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FILTRACIÓN
9.1 INTRODUCCIÓN
La filtración puede efectuarse de muchas formas: Con alta carga superficial (filtros rápidos), en
medios porosos (pastas arcillosa, papel filtro), o en medios granulares (arena, antracita, granate o
combinados, con flujo ascendente de abajo hacia arriba o descenderte de arriba hacia abajo y
mixto (parte ascendente y parte descendente). Por último el filtro puede trabajar a presión o por
gravedad, según sea la magnitud de la carga hidráulica que exista sobre el lecho filtrante. La tabla
8.1 presenta una clasificación de los filtros basada en estas ideas.
Tabla 9.1
Clasificación de los filtros
La filtración se identifica por la velocidad de pasaje del agua a través del manto filtrante o del
manto poroso, medida como carga superficial qf, o sea el cociente entre el caudal, Q, y el área
filtrante Af:
Q
qf
Af
210 CAPITULO 9: FILTRACION
Como las fuerzas que mantienen a las partículas removidas de la suspensión adheridas a las
superficies de los granos del medio filtrante son activas para distancias relativamente pequeñas
(algunos ángstroms), la filtración usualmente es considerada como el resultado de dos
mecanismos distintos pero complementarios: transporte y adherencia. Inicialmente, las partículas
por remover son transportadas de la suspensión a la superficie de los granos del medio filtrante.
Ellas permanecen adheridas a los granos, siempre que resistan la acción de las fuerzas de
cizallamiento debidas a las condiciones hidrodinámicas del escurrimiento.
a) cernido;
b) sedimentación;
c) intercepción;
d) difusión;
e) impacto inercial;
f) acción hidrodinámica, y
g) mecanismos de transporte combinados.
Cuál de estos mecanismos es el que controla el proceso de filtración ha sido asunto de largos
debates. Es indudable que no todos necesariamente tienen que actuar al mismo tiempo y que, en
algunos casos, la contribución de uno o varios de ellos para retener el material suspendido es
quizás desdeñable.
Pero hay que tener en cuenta que dada la complejidad del fenómeno, más de un mecanismo
deberá entrar en acción para transportar los diferentes tamaños de partículas hasta la superficie
de los granos del medio filtrante y adherirlas.
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Los distintos mecanismos que pueden realizar transporte de las partículas dentro de los poros del
medio filtrante están esquematizados en la figura 9-1.En ella se ve cómo simultáneamente pueden
actuar varias causas para aproximar el material suspendido hasta los granos del medio filtrante.
Es interesante destacar que estas causas varían si la filtración se produce en las capas
superficiales o en la profundidad del medio filtrante.
En el primer caso, la acción física de cernido es el factor dominante, mientras que en el segundo
caso es el de menor importancia.
9.2.1.1 Cernido
Resulta evidente que cuando la partícula es de tamaño mayor que los poros del lecho filtrante,
puede quedar atrapada en los intersticios. El cernido, en general, actúa solo en las capas más
superficiales del lecho y con partículas relativamente fuertes, capaces de resistir los esfuerzos
cortantes producidos por el flujo, cuya velocidad aumenta en las constricciones.
9.2.1.2 Sedimentación
La remoción de las partículas menores que los tamaños de los poros puede ser debido al efecto
de la gravedad, que hace que se sedimenten sobre la superficie de los granos. Esta superficie es
muy grande, por ejemplo, Hazen (15) calcula que 1m3 de arena de 0,35mm de diámetro, tiene un
área superficial aprovechable para la sedimentación de 444 m2. Este mecanismo, sin embargo, no
explica el porque un filtro remueve partículas con una densidad cercana a la del agua, o partículas
como virus o bacterias cuya velocidad de sedimentación es sumamente baja, ni porque el material
que se ha sedimentado no es nuevamente arrastrado por el flujo. Por esto la sedimentación
solamente puede producirse con un material sólido relativamente grande y denso, y en zonas del
lecho donde la carga hidráulica sea baja.
Ives (1965) sugiere que algunas partículas más pequeñas y floculentas pueden quedar retenidas
en regiones donde la velocidad de escurrimiento sea pequeña debido a la distribución parabólica
de velocidad en el régimen laminar.
212 CAPITULO 9: FILTRACION
9.2.1.3 Intercepción
9.2.1.4 Difusión
Debido al movimiento browniano, existe una tendencia de las partículas pequeñas a difundirse
desde zonas de mayor concentración a zonas de menor concentración. Si se tiene en cuenta que
la mayor parte de las partículas que entran en un filtro tienen un tamaño menor que 10 u (15), la
difusión se constituye en una causa importante de la remoción de arcilla, mas que todo en zonas
donde la velocidad de flujo es prácticamente cero.
Durante el escurrimiento, las líneas de flujo se curvan en la proximidad de los granos del medio
filtrante; si la velocidad es alta y las partículas suspendidas relativamente grandes, la inercia que
poseen hace que estas puedan seguir trayectorias diferentes a las líneas de flujo, continuando con
su recorrido original lo cual hace que choquen con los granos del lecho para quedar adheridas a
ellos, tal como puede observarse en la figura 9.2.
Una partícula suspendida en un fluido que escurre en estas condiciones estará sometida, como
muestra la figura 9-4, a velocidades tangenciales variables en dirección perpendicular a la del
escurrimiento. La diferencia entre Va y Vb tiende a hacer que la partícula gire y produzca una
diferencia de presión en dirección perpendicular al escurrimiento, lo que hará que la partícula sea
conducida a una región de velocidad más baja. A pesar de no tener exactamente las condiciones
descritas anteriormente, en la práctica de la filtración, el fenómeno es análogo y es válido para
explicar la remoción de partículas de un tamaño del orden de 10 µm.
