[26] Historia de las diócesis de Pamplona y Tudela (http:/ / www. iglesianavarra. org/ 02diocesis0. htm)
[27] Libro Adiós, España: Verdad y mentira de los nacionalismos de Jesús Lainz en Google Books
[28] (http:/ / www. instituto-camoes. pt/ cvc/ hlp/ biblioteca/ baldinger. pdf) “superatoque in regione Wasconum Pyrinei iugo, primo
Pompelonem Navarrorum oppidum adgressus”, “ac regredi statuens Pyrenei saltum ingressus est. In cuius summitate Wascones insidiis
conlocatis extremum agmen adorti...” Annales Regni Francorum, rec. Fr. Kurze, 1895 (Scr. rer. Germ.), Annales Q. D. Einhardi, a.778, pág.
51. Véase también Einhardi Vita Karoli Magni, ed. Holder-Egger (Scr. rer. Germ.), cap. 9, “Wascones in summi montis vertice positis
insidiis” (alrededor del 830).
[29] “Marinos vascos en la guerra naval de Andalucía durante el siglo XV”, Aznar Vallejo, Eduardo (http:/ / um. gipuzkoakultura. net/
itsasmemoria5/ aznarvallejo. pdf)
[30] [www.euskosare.org/komunitateak/jakinet/pais_vasco_edad_media/at_download/file Trabajo de Investigación de Amparo Montero relativo
a la vida de los vascos en la Edad Media]
[31] (http:/ / descargas. cervantesvirtual. com/ servlet/ SirveObras/ 02585085480270773089079/ 022135. pdf) Boletín de 1896 de la Real
Academia de la Historia
[32] (Fuente: Enciclopedia Auñamendi (ISBN 84-7025-147-3)). (http:/ / www. euskomedia. org/ aunamendi/ 126968/ 100527?idi=es#100527)
[33] (Fuente: Enciclopedia Auñamendi (ISBN 84-7025-147-3)). (http:/ / www. euskomedia. org/ aunamendi/ 126968/ 100526?idi=es#100526)
[34] Sancho III el Mayor UN REY PAMPLONÉS E HISPANO Armando Besga Marroquín Universidad de Deusto (http:/ / www. vallenajerilla.
com/ berceo/ rioja-abierta/ sanchoIII/ sanchoIIImayor. htm)
[35] EXTRACTO DE LA BULA EXIGIT CONTUMATIAM (http:/ / www. eskunabarra. org/ Mezuak3/ JulioII. htm)
[36] Tomás Urzainqui Mina. "Navarra Estado europeo" pag 264; ISBN 84-7681-397-X
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[38] Bixente Serrano Izko "Navarra. Las tramas de la historia. ISBN 84-932845-9-9
[39] Breve biografía de Zumalacárregui (http:/ / zm. gipuzkoakultura. net/ historiamilitardelsiglo19/ biografia-zumalakarregi.
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[40] EL HOLOCAUSTO DE SAN SEBASTIÁN EN 1813 (http:/ / www. 1808-1814. org/ colabora/ oflodor. html)
[41] Enciclopedia Auñamendi CAMPIÓN JAIME-BON, Arturo (http:/ / www. euskomedia. org/ aunamendi/ 28782)
[42] El Nacionalismo Vasco. Stanley G. Payne ISBN 84-7235-196-3
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[45] La Cucaracha Septiembre 1936 (http:/ / lacucaracha. info/ scw/ diary/ 1936/ september/ index_es. htm)
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[47] La conquista de Vizcaya, santaren Valladolid, 1938, Autor; Victor Ruiz Alvéniz El Tebic Arrumi
[48] http:/ / www. euskomedia. org/ aunamendi/ 107927#3
[49] http:/ / www. euskomedia. org/ aunamendi/ 100088/ 69908
[50] Los campos de internamiento (http:/ / www. portaldelexilio. org/ VideosWeb/ LosCampos. asp) en el Portal del Exilio
[51] De la exclusión al exterminio (http:/ / www. fmh. org. ar/ revista/ 18/ delaex. htm), artículo en el número 18 de la revista «Nuestra
Memoria», de la Fundación Memoria del Holocausto argentina
[52] Los campos (http:/ / nopasaran36. free. fr/ es/ camps. htm), en la web No Pasarán 1036
[53] http:/ / www. ucm. es/ BUCM/ revistas/ ghi/ 02110849/ articulos/ CHMC8787110235A. PDF
Historia de los vascos 54

