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Expediente N° :

Especialista :

Escrito N ° :01

INTERPONE QUERELLA POR EL


DELITO DE DIFAMACIÓN AGRAVADA

SEÑOR JUEZ DEL JUZGADO PENAL UNIPERSONAL DE LA CORTE


SUPERIOR DE JUSTICIA DE LA LIBERTAD

Francisco Julio Galloso Palacios,


identificado con D.N.I N°17854033, con
domicilio real ubicado en Calle Jose
Vigo 995 Urb. La Merced Etapa I; y
domicilio procesal ubicado en Mz. A,
Lote 11 Urb. Praderas del Golf; a usted
con el debido respeto me presento y
expongo:

I. PETITORIO

En ejercicio del derecho a la Tutela Jurisdiccional Efectiva, establecido


en el artículo 139º, inciso 3, de nuestra Constitución Política y al
amparo de lo establecido en el artículo 21° del Código Procesal Penal,
me apersono a vuestro despacho con el fin de ejercitar acción penal
privada en contra de SUSAN DE LA VEGA PANDO, por la comisión
del delito contra el honor, en la modalidad típica de Difamación
Agravada, descrito en el tercer párrafo del Artículo 132º del Código
Penal, injusto cometido en mi agravio.

II. CONSTITUCIÓN EN QUERELLANTE PARTICULAR

En virtud de las disposiciones previstas en los artículos 107°, 108°,


109° y 459° del Código Procesal Penal, cumplo con constituirme en
parte querellante particular, a efectos de promover la presente acción
penal y disponer de todos los recursos y derechos que la Constitución
y la Ley le reconocen dentro de la República.

III. IDENTIFICACIÓN Y DOMICILIO DE LA QUERELLADA

SUSAN DE LA VEGA PANDO, identificada con D.N.I. N°40261805, a


quien se le notificará los actos jurídicos procesales penales derivados
de la sustanciación del presente proceso en su domicilio en Av.
Mansiche N°1177 Trujillo-La Libertad.

IV. SUSTENTO FÁCTICO DE LA QUERELLA

4.1. Respecto a la querellada

4.1.1. Hasta donde el accionante tiene conocimiento, la ahora


querellada, Susan de la Vega, radica en la provincia de
Trujillo, donde actualmente se dedica a la venta de
lotes para casas de campo1.

4.1.2. Asimismo, se sabe que la querellada Susan de la Vega,


es una persona activa en la red social Facebook, ello se
logra advertir de un vistazo en su cuenta personal de
Facebook, que la podemos encontrar como “Susan de la
Vega”https://www.facebook.com/susan.delavega.37?mi
bextid=LQQJ4d perfil público en donde la querellada
diariamente publica y comparte todo tipo de contenido,
especialmente, noticias que son trascendencia local2.

1 Véase el perfil de Instagram de la querellada: https://instagram.com/susan4026?igshid=YWJhMjlhZTc=


2 Véase el perfil de Facebook de la querellada:
https://www.facebook.com/susan.delavega.37?mibextid=LQQJ4d
4.2. Respecto al objeto de imputación

4.2.1. Sucede que, con fecha 18 de enero del año 2023, la


querellada Susan de la Vega, a través de una
publicación en su cuenta personal de Facebook, se ha
referido hacia mi persona afirmando públicamente lo
siguiente:

“HE SIDO VÍCTIMA DE URSUPACION AGRAVADA POR


PARTE DE LA EMPRESA HOANA INVESTOR S.A. (HISA).
Y EL GOLF COUNTRY CLUB TRUJILLO A CARGO DEL
SEÑOR #FRANCISCOJULIOGALLOSOPALACIOS
https://www.facebook.com/hashtag/franciscojuliogallosopala
cios?__eep__=6&__cft__%5b0%5d=AZUuZkXL-InW-
wR0_wsV4WjTS0rTeHIWodmNT9FdG0Ckinf_4G14eOjYZck
Pgqp57iH5YULLoQOebCUi4crVFFfQgRELGBZXOmQeOmg
6h_30L5yJK6S31-IkJ6gQC1Ujios&__tn__=%2ANK-
PRESIDENTE DEL CONSEJO DIRECTIVO Y DE SOCIOS
QUE HACEN EL PAPEL DE DELICUENTES Y LOS
LLEVAN A MI PROPIEDAD PARA AMENAZARME Y
GENERAR MIEDO OJO ESTOS "SOCIOS' TIENEN UN
PASADO Y NO CUALQUIERA”.