Es probable que todos los mecanismos actúen simultáneamente durante la filtración; sin embargo,
el grado de importancia de cada uno de ellos depende de las características de la suspensión y
del medio filtrante. Normalmente se ha dado poca importancia a los efectos de la acción física de
cernido y de impacto inercial durante la filtración. La eficiencia del medio filtrante para remover
partículas de la suspensión por acción de los mecanismos de transporte puede expresarse
adecuadamente como una función de la intercepción, difusión, sedimentación y acción
hidrodinámica.
De un modo general, se puede concluir que la eficacia de colección de las partículas suspendidas
es inversamente proporcional a la velocidad de aproximación V, al diámetro de los granos del
medio filtrante D y a la viscosidad µ, y que la eficiencia de colección es una función de las
características de la suspensión.
La adherencia entre las partículas transportadas y los granos está gobernada, principalmente, por
las características de las superficies de las partículas suspendidas y de los granos. Las partículas
se pueden adherir directamente tanto a la superficie de los granos como a partículas previamente
retenidas. La importancia de las características de las superficies es evidente cuando se considera
la filtración de una suspensión de arcilla en un lecho de arena con una velocidad de aproximación
del orden de 1,5 mm/s. La eficiencia de remoción es inferior a 20% cuando no se emplea
coagulante; por lo tanto, la filtración de la misma suspensión coagulada con una sal de Al+++ o
Fe+++ puede producir una eficiencia de remoción superior a 95%. En el primer caso, se tiene una
cantidad elevada de partículas estables, en tanto que, en el segundo caso, la mayor parte de las
partículas fueron desestabilizadas.
La adherencia es atribuida más que ha mecanismos puramente físicos, a una serie de factores
químicos y electroquímicos, siendo los mas importantes las fuerzas de Van der Waals, las fuerzas
electrocinéticas y el puente químico. Se ha sugerido, inclusive, que la filtración no es más que un
caso especial de la floculación, donde algunas partículas son fijas (aquellas adheridas inicialmente
a los granos) y otras suspendidas.
9.2.2.1 Interacción combinada de las fuerzas electrostáticas y las de Van der Waals
De un modo general, las partículas sólidas sumergidas en agua presentan cargas en sus
superficies, debido a una o más de las siguientes razones:
Las fuerzas de Van der Waals son altamente responsables de la adhesión de partículas a los
granos de filtro. Dentro de una pequeñísima distancia desde la superficie de los granos, las
fuerzas de adhesión son operativas, existiendo un volumen alrededor de cada grano que se llama
espacio de adhesión. Las partículas suspendidas que entran en él pueden ser removidas del flujo,
a medida que sean atraídas para adherirse a la superficie de los granos.
Las fuerzas electrostáticas combinadas con las de Van der Waals son las que determinan la
adsorción entre partículas. Teniendo en cuenta la carga eléctrica de los granos y las partículas se
pueden presentar tres situaciones:
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- Los granos son negativos y las partículas positivas. En este caso existe una fuerza atractiva
entre el medio filtrante y las partículas, lo que hace que la sola aproximación pueda producción
atracción y adhesión.
- Los granos son negativos y las partículas neutras. En este caso la barrera de energía ha
desaparecido y todo contacto puede producir adhesión.
- Los granos son negativos y las partículas también. En este caso existe repulsión. No obstante,
las fuerzas hidrodinámicas pueden vencer la barrera de energía y aproximar suficientemente
las partículas a los granos para que sean efectivas las fuerzas de Van der Waals, aunque la
probabilidad de adhesión en esta situación es menor que en las anteriores.
Las cadenas poliméricas adheridas a la superficie de las partículas dejan sus segmentos activos
extendidos en el agua. Dichos segmentos pueden ser absorbidos por otras partículas o por sitios
vacantes en la superficie de los granos. Este fenómeno es independiente de las fuerzas de Van
der Waals y de las cargas electrostáticas. Este fenómeno se acrecienta al atravesar las partículas
las constricciones del lecho. El uso de ayudantes de filtración o polielectrolitos inyectados en el
afluente al filtro puede, por eso, ser de gran utilidad para aumentar la adhesión de la materia
suspendida al medio filtrante. La figura 9.4 esquematiza el fenómeno del puente químico.
9.3.1 INTRODUCCIÓN
Obviamente, esta dificultad no limita el hecho de poder determinar los parámetros del proceso de
filtración experimentalmente. Resulta, entonces, conveniente realizar estudios con filtros piloto,
cuando se quiera conocer el comportamiento de un determinado filtro con una cierta suspensión,
ya que cualquier alteración en esta o el medio filtrante significa un cambio en los parámetros del
proceso.
Sin embargo, los modelos matemáticos resultan útiles para la mejor comprensión del proceso de
filtración. Un gran número de autores ha desarrollado expresiones matemáticas que establecen
relaciones entre las diferentes variables del proceso.
En principio, el balance de masas tiene una doble finalidad: permite representar matemáticamente
la distribución de los depósitos de material en el medio filtrante en función de la profundidad y del
tiempo y conduce a una expresión que posibilita conocer la cantidad de sólidos removidos por
unidad de volumen del lecho filtrante.
