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ROGELIO ÁNGELES PÉREZ

Caso Práctico 2

MBA. Administración y Dirección de Empresas

Módulo 6: Marco Legal Mercantil

Abril del 2020


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Introducción

En México, el Derecho Mercantil al igual que el Derecho Civil pertenece al Derecho


Privado. Existen uno al lado del otro, de forma separada ya que el Derecho Civil regula
las relaciones jurídicas privadas en general y el Derecho Mercantil regula las relaciones
jurídicas más específicas, aquellas que se dan entre comerciantes y las actividades que
se dan en el comercio.

El Derecho Mercantil se define como el conjunto de normas jurídicas que regulan a las
personas, las relaciones, los actos y las cosas que tienen que ver con el comercio.

En México, los actos de comercio, son regulados por el Código de Comercio y demás
leyes mercantiles y a falta de disposiciones en estas leyes, serán aplicables las
disposiciones contenidas en el Código Civil Federal.

En este caso hablaremos un poco de la Ley de Concursos Mercantiles, que de acuerdo


con el articulo 1 º nos dice: Ley es de interés público y tiene por objeto regular el
concurso mercantil. Es de interés público conservar las empresas y evitar que el
incumplimiento generalizado de las obligaciones de pago ponga en riesgo la viabilidad
de estas y de las demás con las que mantenga una relación de negocios. Con el fin de
garantizar una adecuada protección a los acreedores frente al detrimento del patrimonio
de las empresas en concurso, el juez y los demás sujetos del proceso regulado en esta
Ley deberán regir sus actuaciones, en todo momento, bajo los principios de
trascendencia, economía procesal, celeridad, publicidad y buena fe.

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Desarrollo

1. Hechos jurídicamente relevantes.

Son aquellos que dan lugar a consecuencias o efectos jurídicos. El efecto debe de estar
previamente determinado para cada tipo de hecho en ordenamiento jurídico.

La Empresa Blanck Ingenius, S.A. por las contracciones en el mercado y cambios en


las políticas de generación y uso de energía, además de la incapacidad de lograr la
vinculación con nuevos inversionistas.

2. Problemas jurídicos planteados.

La empresa anunció su quiebra involuntaria al verse superada por sus acreedores,


quienes dentro y fuera del país interpusieron una serie de recursos legales para obtener
los pagos correspondientes y si a esto le agregamos que las presiones de las empresas
de la India que acudieron a instancias internacionales para determinar la solución
efectiva de los adeudos contraídos por Black Ingenius, S.A., misma que ha antepuesto
una primacía de las leyes mexicanas a los procesos de quiebra involuntarias y busca
consolidar la extinción.

No obstante, sus acreedores extranjeros no aceptan tal condicionante y esperan la


restitución de su inversión en los negocios con la empresa mexicana.

3. Solución a cada uno de los problemas jurídicos planteados

En este caso la solución que menos perjudicaría a la Empresa seria la quiebra ,pero
para que esta suceda es necesaria primero la declaración judicial, misma que a su vez,
depende de dos requisitos: que se trate de un comerciante y que éste se encuentre en
cesación de pagos respecto a sus obligaciones (artículo 1º. Ley de Quiebras y
Suspensión de Pagos) y de acuerdo al articulo 3 º del Código de Comercio, se reputan
en derecho comerciantes, las personas que teniendo capacidad legal para ejercer el
comercio, hacen de él su ocupación ordinaria; así como las sociedades constituidas
con arreglo a las leyes mercantiles; y las sociedades extranjeras o las agencias y
sucursales de éstas, que dentro del territorio nacional ejerzan actos de comercio

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(artículo 13 in fine, Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos). A pesar del sistema
subjetivo que parece desprenderse del artículo 1º. de la Ley de Quiebras y Suspensión
de Pagos, en el sentido de que únicamente los comerciantes pueden ser declarados
judicialmente en estado de quiebra, la propia ley establece diversos supuestos en los
que procede dicha declaración sin que exista la figura del comerciante.