“...LO HAGO PÚBLICO POR QUE MI VIDA Y LA DE MIS


HIJOS CORREN PELIGRO YA QUE YO HE DEFENDIDO Y
ME ENFRENTADO ANTE TODA ESTA ORGANIZACIÓN
QUE SE HAN UNIDO PARA ACTOS DELICTIVOS”. “…POR
QUE SI ESO ME LO HACEN A MI IMAGÍNENSE A UNA
PERSONA HUMILDE Y SIN RECURSOS LA MATAN Y SE
QUEDAN CON SU TERRENO Y NADIE SE ENTERA”.
“SEÑORES SOCIOS SABIAN QUE ASI
ESTAN OBTENIENDO LOS TERRENOS EL SEÑOR
GALLOSO PALACIOS LOS TERRENOS PARA SU LOCAL
DE CAMPO. URSUPANDO METIENDO DELICUENTES
AMENAZÁNDOME DE MUERTE YO QUE LES HICE
LLEGAR UNA CARTA NOTARÍAL EN EL MES SETIEMBRE
Y HACIENDOLE SABER DE MI EXISTENCIA Y QUE YO
ERA LA PROPIETARIA Y NO VOY A TRASPASAR”. (EL
SUBRAYADO ES NUESTRO).

4.2.2. Se deduce que dichas frases están dirigidas hacia mi


persona, por cuanto la querellada en la misma
publicación acompaña los siguientes videos e imágenes:

1. Un video del socio Gonzalo Manrique de Lara, en la


que se presencia a la policía por la comunicación de
una denuncia por usurpación interpuesta por la
señora Susan de la Vega, acompañado con la
siguiente frase “Aquí una toma mejor, ¿flamantes
socios a lado de delincuentes o también son socios?”.

2. Una imagen del socio Gonzalo Manrique de Lara con


la siguiente frase “Su distinguida esposa sabrá de las
otras funciones de su esposo en el GOLF COUNTRY
CLUB TRUJILLO”.

3. Una imagen de Adela Paredes Abad, con la siguiente


frase “Adela Paredes Abad esposa de Gonzalo
Manrique de Lara será la hermana o algún
parentesco con el abogado delincuente de Hisa
Castillo Abad”.

4. Una imagen familiar de otro socio, con la siguiente


frase “Aquí el otro socio y su flamante familia en el
golf country club. El joven Jorge Bracamonte
Rodríguez”.

5. Una imagen de un joven, con la siguiente frase “No


todo lo que brilla es oro aquí este señor entró a mi
terreno con delincuentes, socio y hermano de Bruno
Bracamonte Moreno”.
6. Una imagen de dos vehículos, con la siguiente frase
“Estos autos hacen taxi y hoy lo usan delincuentes…”

7. Una imagen del secretario de la comisaría de laredo,


con la siguiente frase “Aquí hasta el secretario de la
comisaría de laredo, será esta sus funciones o fue
para no perder su bono”.

8. Una imagen del Mayor Castro, con la siguiente frase


“Aquí el Mayor Castro comisario de Laredo bien
plantado cumpliendo su acción reservada, así se
llama ahora cuando hacen su usurpación
agravada…”.

9. Una imagen con la siguiente frase ““vigilantes” de


hissay golf country club”.

10. Una imagen de una mujer, con la siguiente frase


“vigilantes” de hissa y golf country club” “Mujer de
dudosa procedencia, ¿así contratan a su personal?”.

11. Una imagen de los señores Luis Tay y de mi persona,


con la siguiente frase “El flamante presidente ser
parte de toda esta organización para pretender
usurpar mi propiedad”.

