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DELITOS CONTRA LA VIDA.

Desde el punto de vista del bien jurídico protegido, es necesario señalar que este tipo de delitos
protege la vida humana, entendido como el principal bien jurídico a proteger (art. 19 número 1 de la
CPR), considerando a la vida desde sus diversas formas (dependiente, e independiente).
Al proteger a la vida, cabe preguntarse desde cuándo y hasta cuando el Derecho Penal debe
intervenir, teniendo presente los diversos avances en la ciencia para considerar el momento preciso
en que comienza la vida, y a su turno, cuando ella termina (ejemplo muertes cerebrales).

Clasificación.
Delitos contra la vida independiente.
1. Homicidio simple: figura base o residual art. 391 número 2 2.
Homicidio calificado: art. 391 número 1.
3. Parricidio Art. 390.
4. Femicidio art. 390 bis
5. Femicidio en razón de género 390Ter.

Delitos contra la vida independiente.


1. Infanticidio art. 394.
2. Auxilio al suicidio art. 393.
3. Homicidio en riña o pelea. Art. 392.

Delitos contra la vida dependiente.


1. Aborto causado por la mujer embarazada art. 344
2. Aborto causado por terceros art. 342- 345 3.
Cuasidelito de aborto 343.

Homicidio simple.
La figura base es el homicidio simple. Será simple cuando no cumple con los otros tipos penales ya
sea agravadas o calificadas, será homicidio simple cuando no es ni parricidio, ni femicidio.
Requiere que se configure el verbo rector de “matar a otro sin que concurran los elementos que
configuran los delitos de parricidio, homicidio calificado e infanticidio”. Cuando hablamos de esta
figura, nos estamos refiriendo a la forma más básica, siendo la forma residual o base, frente al resto
de ellas.

Este se configura por una sola acción, esto es la de “matar a otro”, por lo que es indiferente para la
configuración de este tipo penal los medios empleados para cometerlo (si hay elementos especiales,
tipificados expresamente por la ley, ya no estamos en la figura básica, sino que enotro ilícito,
ejemplo matar a alguien por medio de veneno, sería un homicidio calificado).
Se debe señalar que es igualmente indiferente emplear medios físicos omorales (como en los
supuestos de autoría mediata, sin embargo, se debe señalar respecto a este tipo de autores, que el
agente debe poder encausar su génesis y consecuencias, de lo contrario, se atravesaría más allá del
umbral de lo imputable objetivamente).
Hay otras en formas de matar una persona, formas que constituyen formas de ejecución mas
gravosas y que por ende el legislador las sanciona mayor pena las que se denominan homicidio
calificado. En el homicidio calificado al igual que el homicidio simple, predomina el verbo rector de
“matar a otro”. Entonces la diferencia con el homicidio simple seria si yo mato a esa persona
mediante formas establecidas por la ley o legislador considere mas gravosas que matar a una
persona de manera simple o común.
En general la teoría del delito queda corta para algunos delitos que no son de la misma forma
comisiva que el homicidio. El homicidio que se estudia para la teoría del delito son delitos de
resultado pero se puede encontrar con otras formas comisivas. Dentro del iter criminis, entre la
ideación y ejecución. Entonces será homicidio calificado porque la ley, el codigo penal establece
calificantes.
Las calificantes del art. 391 del cp. Son similares a las agravantes del art.12 numerales 1 a 5.
Entonces siempre surge esta pregunta.
¿Se puede aplicar una agravante y una calificante al mismo tiempo?
Por ejemplo matar a una persona por medio de veneno es una forma alevosa de matar. Art. 391
numeral 11 circunstancia tercera. ¿se podrá aplicar a su vez el 12 numero 1?

Articulo 12 numeral 1 “cometer delito contra las personas con alevosía, entendiéndose que la hay
cuando se obra a traición o sobre seguro”
El veneno es una forma alevosa de matar, por que en fondo cuando se utiliza el veneno o traiciono o
seguro el resultado. Se dan estas circunstancias calaficantes por un lado y agravantes por otro lado.
Significan que en conjunto.
¿Por qué no se puede valorar una misma circunstancia?
Puede ser por el principio in dubio pro reo o por la pena propiamente tal, ya que el homicidio
calificado es una pena mas alta que el homicidio simple y seria agravar el homicidio simple cuando
el homicidio calificado ya es una mayor penalidad. Con el homicidio calificado se puede llegar a
presidio perpetuo incluso.

Verbo rector y bien jurídico protegido.


En este caso el verbo rector es “matar a otro”. Se debe señalara que tanto la vida como la muerte son
conceptos extrajurídicos cuya determinación es necesaria para la protección del bien jurídico que, en
este caso, es la vida en su sentido biológico físico.
¿Qué debemos entender por vida para estos efectos?
Con vida, nos referimos a aquella de naturaleza independiente, esto es aquella que posee el ser
humano luego del nacimiento, fenómeno que consiste en la expulsión de la criatura del claustro
materno, lo cual nos permitirá distinguir cuando nos encontramos ante la vida dependiente o
independiente (con ello distinguimos entre el aborto – homicidio - infanticidio según sea el caso).
A mayor abundamiento solo debe atenderse a la existencia de la vida independiente de la madre
para fijar el momento en que se nace, esto es la existencia autónoma en la criatura de las funciones
vitales de respiración y circulación sanguínea, por lo que carecería de trascendencia el hecho que al
momento de darle muerte, esté o no cortado el cordón umbilical que une la criatura con la madre, o
de que esta no haya sido completamente expulsada del vientre materno. Mucho menos se ha de
considerar a estos efectos la viabilidad de la criatura nacida que, en tanto persona, es el sujeto
pasivo del delito de homicidio, como lo sería el moribundo hasta su expiración natural.

¿Qué debemos entender por muerte para estos efectos?


Tradicionalmente se la ha entendido como la cesación de los signos vitales (respiración y
circulación sanguínea), en conjunto con los signos físicos que la siguen como la putrefacción del
cuerpo o el rigor mortis.
Sin perjuicio de ello, el avance de la tecnología y de la medicina, ha hecho que esta concepción
material de la muerte provoque diversos problemas al momento de determinar si ciertas acciones
con resultado fatal, pueden ser contenidas en el tipo penal. Este problema se origina a propósito del
trasplante de órganos, en el cual, y para que el procedimiento sea efectivo, se requiere que el órgano
trasplantado se encuentre en estado de seguir cumpliendo sus funciones biológicas (vitalidad), lo
cual se opondría a la concepción de muerte previamente citada, ya que ésta requiere que no existan
signos vitales.
Exigencia de un resultado.

El concepto de homicidio exige “matar a otro”, esto hace referencia a que la acción realizada por el
sujeto activo derive necesariamente en la muerte de la víctima, resultado que debe contrastarse en la
realidad material, puesto que, de no producirse la muerte, eventualmente esta figura sería
desplazada a otra, como por ejemplo el delito de lesiones.
Acción y omisión.
El verbo rector de este delito permite que se realice tanto por acción como por omisión, la cual es
penalmente relevante cuando se encuentra acompañada de una posición de garante.

Sujetos.
Al ser un delito de carácter común, admite que cualquier persona pueda ser sujeto activo y sujeto
pasivo. Se debe señalar, que el sujeto pasivo debe ser una persona distinta a la del sujeto activo,
(sino, sería un suicidio)
Dolo en el delito de homicidio
Para la existencia del delito de homicidio, el sujeto activo debe realizar acciones dirigidas a ese
resultado, por lo que éste debe querer o al menos representarse el resultado de muerte, es decir debe
tener la intención específica de matar, pudiendo esta intención tomar distintas modalidades (dolo
directo, indirecto y eventual)
La situación de la intencionalidad es distinta en el caso del homicidio por omisión, en el cual el dolo
no exige una parte volitiva, sino que se satisface con su fase cognitiva, esto es, no es necesario que
la persona sobre la cual pesa el deber de garante quiera que se produzca el resultado de muerte,
bastando con que éste tenga conocimiento del peligro en que se encuentra la persona que debe
proteger para que su omisión tenga carácter de dolosa.

¿Qué sucede con el llamado dolo de weber?.


La doctrina no está conteste en cómo debería resolverse el problema Para Mario Garrido Montt,
ambos actos pueden ser incluidos en lo que denomina “dolo generalis”, que abarca tanto la acción
dolosa como culposa (la cual efectivamente provoca la muerte de la persona), reuniendo ambas
dentro de una misma intencionalidad, toda vez que se trata de un error no esencial dentro de un
curso causal.
Para Politoff, Matus, Ramírez, la postura anterior merece una crítica, ya que si la segunda acción fue
verdaderamente independiente de la primera, no existirían motivos para juzgarla en forma conjunta.
Estos autores sostienen que el problema se soluciona por medio del dolo eventual, de modo que si el
autor previó la posibilidad de que la víctima sobreviviera a la primera acción, de todas formas,
procedió a la segunda estaríamos en presencia de un homicidio doloso consumado, mientras que si
dicha posibilidad no pudo preverse, solo podría hacerse responsable al agente por un homicidio
culposo.
Homicidio preterintencional.
Este se configura cuando una persona, con dolo de lesionar, agrede a otro causando su muerte, de
forma que el resultado de su conducta excede la voluntad que lo acompaña. En Chile, no existe
norma que regule esta situación, por lo que la doctrina ha tratado de resolver el asunto en
consideración a las reglas que refieren al ámbito subjetivo del delito. En un momento, se considero
que el tema debía resolverse centrándose en el resultado que efectivamente se verificara en la
realidad, sin que importara la intención del sujeto activo. (problema: en este caso, según la doctrina,
debiera tratarse de un delito culposo).
Hoy en día, existe consenso que el problema debe ser tratado desde la perspectiva del dolo eventual,
de modo que se requiere la intencionalidad directa de herir y la capacidad de prever el resultado de
muerte de la víctima, de forma que el sujeto activo acepte dicha posibilidad, ya que de no ser así,
nos encontraríamos ante un caso de fuerza mayor, que se solucionaría por la vía del art. 75 del CP.
(Concurso ideal). Se plantea como dificultad que el dolo eventual debe ser probado ante el Juez,
quien deberá prestar atención a las circunstancias que rodean el hecho, así como los medios por los
cuales se cometió.
Antijuridicidad en el homicidio.
El CP., no ha tipificado causales de justificación especial para el homicidio, por lo que se aplican las
reglas generales sobre esta materia.
Delimitación entre el homicidio simple y las lesiones.
Ejemplo: A dispara a B, en la zona de la cara y lo deja ciego. Se trata de un homicidio frustrado o u
delito de lesiones graves gravísimas consumado.
Para Politoff, Matus y Ramírez, se debe aplicar lo que se denomina principio de consunción, en
donde la intensidad criminal del homicidio es mayor al de las lesiones, de manera que éstas pueden
verse como actos meramente acompañantes (anteriores o propiamente acompañantes copenados de
aquél.
Pero cuando esa mayor intensidad desaparece en el hecho concreto que se juzga, ya no tiene sentido
sostener el principio de consunción, por lo que se permite el resurgimiento de la ley, en principio
desplazada, cuya propia entidad no puede ser copenada en el acto en principio principal. Es lo que
sucede, precisamente, cuando el legislador valora como un hecho más grave que el simple
homicidio frustrado la causación de ciertas lesiones, o la causación de cualquier lesión si, por
cualquier razón no es punible el hecho, que en principio absorbería al más grave. Luego, la solución
a los problemas planteados ha de encontrarse en la valoración de los hechos concurrentes:
1) No cabe duda que cualquiera que sea las lesiones causadas, el desistimiento de la tentativa o
frustración solo excluye punibilidad en el homicidio tentado, resurgiendo la responsabilidad
por las lesiones.
2) También resurge las lesiones, cuando éstas merezcan una mayor valoración para el
legislador que el homicidio tentado o frustrado (concurso ideal).
3) No cabe el resurgimiento de las lesiones si estas pueden considerarse copenadas en el delito
de homicidio frustrado o tentado, ejemplo lesiones 399 CP. En el caso de las lesiones
graves habrá que atender a su magnitud y por otro al grado de desarrollo que queda el delito
de homicidio, decidiendo si estas pueden o no considerarse como actos acompañantes
copenados en el homicidio frustrado o tentado que se trate.