Dentro del mismo proceso de la quiebra también entra lo que se llama la Cesación de
Pagos o Suspensión de Pagos que es el segundo presupuesto de la quiebra y se
manifiesta cuando se da el fenómeno de la insolvencia o decocción que, es aquel
estado, característico del deudor al que le es absolutamente imposible atender al pago
de sus obligaciones, a su vencimiento. El artículo 2º. de la Ley de Quiebras y
Suspensión de Pagos, señala en términos generales, los casos en que se presupone
que un comerciante se encuentra en cesación de pagos: “incumplimiento general en el
pago de sus obligaciones líquidas y vencidas; inexistencia o insuficiencia de bienes en
que trabar ejecución al practicarse un embargo por incumplimiento de una obligación o
al ejecutarse una sentencia basada en autoridad de cosa juzgada; ocultación o
ausencia del comerciante sin dejar al frente de su empresa alguien que legalmente
pueda cumplir con sus obligaciones; en iguales circunstancias, el cliente de los locales
de su empresa; la cesión de sus bienes en favor de sus acreedores; acudir a
expedientes ruinosos, fraudulentos o ficticios para atender o dejar de cumplir sus
obligaciones; pedir su declaración en quiebra; solicitar la suspensión de pagos y no
proceder ésta, o si concedida no se concluyó un convenio con los acreedores;
incumplimiento de las obligaciones contraídas en convenio hecho en la suspensión de
pagos.

Posteriormente se llevará a cabo un concurso mercantil que tiene su origen en la


quiebra, la cual hace referencia al estado especial de un comerciante que ha cesado
en el pago de sus obligaciones, así como al procedimiento judicial que tiene por objeto
declarar esa situación de quiebra y realizar el activo del quebrado para hacer pago a
sus acreedores.

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4. Procedimientos que, con fundamento en el derecho mercantil debe satisfacer
Black Ingenius S.A., tanto en el plano nacional como internacional.

Por lo tanto, para llegar al estado de quiebra, es necesario se lleve a cabo el


procedimiento de concurso mercantil y de acuerdo con la Nueva Ley de Concursos
Mercantiles la cual tiene dos finalidades, por un lado, reducir los abusos procesales a
los que se prestaba el procedimiento de la Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos, y,
por otro lado, la introducción de una nueva corriente en el tratamiento a los problemas
de insolvencia en materia mercantil.

El procedimiento regulado por la LCM se divide en tres partes: la etapa anterior al


concurso, la conciliación y la quiebra. La primera etapa es imprescindible, la segunda y
la tercera pueden ser alternativas.

El procedimiento es dirigido por un juez de distrito con jurisdicción en el domicilio del


comerciante, y cada una de las etapas tiene a su cargo a un especialista del Ifecom, la
primera requiere de la intervención de un visitador, la segunda de un conciliador y la
tercera de un síndico.

Primera etapa es determinar si se cumplen los supuestos para la declaración del


concurso mercantil. Se inicia con una demanda o solicitud de concurso que pueden
presentar ante el juez el comerciante, los acreedores o el Ministerio Público. El juez
ordena al Ifecom (Órgano Auxiliar del Consejo de la Judicatura Federal con Autonomía
Técnica y Operativa) la designación de un visitador que en un periodo de 15 a 30 días
debe rendir un dictamen sobre la situación de la empresa del comerciante. Se da un
periodo al comerciante para contestar la demanda, y un periodo para alegatos. En caso
de que se considere procedente la declaración del concurso, el juez dicta la sentencia
de declaración de concurso mercantil, con la que se inicia la etapa de conciliación. La
primera etapa no debería de tomar más de un mes y medio.

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Segunda etapa es que se logre un acuerdo entre el comerciante y sus acreedores para
evitar llevar al comerciante a la quiebra, acuerdo que se documenta mediante la firma
de un convenio. La duración de esta etapa es de 185 a 365 días, e inicia con la
sentencia de declaración de concurso mercantil.

La tercera etapa, debería de tener lugar solamente cuando la sociedad no tiene


viabilidad económica. El objetivo de una quiebra debe ser la disolución y liquidación de
la sociedad. Dicho proceso conlleva la distribución de los bienes de la sociedad entre
sus acreedores, hasta donde alcance para pagar las deudas de la sociedad, y después
su liquidación.