12. Una imagen de los señores Bruno Bracamonte


Moreno y Juan Bracamonte Rodríguez, con la
siguiente frase “Aquí el día 03-12-22 viendo todos los
daños que HICIERON en mi propiedad y dando las
órdenes a sus delincuentes. ¿Cómo dice el Golf
Country Club Trujillo que no conoce al señor Bruno
Bracamonte?”.
13. Una imagen del señor Jorge Bracamonte, con la
siguiente frase “Jorge Bracamonte tomando fotos
para enviarle a su jefe será Galloso Palacios”.

14. Una captura de pantalla del Facebook de la señora


Carolina Rodríguez Rivas, con la siguiente frase “La
señora Carolina mamá de Jorge Bracamonte publica
en sus redes el proyecto del Golf Country Club sin
tener mi consentimiento de mi propiedad ¿qué
beneficio tendría?”.

15. Una imagen de un grupo de personas, con la


siguiente frase “Esta es la gente que contrata la
empresa HISA o serán socios del Golf Country Club
Trujillo”.

16. Una imagen de un grupo de personas y el Sr.


Manrique de Lara, con la siguiente frase “Serán las
nuevas funciones de los socios del Golf Country Club
Trujillo”.

17. Una imagen de un grupo de personas, con la


siguiente frase “Aquí el general Augusto Ríos
celebrando año nuevo a lado de su mejor amigo el
señor Galloso o será que estaba siendo felicitado por
su plan de operaciones 31-12-22”.

18. Una captura de pantalla, donde se observa una


noticia sobre incautación de implicados en la red de
narcotráfico de Gerald Oropeza, acompañada de la
siguiente frase “Aquí una parte del pasado… de
socios del golf country club Trujillo”.
19. Una imagen de dos señores, con la siguiente frase
“Invaden y de ahí se hacen su plano señores de HISA
y el golf country club de Trujillo, o sea, ¿no saben su
área?”.

20. Una imagen de una moto lineal, con la siguiente frase


“Motos que usan los delincuentes de HISA y el golf
country club de Trujillo sin placas”.

21. Imagen de una carta notarial, con fecha 19 de


setiembre del 2020, dirigida a la querellada Susan de
la Vega por motivo de una recepción de la carta
notarial del 06 de setiembre del mismo año, en donde
señalan no conocer al Sr. Bruno Bracamonte y que la
institución “Country club” no tiene ningún vínculo con
él.

22. Un video donde la querellada acompaña con la


siguiente frase “Aquí para que vea los señores del
golf country club. Este video lo hice hace dos años,
así no podrán mentir que ustedes señores de HISA
estaban en posesión y por eso le venden al golf
country club Trujillo. No mienta más señor galloso
palacios…”.

4.2.3. Seguidamente, en la descripción de la publicación, la


querellada se refiere directamente hacia mi persona
como encargado del Country Club de Trujillo y que esta
asociación habría usurpado los terrenos que reclama,
incluso, señalando insidiosamente que el Country Club
Trujillo sería una organización conformada para cometer
actos delictivos.
4.2.4. Esto último evidentemente supone no solo la atribución
de hechos delictivos, sino también, de cualidades y
conductas que la querellada hizo públicas en su cuenta
personal de Facebook, red social en la que tiene más de
dos mil personas agregadas como amigos (2400),
siendo este el alcance promedio de personas que
pudieron haber visualizado tales afirmaciones; esto sin
perder de vista que tanto el perfil como la publicación
cuestionada, están configuradas en “modo público”, lo
que implica un mayor alcance de visualizaciones.

4.2.5. El conocimiento de actuar en ese contexto, a través de


una red social, sin contar con evidencia alguna que
sustenten tales afirmaciones y sin medir la repercusión
de los calificativos atribuidos, demuestran que la
querellada propaló tales frases con el fin de lesionar el
honor, la reputación y la buena imagen de mi persona,
generando que la sociedad tenga sobre mí un concepto
erróneo y equívoco el cual me causa agravio.

V. FUNDAMENTOS DOGMÁTICOS DE LA PRETENSIÓN

5.1. Desde una perspectiva normativa, el honor es concebido como


un valor interno de la persona, basado en su dignidad como ser
humano, que lo legitima para gozar a priori de la facultad de ser
respetado por los demás y que impide su escarnecimiento y
humillación, dependiendo su contenido del comportamiento del
sujeto en función de su adecuado cumplimiento del código ético
y valorativo vigente en una determinada sociedad. No obstante,
ello debe conjugarse con dos aspectos inherentes a la misma:
uno, de naturaleza intrínseca, que se concreta en su
autoestima, y otro, de connotaciones extrínsecas, plasmado en
el reconocimiento y reputación que la sociedad le depare,
aspecto éste al que, tradicionalmente, se ha dado en llamar
heteroestima3.

5.2. Es decir, el concepto jurídico-penal de honor si bien hunde sus


raíces en la idea de dignidad de toda persona como sujeto de
derecho, puesto que constituye el núcleo determinante de su
contenido4, también se debe tener en cuenta sus dos elementos
fácticos, que son la fama y la autoestima, como sus más
elementales manifestaciones. Desde esta óptica en particular
se pueden atribuir al concepto de honor dos aspectos
complementarios: uno interno, ideal e intangible, identificado
con la dignidad inherente a todo ser humano, y otro externo,
plasmado en la buena reputación que la sociedad proyecta
sobre el individuo en función de su forma habitual de
comportarse en la comunidad en la que se inserta; es decir, es
decir es la forma como los demás consideran a una persona 5,
teniendo como baremo aquella persona respetuosa con un
sistema de valores "mínimos y esenciales" de raigambre
constitucional.

5.3. Siendo esto así, nuestro Código Penal regula en los artículos
130° a 132° los delitos de injuria, calumnia y difamación como
figuras penales que protegen materialmente el honor, de
diversas clases de ataques. Así, el artículo 132° que tipifica el
delito de difamación, protege el honor de las personas de los
ataques realizados por terceros y difundidos ante varias
personas, en los siguientes términos

“El que, ante varias personas, reunidas o separadas, pero de


manera que pueda difundirse la noticia, atribuye a una

3
C. Carmona Salgado. Calumnias, injurias y otros atentados al honor. Perspectiva doctrinal y
jurisprudencial, 2012
4
URQUIZO OLAECHEA, José. Los delitos contra el honor en el nuevo Código Penal, en Revista Peruana
de Ciencias Penales, N° 1, Lima, 1993, p. 236
5
LAURENZO COPELLO, Patricia. Los delitos contra el honor, Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, p. 36
persona, un hecho, una cualidad o una conducta que pueda
perjudicar su honor o reputación, será reprimido con pena
privativa de libertad no mayor de dos años y con treinta a ciento
veinte días-multa.
Si la difamación se refiere al hecho previsto en el artículo 131,
la pena será privativa de libertad no menor de uno ni mayor de
dos años y con noventa a ciento veinte días- multa.
Si el delito se comete por medio del libro, la prensa u otro
medio de comunicación social, la pena será privativa de
libertad no menor de uno ni mayor de tres años y de ciento
veinte a trescientos sesenticinco días-multa”.

5.4. Esto es, la difamación se configura cuando la noticia (expresión


de menosprecio o la atribución de imputación delictiva) se
difunde ante una pluralidad de personas, a fin de que pueda
extender la información al colectivo.

5.5. Por otro lado, se dice que en el tipo penal de difamación


agravada la difusión de la noticia en cuanto atribución de un
hecho delictivo o de un juicio de valor injuriante que recaiga
sobre el ofendido debe ser susceptible de perjudicar su honor o
reputación, es decir, no se exige una efectiva lesión al objeto de
tutela, sino la aptitud lesiva, que ha de constatarse cuando el
autor lanza una información que pueda afectar la participación
comunitaria del sujeto pasivo en concretas actividades sociales,
económicas o culturales. En consecuencia, se tiene que la
difamación importa una mayor reprobación jurídico-social, por
cuanto la lesividad del bien jurídico adquiere una mayor
intensidad, lo que se refleja en el menoscabo de la reputación
social del sujeto pasivo, en la perturbación de los procesos de
integración social. (El subrayado es nuestro).

