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NOMBRE:
Paola Báez Beltre
MATRICULA:
14-3989
ESCUELA:
Escuela de Negocios
CARRERA:
Contabilidad Empresarial
FACILITADOR:
Luis Vargas
TEMA:
Tarea IV – Contabilidad Superior I
FECHA DE ENTREGA:
15 de Febrero 2021
Distinguido participante:
La quiebra
Dicho con otras palabras, cuando el patrimonio neto es negativo, una empresa está en
quiebra. Cuando esta situación ocurre quiere decir que con la totalidad de los activos no
podrían responder a la deuda total que deben a los acreedores.
El carácter de orden público que reviste a esta ley resulta ser uno de los puntos más
interesante, ya que denota el interés del legislador y su valoración a las disposiciones
constitucionales que establecen la obligación del Estado de procurar la impulsión de la
economía, el comercio y la industria; y consecuentemente, de esta manera asegurar el
desarrollo sostenible de las mismas; dejando a un lado la concepción común de asimilar
las deudas entre comerciantes como situaciones jurídicas de interés netamente privado,
para otorgarles un carácter de interés social.
Igualmente, esta ley instaura sus propios principios rectores de aplicación, entre los cuales
están la celeridad y la eficiencia, así como principios muy particulares propios de la
materia, como son la negociabilidad y maximización de activos. Todo esto, con miras a
resguardar la efectividad de la aplicación de la ley y optimizar su alcance y aplicación, en
armonía con su objetivo principal.
Así pues, con la introducción de esta disposición legal quedan desfasadas las figuras
jurídicas que anteriormente eran las únicas que se presentaban en los momentos de
deficiencia económica o insolvencia extrema de los deudores: la quiebra, bancarrota y la
liquidación de empresas de acuerdo con la ley de sociedades comerciales. Es decir, se
modifican estas disposiciones para introducir mecanismos más eficientes de regulación del
régimen comercial, previniendo la decadencia prematura de los activos del deudor.
Otro aspecto interesante de la Ley No. 141-15 es la clasificación de algunas figuras jurídicas
en el marco de aplicación de dicha ley y el régimen de regulación de insolvencia comercial;
estableciendo los diferentes tipos de deudores y acreedores en el ámbito comercial, e
instaurando nuevas figuras como “el verificador” (la persona designada para realizar el
levantamiento respecto de la situación financiera del deudor e informarle al tribunal) y “el
conciliador” (persona encargada de procurar el acuerdo entre el deudor y sus acreedores),
entre otros. Dicha normativa establece la jurisdicción competente de conocer estos
procedimientos, específicamente ante jueces especializados en la materia. Por tanto,
estamos frente a una ley que estratégicamente adecúa, clasifica y regula los agentes que
intervienen en el comercio, organiza toda una estructura procedimental y sistemática, de
acuerdo al orden lógico jurídico preexistente, para “proteger a los acreedores frente a la
insolvencia de sus deudores, y contribuir a que los deudores superen su situación de
insolvencia, garantizando su continuidad operativa”.
La Ley de Reestructuración permite que las empresas y personas físicas comerciantes que
se encuentren en alguna de las condiciones de real o potencial insolvencia se acojan a este
procedimiento especial, como ocurre actualmente en la inmensa mayoría de los países.
Los umbrales para el mismo se contemplan en el artículo 29 de la Ley.
Es importante destacar que, por un lado, los deudores (empresas o personas físicas
comerciantes) pueden acogerse a esta Ley de dos formas: i) activando un mecanismo de
negociación con los acreedores previo al inicio del proceso ante el Tribunal especial (este
es el llamado Plan Previo de Reestructuración); o, ii) directamente solicitando la
reestructuración ante el Tribunal especial, una vez la existencia de una o varias de las
causales de Ley previstas. El proceso, en razón de los montos de acreencias involucradas,
puede ser abreviado (plazos se reducen a la mitad) o común (plazos normales previstos), y
se lleva a cabo ante un Tribunal especial (salas de primera y segunda instancia
especialmente designadas al efecto).
Resulta esencial tener en consideración que, conforme a esta Ley, los acreedores también
tienen la potestad de solicitar la reestructuración de sus deudores (empresas o personas
físicas comerciantes), siempre que se cumplan con los criterios de acceso e insolvencia
previstos en la Ley.
Un negocio que no pueda pagar sus obligaciones cuando están se vencen, pueden incurrir
los siguientes procedimientos:
Sin que importe la razón por la cual se disuelve una sociedad, el procedimiento de
liquidación exige lo siguiente:
Los administradores o gerentes harán entrega a los liquidadores de todos los bienes, libros
y documentos, mediante el inventario que deberá contener el activo y el pasivo atribuible a
los liquidadores:
No podrán ser objeto de este tipo de actividad comercial aquellos productos que no
formaran parte de las existencias del establecimiento, o aquellos que fueron adquiridos
por el comerciante con objeto de incluirlos en la liquidación misma.
En todo caso deberá cesar la venta en liquidación si desaparece la causa que la motivó o si
se liquidan efectivamente los productos objeto de la misma.
Son los accionistas quienes, ante su situación patrimonial deben decidir si concluido el
procedimiento de quiebra quieren o no continuar la sociedad, porque terminado éste, la
sociedad vuelve a estar en disposición de seguir su actividad (salvo en el supuesto de
quiebra fraudulenta)
Liquidación involuntaria.
En este sentido, una sociedad puede encontrarse en alguna de las situaciones siguientes: