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ITINERARIO EN ENFERMERÍA

SALUD MENTAL Y
PSIQUIATRÍA

TRASTORNO BIPOLAR
DOCENTE: DRA. MARÍA FERNANDA MORALES

CURSO: SÉPTIMO “A”

INTEGRANTES:

VERÓNICA CAIZA

VICTORIA VILLAROEL

TANIA RAMIREZ

HIPATIA QUEVEDO

TATIANA LÓPEZ

EVELYN GUZMÁN

KELY MONTEROS

PERIODO ACADEMICO:
MAYO – SEPTIEMBRE
2023
Introducción
Clásicamente conocido como enfermedad maniacodepresiva, el trastorno bipolar (TB)
es un trastorno de carácter crónico y recurrente en el que se presentan fluctuaciones
marcadas y persistentes del estado de ánimo que conforman, junto con otros síntomas,
los episodios de manía, hipomanía y depresión.

Los estados de manía y depresión suponen los dos extremos del espectro del humor,
representados como polos opuestos de los que se deriva el término depresión unipolar
(si solamente se presenta el polo depresivo o bajo) y depresión bipolar (si se presentan
ambos polos a lo largo de la vida). Cuando los estados de manía y depresión aparecen al
mismo tiempo, se habla de un estado mixto del humor.

Es posible que durante el curso de la enfermedad se produzcan las denominadas fases de


hipomanía; estados de manía en menor grado. Se dice que un paciente es ciclador rápido
cuando experimenta oscilaciones rápidas entre manía y depresión.

Además de la alteración del estado del humor, en el TB se presentan, en mayor o menor


medida, alteraciones de la emoción, del pensamiento, cambios recurrentes en los niveles
de energía y el comportamiento. Además, es común la aparición de síntomas cognitivos
como la alteración del tiempo de reacción, la disfunción ejecutiva o la afectación de la
memoria visual o verbal (1).

Definición

El trastorno bipolar es un trastorno crónico y recurrente que se caracteriza por


fluctuaciones patológicas del estado del ánimo. Las fases de la enfermedad incluyen
episodios hipomaniacos, maniacos y depresivos. Estos episodios interfieren de forma
significativa en la vida cotidiana del paciente y en su entorno, con importante
repercusión en su salud y calidad de vida. 

Etiopatogenia

Hasta la fecha, los factores etiológicos de la TB no se conocen con exactitud. Si bien se


considera como uno de los trastornos psiquiátricos con mayor componente hereditario
debido a su importante carga genética, por la evidencia de la interacción gen-ambiente,
el modelo etiopatogénico más aceptado en la actualidad es el multifactorial. En varios
estudios de familias y gemelos se ha demostrado el impacto de factores genéticos en la
susceptibilidad de aparición del TB.
Epidemiología
El TB afecta a más del 1% de la población mundial. La prevalencia estimada a lo largo
de la vida del TB tipo I y tipo II se sitúa en torno al 0,6% y el 0,4%,
respectivamente. En algunos estudios recientes se han sugerido prevalencias más
elevadas. En un estudio publicado en 2017 por Blanco et al  se encontró una prevalencia
de vida de hasta el 2,1% en el TB tipo I, encontrándose los criterios diagnósticos según
el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales en su 5ª edición.

Síntomas
Los síntomas de un episodio maníaco pueden incluir:
 Sentirse muy optimista, eufórico o animado
 Sentirse nervioso o acelerado, más activo de lo habitual
 Tener muy mal genio o parecer extremadamente irritable
 Sentir que los pensamientos van muy rápido, lo mismo al hablar
 Dormir menos
 Sentirse inusualmente importante, talentoso o poderoso
 Hacer cosas arriesgadas que muestren falta de juicio, como comer y beber
demasiado, gastar o regalar mucho dinero o tener relaciones sexuales poco
seguras.
Los síntomas de un episodio depresivo pueden incluir:
 Sentirse muy triste, desesperanzado o inútil
 Sentirse solo o aislarse de los demás
 Hablar muy despacio, sentir que no tiene nada que decir u olvidar mucho
 Tener poca energía
 Dormir demasiado
 Comer demasiado o muy poco
 Falta de interés en sus actividades habituales y no poder hacer cosas simples
 Pensar en la muerte o el suicidio
 Un episodio mixto incluye síntomas maníacos y depresivos. Por ejemplo, puede
sentirse muy triste, vacío o desesperanzado, mientras que al mismo tiempo se
siente extremadamente lleno de energía (2)

