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Agenda

Menstrual
Guía y bitácora para el autoconocimiento
femenino, a través del ciclo menstrual.

Loreto Contreras Herrera


Colaboración: Elena Sofía Zambrano
Agenda Menstrual:
Guía y bitácora para el autoconocimiento femenino, a través del ciclo menstrual.

1era edición, noviembre, 2016.


2.500 ejemplares. Santiago, Chile. Loreto Contreras Herrera.
300 ejemplares. La Paz, Bolivia. Warmi Yasi.
500 ejemplares. Guadalajara, México. Ixchel Ecoalternativas.
150 ejemplares. Alcalá la real, España. Oficina Tipográfica Marvel.

2da edición, octubre, 2019.


Santiago de Chile.
Loreto Contreras Herrera, autora.
www.loretocontrerasherrera.com

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. PROHIBIDA LA DIFUSIÓN,


REPRODUCCIÓN Y COMERCIALIZACIÓN DE ESTE EBOOK.

Edición General: Sol Inzunza Barra

Ilustración y Diseño: Loreto Contreras Herrera

Asistencia de Diseño: María Gabriela Álvarez Cabello

ISBN: 978-956-401-290-2
Índice

Propósito e Inspiración 7

Lunario 2020/2023 10

¿Cómo utilizar la Agenda Menstrual? 12

Capítulo 1: El Ciclo Menstrual

Anatomía de órganos reproductivos y sexuales 14

¿Qué es el Ciclo Menstrual? 16

- ¿Cómo se relaciona el Ciclo Menstrual con el ciclo lunar? 17

- Las 4 fases del Ciclo Menstrual: Fase menstrual, fase


preovulatoria, fase ovulatoria, fase premenstrual 19

Ciclo Menstrual: Autoconocimiento de nuestro cuerpo

- Signos físicos del Ciclo Menstrual: Fluidos cervicales,


temperatura basal y cambios del cérvix 33

- Los Mensajes del Cuerpo 39

- Bienestar Menstrual: Consejos para vivir una ciclicidad


placentera 44

Ciclo Menstrual: Autoconocimiento de nuestra psiquis

- Fase premenstrual y menstrual: La herida femenina y la llave para


sanar 50

- Ciclo Menstrual y Sueños 54

- El Ciclo Menstrual como preparación a la menopausia 57

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Capítulo 2: El Poder de la Ciclicidad en ti

Mi Huella 60

Espejo: Registro Diario 62

Inspiración, Magias y Ritos

- Útera 74

- Vuelve al Rito: Siembra la luna 86

- Ovarios 130

- Vuelve al Rito: Amuleto de poder menstrual 138

- Vulva y Vagina 156

- Vuelve al Rito: Magia menstrual y votos de sangre 194

- Vuelve al Rito: Arte visionario y el mensaje de tu Útera 220

Brújula: Mandala Menstrual 266

Planilla de Registro 281

Arte: Lienzo en Blanco 298

Reflexión: Espacio de Preguntas 329

Referencias Biliográficas 332

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Propósito e Inspiración

Desde la primera edición de la Agenda Menstrual he podido


ir confirmando lo que vislumbraba; el ciclo menstrual es el ritmo en nuestro
cuerpo que nos alimenta constantemente de autoconocimiento. No
dejo de maravillarme y sentirme una devota de mi propio ciclo. Los
entendimientos acerca de este, encuentran nuevas perspectivas y se hacen
más profundos, y esto es lo que espero transmitir en esta edición.

Mientras más conocemos la ciclicidad de nuestro cuerpo, más


hondo l egamos hacia nosotras mismas. Al habitar de forma conciente nuestra
naturaleza cíclica podemos despedirnos del paradigma de separación entre
cuerpo/ emoción/ psiquis/ espíritu y alcanzar la comprensión de que somos
unidad, por el simple hecho de experimentarlo en carne propia todos los días.
El ciclo menstrual y sus movimientos son un espejo sincero de todo lo que nos
sucede.

Es por esto que he invitado a Elena Sofía Zambrano, educadora


de fertilidad, que trae a la agenda una completa guía para acercarnos al
ciclo desde lo físico y lograr comprender con precisión cómo este se
manifiesta en nuestro cuerpo. De esta manera, forjamos un cimiento fuerte
para poder abrir las alas y viajar lejos, tan lejos como queramos en las infinitas
posibilidades de autoconocimiento emocional, psíquico y energético,
cultivando así el potencial creativo, sanador, alquímico y mágico que nos
brinda nuestro ciclo.

Además de los conocimientos teóricos que podamos integrar, esta


agenda es un espacio para desarrollar la propia sabiduría, donde la voz
de cada una es la principal. Necesitamos escucharnos y sentirnos desde
el cuerpo, una y otra vez, y trasformarlo en un hábito para arraigar
en nosotras la confianza en nuestra naturaleza. Solo así recuperaremos

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autonomía y poder, y gestaremos sabiduría valiosa y auténtica. Así
otorgaremos el valor que merece la experiencia personal. Así nos
reconoceremos brujas y sabias. Así construiremos cultura menstrual.

En mi propia re-significación del ciclo, una de las nociones que


he ido asentando es la idea de que el ciclo menstrual, más que un ciclo
reproductivo es un ciclo creativo. Este nos lleva a la reflexión constante,
preguntándonos; ¿Qué es ser mujer? En el encuentro conciente con mi
menstruación me desvisto de constructos socio culturales y es ahí donde
logro comprender la nueva misión que tiene el ciclo menstrual en el
presente; desnudarnos hasta llegar a nosotras mismas para poder
conectarnos con los deseos auténticos, liberándonos de las exigencias
que la cultura le ha impuesto a las mujeres.

Desde ese despojo podemos y necesitamos cuestionarnos quiénes


somos, cómo queremos vivir la libertad que vamos recuperando y qué
deseamos hacer con ella.

La menstruación tiene el poder alquímico de desprender todo


lo que no está en concordancia con nuestra esencia. El ciclo nos guía
hacia la liberación de las capas de una historia opresiva de la cual aún
cargamos vestigios, pues estamos en tiempos de transición para
llegar a nosotras mismas y conocernos profundamente. El ciclo es nuestra
capacidad biológica de transformación.

La función creativa del ciclo nos da libertad, nos permite ser arte,
comprendiendo que tenemos el potencial de crear(nos) y recrear(nos),
como dueñas de nuestro cuerpo, de nuestras desiciones, y de nuestra
manera de habitar un cuerpo biológicamente femenino. El ciclo vivido en
conciencia crea nuevas realidades personales y colectivas.

Al conectar con nosotras mismas, conocemos nuestros


genuinos deseos y nuestro verdadero corazón; es ahí donde surge la
reconciliación interior y el amor propio.

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Esta edición de la agenda tiene la intención de acompañarte
en este recorrido para que te des(cubras) y puedas crear(te) con plena
libertad. Te convoca a que habites esa libertad, para que esta sea el
regalo que podamos entregar a las futuras generaciones; libertad de ser
cíclicas, libertad de ser mujer.

Te invito a iniciar el viaje, a desvestirte al ritmo del ciclo


menstrual y a que te maravilles con la belleza e infinitas posibilidades de
tu desnudez.

8
Lunario 2020/2021

9
Lunario 2022/2023

10
¿Cómo utilizar
la Agenda Menstrual?

La Agenda Menstrual contiene dos capítulos. El primero,


llamado “El Ciclo Menstrual”, entrega información teórica, abarcando los
aspectos físicos, emocionales, psíquicos y energéticos del ciclo. El
segundo, “El Poder de la Ciclicidad en ti”, nos invita a vivenciar concien-
temente nuestro ciclo. Dentro de este capítulo encontrarás “Inspiración,
Magias y Ritos”; diferentes textos poéticos, ilustraciones y actos simbólicos
que aparecerán a medida que vayas avanzando.

En el segundo capítulo; encontrarás secciones prácticas


para que puedas registrar y comprender el ciclo desde tu propia
experiencia: Mi Huella; gráfico simbólico de registro y compromiso con
tus ciclos. Espejo: Registro Diario; espacio para anotar tus percepciones
diarias. Brújula: Mandala Menstrual; sección para visualizar la totalidad
de un ciclo y comparar uno con otro. Planilla de Registro; para el registro
diario de fluidos cervicales, temperatura basal y cambios del cérvix. Arte:
Lienzo en Blanco; lugar para la creatividad y libre expresión. Reflexión:
Espacio de Preguntas; invitación a reflexionar sobre tu ciclo.

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Capítulo 1:
el Ciclo Menstrual

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Anatomía de órganos
reproductivos y sexuales

Para reconocer nuestro ciclo, partiremos reconociendo nuestro cuerpo.

Órganos reproductivos y sexuales externos

clítoris
labios mayores
apertura uretral
vulva
apertura vaginal
labios menores

periné

13
Órganos reproductivos y sexuales internos

útero

endometrio
trompa uterina

ovario
cérvix

*En los ovarios se encuentran


los folículos ováricos, estructu-
vagina ras que albergan las células
sexuales femeninas: Ovocitos.

apertura vaginal

¿ Dónde están ? vista frontal cérvix

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¿Qué es el Ciclo Menstrual?

Las etapas sexuales femeninas nos enseñan diferentes matices de


nuestra naturaleza a lo largo de la vida. Una de ellas es el paso de niña
a mujer que está marcado por un hito en nuestro cuerpo: la menarquia,
es decir, el primer sangrado que nos inicia en la ciclicidad 1. Desde ese
momento y hasta la llegada de la menopausia, danzaremos el ciclo
menstrual, un viaje que recomenzamos una y otra vez, con una duración
promedio de 21 a 35 días, transitando por tiempos de fertilidad, de
eliminación a través del sangrado y de transición entre estas fases.

El ciclo menstrual es la suma de la interacción de varios ciclos


de nuestro cuerpo: el ciclo hormonal, ovárico y uterino, todos ellos
comandados por la glándula hipófisis, ubicada en el cerebro. Esta guía
la secreción de hormonas que regulan dichos ciclos.

El ciclo ovárico se divide en 2 grandes etapas: Fase


Folicular y Fase Lútea. Y el ciclo menstrual en su totalidad lo podemos
dividir en 4 fases; menstrual, preovulatoria, ovulatoria y premenstrual,
que revisaremos en profundidad más adelante. Estas manifiestan diversos
aspectos de nosotras, asociados tanto a nuestro cuerpo físico, como a
nuestra dimensión emocional, psíquica y energética.

1. Para algunos pueblos ancestrales, la menarquia es un momento importante para la niña y para
su comunidad. Ella es preparada para hacer esta transición, guiada por las mujeres mayores.
Para marcar el paso de niña a mujer se realiza una ceremonia. Los apaches, pueblo indígena de
Norteamérica, celebran la “ceremonia del amanecer”; cuatro días con danzas, comidas y ritos.
Esta información fue extraída de los sitios web www.mujerciclica.com y www.europaindigena.
com.
DeAnna L´am en el libro “Caminando juntas” nos cuenta sobre la importancia de realizar un rito
de paso al momento de la menarquia y cómo podemos crearlo.

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Fa s e Fo li cul a r Fa s e Lú t e a

menstruación preovulación ovulación premenstruación

La Fase Folicular comprende el periodo que va desde la


menstruación hasta la ovulación. En esta etapa, los folículos ováricos,
estructuras que albergan las células sexuales (ovocitos o precursores
inmaduros de los óvulos), comienzan su proceso de maduración. Es
decir, nuestras semillas de vida2, contenidas en los ovarios, se preparan
para brotar. La duración de este periodo es variable en cada mujer y
puede alargarse o acortarse bajo la influencia del estrés, las emociones
alteradas, los cambios de estilo de vida y otros factores.

La Fase Lútea comienza con la ovulación y finaliza con el inicio de


la siguiente menstruación. Tras la ovulación, el ovocito inicia su viaje por
la trompa y, a su vez, el útero comienza un proceso de nutrición y alma-
cenamiento. Cuando ocurre la ovulación y el folículo queda vacío dentro
del ovario, este tejido se transforma en el cuerpo lúteo; una glándula que
secreta hormonas y que desaparece, aproximadamente, 14 días después,
si no se ha producido un embarazo. La desaparición del cuerpo lúteo da
pie al inicio de un nuevo ciclo.

¿Cómo se relaciona el Ciclo Menstrual con el ciclo lunar?

La Luna fue el primer cuerpo celeste que permitió al ser humano


comenzar a medir el tiempo gracias a su constante ciclicidad. Esta relación
primordial llevó a nuestros antepasados femeninos, hace 30.000 años, a
descubrir que sus tiempos de fertilidad coincidían con determinada fase
lunar y que ambos ciclos tenían una duración similar. Así constataron que

2. Nuestros órganos reproductores y sexuales no son tan solo el centro de gestación de


vida humana, sino que también son el núcleo de creatividad de nuestra vida en to-
dos los sentidos. Cuando me refiero a semillas de vida, quiero decir que estas células
sexuales son las simientes de nuestros proyectos, ideas y deseos; todos estos, nuestros hijos.

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existe una similitud y sincronía entre los ciclos de la mujer y la luna,
permitiendo el inicio del estudio y comprensión del ritmo de sus ciclos, y
el dominio de su fertilidad. Es por esto que nuestras ancestras la han
honrado como símbolo de feminidad. A través del autoconocimiento y el
conocimiento de la naturaleza, por medio de los ciclos de la luna, se nos
otorga el poder de autonomía que conforma el legado que heredamos
de ellas.

La siguiente imagen, Venus de Laussel (25.000 AC) plasma la


estrecha y antigua relación de la mujer y la luna.

En la figura, podemos apreciar que la mujer toma el cuerno de un


bisonte con su mano, símbolo de la luna. En este se observan 13 líneas,
que representan los 13 ciclos lunares/menstruales que suceden en un
año. Esta imagen da cuenta del poder de la mujer, en torno a su ciclo
menstrual, tomando a la luna como guía para entenderlo.

La luna representa la energía femenina; es nuestra maestra y


cómplice. Al igual que nosotras, aproximadamente en 29,5 días, tran-

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sita por sus 4 fases: luna creciente, luna llena, luna menguante y luna
nueva. A través de su movimiento y gravedad influye en la energía
del planeta, por lo tanto, en todos los seres humanos 3. Cada una de
estas fases tiene una especial influencia en nuestra tierra. Los pueblos
indígenas han organizado muchas de sus actividades, según la fase
adecuada para cada una de ellas. Tiempos para sembrar ciertas semillas,
cosechar o realizar ritos y celebraciones. Así mismo sucede en nuestro
ciclo; pasamos por cuatro fases que sincrónicamente tienen energías muy
similares a las cuatro fases de la luna.

