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Mariana Cortés Valencia

Género, sexualidad y política en las prácticas artísticas contemporáneas


2023

ECOLOGÍA DE GÉNERO

Como punto de partida, es preciso delimitar las definiciones que responden a los intereses
del artículo. Ecología puede ser entendida como la ciencia del cuidado de la casa. Hoy
acuñaremos este término específicamente a la ciencia del cuidado del cuerpo,
entendiendo que para pensar su cuidado es obligatorio pensar en la amenaza como algo
que lo atraviesa y constantemente hiere. Ecología es ahorro y a su vez limite. También, es
una ciencia de relaciones múltiples y heterogéneas, tanto en genero como en especie,
que ha correspondido en mayor medida a un control antropocéntrico regido a lo largo de
la historía por el hombre fálico1, o en palabras de Yayo Herrero: “Hombre BBVA”, blanco,
burgués, varón y autónomo.

Así mismo, ecología es con-vivencia en la medida que vivimos en relación al otro ajeno,
como cercano. Desde este lugar construimos diferentes puntos de convergencia que
acercan y separan “cuerpo y discurso se contienen y excluyen en el mismo grado”
(Soentgen, 2007, pag.140), entendiendo que la existencia en este mundo corresponde a
una construcción cultural articulada por lenguajes, que hoy mayormente, conocemos
como lo que las feministas hemos decidido nombrar: sororidad.

La dualidad construida a partir de la noción de naturaleza y tecnología corresponde a una


de las primeras oposiciones que delimitan una diferenciación sexual. Es de gran
importancia entender que la ecología, en este punto, atraviesa diferentes tejidos de
investigación que van más allá de su noción antropocéntrica tradicional. El hombre, en
este caso, corresponde a la tecnología capitalista obsesionada por el consumo y
materialización de los cuerpos (animal, humano y vegetal), que han traído como
consecuencia un ejercicio de dominación que repercute sobre las distintas
manifestaciones de vida. En este sentido, como bien es tratado en la investigación Una
introducción a la teoría queer de Paul B. Preciado por Melania Domínguez-Benítez: “El
proceso de producción sexogenérico se da en la materialidad de los cuerpos y es
prostético como el dildo”. Es así, como la construcción generacional de las nociones de

1 Termino adoptado del autor Paul B. Preciado

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genero sobre lo vivo, han sido condicionadas al rededor de un eje central denominado
pene o “fijación profética de la diferencia” (Dominguez, 2020, pag. 4) y a su vez,
entendiendo que lo vivo está en constante con-vivencia para la articulación de un
ecosistema, podríamos concluir que la construcción del mundo que habitamos
corresponde en gran medida a conversaciones, relaciones y conservaciones de la vida en
torno a una única mirada masculina. Es a partir de esta idea que el habitar un mundo
fálico resulta altamente difícil para quienes no hacen parte del bipartidismo que rige el
mundo.

La acción como movimiento revolucionario y de entendimiento resulta más que necesaria,


en términos esencialistas, donde somos conscientes de que la única manera de entender
la vida es haciendo parte de ella. Pero sobre este discurso, hacer frente a que mi
posicionamiento en el mundo es la respuesta a las necesidades corporales construidas de
mi para mi, deconstruyendo las nociones externas que han limitado la noción de ser
construida, pero entendiendo que la deconstrucción sobre mi cuerpo debe ser reflejada en
la descolonización de la idea de género como arquitectura social. Heguel hacía una
distinción entre el para si y el en si. “Los sujetos tienen no solo un ser en sí, sino también
un ser para sí.” (Soentgen, 2019, pag. 44)

En una entrevista a Paul B. Preciado liderada por Brigitte Baptiste, bióloga, ecologista y
escritora trans, con un gran recorrido en la construcción de su identidad y a su vez, en la
defensa y conservación de las diferentes manifestaciones de vida que han sido oprimidas,
se menciona un claro ejemplo de como la construcción hegemónica tradicional atraviesa
directamente otras nociones de vida y de control de la misma, dando por hecho que gran
parte de la fauna y flora del mundo son descritas por sus órganos sexuales, perpetuando
la idea de dos únicos géneros en la construcción y necesidad de catalogar la vida. Los
Opiliones son arácnidos que habitan cuevas y forman su casa en lo profundo del suelo,
estos seres responden a la tecnología escrita en clave de identificación basada en un
único orden fálico.