[54] http:/ / www. elpais. com/ articulo/ cultura/ ultima/ gesta/ republicanos/ vencieron/ Hitler/ 1939-1945/ elpepucul/ 20060614elpepucul_5/ Tes
[55] Artículo sobre la Segunda Guerra Mundial en la Enciclopedia General Ilustrada del País Vasco Auñamendi (http:/ / www. euskomedia. org/
aunamendi/ 107927/ 84669?idi=es)
[56] La presentación del libro sobre Uriarte rindió homenaje a este comunista local (http:/ / www. diariovasco. com/ prensa/ 20061110/ altodeba/
presentacion-libro-sobre-uriarte_20061110. html), noticia de El Diario Vasco sobre la presentación del libro Celestino Uriarte.
Klandestinitatea eta erresistenzia komunista, de Juan Ramón Garai, Txalaparta, 2006 ISBN 84-8136-471-1, 10 de noviembre de 2006
[57] Un republicano contra el Afrika Korps (http:/ / barcelona. indymedia. org/ newswire/ display/ 176820/ index. php), artículo en indymedia
Barcelona
[58] "La muerte estaba muy cerca" (http:/ / www. elpais. com/ articulo/ pais/ vasco/ muerte/ estaba/ cerca/ elpepuesppvs/ 20060528elpvas_8/
Tes), reportaje en la edición del País Vasco del diario El País, 28 de mayo de 2006.
[59] Artículo sobre el Campo de Gurs (http:/ / holocaust-education. net/ explore. asp?langid=4& submenu=201& id=14) en la web Aprendiendo
sobre el Holocausto
[60] Los barracones de cultura. Noticias sobre las actividades educativas de los exiliados españoles en los campos de refugiados (http:/ / clio.
rediris. es/ exilio/ BarraconesdeCultura. htm), en la revista del proyecto Clío (RedIris), por J.Ignacio Cruz, profesor de la Universidad de
Valencia y miembro de REDER, Red de Estudios y Difusión del Exilio Republicano
[61] El Gobierno vasco homenajeó a los refugiados vascos en el campo de Gurs (Francia) (http:/ / www. deia. net/ es/ digital/ politica/ 2006/ 05/
27/ 253475. php), noticia en el diario Deia, 27 de mayo de 2006
[62] La memoria del futuro nace en la enseñanza (http:/ / www. memoriahistorica. org/ modules. php?name=News& file=article& sid=403), en la
web de la [[Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.
[63] http:/ / www. gara. net/ pf_idatzia/ 20051102/ art136953. php

Enlaces externos
• Cronología del Euskera (http://www.euskara.euskadi.net/r59-738/es/contenidos/informacion/
hist_zertzeladak_kronologia/es_7400/hist_zertze_kronologia.html)
• Historia del País Vasco y el euskera (http://www.geocities.com/paisvascohistoria/)
• Historia en Hiru.com (http://www.hiru.com/historia/?taldea=hist_historia8)
Fuentes y contribuyentes del artículo 55

Fuentes y contribuyentes del artículo


Historia de los vascos  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?oldid=56152256  Contribuyentes: 3coma14, Aazkasle, Aloneibar, Aloriel, Archimboldi, Arkimedes, Arnaud Oihenart,
Arraky, Axxgreazz, Banfield, Bentaguayre, BlackBeast, Dhidalgo, Diegusjaimes, Durero, Ecelan, Ecemaml, Echalojo, Eduardosalg, Edupedro, El Megaloco, Elias Enoc, Elsenyor, Er
Komandante, Erri4a, Felipealvarez, Fergon, Gerwoman, Gorigori, Grimlock, Gurrea, Hanskarlperez, Hortografia, Hugozam, Igalix, Ignaciojd3, Joaquín Rubio, Jorab, Josu P, Jtspotau, Julian
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File:El Peine del Viento en Donostia-San Sebastián.jpg  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Archivo:El_Peine_del_Viento_en_Donostia-San_Sebastián.jpg  Licencia:
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