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1. Introducción
Por encargo de las autoridades del Instituto Colombiano de Derecho Procesal,
nos ha correspondido presentar la visión de los procesos recuperatorios en
la regulación de insolvencia expedida para el manejo de la crisis económica
derivada de la pandemia covid 19, con miras a la identificación de sus fines,
notas distintivas y confrontarla con el régimen preexistente.
Bajo ese entendido el lector encontrará en primer lugar una breve referencia
a la regulación y el estatus concursal previos a la pandemia, de modo que sea
posible extraer sus líneas más importantes y determinar consecuentemente
el efecto de la nueva regulación, sus principales cambios y a partir de allí,
identificar sus principios y rasgos distintivos.
Para ello, habremos de referirnos a los Decretos Legislativos 560 y 772 del
15 de abril y 3 de junio de 2020 y al Decreto reglamentario 842 del 13 de junio
de 2020, regulaciones que aun cuando en un análisis preliminar se presentan
como armónicas, ostentan diferencias tales que impiden considerar una
política legislativa uniforme. Sin perjuicio de ello, se aprecian varias coinci-
dencias, las cuales merecen ser destacadas.
La invitación en esta primera parte se concreta en procurar la efectividad
de las nuevas instituciones con miras a que la anómala situación que se
enfrenta, encuentre en ellas una respuesta clara y precisa, más aún si se toma
*
Abogado, especialista en derecho comercial. Docente de pregrado y posgrado de la
Universidad Externado de Colombia. Asesor y consultor independiente.Miembro del
Instituto Colombiano de Derecho Procesal.
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Entre otras ver la Sentencia C-1143 de 2001.
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4.1 Transitoriedad
Habida consideración de la situación que se enfrenta, los Decretos 560 y el
772 disponen que sus reglas tendrán un término de vigencia de dos años2, lo
cual se explica por la atipicidad de la crisis, la apuesta por su superación en
dicho plazo y la necesidad de procurar soluciones para las actuales dificul-
tades.
Si bien en condiciones de normalidad económica se impone la implemen-
tación de regímenes de insolvencia que perduren en el tiempo, es de advertir
que la temporalidad o si se quiere transitoriedad en las reglas de insolvencia
no es extraña al derecho local, y muestra de ello es la Ley 550 de 1999, que,
si bien se expidió como consecuencia de la crisis del año 1998, dispuso un
término de vigencia de cinco años, dando lugar a que algunas de sus reglas se
incorporarán en el sistema concursal contenido en la Ley 1116 de 2006, como
sucede por ejemplo con la figura del promotor y el sistema de votación del
acuerdo. De ahí que, dependiendo de los resultados de las nuevas figuras es
posible que algunas reglas se incorporen como permanentes.
La temporalidad se explica por la conexidad con las causas que dieron
origen a las nuevas reglas, no obstante y con miras a evitar problemas en
la aplicación es menester diferenciar las restricciones temporales para los
estados de emergencia con la vigencia de las normas expedidas en desarrollo
de ellos; pues el término de los treinta días a que alude el texto constitucional
para el estado de emergencia no impone que las reglas adoptadas tengan la
misma duración, más aún si se toma en cuenta que la recuperación del tejido
empresarial y la actividad económica, en los distintos escenarios que se han
considerado, como es lógico toma, más tiempo.
2
Ver los artículos 1 de los Decretos 560 y 772 de 2020.
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Ver artículos 8 y 9 del Decreto 560 de 2020
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En el trámite de negociación de deudas regulado en el Código General del Proceso, los
jueces civiles municipales solo intervienen en cuatro casos: (i) la resolución de objeciones
a los proyectos de calificación y graduación de créditos; (ii) la impugnación del acuerdo;
(ii) en caso de conflicto sobre el cumplimiento del acuerdo y (iv) en las acciones revocato-
rias. En todos ellos, su intervención está precedida de petición de parte.
5
Conforme al artículo 37 la impugnación del acuerdo solo podía ser promovida por un
acreedor disidente y dentro de los dos meses siguientes a su celebración.
6
Ver numeral 1 del parágrafo 1º del artículo 8 del Decreto 560 de 2020.
7
Ver artículo 7 del Decreto 560 de 2020 y 4 del Decreto 772 de 2020.
8
Ver incisos 1 y 3 del artículo 1 del Decreto 842 de 2020
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El artículo 9 del Decreto 560 de 2020 expresamente permite que accedan al procedimiento
de recuperación empresarial “los deudores sujetos régimen insolvencia previsto en la Ley
1116 de 2006 y personas excluidas del régimen de insolvencia relacionadas en el artículo 3
del mismo régimen”
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Finalmente, y como una clara muestra del interés del legislador extraor-
dinario por evitar la proliferación de mecanismos judiciales, se suspendió10
para éstos el supuesto de incapacidad inminente establecido en la Ley 1116
de 2006, razón por la cual el proceso de reorganización y la validación extra-
judicial solo aplicarán cuando exista cesación de pagos.
10
Ver numeral 1 del artículo 15 del Decreto 560 de 2020
11
Ver artículo 5 del Decreto 560 de 2020 y 9 del Decreto 772 de 2020
12
Ver artículos 4 y 6 del Decreto 560 de 2020.
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Ver artículo 4 del Decreto 560 de 2020
14
Ver numeral 3 del artículo 45 de la Ley 1116 de 2006
15
Ver numeral 3 del parágrafo 1 del artículo 8 del Decreto 560 de 2020 y 4 del Decreto 842
de 2020
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Ver inciso 2 del artículo 3 del Decreto 560 de 2020
17
Ver artículo 4 del Decreto 772 de 2020
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para el deudor tal como sucede con los tradicionales instrumentos judiciales
recuperatorios, quedando habilitado el deudor en tal caso para solicitar un
concurso judicial recuperatorio.
Si bien ello resulta razonable, debe insistirse en que previsiones de esta
índole no pueden ser utilizadas de manera indebida por el deudor y mucho
menos aún considerarse como una apología a negociaciones tardías, tendientes
a que los acreedores se agoten para procurar ventajas injustificadas, en muestra
clara de mala fe y abuso del derecho.
De otra parte y para descartar interpretaciones forzadas e inclinadas hacia
el desequilibrio en las relaciones obligaciones, es preciso hacer claridad en
que la previsión comentada solo procede ante la no celebración de un acuerdo
en los tiempos dispuestos por la ley, y no aplica cuando el deudor incumple el
acuerdo, evento en el cual la consecuencia es la iniciación del proceso liqui-
datorio.
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Ver parágrafo 3 del artículo 8 del Decreto 560 de 2020 y artículo 10 del Decreto 772 de
2020
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5. Conclusiones
De todo lo expuesto, se concluye que la nueva regulación en materia de
mecanismos recuperatorios se caracteriza:
5.1 Por preferir mecanismos negociales, privilegiándolos por encima de los
judiciales.
5.2 Porque los mecanismos judiciales no sean la primera opción para el
manejo de la crisis, dada su insuficiencia.
5.3 Por una fuerte inclinación hacia la implementación de medidas econó-
micas que faciliten la recuperación de la empresa.
5.4 Por dar prelación a las medidas de recuperación de la empresa sobre los
derechos de los accionistas.
5.5 Por una marcada flexibilidad en las soluciones para procurar la recupe-
ración empresarial.
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