5.6. Ahora bien, en lo concerniente a la modalidad agravada,


Ramiro Salinas Siccha, señala que ésta se configura: “cuando
el autor o agente utiliza el libro, la prensa (periódico, revistas
sociales, pasquines, boletines, etc.) u otro medio de
comunicación social (radio, televisión, internet, etc.), para
imputar o atribuir un hecho, cualidad o conducta que pueda
perjudicar el honor aludido, asimismo también refiere que dicha
agravante se justifica toda vez que al difamarse a una persona
haciendo uso de los medios anotados, los mismos que tienen
un amplio e inmediato alcance, la desestimación o reprobación
es mayor. Es decir, un número incalculable de personas
conocerían los hechos, cualidades o conductas injuriosas,
ocasionando un enorme daño a la reputación o fama de la
víctima”6.

VI. FUNDAMENTOS JURISPRUDENCIALES DE LA PRETENSIÓN

Aunado a los fundamentos dogmáticos brevemente esgrimidos líneas


arriba, en este acápite corresponde analizar cómo los mismos son
abordados por nuestra jurisprudencia, a efectos de demostrar el sólido
sustento jurisprudencial que posee nuestra pretensión:

6.1. Sobre el derecho al honor:

El acuerdo plenario N° 3-2006/CJ-116, en su fundamento jurídico N°


6, refiere que “el honor es un concepto jurídico ciertamente
indeterminado y variable, cuya delimitación depende de las normas,
valores e ideas sociales vigentes en cada momento histórico, pero que
en todo caso desde una perspectiva objetiva aluden a la suma de
cualidades que se atribuyen a la persona y que son necesarias para el
cumplimiento de los roles específicos que se le encomienda. Siendo
esto así, desde un sentido subjetivo el honor importa la conciencia y el
sentimiento que tiene la persona de su propia valía y prestigio;
reputación y la propia estimación son sus dos elementos constitutivos.
(…), dicho bien jurídico, goza de reconocimiento constitucional a

6
SALINAS SICCHA, Ramiro: “Derecho penal. Parte Especial”, Editorial Grijley, Lima – Perú, 2013, pp. 332
través del artículo 2° numeral 7 y constituyendo un derecho
fundamental derivado de la dignidad de la persona”.

En esta misma línea, el Tribunal Constitucional, en la sentencia N°


2790- 202-AA/TC, refiere que el objeto de la protección del honor, es:
“proteger a su titular contra el escarnecimiento o la humillación, ante
sí o ante los demás, e incluso frente al ejercicio arbitrario de las
libertades de expresión e información, puesto que la información que
se comunique, en ningún caso puede resultar injuriosa o despectiva”.
(El subrayado es nuestro).

6.2. Sobre el derecho a las libertades de información, opinión,


expresión y difusión del pensamiento:

Sin embargo, es preciso recalcar que la Constitución en su artículo 2°


numeral 4), también reconoce el derecho fundamental de toda
persona, a la libertad de información, opinión, expresión y difusión
mediante la palabra oral o escrita o imagen a través de cualquier medio
de comunicación social. Siendo sujeto de tales derechos, todos los
miembros de la sociedad y no solamente los titulares del órgano o
medio de comunicación social o los profesionales del periodismo.
Teniendo en cuenta ello, el ejercicio de tal derecho fundamental,
modifica el tratamiento de los delitos contra el honor, en aquellos
supuestos en los que las conductas objeto de imputación en sede
penal han sido realizadas en el ejercicio de tales libertades y el
derecho al honor, dada su naturaleza conflictiva que se concreta en
que el derecho al honor no solo es un derecho fundamental, sino que
está configurado como un límite especial a las libertades antes
mencionadas.