Tipos
Los tipos de trastorno bipolar son:

Trastorno bipolar tipo I: al menos un episodio maníaco que cumpla los criterios
diagnósticos establecidos. Antes o después pueden aparecer episodios de hipomanía o
depresión, los cuales no son necesarios para el diagnóstico
Trastorno bipolar tipo II: al menos un episodio hipomaníaco actual o pasado, así como
un episodio depresivo actual o pasado. Ambos episodios deben cumplir los criterios
diagnósticos establecidos

Trastorno ciclotímico (ciclotimia): síntomas de carácter hipomaníaco y depresivo


mantenidos al menos 2 años (1 año en niños y adolescentes), que no reúnen criterios
suficientes para el diagnóstico de episodio hipomaníaco, maníaco o depresivo

Trastorno bipolar y trastorno relacionado inducido por sustancias/medicamentos


Trastorno bipolar y trastorno relacionado debido a otra afección médica

Otro trastorno bipolar y trastorno relacionado especificado: síntomas característicos del


TB que no cumplen los criterios diagnósticos de TB I, TB II y ciclotimia. Esta entidad
se emplea cuando el clínico apunta el motivo específico por el que la presentación no
cumple con los criterios de un TB específico

Trastorno bipolar y trastorno relacionado no especificado: síntomas característicos del


TB que no cumplen los criterios diagnósticos de ninguno de los trastornos expuestos.
En esta ocasión, el clínico no especifica el motivo de incumplimiento de los criterios
diagnósticos. (3)

TRATAMIENTO DEL TRANSTORNO BIPOLAR

Tratamiento de la manía aguda El objetivo primordial del tratamiento de los episodios


de manía aguda en el TB es la consecución de la más rápida resolución de los síntomas.
No hay que olvidar que, la alteración conductual de muchos de estos pacientes, en
ocasiones puede poner en riesgo su integridad y/o la de las personas cercanas a ellos. En
cuanto a las medidas conductuales en el episodio agudo de manía, se recomienda la
disminución de las actividades y la excesiva estimulación, así como la instauración de
hábitos estructurados que incluyan un patrón regular de sueño. (4)

El abordaje terapéutico de la fase maníaca aguda estará determinado por la intensidad


del episodio, así como por el tratamiento previo que haya podido recibir. El primer
fármaco aprobado por la agencia americana Food and Drugs Administration (FDA) para
el tratamiento de la manía en el TB fue el litio. Desde entonces, se han aprobado otros
(incluyendo valproato, carbamazepina, aripiprazol, asenapina, cariprazina,
clorpromazina, ziprasidona, olanzapina, risperidona y quetiapina) para el tratamiento de
la manía aguda en adultos. (4)
En población infantil y adolescente están aprobados: litio, risperidona, quetiapina,
olanzapina y aripiprazol. Un pilar fundamental del tratamiento de la manía aguda lo
constituyen los fármacos antipsicóticos y los estabilizadores del humor. Los fármacos
considerados de primera línea son: litio, valproato y los antipsicóticos atípicos como
risperidona, olanzapina, quetiapina y aripiprazol. (4)

Según este grupo, la frecuencia e intensidad de las elevaciones del estado de ánimo son
mayores en el TB tipo I que en el de tipo II. Por este motivo, los antidepresivos en el TB
tipo I deben emplearse únicamente en terapia combinada con estabilizadores del humor,
aunque la capacidad de estos últimos para evitar el viraje a manía aún está sin
demostrar. (5)

En la actualidad, disponemos de tres fármacos aprobados por la FDA para el tratamiento


de la depresión bipolar que son lurasidona, quetiapina y olanzapina en combinación con
fluoxetina.

Ante la escasez de medicamentos aprobados para la depresión bipolar, en la práctica


clínica es común el empleo de fármacos fuera de ficha técnica, así como la terapia
combinada con otros fármacos.