Homicidio Calificado.
Esta figura tiene una penalidad mayor que el homicidio simple, puesto que, debido a las
circunstancias que lo rodean merece una mayor reprochabilidad por tratarse de formas
particularmente odiosas.
Este delito se configura al igual que el homicidio simple por la acción de matar a otro, pero se
diferencia de este último, ya que debe cumplirse con alguna de las hipótesis restantes que exige el
art. 391 numero 1.
Se trata de un delito de hipótesis múltiple que, si bien tiene grandes similitudes con el homicidio
simple, no puede considerarse como una figura agravada de este, por lo que no es posible utilizar la
misma circunstancia para configurar homicidio calificado y, luego emplearla para agravar la pena
que le corresponde, ya que contraviene el art. 63 C.P. (también el principio de non bis in idem).
¿Cuáles son estas circunstancias?
1) Alevosía:
Se puede decir que es una forma traicionera de matar.
No se encuentra definido en el art. 391 circunstancia primera pero varios autores se dirigen a la
definicios del art. 12 numeral 1. Actuar a traición o sobre seguro.
Actuar a traición es básicamente es aprocecharse para cometer el delito de homicidio de una
circunstancia personal de confianza que existe entre el autor y la victima. Por ejemplo yo cito a una
persona a mi casa y la voy a matar pero no sabe que la voy a matar ya sea por vincula de amistad o
trabajo.
Actuar sobre seguro cuando existe una situación de indefensión de la victima, que es conocido y
aprovechado por el sujeto activo y en esa circunstancia comete la conducta dolosa de matar. Por
ejemplo si voy de espalda y me ejecutan con arma de fuego.
Este artículo no define lo que debemos entender, pero teniendo en cuenta una visión sistemática del
Cp., podemos señalar que se entiende por Alevosía “cuando se obra a traición o sobre seguro” (de
acuerdo al art. 12 numero 1 Cp).
Se obra a traición en circunstancias en que el autor oculta su verdadera intención, de manera que se
crea una relación de confianza que permite al sujeto activo actuar sin peligro para el. Esta confianza
puede tener origen tanto en las relaciones que ambos sujetos ya tenían, o en conductas desarrolladas
por el autor con ese fin.
El actuar sobre seguro importa la creación o aprovechamiento de circunstancias materiales que
aumentan la indefensión de la víctima, o que permiten al autor realizar la conducta homicida sin
riesgo para sí mismo, ya sea evitando la posible reacción del sujeto pasivo o por medio de la
distracción de terceros que lo tiene a su cuidado, de modo que queden imposibilitados de socorrer a
la víctima.
Lo que determina la concurrencia de esta calificante consiste en si al autor, tanto si obra a traición
como sobre seguro, actúa de esta manera para asegurar el éxito del delito o su impunidad, aun
cuando los riesgos no hubieren sido completamente descartados.
Cabe señalar que en presencia de un homicidio alevoso, no basta con que el autor crea que esta
actuando de manera tal que los riesgos para su persona se ven disminuidos, es necesario que las
circunstancias efectivamente le otorguen seguridad en su actuar, además, el autor debe haber creado
o aprovechado tales circunstancias de modo tal que la víctima se viera en una especial situación de
indefensión con respecto a su agresor.
2) Premio o recompensa remuneratoria
Premio o recompensa remunearia o cualquier otro medio de animo de lucro Claro
ejemplo del sicario.
Esta calificante, implica matar a otro por lucro, lo cual se refiere a la existencia de una
contraprestación económica por la realización del delito, que, a la vez, es el motivo de su comisión.
Ahora bien, el Código refiere a una “promesa o recompensa”, lo que quiere señalar que esta puede
ser entregada antes de la realización del hecho o simplemente quedar convenida sin que sea
relevante el cumplimento del pago prometido, siendo relevante solo la existencia del acuerdo entre
aquel que comete materialmente el delito (autor material), y aquel que lo ordena (autor inductor o
mandante).
Este acuerdo según lo señalado por la doctrina mayoritaria, debe ser en sentido económico, por lo
que se excluirían aquellos que se dan en razón de otros factores, como lo serían los favores sexuales
por ejemplo.
Al mandante o autor intelectual o el autor mediato o inductor, tenemos dos opciones, la primera no
se le aplica y la segunda y ambos se le aplica al autor directo y al autor inductor
El motivo del autor directo es matar
Este tipo de homicidio requiere la existencia de 3 sujetos: el autor material, el autor inductor y el
sujeto pasivo o víctima.
La doctrina se pregunta si tanto al autor material como al inductor les es aplicable la calificante,
cuestión que no es pacifica:
Parte de la doctrina se inclina en pensar que, ya que la ley no distingue entre ambos, corresponde
aplicar la calificación a ambos. En esta línea, se estaría en presencia de una figura plurisubjetiva en
la que la conducta de ambos es necesaria, por lo que tanto la conducta del sicario como la del
mandante integran el tipo penal.
Politoff, Matus, Ramírez, defienden esta tesis, señalando que ambos tienen el dominio del hecho y,
por lo tanto, podrían evitar el resultado, lo que convierte a ambos en coautores del delito y no en
simples participes.
Otro sector de la doctrina, en la cual se encuentra Etcheberry, estima que no es posible aplicar la
calificante al inductor de este delito, ya que el Código señala que debe actuar por premio o promesa
remuneratoria, siendo esta expectativa la que motiva el delito, lo cual no podría transferirse al
mandante toda vez que el no actúa por el beneficio, sino que lo ofrece.

3) Veneno.
Esta calificante no es igual a la del art. 12 número 3, y se diferencian, en que la agravante exige que
el medio por el cual seco mete el delito contenga la posibilidad de causar estragos, o dañar
apersonas distintas del sujeto pasivo del delito.
El veneno es una forma alevosa de matar --
En la calificante se trata de cualquier sustancia que en poca cantidad, pueda causar la muerte o al
menos daño importante en la salud de la víctima, por lo que cualquier sustancia podría considerarse
veneno, aun cuando para el común de las personas se tratara de un factor inocuo como lo sería el
azúcar para un diabético..
No hay diferencia en cuanto así el daño se produce de forma mecánica o por efectos químicos, lo
importante es el efecto nocivo que pueda ocurrir.
El veneno encuentra su justificación como calificante, ya que se trata de un medio particularmente
insidioso, pues el envenenamiento supone riesgo, para aquel que investiga el delito, ya que
eventualmente no se podría descubrir lo que causó la muerte (ocultando el homicidio), así como a
insidia empleada por el agente, que en concreto se materializa en la indefensión que padece el sujeto
pasivo, que desconoce que esta siendo envenenado.
Esto ha generado que cierto sector de la doctrina considere al veneno como una forma alevosa de
homicidio (Politoff, Matus Ramírez), sin perjuicio de lo cual Garrido Montt, señala que el veneno es
independiente como calificante de la alevosía, ya que no considera al elemento insidioso como
fundamental (veneno), y a su vez el temor social que provoca el empleo de veneno, que complejiza
la determinación de si la muerte fue fruto de un delito o no.

4) Ensañamiento.
La calificante quinta del art. 391 se diferencia del 12 número 4, en que esta última supone la
realización de otros males, mientras que la calificante supone un aumento del mal que naturalmente
conlleva todo homicidio y la modalidad de comisión utilizada por el agente.

El aumento de dolo a que se refiere la calificante supone de condiciones tanto objetivas como
subjetivas.
En primer lugar el dolor debe aumentarse de tal forma que alcance de forma objetiva la calidad de
inhumano, suponiendo así un nivel de crueldad en la comisión que aumenta considerablemente la
reprochabilidad de la conducta homicida del agente (cuestión que debe ser realizada por el Juez,
tomando en consideración las circunstancias concretas del hecho).
En segundo lugar, un aspecto de orden subjetivo se manifiesta en el empleo de la palabra
“deliberada”, es decir, no basta con la sola ocurrencia fortuita de una condición que aumente el
dolor de forma extrema, o que se deba a la impericia del autor al momento de ejecutar el acto, por lo
que este aumento de dolor debe ser pretendido por el sujeto activo, sabiendo y queriéndolo, cuando
ejecuta la acción homicida.

5) Premeditación conocida.
Esta calificante es criticada por la doctrina, principalmente por la complejidad que implica
determinar sus contornos o contenido con precisión, debiendo señalar por ahora, que la
premeditación solo es aplicable a los delitos contra las personas, y en especial al homicidio.
La premeditación es la reflexión que se ha hecho del hecho delictivo por parte del autor, definición
que ha construido la doctrina, ya que no está definido en la ley.
¿Cómo se determina su contenido?
Algunos autores hablan de criterios o factores cronológicos para determinar la mayor
reprochabilidad del sujeto activo, esto es que la intención de cometer el homicidio perdurara en el
tiempo, de manera tal que hubiera una mayor deliberación en cuanto a su comisión.
Problema ¿Cuánto tiempo se requiere para que se configure la agravante?
Otros autores hablan de un criterio psicológico, pero sin prescindir del factor cronológico, y existiría
la premeditación siempre que, junto con la mantención de la intención delictiva en el tiempo,
concurriera una “frialdad de ánimo” en el sujeto activo, en el sentido de que éste pudiere juzgar y
planificar los medios por los cuales se cometería el delito

Finalmente Garrido Montt sostiene la denominada postura “sintomática”, proponiendo que la


meditación que necesariamente va unida a la comisión de un delito no sería suficiente para que
aumentara la reprochabilidad del sujeto activo, salvo que esta reflexión revelara una mayor
malignidad en su persona, loque si aumentaría la odiosidad del delito justificando el aumento de
pena.