Si observamos la naturaleza podemos apreciar que la


ciclicidad es una característica esencial de esta; las estaciones del
año son otro ejemplo. En 365 días completamos una vuelta al sol, que
también dividimos en 4: primavera, verano, otoño e invierno. Todo en
la naturaleza funciona en torno a ciclos y cada una de sus etapas nos
muestra una cualidad especial, un aspecto de la naturaleza; momentos
de actividad y reposo. Tanto en el cosmos como en nuestro cuerpo hay
un orden inherente, y el ciclo de la vida requiere de la experiencia de
cada uno de sus pasos para dar el siguiente; nacimiento, crecimiento,
madurez, muerte y nacimiento otra vez.

Las 4 fases del Ciclo Menstrual

A continuación, les presento un esquema que rescata parte


esencial de cada fase para ubicarnos en el ciclo. Sin embargo, no es
rígido, más bien es un mapa de orientación, pues sobre todas las co-
sas, el ciclo menstrual es una experiencia personal y creativa, y es muy
importante permitirnos sentirlo y nutrir este esquema con las propias
vivencias. De esta manera, contribuimos también al enriquecimien-
to de la sabiduría y cultura menstrual que creamos desde la propia
experiencia. Vale aclarar que cada fase se yuxtapone a la otra, no existe
un inicio y un final abrupto entre cada una, pues nuestro ciclo es orgánico.

3. La luna rige los movimientos de las aguas, y al igual que la Tierra nuestro cuerpo también está
constituido en mayor porcentaje de agua. Metafísicamente, el agua se asocia a nuestro cuerpo
emocional, por lo tanto, la luna influye en el movimiento de las emociones; nuestros estados
anímicos.

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Revisaremos cada fase desde lo biólogico y luego indagaremos
en cómo la actividad hormonal de cada fase influye en nuestra emoción,
psiquis y energía, para comprender el ciclo no solo como un evento físico,
sino que también como un movimiento integral en nosotras.

Por último, realizaré la correspondencia entre cada fase del ciclo


y su relación y similitud con las fases de la luna y las estaciones del año.
Además, comprenderemos cómo estas fases representan arquetipos4 de
nuestra psiquis, basados en el libro “Luna Roja” de Miranda Gray, quien
distingue 4 arquetipos que transitamos durante nuestro ciclo: la Bruja, la
Virgen, la Madre y la Hechicera. Todas estas relaciones y nociones las
podremos ir ampliando y personalizando con nuestra propia experiencia.

Para explicar las fases del ciclo menstrual, tomaremos como


ejemplo un ciclo de 28 días. De todos modos, es importante señalar
que es completamente normal tener ciclos con otras duraciones (lo más
común, entre 21 a 35 días).

Fa s e M e n s t r u a l

La fase menstrual tiene una duración de, aproximadamente, 5 días.


Esto puede variar, dependiendo de cada mujer.

Ciclo ovárico y hormonal: Los niveles de estrógeno y progesterona


son muy bajos. La glándula hipófisis ha comenzado a secretar la hormona
folículo estimulante (FSH), la cual estimula el proceso de maduración de
algunos de nuestros folículos (aprox. entre 6 y 10) en uno de los ovarios.

Ciclo uterino: El descenso de progesterona provoca que el


endometrio, que ha crecido durante todo el ciclo anterior, se suelte y
salga por la vagina, a través del sangrado menstrual.

4. Los arquetipos son una construcción simbólica que representa un modelo de comportamiento,
que se expresa en diferentes aspectos, de manera personal y universal.

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El descenso hormonal provoca un fuerte cambio en nuestra
energía y ánimo. El cuerpo nos pide calma y descanso para poder
realizar su proceso de limpieza.

Con la premenstruación iniciamos un proceso introspectivo. Al


llegar la fase de la menstruación, la entrega a nuestro mundo interior es
completa, las barreras se diluyen y nuestro cuerpo nos lleva, sin atajos, a
vivir el trance del encuentro con nosotras mismas.

Nuestro endometrio que sale a través del sangrado, contiene


todas las vivencias de nuestro ciclo anterior, y también de nuestra vida
e historia. La fase de la menstruación puede ser el momento para sacar
aquello que no necesitamos más; es la oportunidad que tenemos, ciclo
tras ciclo, de desprendimiento y depuración física, emocional, psíquica y
energética. Esta fase es nuestra muerte simbólica; es el fin y el inicio de
nuestro ciclo.

Inmersas en nuestro propio vacío nos miramos de frente, nos


despojamos de todo y encontramos el espacio para comprender
qué hemos vivido y qué estamos dejando atrás. Una vez finalizada la
menstruación, renacemos con la visión que nos guía en el siguiente ciclo.

Este puede ser un momento placentero y propicio para cuidar


de nosotras; regalarnos amor, acompañarnos con masajes en el
vientre, arroparnos, tomar infusiones y reposar para que las
contracciones de nuestro útero sean armónicas y logremos sentirlas
y escucharlas. En algunas culturas ancestrales las mujeres en conjunto
se retiraban de sus actividades cotidianas para darse el tiempo y el
espacio para menstruar, compartir sus saberes y recibir las revelaciones
que llegan con la menstruación 5.

Las menstruaciones dolorosas, los ciclos irregulares y ciertas


características del sangrado, muchas veces son síntomas que nos pueden
estar mostrando desequilibrios. Observarnos es útil para reconocer
cuándo nuestra menstruación nos está señalando algún aspecto que

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requiera de nuestra atención 6.

Fase de la luna: La luna nueva es el momento de oscuridad en


el cielo. Esta no se ve, ya que está ubicada justo delante del sol, por lo
tanto, la cara que mira a la Tierra es la que está en sombra, sin la energía
masculina de la luz del sol y habitando en lo más profundo de lo femeni-
no. El cielo nos muestra también su tiempo de muerte, descanso y despo-
jo para volver a salir a la luz con la siguiente fase de la luna creciente.
La luna nueva es el momento preciso para dejar atrás lo innecesario y
sembrar lo que deseamos. Es el momento mismo del renacimiento.

Estación del año: La fase de la menstruación es nuestro invierno. La


tierra, igual que nuestro cuerpo, se limpia, descansa y se renueva para
un nuevo ciclo. La energía está en las profundidades, conectándonos con
la raíz que nos conduce al corazón de la Tierra.

Arquetipo: Durante la menstruación transitamos el arquetipo de la


Bruja; la integración total de nuestra sabiduría. Ella es la anciana, sabia
visionaria, y está en completa conexión con el mundo invisible, en unión
con la esencia y el origen. Su instinto es primitivo. Su aceptación de la
vida es absoluta. No necesita aprobación exterior y todo está contenido
en ella.

5. Para los lakotas, pueblo indígena de Norteamérica, las mujeres durante su menstruación se
reunían en tipis de luna (tiendas), para retirarse de las labores cotidianas y prestar atención a
su visión. La menstruación era considerada un momento sagrado, pues durante esta, las mujeres
alcanzaban gran conexión espiritual y su percepción era muy amplia al estar en unión con la
luna. Es por esto que muchas veces en los tipis de luna se tomaban decisiones importantes para
la comunidad, por ejemplo, en algunas ocasiones se decidía a qué jefes se mantenía en el
poder.
Esta información fue transmitida por Laura Contreras www.medicinademujer.com que, a su vez,
la recibió del abuelo lakota Alfonso Castillo.

6. El libro “Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer” de Christiane Northrup nos puede orientar, en
cuanto a los desequilibrios de nuestro ciclo menstrual, sus causas y cómo podemos tratarlos en
primera instancia.

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¡Descansa! Baja el ritmo. Respira profundamente.
Reduce la cantidad de cosas que harás hoy, al mínimo
necesario. Permítete SER. Escúchate. Enciende tu corazón. Sueña,
deja que tu mente vuele para mostrarte nuevos mundos. Deja
que tu mente siembre en tu útero nuevas ideas-semillas. Es un
excelente momento para ajustar tus objetivos. Aprende a pedir
ayuda y a delegar. Se amable contigo misma. Regálate belleza.
Recárgate para el acto creativo de vivir la vida. Usa estos días
para dejar ir el pasado y entrar más ligeras a un nuevo ciclo.

Elena Sofía Zambrano

Fa s e Pre ov u l a t o r i a

En un ciclo de 28 días esta etapa dura, aproximadamente, 7 días.


Desde el fin de nuestra menstruación hasta el inicio de la ovulación.

Ciclo hormonal y ovárico: Desde la menstruación los niveles de


la hormona folículo estimulante (FSH) aumentan y continúan elevados
por algunos días durante la preovulación. Pero al progresar esta fase
descienden, y entonces solamente uno de los folículos, el dominante,
continuará creciendo. Esta actividad folicular genera la producción de
estrógeno (estradiol) en el ovario.

Ciclo uterino: Paralelamente, en nuestro útero el endometrio está


estimulado, empezando lentamente a engrosar, gracias al estradiol
secretado por el ovario.

En esta fase, los niveles de estrógeno son cada vez mayores. Esta
hormona nos da vitalidad, lucidez y energía, proporcionándonos mayor
claridad mental. Nuestros pensamientos tienden a ser más prácticos que
en otras fases. Luego de la hibernación que experimentamos con la fase
de la menstruación, tenemos la posibilidad de volver a salir a la luz,
impulsadas por la curiosidad y el deseo de explorar lo nuevo. Nuestra

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faceta más autónoma, liviana y jovial nos encuentra y nuestra energía va
hacia afuera.

La cualidad de esta fase nos invita a impulsar intenciones e iniciar


proyectos que necesiten de nuestra fuerza y determinación, realizando
actividades que demanden nuestra mente lógica y empleando nuestra
energía física, que se irá incrementando hasta la ovulación.

Fase de la luna: La fase de la luna que refleja la energía de la


preovulación es la luna creciente. La luna comienza a iluminarse, luego de
su tiempo de oscuridad en la fase de la luna nueva, iniciando su camino
hacia la luz del sol.

Estación del año: Esta es nuestra primavera, pues las semillas de la


tierra, así como los folículos en nuestros ovarios, comienzan a despertar
y a madurar preparándose para brotar. El florecimiento de la primavera
nos embriaga de alegría, esperanza e inspiración, energía que nos invita
al exterior.

Arquetipo: En la preovulación transitamos el arquetipo de la Virgen,


que se caracteriza por poseer gran vitalidad. Su energía es jovial y su
espíritu es desafiante, independiente, activo y ambicioso, pero a la vez,
liviano y divertido. Ella avanza con gran inspiración, determinada hacia
su objetivo.

¡Esta fase es maravillosa para planear! Es el momento


de empezar a hacer brotar tus ideas-semillas. Ponte objetivos,
establece metas. ¡Sé Mujer-Flecha y ve tras lo que quieres!
Mueve tu cuerpo y verás que te llenas de alegría ¡Juega!
¡Diviértete! Conecta con tus ovarios. Siente su energía expan-
siva y disfrútala. Estos nos muestran nuestra capacidad ilimitada
de ser creativas y abundantes. Conecta con ese fuego en tus
ovarios y luego sal a disfrutar la vida.

Elena Sofía Zambrano

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Fa s e O v ul a t o r i a

La ovulación en sí, es decir, el momento en que el ovocito rompe el


folículo y sale del ovario, dura varios minutos. Sin embargo, es importante
tener en cuenta que una vez ocurrida la ovulación, la vida del ovocito
es de 24 a 48 horas. Esto no significa que una mujer sea fértil solamente
durante esas 24 a 48 horas. La duración de la ventana de fertilidad
abarca alrededor de 7 días, pues no solo incluye el momento en que hay
un óvulo disponible para ser fecundado, sino también los días cercanos
a la ovulación, cuando las condiciones del cuerpo de la mujer permiten
la supervivencia de los espermatozoides para lograr una fecundación.
Por esto, asignaremos a la fase ovulatoria una duración de 7 días, que
corresponden al periodo fértil. Conocerla nos permite manejar nuestra
fertilidad de manera más conciente y natural.

Ciclo hormonal y ovárico: Los niveles de estrógeno (estradiol)


aumentan a su máximo nivel. La hipófisis detecta los altos niveles de
estradiol en la sangre y comienza a secretar la hormona luteinizante (LH),
y a la vez una breve elevación de la hormona FSH. Esto provoca que el
folículo maduro expulse al ovocito que contiene en su interior y salga del
ovario, comenzando así su recorrido por la trompa uterina, donde podría
producirse la concepción. El folículo, al quedar vacío cambia su estructura
convirtiéndose en el cuerpo lúteo y comienza a secretar progesterona.

Ciclo uterino: El endometrio está en el momento de mayor


actividad y continúa engrosando, volviéndose más receptivo a una
implantación y llenándose de nutrientes para albergar una posible vida.

El día exacto de la ovulación dependerá de la duración de la


fase folicular y de factores muy específicos de cada mujer. Si deseamos
mayor exactitud para estudiar y manejar la fertilidad naturalmente,
además de la auto-observación que vamos cultivando con el regis-
tro del ciclo menstrual, podemos incorporar algunos métodos como el
sintotérmico7, que permite a través de la observación de los fluidos
cervicales y la variación de la temperatura basal, acercarnos con mayor

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precisión al momento de la ovulación. Cualquier método que elijamos
requiere de un seguimiento de varios ciclos, responsabilidad e
investigación por parte de cada una de nosotras.

Durante la fase ovulatoria disponemos de mucha energía y el


impulso de ir hacia afuera, iniciado con la preovulación, llega a su
esplendor. Nuestra extrovertida energía despierta el interés de compar-
tir y relacionarnos. Esta fase puede ser un canal para dar y recibir; la
entrega, comunicación y retroalimentación son esenciales. Generalmente,
en este momento, es cuando nos percibimos más equilibradas, pues
este es un tiempo de integración con nosotras mismas y con los demás.
Nuestra energía es empática, contenedora y nutritiva.

El deseo sexual para muchas mujeres se incrementa o es más


evidente, siendo más activas en esta fase; nuestro cuerpo está palpitante
y vivo.

Esta fase es propicia para gozar de nuestros propios frutos,


disponernos al placer, a la celebración y a la reunión. Las actividades
que requieran de nuestras destrezas sociales, empatía e inteligencia
emocional serán más provechosas.

Fase de la luna: En su recorrido hacia la luz, la luna se


completa y su cara está totalmente visible. La luna llena nos muestra el
equilibrio de lo femenino y lo masculino. La luna, que representa la energía
femenina, está completamente iluminada por la luz del sol, energía
masculina, manifestando así la comunión del cielo. La energía de la luna
llena despierta todo el planeta. Es por esto, que en muchos lugares se
realizan círculos de mujeres para celebrar la vida y disfrutar de la fuerza
de la luna, reflejada en nosotras 8.