- C = ( C2 - C1)
Donde:
Sea Q el caudal de la suspensión que ocurre a través del elemento y a el deposito especifico
absoluto (volumen de sólidos / volumen del lecho filtrante). Admitiéndose que el depósito
específico aumenta en a , después de transcurrir el intervalo de tiempo t, se tiene que:
Donde:
Q = Caudal
t = Intervalo de tiempo
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a
A = Área en planta del elemento volumen
L = Espesor del elemento
C a
q 0 [9.2]
L t
a Depósito específico absoluto
q = Velocidad de aproximación
L = Espesor del lecho filtrante
Considerando el depósito especifico efectivo, que refleja el volumen efectivamente ocupado por
las partículas removidas y teniendo en cuenta de esta forma la porosidad de los depósitos, se
establece la siguiente ecuación.
a [9.3]
Donde:
Teniendo en cuenta la perdida de porosidad el lecho debido al deposito especifico efectivo, al cabo
de un determinado tiempo la porosidad instantánea esta dada por:
p = po - [9.4]
Donde:
C 1
. [9.5]
L q t
La ecuación 9.5 representa la variación de la concentración en función del espesor y muestra que
la tasa de variación de la concentración disminuye a medida que el depósito especifico aumenta
con el tiempo de operación del filtro.
C 1 p
. [9.6]
L q t
218 CAPITULO 9: FILTRACION
C
f (C , , parámetros.del. mod elo) [9.7]
L
La ecuación 9.7 establece que la reducción de la concentración de partículas C, a lo largo del
espesor del lecho filtrante L, es función de la concentración de partículas C, del deposito
especifico
Diferentes autores han desarrollado expresiones matemáticas que establecen relaciones entre las
diferentes variables del proceso; cabe mencionar a Iwasaki, Ives, Mackrle, Mintz, Yao, Habibbian y
O’Melia entre otros.
La primera tentativa para determinar la función f, fue hecha en 1937 por Iwasaki (18), quien con
base en experimentos realizados con una variedad de partículas discretas, sin aplicación de
coagulante y con velocidad de filtración menor que 12 m3/m2.d, propuso la siguiente ecuación:
C
C [9.8]
L
Donde:
C = Concertación volumétrica remanente de la suspensión.
El coeficiente
C1 C 2
dL [9.9]
C1
En la ecuación 9.9 C1 y C2 son las concentraciones volumétricas de partículas (volumen de sólidos
por volumen unitario de liquido) en la parte superior e inferior de cada una de las capas en que se
considera subdividido el lecho filtrante, tal como puede observarse en la figura 9.6.
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La ecuación 9.8 fue desarrollada para los filtros lentos donde el cernido es el mecanismo
dominante.
TABLA 9.2
λ= λt Kσ - θσ²/p0 - σ
Deb 1970 C, p0
C=( v/(p0- σ)) (dC/dL) + dC/dt
A partir de esa fecha han sido desarrollados diferentes modelos que relacionan con
cuales pueden ser expresados
seleccionados adecuadamente los exponentes x, y, z y los parámetros involucrados.
y z x
b
1 1 1 [9.10]
0 p0 po p0
Donde:
0 = Modulo de impedimento inicial
b = Grado de colmatación = po/ (1- po)
u = Deposito específico saturado
220 CAPITULO 9: FILTRACION
Al pasar el agua a través de un lecho filtrante de profundidad L, se produce una pérdida de carga
h generada por la fricción del liquido al circular por los poros, tal como se muestra en la figura 9.7.
Al comienzo del proceso de filtración, los granos del lecho están limpios y la pérdida de carga es
debido solamente a la viscosidad y velocidad del agua y a las características granulométricas del
medio filtrante como son la porosidad, el tamaño y la forma de los granos, es decir hay una
perdida de carga inicial que es la mínima que produce el filtro y que se denota como ho . Como el
agua contiene sólidos es suspensión, estos quedarán retenidos, recubriendo los granos y por lo
tanto hay un aumento de su diámetro y una disminución de la porosidad po en un valor ,
decreciendo el área de paso del flujo, con lo cual de incrementa paulatinamente la perdida de
carga por la colmatación en función del tiempo, y que se denota por h
DISTRIBUCION DE PRESION
HIDROSTATICA CON EL
TIEMPO
PRESION HIDROSTATICA
CON VALVULA DE SALIDA
ZONA DE hf CERRADA
NEGATIVA
PRESION
PARA t 4 HIDROSTATICA
INICIAL
t4 t3 t2 t1 t0
h f h0 h [9.11]
Existen un sinnúmero de modelos matemáticos para calcular la pérdida de carga final en función
del depósito específico, uno de los cuales, el de Ives (18), presenta la siguiente forma:
L
h f h0 dL [9.12]
0
Donde:
= Constante.
9.3.4.1 Pérdida de carga inicial. La perdida de carga inicial del lecho, ho puede ser obtenida
mediante la siguiente expresión matemática propuesta por Fair y Hatch (15):
SISTEMAS DE POTABILIZACION Roberto Salazar C 221
f ' Lo v (1 p 0 ) 2 A
2
ho q [9.13]
g p o3 V
Donde:
f´ = Permeabilidad; constante experimental adimensional, generalmente igual a cinco
v = Viscosidad cinemática [cm/s2]
Lo = Profundidad del lecho [cm]
g = Gravedad [cm/s2]
q = Velocidad de filtración [cm/s]
V = Volumen de granos [cm3]
A = Área de los granos [cm2]
- Cuando los granos no son esféricos ni uniformes y no están estratificados en el lecho, como
en los filtros lentos.
- Cuando los granos no son esféricos ni uniformes y están estratificados en el lecho, como en
los filtros rápidos.
