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Trabajo final
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Marco teórico
La educación inclusiva puede ser concebida como un proceso que permite abordar y
responder a la diversidad de las necesidades de todos los educandos a través de una
mayor participación en el aprendizaje, las actividades culturales y comunitarias y reducir la
exclusión dentro y fuera del sistema educativo. (UNESCO en Fabra, p.2)
Según Zapata P.N. (2010), los individuos poseemos diversas formas de percibir,
procesar y almacenar la información que recibimos. A partir de este presupuesto,
desarrolla el concepto de estilos cognitivos, entendiéndose como: “modalidades que
se manifiestan en las diferentes estrategias, planes, caminos que se escogen con
preferencia a la hora de enfrentarse con una tarea cognitiva.”
Hay que mencionar que no hay un acuerdo generalizado sobre si los llamados
estilos de aprendizaje son manifestaciones de los estilos cognitivos o viceversa. Lo
que se puede afirmar es que las posturas que ponen el énfasis en la diversidad de
estilos cognitivos, se basan más en los aspectos psicológicos de los individuos,
mientras que aquellas posturas que hablan de estilos de aprendizaje, dan más
relevancia a los aspectos pedagógicos.
El autor, sostiene que el proceso vital del individuo, entendido como la construcción
de un repertorio personal de estrategias de aprendizaje, combinadas con el estilo
cognitivo, es el que conforma el estilo personal de aprendizaje y a partir de ello se
configuran actitudes, destrezas, comprensión y nivel de competencia en los
procesos de aprendizaje.
Adecuaciones curriculares
A partir del año 2014, con la formación del Departamento Integral del Estudiante, se
modifica el concepto de “tolerancia” por el de “adecuación curricular” a partir de la
circular n°3224 del Consejo de Educación Secundaria. Si bien no surge de forma
explícita de la normativa una definición clara de la noción de “adecuación curricular”,
ésta se enmarca en “(...) adecuaciones metodológicas o medidas de
acompañamiento institucional e incluso orientación personal y familiar” (Circular
n°3224)
Extraído de Balbi-Cabrera-Albild, 2018.
1
Ver anexo 1
2
Se hace referencia aquí a datos que los alumnos/as consideraran que la docente debería tener en
cuenta a la hora de las clases.
3
Ver anexo 2
Este pedido también fue negado por la dirección, razón por la cual la alumna no
concurrió más al liceo, perdiendo nuevamente otro año educativo.
Florencia:
Luego de la explicación del caso a trabajar, y relacionarlo con los conocimientos
teóricos, se deja en evidencia lo complejo del caso y la poca disposición que hubo
para poder solucionar o mejorar la situación de la estudiante.
Considero que para esta situación nos podemos posicionar desde dos puntos de
vista en la acción tanto de la Institución como de los docentes.
Podemos mirar la situación desde una primer perspectiva, posicionándonos desde
el lugar de querer solucionar, ayudar e incentivar a la estudiante de forma voluntaria
a seguir con el curso más allá de su ansiedad social. Al referirnos a una forma
voluntaria de trabajo, dejamos de lado los beneficios del docente en relación al
sueldo. y su vida fuera del horario laboral que le corresponde, ya que una de las
posibilidades con respecto a la estudiante fue precisamente la libertad de decisión
del docente en cuanto a trabajar de forma virtual pero sin una retribución extra.
Desde otra perspectiva, podemos posicionarnos desde el lugar de desvincularse de
la situación, siendo conscientes que no es solamente responsabilidad del docente
buscar la solución a la situación presentada por la estudiante.
En lo personal para poder haber solucionado la situación de la estudiante, considero
que faltó unión, voluntad y responsabilidad entre la dirección de la Institución con los
docentes, y los docentes entre ellos mismos. Quizás, por medio de reuniones donde
se debatieron diferentes propuestas se hubiera podido encontrar la ayuda que la
estudiante estaba necesitando.
A modo de cierre y desde mi experiencia con respecto a la situación planteada
durante el trabajo, me resulta pertinente aclarar que no me sentí con las
herramientas necesarias ni tampoco con las condiciones para poder trabajar de
forma personalizada o atender principalmente las características de la estudiante, ya
que el grupo estaba compuesto por 30 alumnos. Podría haber sido una situación
diferente si se generaba en un grupo con menos estudiantes, permitiendo así una
atención más personalizada a la alumna.
Anaclara:
Entiendo que a partir del caso abordado no es válido generalizar lo que sucede en
los Institutos educativos, pero si podemos reflexionar, si agregamos además las
situaciones abordadas en clase gracias al testimonio de los compañeros. Creo que
lo que prima en este tipo de situaciones, en los que la inclusión se hace
imprescindible, es una incertidumbre en cuanto a cómo proceder, cuestión que se
empeora si le sumamos la falta de interés por parte de las instituciones para dar
respuesta a la demanda específica de algunos estudiantes. Queda la sensación de
que queda mucho por hacer para alcanzar una educación realmente inclusiva, en la
que no queden estudiantes en el camino por no poder adaptarse a una estructura
rígida previamente construida sin tener en cuenta las singularidades de cada
persona que llega a ella. Tampoco se observó en este caso un seguimiento
institucional una vez que la estudiante dejó de cursar luego de encontrar solamente
trabas a su intento por estudiar.
Conclusiones
A raíz de lo expuesto y analizado anteriormente, este grupo llega a las siguientes
conclusiones:
1. No existió apoyo institucional hacia la estudiante.
2. Si bien no conocemos el contexto sociocultural de su familia, no hubo una
solicitud constante de parte de la misma para poder solucionar la situación de
la estudiante.
3. No estaban dadas las condiciones en torno a la composición del grupo para
poder atender de forma particular a la estudiante y su patología.
4. Es valioso pero no suficiente la buena voluntad de los docentes a la hora de
buscar soluciones a este tipo de situaciones, sino que se necesitan recursos
materiales y humanos que den respaldo a sus propuestas.
5. Hace falta la elaboración de protocolos que prevean este tipo de casos en el
aula y que oficien de nexo entre la labor psicológica y la tarea docente.
Bibliografía consultada
● Balbi, A. Cabrera, M., Arbild, C.i (2018). Como hacer Adecuaciones
Curriculares (AC) y no morir en el intento. En: Presencia. Miradas desde y
para la Educación. N.3 (2018) ColeĀio Stella Maris. Montevideo – UruĀuay
ISSN 2393-7076
● Consejo de Educación Secundaria (1984), Circular n°1725
● Consejo de Educación Secundaria (2018), Circular n°3224
● Fabra, N. (2022). Algunos fragmentos para pensar la Inclusión. Montevideo
● Piqueras, J & J, Olivares. (2011). Fobia social en la adolescencia. Mente y
cerebro, Volúmen 49, 52-59.
https://www.researchgate.net/publication/269986107_Fobia_social_en_la_ad
olescencia
● Zapata, P. N.. (2010). Estilos cognitivos, de aprendizaje y de enseñanza:
unas relaciones controvertidas. Actualidades Pedagógicas, (55), 45-58.
Anexos:
Anexo 1: FIcha diagnóstica de la alumna
Anexo 2: Carta de la psicóloga de la alumna