7. El pionero del método sintotérmico fue el doctor Josef Rötzer, en la década de 1950, a partir
de la integración de dos métodos: la observación de los fluidos cervicales y la medición de la
temperatura basal. Si quieres conocer y aplicar este método, puedes ingresar a la página de
Elena Sofía Zambrano, educadora de fertilidad natural: www.metodosintotermico.com

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Estación del año: La fase de la ovulación es nuestro verano. En
esta estación la Tierra alcanza su momento de madurez y nos regala sus
frutos; es tiempo de celebración y abundancia, así como también lo es
en nuestro cuerpo, pues nuestro folículo está maduro y el ovocito sale
hacia el útero, que ya está preparado para recibir y concebir la vida.

Arquetipo: En la fase de la ovulación transitamos el arquetipo de


la Madre; la fertilidad en todas sus dimensiones. La fuerza de la Madre
crea resultados concretos. Su interés está puesto en los demás, en el
exterior. La Madre protege y nutre; es radiante, generosa y contenedora.

Ábrete al placer y a la sensualidad. Disfruta de todos tus


sentidos, sumérgete en el placer de los sabores, aromas, texturas.
Disfruta tu cuerpo. Disfruta la energía de plenitud que cargas en
tu vientre. Conversa, ríete, baila, juega, conoce nuevas personas,
escucha sus historias, aprovecha tu empatía... Sal a la naturale-
za. Explora y desata tu energía creativa, conócete como Mujer
Creativa y llena de semillas de vida. No desaproveches esta
invitación mensual al placer y a la conexión con todos los seres.

Elena Sofía Zambrano

Fa s e Pre m e n s t r u a l

Comienza luego de la fase ovulatoria y finaliza con el inicio de la
menstruación. En un ciclo de 28 días dura, aproximadamente, 9 días.

Ciclo hormonal y ovárico: Luego de la ovulación, el nivel de

8. Los círculos de mujeres son instancias en que nos reunimos a compartir experiencias, momentos,
ritos, celebraciones, entre otros. Todas podemos convocar un círculo y es nuestra la decisión
sobre por qué y para qué hacerlo. La vivencia de los círculos nos ayuda a despertar la riqueza
del ser mujer y nuestra sabiduría intrínseca. Nos invita a rehacer lazos de colaboración entre
mujeres, rompiendo con viejos paradigmas de competencia y juicio entre nosotras. En el libro
“El millonésimo círculo”, Jean Shinoda Bolen nos cuenta de manera sintética y profunda en qué
consisten los círculos.

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estrógeno va descendiendo paulatinamente, para luego volver a
elevarse a la mitad de la fase premenstrual y, finalmente, decaer hacia
el final del ciclo. El folículo que albergaba al ovocito queda vacío. Esta
cavidad se transforma en cuerpo lúteo y comienza a secretar
progesterona, la cual llega a su nivel más alto a mitad de esta fase.
Si no se produce la fecundación, el cuerpo lúteo empieza a desaparecer
hacia el final del ciclo y a disminuir la producción de progesterona.

Ciclo uterino: La progesterona prepara y nutre al endometrio para


gestar vida. Esto sucede aunque no haya fecundación. Sin embargo, al no
producirse la concepción, la disminución de progesterona hacia el final
del ciclo provocará el desprendimiento del endometrio en la siguiente
fase; la menstruación.

Debido a la disminución de estrógeno, nuestra vitalidad y energía


descienden poco a poco. El incremento de progesterona provoca una
mayor retención de líquido, aumenta el engrosamiento mamario y la
temperatura basal del cuerpo se eleva. Tendemos a sentirnos más lentas
y cansadas, y estas sensaciones van intensificándose a medida que nos
acercamos a la menstruación.

Sutilmente, la energía comienza su viaje de retorno, nuestra mirada


e intención se vuelcan al interior y se abre nuestro espacio de reflexión.
En muchos casos, aparece el deseo de silencio y soledad. La sensibilidad
es mayor, las emociones afloran y nuestra intuición se abre.

La fase premenstrual nos entrega la posibilidad de observarnos en


profundidad e ir al encuentro de nuestras más íntimas verdades, entre las
cuales también se manifiesta nuestra sombra, es decir, aquellos aspectos
ocultos, olvidados o reprimidos de nosotras mismas.

Al permitir escucharnos y vernos con honestidad, potenciamos la


capacidad de recapitular nuestra vida y de esclarecer lo que necesita-
mos transformar y movilizar. Por el contrario, si nos negamos a escuchar
lo que nuestro cuerpo, emoción, psiquis y energía intentan manifestar, la

27
premenstruación puede resultar, física y emocionalmente, dolorosa.

Esta, junto con la fase de la menstruación, representa los


aspectos femeninos más censurados, cultural y socialmente. Por ello,
reconocer las sensaciones y expresiones que se nos presentan, permite
reconciliarnos con nuestra ciclicidad. La premenstruación es una precia-
da puerta que abre la entrada a nuestro inframundo para aprender a
convivir, amar, comprendernos en totalidad e integrar nuestros aspectos
sombríos, creando un lazo fuerte con nuestra sabiduría y magia interna.

Para encauzar la intensa energía que se manifiesta en la


premenstruación y evitar los estados de irritación, rabia, angustia,
frustración y depresión, podemos realizar actos creativos y liberadores;
como hacer nuestros propios ritos, danzar, escribir, dibujar, cantar y
meditar en la naturaleza o en algún lugar placentero: gozar del contacto
con nosotras mismas. Las actividades que surjan desde la intuición fluirán,
nos ayudarán a escucharnos y fortalecerán la conexión con el mundo
sutil.

En esta fase vamos soltando/destruyendo lo innecesario y dejando


espacio para que aparezca la nueva visión, que vendrá con la fase de
la menstruación.

Fase de la luna: La luna menguante nos refleja en esta etapa, va


perdiendo luz y regresando a la oscuridad. La energía desciende hacia
la introspección.

Estación del año: La premenstruación es nuestro otoño, tiempo en


que la naturaleza se despoja de lo que ya no necesita. Momento de
depuración y preparación para el invierno.

Arquetipo: Esta es la fase de la Hechicera; el despertar de


nuestra capacidad alquímica, magia y misticismo. Ella es misteriosa,
salvaje y profunda. Tiene dominio y disfruta de los poderes de su
propia sensualidad. Su creatividad es reveladora, espiritual e intuitiva.

28
Empieza por tenerte paciencia. Es normal que te cueste
hacer ciertas cosas. En vez de enojarte, intenta dejarlas para
más adelante y ahora ábrete a tu capacidad natural para intuir,
percibir, sentir, visualizar, soñar y crear.

Escúchate. Escucha la verdad que se encuentra detrás


de tus palabras. En esta fase podemos decir cosas hirientes. Si no
tenemos cuidado tendemos a expresarnos desde una crítica muy
destructiva, pero detrás de esa crítica se esconde una verdad:
algo que no nos gusta, algo que queremos cambiar, algo que ya
no podemos aceptar. En realidad no se trata de los otros, sino
de nosotras mismas. Detrás de un “¡Ya estoy harta de esto o
aquello!”, lanzado a alguien más, se encuentra, quiza, un “He
hecho mucho por ti y he olvidado entregarme tiempo para mí.”
Ese grito casi siempre es, en realidad, para ti misma. La locura pre-
menstrual casi siempre se reduce a falta de tiempo para nosotras,
de hacer lo que realmente nuestro corazón quiere y de amarnos
mucho, mucho. No le temas a la mujer premenstrual que eres. ¡Es
muy poderosa! Ella nos da la fuerza para poner límites y hacer los
cambios que son necesarios y que hemos aplazado. Ella se olvida
de las reglas sociales, te conecta con tu naturaleza salvaje femeni-
na, y aunque su manera de aparecer puede ser desafiante, solo
quiere lo mejor para ti. Cuando la escuchas, y haces cambios, la
mujer premenstrual que eres se vuelve una maravillosa compañía.
Elena Sofía Zambrano

Luego de esta fase finalizamos e iniciamos un nuevo ciclo con la


menstruación.

El ciclo menstrual nos enseña cómo la energía de la vida se


sustenta para estar en constante movimiento y creación. Es el ritmo
creativo que nos permite viajar hacia nosotras mismas para mirarnos y
transformarnos. El ciclo nos enseña cómo las fases de vida y muerte son

29
necesarios para crear desde la más auténtica esencia.

El autoconocimiento del ciclo menstrual es nuestra revolución; al


emprender y comprender este viaje, cada aspecto que nos compone
regresa a su lugar y recobra el valor que merece. Cada una de las 4
fases de nuestro ciclo es y representa una parte de nosotras: facetas
del ser cíclicas, vitales y esenciales para nuestro desarrollo como seres
humanas.

La correspondencia presentada entre cada fase del ciclo y cada


fase lunar no significa que en nuestro ciclo personal, necesariamente,
deba presentarse así. Esto, en ningún caso, es algo negativo o positivo.
Solamente es una analogía para comprender el ciclo. Sin embargo, es
interesante registrar con qué fases de la luna se sintonizan nuestras fases
del ciclo menstrual, pues se sentirán diferentes en cada una de ellas y
estas sincronías también nos pueden estar aportando información extra
para nuestras vidas.

Gráfico Hormonal Ciclo Menstrual

30
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31
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chi Mengu Luna
He
Ciclo Menstrual
Autoconocimiento de nuestro cuerpo

Signos físicos del Ciclo Menstrual:


Fluidos cervicales, temperatura basal y cambios del cérvix.

Elena Sofía Zambrano

Nuestro cuerpo nos habla constantemente. Con la información


correcta y conciencia, podemos aprender a escucharlo. El ciclo
menstrual se comunica con nosotras todo el tiempo y se expresa en su
propio lenguaje; nos dice qué está pasando en nuestro interior, en
qué momento de la danza hormonal nos encontramos y si esta va
marchando apropiadamente.

Estamos acostumbradas a pensar que el único reflejo tangible de


nuestro ciclo menstrual es el momento del sangrado, pues claramente
es el más evidente y no requiere demasiada atención para observar su
presencia. Sin embargo, además del sangrado, existen otros signos que
reflejan el momento del ciclo en el que nos encontramos. Estos signos
primarios son los fluidos cervicales, la temperatura basal y los cambios
del cérvix.

Empecemos por el signo más importante de estos tres: los fluidos


cervicales.

1. Fluidos cervicales: Llevan ese nombre, porque son producidos


en el cérvix y también se les denomina “moco cervical”. Nuestro cérvix
es atravesado por un canal que conecta el interior del útero con la
vagina. En este canal podemos encontrar unas estructuras, llamadas

32
criptas cervicales, desde las cuales el cuerpo secreta este maravilloso fluido.
El cérvix es sensible a la elevación de los estrógenos y como consecuencia
inicia la secreción de los fluidos cervicales. Entonces, la aparición de estos
fluidos es un signo de que los niveles de estrógeno están aumentando,
que los folículos están más maduros y que pronto ocurrirá una ovulación.

¿Por qué son tan importantes los fluidos cervicales?

Porque en su presencia, los espermatozoides son capaces de


sobrevivir hasta 5 días. Nuestros fluidos los nutren, los protegen de la
acidez natural de la vagina y les entregan una manera de moverse
rápidamente hacia las trompas, donde podría haber un ovocito
liberado y listo para ser fecundado. Pero no solo eso; cuando aprende-
mos a conocer con cuidado y detalle el patrón de nuestros fluidos
cervicales, podemos entender aspectos de nuestra salud hormonal,
tomando en cuenta su color, su consistencia, la cantidad de días en que
los observamos y el momento del ciclo en el que aparecen. Todo esto
nos puede revelar qué está pasando a nivel hormonal.

El fluido cervical tiende a cambiar durante el ciclo. Comúnmente,


desde que empieza a aparecer, pasa de ser más opaco o blanco y
menos elástico, a ser más transparente y elástico al transcurrir los días. En
muchos casos, va generando más sensación de lubricación, sin embargo,
el patrón de los fluidos es diferente para cada mujer y lo importante es
aprender a observar qué es lo normal en ti.

¿Cómo revisar tu fluido cervical?

Inicia el chequeo cuando haya terminado tu menstruación y crea


el hábito de revisar si hay fluido o no cada vez que vas al baño. Utiliza
papel higiénico para limpiar tu vulva y observa si ha quedado fluido en
el papel y si puedes levantarlo de este con tus dedos. Si logras tomarlo
entre tus dedos, observa su color y estíralo lo más que puedas para
comprobar que tan elástico es. Además, pon atención en cómo sientes
el papel higiénico cuando pasa por tu vulva. Es importante notar si hay
una sensación de deslizamiento, es decir, si al pasar el papel se siente

33
lubricado o seco.

Tras la ovulación, los niveles de estrógeno bajan y los niveles


de progesterona se elevan, lo que causa que los fluidos cervicales se
sequen, formando un tapón en el cérvix. Esto significa que no notaremos
más su presencia en la entrada de la vagina y la vulva. Sin embargo,
es importante señalar que aunque la mayoría de las mujeres perma-
nece sin fluidos por el resto del ciclo, algunas notan la presencia de una
secreción más densa o pastosa durante su fase premenstrual.

¿Cómo distinguir el fluido cervical de otro tipo de secreciones?

Tomemos en cuenta que existen “secreciones vaginales” que son


diferentes a los fluidos cervicales que reflejan el proceso ovulatorio. La
vagina tiene un maravilloso proceso de auto limpieza y debido a este
podemos observar secreciones vaginales compuestas de células muertas,
líquidos y bacterias. Cuando utilizamos la técnica de revisar la presencia
de fluidos cervicales, usando papel higiénico, podemos distinguirlos de
las secreciones vaginales, pues estas no son elásticas, no forman hilos
y no generan deslizamiento al limpiar. Con frecuencia las secreciones
vaginales solo forman una capa delgadita y brillosa que no puede ser
levantada del papel.

Otro tipo de secreción que puedes observar es la que está


relacionada con la lubricación sexual. Cuando una mujer está estimula-
da, se genera un incremento de flujo sanguíneo en sus genitales y de la
secreción de fluidos de lubricación sexual. Estos fluidos son producidos
por glándulas, ubicadas a los lados de la apertura vaginal (glándulas de
Bartolino y glándulas de Skene), y generan una sensación de lubricación.
Podemos distinguirlos de los fluidos cervicales, pues se secan mucho más
rápido. Si estuvimos estimuladas, podemos esperar una hora antes de ir
al baño a revisar si hay presencia de fluidos cervicales, pues dentro de
esa hora, las secreciones de lubricación se habrán secado.

Finalmente, toma en cuenta que cuando hay una infección también

34
es posible observar una secreción. Algunos indicadores son; un color
grisáceo o verdoso, picazón y aroma desagradable. Conocer lo que
es normal en ti, puede ayudarte a detectar una infección, rápidamente.

2. Temperatura basal: Es la temperatura que tenemos al despertar,


antes de iniciar actividades, es decir, en descanso. Cuando la observa-
mos a través de nuestro ciclo, podemos ver que su patrón es un reflejo
de nuestra danza hormonal.