Finalmente la premeditación debe ser “conocida”, para esto la doctrina ha entendido que debe
probarse por un medio distinto al de la confesión.
Aspecto subjetivo en el homicidio calificado
Este tipo de ilícito requiere, teniendo presente la concurrencia de calificantes para que se configure,
la presencia de dolo directo, por lo que se descartan figuras en las cuales concurra culpa.
¿Dolo eventual?: A mi juicio es plenamente aplicable en el caso del veneno.
Concurrencia de múltiples calificantes o calificantes y agravantes
¿Pueden concurrir múltiples calificantes?. A nuestro juicio si es perfectamente posible (ejemplo
premeditación- veneno, alevosía, ensañamiento). El problema surge en cuanto en a que una sola de
ellas basta para que se configure el tipo penal, por lo que se pregunta la doctrina ¿Qué ocurre con la
otra que eventualmente concurra?.
La doctrina ha resuelto el problema señalando que al ser el homicidio calificado un delito de
hipótesis múltiple, cuando concurre más de una calificante, todas mantienen dicha calidad, por lo
que ninguna puede ser apreciada al mismo tiempo como agravante, sin perjuicio que se tomen en
cuenta para la determinación de la pena de acuerdo al art. 69 Cp. La postura anterior también
encuentra su fundamento en el art. 63 del Cp., el cual se refiere a que las agravantes que son
elementos del tipo, no se consideran agravantes.
¿Pueden concurrir calificantes y agravantes?.
(Artículo 12 número 1 a 5 y calificantes)
La mayoría de la doctrina ha estimado que no es posible aplicar calificantes y agravantes en el caso
en particular, ya que atenta contra el principio de non bis in idem.

PARRICIDIO Y FEMICIDIO.
La ley 21212 que entró en vigencia el 4 de marzo de 2020, vino en modificar el tratamiento que
tenían los delitos de parricidio y Femicidio, agregando nuevas circunstancias por las cuales se
entiende configurado el delito de femicidio. Hasta antes de esta ley, Femicidio y parricidio
compartían los mismos requisitos para que se configuraran, hoy en cambio, agrega otro tipo de
relaciones (como por ejemplo sentimentales y sexuales sin convivencia) y motivaciones (femicidio
por razones de género) en el sujeto activo que de existir, harían aplicable este tipo penal. A su turno,
establece una serie de circunstancias agravantes.
El parricidio castiga a quien mata, conociendo las relaciones que lo ligan a su padre, madre o hijo
(después de las 48 horas de nacido), o a cualquier otro ascendiente descendiente, o a quien es o ha
sido su cónyuge o conviviente.
• Si la víctima es o ha sido la cónyuge o conviviente del autor, el delito tendrá el nombre de
femicidio.
• El bien jurídico protegido, al igual que en el resto delos homicidios ya tratados, es el de la
vida independiente, pero de ciertas personas que ocupan ciertas calidades o estados respecto
del agente y que se encuentran expresamente tipificadas en el art. 390.

Sujetos.
Al ser el parricidio un delito de resultado, se requiere que se verifique la muerte del sujeto pasivo
para que el delito se encuentre en grado de desarrollo de consumado, siendo necesaria una especial
cualidad de la víctima, para configurarse, que son elementos típicos del delito, por lo que se
considera al parricidio como un delito especial impropio.
En cuanto al sujeto pasivo, la doctrina ha distinguido 3 grupos de ellos, a saber:
1) Consanguíneos en línea recta: esto se entiende en la expresión “padre, madre o hijo (después
de las 48 horas de nacido), o a cualquier otro ascendiente o descendente”. Si bien es cierto
que el Código no lo señala, la doctrina ha sido conteste en señalar que las relaciones por
afinidad se encuentran excluidas en este tipo de delitos, teniendo presente la redacción
misma de la norma.
¿Qué sucede en relación con el adoptado?
La mayoría doctrina ha entendido que excluye al adoptado del alcance del tipo penal, toda vez que,
sostiene la doctrina, lo que pretende proteger el legislador en el tipo penal, son los vínculos de
sangre dados por la naturaleza, por lo que no tiene sentido incluir a la adopción por razones obvias.
INTERPRETACÍÓN ERRÓNEA.
A mi juicio la interpretación es errada, ya que lo que pretende el legislador es proteger las relaciones
de parentesco, no solo sanguíneas, sino que también aquellas que se generan por un vínculo
reconocido legalmente como lo serían las relaciones conyugales o de convivencia.

2) Los que se encuentran unidos por vínculo matrimonial: Se debe señalar a este respecto que
el matrimonio se posiciona como un elemento normativo del tipo, el cual debe probarse por
las formas prescritas por las normas civiles.
3) Convivientes: La ley no define que es la convivencia, la doctrina ha desarrollado un
concepto al señalar que es la unión de carácter fáctico que se orienta a la creación de una
vida en común, la cual debe ir acompañada de una cierta estabilidad a través del tiempo, y
además de ser patente o notoria.
¿PARRICIDIO POR OMISIÓN?
La doctrina discute aquello. Politoff, Matus, Ramírez, señalan que no es posible cometerlo por vía
de omisión, ya que las relaciones de parentesco que pretende proteger, serían fuentes que generan la
posición de garante, por lo cual no podría ocuparse nuevamente para agravar y aplicar una mayor
penalidad, ya que infringiría el principio del non bis in idem.
Garrido Montt sostiene que dicho argumento carece de lógica, puesto que la relación entre el agente
y la víctima en la figura de parricidio no es una agravante del tipo, sino que es, en definitiva, parte
del tipo penal, agregando que es distinto la obligación civil de actuar que tiene origen en un contrato
o en la relación parental, en lo cual no interviene la ley penal, y el estado civil mismo como hecho
verificable que conforma el elemento normativo del tipo, por lo que no habría violación al principio
de non bis in idem, porque la fuente de atribución de la muerte al agente incide en la violación del
deber civil que tenía de actuar , no habiendo por tanto una doble valoración penal.

Tipo subjetivo del parricidio


Exige que el sujeto activo actúe “conociendo las relaciones que ligan” a la víctima del mismo,
negándose por tanto un conocimiento presunto de la relación, por lo tanto exige claramente dolo
directo.
¿Dolo eventual? La mayoría de los autores sostiene que el legislador se refiere exclusivamente al
dolo directo.
Para Garrido Montt, podría efectuarse con dolo eventual, en el caso que la duda se refiera no a la
relación de parentesco que tiene victimario con la víctima, sino más bien al resto de las
circunstancias de hecho que rodean al ilícito.
¿Con culpa? La doctrina ha establecido que claramente no es posible cometer un parricidio con
culpa, ya que esta requiere una falta de cuidado, y esta de manera evidente no puede aparecer en
conjunto con el conocimiento preciso que exige esta figura (relaciones que lo ligan)

Error en el delito de parricidio.


3 situaciones:
1.Juan quiere matar a su padre y por error ejecuta a su madre.
2.Juan quiere matar a su padre y por error ejecuta a un tercero.
3.Juan quiere matar a un tercero y por error ejecuta a su padre.
Participación y comunicabilidad de las relaciones en el delito de parricidio.
¿Qué sucede si para cometer el parricidio han intervenidos terceras personas no vinculadas por
relación de parentesco?.
¿Se comunica la relación parental?