Es preciso derrotar esta noción para poder entender un nuevo ecosistema en donde lo
fálico no es un símil exclusivo a el pene, sino que por el contrario, encontramos nuevas
variantes que pueden deconstruir las categorías de genero que han provocado tanta
violencia y control sobre los distintos cuerpos que habitamos el mundo. Desbinarizar lo
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vivo (Baptiste, 2022) como un reto social, entendiendo que en la biología y ecología es,
hasta el momento, impensable la deconstrucción de genero. Esta deconstrucción
corresponde a una mirada ecofeminista, que abraza más de un conocimiento para
entender lo que anteriormente mencionaba en palabras de Heguel como el “para si” y
“para en si”.

La violencia de opresión ha desencadenado una herencia cultural y colonial que radica en


el miedo. Es importante entender que los discursos y relaciones de con-vivencia con el
otro permiten o imposibilitan nuestros acercamientos sociales a partir, desde y por el
pánico. Jens Soentgen habla sobre esto en su libro Ecología del miedo: “El dominio, sin el
miedo, es difícil de imaginar. (…) es una crisis, nos enfrenta a la necesidad de decidir, nos
llama a la acción.” (2019, pag. 61) Este mecanismo de opresión es visible en todos los
cuerpos que por años han sido invisibilizados y tratados como “mínoria”, desde el
indígena, hasta la naturaleza o la mujer como medios, nuevamente tecnológicos desde la
mirada de Paul B Preciado, que permiten al hombre seguir explotando los recursos
necesarios para la constante reafirmación del hombre dominante. “En los seres humanos
el comportamiento agresivo no es un fin en sí mismo. Al menos no lo es por regla general.
Mas bien es algo que está a menudo al servicio de actividades productivas (…) para
producir mercancías con las que se puede comerciar.” (Soentgen, 2019, pag. 101)

Además de la violencia del consumo que podemos ver ampliamente en la construcción


dual del género en pornografía, juguetes sexuales, manipulación de masas y control
social, también es relevante la posición de víctima que debe ser exaltada como un lugar
de lucha y reivindicación, en un momento en el que ser víctima es sinónimo de debilidad.
Por el contrario, cuando nos acercamos a los miedos en lugar de rechazarlos, podemos
crecer. La “debilidad” tan bien pronunciada por el sistema capitalista en el que vivimos,
corresponde a improductividad, falta de esfuerzo e imposibilidad, femenino o afeminado,
mujer o naturaleza, entre otros términos que no son más que otro síntoma de lo que
Preciado bien nombra como panóptico o mecanismo de control global.

Aquel que tiene miedo es porque tiene consciencia. Consciencia de sus luchas, de sus
miedos y de su presente, es un sujeto que hace parte del entramado social, que
lamentablemente muchas veces decide callar u ocultar su voz, porque encontrarte con
miedo en el mundo, conlleva al silencio. El control patriarcal centra sus esfuerzos en la
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palabra que no se dice y en el discurso que no se articula. “Lo normativo impide la libertad
creativa” (Baptiste, 2021) en un mundo completamente variable, diverso, cambiante,
resignificante y por consiguiente creativo.

Es así como a modo de conclusión, considero que la desarticulación y deconstrucción de


los parámetros de genero construidos hasta el momento, son un método ecológico en el
que lamentablemente no se hace honor al término en si mismo, porque no se cuida la
vida, tampoco la casa y a su vez, no permite la creación de diálogos con el otro,
entendiendo que estos, son la razón y el motivante de un todo que con-vive por y para el
mundo. Por el contrario, las nociones de genero aún siguen institucionalizadas en un todo
fálico que limita y empobrece los discursos y manifestaciones de vida que no son, ni han
sido nuevas, sino que por el contrario y en respuesta a los requerimiento capitalistas
hegemónicos, enmudecen y enceguecen discursos que atentan con la concepción de
hombre, control y poder.

BIBLIOGRAFÍA

BAPTISTE, B. and Preciado, P.B. (2021) “Manifiesto contrasexual,” Youtube. Parque


Explora. Available at: https://www.youtube.com/watch?v=mAbqQo918uc&t=3166s.

BORIA, A. (2022) “Pensar debemos. Algunos temas ambientales en Donna Haraway,”


ESTUDIOS. Feminismos y problemáticas ambientales, pp. 75–87.

DOMINGUEZ, M. (2020) “Una introducción a la teoría queer de Paul B. Preciado,”


Investigaciones Feministas. Available at: https://dx.doi.org/10.5209/infe.69487.

PRECIADO, P.B., Dunn, K.G. and Halberstam, J. (2018) Countersexual Manifesto. New
York: Columbia University Press.

PRECIADO, P.B. (2019) “Ser ‘trans’ es cruzar una frontera política,” El país, 10 April.

SOENTGEN, J.E.N.S. (2019) Ecologia del Miedo. Barcelona: HERDER EDITORIAL.

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