Podemos observar dos patrones de temperatura: monofásico y


bifásico. Cuando no ovulamos, ya sea por embarazo, algunas situaciones
de lactancia, menopausia o porque se trata de una niña que no ha
empezado a ciclar, se presenta un patrón monofásico, es decir, tenemos
un solo nivel de temperatura. El patrón bifásico muestra una fase de
temperaturas bajas al inicio del ciclo y una fase de temperaturas altas
en la segunda parte del ciclo. Este es el patrón de temperatura de una
mujer que está ovulando y es el que desarrollaremos a continuación.

Una vez que ha ocurrido la ovulación, el folículo que albergaba


al ovocito queda vacío y este queda dentro del ovario. El folículo se
transforma rápidamente en el cuerpo lúteo, el cual secreta progesterona.
Esta hormona tiene muchos efectos sobre nuestro cuerpo y sobre nuestro
sistema reproductivo; uno de ellos es que causa la elevación de nuestra
temperatura. En otras palabras, después de ovular podremos observar
que nuestros niveles de temperatura aumentan y se mantienen elevados.
Hacia el final del ciclo, la temperatura desciende cuando los niveles de
progesterona caen, dando inicio a un nuevo ciclo con la llegada de la
menstruación.

Es importante entender que no podemos saber el momento exacto


de la ovulación al observar el patrón de temperatura. Lo que pode-
mos hacer es comprobar que la ovulación ha ocurrido dentro de “cierto
rango de días”. Esto significa que la ovulación no necesariamente ocurre
el último día de temperatura baja, sino que pudo haber sucedido unos
días antes o incluso uno o dos días después.

35
Tomar nuestra temperatura basal nos permite comprobar que
estamos ovulando, además de comparar si la ovulación ha ocurrido más
temprano o más tarde de lo habitual en nosotras. Por ejemplo, si en
un ciclo vemos que la elevación de temperaturas sucedió el día 20, y
normalmente lo observamos el día 15, podemos entender que en este
ciclo la ovulación tardó un poco más y en consecuencia será más largo
de lo normal para nosotras. Por otro lado, si observamos un ciclo en
donde no se manifiesta una elevación de temperatura, significa que no
se logró la ovulación y que es necesario abordar este problema.

El patrón de temperatura basal es un reflejo de nuestros niveles


de progesterona y conocerlo es muy útil para observar nuestra salud
hormonal y para una mujer que busca un embarazo.

¿Cómo tomar tu temperatura basal?

Utiliza un termómetro basal digital. Este tendrá dos dígitos después


del punto, por ejemplo, 36.55 en vez de 36.5, que es muy importante
para una mayor precisión. Toma tu temperatura todos los días al desper-
tar y a la misma hora (en la medida de lo posible), antes de cualquier
actividad. La temperatura basal se toma por vía oral, vaginal o rectal. Sin
embargo, es fundamental mantener siempre la misma vía de toma, por
ejemplo, de manera oral durante todo el ciclo. También es importante
registrar cuando exista alguna posible interferencia: fiebre, ingesta de
alcohol o un viaje a un país con un horario muy diferente.

3. Cambios del cérvix: El cérvix o cuello del útero cambia a través


del ciclo y podemos aprender a palparlo. Es como un portón o válvula
que se modifica para permitir la entrada y salida, hacia y desde el útero.
Por ejemplo; la salida de la sangre menstrual, la de un bebé en el traba-
jo de parto o la entrada de espermatozoides durante nuestra ventana
de fertilidad. El cérvix es además un maravilloso guardián que protege a
nuestro útero de infecciones y bacterias.

36
Esta parte de nuestro cuerpo es sensible a los niveles ascendentes
de estrógeno. En este sentido, cuando los folículos avanzan en su pro-
ceso de maduración y se eleva la secreción de esta hormona, el cérvix
cambia y podemos notar que tiene tres características en los días cerca-
nos a la ovulación: está más suave, más alto y más abierto. Un cérvix más
suave significa que al palparlo es similar a la textura de nuestros labios.
Un cérvix más alto quiere decir que está más alejado de la entrada
de la vagina. En otras palabras, para palparlo es necesario introducir
el dedo más profundamente. Finalmente, nos referimos a un cérvix más
abierto, cuando al palpar su apertura se percibe más amplia que en
otros momentos del ciclo.

Por el contrario, tanto al inicio del ciclo, antes de la elevación de


los niveles de estrógeno, como en la fase postovulatoria, podrás sentir
que tu cérvix está firme, bajo y cerrado. Un cérvix firme es similar a la
textura de tu nariz. Un cérvix bajo se siente más cerca de la apertura
vaginal, por lo que no es necesario introducir el dedo tan profundamente
para alcanzarlo. Por último, en un cérvix cerrado la apertura se percibe
más estrecha o pequeña.

¿Cómo revisar los cambios del cérvix?

Comienza a revisar tu cérvix una vez que ha terminado la


menstruación y continúa revisándolo durante todo el ciclo, una vez al día.
Es importante mantener siempre la misma postura al revisarlo; la postura
que más facilita su revisión es en cuclillas, pero también puedes optar por
estar de pie y posar uno de tus pies encima de la cama u otro mueble.
Recuerda lavar bien tus manos y simplemente inserta un dedo por la
vagina y, llegando hasta el fondo, usa tu dedo para palpar el cérvix
y notar su firmeza, altura y apertura. La apertura del cérvix se puede
percibir como una especie de hendidura u orificio.

37
Lo s M e n s a j e s d e l Cu e r p o

Elena Sofía Zambrano

El ciclo es un mensajero. Es un reflejo de todo aquello que está


pasando en nuestra vida; de nuestras emociones, pensamientos, hábitos
y estilo de vida. Es un reflejo de nuestra salud. El ciclo es una danza
precisa y sutil que involucra la participación de muchos órganos del
cuerpo, por lo que se convierte en nuestro espejo. No se trata de tener
un “ciclo perfecto”. Recuerda que el ciclo eres tú y tú eres tu ciclo. Más
bien se trata de aprender a observarlo para escuchar lo que nos dice
nuestro cuerpo y cómo se relaciona con lo que estamos viviendo.

Al buscar síntomas o “mensajes”, lo importante es encontrar


nuestros patrones. Un ciclo “raro o diferente” es simplemente eso. Cuando
ese síntoma está presente, ciclo tras ciclo, entonces es importante prestar
atención. Para esto es esencial que aprendas cómo es un ciclo normal
para ti; así podrás distinguir cuándo sucede algo poco común y ocuparte
al respecto a tiempo.

¿A qué ponemos atención y cuáles son los patrones a observar en


nuestro ciclo para monitorear nuestra salud?

Duración del ciclo menstrual: La duración de un ciclo se realiza


contando los días desde el primer día de sangrado hasta el día anterior
de tu próxima menstruación. Se considera normal una duración de 21 a
35 días, aunque muchas mujeres tienen ciclos un poco más largos, de
36 a 38 días, y sus hormonas están funcionando perfectamente. Intenta
observar cuánto cambia la duración entre tus ciclos. ¿Cuál es tu ciclo
más corto y tu ciclo más largo en un año? Es normal ver una diferen-
cia de varios días entre tu ciclo más corto y el más largo, por ejemplo,
ciclos de 27 a 34 días. Pero cuando la diferencia es muy amplia, por
ejemplo, de 21 a 45 días y no sabes cuándo esperar tu siguiente
sangrado, debido a que tu ritmo es muy cambiante, es importante revisar

38
qué está sucediendo. Es posible que necesites hacer cambios en tu estilo
de vida (alimentación, ejercicio, horas de sueño, niveles de estrés) y que
busques una rutina más estable en tu vida.

Sangrado menstrual: La duración de los días de sangrado,


preferentemente, debe ser entre 2 y 7 días. A veces hay mujeres que
tienen sangrados ligeramente más largos y no presentan ningún proble-
ma, pero si tu ciclo es mucho más extenso, por ejemplo, sangras 10 días;
esto puede estar reflejando un desequilibrio hormonal que es importante
revisar, al igual que si tu ciclo es más corto, por ejemplo, si tu sangrado
dura 1 día o menos.

Idealmente, el sangrado sigue uno de estos patrones: comienza


ligero, se vuelve más abundante y hacia el final va disminuyendo nueva-
mente; o comienza abundante y va disminuyendo gradualmente. Por lo
tanto, cuando se presentan patrones con días de sangrado abundante,
seguidos de días ligeros, y luego abundantes nuevamente; puede señalar
algún desajuste. Del mismo modo, cuando el sangrado se detiene com-
pletamente por un día o más y vuelve a reaparecer después.

En cuanto al goteo, es normal para algunas mujeres observar, uno


o dos días, manchitas de sangre antes de que llegue su flujo abundante.
Sin embargo, pon atención si esto dura más de tres días. Al finalizar la
menstruación se espera un máximo de tres días de goteo. Considera que
es normal para algunas mujeres, especialmente aquellas con ciclos más
largos, notar un goteo mínimo a mitad de su ciclo (ovulación), junto con la
presencia de fluido cervical. Sin embargo, si observas un sangrado más
abundante a mitad de tu ciclo o si observas sangrados en otros momen-
tos del ciclo es importante hacer un seguimiento para encontrar su causa.

En cuanto a la cantidad de sangre, el rango que se considera


normal varía bastante, pero generalmente es entre 25 y 100 ml de
sangre. Nuevamente, es importante mencionar que algunas mujeres
sangran menos o más que esto y están completamente sanas, pero si
tu sangrado es mucho menor o mayor, esto puede ser un llamado de
atención de tu cuerpo. La manera más fácil de medir la cantidad de

39
sangre es utilizar la copa menstrual, aunque también puedes medirlo
de manera menos exacta, según la cantidad de toallas o tampones que
utilices durante tu menstruación. Una toalla o tampón regular tiende a
sostener alrededor de 5ml de sangre en su uso máximo, por lo que
puedes hacer un conteo del total de productos que utilizas.

La sangre, idealmente, es color rojo brillante vivo. Al usar productos


desechables esta lucirá más oscura o seca. Con las toallas de tela, el
sangrado también se verá más seco con el paso de las horas. La copa
y el sangrado libre9 permite una mejor observación del color real de tu
sangre. Si observas un sangrado demasiado oscuro, esto puede señalar
un desequilibrio relacionado a un exceso de toxinas, un hígado sobrecar-
gado, entre otras cosas. Por el contrario, un sangrado demasiado claro
puede señalar falta de nutrientes, bajos niveles de estrógeno, entre otros
factores.

Su consistencia no debe ser demasiado líquida (acuosa), ni


demasiado espesa (pegajosa); normalmente es un poco más den-
sa que cuando vemos un sangrado de otra parte del cuerpo, pues la
menstruación contiene tejido. Tampoco vemos coágulos, o muy pocos, y
no más grandes que una moneda.

Si tomas anticonceptivos hormonales es posible que identifiques


un sangrado diferente al que observabas antes de tomarlos. Es posible
que notes que cambia en cantidad, color y consistencia, por ejemplo, un
sangrado más espeso, más ligero y más oscuro.

La ausencia de sangrado menstrual señala un problema. La


amenorrea o falta de menstruación es esperable en ciertos momentos
de la vida de la mujer, por ejemplo; en el embarazo, en la lactancia, en
los primeros dos años de menstruación o en la perimenopausia, pero de-
finitivamente no es normal en otras circunstancias y señala un desajuste
profundo.

9. Sangrado libre es sangrar sin ningún tipo de almacenador para recibir la menstruación.

40
Fluidos cervicales: Si la duración de tus ciclos es mayor a 25 días,
lo más común es tener algunos días secos o sin fluido cervical tras la
menstruación. Las mujeres con ciclos más cortos, generalmente, comienzan
a observar fluido cervical muy rápido tras el sangrado menstrual. En
algunos casos esto también es normal en mujeres con ciclos de
mayor duración. Observamos entre 4 y 10 días de fluido cervical. Si es
mucho más o mucho menos, puede reflejar un desorden hormonal o un
problema cervical.

El patrón normal de fluido cervical; comienza, se vuelve más


fértil y después se seca, sin observar días secos entre medio o “parches
intermitentes de fluido”. La mayoría de las mujeres observa que una
vez que se ha secado el fluido cervical, perduran los días secos por
el resto del ciclo. Aunque es normal notar una secreción más densa o
pastosa, de vez en cuando, en la fase premenstrual o una secreción
acuosa, uno o dos días antes de menstruar. Sin embargo, si ves mucho fluido
cervical, constantemente en tu fase premenstrual puede ser debi-
do a bajos niveles de progesterona y altos niveles de estrógeno. Este
desequilibrio generalmente va acompañado de síndrome premenstrual,
dolor en los senos, y/o dolores al menstruar.

Dolor al menstruar: Es normal experimentar incomodidad y


contracciones uterinas al menstruar, sin embargo, sentir dolor
paralizante no es parte “normal” de ser mujer y hay que revisarlo. Muchas
veces la dismenorrea o el dolor al menstruar, puede ser debido a una
endometriosis, adenomiosis, miomas, alergias alimentarias no detectadas,
infecciones, inflamación, desajustes en los niveles hormonales y hasta
falta de descanso en nuestra fase premenstrual y menstrual.

Síndrome premenstrual agudo: El síndrome premenstrual es un


conjunto de diferentes síntomas que algunas mujeres notan en los últimos
días de su ciclo menstrual, aunque en algunos casos pueden aparecer
desde el inicio de la fase postovulatoria. Estos síntomas son cíclicos e
incluyen aspectos físicos, mentales y emocionales que tienden a desapa-

41
recer al inicio del nuevo ciclo. Algunos síntomas comunes son: dolor en
los senos en la fase premenstrual, dolor agudo al ovular, fatiga, ausen-
cia de deseo sexual, ansiedad, tendencia al llanto, irritabilidad, fuertes
antojos de comidas, dificultad para concentrarse, dolor de cabeza, entre
muchos otros. Aunque es habitual sentir menos energía en los días previos
a tu sangrado, no es normal tener síntomas todos los meses que afecten
la calidad de tu vida. Estos pueden señalarnos la necesidad de hacer
cambios en nuestra vida, ya sea cambios en el estilo de vida o en la
manera en que nos relacionamos con otros y con nosotras mismas.

42
B i en es ta r M en s t r u a l :
Consejos pa ra v i v ir u n a ci cli cid a d p l a ce n t e ra .

Elena Sofía Zambrano

El bienestar menstrual es un tema muy amplio, porque nuestro


ciclo abarca todo lo que somos. No es que tengamos un ciclo, sino que
“somos el ciclo”. Entonces podemos abordar el tema de nuestro bienestar
menstrual desde diferentes perspectivas; estilo de vida, autocuidado
emocional y relación con nuestro propio ciclo. Básicamente, estamos
hablando de estar bien con nuestro cuerpo-mente-corazón femenino.