FEMICIDIO
Como se señaló previamente, hasta antes de la reforma de la ley 21212, femicidio y parricidio
compartían los mismos elementos para que se configurara el tipo, variando solo en su nomenclatura
cuando la víctima era o fue la cónyuge o conviviente del autor.
Con la regulación actual podemos distinguir los siguientes tipos de femicidio:
1) Femicidio propiamente tal.
2) Femicidio por razones de relaciones previasya sean sentimentales o sexuales.
3) Femicidio por razones de género.

a.- Femicidio propiamente tal:


El artículo 390 bis, inciso primero, en su esencia no difiere de la redacción del artículo 390 del Cp.
Señala dicha norma que El hombre que mataré a una mujer que es o ha sido su cónyuge o
conviviente, o con quien tiene o ha tenido un hijo en común, será sancionado con la pena de
presidio mayor en su grado máximo presidio perpetuo calificado.
En este caso, el sujeto activo es el hombre, resolviendo una discusión que existía previamente con la
redacción anterior, en la cual se planteaba la situación de convivientes lesbianas, en la cual una daba
muerte a la otra. Con esta redacción, queda claro que de ocurrir una situación así, sería castigada
como parricida.
Sujeto pasivo.
La mujer que ha sido su cónyuge o conviviente. Agrega una situación no contemplada previamente,
esto es la existencia de un hijo en común (recogiendo el legislador la misma lógica planteada en el
art. 5 de la ley 20.066).
Debemos entender que se trate de un hijo en común legalmente reconocido o establecida dicha
paternidad por las formas establecidas en la ley, quedando fuera nuestro juicio y por aplicación del
principio de legalidad, situaciones en que efectivamente la víctima tiene un hijo en común con el
autor, pero su paternidad no se encuentra determinada legalmente éste no ha reconocido al hijo.

b.- Femicidio por razones de relaciones previas ya sean sentimentales o sexuales:

El inciso segundo del art. 390 Bis señala que “La misma pena se impondrá al hombre que matare a
una mujer en razón de tener o haber tenido con ella una relación de pareja de carácter sentimental o
sexual sin convivencia
En este caso, se repite al igual que el inciso primero el sujeto activo esto es el hombre, la diferencia
radica en el sujeto pasivo, esto es ya que sería la mujer con la cual tuvo una relación de carácter
sentimental o sexual sin convivencia, ejemplo de ello sería un “pololeo”, o encuentros sexuales
casuales. Se debe tener presente que para aplicar este tipo penal el hombre debe tener como
motivación cualquiera de estas circunstancias.
Será materia probatoria acreditar aquello, lo cual seguramente será dificultoso, ya que requerirá
acreditar tanto la motivación (fuero interno) y la relación sentimental o sexual.

c.- Femicidio por razones de género.


El Artículo 390 ter del Cp., señala que el hombre que matare a una mujer en razón de su género será
sancionado con la pena de presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo. Al igual que el
artículo anterior, el sujeto activo es el hombre, y el sujeto pasivo la mujer.
Al igual que el inciso segundo del artículo 390bis, la motivación del sujeto activo está dada por el
género de la víctima, en este caso, el hecho de ser mujer, sería en principio el motivo por el cual el
sujeto activo actuó. En este sentido, el legislador abandona las razones por las cuales se establece un
delito de femicidio o parricidio, esto es proteger la vida de quienes tienen una determinada relación
parental o sentimental (en la actualidad), agregando esta nueva variante deben jurídico a proteger,
esto es la vida de la mujer, por razón de su sexo o género.
Se debe tener presente que el legislador define cuando hay razón de género. Estas causales son:
1.- Ser consecuencia de la negativa a establecer con el autor una relación de carácter sentimental o
sexual.
2.- Ser consecuencia de que la víctima ejerza o haya ejercido la prostitución, u otra ocupación
uoficio de carácter sexual.
3.- Haberse cometido el delito tras haber ejercido contra la víctima cualquier forma de violencia
sexual, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 372 bis.
4.- Haberse realizado con motivo de la orientación sexual, identidad de género o expresión de
género de la víctima.
5.- Haberse cometido en cualquier tipo de situación en la que se den circunstancias de manifiesta
subordinación por las relaciones desiguales de poder entre el agresor y la víctima, o motivada por
una evidente intención de discriminación.
CIRCUNSTANCIAS MODIFICATORIAS DE RESPONSABLIDAD PENAL.
1.- AGRAVANTES ESPECIALES: Finalmente, la ley 21212, establece, nuevascircunstancias
agravantes, en el artículo 390quater:

1. Encontrarse la víctima embarazada.


Estimo que, si la situación de embarazo es notoria, no habría mayor inconveniente en aplicar la
agravante. El problema surge si no es notorio ono es conocido por el autor.
¿Aplica la agravante?.
El problema a mi juicio se soluciona al nivel de dolo, esto es, ¿el sujeto sabía del estado de gravidez
y quería matar a la mujer?
2. Ser la víctima una niña o una adolescente menor de dieciocho años de edad, una mujer adulta
mayor o una mujer en situación de discapacidad en los términos de la ley N° 20.422. La situación
es similar a la anterior, esto es si es notorio o no, en especial la minoría de edad de la víctima.
3. Ejecutarlo en presencia de ascendientes o descendientes de la víctima. Hubiera sido interesante
que el legislador hubiera precisado hasta qué grado. Ejemplo si está presente mi bisabuela, aplica.
En principio pareciera que sí, ya que la norma no distingue. La pregunta que sigue a continuación
si es razonable y proporcionado aplicarla. La misma razón sería si es un recién nacido quien está
presente
4. Ejecutarlo en el contexto de violencia física o psicológica habitual del hechor contra la víctima.
El problema surge en este caso desde unpunto de vista probatorio. ¿Qué se entiende por habitual?
¿Cuánto tiempo requiero? ¿Es necesario haber denunciado previamente?
2.- ATENUANTES.
En esta materia el art. 390quinquies del Cp. Señala que tratándose del delito de femicidio, el juez no
podrá aplicar la circunstancia atenuante de responsabilidad penal prevista en el N° 5 del artículo 11
(arrebato u obcecación)
INFANTICIDIO ART. 394.
Se trata de un delito de resultado, ya que para que se configure requiere la muerte del descendiente,
de no más de 48 horas, y al ser un delito especial impropio (al igual que el parricidio), exige una
calidad especial en el autor (ejemplo: que sea el padre o abuelo).
Esta figura es criticada ampliamente por la doctrina, ya que su existencia carece de fundamentos
sólidos. Se debe señalar que es una figura privilegiada, puesto que su penalidad es inferior a la
establecida para el delito de parricidio.
Se ha justificado la existencia de esta figura ya que en tiempos antiguos, se pensaba que las
circunstancias que rodeaban este ilícito se asociaban por lo general, a que los nacimientos eran fruto
de relaciones clandestinas, de esta forma la figura, se habría justificado en la necesidad de ocultar la
deshonra que sopesaría sobre la mujer, al entenderse que dicha criatura seria producto de una
relación oculta.
Tipo objetivo: la conducta prohibida es matar a otro, con la inclusión e una exigencia adicional,
esto es que se trate de un recién nacido de no mas de 48 horas de vida tras el parto.
¿Existe infanticidio por omisión?:
Garrido Montt señala que si es posible cometer un parricidio por omisión, de igual forma puede
efectuarse por omisión un infanticidio, señalando como ejemplo no realizar una acción de auxilio
del recién nacido.
Politoff, Matus Ramírez, señalan que es difícil aceptar un infanticidio por omisión. Dado que aquí
aparece con mayor razón la posición de garante como fundamento de la imputación, no siendo
convincente el argumento que por ser el sujeto activo menor de 48 horas, se deje de lado el
parentesco como fundamento del delito, si no que al contrario, es el desvalimiento del recién nacido
lo que hace mas y no menos garantes a los parientes señalados en el art. 394
Sin embargo, mientras exista el privilegio de esta figura, si es posible aceptar una idea de
infanticidio por omisión, si con ello impide aplicar la pena de homicidio calificado, pues el
principio de non bis in idem se plantea como garantía a favor del imputado.