9.3.4.2 Pérdida de carga por colmatación. Esta perdida acumulativa es función de la forma
como se distribuyen los depósitos específicos en el lecho filtrante disminuyendo su porosidad
inicial. Contrariamente a la pérdida de carga inicial que es lineal, la perdida de carga por
colmatación aumenta en la medida en que las partículas son retenidas por los poros, cantidad que
varia de una capa a otra en el mismo instante t, por lo que la línea de pérdida de carga se torna no
lineal, tal como puede observarse en la figura 9.8. La filtración puede ser suspendida cuando la
línea de carga hidráulica toca el eje vertical en el punto A, para evitar que se presenten dentro del
lecho zonas de presión negativa que hacen que el oxigeno disuelto que contiene el agua sea
liberado, ocupando los poros del lecho, lo cual puede ocasionar su taponamiento. La pérdida de
carga final por colmatación en un filtro se presenta en un tiempo más o menos largo, dependiendo
básicamente de las condiciones de concentración de partículas del agua influente y de la tasa de
filtración empleada y puede ser hallada en el diseño, tal como se aclara en el numeral 9.5.5
La eficiencia de la filtración está relacionada con las características de la suspensión, del medio
filtrante, de la hidráulica de la filtración y la calidad del efluente. Por ejemplo, la filtración de agua
cruda en filtros lentos de arena, y la de agua coagulada en filtros rápidos de arena resultan de
interacciones distintas entre los granos del medio filtrante y las partículas suspendidas, pues un
factor importante en la filtración lenta puede, muchas veces, no ser importante para la filtración
rápida. Se presentan a continuación los principales factores que influyen en la filtración rápida.
Existe un tamaño crítico de partículas suspendidas, del orden de 1 µm, el cual genera menos
oportunidad de contacto entre la partícula suspendida y el grano del medio filtrante. Este hecho se
puede observar desde el principio, cuando el medio filtrante está limpio, hasta el final de la carrera
de filtración. Algunos productos químicos, como los coagulantes tradicionales y los polímeros,
pueden usarse para ajustar el tamaño de las partículas suspendidas de modo de obtener una
eficiencia mayor. Las partículas menores que el tamaño crítico serán removidas eficientemente,
debido, principalmente, a la difusión; mientras que las mayores también serán removidas
eficientemente debido a la acción de otros mecanismos, como la intercepción y la sedimentación.
Cuanto mayor sea la densidad de las partículas suspendidas, mayor será la eficiencia de remoción
de las partículas de tamaño superior al tamaño crítico, mencionado anteriormente. La densidad
influye además en la adhesividad del floc y en consecuencia en la profundidad de su penetración
dentro del lecho y por consiguiente en la forma de la curva de pérdida de carga.
La dureza del floc es otro factor importante en la filtración rápida, pues los flóculos frágiles tienden
a fragmentarse y penetrar fácilmente en el interior del lecho filtrante, con lo cual, si bien favorece la
distribución de la perdida de carga y con ello el aumento de la carrera o tiempo de filtración útil,
contribuye a que se sobrepase más rápidamente la turbiedad limite por la aparición del floc en el
efluente de filtración. Por le contrario los flóculos duros y resistentes producen un efecto contrario
y ocasionan una pérdida de carga mayor. La figura 9.8 muestra tres condiciones que deben
considerarse al respecto:
MAXIMA PERDIDA DE
PERDIDA DE CARGA [m]
t
2
CARGA PERMISIBLE
TURBIEDAD [U J]
MAXIMA TURBIEDAD
PERMISIBLE O
AD
CU
DE E
BIL CA ERT
DE FLO C FU
OC FLO
FL
t
1 t 2 t
1
TIEMPO [h]
Que la máxima turbiedad efluente se produzca antes de que se alcance la máxima perdida de
carga, (t1 < t2), ocasionada por floc débil o blando;
SISTEMAS DE POTABILIZACION Roberto Salazar C 223
Que se produzca al mismo tiempo, (t1 = t2), ocasionada por floc adecuado;
Que se produzca después de la máxima perdida de carga, (t1 > t2), ocasionada por floc fuerte.
Mintz (15) propone como índice de filtración la relación:
t1
I [ 9.14]
t2
Donde:
t1 = Periodo de protección efectiva del filtro.
t2 = Periodo en el cual la pérdida de carga alcanza su máximo operacional.
Cuanto más grande sea t1 respecto a t2, mayor seguridad se tiene que no aparecerá turbiedad
por encima de la máxima admisible en el efluente del filtro, antes de que se alcance la máxima
pérdida de carga. Desde el punto de vista práctico lo más económico en que t1 sea igual a t2.
Normalmente los filtros de una planta de tratamiento reciben a veces un floc blando y a veces uno
fuerte, dependiendo de la dosis y el tiempo del coagulante, condiciones de mezcla rápida, la
turbiedad del agua cruda, la temperatura del agua., etc.
9.4.1.6 Potencial zeta y pH. Hay que distinguir entre el potencial zeta de la suspensión y el de los
granos del lecho filtrante, Las arcillas en suspensión son electronegativas, y cuando se les agrega
un coagulante metálico su potencial disminuye hasta cero e incluso llega a ser positivo bajo una
sobredosis; los granos de arena del lecho sumergidos en el agua, son electronegativos, por lo que
su potencial zeta también lo es. Por consiguiente deberían existir entre los granos del lecho y las
partículas suspendidas, fuerzas repulsivas; sin embargo, según investigaciones de Eduards y
Monke ( 15) las capas superficiales del lecho son electropositivas, situación que puede deberse a
la delgada capa superficial de materia orgánica (bacterias, algas, etc ) llamada schmutzdecke que
se forma en él, lo cual explica en parte la mayor remoción que se presenta en los primeros 3 cm
de profundidad, las capas más profundas si son electronegativas.