El viaje del bienestar menstrual es un viaje muy personal que


tenemos que ir creando según nuestra propia vida, por lo tanto, no hay
recetas “talla única”.

Existen algunos aspectos a tomar en cuenta y que pueden ser de


ayuda para ti. Te los comparto a continuación.

1. Estilo de vida:

Alimentación:

- La alimentación equilibrada es esencial para un ciclo menstrual


sano. Es recomendable tener un ritmo ordenado en tus comidas todos los
días y no dejar pasar ninguna de ellas. Si te sientes fatigada puede ser
de ayuda comer con mayor frecuencia, por ejemplo, incorporar un snack
nutritivo entre comidas.

- Come más fruta e incluye más verduras en tu dieta. Estos alimen-


tos tienen abundantes vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales.

- Amplía tus fuentes de proteína. Las proteínas no solo se obtienen


de alimentos de origen animal. Reducir tu consumo de productos animales

43
e incluir en tu dieta otras fuentes de proteína, te permitirán obtener este
esencial nutriente de una manera más fácil de digerir. Además evi-
tarás las hormonas presentes en estos alimentos, cuando estos no son
orgánicos. Algunas buenas fuentes de proteína son: porotos, lentejas,
garbanzos, arvejas y otras legumbres; también nueces, almendras, maní
y otros frutos secos; semillas como sésamo, maravilla, chía y linaza; verdu-
ras de hoja verde como las espinacas y otros alimentos como el brócoli,
los germinados, la quínoa, las algas y los hongos.

- Escoge grasas sanas y evita las dañinas. Las grasas sanas son
realmente esenciales para la salud del ciclo, además, existe una relación
entre el estrógeno y la grasa. Algunas fuentes de grasas sanas son:
palta, frutos secos, aceite de oliva, linaza y aceite de linaza. Evita las
grasas trans y margarinas, presentes en la mayoría de los productos
procesados.

- Evita o limita lo más posible tu consumo de azúcar (esto no incluye


el de las frutas). El páncreas reacciona a la elevación de azúcar en la
sangre. A la larga, esto causa irritabilidad, fatiga, depresión, dolores de
cabeza y antojos de consumir aún más azúcar.

- Evita lácteos y harinas procesadas, pues al ser alimentos


inflamatorios pueden contribuir a un mayor síndrome premenstrual,
dolores durante la menstruación y sangrados muy abundantes. Prefiere
los granos integrales, como el arroz integral y la quínoa,

- Consumir alimentos ricos en hierro, como legumbres y hojas verdes,


es esencial durante todo el ciclo. Para asegurar una buena absorción de
hierro, consume alimentos altos en vitamina C, como los cítricos, y evita
consumir té y café al momento de comer tus alimentos.

10. Te recomendamos complementar estos contenidos con el libro “Manual introductorio a la


Ginecología Natural” de Pabla Pérez San Martín, que nos brinda una guía de alimentación y
plantas medicinales para cada fase del ciclo y para los desequilibrios más comunes de este.

44
- Recuerda tomar suficiente agua y mantenerte hidratada.

- Apóyate en la bondad de las hierbas medicinales. Las hierbas,


como la hoja de frambueso, la ortiga y la melisa son excelentes aliadas
del ciclo menstrual10.

- Evita el alcohol y el cigarro, pues ambos contribuyen a la


toxicidad de tu cuerpo e incrementan el trabajo que tiene que hacer tu
hígado, órgano íntimamente relacionado con el ciclo menstrual.

Descanso:

- Dormir bien es una manera efectiva de reducir los niveles de


estrés. Al dormir, dejamos de producir las hormonas del estrés y
producimos hormonas de calma y bienestar, como la melatonina que
tiene un papel en la regulación de nuestro ciclo hormonal.

- La recomendación es dormir, al menos, 8 horas al día, pero


algunas personas necesitan más o menos que eso para sentirse comple-
tamente revitalizadas. Por las noches, nuestro cuerpo pone en marcha
la depuración de toxinas y la recuperación de tejidos y órganos. Por lo
tanto, nuestro sistema reproductivo se revitaliza. Por el contrario, cuando
el cuerpo está fatigado pone en marcha un mecanismo de ahorro de
energía, que consiste en detener las funciones que no son esenciales
para sobrevivir; una de ellas es la función reproductiva. Esto significa que
veremos un impacto en nuestros ciclos.

- Intenta dormir más temprano y acostarte en un ambiente


tranquilo y, de ser posible, en completa oscuridad. La oscuridad permite
la secreción de hormonas relacionadas con el ciclo menstrual.

Ejercicio:

- El ejercicio físico es un factor importante para cuidar nuestro ciclo.

45
El ejercicio frecuente ayuda a reducir el síndrome premenstrual y las
posibilidades de padecer enfermedades uterinas, como los pólipos y la
endometriosis.

- Ayuda a nuestro cuerpo a desintoxicarse, factor básico en


mantener nuestro sistema reproductivo funcionando correctamente.

- Incrementa el flujo sanguíneo en nuestra zona pélvica,


manteniendo nuestros órganos reproductivos llenos de vitalidad.

- Busca ejercicio que te guste y que sea fácil de incluir en tu


agenda. Como mínimo intenta ejercitarte 30 minutos, 4 días a la semana.
Si no es posible, trata de hacerlo algunos minutos cada día. Interrumpir el
sedentarismo te ayudará a sentirte mejor y a tener más energía.

Planificación:

Cuando planifiques tus actividades, recuerda revisar en qué


momento del ciclo estás. De esta manera, puedes organizar tus tareas de
acuerdo a la fase del ciclo en que te resulten más amables y entonces
aprovechar las cualidades de cada una. Así, todo sucederá más orgánico
en tu vida.

Higiene Menstrual:

Encuentra la mejor manera de recibir tu menstruación, averigua


qué opciones existen y cuál es la que mejor se adecúa a tus necesidades.
Las toallas higiénicas y tampones desechables que se venden masiva-
mente en los supermercados tienen componentes tóxicos; como ftalatos,
dioxinas, mercurio, glifosato, rayón y fragancias sintéticas, los cuales son
disruptores endocrinos (alteran nuestro sistema hormonal). Existen otras
alternativas; como toallas higiénicas de algodón orgánico, toallas de

11. En en libro “Sa(n)grado libre” de Carolina Vignola, la autora, expone sus vivencias y de otras
mujeres que practican el sangrado libre, invitándonos a la reconciliación con nuestro cuerpo y
menstruación.

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tela, copita menstrual y calzones menstruales. Incluso tienes la opción de
conectar aún más profundo con tu sangrado, a través del sangrado libre,
prescindiendo de los almacenadores menstruales11.

2. Autocuidado Emocional:

- Escribir tus reflexiones y emociones en esta agenda es un gran


acto de autocuidado, ya que te ayuda a hacer conciente lo que sientes
y a darle un espacio en tu vida. Te permite ver lo que está pasando y
lo que se ha ido manifestando, ciclo a ciclo, tus patrones y ciclos dentro
de los ciclos. Verás como se dibuja un hilo conductor interesante, a través
del registro.

- Dejar el juicio sobre cómo te sientes es un gran paso para estar


bien contigo. Abraza tus emociones, aun cuando sean difíciles.

- Cuando necesites bajar el ritmo en la fase premenstrual y


menstrual, habilita un espacio de tu casa en el que puedas tener
privacidad y en el que te sientas “entrando a un santuario femenino”
para retirarte del mundo exterior. Si puedes, decora tu espacio con telas
rojas, velas, aromas, cristales, música suave, estatuillas, flores o lo que te
haga sentir bien. Regalarte tiempo para observar lo que está pasando
dentro de ti en estas fases es esencial.

3. Relación con mi Ciclo Menstrual:

- Reflexiona en torno a estas preguntas; ¿Cómo fue mi primera


menstruación? ¿Qué mensajes recibí acerca de menstruar y sobre ser
mujer? ¿Qué experiencias menstruales he tenido a través de mi vida?

- Escribe tu propia historia menstrual. Desde esta historia


puedes descubrir muchas respuestas, respecto de la salud actual de tu
ciclo. Si te animas a llegar más lejos, puedes investigar cómo ha sido la
historia menstrual de las mujeres de tu linaje (mamá, abuela etc.), y podrás
comprender la herencia que ha llegado a ti desde ellas.

47
- Las siguientes preguntas te pueden ayudar a reconocer
cómo es tu actual relación con la ciclicidad y qué aspectos necesitas
modificar; ¿Inicio proyectos en el momento en que mi energía interior me
entrega el impulso de comenzarlos? ¿Dedico tiempo al disfrute y a cele-
brar mis logros? ¿Cómo me relaciono con el placer? ¿Exploro mi energía
creativa? ¿Soy capaz de bajar el ritmo y descansar? ¿Soy capaz de
soltar lo que ya llegó a su fin? ¿Puedo trazar límites, decir “basta”?
¿Escucho mi corazón? ¿Contacto mi mundo interior? ¿Fluyo con los
patrones de mi cuerpo o voy forzándome para cumplir con las expecta-
tivas sociales?

- ¡Comunica tu ciclo! Habla con las personas que te rodean. Házles


saber en qué fase del ciclo te encuentras, cuáles son tus necesidades,
cómo están tus energías, qué pueden esperar de ti y si necesitas ayuda
con algo, dilo. Esto es especialmente importante en las fases premens-
trual y menstrual. No esperes que los demás se adapten a tu ciclo, si no
saben ni siquiera qué fase estás transitando.

48
Ciclo Menstrual
Autoconocimiento de nuestra psiquis

Fase premenstrual y menstrual:


La herida femenina y la llave para sanar.

La premenstruación y la menstruación son las fases tabúes de


nuestro ciclo, pues en estas se expresan aspectos de la mujer que social
y culturalmente han sido negados por un sistema que veta lo que le
resulta una amenaza: tergiversando, patologizando y silenciando una
parte esencial de nosotras.

En estas fases aparece esa fuerza interior y ese pulso visceral


que no sigue normas de comportamiento; es nuestra esencia salvaje e
instintiva, expresándose abiertamente.

Aquí se abre un camino de encuentro con nuestra verdad más


profunda que nos lleva a una profunda sanación y a nuestro más
anclado poder.

Durante estas fases nuestro hemisferio derecho se activa, por lo


tanto; la intuición, la creatividad, el arte, la sensibilidad y las emociones
adquieren mayor presencia. Este hemisferio nos conecta con nuestro
inconsciente, que es el espacio de nuestra psiquis donde habitan todas
las memorias olvidadas, reprimidas y rechazadas por nuestra identidad o
conciencia. A partir de los estudios realizados por Jung, se ha compren-
dido que para realizar un trabajo terapéutico consistente es necesario
abordar los contenidos del inconsciente. Aquí es donde podemos hallar
la raíz de nuestras dolencias y obstáculos, y desde donde tenemos la
oportunidad de liberarlos. Así como nuestro inconsciente está buscan-
do expresarse permanentemente para poder recuperar el equilibrio y

49
liberar nuestros bloqueos, nuestro ciclo pone en evidencia su grandiosa
medicina, abriéndole sus puertas una y otra vez.

¿De qué maneras se expresa nuestro inconsciente en estas fases?

Principalmente, mediante las emociones, el cuerpo y los símbolos


que se nos presentan de diversas maneras.

Es por esto que muchas veces las emociones que experimentamos


en estas fases son tan desbordantes y parecieran no tener sentido, pues
nos conectan con memorias emocionales que remotamente recordamos,
pero que siguen vivas en nuestro cuerpo. Las emociones que se nos
presentan son claves. Son las llaves para ingresar al origen de nuestras
heridas. Por ejemplo, si durante este período es recurrente sentir deso-
lación, esto podría estar evocando la sensación de abandono que viví
en mi infancia con mamá y/o papá, y ahora la replico en mi presente,
buscando satisfacer una necesidad antigua. Sentir lo que sea necesario
sentir y luego profundizar de manera reflexiva en esta sensación, nos
guiará a la raíz de nuestros vacíos.

Cada historia tiene su propio tejido y una emoción nos hace viajar
hacia nuestra propia herida personal. Por esto, para poder ir compren-
diendo el lenguaje de estos signos, es necesario que seamos nosotras
quienes estemos a cargo de observarnos y estar atentas a nuestro sentir.
Recomiendo en estas fases realizar escritura automática, es decir, escribir
con el fin de liberar emociones, sin prejuicio ni filtro, pues será material
muy valioso para nuestros procesos.

Otra de las vías que usa nuestro inconsciente para expresarse es


a través del cuerpo, y como revisamos anteriormente es, en estas fases,
donde los síntomas hablan más fuerte y claro. Casilda Rodrigañez en su
libro “Pariremos con Placer” nos enseña cómo a partir de miles de años
de opresión a la sexualidad femenina, nuestro útero se ha vuelto rígido y
espástico. A falta de una libre expresión femenina, nuestro órgano sexual

50
y reproductivo se ha enfermado. Los dolores menstruales, los desequi-
librios del ciclo y las enfermedades de nuestro sistema reproductor
y sexual, muchas veces nos recuerdan la urgencia de desaprender y
reescribir nuestra historia personal y universal como mujeres. De
este modo, podremos liberar nuestros órganos sexuales de estas
memorias y creencias represivas, soltar las cadenas que nos limitan para
regresar a nuestro cuerpo; su bienestar y libertad. Por esto es tan
importante escuchar nuestro cuerpo. Cuando lo ignoramos, sus mensajes
se vuelven gritos y entonces nos enfermamos.

Por último, los símbolos12 se presentan durante todo el ciclo,


pues son parte de la vida, pero en estas fases estamos especialmente
intuitivas, por lo que tenemos mayor capacidad de percibirlos.
Estos aparecen de forma reiterada o especial para entregarnos un
mensaje acorde al proceso que estamos viviendo. Pueden llegar en
circunstancias del cotidiano; como aparición de ciertas imágenes o
elementos de manera insistente; manifestarse en la repetición de eventos
y, por supuesto, a través de los sueños.

Ciclo tras ciclo podemos avanzar hacia el reencuentro con


nuestra alma salvaje. Escuchando nuestra emoción, cuerpo y realidad
simbólica, vamos develando la dirección de nuestra brújula interna.
Capa tras capa, vamos llegando más profundo, más cerca de la propia
autenticidad, liberadas de creencias y patrones obsoletos.

Deja que los ciclos te vayan guiando. El ciclo nos da momentos en


que se activa nuestra capacidad lógica y práctica, y otros que activan la
mente intuitiva, por lo tanto, permite que tu andar refleje cada parte de
ti. A veces tenemos ideas preconcebidas acerca de lo que necesitamos,
y podemos estarnos equivocando. Por eso permítete fluir, dando espacio

12. Un símbolo es un elemento que nos impacta. Es fuente de energía para nuestra experiencia,
pues despierta significados y emociones. Estos no son completamente comprensibles en primera
instancia, pero sabemos que tienen un valor y una trascendencia. Al ser elaborado, es decir, visto
y comprendido, el símbolo adquiere toda su fuerza.