Respecto a tal problemática, el acuerdo plenario antes mencionado,


en su fundamento jurídico N° 8, refiere que “la solución del conflicto
pasa por la formulación de un juicio ponderativo que tenga en cuenta
las circunstancias de cada caso en particular y permita determinar que
la conducta atentatoria contra el honor está justificada por ampararse
en el ejercicio de las libertades de expresión o de información. La base
de esta posición estriba en que, en principio, los dos derechos en
conflicto: honor y libertades de expresión – manifestación de opiniones
o juicios de valor- y de información - imputación o narración de hechos
concretos- gozan de igual rango constitucional, por lo que ninguno
tiene carácter de absoluto respecto del otro. A este efecto uno de los
métodos posibles, que es del caso utilizar para el juicio ponderativo,
exige fijar el ámbito propio de cada derecho, luego verificar la
concurrencia de los presupuestos formales de la limitación, a
continuación, valorar bajo el principio de proporcionalidad el carácter
justificado o injustificado de la injerencia y, finalmente, comprobar que
el límite que se trate respeta el contenido esencial del derecho
limitado”. (El subrayado es nuestro).

Otro criterio a tener en cuenta para realizar el juicio ponderativo entre


libertad de expresión y/o información y el derecho al honor, señalado
por el aludido acuerdo plenario en su fundamento 11°, es el respeto
del contenido esencial de la dignidad de la persona. En este sentido
se tiene que “no están amparadas las frases objetiva y formalmente
injuriosas, los insultos y las insinuaciones insidiosas o vejaciones –
con independencia de la verdad de lo que se vierta o de la corrección
de los juicios de valor que contienen- pues resultan impertinentes y
desconectadas de su finalidad crítica o informativa e innecesarias al
pensamiento o idea que se exprese, materializando, por el contrario,
un desprecio por la personalidad ajena. Recalcando que, si bien es
claro que, en mérito al ejercicio de las libertades de información y de
expresión, es posible realizar una evaluación personal de una
determinada conducta, sin embargo, por desfavorable que esta sea,
ello no habilita a emplear calificativos que, apreciados en su
significado usual y en su contexto, evidencian menosprecio o
animosidad”. (El subrayado y énfasis es nuestro).

En igual sentido, R.N. 5358-2006, Ayacucho, en su fundamento 3°,


precisa que “si bien el querellante es un personaje público (Alcalde
Provincial), las expresiones publicadas contra él (matoncito de poca
monta, enano erótico o bruto por naturaleza) no inciden en la esfera
pública de su actividad, carecen de interés público y tampoco importan
una crítica política (justificada en virtud a los principios del pluralismo
democrático); que se trata de frases objetivamente injuriosas e insultos
vejatorios, que están desconectadas de una finalidad crítica o
informativa, y son innecesarias para expresar un pensamiento o idea
en ese sentido”.

Aunado a ello, debemos recalcar que, en lo concerniente al ejercicio


legítimo de la libertad de información, el Acuerdo Plenario N° 3-
2006/CJ- 116, en su fundamento N° 12 indica que, este requiere la
concurrencia de la veracidad de los hechos y de la información que se
profiera, esto es, debe realizarse de modo subjetivamente veraz. Ello
guarda perfecta concordancia con lo señalado por el TC en la
sentencia 0905-2001-AI/TC, en donde refiere que el objeto protegido
de ambas libertades (de opinión y de información), es la comunicación
libre, tanto de los hechos como de las opiniones, incluyendo
apreciaciones y juicios de valor, sin embargo, en lo concerniente a los
hechos difundidos, para merecer protección constitucional, requieren
ser veraces, lo que supone la asunción de ciertos deberes y
responsabilidades delicadísimos por quienes tienen la condición de
sujetos informantes.

Siendo esto así el citado acuerdo plenario, acertadamente refiere: (…)


la protección constitucional no alcanza cuando el autor es consciente
de que no dice ni escribe la verdad cuando atribuye a otro una
determinada conducta, o cuando siendo falsa la información en
cuestión no mostró interés ni diligencia mínima en la comprobación de
la verdad; en este último caso, el autor actúa sin observar los deberes
subjetivos de comprobación razonable de la fiabilidad o viabilidad de
la información o de fuente de la misma, delimitación que debe hacerse
desde parámetros subjetivos: se requiere que la información haya sido
diligentemente contrastada con datos objetivos e imparciales.
Debiendo resaltar que aquí el citado acuerdo plenario trae a colación
la sentencia N° 6712- 2005-HC/TC, en la cual el Tribunal
Constitucional precisó que la información veraz cómo contenido
esencial del derecho, no se refiere explícitamente a una verdad
inobjetable e incontrastable, sino más bien a una actitud adecuada de
quien informa, en lo concerniente a la búsqueda de la verdad,
respetando lo que se conoce como el deber de diligencia. Por tanto,
no se protege a quienes, defraudando el derecho de todos a recibir
información veraz, actúen con menosprecio de la verdad o falsedad de
lo comunicado, comportándose irresponsablemente al trasmitir como
hechos verdaderos simples rumores carentes de toda constatación o
meras invenciones o insinuaciones insidiosas, las noticias, para gozar
de protección constitucional, deben ser diligencias comprobadas y
sustentadas en hechos objetivos, debiendo acreditarse en todo caso
la malicia del informador.