Sujetos:
Sujeto activo: padre, madre, ascendientes (abuelos)
Sujeto pasivo: hijo y descendiente, no pudiendo tener más de 48 horas de nacido (después del
parto).
Tipo subjetivo: Requiere siempre dolo directo, también al igual que el parricidio se acepta la figura
del dolo eventual.
Según Garrido Montt, no cabe la comisión de un infanticidio por vía culposa.

Participación y comunicabilidad de las relaciones en el delito de infanticidio:


Aplican las mismas interpretaciones que para el parricidio.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA EN EL TIPO PENAL.
El tipo penal de infanticidio, sancionado en el artículo 394 del Código Penal chileno, dispone:
“Cometen infanticidio el padre, la madre o los demás ascendientes legítimos o ilegítimos que dentro
de las cuarenta y ocho horas después del parto, matan al hijo o descendiente, y serán penados con
presidio mayor en sus grados mínimo a medio”. Si comparamos su pena con la de otras fi guras
protectoras de la vida humana independiente, donde también podría subsumirse la conducta del
padre, la madre o los demás ascendientes que matan al recién nacido que no ha superado cuarenta y
ocho horas de vida desde el evento del parto, advertiremos que la misma es considerablemente
menor. En efecto, mientras que el delito de infanticidio es castigado con presidio mayor en sus
grados mínimo a medio, la pena del tipo penal de parricidio, que en el artículo 390 del Código Penal
chileno castiga al que “conociendo las relaciones que los ligan, mate a su padre, madre o hijo, a
cualquier otro de sus ascendientes o descendientes o a quien es o ha sido su cónyuge o su
conviviente”, puede llegar a presidio perpetuo calificado. Por su parte, si confrontamos la pena del
infanticidio con la del homicidio calificado del artículo 391 número 1., circunstancia primera, que
castiga al que mate a otro con alevosía1, elemento típico que puede presentarse en la provocación
de la muerte de un recién nacido2, advertiremos nuevamente que se trata de una fi gura mucho más
drástica que la del artículo 394, por cuanto impone la pena de presidio mayor en su grado medio a
presidio perpetuo.
Independientemente de que consideremos que el infanticidio es un parricidio o un homicidio
(calificado) privilegiado4, lo cierto es que las penas del infanticidio son considerablemente
inferiores a as de los tipos de parricidio y de homicidio calificado, cuestión que plantea la necesidad
de justificar por qué matar a un recién nacido que no ha superado las cuarenta y ocho horas de vida
merece menos pena que matar a un ser humano que ya ha cumplido esa edad. Y por más que se
intente encontrar un fundamento al tratamiento punitivo de la fi gura, ello resulta imposible atendida
la forma en que se encuentra actualmente descrita la conducta típica en el Código Penal chileno.
Pues mientras el infanticidio contemplado en códigos penales foráneos hace alusión al denominado
móvil de honor o al trastorno puerperal de la mujer5, nuestro Código punitivo omite cualquier
alusión a los mismos. A ello se agrega la extensión del privilegio penal a la madre, pero también al
padre y a todos los demás ascendientes del recién nacido, lo cual, unido a la falta de referencia al
móvil de honor o a otro que justificar que un tratamiento punitivo privilegiado de ascendientes
diversos de la madre, acarrea, por ejemplo, que el abuelo que mata a su nieto recién nacido, movido
por la codicia o la pura maldad6, se vea injustificadamente beneficiado con la menor pena del delito
de infanticidio.

LA INCONSTITUCIONALIDAD DEL DELITO DE INFANTICIDIO EN RELACIÓN CON


EL DERECHO CONSTITUCIONAL A LA VIDA
El inciso primero del artículo 19 número 1 de la Constitución chilena asegura a todas las personas,
entre otras cosas, el derecho a la vida. Dicha garantía constitucional, con la que se inicia el catálogo
de derechos fundamentales contenido en nuestra Constitución, está integrada por dos realidades:
una de carácter biológico, es decir, la “vida” en tanto “estado de actividad de los seres orgánicos”, la
cual se opone a la noción, también biológica, de muerte; y una de carácter jurídico, que
identificamos con el “derecho constitucional a la vida” como concepto normativo constitucional
incardinado dentro del conjunto de garantías fundamentales consagradas en el artículo 19 del texto
constitucional chileno.
Si distinguimos “vida” de “derecho constitucional a la vida”, podemos sostener que la “vida”
constituye la base biológica de la existencia humana y el presupuesto “físico” del ejercicio de las
demás garantías constitucionales9. Mientras que el “derecho constitucional a la vida”, en tanto
realidad normativa y no meramente biológica, implica los conceptos de libertad e igualdad a que
alude el artículo 1 de la Constitución chilena, de suerte tal que puede entendérselo como un derecho
que se ejerce autónoma e igualitariamente por parte de todos quienes son titulares del mismo. De las
propias normas constitucionales que regulan el derecho a la vida, se desprende que su titular es la
persona y que “persona” alude a un ser humano nacido11. Como acertadamente sostiene
ALDUNATE LIZANA, afirmación de la calidad de persona desde el momento de la concepción es
sustentable desde un punto de vista extrajurídico, pero no parece encontrar fundamento en la
estructura del artículo 19”12. Las garantías descritas en dicho artículo no se encuentran aseguradas
en beneficio del “que está por nacer”, no obstante lo cual, su vida es objeto de protección
imperativo para el legislador por expreso mandato constitucional. El derecho constitucional a la
vida de que son titulares todas las personas no admite ser valorado cualitativamente: la
“personalidad” de que goza todo ser humano nacido no admite ponderaciones. Toda persona, en
cuanto tal, es titular en el mismo sentido y con idéntico alcance del derecho constitucional a la vida.
Por lo mismo y mientras no acaezca la muerte de la persona, cualquier distinción legal o
administrativa que se efectúe respecto del sentido y alcance del derecho fundamental a la vida de
que ella es titular, ha de ser considerada como inconstitucional16. Desde un punto de vista
constitucional, a dicha conclusión puede llegarse si se atiende a la forma cómo está regulado el
derecho a la vida, el cual se encuentra asegurado por la Constitución chilena a todas las personas sin
distinción (artículo 19 número 1); pero también si se considera la manera en que está establecida la
garantía de igualdad ante la ley, que consagra, entre otras cosas, que en Chile no hay persona ni
grupo privilegiados y que ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias
(artículo 19 número 2), esto es, meramente caprichosas o carentes de razón18. La
inconstitucionalidad de las ponderaciones cualitativas que el legislador o la autoridad efectúe
respecto del sentido y alcance del derecho constitucional a la vida puede asimismo fundamentarse
en lo establecido en el artículo 1 de la Constitución chilena

AUXILIO AL SUICIDIO ART, 393.