Durante el proceso de filtración, el potencial de los granos disminuye hasta el punto isoeléctrico,
independientemente del tipo de carga, disminución que es mucho más rápida para un pH = 7. La
figura 9.10 aclara esta situación: a medida que el pH del agua aumenta, la concentración de iónes
[ OH-] aumenta y por lo tanto el potencial zeta es más electronegativo; paralelamente la turbiedad
efluente va disminuyendo hasta alcanzar un valor óptimo a un pH 7, a partir del cual la turbiedad
del filtrado se hace mayor con el aumento del pH. Se concluye que existe un valor óptimo de pH
para filtrar el agua que no es necesariamente igual al óptimo para coagular o sedimentar.
(+)
PZ
SU
E
NT
S
PE
UE
NS
EFL
IO
N
AD
IED
(-) PZ
M
RB
ED
IO
TU
FI
LTR
AN
TE
3 4 5 6 7 8 9 10 pH
100 75 50 25 0 Dosis de coagulantes
224 CAPITULO 9: FILTRACION
Entre las características del medio filtrante que influyen en la filtración, se destacan:
El medio filtrante debe seleccionarse de acuerdo con la calidad que se desea para el agua filtrada.
Adicionalmente, debe tenerse en cuenta la duración de la carrera de filtración (capacidad de
retención) y la facilidad de lavado. Un medio filtrante ideal es aquel de granulometría determinada
y cierto peso específico, que requiere una cantidad mínima de agua para ser lavado de manera
eficiente y que es capaz de remover la mayor cantidad posible de partículas suspendidas, para
producir un efluente de buena calidad.
Hace más de 30 años, Conley y Pitman realizaron investigaciones empleando una capa de
antracita, de granulometría mayor, dispuesta sobre la arena de granulometría menor. Como el
peso específico de la antracita es inferior al de la arena, los inconvenientes de la estratificación,
así como los del medio filtrante constituido exclusivamente de arena, se controlan en forma
satisfactoria. Debido a que cuando se usan tasas de filtración elevadas, la calidad del agua filtrada
no puede ser inferior a la obtenida con filtros de un solo medio de arena, los filtros de medios
múltiples fueron investigados con mayor profundidad, y se llegó a medios filtrantes constituidos por
cinco capas con los siguientes materiales: poliestireno, antracita, arena, granate y magnetita. A
pesar de que la calidad del efluente es sustancialmente superior y la pérdida de carga
considerablemente inferior a la del filtro de medio único de arena, los filtros de tres, cuatro o cinco
capas no se han utilizado comúnmente en las plantas de tratamiento porque, además de la
dificultad para adquirir los materiales, existe el inconveniente de la intermezcla excesiva de los
granos mayores con los menores, entre las capas adyacentes de materiales diferentes.
La filtración en medios filtrantes dobles, constituidos por antracita y arena, es, desde todo punto de
vista, superior a la filtración en medios constituidos únicamente por arena, como lo demuestran los
SISTEMAS DE POTABILIZACION Roberto Salazar C 225
La elección del medio filtrante depende de innumerables factores. Entre los más importantes
figuran la calidad deseada para el efluente, los costos y la facilidad de adquisición de los
materiales en el mercado, y la existencia de personal calificado para operar las instalaciones de
filtración.
Los materiales filtrantes deben ser claramente especificados, de manera que no quede duda
alguna sobre su granulometría. Los parámetros que se deben emplear para este fin son los
siguientes:
• Tamaño efectivo: en relación con el porcentaje (en peso acumulado) que pasa por las mallas de
una serie granulométrica, el tamaño efectivo se refiere al tamaño de granos correspondiente al
porcentaje de 10%. D10
• Coeficiente de uniformidad (CU): en relación con el porcentaje (en peso acumulado) que pasa
por las mallas de una serie granulométrica, el coeficiente de uniformidad es igual a la relación
entre el tamaño de los granos correspondientes a 60% y el tamaño de los granos correspondiente
a 10%. Sería mejor que este coeficiente se llamase de desuniformidad, pues su valor se
incrementa a medida que el material granular es menos uniforme.
• Forma: la forma de los granos normalmente se evalúa en función del coeficiente de esfericidad
(Ce). El coeficiente de esfericidad de una partícula se define como el resultado de la división del
área superficial de la esfera de igual volumen a la del grano por el área superficial de la partícula
considerada. Como es obvio, este valor resulta igual a la unidad para las partículas esféricas y
menor de uno para las irregulares.
• Tamaño mínimo: tamaño por debajo del cual no deben encontrarse granos en el medio filtrante.
• Tamaño máximo: tamaño por encima del cual no deben encontrarse granos en el medio
filtrante. Cuando se trata de seleccionar el material para lechos múltiples, debe hacerlo con el
criterio de obtener un grado de intermezcla que no disminuya sustancialmente la porosidad en la
región común entre las capas adyacentes de materiales diferentes. Específicamente para el caso
de lechos dobles de arena y antracita, se recomienda considerar las siguientes relaciones:
• El tamaño de los granos de antracita correspondiente a 90% en peso (referente al que pasa) y el
tamaño de los granos de arena correspondiente a 10% en peso (referente al que pasa = tamaño
efectivo) deben mantener una relación de 3,0.
• El tamaño de los granos de antracita correspondiente a 90% en peso (referente al que pasa) y el
tamaño de los granos de arena correspondiente a 10% en peso (referente al que pasa) deben
mantener una relación de 2.
Normalmente, la antracita se prepara entre las mallas de la serie Tyler de aberturas 0,59 y 1,68 ó
2,00 mm. La arena normalmente es preparada entre las mallas de aberturas entre 0,42 y 1,19 ó
1,41 mm.