Esto ha sido recogido por el R.N. 5358-2006, Ayacucho, que en su


fundamento N° 4 prescribe “Que en el caso de las expresiones
corrupto, saqueador de puesto, se apropió de caudales y autor de
obras con robos, el encausado no cumplió con el deber ex ante de
veracidad de los hechos informados (no se constató si eran verdad ni
se tuvo diligencia para comprobar la información publicada), y
tampoco se efectuó ante actum una verificación razonable –con
datos objetivos e imparciales– de la fiabilidad o viabilidad de la
información o de la fuente de la que provino”. (El subrayado es
nuestro).

6.3. Sobre la difamación agravada en medios de comunicación


social:

Finalmente, en lo correspondiente a la difamación agravada a través


de “medio de comunicación social” el R.N. 1700-2017, Lima, en su
fundamento N° 11, refiere que “(…) la conducta desplegada por el
recurrente, quien ante personas que estaban separadas, pero por el
medio masivo y público donde se colocó el comunicado como es la
página web de la institución, tuvo la entidad suficiente para difundir,
atribuyendo las conductas antes descritas, siendo de aplicación la
agravante del tipo penal antes citado que fue a través de un medio de
comunicación (…)”. Con lo cual queda demostrado que los medios
tecnológicos actuales de comunicación, como por ejemplo redes
sociales tales como Facebook, Twitter, Instagram, entre otros,
constituyen medios a través de los cuales se puede cometer el delito
de difamación, ello en virtud a la difusión masiva de la información
propalada en tales medios.

VII. SOBRE LA PRETENSIÓN PENAL Y CIVIL SOLICITADA

1. Pretensión Punitiva:

Con respecto a Susan de la Vega Pando, debido a su intervención (en


calidad de autor) en el delito de difamación agravada, perpetrado en
agravio de Francisco Julio Galloso Palacios, atendiendo a lo prescrito
en tercer párrafo del artículo 132º del Código Penal (que conmina la
perpetración de dicho delito con pena privativa de la libertad no menor
de uno ni mayor de tres años), estando a lo establecido en los artículos
45, 45-A y 46º del Código Penal (relativos a la determinación e
individualización de la pena), y no advirtiendo en el presente caso la
concurrencia de la circunstancia atenuante ni de circunstancia
agravante, es merecedor de 2 años de pena privativa de la libertad
efectiva; pues la pena concreta se establece entre el mínimo del tercio
legal intermedio: 01 año ocho meses y el máximo del tercio legal
intermedio: 02 años y 4 meses, correspondiendo la media de ambos
extremos, a 2 años de pena privativa de la libertad, de carácter
efectivo. Asimismo, la imputada Susan de la Vega es merecedora, de
241 días multa.

2. Pretensión resarcitoria:

Respecto a la reparación civil, es importante desarrollar los elementos


fundamentales de la obligación indemnizatoria:
2.1. Sobre la titularidad de los derechos afectados:

La doctrina y jurisprudencia nacional, con un criterio amplio del Daño


Moral, establece que las personas jurídicas sí pueden ser afectadas
en esferas distintas a la patrimonial, ello en tanto gozan también de
derechos existenciales o no patrimoniales (identidad, reputación,
privacidad, entre otros); tal como lo precisa el Tribunal Constitucional
en la sentencia recaída en el Expediente 905-2001-AA/TC, publicada
el 14 de agosto del 2002.