Esta conducta descrita, no consiste precisamente en matar a otro, sino que es una figura especial
donde lo sancionado es la colaboración que se presta a la conducta antijurídica de un tercero
(siguiendo a Garrido Montt, quien señala que el suicidio es una conducta antijurídica, de tal suerte
que la vida no es un bien disponible).
Tipo objetivo: Como se señalo, la conducta es auxiliar a otra para que esta cometa un suicidio, de
forma que debe prestar una cooperación, pero esta ayuda solo puede configurarse en circunstancias
tales que la ayuda prestada consista en que el auxiliador diere muerte al suicida por si mismo, caso
en el cual nos encontramos derechamente en un homicidio.
¿Pude darse en este caso una figura omisiva?
La mayoría de la doctrina estima que no, lo cual se concluye de la misma redacción de la norma
que señala “prestare auxilio”, y al ser un delito de actividad, esto es en que solo por haber realizado
una conducta se configura el delito, naciendo la responsabilidad penal correspondiente.
No requiere el tipo penal que se verifique un resultado, toda vez que la muerte del suicida en
definitiva no es una condición para que se verifique la existencia del ilícito, sino solo una condición
objetiva de punibilidad.
Si bien el art. 393, subordina la aplicaron de la pena a la muerte del suicida, no se le puede
considerar la muerte como un elemento del tipo, ya que la conducta descrita por el legislador se
perfecciona con la acción de cooperar al suicido, en conjunción con el elemento subjetivo, esto es,
saber que se esta ayudando a cometer un suicidio y que dicha ayuda es eficaz para cometer ese fin.
¿Que sucede si la persona suicida no muere? La mayoría de la doctrina estima que no es posible
castigar, ya que la muerte del suicida, como se señalo, es una condición objetiva de punibilidad,
descartándose por tanto formas imperfectas como tentativa y frustración
¿Se puede castigar al instigador? : La mayoría de la doctrina estima que no
Sin embargo Politoff, Matus, Ramírez señalan que, admitiéndose medios intelectuales para la
comisión de este ilícito, no puede descartarse a priori al inductor, pues de otro modo se llegaría al
absurdo de dejar impune al que convence al sujeto de que se quite la vida y castigar solo a quien con
sus estímulos morales ayuda a mantener la decisión adoptada por el propio suicida.
Tipo subjetivo: dolo directo, y teniendo presente la redacción de la norma se excluye dolo eventual,
y culpa.

INDUCCION AL SUICIDIO Art. 393.


Este es un delito nuevo, introducido por la ley 21523 del 31 de diciembre de 2.022.

Señala la norma que “quien induzca a otra persona a cometer suicidio”.


La pena aumenta si la muerte del suicida se produce efectivamente, o si es cometida con ocasión de
las circunstancias establecidas en el art. 390 ter.
El problema a dilucidar en este nuevo delito será a mi juicio en establecer y determinar que debe
entenderse por inducir al suicidio.
La inducción consiste en la influencia o producción directa por medios psicológicos y/o físicos de
tomar la resolución de la propia muerte. Por ello debe darse, primero, la producción de la resolución
en el ánimo del suicida y la ejecución de la acción por parte del suicida, por lo menos en grado de
tentativa. (393 bis inc.1).
En otras palabras, inducir significa persuadir, instigar, convencer. La acción consiste en incitar a
otro a cometer suicidio. El inductor hace nacer la voluntad de morir al sujeto pasivo, voluntad que
antes era inexistente.
Se ha hecho notar que en este delito existe una particularidad de la teoría general de la participación.
Se trata de una participación en un hecho atípico.
Esto lleva a plantear la tesis de que estamos frente a un problema de autoría mediata, y que la menor
pena se debe a que quien tiene el dominio del hecho es el propio suicida.
Sin embargo, si se diera realmente el caso de una autoría mediata propia, por ejemplo actuando el
sujeto pasivo como instrumento por violencia, coacción, error o incapacidad, no hay duda de que se
está ante el tipo del delito de homicidio.
La muerte del suicida o la tentativa de suicidio es un elemento del tipo, motivo por el cual debe
rechazarse la idea de que ésta es una condición objetiva de punibilidad. De este modo la mera
proposición al suicidio, sin que se lleve a cabo la acción, es en nuestro Derecho una conducta
impune. Debe quedar claro que no es suicidio aquella acción del que se causa la muerte a raíz de
una agresión ajena, como por ejemplo, quien se lesiona por tomar el arma del atacante o por torpeza
frente a la agresión.
Tipo subjetivo: La inducción, es dolosa, motivo por el cual aparentemente la inducción imprudente
al suicidio, de acuerdo a la redacción de la ley.
Comisión por omisión: Como se señaló la inducción equivale a convencer, persuadir, o determinar
a otra persona a que cometa suicidio; por lo tanto, requiere un actuar positivo o comisivo, por lo que
en principio, no permite una figura omisiva.
Sin embargo, la redacción de la norma en el art. 393 bis parece confusa, toda vez parcería incluir
una figura omisiva ya que la inducción puede producirse con ocasión de por ejemplo de “haberse
cometido en cualquier tipo de situación en la que se den circunstancias de manifiesta subordinación
por las relaciones desiguales de poder entre el agresor y la víctima, o motivada por una evidente
intención de discriminación”, en este sentido de todos modos el suicidio siempre deberá ser
inducido por vía de autoría mediata por un tercero.
El problema surge entonces, (tal como se ha planteado la norma a la opinión pública), en el caso de
que una persona tome la decisión suicida motivada por una situación de abuso grave por parte de un
tercero, o de un evento traumático de tal magnitud que el suicida tome la decisión mortal, pero que
sin embargo, el tercero que ejecuta la acción abusiva o el evento traumático no induzca al suicidio,
sino solo realice dichos comportamientos que motivan la decisión.
Lamentablemente, a pesar de que aparentemente el espíritu de la ley fuera justamente este (es decir
sancionar por ejemplo al hombre que abusa gravemente de su pareja mujer, quien toma la decisión
de suicidarse, ya que no ve otra salida a la situación), lo cierto es que la redacción no es del todo
feliz, ya que deja a la interpretación judicial, llenar y construir el concepto de inducir, y en este
caso, si es posible aplicarlo a un caso como el señalado.
Estimo de todos modos que, si bien parecería que únicamente se castigaría a la figura dolosa de
inducción, no es menos cierto que realizando una interpretación armónica del Código Penal, en éste,
salvo excepciones, la mayoría de los tipos penales se encuentran redactados de forma que exigen
dolo directo, sin perjuicio de lo cual se acepta la tesis de omisión en todos ellos, teniendo presente
que el art. 1 inc. 1 del Cp. Señala que es delito toda acción u omisión, por lo que, no hay motivo
para entender que en este caso no sea aplicable este razonamiento. Sin embargo, el principal escollo
será superar la barrera del principio de legalidad en esta discusión y a su turno, si en juicio sería
posible o no contar con prueba suficiente para acreditarlo.

Homicidio en riña o pelea art. 392.


Este delito contempla 2 hipótesis distintas, la primera aquella en que se conoce a las personas que
causaron lesiones graves a la víctima, y un segundo caso, en donde no se conoce quienes causaron
lesiones graves, pero si violencia.
Requisitos de la figura:
Que se hubiere cometido un homicidio en el contexto de una riña o pelea.
Que sea imposible identificar al autor del homicidio, o en subsidio a quienes han infringido lesiones
graves a la víctima.
Se ha criticado la existencia de este ilícito, indicando los autores que estamos mas bien frente a un
problema de tipo probatorio, que el legislador soluciono mediante un sistema de responsabilidad
objetiva, dirigida en contra de quienes tomaron parte en la pelea, lo cual en palabras de Garrido
Montt, no es mas que un resabio anacrónico de nuestro ordenamiento jurídico.

Tipo objetivo: La imposibilidad de individualizar al autor del homicidio es una condición esencial
de esta figura, siendo esto una condición objetiva de punibilidad.
A lo anterior se debe unir que esta muerte se produzca en el contexto de una riña o pelea. Etcheberry
señala que una riña es un acontecimiento reciproco que surge mas o menos de forma espontanea y
repentinamente entre 2 o mas personas

Tipo subjetivo: Dolo directo con doble intencionalidad, por una parte debe existir intención de
participar en la riña y por otra la de lesionar a la víctima.
Se excluye la culpa en este tipo de ilícito.
Iter criminis: Para Garrido Montt, solo puede presentarse el delito en su fase de consumación, lo
cual hace imposible apreciar fases imperfectas de ejecución.