Se ha demostrado la efectividad de la combinación de olanzapina y fluoxetina, que


puede considerarse un tratamiento de primera línea de la depresión bipolar36. Hasta la
fecha, existe poca evidencia acerca de la eficacia en la depresión bipolar de fármacos
antiepilépticos como topiramato, gabapentina o levetiracetam, la hormona tiroidea,
naltrexona, lisdexanfetamina o inhibidores de la enzima acetilcolinesterasa, tanto en
combinación como en monoterapia. Se ha sugerido que los ácidos grasos
poliinsaturados omega-3 o la N-acetilcisteína podrían ejercer un efecto beneficioso
empleados como coadyuvantes en la terapia de base. (6)

Mecanismo de acción. Las sales de litio actúan inhibiendo la neurotransmisión


excitatoria (en la que intervienen neurotransmisores como el glutamato o la dopamina) y
promueven aquella mediada por el ácido gamma-aminobutírico (GABA). Como agente
antidepresivo potencia la acción serotoninérgica, aumenta los niveles de GABA y
disminuye la sensibilidad de los receptores dopaminérgicos y beta-adrenérgicos. Como
antimaníaco, aumenta la actividad de la enzima MAO-B, inhibe la liberación de
noradrenalina y dopamina en las terminaciones nerviosas y modifica la
neurotransmisión colinérgica. Se sugiere que el litio posee efectos neuroprotectores que
preservan la función de los circuitos neuronales. Además, podría promover la
neurogénesis en el hipocampo; región potencialmente importante en el aprendizaje, la
memoria o las respuestas al estrés.

Metabolismo y farmacocinética

El carbonato de litio se absorbe en el aparato digestivo (no unido a proteínas


plasmáticas). Atraviesa lentamente la barrera hematoencefálica y la placenta. No se
metaboliza. Se excreta como ión; el 95% por la orina y el 5% restante por el sudor, las
heces y la saliva. Se filtra a nivel glomerular hasta el 80% y se reabsorbe con Na y H2O
en el túbulo proximal. Esta reabsorción competitiva con el Na explica el riesgo de
intoxicación en hiponatremias derivadas de alteraciones renales, dietas hiposódicas,
estados de hiperhidrosis o deshidratación y tratamientos con diuréticos tiazídicos.
Indicaciones. En el TB, el litio está indicado para el tratamiento de los episodios
maníacos agudos, así como para el tratamiento de mantenimiento.

Se ha demostrado que el efecto de prevención es más robusto en las fases maníacas que
en las depresivas. Si bien su uso no está aprobado por la FDA para el tratamiento de la
depresión bipolar, se ha demostrado su eficacia en estos casos. En pacientes con
ideación suicida, el litio será una buena opción, ya que se ha visto que reduce el riesgo
de suicidio. También para el manejo de la agresividad ha resultado ser beneficioso36.
Recomendaciones de uso. Antes de iniciar el tratamiento con litio es necesario realizar
un examen físico, un registro, un pesaje (o cálculo del índice de masa corporal –IMC–),
una analítica (con hemograma, tasa de filtrado glomerular (TFG), urea, creatinina,
glucemia, calcio sérico y perfil tiroideo) y una prueba de embarazo.

La realización de un electrocardiograma previo a la toma de litio está indicada en los


pacientes con factores de riesgo o enfermedades cardiovasculares. Una vez instaurado el
tratamiento, la medición de urea, electrolitos, TFG y perfil tiroideo se repetirán cada 6
meses. El pesaje (o cálculo del IMC) y la medición del calcio sérico también se debe
repetir con periodicidad. Iniciado el tratamiento se debe realizar un control estricto de
litemias.

Efectos adversos: La mayoría suelen ser dosis dependiente. A corto plazo y con
frecuencia se presentan molestias gastrointestinales (náuseas, vómitos dispepsia,
diarrea), poliuria, polidipsia, temblor fino, aumento de peso y sedación. La poliuria
suele aparecer más comúnmente cuando el fármaco se administra en dos tomas al día.
(6)

Bibliografía
x

1. Santos MA&PM. Transtorno bipolar. Actualizacion. 2019; 12(86): p. 5052-66.

2. Martinez O, et.al.. Trastorno Bipolar. Consideraciones clínicas y epidemiológicas. Scielo.


2019.

3. Santos MAyPM. Residenciamflapaz. [Online].; 2019. Acceso 22 de Junio de 2023.

4. Arrieta M, Molero P. Trastorno bipolar. Departamento de Psiquiatría y Psicología Médica.


Clínica Universidad de Navarra. Pamplona. España. 2019; 12(86): p. 5052-2066.

5. Martinez O, Montalvan O, Betancourt E. Trastorno Bipolar. Consideraciones clínicas y


epidemiológicas. Scielo. 2019; 41(2).

6. Valdivieso G. Eficacia de la Terapia Cognitiva Conductual Para el Trastorno Bipolar: una


Revisión Sistemática. Science Direct. 2021.

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