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a la duda, a la confusión, a la incertidumbre; soltando el control. Si eres
persistente en prestar atención a tus ciclos y a tu sentir, llegará el
momento en que armes el puzzle y encajes lo que necesites comprender.

Las fases premenstrual y menstrual son un espejo muy sincero de


todo lo que traemos y, por lo tanto, a veces son difíciles. Por esto es
importante hacer el camino de regreso a nosotras de manera suave,
amorosa y dulce. Así nos regalamos aquello que ha faltado en nuestra
historia como mujeres. Hay mucho que mirar, pero también muchos ciclos
por recorrer. Si necesitas apoyo, acompáñate, sé generosa contigo; hay
muchas terapias y herramientas que te pueden ayudar, pero recuerda
siempre que el poder y la historia son tuyos: en tu intención y trabajo
personal está la clave de la sanación.

El ciclo nos ejercita en el arte de la bruja que aprende a mirar en


sus propias oscuridades, con amor, porque tiene total certeza de que
esa negrura es el material para hacer la alquimia interior y convertir sus
pesares en posibilidades.

Avancemos con la intención de devolverle a nuestros úteros su


flexibilidad, placer y poder visionario.

52
Ci c l o M e n s t r u a l y S u e ñ o s

Elena Sofía Zambrano

El ciclo menstrual está acompañado, día tras día, de sueños.


Estos sueños pueden ser reconocidos e interpretados para decifrar los
mensajes que nos presenta nuestro inconsciente y para conectar con
nuestra ciclicidad y con nuestro sentido femenino de la realidad. Los
sueños son profundamente liberadores. En ellos podemos ver reflejadas
las fases del ciclo: preovulatoria, ovulatoria, premenstrual y menstrual.
Consciente o inconscientemente, al cruzar de una fase del ciclo a otra, y
con ello pasar de una energía y enfoque a otro, podemos enfrentarnos
a depresiones, ansiedades, frustraciones y otras emociones que reflejan
nuestra manera de relacionarnos con estos aspectos de nosotras mismas.

Podemos ver el ciclo como un globo con dos polos. Un polo es


la ovulación, y el otro es la menstruación. Estos dos polos representan
energías de nosotras mismas, completamente opuestas, pero comple-
mentarias. En la ovulación nos enfrentamos directamente con nuestro
poder creativo y nuestra interconexión con el mundo. En la menstruación,
estamos frente a las dimensiones más profundas de nuestro ser. Las fases
preovulatoria y premenstrual son, en realidad, fases de transición entre
estos dos grandes polos; son fases de movimiento. Los malestares físi-
cos que pueden aparecer en estas cuatro fases son, con frecuencia, un
reflejo de la manera en que nos relacionamos con estos polos. De la
misma forma, nuestros sueños son un espejo de esto, mostrando y
liberando tensiones entre el paso de una fase a la otra, ya que cada
uno de los polos son muy diferentes; viajar de uno a otro requiere una
verdadera metamorfosis.

De acuerdo al polo con el que nos sintamos más identificadas,


será el tipo de sueños que tenderemos a tener en cada momento del
ciclo. Por ejemplo, muchas mujeres se sienten cómodas con la primera
mitad del ciclo, el dominio de la ovulación, pues es el arquetipo más

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aceptado socialmente. Por lo mismo, muchas mujeres tienden a tener
sueños maravillosos y gozosos en esta parte del ciclo. ¿Pero qué pasa si
nos cuesta identificarnos con las energías de la segunda mitad del ciclo?
Es probable que nuestros sueños reflejen esa tensión.

En su libro “Alchemy for Women, personal transformation


through dreams and the female cycle”, los autores Penelope Shuttle y
Peter Redgrove señalan que muchas de las imágenes que aparecen en
nuestros sueños reflejan los eventos del cuerpo que forman parte del
ciclo menstrual, así como la manera en que nos relacionamos con estos
momentos del ciclo. Según los autores, estos son algunos ejemplos de
imágenes que aparecen en los sueños en diferentes fases del ciclo:

Fase ovulatoria: Objetos preciosos y frágiles que representan el


óvulo, como joyas, perlas y huevos. Animales, tales como; aves, peces,
mariposas y animales domésticos. Objetos redondos. Colores, como el
verde, el blanco y el dorado. Árboles, casas, bebés, niños pequeños,
nuestra propia madre y/o una imagen materna.

Fase postovulatoria y fase premenstrual temprana: Animales


peleando, flores marchitándose, flores rojas, colores amarillos. Imágenes
maternas y paternas terribles, pérdida de hijos, imágenes siniestras,
bichos, manzanas mordidas y sueños relacionados con agua.

Fase premenstrual tardía: Imágenes de color rojo, tales como:


pasteles, flores, hormigas. Actos de violencia, animales salvajes, hombres
vestidos de negro, libros de magia, ropas manchadas de negro o rojo,
llamas y fuego, caídas, operaciones dentales y brujas siendo quemadas.

Fase menstrual: Árboles, ropas y/o flores rojas, serpientes, to-


mates, granadas, herramientas de magia, mujeres reunidas, colores negro
y dorado, mapas, parirse a sí misma.

Al hacernos conscientes de la depuración mental que estos

54
sueños nos regalan, podemos observar cómo nuestra transición de un
momento del ciclo al otro se vuelve mucho más fluida y vamos abrazando
todos los aspectos de nosotras mismas. De la misma manera, interpretar
nuestros sueños en relación al ciclo menstrual se va volviendo más
sencillo, a medida que aprendemos a conectar los símbolos con las
transiciones y polos de nuestro ciclo, y así vamos desarrollando un
vocabulario personal de autoconocimiento y observación. El objetivo es
pasar por estas transiciones con conciencia, presencia y conocimiento.

Te aconsejamos escribir tus sueños en un cuaderno especial;


recuerda siempre registrar en qué día de tu ciclo estás. Anotar los sueños
todas las mañanas hará que poco a poco puedas ir recordándolos con
mayor facilidad y comiences a comprender su lenguaje. Si no te acuerdas
del sueño completo, parte por anotar lo que recuerdes; verás que vas
a ir adquiriendo la capacidad de mantenerlos frescos en tu mente al
despertar. Un libro que te recomiendo para indagar en este revelador
lenguaje es “Sueños, un camino al despertar” de la Dra. Lola Hoffmann.

55
El Ci c l o M e n s t r u a l co m o p re p a r a c i ó n
a la menopausia.

Elena Sofía Zambrano

Podemos ver y entender la experiencia vital femenina como un


ciclo en sí mismo; un viaje que nos prepara para encontrarnos y que nos
lleva de vuelta al centro de nuestro corazón. De esta manera, los años
reproductivos, es decir, los años en que tenemos un ciclo menstrual, no
son una experiencia aislada, sino que forman parte de ese gran ciclo
vital femenino, en el que cada fase nos va preparando para el siguiente:
los años de infancia y su portal, que es la menarquia; los años reproduc-
tivos con sus posibles portales, el embarazo y el parto; y el portal de la
menopausia. Cada nuevo umbral se construye sobre la experiencia del
anterior.

Existe un maravilloso dicho nativo americano que explica esto de


manera muy elocuente: “En su primera menstruación, una mujer conoce
su poder. En sus años de sangrado menstrual, practica su poder. En la
menopausia, se convierte en su poder”.

Es muy posible que muchas de nosotras conocimos, de alguna


manera u otra, nuestro poder cuando llegó la primera menstruación.
Pese a los tabúes, los secretos, la desinformación y la falta de bienvenida,
muchas logramos vislumbrar la magia que suponía la menstruación y
sentir un poder pulsando bajo esta experiencia. Lamentablemente, con el
pasar de los años y los mensajes culturales este poder se va perdiendo.
Aún así, si lo llegamos a sentir o no; a través de diferentes experiencias
podemos despertarlo, entenderlo y conocerlo.

Pero, ¿qué significa practicar nuestro poder? ¿Practicar para qué?


¿Para qué nos está preparando el ciclo? Las respuestas están en el mis-
mo dicho nativo. En los años de ciclos menstruales vamos practicando
esta fuerza femenina que culmina y se expande en la menopausia. En
otras palabras, el ciclo menstrual nos prepara para las posibilidades
maravillosas de la menopausia.

56
¿Te has sentado a pensar que una mujer, en promedio, vive 450
ciclos menstruales en su vida? Cuatrocientos cincuenta veces recorremos
este laberinto interior, que es el ciclo menstrual. Cuatrocientos cincuenta
veces hacemos este viaje en que nos recorremos a nosotras mismas por
dentro y por fuera. Si vivimos nuestra ciclicidad con conexión y con un tra-
bajo de autoconocimiento, practicaremos y practicaremos nuestro poder
para un día graduarnos como mujeres sabias. Así como el ciclo menstrual
es un viaje entre morir, nacer y renacer, el portal de la menopausia
supone un enorme morir y un enorme renacer. Una transformación. Un
fin, pero también una iniciación; una iniciación para la cual nos preparan
todos los años de ciclar.

La menopausia es un momento para volver a ti: a la mujer


auténtica; a tus sueños y necesidades; a tus dones y regalos; a tus
intereses y pasiones. En este portal se abre ante nosotras la posibilidad
de dejar atrás todo aquello que ya no funciona en nuestra vida, todas
las versiones de nosotras que no queremos arrastrar más. Nos coro-
namos como reinas de nuestra propia vida, y si hemos estado practi-
cando el autoconocimiento y el autocuidado, a través de nuestros años
menstruantes, estamos mucho mejor preparadas física, emocional y
mentalmente para este renacer. Una mujer que ha estado conectada con
su ciclo, ha aprendido a viajar fluidamente entre sus mundos interiores y
exteriores. Ha aprendido a amarse, a cuidarse, a conocerse. Ha
aprendido a escucharse y a satisfacer sus necesidades. Ha escuchado la
sabiduría de su corazón. Todo ello la prepara para poder entregarse a
la invaluable tarea de servir al mundo.

Así que practica tu poder. Conoce tu ciclo. Entrégate tiempo y


espacio en tus días de menstruación. Practica el autocuidado y busca tu
bienestar. Pasa tiempo contigo misma. Escúchate.

De esta manera, al pasar por el portal de la menopausia, el


poder de tu corazón femenino estará abierto ante ti. Y al mirar hacia
atrás y ver el camino que has recorrido, podrás ver claramente que todo
ha sido una danza mágica, que te ha llevado justo donde tienes que
estar: en el centro de tu corazón y mirando de frente al mundo.

57
Capítulo 2:
El poder de la ciclicidad en ti

58
Mi Huella

Para dar inicio al proceso de registro de tu ciclo menstrual, imprime


la siguiente página y deja un rastro con tu sangre por cada ciclo que
registres, este gráfico te acompañará durante 13 lunas/ciclos (1 año).

Estas huellas serán un símbolo del recorrido de aprendizaje


y compromiso con tu ciclo. El gesto de marcar con tu sangre, permite
generar un nuevo lazo y cercanía con tu menstruación, derribando el
tabú que impone nuestro sangrado como ajeno, invisible e intocable.

Encuentra la forma que más te acomode para obtener la


muestra. Por ejemplo, si utilizas la copa menstrual, al momento de
vaciarla, unta tu dedo en la sangre y pósalo sobre uno de los círculos
del dibujo.

59
Mi Huella

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Espejo:
Registro Diario

La observación y registro de tus sensaciones son el propio espejo.


Esta sección nos presenta una herramienta para reconocernos y activar
la conciencia de cómo sucede diariamente el ciclo menstrual en todas
nuestras dimensiones, y cómo nos va develando el camino. Recuerda que
cuando hablamos de ciclo menstrual no nos referimos solo a la fase de
la menstruación, sino que a la totalidad de este, que incluye las 4 fases
antes mencionadas.

Puedes destinar un cuaderno especial para este registro o impri-


mir y fotocopiar la plantilla que te propongo a continuación. Rellena los
cuadros superiores. Anota la fecha del día en que realizas el registro.
Luego, escribe en qué día de tu ciclo estás. Para hacerlo, enumera los días
de tu ciclo (día 1, día 2, día 3…) hasta terminar la cantidad de días (co-
rrespondientes a la duración de tu ciclo completo). Nombraremos como
día 1 al primer día de menstruación. Desde ese día comienza a contar,
sucesivamente, hasta tu próxima menstruación, que será tu próximo día 1.

Te propongo dos maneras para realizar el registro escrito; la


primera tiene la finalidad de que aprendas a reconocer tu ciclo mens-
trual y la segunda, busca profundizar en el autoconocimiento y sanación
de la ciclicidad. Elige la forma que más se acomode a tus intereses y
necesidades. También puedes hacer una mezcla de ambas. A
continuación, te las presento.

1. Si estás comenzando a conocer tu ciclo e identificar sus


fases, te recomiendo que seas precisa al anotar. Primero, enfócate en
las sensaciones físicas y en las emociones que están a flor de piel.
Escribe tu reflejo todos los días en las siguientes páginas. Tal vez, en prin-
cipio te sientas desorientada sobre qué anotar. Poco a poco, hallarás el
hilo conductor. Siéntete libre al momento de registrar.
61
A continuación, te presento una breve guía sobre algunos aspectos
importantes a considerar:

Cuerpo: Con respecto al vigor físico, ¿te sientes vital o


agotada? En cuanto a tu apetito, ¿estás ansiosa, hambrienta o inape-
tente? ¿Cómo sientes tus senos? ¿Están sensibles, hinchados…? ¿Sientes
alguna sensación en tu útero? ¿Cómo es? De acuerdo a la energía de
tu cuerpo, ¿qué actividades deseas hacer? ¿Tranquilas o activas?

Emoción: ¿Cómo es la intensidad de tus emociones? ¿Puedes


reconocerlas fácilmente o están ocultas? ¿Te sientes conectada a tu
emoción? ¿Qué tipo de emociones son? ¿Alegres, plenas, melancólicas,
angustiantes? ¿Sientes deseos de compartir o de estar en soledad?

Mente: ¿Cómo se encuentra tu mente hoy? ¿Clara, lógica,


creativa, intuitiva, perturbada? ¿Qué tipo de pensamientos tienes?
¿Alguno recurrente?

2. Una vez que ya tengas integradas las fases, podrás usar el


registro de forma mucho más creativa y como reflejo de tu proceso y
evolución interior. De esta forma, le damos un enfoque terapéutico al
registro, es decir, escribimos con la intención de ir profundo hacia
nosotras, acercándonos a nuestra autenticidad y descubriendo nuestros
bloqueos y sus salidas, para comprender y asimilar el ciclo como nuestra
brújula interior.

Si consideras que no es necesario hacer registro diario en esta


sección, pues ya conoces tu ciclo, escribe cada vez que lo desees.

