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Sociedad de individuos
jurídicamente iguales ante la ley.
Reconoce al Estado como
estructura de su acción.
Deberes y derechos
Homogenización cultural (nación)
Individuo y comunidad social
• Los seres humanos no son piezas de la naturaleza son personas, son sujetos. Su comportamiento no
puede ser explicado a través de relaciones causales naturales.
• Son sujetos ya que nos relacionamos afectivamente con los otros y actuamos voluntariamente.
• Son sujetos ya que interactúan con el mundo, con objetos que usamos o que tienen un valor ético,
estético o simbólico para nosotros.
• Los personas no son singulares, son miembros de comunidades. Ellas tienen caracteres propios, historias,
tradiciones, valores, disposiciones, ordenamientos morales y jurídicos que tiene duran un tiempo.
• Los sujetos se reconocen miembros de comunidades, actuantes y dependientes. Vivimos unos con otros
y, como personas, nos relacionamos a través de actos sociales, donde hay sentimientos, impulsos
sensibles, conciencia valorativa y práctica.
• Las comunidades se comportan con su entorno de modo sintiente, valorante, actuante, dialogante, de
modo más o menos racional y emotivo. Aunque hay ocasiones en que se trata a otra comunidad como
“cosas”.
Individuo y comunidad social
• Los actos sociales entre sujetos son comunicativos, para coincidir o discrepar. El mundo adquiere un
“significado espiritual” o “mundo cultural”.
• Los sujetos se orientan hacia los demás desde un “centro”, su mundo circundante, su perspectiva,
valores, motivaciones, etc. con una orientación dada. Cuando más cercana es la persona a nuestro
mundo, es más inteligible. Cuando está más lejana, es más ininteligible.
• Así, las personas en comunidades se orientan hacia fines (telos) limitados por experiencias humanas
finitas, como metas prácticas de la voluntad, individual y colectiva. Las experiencias de la comunidad se
orientan, intencional y temporalmente, hacia un entendimiento mutuo que determina la validad, la
objetividad, la normalidad. La experiencia compartida es objetiva.
• Como los sujetos, las comunidades entablan relaciones de reconocimiento mutuo entre comunidades
culturales. Cada una tiene características que las distingue de las demás y basadas en tradiciones, valores,
modos de experimentar el mundo transmitidas de generación en generación.
• Pasan de “ellos” a “ustedes” con respecto de un “nosotros”, tendiendo puentes entre naciones y culturas
por encima de las diferencias valorativas.
Ciudadanía y espacio público
• El concepto de ciudadanía nos refiere a la esfera pública, ámbito de la acción política.
• Es la pertenencia a una comunidad de iguales (Estado-nación) en la que reside la soberanía del poder
estatal y la democracia moderna. La política es una actividad libre pero posible únicamente requiriendo la
presencia de otros. Para ello, es necesario: 1. el recurso del discurso (lexis) o el uso de palabras adecuadas
en un contexto y 2. el recurso del espacio público (polis) donde los sujetos libres que se reconocen como
iguales y distintos aparecen frente a otros.
• El espacio público es el reino de la excelencia (areté) ya que allí se determina la “vida buena”, la
convivencia armoniosa entre hombres y se usa la persuasión dialógica y argumentativa.
• Con el desarrollo histórico, se va formando la sociedad civil, diferente del Estado-nación, como contrapeso
a este poder. Allí se crean nuevos espacios públicos donde los individuos negocian las condiciones de su
ciudadanía y ganan nuevos derechos que dan forma a las libertades (origen del liberalismo).
Ciudadanía y espacio público
• Sin embargo, se ha debilitado el aspecto político de la ciudadanía y de las libertades ciudadanas. La
libertad se aleja de la política y ha devenido en un asunto exclusivo del mercado y del individuo desligado
del interés común. Ciudadano = cliente, usuario, beneficiario.
• En el siglo XX, los Estados- nacionales se hallan en tensión con diferentes comunidades sociales o
culturales. Por ello, la mediación en la vida social no puede venir únicamente de Estado ya se vería como
imposición. Debería consolidarse en el ejercicio de la ciudadanía, como individuos y en colectividades,
como ejercicio democrático de fusionar sus perspectivas y horizontes y garantizar la justicia y los
derechos.
• Tiene que consagrarse en instituciones, como telos vivido en comunidades culturales a través de prácticas
responsables.
Responsabilidad como principio
• La idea de responsabilidad está ligada a la de conciencia racional, a “hacerse cargo” de la propia vida, de
las pulsiones de la vida instintiva o deseos como de las tomas de posición teóricas, prácticas y valorativas.
• La vida personal consciente es, individual o social, vida práctica (ética, política, normativa).
• El “imperativo” o “principio de responsabilidad” supone la convicción de que nuestras acciones colectivas
exigen “sobriedad”, “cautela”, “mesura”. Al no tener certezas absolutas, un primer imperativo es el
asumir una responsabilidad con respecto a un futuro incierto pero que debemos hacer posible. Ello recae,
especialmente, en los actores con poder ya que ostentan mayor responsabilidad.
• Un segundo imperativo ético es el de la unilateralidad y asimetría (de aquel que detenta mayor poder
hacia aquel que no).
• Las características de un “imperativo de la responsabilidad”: incondicional, no espera retribución;
totalidad, no se limita a un solo aspecto con respecto de otro; la continuidad, no interrumpirse mientras
dure un reclamo; el futuro, como objeto de responsabilidad por excelencia al ser imprevisible.
Responsabilidad ética y ciudadanía
• Todos los actores políticos son responsables. El acto libre, como la expresión ciudadana del voto, debe ser
asumido con todas sus ilimitadas consecuencias. Todo el cuerpo social y político es el actor político y, así,
políticamente responsable del rumbo de la nación. Los ciudadanos no indagan sobre su inocencia o
culpabilidad, son desde ya culpables en diverso grado.
• Todos los actores sociales y políticos deben procurar que un proyecto político común (orientado por el
Estado) y la forma cómo se implementa (representado por la sociedad civil) se encuentren asociados
generando su legitimidad y representatividad. Cuando se disocian, el poder se concentra y genera
violencia, por parte del Estado, y la sociedad civil abandona su rol de ejecutor y deviene en espectadora
de su propia tragedia. La acción responsablemente política compete a todo el cuerpo social y político, no
solo a los estamentos en el poder.