El filtro puede ser de un solo medio (arena o antracita), de medio dual (arena y antracita) o lechos
mezclados. Puede ser de profundidad convencional de 0.6 m a 0.9 m o de capa profunda de más
de 0.9 m de altura.
226 CAPITULO 9: FILTRACION
Las partículas deben ser duras, resistentes, de forma preferiblemente redondeada sin esquistos ni
partículas extrañas, libre de lodo, arcilla o materias orgánicas.
El peso específico (Pe) del material es igual al peso de los granos dividido por el volumen efectivo
que ocupan los granos. La tabla 9.3 muestra valores normales para el coeficiente de esfericidad y
peso específico de los materiales filtrantes más usuales.
En una planta de tratamiento de agua con filtros de dos o más capas, es relativamente difícil fijar
un espesor de medio filtrante para el cual los filtros funcionen constantemente en condiciones
ideales, porque la calidad del afluente varía considerablemente durante el año. La experiencia ha
demostrado que existe una relación entre el espesor de la capa de arena y la de antracita en un
filtro de dos medios; en general, el espesor de la capa de antracita representa de 60 a 80%; y la
arena, de 20 a 40% del espesor total del medio filtrante. De este modo, un medio filtrante de 70 cm
de espesor tendrá aproximadamente 50 cm de antracita y 20 cm de arena. Asimismo, para el caso
de filtros de lecho simple, la experiencia y diversas investigaciones han permitido establecer
espesores recomendados para diferentes casos: filtración de agua decantada, filtración directa o
filtración descendente o ascendente.
El lecho de soporte que sustenta la arena debe ser de grava, con unas dimensiones y
características que dependen del sistema de drenaje adoptado. Las partículas deben ser de
material duro y resistente a golpes y a la abrasión, de superficie lisa y deben tener en conjunto un
mínimo porcentaje de formas alargadas o planas.
Las características físicas y químicas de la grava, muestreo, ensayos, y embarque, deben cumplir
la Norma Técnica Colombiana NTC 2572. Este lecho puede remplazarse por placas porosas de
diseño especial garantizado.
Las características hidráulicas que influyen en la eficiencia de la filtración son las siguientes:
a) tasa de filtración;
b) carga hidráulica disponible para la filtración;
c) método de control de los filtros;
d) calidad del efluente.
Se nota después de lavado un filtro, que luego de algunos minutos, que filtros trabajando con
diferentes tasas de filtración, la calidad del efluente es prácticamente la misma cuando el
pretratamiento se realiza con eficiencia. Sin embargo, cuando el pretratamiento es deficiente, la
calidad del efluente filtrado es mejor para tasas de filtración más bajas. Además se consiguen
mejoras en la calidad del agua filtrada cuando se aplican pequeñas dosis de polielectrolitos en el
afluente. Las variaciones de la tasa de filtración durante una carrera de filtración son muchas
veces inevitables y pueden afectar sustancialmente la calidad del efluente.
De modo general, los efectos de las variaciones de tasa de filtración dependen, principalmente, de
la magnitud de la variación producida, de la tasa de filtración, de la pérdida de carga presentada
por el filtro en el momento en que ocurre la variación de la tasa de filtración y de la forma en la que
se realiza la variación.
La tasa de filtración debe depender de la calidad del agua, de las características de la filtración y
de los recursos de operación y control. La tasa normal debe garantizar la eficiencia del proceso.
Para el diseño deben adoptarse las siguientes tasas:
- Para lechos de arena o antracita sola con Te de 0.45 mm a 0.55 mm y una profundidad
máxima de 0.75 m, la tasa debe ser inferior a 120 m3/(m2.día).
- Para lechos de antracita sobre arena y profundidad estándar, la tasa máxima es de 300
m3/(m2.día), siempre y cuando la calidad del floc lo permita.
- Para lechos de arena sola o antracita sola de tamaño grueso, con profundidad mayor de 0.9
m, la tasa de filtración máxima es de 400 m3/(m2.día).
Tasas de filtración mayores a 360 m3/(m2.día) deben determinarse en filtros pilotos, siempre que la
calidad del floc lo permita.
Por otro lado, fijar la carga hidráulica con la que un filtro o un sistema de filtración deben operar
depende de otros factores, como el espesor y la granulometría del medio filtrante, aspectos
económicos, etcétera. Con cargas hidráulicas disponibles mayores, las carreras de filtración
resultan más largas, pero, por otro lado, están los inconvenientes de compactación del medio
filtrante que dificultan el lavado.
El método de control de los filtros también influye en la eficiencia de estas unidades. Los métodos
de control operacional más utilizados son tasa constante y tasa declinante. Mientras que en un
filtro operado con tasa constante, este es forzado, hacia el final de su carrera de filtración, a operar
con la misma tasa que al inicio de ella, es evidente que se obtendrá de él un agua filtrada de
menor calidad que la que se obtiene de un filtro operado bajo la condición de que no se fuerce a la
228 CAPITULO 9: FILTRACION
unidad a trabajar con una tasa mayor a su capacidad de filtración, definida por el nivel de
colmatación del medio filtrante. Esta última descripción corresponde al caso de filtros que se
operan con tasa declinante. Es una forma de operación en la que cada unidad tomará el caudal
que está en capacidad de filtrar.
