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BUNDLE PARA PREVENCIÓN DE INFECCIONES DE SITIO QUIRÚRGICO

Someterse a una cirugía siempre implica un riesgo, el riesgo de tener una


infección en el sitio quirúrgico. El sitio quirúrgico es cualquier corte que realiza
el cirujano en la piel para llevar a cabo la operación. Las infecciones en el sitio
quirúrgico pueden variar de infecciones leves en la piel hasta infecciones
graves o incluso mortales que incluyen el tejido debajo de la piel o los órganos.
En esta hoja, encontrará más información sobre las infecciones en el sitio
quirúrgico, qué hacen los hospitales para prevenirlas y cómo se tratan si se
presentan. También le explicará lo que usted puede hacer para prevenir estas
infecciones.

Muchas veces el éxito reside en la sencillez. Esto también se puede extrapolar al


ámbito quirúrgico, donde los conocidos como bundles en cirugía logran reducir
significativamente las infecciones del lugar quirúrgico (ILQ).

Las infecciones de lugar quirúrgico son un grave problema para la seguridad de los
pacientes. De hecho, son la segunda causa más frecuente de infecciones
relacionadas con la asistencia sanitaria (IRAS) en Europa (1) y las infecciones
nosocomiales (IN) con mayor prevalencia en enfermos hospitalizados en España
(25,7% de todas las IN según el estudio EPINE-2015) (2).

Aunque se han logrado importantes avances en las prácticas de control de


infecciones, incluidas una mejor ventilación de la sala de operaciones, métodos y
barreras de esterilización y disponibilidad de profilaxis antimicrobiana, las ILQ
siguen siendo una causa importante de morbilidad, hospitalización prolongada y
muerte. A todo ello hay que sumar, además, el elevado gasto sanitario que
provocan (3).

Es posible reducir las ILQ


Diversos organismos sanitarios de máximo nivel tanto a nivel internacional como
nacional, desde el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social de nuestro
país hasta la Organización Mundial de la Salud, pasando por el NICE británico o el
CDC estadounidense, coinciden en que es posible prevenir las infecciones de
lugar quirúrgico. Se estima que hasta el 60% de las ILQ se pueden evitar mediante
el uso de pautas basadas en la evidencia (4). Algunas de esas medidas son las
que, precisamente, reúnen los bundles.

Pero, ¿qué son los bundles?


Siendo literales un bundle es un lote, paquete o manojo de algo. Pero en el
contexto médico y de seguridad del paciente en que nos encontramos, los bundles
son una serie de prácticas clínicas sencillas, basadas en la evidencia y
sistematizadas cuyo objetivo es reducir la incidencia y consecuencias de las ILQ.
Si se realizan conjuntamente, estas medidas producen un resultado sinérgico. Es
decir, el riesgo de infección se reduce cuando todos los elementos dentro del
proceso clínico se realizan cada vez y para cada paciente. El riesgo de infección
aumenta cuando una o más acciones de un bundle se excluyen o no se realizan.

El bundle del Proyecto IQZ


Aunque uno de los problemas que apuntan algunos expertos es la heterogeneidad
de los bundles -pues existen diversos tipos y algunos pueden incluir hasta 23
medidas- desde FIDISP hemos querido destacar uno.

Se trata del bundle que propone el Proyecto Infección Quirúrgica Zero, una
iniciativa de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e
Higiene (SEMPSPH) que cuenta con el apoyo del Ministerio de Sanidad y la
participación de servicios de salud autonómicos y de varias sociedades médico-
quirúrgicas y de anestesiología.

El bundle del Proyecto IQZ propone 10 medidas para prevenir las infecciones de
localización quirúrgica que se concretan en el siguiente decálogo (5):

1. Control de las condiciones de bioseguridad en el quirófano, temperatura,


humedad y limpieza diaria y entre intervenciones, ventilación del aire y
circulación de personas.
2. Control de la esterilidad de materiales, limpieza y cambio de
uniformes y óptimo uso de los equipos de protección. Optimización
del lavado de manos y desarrollo de protocolos de cambio de guantes.
3. Aplicación de protocolos adecuados de higiene corporal del paciente y
de cambio de ropa de cama y pijamas limpios. Verificación de su
cumplimiento. Aplicación de programas de cribado de microorganismos
multi-resistentes y de descontaminación selectiva, cuando proceda.
4. Administración como profilaxis del antibiótico señalado en los
protocolos del centro, con una antelación máxima de 30-60 minutos antes
de la intervención. Evaluación de las posibles alergias u otros eventos
adversos del antibiótico. Ajuste de la dosis a peso, hemodilución y función
renal y existencia de una segunda dosis en caso de que se prolongue
demasiado la intervención.
5. Aplicación, siempre que sea posible, de antiséptico de clorhexidina
alcohólica al 2% para pincelar la piel con aplicadores específicos. Se
realizará durante 30 segundos, realizando fricción en bandas horizontales o
verticales y se dejará secar al menos 2 minutos cada vez. Además, se
vigilará la presencia de derrames o zonas empapadas.
6. No eliminación del vello, a menos que sea necesario. En ese caso, se
utilizará cortadora de pelo y nunca rasuradora. Y tras la eliminación del
vello se realizará siempre un baño corporal. Se protocolizará la depilación
química, si procede.
7. Mantener caliente al paciente antes de ir al quirófano. Medir en quirófano,
de forma continua, la temperatura corporal con un termómetro
fiable. Mantener en todo momento la temperatura del paciente por
encima de los 35.5 ºC. Utilizar calentadores de fluidos y calentadores de
contacto si resulta necesario. Abrigar al paciente para su traslado a zona de
despertares o reanimación.
8. Control de la glucemia del paciente antes de ir a quirófano. Evitar el
ayuno prolongado y administrar, si fuera necesario, bebidas
carbohidratadas hasta 2 horas antes de la intervención. Medir la glucemia
antes de la intervención, durante la intervención (cada hora) y tras la
intervención. Mantener niveles de glucemia por debajo de 180 mg/dl y
utilizar algoritmos para dosificar correctamente la insulina.
9. Aplicar correctamente los protocolos de cura de heridas quirúrgicas
del centro: técnica aséptica, uso de drenajes, tipos de apósitos, retirada del
apósito y curas tras el alta.
10. Vigilar adecuadamente, durante el ingreso y tras el alta, la aparición de
infecciones u otras complicaciones tras la cirugía. Priorizar las
intervenciones más importantes y elaborar indicadores de riesgo (tasas de
infección). Comparar los resultados según se aplique o no el Protocolo
Infección Quirúrgica Zero. Comparar los indicadores por medio de técnicas
de benchmarking y facilitar toda la información a los servicios para hacer su
propia autoevaluación.

¿Qué podemos esperar de la aplicación de bundles en


cirugía?
Cada una de las medidas preventivas propuestas en los bundles en cirugía y, en
concreto, en el decálogo del Proyecto IQZ, han demostrado individualmente su
efectividad pero lo más importante de todo es que ya hay muchos estudios que
avalan la elevada efectividad preventiva de los bundles en prácticamente todas las
localizaciones quirúrgicas, como por ejemplo:

 En cirugía de colon se han conseguido reducciones de las ILQ de entre el


37,6% (6) y el 70,44%. (7)
 En histerectomía abdominal del 40%. (8)
 En By-Pass aorto-coronario del 77%. (9)
 En cirugía cardiovascular del 57,2%. (10)

Bibliografía
1 Point prevalenc

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