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Una empresa dispone de bienes o activos que a largo plazo puede convertirse en
dinero, entonces el capital circulante es la parte del activo de una empresa que puede
convertirse en dinero en un período inferior a un año.
Está formado por los recursos permanentes sin importar su procedencia que se utilizan
para llevar a cabo el ciclo productivo de la empresa ( compra de materias primas,
fabricación y venta), como las materias primas y las mercaderías, por ejemplo, las
materias primas que se usan para producir bienes económicos.
Los elementos del capital circulante son el capital permanente (los créditos concedidos
a la empresa, reservas y aportaciones de los socios) y el capital de trabajo (dinero que
tiene la empresa para cubrir los gastos que le permitan obtener ganancias). El capital
circulante mide los recursos estables que el activo fijo no utiliza, y que es dinero
disponible para cubrir los gastos normales de la empresa mientras espera los pagos de
los clientes.
Para una empresa es muy importante gestionar de manera correcta para tener un
fondo para poder cumplir con sus pagos y obligaciones a corto plazo, y al mismo
tiempo, realizar las inversiones o compras propias de cualquier actividad empresarial.
Es decir, una buena gestión del capital circulante ayudará a que la empresa cuente con
suficiente liquidez para afrontar sus deudas a corto plazo, es decir, a tener un fondo de
maniobra positivo.