El método de operación de los filtros depende esencialmente de la forma como la carga hidráulica
es aplicada. La tasa de filtración esta relacionada con la carga hidráulica disponible y la resistencia
del filtro, incluyendo ésta última la pérdida de carga en el medio filtrante, en las tuberías, canales,
orificios, accesorios y la pérdida de carga en el deposito controlador, mediante la siguiente
expresión:
c arg a hidráulica..disponible
Tasa de Filtración [9.15]
resistencia .del filtro
Con base en esta relación, cuatro situaciones pueden presentarse, las cuales se tratan a
continuación.
En este caso la carga total disponible es mantenida constante durante toda la carrera. Al comienzo
de la misma, la resistencia del lecho es pequeña, resultando un alta tasa de filtración, con el
transcurso del tiempo, la colmatación incrementa la resistencia y la tasa disminuye. Este sistema
de operación se conoce como tasa declinante verdadera, en la figura 9.10 se muestra la tasa de
filtración según este método de operación.
CARGA
HIDRAULICA
CONSTANTE
Tasa de filtración
Tiempo de filtración
En este método de operación el nivel de agua en los filtros de gravedad no varía mucho. Se puede
considerar la carga hidráulica disponible aproximadamente constante. Manteniéndose constante la
resistencia del filtro, se tiene como resultado un valor aproximadamente constante de la tasa de
filtración.
Al inicio de la carrera de filtración, el medio filtrante está limpio, y para que la resistencia total del
filtro sea mantenida constante, es necesario un dispositivo controlador que genere un valor de
pérdida de carga igual a la diferencia entre la carga hidráulica total disponible y la suma de las
pérdidas de carga en el sistema (pérdida de carga inicial en el medio filtrante, pérdida de carga en
el lecho de soporte y pérdida de carga en drenaje, tuberías y accesorios). A medida que progresa
la carrera de filtración, aumenta la pérdida de carga (ht) en el medio filtrante debido a la retención
de partículas y, como resultado, la pérdida de carga introducida por el dispositivo controlador debe
disminuir, como lo muestra la figura 9.11, para la filtración rápida descendente. Cuando el
dispositivo controlador genere el menor valor posible de pérdida de carga referente a la tasa de
filtración fijada, el filtro debe ser lavado, pues de aquel momento en adelante, cualquier aumento
de la pérdida de carga en el medio filtrante no será compensado por el dispositivo controlador.
SISTEMAS DE POTABILIZACION Roberto Salazar C 229
Si es que el valor total afluente a la instalación de filtración fuera constante, el nivel de agua
prefijado en los filtros permanecerá aproximadamente constante durante la carrera de filtración
debido a la acción del control del caudal, y sufrirá aumentos como consecuencia del lavado de los
otros filtros de la misma batería. Este aumento de nivel es proporcional al número de filtros de la
misma batería y al tiempo que el filtro por lavar permanece fuera de operación. Para evitar esos
aumentos de nivel, algunos equipos poseen también un dispositivo de control de nivel, los cuales
son accionados en esas ocasiones. Si la suma de los caudales efluentes de los filtros no fuera
exactamente igual al caudal total afluente, el nivel del agua en el interior de algunos filtros subirá o
bajará lentamente. En estas condiciones, el operador intentará ajustar el controlador de modo de
evitar el rebosamiento o vaciamiento de los filtros. Normalmente, se ajusta uno o más
controladores de caudal, de manera que la suma de los caudales efluentes de los filtros iguale el
caudal total afluente. Estos ajustes, que se realizan de manera automática por lo general se
realizan abruptamente, y pueden perjudicar la calidad de los efluentes de los filtros.
TASA DE FILTRACION
VALOR FIJO
PERDIDA DE CARGA
INICIAL EN EL
CONTROLADOR
DISMINUCION DE LA
PERDIDA DE CARGA
EN EL CONTROLADOR
CARGA DISPONIBLE
CONSTANTE
PERDIDA DE CARGA
AUMENTO DE LA PERDIDA
DE CARGA EN EL FILTRO
PERDIDA DE CARGA
INICIAL EN EL
FILTRO
TIEMPO DE FILTRACION
Figura 9-11. Variación de la pérdida de carga en función del tiempo para tasa de filtración
constante y nivel de agua constante
Generalmente, los controladores de caudal y nivel utilizados en la práctica permiten una variación
relativamente pequeña para ajuste de nivel. De este modo, cuando un filtro de la batería es
retirado de operación para que se le efectúe el lavado, el nivel de agua intenta subir en los demás
y, en consecuencia, el dispositivo de control de nivel acciona el controlador de caudal y permite
que un caudal mayor sea filtrado. Existe la posibilidad de que esas variaciones de caudal sean
bruscas y perjudiquen la calidad de los efluentes de los filtros en operación. Los dispositivos de
control de caudal instalados en la tubería efluente funcionan según el principio de causa y efecto;
es decir, ninguna corrección se hace a menos que ocurra una variación del parámetro controlado.
Los principales inconvenientes de los filtros operados con tasa y nivel constantes son los
siguientes:
a) Costo elevado de equipos.
b) Costo elevado de operación y mantenimiento.
c) Necesidad de control de nivel, automático o manual.
d) Posibilidad de deterioro del efluente producido por los ajustes de nivel realizados por los
equipos.
e) El principal inconveniente de la tasa de filtración constante que produce este método es que en
la parte final de la carrera la obstrucción de poros del lecho puede producir ruptura del floc por
incremento de los esfuerzos cortantes y paso de materia suspendida al efluente.
Este método de operación es semejante al anterior descrito. Para mantener constante la tasa de
filtración el controlador deberá hacer que la suma de la pérdida de carga en el lecho y la carga
disponible en un momento determinado, sea constante.
En este caso la tasa de filtración puede ser constante o declinante, según las características de la
entrada y la salida de los filtros.
