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Modelo Impuesto – Beveridge: el cuidado de la salud se provee por el gobierno a través de una
partida en los Presupuestos y se financia mediante impuestos a todos los ciudadanos. Los
hospitales son públicos, los médicos son funcionarios del gobierno, y también los médicos
privados cobran del propio gobierno. La Salud pública del país es planificada por el Estado. Este
sistema es el que utilizan países como Reino Unido, cuyos ciudadanos nunca llegan a recibir una
factura del médico. El Gobierno controla lo que los doctores pueden cobrar y hacer.
El modelo Beveridge, como vemos es más moderno, surgió en 1948 y es el que dio origen al
Sistema Nacional de Salud en diferentes países, Reino Unido, Suecia, Finlandia, Noruega,
Dinamarca, Italia, España y Portugal.

Tres niveles de prevención en la salud publica

En la prevención primaria se impide el desarrollo de una enfermedad. Las vacunas, los consejos
para cambiar comportamientos de alto riesgo y a veces la quimioprofilaxis (o quimioprevención)
son tipos de prevención primaria.

En la prevención secundaria la enfermedad se detecta y se trata pronto, a menudo antes de que


aparezcan los síntomas, lo que minimiza las consecuencias graves.
La prevención secundaria puede incluir programas de cribado, como la mamografía para detectar el
cáncer de mama y la densitometría ósea para detectar la osteoporosis. También puede incluir la
localización de las parejas sexuales de una persona a quien se haya diagnosticado una infección de
transmisión sexual (localización de contactos) y tratarlas, si es necesario, para minimizar la
propagación de la enfermedad.

En la prevención terciaria se trata una enfermedad ya existente, generalmente crónica, para evitar
complicaciones o daños mayores. Por ejemplo, la prevención terciaria para las personas con
diabetes se centra en un control de la glucemia, un excelente cuidado de la piel, una exploración
frecuente de los pies y la realización de ejercicio físico con regularidad para prevenir enfermedades
del corazón y de los vasos sanguíneos. La prevención terciaria para una persona que ha tenido un
accidente cerebrovascular puede implicar tomar aspirina para prevenir un segundo accidente
cerebrovascular.
La prevención terciaria puede incluir la prestación de servicios de apoyo y rehabilitación para evitar
el deterioro y maximizar la calidad de vida, tales como la rehabilitación tras una lesión, un ataque al
corazón o un accidente cerebrovascular.

La prevención terciaria también incluye la prevención de complicaciones en las personas


discapacitadas, como las úlceras por presión en aquellas que están confinadas en la cama.

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