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Debo ser buen amigo

La amistad es un regalo de Dios


Jesús nos dejó un mandamiento único y más importante “ámense los unos a los otros” – ya
que Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros”.

Podríamos asegurar que este mandamiento lo aplicamos a diario con nuestros amigos, sin
esfuerzo alguno. Nos calibramos en Jesús en forma natural para brindarnos, para estar
simplemente a la par de los que amamos y que nos aman.
Nuestra gran prueba diaria del amor, como si fuera una materia que rendimos a diario. La
pasamos con las mejores calificaciones.
Cuando amamos sin medidas ni cuestionamientos, y ponemos en práctica en nuestros
amigos, los que hemos cultivado “como árboles al costado del río”, estamos dando lo mejor
de Dios. Lo mejor que Dios nos ha dado. Lo mejor que Dios nos ha puesto en nuestros
corazones, su amor; porque Dios es amor.

Proverbios: 17.17 “Un amigo AMA en todo momento, y en tiempos difíciles es como un hermano”

Pregunte a los niños mientras se señala usted mismo: “¿Quién soy yo?” Posiblemente le digan su
nombre o contesten diciendo que es el maestro (la maestra). Dígales que, además de lo que ellos
hayan mencionado, usted es su amigo[a], y que ellos también son amigos suyos. Explíqueles que
los amigos son personas que se agradan el uno al otro.

Forme un círculo con los alumnos. Uno por uno, vaya mirándolos y diciendo: “(Nombre del niño) es
mi amigo (amiga)”. Después, haga que ellos se turnen haciendo lo mismo; asegúrese de que cada
niño nombre a todos los demás.

Tenemos muchos amigos


• ¿Quiénes son los amigos de ustedes?
Déles tiempo para que hablen de sus amiguitos. Destaque el hecho de que podemos tener amigos
de todas las edades y que entre los miembros de la familia quizás estén nuestros mejores amigos.
Haga hincapié en el hecho de que todos los niños de la clase son amigos.

Todos podemos ser buenos amigos


• ¿Cómo debemos tratar a nuestros amigos?
Explíqueles que cuando somos buenos amigos, ayudamos a los demás a hacer lo bueno; nos
interesa el bienestar de nuestros amigos y queremos que sean felices. Hable con los alumnos sobre
la importancia de tratar a los demás de la misma manera en que nos gustaría que nos trataran a
nosotros. Pídales que piensen en cómo podrían demostrar que son buenos amigos en situaciones
como las siguientes:
• Están jugando con un amigo y viene otro niño que quiere jugar con ustedes.
• Un niño nuevo llega por primera vez a la clase y está asustado porque no conoce a nadie.
• Un niño está muy triste porque otros se han burlado de él o lo han fastidiado.
• ¿Cómo se sienten cuando sus amigos son buenos con ustedes?
• ¿Cómo creen que se sienten sus amigos cuando ustedes son buenos con ellos?
Hágales comprender que si desean tener amigos, ellos mismos deben ser buenos amigos.

Los amigos comparten lo que tienen


• Si están jugando con (mencione un juguete u objeto determinado) y se acerca un amigo que
quiere jugar con ustedes, ¿qué tienen que hacer?
Explíqueles que si dejamos a otra persona jugar con nosotros, o si damos parte de lo que tenemos
a alguien, a eso se llama “compartir”; a veces, cuando lo que tenemos no se puede dividir, nos
turnamos para tenerlo. Eso también es compartir.
• Si ven que un amigo tiene hambre y ustedes tienen algo de comer, ¿qué deben hacer?
• ¿Qué podemos compartir con nuestros amigos?
• ¿Qué podemos compartir con nuestra familia?
Dígales que los amigos se ayudan los unos a los otros; pídales que ayuden a juntar juguetes y libros
o a poner en orden lo que sea necesario en la sala de clase.

1. Los arcoíris tienen 7 colores, así que podemos usarlo también para recordar siete
cosas que podemos poner en práctica (cualidades) para ser buenos amigos como
Jesús  (Mostrar a los chicos las figuras y pegarlas en el pizarrón, conforme se
explican):
-      Se aman
-      Se respetan
-      Se escuchan
-      Nunca se dicen mentiras
-      Se ayudan en lo que pueden
-      Siempre cumplen lo que prometen
-      Oran los unos por los otros

Señor: te pido por la vida de mis amigos, estos que Tú has puesto a mi lado, que llevo en mi
corazón, porque Tú así lo has querido. Te pido para ellos una bendición especial. Ellos son
para mí como tus Ángeles, esos que Tú me mandaste para que me acompañen en la vida.
Señor te doy gracias por tu amor desmedido.
Te doy gracias por me has honrado con tantos y tan buenos amigos.

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