Te comparto algunos elementos importantes a considerar:

- Usa este espacio como un diario íntimo, donde te permitas


expresar todo de ti, por ejemplo, aquello que te es difícil; este es tu es-
pacio de liberación. Ser honesta contigo es el paso más importante para
conocerte y amarte sin juicios. Dale lugar a lo que te averguenza, a lo
que te indigna, a tus temores: todas las emociones son bienvenidas; lo

62
que deseas, lo que te encanta, lo que te apasiona. Ábrete a tu verdad,
aunque sea difícil de admitir. Solo de esa manera podrás transformar y
trascender la incomodidad.

- Escribe por lo menos una vez por cada fase y observa qué
reflexiones y descubrimientos te traen. Cada una de estas aporta
diferentes perspectivas sobre una situación.

- Céntrate en lo que sientes, como vimos anteriormente. En


nuestras emociones está la llave a la profunda sanación.

- Recuerda que el afuera es un espejo de nuestro adentro, por


lo tanto, pon atención a los movimientos que estén surgiendo y las
situaciones del cotidiano que se estén dando en cada etapa e intégralos
como un espejo de tus movimientos interiores.

- Obsérvate, especialmente, en las fases premenstrual y menstrual.


Es esencial escribir en este momento, pues es la etapa reflexiva del ciclo
donde surge nuestra sombra, las nuevas visiones, las certezas y revela-
ciones.

- Realiza escritura automática cuando lo necesites.

- Nutre tu registro con todo lo que te haga sentido; este espacio es


todo tuyo. Sé creativa y construye una forma que sea como tú.

- Además de escribir tus percepciones, con la ayuda del Lunario


que está al inicio de la agenda, marca en el recuadro superior de la
página cuál es la fase de la luna. Con la experiencia de tu registro, reco-
nocerás que cada fase de tu ciclo se verá potenciada por cada fase lu-
nar. Tómate tiempo para advertir esta influencia. Podrás percibir las posi-
bilidades que se abren y las diferentes energías que nos regala cada una
de estas conjugaciones, que son perfectamente sincrónicas para nuestra
vida y los procesos que estamos habitando. En el libro “Las Lunas en la
Mujer”, María José Méndez nos cuenta en detalle cuál es el significado
de menstruar en cada fase lunar y cómo podemos aprovecharlo.

63
fase lunar
día . . . . mes . . . . año . . . . .
día del ciclo . . . . . . . . . . . . .

fase lunar
día . . . . mes . . . . año . . . . .
día del ciclo . . . . . . . . . . . . .
Inspiración, Magias y Ritos

útera

Corazón del vientre,


centro de poder.
Rítmica respiro con hondos latidos de expansión y contracción.

Lleno de placer
gestando vida, nutriendo vida
soy el Origen:
la humanidad entera ha pasado por mí,
amores y dolores grabados en mi memoria.

Mi piel es de serpiente, soy Diosa del renacimiento.


Huelo cada paso con instinto agudo,
forjado por mi edad infinita.
Soy el olfato visionario.
Soy la matriz de la percepción y la creación.

Largo tiempo fingimos olvidarnos,


mientras encendíamos fuego para hablar en silencio.
Recogimos sueños para despertar hoy
a una nueva vida.
Así como al inicio, nos volvemos una,
bailando en la cadencia de las contracciones de menstruación y parto,
conociendo mi historia, nuestra historia.
Revelándonos.
Escuchando el llamado.
Siguiendo el llamado.
Manifestando el llamado.
Siendo el mensaje que damos a Luz.

65
66
Vuelve al rito:

Siembra tu Luna

El rito es un acto simbólico y creativo que marca un momento


importante, ya sea personal o colectivo. La intención es el motor de este
acto 13.

La siembra de luna es un rito que nos recuerda el momento


sagrado de la menstruación. Nos devela su poder de reciclar y nos
ayuda a sintonizar con el agradecimiento a la vida y a la Tierra 14.

Si utilizas la copa menstrual o toallas de tela, podrás almacenar tu


sangre fácilmente en cualquier recipiente que escojas. Una vez recogida,
llévala a tu jardín o a una maceta. Si la vas a entregar a las plantas,
puedes diluirla con agua para regarlas. Acompaña este acto de lo que
sientas preciso hacer; encender una vela, cantar, hacer un rezo, recor-
dando la intención de lo que sueltas de tu vida con esta menstruación
y lo que deseas reciclar. Luego, haz un pequeño hoyo en la tierra y
siembra tu sangre menstrual en un acto de ofrenda y agradecimiento.
Descubre la emoción que surge en el momento de hacerlo.

La siembra del sangrado es un acto de amor y cuidado a nosotras


mismas y a la Tierra. Sana las heridas personales y colectivas de nuestra
historia femenina y nos reconecta con la Tierra, reconociendo que somos
parte de esta y que también vive en nosotras.

67
13. Jean Shinoda Bolen en “El millonésimo círculo”, menciona que en un acto ritual lo esencial no es
lo que se hace, sino el espíritu con el que se hace y esto es lo que le confiere valor.

14. La siembra de luna es un rito que hoy se está retomando por muchas mujeres alrededor del
planeta, con la intención de recuperar ceremonias que se realizaban ancestralmente y así de-
sempolvar nuestra sabiduría original. Un ejemplo de esto es la comunidad de los tiv en Nigeria,
quienes al momento de la menarquia de una mujer le pedían que pasara por sus cultivos para
que fueran fertilizados.
Esta información fue transmitida por Laura Contreras, quien la extrajo del libro “Érase una mu-
jer” de Vera Carvajal.

69
Ovarios

Hacia la punta de las trompas florecemos,


como las polaridades de la divinidad.

Cofres del tesoro, albergues de la vida


aquí dentro, la creatividad late en estado puro.

Conservando la esencia del aroma,


el potencial de los sueños.

Somos guardianas de las ideas,


contenedoras de los deseos,
celadoras de las/os hija/os.

En cada semilla que guardo, la maestría del coraje


romper la cáscara,
salir y ser.

70
Vuelve al rito:

Amuleto de poder menstrual

Un amuleto de poder menstrual es un objeto simbólico, en el cual


concentramos la fuerza y poder de nuestra menstruación, es decir, la
sabiduría de las experiencias que integramos en cada ciclo.

Este amuleto puede estar en tu altar y acompañarte en los


momentos que necesites de tu fuerza interior.

Crea t u a muleto

Materiales: greda y agua.

Para convocar la atención e intención al presente y despertar tu


creatividad, te invito a realizar una visualización para la creación de tu
amuleto.

Prepara un espacio donde te sientas cómoda. Puedes encender


una vela, aromatizar con aceite esencial, poner música o lo que quieras
para crear el ambiente.

Siéntate con la espalda derecha, cierra los ojos y respi-


ra profundamente. Deja atrás las preocupaciones y pensamientos.
Visualiza y concéntrate en tu vientre, vulva, vagina, útero, ovarios y
enciende esos espacios con luz rosa. Disfruta la sensación y respira.
Luego, desde este espacio, visualiza un canal de luz que sube hasta tu
corazón. Concéntrate en este y observa cómo se expande e irradia

72
luz rosa. Disfruta. Observa cómo está conectado tu vientre y tu corazón
a través de este canal. Ahora, visualiza cómo la luz, proveniente de estos
dos centros, sale por cada uno de tus brazos hasta llegar a tus manos.
Observa cómo irradian luz rosa, respira profundo y abre lentamente los
ojos, manteniendo esta intención para crear el amuleto.

Toma un puñado de greda y realiza una figura que represente


tu sabiduría femenina: una vulva, un corazón, un cuerpo femenino, etc.
Si quieres que sea un amuleto fácil de portar, hazlo de un tamaño
apropiado. Tómate tu tiempo y deja que tu instinto te guíe. Cuando lo
tengas, ponlo en tu altar o en algún espacio importante para ti y déja-
lo secar. Para cerrar el momento, termina de impregnar con tu energía
el amuleto, poniendo tus manos sobre este, respirando profundo por el
tiempo que sientas necesario. Luego, guárdalo en el espacio escogido
hasta tu próxima menstruación.

Cuando llegue tu menstruación, unta tu dedo en tu sangre


menstrual y pósalo sobre la superficie del amuleto, dejando una
huella. Como es la primera menstruación que llega al amuleto, puedes
consagrarlo como tu objeto de poder al momento que recibe la sangre,
realizando un pequeño rito. Este puede contener todas las expresiones
que desees, por ejemplo, palabras/oraciones, canto y danza.

Así lo seguirás haciendo en cada menstruación. Este amuleto


llevará la sangre de cada una de estas y así; todo el poder de tu cicli-
cidad.

74
Vulva y Vagina

Puente sagrado, canal de iniciación.


Único paso
por donde todo entra y sale,
cruzando el portal para parirnos mil veces.

Generosa
me abro al misterio,
en este umbral
incontables dimensiones convergen.

Por mi puerta han cruzado también


intrusas espinas,
heridas que hoy iluminamos con luz rosa.
Ofrendo un camino de pétalos
y volvemos a ser alquimia.

Juntas nos embriagamos del perfume


que se asoma por mi boca Vulva
y nos adoramos,
bebiendo mis tibios fluidos,
hundiéndonos en la humedad,
empapadas, gozamos de este sendero de regreso al origen,

explorándonos una vez más y siempre nos sorprendemos,


con nuestro canto salvaje,
con nuestra voz auténtica.

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Vuelve al rito:

Magia menstrual y votos de sangre

Este es un rito de compromiso hacia tu profunda transformación a


través de tu sangrado.

Nuestra sangre menstrual es el fluido sagrado que contiene la


memoria de nuestra propia historia y de nuestro linaje.

Materiales: sangre menstrual, pocillo, pincel y papel.

En tus días de menstruación, vierte en un pocillo parte de tu


sangrado. Siéntate en un lugar cómodo y tranquilo, y abre tu espacio
ceremonial íntimo, como tú lo sientas. Puedes encender una vela, armar
un altar, etc.

Pon tu sangre en frente y pídele permiso para trabajar con ella.


Pídete permiso para trabajar con tus memorias.

Unta con un dedo tu sangre y pon una huella en tu entrecejo para


abrir la visión.

Invoca a esa mujer sabia que habita en tu sangrado. Conecta


con ella, a través de una respiración profunda, poniendo una mano en
tu vientre y la otra en tu corazón. Para ir a este encuentro, debes ir
desnuda, sino no escucharás ni verás. Cuando te sientas conectada,
vislumbra tu pasado con la pregunta, ¿de dónde vengo? La imagen que
veas es la correcta, solo permite que aparezca sin juicio. Luego, visualiza
tu presente, ¿dónde estoy? Y observa cómo estás en este momento,
con qué aspectos de tu vida te sientes contenta y con cuáles te sientes
insatisfecha o incómoda. Y por último, vislumbra tu futuro, ¿hacia dónde

77
voy? ¿En quién me quiero convertir? Imagínate de esa forma. Permite que
sean tus entrañas las que te comuniquen su deseo profundo, desde esa
voz salvaje y auténtica que solo responde a tus más sinceros deseos. Tal
vez se pueda expresar como una sensación. Escucha la respuesta desde
el corazón. Cuando sientas que recibiste la visión, quédate un momento
meditando.

Cuando estés lista, toma el papel y pincel, y escribe la visión


en una frase con tu sangre menstrual. Sé breve y precisa; sintetiza la
información en un mensaje claro y que te resuene profundamente.

Déjalo en tu altar íntimo, en tu Agenda Menstrual o en algún


espacio en que puedas recordarla constantemente. Has abierto un
portal que abrirá el camino para llegar a eso que deseas; has traspasa-
do el umbral que te traerá las experiencias necesarias para manifestar
este paso.

Te recomiendo hacer este rito para momentos importantes o para


marcar cambios poderosos en tu vida. Estos son tus votos de sangre; un
pacto sagrado contigo misma.

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Vuelve al rito:

Arte visionario y el mensaje de tu útera

Sigamos trabajando con nuestra preciada sangre menstrual. Este


rito lo puedes hacer en tus días de menstruación, o bien puedes guardar
una parte de tu sangrado en un frasco de vidrio bien tapado en el
congelador, y tenerlo ahí para cuando desees realizarlo.

Materiales: sangre menstrual, pocillo, lápiz y papel.

Prepara un espacio en que te sientas cómoda para realizar tu rito.


Te sugiero una luz tenue. Dispone el papel y tu sangre menstrual en un
pocillo cerca de ti.

Cierra los ojos. Conecta a través de la respiración con tu útero,


respira profundo llevando tu atención a la matriz. Percibe su palpitar y
tómate todo el tiempo hasta que te sientas conectada. Visualiza una luz
roja rubí en el centro de tu útero y observa cómo, lentamente, esta luz
comienza a hacer circunferencias, de izquierda a derecha, formando un
espiral que va creciendo y abarca todo tu vientre. Observa. Lleva las
manos a tu útero y permite que estas se impregnen de la energía de tu
vientre. Visualiza cómo tus manos se iluminan con la luz roja del espiral.
De esta manera, siente cómo abres un canal de expresión que va desde
tu útero hacia tus manos. Dile a tu útero: “mis manos son tu canal y el
sangrado es tu voz, gracias por manifestarte”.

Cuando lo sientas, aún con los ojos cerrados, unta tus dedos en
la sang­re menstrual y llévalos a la hoja. Permite que tu mano sea guiada
en sus movimientos por el pulso de tu útero, dibujando líneas, formas,
imágenes y sensaciones que este te muestre. Unta tus dedos en el

80
sangrado, en reiteradas ocasiones, asegurándote que quede plasmada
la imagen. Siempre siguiendo el ritmo visceral de tu útero, cuando sientas
que ya se ha expresado y no queda nada más por manifestar en el pa-
pel, abre los ojos y observa.

¿Qué te provoca la imagen? ¿Puedes asociar esta imagen a


alguna figura? ¿Qué te llama la atención? ¿Qué sientes? ¿Cómo te
sentiste al realizar este ejercicio?

Observa y escribe un poema con el mensaje que plasmó tu útero


en el papel, integrando las sensaciones, tanto al hacer el ejercicio, como
al mirar el resultado de la imagen. ¿Cuál es el mensaje de tu útero?

Finalmente, vuelve a llevar las manos a tu vientre y cierra los ojos.


Visualiza la luz roja rubí, que comienza nuevamente a hacer círculos en
espiral, esta vez de derecha a izquierda para cerrar el portal. Cuando
te sientas lista, respira profundo y abre los ojos.

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Brújula:
Mandala Lunar

El ciclo menstrual es nuestra brújula. La experiencia vivida en cada


ciclo nos va mostrando aquellos elementos que necesitamos transformar.

Esta sección nos permite visualizar en totalidad cada ciclo y, de


acuerdo a esto, vislumbrar nuestra dirección/intención para el siguiente.