Mas sin embargo la LCM confunde el deseo de salvar a la empresa con la finalidad de
la quiebra, primero hablaremos sobre la teoría detrás del deseo de salvar a la empresa
y después are la distinción entre dicha teoría y la finalidad de la quiebra.

Cuando una empresa insolvente es viable y, por lo tanto, tiene posibilidades de salir
adelante con un cambio en su estructura, en su administración o mediante
modificaciones a su operación, el objetivo debe ser conservar la empresa,
independientemente del deseo del comerciante. La LCM permite que el comerciante de
manera unilateral decida irse a la quiebra, saltándose la etapa de conciliación. Si se va
a pagar un visitador que va a tener aproximadamente un mes para revisar la
contabilidad del comerciante, lo menos que puede hacer el visitador es determinar si la
empresa es viable y si se puede evitar la quiebra. Si el resultado del dictamen es
positivo, el juez debería de seguir con la etapa de conciliación y el conciliador debería
de avocarse a lograr el mejor acuerdo con los acreedores, independientemente del
deseo del comerciante, por los motivos que se señalan a continuación.

Hay que recordar que la insolvencia de una empresa involucra además de los socios o
accionistas de la sociedad, a todos sus acreedores. En un proceso de insolvencia, los
acreedores no son solamente los "acreedores sofisticados", esto es, los bancos o
entidades financieras, sino todas las personas que de una u otra manera han dado
crédito a la sociedad, como son sus empleados, sus proveedores, los mismos
consumidores o clientes, e incluso acreedores involuntarios que nunca contrataron
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voluntariamente con la empresa, como puede ser el caso de una persona a quien la
empresa deba pagar daños y perjuicios derivados de responsabilidad civil.

Una sociedad se encuentra en una situación de insolvencia cuando sus pasivos son
superiores a sus activos. En otras palabras, en una situación de insolvencia, los bienes
de la sociedad no alcanzan para pagar sus deudas.

De ahí que, a grandes rasgos, todos los bienes de la sociedad se destinen al pago a
los acreedores. Queda claro que no todas las deudas de los acreedores van a quedar
satisfechas, partiendo de que los bienes de la sociedad no son suficientes para
pagarlas, se hace un pago proporcional a los acreedores (salvo en el caso de
acreedores garantizados). Por lo tanto, se puede afirmar que a partir del momento en
que una empresa entra en un estado de insolvencia, los principales intereses a proteger
son los de los acreedores, si los bienes no alcanzan para pagar las deudas de los
acreedores, menos va a quedar para que los socios o accionistas de la sociedad, que
siempre están al final de la lista, se reembolsen sus aportaciones. De ahí que el manejo
que se haga de los bienes propiedad de una sociedad insolvente beneficiará o
perjudicará exclusivamente a los acreedores, entonces ¿por qué se va a dejar al arbitrio
del comerciante el determinar si la empresa se debe ir o no a la quiebra?, sobre todo
cuando la empresa sea económicamente viable.

La LCM señala constantemente que uno de los objetivos de la "quiebra" es vender la


empresa, sin embargo, quien va a adquirir una empresa que tiene más deudas que
bienes, y que, por lo tanto, tiene números negativos, y que no ha sido posible llegar a
un acuerdo con los acreedores de esta, sus deudas subsisten y sus problemas también.