SISTEMAS DE POTABILIZACION Roberto Salazar C 231
Tasa de filtración constante. Para este caso, el caudal total de filtración es dividido
equitativamente entre cada una de las unidades, permitiéndose que el nivel del agua en el interior
de cada filtro varié independientemente de los demás. La tasa de filtración es constante ya que la
entrada de agua también lo es, y el aumento de resistencia del filtro es compensado con el
aumento del nivel del agua a partir de un valor mínimo, cuando el filtro está limpio, hasta un valor
máximo cuando el filtro debe ser lavado. La figura 9.13 muestra un esquema de un filtro de tasa
constante.
232 CAPITULO 9: FILTRACION
Figura 9-13. Arreglo típico de entrada y salida de los filtros de tasa constante y nivel variable
Esta forma de operación presenta diversas ventajas respecto al método de tasa y nivel constante:
La principal desventaja de este sistema, en relación con los demás de tasa de filtración constante,
es la altura adicional de la caja del filtro debida al vertedero de entrada, que debe tener descarga
libre.
Tasa de filtración variable. Otro sistema de operación consiste en aquel donde la carga
hidráulica disponible es íntegramente aplicada desde el inicio hasta el final de la carrera de
filtración, lo que conlleva, con el transcurso del tiempo, una disminución gradual del caudal filtrado.
Se sabe también que la calidad del efluente con tasa declinante es superior, con carreras de
filtración más largas, en relación con la obtenida en filtros operados con tasa constante.
En este caso la distribución del agua a los diferentes filtros es hecha, por ejemplo, mediante un
canal común de dimensiones relativamente grandes para que la pérdida de carga en esta
estructura sea prácticamente despreciable; la entrada a cada unidad se efectúa a través de uno o
varios orificios sumergidos localizados por debajo del nivel mínimo en cada filtro, con lo cual el
nivel del agua en cada unidad resulta prácticamente constante cuando están todas en operación.
Esta situación permite que cada filtro independiente trabaje con una tasa diferente según el grado
de colmatación alcanzado, desde un valor alto al comienzo de la carrera, hasta un valor bajo al
final de la misma, siendo recibido el caudal que progresivamente no logra pasar por una unidad,
por aquellas que en un mismo instante están menos colmatadas y por consiguiente ofrecen menos
SISTEMAS DE POTABILIZACION Roberto Salazar C 233
resistencia; es por esto que este sistema de filtración recibe el nombre de tasa declinante. Figura
9.14
En estas unidades se identifican tres niveles de operación, N1, N2 y N3. El nivel N2 (nivel máximo)
corresponde al instante en que un filtro de la batería debe ser lavado. También se denomina a
este nivel de operación nivel máximo de operación de los filtros, que viene a ser el instante en el
que se ha utilizado la totalidad de la carga hidráulica disponible para la filtración en la batería.
Durante el lavado de un filtro, los restantes de la batería deben absorber el caudal del filtro retirado
de operación y, de este modo, el nivel de agua en ellos sube hasta alcanzar el valor máximo N 3.
Finalmente, cuando el filtro recién lavado es puesto en operación, este filtra un caudal superior a
aquel obtenido cuando fue retirado para lavado y, en consecuencia, el nivel de agua en toda la
batería, incluido el canal común de distribución, disminuye del nivel N3 hasta alcanzar un valor
mínimo, que es el nivel N1. De ahí en adelante, el nivel de agua en la batería de los filtros subirá
progresivamente debido a la retención de impurezas en los filtros, hasta que el nivel N2 sea
nuevamente alcanzado. Esto significará que otro filtro habrá concluido con la carrera de filtración y
deberá ser retirado para su lavado. El filtro que se retirará para el lavado será aquel que tenga el
mayor número de horas en operación de filtración. Figura 9.15
ALIMENTACIÓN DE LOS
Nivel N3
NIVEL EN EL CANAL
Nivel N2
COMÚN DE
FILTROS
Nivel N1
F1 F4 F3 F2 F1
q max
TASA DE FILTRACIÓN
F2 F1 F4 F3 F2
qa
F3 F2 F1 F4 F3
qb
F4 F3 F2 F1 F4
q min
F1 F4 F3 F2 F1
Figura 9-15. Configuración típica de un sistema de filtración con tasa declinante. TIEMPO
La altura del agua sobre el lecho puede ser variable o constante, según el tipo de control que se
use pero no puede ser inferior a 0.5 m. El lecho filtrante en ningún momento debe trabajar seco.
Pérdida de carga
234 CAPITULO 9: FILTRACION
La hidráulica del filtro debe diseñarse para que como mínimo pueda disponer de 2 m de pérdida
de carga durante la carrera de filtración. La sumatoria de los descensos de nivel en un filtro de
tasa variable declinante durante la carrera debe ser por lo menos igual a 2.0 m.
9.4.4 Calidad del efluente. Los patrones de potabilidad varían en los diferentes países, pero de
un modo general, la turbiedad del efluente de un filtro debe ser inferior a 1UTN. Es deseable que
el agua filtrada no presente color, aunque son tolerados valores por debajo de 15UC. Desde el
punto de vista bacteriológico, los filtros constituyen una barrera sanitaria, obteniéndose eficiencias
de remoción de microorganismos del orden del 99%. La calidad del agua filtrada no es constante
desde el comienzo hasta el final de la carrera de filtración, ya que inicialmente hay un deterioro de
la misma como resultado del lavado en contracorriente, y finalmente una desmejora de la calidad
debido a la colmatación. La Figura 9.16 presenta dicha situación.
Calidad
Tiempo
FIGURA 9.16 Variación de la calidad del efluente durante la carrera de filtración