A continuación, encontrarás 13 mandalas para imprimir: uno por


ciclo (13 lunas/ciclos, que corresponden a un ciclo solar, es decir, un año).
Cada mandala cuenta con 32 espacios. En cada uno podrás anotar la
fecha, el día del ciclo, la fase lunar y una palabra que resuma tu percep-
ción. Ayúdate de lo que anotaste en la sección “Espejo: Registro Diario” e
intenta resumir tu día en un concepto o frase corta, como hipersensibilidad,
claridad o deseo estar en la naturaleza.

Elige un color para pintar cada fase de tu ciclo. Puedes usar los
colores que propongo a continuación o escoger los que te parezcan.
Menstrual: rojo; preovulatoria: amarillo; ovulatoria: rosa y premenstrual:
violeta.

El Mandala Lunar nos entrega una visión gráfica y global de cada


ciclo, lo que nos permite observar y distinguir similitudes y diferencias
entre los ciclos, a través de los colores y las palabras.

Si te sobran espacios en el mandala, una vez finalizado tu ciclo,

83
simplemente déjalos en blanco y continúa con el siguiente. Si tu ciclo es
mayor a 32 días, puedes subdividir algunos espacios para completar
todos los días o encontrar la manera de extender el mandala propuesto.

Al finalizar tu ciclo, es decir, cuando llegue tu próxima menstruación,


ofrécete un momento para revisar cómo fue la vivencia de este reco-
rrido, cuáles fueron los temas recurrentes, tus preocupaciones o
reflexiones. Tal vez, serán experiencias cotidianas, descubrimientos
personales o acontecimientos importantes; todo nos revela por cuáles
desafíos estamos pasando y esto nos sirve para honrar y estar
conscientes de nuestro tránsito por la vida. Luego, reflexiona y escribe
en el espacio inferior “¿De dónde vengo, qué dejo atrás y hacia dónde
voy?”.

Comprometiéndote con tu propio andar, tu ciclo se transformará


en la brújula para caminar en plenitud contigo.

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¿De dónde vengo, qué dejo atrás y hacia dónde voy?
¿De dónde vengo, qué dejo atrás y hacia dónde voy?
¿De dónde vengo, qué dejo atrás y hacia dónde voy?
¿De dónde vengo, qué dejo atrás y hacia dónde voy?
¿De dónde vengo, qué dejo atrás y hacia dónde voy?
¿De dónde vengo, qué dejo atrás y hacia dónde voy?
¿De dónde vengo, qué dejo atrás y hacia dónde voy?
¿De dónde vengo, qué dejo atrás y hacia dónde voy?
¿De dónde vengo, qué dejo atrás y hacia dónde voy?
¿De dónde vengo, qué dejo atrás y hacia dónde voy?
¿De dónde vengo, qué dejo atrás y hacia dónde voy?
¿De dónde vengo, qué dejo atrás y hacia dónde voy?
¿De dónde vengo, qué dejo atrás y hacia dónde voy?
Planilla de Registro
Elena Sofía Zambrano

La Planilla de Registro es una herramienta que te permitirá


conocer con mayor precisión los cambios de tu cuerpo. Estos registros se
convertirán en un espejo que refleja la danza interior de tus hormonas.
Imprime las siguientes planillas y sigue las indicaciones para llenarlas:

- Número de registro: Enumera cada planilla, de manera que el


primer ciclo que registres sea tu registro número 1, y así sucesivamente. Si
en algún momento tienes un ciclo más largo que 40 días (el espacio pro-
porcionado en esta planilla), deberás utilizar una nueva planilla para el
resto del ciclo y nombrar ese registro, por ejemplo, 1b o 1 continuación.

- El año y la edad: El año y la edad te permiten llevar un orden en


tus registros, además de observar los cambios que ocurren en tus signos
de fertilidad con el tiempo.

- Rango de mis ciclos: Anota cuál ha sido tu ciclo más corto y tu


ciclo más largo en el último año. Por ejemplo, 26-34. Toma en cuenta
que esta información solo es válida si durante esos ciclos no estuviste
tomando anticonceptivos hormonales. Si dejaste hace poco los anticon-
ceptivos y solo tienes registrada la duración de menos de 12 ciclos,
también puedes hacerlo. Ya podrás ir completando esta información. Si no
tienes registrada la duración de ningún ciclo, tampoco es problema, pues
con cada planilla podrás ir recopilando esa información. Si recientemente
estuviste embarazada, solo toma en cuenta la duración de tus ciclos una
vez que tu menstruación volvió tras el embarazo. No tomes en cuenta la
duración de tus ciclos anteriores al embarazo, pues estos pueden haber
cambiado. Trata de mantener siempre actualizada esta sección para
reflejar el rango de duración de tus últimos 12 ciclos.

98
- Duración del ciclo: Se refiere a la duración total del ciclo que
estás registrando. Recuerda que para contar la duración de tu ciclo,
tomamos en cuenta desde el primer día de menstruación hasta el último
día antes de tu siguiente menstruación.

- Mes: Anota el mes del ciclo actual, recordando que es posible


que un ciclo abarque más de un mes, por ejemplo, mayo-junio.

- Día: Registra el día de la semana que corresponde, utilizando


sus iniciales.

- Día del ciclo: Aquí no registramos nada, pero recuerda que tu


día 1 es tu primer día de sangrado. Si no quieres esperar un nuevo
ciclo para iniciar tu registro, puedes iniciar tu primera planilla, registrando
directamente en el día del ciclo en que te encuentras.

- Sangrado: Utiliza las casillas en este renglón para indicar los días
en que estuviste menstruando. La sugerencia es colorear toda la casilla si
tu sangrado fue abundante ese día, colorear la mitad si fue moderado,
colorear una pequeña parte si fue ligero y poner puntitos si observaste
goteo. También puedes utilizar este renglón si observas goteo o sangra-
do en algún otro momento de tu ciclo.

- Tabla de temperaturas: Utiliza esta sección para graficar tu tem-


peratura basal diariamente. Pon un puntito en el nivel de temperatura
que corresponda cada día. Si puedes conseguir un termómetro basal
(tendrá dos cifras después del punto, por ejemplo, 36.55); recuerda
redondear tus temperaturas antes de registrarlas en la tabla. Por
ejemplo, 36.47 se registra como 36.45. Si no tienes un termómetro
basal, simplemente registra usando un solo dígito después del punto. Por
ejemplo, 36.7. Recuerda unir tus temperaturas con una línea, día tras día,
para que se vaya dibujando tu patrón.
Si un día tienes una temperatura alterada por fiebre, alcohol o una hora
diferente de toma de temperatura, no unas la temperatura de ese día
con el resto de las temperaturas para que no altere tu gráfico.

- Fluido cervical: En esta sección, indicarás los días en que notes


presencia de fluido cervical. Puedes optar por colorear las casillas en los
días en que observes fluido, y en los días secos puedes dejar la casilla en
blanco o trazar una línea diagonal (/) para señalar que no observaste
presencia de fluido.

- Descripción de fluidos: Esta sección es importante, pues te


permite describir con mayor detalle los fluidos que marcaste en el renglón
anterior. Aquí te recuerdo que son 3 características principales las que
debemos describir.
El color: Puedes optar por utilizar una T cuando el fluido es
transparente y una O (de opaco), cuando observes cualquier otro color.
También puedes usar letras para describir otros colores; B de blanco,
N de nublado, A de amarillo, etc.
El estiramiento: Aquí lo importante es describir, aproximadamente,
cuánto se estira tu fluido en centímetros. Te recomiendo describirlo,
usando el signo +. De manera que un solo + significará un fluido que se
estira muy poco, aproximadamente, 0.5 cm; ++ será un fluido que se estira
entre 1 y 2 cm, y +++ representará un fluido que se estira de 2.5 cm en
adelante.
El deslizamiento: Cuando sientas que el papel higiénico se desliza
fácilmente por tu vulva al limpiarte, puedes señalarlo en tu gráfico con
una letra D. También puedes optar por usar ND para indicar que no
hubo deslizamiento.

Lo que graficamos en nuestra planilla es lo más fértil que vimos en


el día. Esto quiere decir que no es necesario registrar todo lo que obser-
vamos, cada vez que vamos al baño, sino lo más fértil que viste en el
día. Recuerda; lo más fértil siempre es: transparencia, mayor elasticidad y
deslizamiento al limpiar. Por ejemplo, si en un momento observaste un
fluido blanco, que estiraba 1 centímetro y no deslizaba, pero más tar-

100
de en el día notaste un fluido transparente que estiraba 1 centímetro y
deslizaba al limpiar, entonces registrarás este último fluido como tu
observación de ese día.

- Cérvix: Utilizamos dos renglones para graficar el cérvix. En el


primer renglón, graficamos 2 de sus características:
La apertura: Para ello, dibujamos un puntito. Si la observación fue
un cérvix cerrado, el puntito es más pequeño y si fue un cérvix abierto,
el puntito es más grande.
La altura: Para graficar la altura, ese mismo puntito pequeño o
grande lo dibujamos más abajo o más arriba en la casilla, según note-
mos nuestro cérvix alto o bajo.
Finalmente, en el segundo renglón graficamos:
La firmeza: Utilizamos la letra F para señalar un cérvix firme, S
para señalar un cérvix suave y tenemos la opción de usar la letra M
si notamos un cérvix con firmeza media, es decir, en transición entre un
estado y el otro.

- Anotaciones: Este renglón te permite anotar cualquier alteración,


cambio u observación. Por ejemplo, enfermedades y fiebres, viajes,
estrés, uso de medicamentos, cambios en estilo de vida, etc.

Llevar esta planilla, ciclo tras ciclo, y hacer el trabajo de comparar


tus registros, y encontrar patrones y tendencias es una herramienta
invaluable para conocerte de manera más profunda y detectar cuándo
algo no está funcionando bien. Es importante mencionar que el objeti-
vo de esta sección es la auto-observación. Si te interesa utilizar el re-
gistro de los signos de tu ciclo para gestionar tu fertilidad de mane-
ra natural es importante recibir la instrucción completa necesaria. El uso
de tus signos como método natural requiere aprender más conceptos,
incorporar reglas y usarlas correctamente, según tu intención de uso y tu
situación reproductiva.

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Pl a nill a d e Re g i s t ro
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Arte:
Lienzo en Blanco

Esta sección es una invitación a expresarte, a través de dibujos,


símbolos, palabras, citas u otros que estimes convenientes durante tu
proceso. Te propongo disponer un cuaderno especial para esta libre
expresión.

Nuestro ciclo menstrual es un viaje de conexión y expresión. El


bienestar menstrual y sexual está relacionado a nuestra capacidad
creativa, a la habilidad que desarrollemos para concebirnos, gestarnos y
parirnos a nosotras mismas, a nuestras ideas y proyectos.

Al expresarnos, accedemos a nuestro mundo interno y construimos


el paso para que se manifieste en libertad. El arte es crear belleza y la
belleza reside en atrevernos a ser.

115
Reflexión:
Espacio de Preguntas

Esta sección nos presenta algunas preguntas para abrir un espacio


de reflexión que nos ayude a decantar e integrar las experiencias que
hemos registrado. Es una forma de hacer conciente y concluir ciertos
aspectos que han despertado en este proceso, pero por sobre todo,
es una invitación a “ir más allá de estas preguntas” e incentivar nuestra
curiosidad y nuevas ideas sobre el ciclo.

¿Cómo es mi relación con el ciclo menstrual ? ¿Qué es lo que más


me gusta y qué me incomoda en cada fase del ciclo? ¿Cuál fase me
agrada y cuál me es ajena e incómoda? ¿Por qué? ¿Qué me ayudaría
a disfrutar más la fase incómoda? ¿Con qué imagen o palabra podría
describir cada fase del ciclo? ¿Cómo me relaciono con el mundo en
cada fase? ¿Qué intereses y necesidades surgen en cada fase? ¿Qué
señales de mi cuerpo, mente y emociones avisan que estoy transitando
un arquetipo específico del ciclo? ¿Cómo expreso mi ciclicidad ? ¿Qué
nuevos aspectos de mí he reconocido en el proceso de hacer consciente
el ciclo menstrual ?

El ciclo menstrual es un fractal abierto, desde donde siempre se


irán desprendiendo nuevas señales e información para nuestro andar. El
ciclo menstrual es nuestro viaje sin fin y nuestro constante retorno a casa.
El poder de sentir y expresar nuestra ciclicidad, con todos sus matices, es
nuestra belleza y nuestra sabiduría.

117
s in fin
Referencias Bibliográficas

Carvajal, V. (2014) Érase una Mujer. Bogotá, Colombia: Luabooks.

Gray, M. (2014) Luna Roja. Emplea los dones creativos, sexuales y espirituales del ciclo
menstrual. Buenos Aires, Argentina: Gaia/Grupal Ediciones.

Hay, L. (2009) Usted puede sanar su vida. Urano.

L´am, D. (2015) Caminando juntas. Guiando Niñas en su Camino a Ser Mujer. Santiago,
Chile: Editorial Cable a Tierra.

Marashinsky, A. (2008) El Oráculo de la Diosa. Un camino hacia la totalidad a través de la


diosa y el ritual. Buenos Aires, Argentina: Ediciones Obelisco.

Méndez, M. (2017) Las Lunas en la Mujer. Descubre el propósito de tu menstruación en


cada fase lunar. Santiago, Chile: AfloraMujer Ediciones.

Northrup, C. (1999) Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer. Barcelona, España: Urano.

Pérez, P. (2015) Manual introductorio a la Ginecología Natural. Santiago, Chile: Gineco-


sofía Ediciones.

Pinkola Estés, C. (2009) Mujeres que corren con los lobos. Barcelona, España:
Ediciones B.

Rodrigañez, C. (2014) Pariremos con Placer. Apuntes sobre la recuperación del útero es-
pástico y la energía sexual femenina. Santiago, Chile: Simbiosis editorial.

Serrano, A. (2010) Osiris. El Huevo de Obsidiana. Sanación de la energía


femenina. Argentina, Buenos Aires: Continente.

Shinoda Bolen, J. (2004) El millonésimo círculo. Cómo transformarnos a


nosotras mismas y al mundo. Barcelona, España: Kairós.

Shinoda Bolen, J. (2014) Las Diosas de cada Mujer. Una nueva psicología
femenina. Barceloa, España: Kairós.

Vignola Ríos, C. (2019) Sa(n)grado Libre. Un camino hacia la liberación femenina.


Santiago, Chile: Carolina Vignola Ríos.

Ward, C. (2006) Las cuatro caras de la mujer. Restaurando tu auténtico poder, recobrando
tu belleza eterna. Santiago, Chile: Ediciones B.

120
Contacto:

Loreto Contreras Herrera: loretocontrerasherrera@gmail.com


www.loretocontrerasherrera.com

Elena Sofía Zambrano: elena.sofia@metodosintotermico.com


metodosintotermico.com

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