En este caso Black Ingenius, S.A, llego a la etapa de quiebra por qué no encontró una
solución viable a sus problemas financieros y la finalidad de la quiebra es liquidar la
empresa, que se equipara a la liquidación de una sociedad, el síndico paga las deudas
en la medida de lo posible mediante la venta de los bienes de la sociedad y
posteriormente la liquida. Si alguien hubiera estado interesado en comprar la empresa
como una unidad, implica que ese alguien está interesado en seguir operándola, por lo
que la quiebra no tendría lugar. El momento para tratar de vender la empresa como un
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todo en operación con el objetivo de lograr las menores pérdidas posibles es antes de
la etapa de conciliación. Como inicio la etapa de conciliación inicia con una sentencia
que declara el concurso mercantil del comerciante y que es publicada a nivel nacional.
A partir del momento de publicación de dicha sentencia, la operación de la empresa se
puede ver seriamente afectada, todos los acreedores se pondrán nerviosos para tratar
de obtener sus pagos, ni los consumidores ni los proveedores van a querer seguirle
dando créditos, y muy probablemente van a querer terminar sus contratos con la
empresa, la operación de la empresa se complicará y cada vez será más difícil que la
empresa encuentre inversionistas que quieran asumir un riesgo tan grande, lo que
acabará por terminar con la posibilidad de salvar a la empresa, y lo anterior no se puede
evitar: ante la insolvencia de su deudor, normalmente los acreedores tienen un riesgo
muy alto de perder si no la mayor parte, si una parte importante de sus créditos. Los
acreedores tendrán que ajustarse al procedimiento para tratar de cobrar sus créditos
existentes, pero como se dice en el ámbito empresarial ¿quién le va a querer meter
más dinero bueno al malo?

Es aquí el momento oportuno para tratar de vender la empresa como un todo es durante
el proceso de visitación, una vez que el visitador determine si la empresa es viable y si
tiene solución, podrá buscar un comprador antes de hacer el asunto público, y
probablemente no se tenga que iniciar la etapa de conciliación, no se tengan que
enterar todos los acreedores, y la noticia llegue al público, no como un caso de
insolvencia, sino como una fusión o una compraventa.

Ahora respecto a los gastos del procedimiento la LCM señala en su artículo 28 que "el
comerciante o los acreedores demandantes sufragarán los gastos del proceso, entre
otros los honorarios del visitador y, en su caso, del conciliador". Asimismo, de acuerdo
con el artículo 24 de la LCM, para que el auto admisorio de solicitud o demanda de
concurso mercantil continúe surtiendo efectos, es indispensable que el actor garantice
los honorarios del visitador. Por otro lado, el artículo 224, fracción V, nos señala que los
honorarios y gastos del visitador, conciliador y síndico son "créditos contra la masa", o
sea, a cargo del comerciante.

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Ahora bien, si los bienes no alcanzan siquiera para cubrir los honorarios del visitador,
que se da el caso con sociedades muy endeudadas o pequeñas que no cubren los 1500
días de salario mínimo vigente en el Distrito Federal que soliciten su concurso, ¿qué
procedería? El artículo 262, fracción IV, de la LCM señala que el juez dará por concluido
el concurso cuando se demuestre que no hay bienes suficientes para el pago del
procedimiento de concurso, sin embargo, para darse por terminado debió haber iniciado
en algún momento, el artículo 24 de la LCM señala claramente que el procedimiento
sólo podrá iniciarse si se garantizan los honorarios del visitador.

Algo más para agregar es que también existen los Acreedores Privilegiados como
serian el Fisco, los acreedores garantizados y los arrendadores:

• Para el fisco es que algunos de los efectos de la sentencia que declara el


concurso mercantil son suspender el pago de los adeudos contraídos por el
comerciante con anterioridad al concurso, salvo aquellos que sean necesarios
para la operación ordinaria de la empresa, y suspender los procedimientos de
ejecución en contra de los bienes del comerciante, durante la etapa de
conciliación. El artículo 65 de la LCM proporciona una regla de excepción en
relación con la ejecución de créditos laborales para el cobro de los créditos
contemplados por el artículo 123, fracción XXIII, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos. En cuanto a créditos fiscales, se hace una
remisión al artículo 69 de la LCM. Dicho artículo se refiere a dos supuestos: el
pago de las contribuciones fiscales durante el concurso mercantil, y los
procedimientos de ejecución en contra de bienes del comerciante para el pago
de contribuciones fiscales.

El artículo 69 es muy claro en cuanto a que suspende los procedimientos


administrativos de ejecución de créditos fiscales durante la etapa de conciliación;
sin embargo, mantiene la obligación de pago de las contribuciones fiscales
durante dicha etapa, y expresamente señala que la falta de pago de dichas

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contribuciones seguirá causando "actualizaciones, multas y accesorios", salvo
en el caso de que el comerciante llegue a un convenio con sus acreedores

• Para el caso de los arrendadores el artículo 106 de la LCM señala que el


concurso mercantil del arrendador o del arrendatario no resuelve el
arrendamiento de inmuebles, sin embargo, en el caso del concurso del
arrendatario, el conciliador podrá optar por la resolución mediante el pago al
arrendador de la indemnización pactada en el contrato o, en su defecto,
mediante el pago de tres meses de renta.