DELITOS CONTRA LA VIDA DEPENDIENTE.

En chile existen situaciones complejas que mercen ser analizadas por ejemplo situaciónes de niñas
de 12 años que quedan embarazasas y abortan.
Son situaciones excepcionales, como bastante compresible las dos opciones. La discusión esta si le
damos la libertad de hacer sin existir una penalización .
En el aborto debe haber un dolo directo en el curso causal.
Para que entendamos en inicio y fin de la vida. El tema de la droga no es la salud publica porque ya
el país esta inundado con droga va ser difícil retrocederlo y es un fenonemo no salamente nacional
sino que mundial, el foco es transversado a personas que cohiban con autores que trafican droga.
Sin entrar en el trasfondo de que si la mujer es dueña o no de su cuerpo. La legislación estatal y
poder legislativo que tienen es propender a que las personas tomen desiciones en libertad. Porque si
el estado o el organismo estatal el que toma la decisión por las personas será cuestionara si es una
especie de interdicción que no es capaz de tomar decisiones por si mismo o requiere que alguien
intervenga y tome nuestras decisiones. En todo tipo de ámbito.
Se señala este punto que el estado puede intervenir en esto de tal manera que puede señalar
penalizar el aborto

Bien jurídico protegido.


La doctrina es conteste en señalar que es la vida del que está por nacer o nasciturus, o de la vida en
formación (lo que fundamenta la protección penal), aun cuando, tal como señala Garrido Montt el
titular de esta carezca de personalidad, en el concepto jurídico de la expresión (persona desde el
punto de vista civil).
Problemas en relación al bien jurídico protegido.
1) ¿Desde cuando debe otorgarse protección jurídica al concebido pero no nacido?
2) ¿Qué intensidad debe darse en aquella protección?
3) ¿Cómo se resuelven las problemáticas generadas por conflictos entre bienes jurídicos como
la salud o vida de la madre o nasciturus?

En relación al primer problema.


¿Desde cuándo se origina la vida del no nacido?, es uno de los temas más debatidos hoy en día,
discusión que se ha trasladado al plano científico, donde se ha pretendido, para esclarecer este
problema, desde qué momento se inicia la vida humana. Ahora bien, esta perspectiva desplaza el
problema del ámbito estrictamente normativo al médico biológico, asunto que no es de naturaleza
jurídica, y es esta última la que le corresponde determinar el momento desde el cual un atentado a la
vida incipiente constituye un aborto (siguiendo a Garrido Montt).
Para resolver el planteamiento, desde el punto de vista jurídico se han desarrollado 2 posturas: La
primera de ella, considera que la protección penal comienza desde la concepción, esto es desde la
inseminación del espermio al óvulo. La segunda, estima que desde la anidación del óvulo fecundado
como el momento en que marca el inicio de la protección penal (tesis mayoritaria).

En relación al segundo problema.


Esto es, en relación a la intensidad de la protección, (esto es qué tipo de amparo corresponde darle al
nasciturus) Balmaceda Hoyos siguiendo a Garrido Montt, señala que el concepto de vida es
necesariamente unitario (1 solo). Sin embargo, para efectos jurídico- penales, se distingue entre vida
dependiente e independiente, obteniendo una mayor protección la vida independiente que la
dependiente, lo cual ha sido así a lo largo de la historia (las penas del aborto son de simple delito, y
las de homicidio de crimen).

CONCEPTO DE ABORTO.
El CP., no define lo que es aborto en el art. 342 y ss., sin embargo la doctrina ha desarrollado un
concepto aceptado de aborto al señalar que “es la interrupción del proceso de gestación mediante
la destrucción o muerte del producto de la concepción dentro o fuera del cuerpo de la mujer”
(Garrido Montt).
Para que se configure la doctrina ha señalado que debe existir una destrucción del feto y la
expulsión anticipada de éste desde el vientre materno.

Clasificación.
1. Voluntarios.
a. Autoaborto.
a.1 Aborto honoris causa

b. Consentido.
b.1 causado por terceros.
b.2 Causado por motivo facultativo “abusando de su oficio”

2. No voluntarios
a. Con violencia.
b. Sin violencia.
c. Sin el propósito de causarlo.

1.- Aborto Voluntario o autoaborto: Es aquel que se configura cuando la mujer, fuera de los casos
permitidos por la ley, se lo ha provocado por ella misma (art.344 inc.1 Cp.)
2.- Aborto Voluntario o consentido: Es aquel se configura cuando la mujer, fuera de los casos
permitidos por la ley, ha consentido en que se lo provoquen (art. 344 inc.1, segunda parte Cp.).

En ambos casos el elemento central es el consentimiento de la mujer en causarlo (fuera de los casos
permitidos por la ley), éste debe ser de forma libre (esto es sin vicios y sabiendo que significa dicho
acto), y expreso, esto es, mediante palabras o por medios de hechos concluyentes. Politoff, Matus,
Ramírez, rechazan la posibilidad de considerar el consentimiento tácito como manifestación de
voluntad dela mujer.
La norma del artículo 344 del Código Penal debe relacionarse con el artículo 119 del Código
Sanitario, el cual señala que Mediando la voluntad de la mujer, se autoriza la interrupción de su
embarazo por un médico cirujano, en los siguientes casos:
1) Cuando la mujer se encuentre en riesgo vital, de modo que la interrupción del embarazo
evite un peligro para su vida.
2) El embrión o feto padezca una patología congénita adquirida o genética, incompatible con
la vida extrauterina independiente, en todo caso de carácter letal.
3) Sea resultado de una violación, siempre que no hayan transcurrido más de doce semanas de
gestación.
Si la mujer es menor de 14 años, la interrupción del embarazo podrá realizarse siempre que no
hayan transcurrido más de catorce semanas de gestación.

Sujetos pasivo: Sería en definitiva el ser que está en gestación.


Medios comisivos: Al igual que el homicidio, puede ser cualquier medio.
Aborto por omisión: La doctrina ha estimado que es posible cometerlo por omisión, en especial en
el caso de aborto causados por terceros, cuando tengan o hayan asumido en los hechos una posición
de garante de la vida del que está por nacer.
Tipo subjetivo: En lo que concierne a este delito, al exigir la norma que la mujer preste su
consentimiento para realizar el aborto, pareciera excluir el dolo eventual en la figura de consentida,
por lo que se requiere siempre dolo directo. En el caso del autoaborto, es más clara la exigencia, al
señalar la norma “causare su aborto”, lo que supone por tanto unaactividad de su parte dirigida en
tal sentido.

Aborto con culpa: La doctrina ha señalado que no es posible en la hipótesis de autoaborto, puesto
que no existe un cuasidelito que comprenda este supuesto dentro del Cp., y como regla general solo
se pueden castigar a titulo culposo aquellos delitos en que la ley expresamente ha contemplado a la
culpa.
Aborto Honoris causa: Se encuentra regulado en el art. 344 inciso segundo del Cp., y regula el
auto aborto para “ocultar su deshonra”. Este artículo contempla una atenuación de responsabilidad
de la mujer embarazada, toda vez que se entiende que la deshonra que produciría el nacimiento del
hijo, producto de relaciones sexuales que están fuera de las convenciones sociales, debe disminuir la
reprochabilidad que merece el acto.

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