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Ética profesional docente: conducta de la persona mentora y docente

Mentorizado

¿Qué es ética?
“La palabra ética viene del término griego “ethos” que significa costumbre o
lugar donde mora el ser humano. La ética como reflexión teórica, en sus inicios se
le atribuye a Sócrates (470-399 a.C.) quien pregonaba la aspiración del ser humano
por alcanzar su ser pleno y verdadero, mediante el conocimiento y la práctica
virtuosa” (Rojas Artavia, 2011, pág 6).

Algunos teóricos, definen la ética como una ciencia, otros como un saber.
Para (Rojas Artavia, 2011, pág. 6) la ética es normativa, vinculante, obligatoria para
con las pautas establecidas que permitan la convivencia del grupo humano. En un
principio, era válido hablar de los conceptos de moral o ética con similitud, sin
embargo, en la actualidad están diferenciados. Actualmente, se entiende por moral
como lo vivido o practicado por una colectividad determinada, en tanto que la ética
se señala como una reflexión teórica sobre la moral o práctica. Con esta definición,
la moral es el objeto de estudio de la ética. Ha de hablar de valores morales y no de
valores éticos.
Cuando se necesita referirse a la ética general, se debe hacer alusión a los
principios universales del actuar humano (valores, diferencia entre el bien y el mal,
libertad, responsabilidad, acto humano).

¿En qué se diferencia la ética general de la ética profesional?

La ética profesional o especial aplica los principios de la ética general a


situaciones particulares o coyunturales según sean sus coordenadas espacio–
temporales, es decir, de acuerdo con los códigos de la profesión que se ejerza.
Si se relaciona el conjunto de acontecimientos que demarcan nuestras vidas
con la profesión que se haya elegido, se puede decir, que nadie, por razones obvias,
primero es profesional que sujeto moral. Es decir, la esfera social es parte innegable
y habitual de nuestra vida profesional, sea en donde sea que nos encontremos y
nos seguirá a lo largo de la vida.
Se es profesional, al poseer los conocimientos propios de la profesión, así
como de valores éticos que nos hacen ser personas integrales, libres y
responsables de nuestras acciones y atribuibles moralmente desde una normativa
codificada que compete al gremio al cual se pertenece. (Rojas, 2011, pág. 7), así
también sostiene Rojas, que la responsabilidad asignada a los profesionales ha de
estar tutelada por códigos de moral profesional, los cuales se elaboran acorde con
el origen mismo de las profesiones.

¿Qué es un ethos profesional docente?

Wanjiru, citado por Rojas Artavia, 2011, pág 8, indica lo siguiente:


El ethos comprende aquellas actitudes distintivas que caracterizan a una
cultura o a un grupo profesional, en cuanto que esta cultura o profesión adopta
ciertos valores o la jerarquía de ellos. El ethos en el profesor lo constituye el modo
determinado de valorar la educación dentro de una jerarquía de valores, que él
sostiene y que, por tanto, forma parte importante de sus principios de acción. De
estos forman parte primordial la idoneidad o aptitud, la dotación natural, para el
ejercicio profesional, (la vocación). (Rojas, 2011, págs. 8-9)
De esto se deriva que el compromiso del docente, consigo mismo y de la
comunidad educativa, contempla la vocación que ejerce, como el crecimiento
profesional constante, la actualización en contenidos como en normas que rigen su
labor dentro y fuera del aula.
El docente mentor, como el mentorizado se rigen bajo las mismas normas o
códigos de ética profesional. Uno con suficiente experiencia en el campo, otro con
el compromiso de aprender y poner en práctica los conocimientos que extraiga de
su mentor, pero ambos con la misma responsabilidad ética de respetar y hacer
respetar las normas, en virtud de sus becarios y todo el conglomerado social al cual
están inmersos.
En el campo de la ética profesional docente, no hay espacio para diferenciar,
entre el profesor mentor y el profesor mentorizado, quién posee más o menos
responsabilidad de acatar las normas, ambos deben de hacer frente al compromiso
de crecimiento, en lo moral y en lo académico, en la aptitud de su vocación. El
mentorizado, tratando de extraer de la experiencia de su mentor, tanto
conocimientos académicos como éticos, que no se debe dejar de lado en el proceso
de mentoría, pues ninguno es de menor relevancia.

Referencias:
Rojas, C. (2011). Ética profesional docente Un compromiso pedagógico
humanístico. Dialnet. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4920530

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