• Para los Acreedores Garantizados la LCM da un trato diferente al que


normalmente reciben en las legislaciones de quiebras o concursos de otros
países, ya que trata a los bienes que son objeto de una garantía real como bienes
"integrantes de la masa" del comerciante. Normalmente, las leyes sobre
concursos mercantiles permiten la separación de los bienes sujetos a una
garantía real de la masa del comerciante al inicio del procedimiento del concurso,
y la razón es de sentido común, el objeto de una garantía real es garantizar el
pago de las obligaciones del comerciante cuando esté en dificultades para

cumplir con las mismas. Mientras el comerciante tiene bienes suficientes para
cumplir con sus obligaciones y cumple con las mismas, no es necesario para el
acreedor ejecutar la garantía real. Sin embargo, una vez que está en
incumplimiento, y que, además, ha sido declarado en concurso mercantil, lo que
implica que sus bienes no son suficientes para cubrir todas sus obligaciones, se
actualiza el supuesto de ejecución de la garantía real. Si en el momento en que
la garantía es útil al acreedor no se puede ejecutar, no tendría sentido para los
acreedores obtener garantías reales. Una vez incumplida la obligación
garantizada, la garantía real debe ejecutarse para pagar la obligación
garantizada con el producto de su venta.

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Iniciada la etapa de quiebra, los acreedores reconocidos con garantía real
pueden iniciar o continuar procedimientos de ejecución sobre los bienes
garantizados con notificación al síndico, quien podrá participar en el
procedimiento defendiendo los intereses de la masa.

Conforme al artículo 214 de la LCM, durante los primeros 30 días naturales de


la etapa de quiebra, el síndico podrá evitar la ejecución separada de una garantía
"cuando considere que es en beneficio de la masa enajenarla como parte de un
conjunto de bienes": es un criterio muy amplio "en beneficio de la masa"; debería
aclararse que el síndico sólo podrá suspender la ejecución de garantías reales,
si el precio que se pueda obtener de su venta junto con otros bienes de la masa
es notoriamente superior o porque la masa no alcance a cubrir los derechos
preferentes de los trabajadores.

Para el plano internacional tenemos que hacer hincapié a las disposiciones del Articulo
278 que menciona lo siguiente:

I. Un Tribunal Extranjero o un Representante Extranjero solicite asistencia en la


República Mexicana en relación con un Procedimiento Extranjero;
II. Se solicite asistencia en un Estado extranjero en relación con un procedimiento
que se esté tramitando con arreglo a esta Ley;
III. Se estén tramitando simultáneamente y respecto de un mismo Comerciante un
Procedimiento Extranjero y un procedimiento en la República Mexicana con
arreglo a esta Ley, o
IV. Los acreedores u otras personas interesadas, que estén en un Estado
extranjero, tengan interés en solicitar la apertura de un procedimiento o en
participar en un procedimiento que se esté tramitando con arreglo a esta Ley.

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Artículo 279:

I. Por Procedimiento Extranjero se entenderá el procedimiento colectivo, ya sea judicial


o administrativo incluido el de índole provisional, que se siga en un Estado extranjero
con arreglo a una ley relativa al concurso mercantil, quiebra o insolvencia del
Comerciante y en virtud del cual los bienes y negocios del Comerciante queden sujetos
al control o a la supervisión del Tribunal Extranjero, a los efectos de su reorganización
o liquidación;

II. Por Procedimiento Extranjero Principal se entenderá el Procedimiento Extranjero que


se siga en el Estado donde el Comerciante tenga el centro de sus principales intereses;

III. Por Procedimiento Extranjero no Principal se entenderá un Procedimiento


Extranjero, que se siga en un Estado donde el Comerciante tenga un establecimiento
de los descritos en la fracción VI de este artículo;

IV. Por Representante Extranjero se entenderá la persona o el órgano, incluso el


designado a título provisional, que haya sido facultado en un procedimiento extranjero
para administrar la reorganización o la liquidación de los bienes o negocios del
Comerciante o para actuar como representante del Procedimiento Extranjero;

V. Por Tribunal Extranjero se entenderá la autoridad judicial o de otra índole que sea
competente a los efectos del control o la supervisión de un Procedimiento Extranjero, y

VI. Por Establecimiento se entenderá todo lugar de operaciones en el que el


Comerciante ejerza de forma no transitoria una actividad económica con medios
humanos y bienes o servicios.

Artículo 280.- Las disposiciones de este Título se aplicarán cuando no se disponga de


otro modo en los tratados internacionales de los que México sea parte, salvo que no
exista reciprocidad internacional.

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Artículo 281.- Las funciones a las que se refiere este Título relativas al reconocimiento
de Procedimientos Extranjeros y en materia de cooperación con Tribunales Extranjeros
serán ejercidas de acuerdo con las disposiciones de esta Ley, por el juez, el Instituto o
la persona que este último designe.

Artículo 282.- El visitador, el conciliador o el síndico, estarán facultados para actuar en


un Estado extranjero, en la medida en que lo permita la ley extranjera aplicable, en
representación de un concurso mercantil que se haya abierto en la República Mexicana
de acuerdo con esta Ley.

Artículo 283.- Nada de lo dispuesto en este Título podrá interpretarse en un sentido


que sea contrario a lo dispuesto en los Títulos I a XI y XIII de esta Ley, o de cualquier
manera que sea contraria a los principios fundamentales de derecho imperantes en la
República Mexicana. En consecuencia, el juez, el Instituto, el visitador, el conciliador o
el síndico se negarán a adoptar una medida, cuando ésta sea contraria a lo dispuesto
en tales Títulos o pudiera violar los principios mencionados.

Artículo 284.- Nada de lo dispuesto en este Título limitará las facultades que pueda
tener el juez, el Instituto, el visitador, el conciliador o el síndico para prestar asistencia
adicional al Representante Extranjero con arreglo a otras disposiciones legales en vigor
en México.

Artículo 285.- En la interpretación de las disposiciones de este Título habrán de tenerse


en cuenta su origen internacional y la necesidad de promover la uniformidad de su
aplicación y la observancia de la buena fe.

De manera más sencilla podríamos decir que hay dos grandes sistemas para tratar los
aspectos internacionales del concurso mercantil internacional. Dichos sistemas son: la
unidad y la pluralidad, o también conocidos como los sistemas de la universalidad o de
la territorialidad, hay quienes proponen también la existencia de un sistema mixto o
intermedio, sin embargo, más que un sistema autónomo doctrinalmente separado de
los otros dos, creemos que se trata de matices que involucran una modificación de
grado y no verdaderamente sustancial como para crear un sistema autónomo.

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El sistema de la unidad implica tener una panóptica del procedimiento de insolvencia;
esto es, hay un solo procedimiento que se puede extender más allá de las fronteras y
el juez extranjero tendría que reconocer la existencia de un procedimiento concursal,
es así como “el principio de la unidad y de la universalidad de la quiebra reconoce el
derecho a conocer de la quiebra al tribunal de la sede social del deudor. En efecto, sólo
la ley en vigor en el Estado de ubicación del principal establecimiento es aplicable”.

Lo que se tiene con el sistema de la unidad es el sometimiento a una sola ley. En efecto,
el procedimiento de concurso con conexión a una soberanía extranjera deberá ser
regida por una ley a la cual el juez extranjero tendrá que aplicar. Lo anterior nos lleva a
considerar una vez más la extraterritorialidad de la ley aplicable. En este contexto, la
administración del procedimiento de quiebra estará regido por las leyes locales, que,
sin embargo, podrán aplicar un derecho extranjero cuando el mismo sistema normativo
local lo permita. La visión de la doctrina de la unidad es la existencia de un
procedimiento que va a tratar sobre un solo patrimonio sin importar el lugar en donde
físicamente se encuentre.

Otros beneficios que se deben de reconocer en la visión del sistema de la unidad es la


economía procesal y de gastos. En efecto, la unidad permite tener un solo
procedimiento en lugar de procedimientos dispersos que avancen de forma paralela,
con las previstas consecuencias dilatorias que esto puede conllevar. Por tal motivo, un
procedimiento concursal establecido bajo la visión de la unidad va a permitir una mejor
economía procesal y por tanto los gastos en los que se incurrirá también serán
menores.

Si se reconoce en el sistema de la unidad como la vía más adecuada para llevar a cabo
un procedimiento de concurso, queda analizar con respecto al lugar en donde se
debería de llevar a cabo e iniciar el procedimiento. La respuesta normalmente está dada
por el lugar del domicilio del deudor. Si se tiene duda del domicilio mercantil, algunos
sistemas normativos sostienen que se deberá de tomar en cuenta el domicilio civil.

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En contraste con el sistema de la unidad, el sistema de la pluralidad reconoce la
existencia de procesos paralelos. Cuando exista un procedimiento de insolvencia con
un patrimonio ubicado en distintos países, bajo el sistema de la pluralidad se tendrán
que iniciar en cada país un procedimiento de concurso distinto. En este contexto, cada
procedimiento es autónomo y si, por ejemplo, un país decide declarar en quiebra a una
persona o empresa, esto no tendría relevancia con respecto a los bienes o a los
acreedores en otros países.

El sistema de la pluralidad significa el sometimiento a la visión territorialista de la


aplicación de la ley. En este contexto, será la ley nacional la que tendrá aplicación en
atributo de la soberanía y no tendrá efecto la ley extranjera. De lo anterior, se colige
una de las principales razones para que los partidarios de la doctrina del territorialismo
sostengan que la quiebra debe ser localizada en cada Estado, la que basan en que la
quiebra es una vía de ejecución simplemente y como tal, es un atributo de la soberanía,
que no puede sujetarse a la ley o a sentencias extranjeras.

Bajo la doctrina de la territorialidad, la quiebra sólo va a tener efectos dentro de las


fronteras del Estado donde se declara. Es por ello por lo que en todos los países en
donde el deudor tenga un patrimonio, que se deberá iniciar un procedimiento distinto
que se desarrollará de manera paralela. Lo anterior conduce a que existan liquidaciones
múltiples en donde en cada una de ellas se de preferencia a los acreedores que estén
ubicados en ese país

5. Ejemplo de dos principales documentos jurídicos que se considere sustantivo


elaborar.

1) Demanda de Declaración del estado en quiebra: para que dicho estado se constituya,
invariablemente se requiere la formulación de una demanda, en la que se expresen los
supuestos en que se considera que el comerciante en cuestión cesó en sus pagos.

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2) Solicitud de Declaración de Concurso Mercantil: es aquel documento que constituye
un medio legal para afrontar de manera eficaz los problemas de insolvencia que llegue
a presentar una empresa que tiene como finalidad tiene como esencial lograr la
subsistencia y viabilidad de la empresa sujeta a un procedimiento de esta naturaleza,
lo cual se obtiene mediante la suscripción de un convenio con sus acreedores.

Conclusiones

En este caso en particular la mejor opción que tiene sin duda la empresa es el concurso
mercantil ya que este permitiría una reorganización de funciones y facultades entre los
órganos que intervendrían en las distintas fases del procedimiento. Correspondería al
juez dirigirlo; al visitador, realizar una evaluación de la situación económica y financiera
del comerciante; al conciliador, formular la lista de acreedores, someterla al juez, y
proponer la suscripción del convenio que ponga fin al procedimiento; y al síndico, tomar
las decisiones de índole administrativo, cobrar los créditos, vender los activos y pagar
los pasivos del comerciante, para su rehabilitación o, en su caso, la liquidación de la
empresa.

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Ley de Concurso Mercantiles 05/2000, 12 de mayo, Ley de Concursos Mercantiles y de
Reforma al Articulo 88 de La Ley Organica del Poder Judicial de La Federación. Última
reforma publicada DOF 22-01-2020. Recuperado de
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/29_220120.pdf

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