2.2. Sobre la ilicitud o antijuridicidad de un hecho:

Al respecto, el Dr. Espinoza Espinoza señala:

“Entre nosotros, se afirma que una conducta es antijurídica “no solo


cuando contraviene una norma prohibitiva, sino también cuando la
conducta viola el sistema jurídico en su totalidad, en el sentido de
afectar los valores o principios sobre los cuales ha sido construido el
sistema jurídico”. Por ello, en materia de conductas humanas que
puedan causar daños, se debe distinguir la atipicidad de las mismas en
materia extra-contractual, de la tipicidad en materia contractual”7.

En el caso que nos compete, el autor, ha efectuado aseveraciones de


forma deliberada, las cuales son contrarias al sistema jurídico, en tanto
afectan la esfera de derechos de mi persona de manera ilegítima,
generando una vulneración a nuestra buena reputación, derecho que
como ya desarrollamos, generándose así una conducta antijurídica;
contraviniendo además las buenas costumbres en tanto agresión
injustificada que contra la posible convivencia y armonías social.

7
ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Derecho de la Responsabilidad Civil. Tomo I. Novena Edición. Editorial
Instituto Pacífico. 2019. Pg. 162. El autor expone cita y paráfrasis del Dr. Lizardo Taboada Córdova en su
obra Elementos de la Responsabilidad Civil; haciendo especial énfasis también a la necesidad de
reconocimiento normativo explícito de la antijuridicidad a fin de poder determinar sus alcances de manera
directa, existiendo a la actualidad interpretación respecto a su aplicación y alcances.
2.3. Sobre el factor de atribución:

Nuevamente, el Dr. Espinoza Espinoza nos brinda una apreciación


didáctica señalando que “Este elemento contesta la pregunta ¿a título
de qué se es responsable?, vale decir, constituye “el fundamento del
deber de indemnizar”. Existen factores de atribución subjetivos (culpa
y dolo), objetivos (realizar actividades o ser titular de determinadas
situaciones jurídicas que el ordenamiento jurídico considera –si se
quiere ser redundante- objetivamente o –si se quiere optar por una
definición residual- prescindiendo del criterio de la culpa). También
forman parte de los factores de atribución el abuso del derecho y la
equidad”8; con lo que para determinar su existencia se debe analizar
la esfera correspondiente al actor. En el caso que nos compete, el
querellado ha actuado con dolo.

2.4. Sobre el nexo causal:

Nuestro ordenamiento jurídico, desarrolla el contenido de la


indemnización, ello en el art. 1985 del Código Civil señalando:
“Contenido de la indemnización

Artículo 1985º.- La indemnización comprende las consecuencias que


deriven de la acción u omisión generadora del daño, incluyendo el lucro
cesante, el daño a la persona y el daño moral, debiendo existir una
relación de causalidad adecuada entre el hecho y el daño
producido. El monto de la indemnización devenga intereses legales
desde la fecha en que se produjo el daño”8. (Sombreado nuestro)

Como puede apreciarse, nuestro ordenamiento jurídico exige que, para


la imputación de un daño, debe existir un vínculo lógico-jurídico entre
el mismo y el hecho dañoso; es decir, debe poderse establecer que la
conducta determinada como antijurídica, ha sido determinante en la
producción del daño. Parámetro lógico que permite establecer que
quien resarce el daño, deba ser efectivamente quien lo causó (precepto
también contenido en nuestro código civil en el art. 1969).

8
Ibídem. Pg. 260, 261.
Este elemento cabe decir (como queda evidente) tiene una doble
relevancia: (i) para el aspecto del evento lesivo y (ii) para el aspecto del
daño resarcible9; en este orden de ideas, debe existir un vínculo entre
la conducta tanto con la persona que se reputa como obligada a
indemnizar como con el daño indemnizable, generándose una
construcción lógica por la cual se reputa la responsabilidad civil.

En nuestro caso, la relación es clara, toda vez que se trata de un acto


directo que se evidencia en los publicaciones y comentarios del
querellado, los cuales constituyen la acción antijurídica, la misma que
es realizada directamente por este, causando daño moral a mi persona;
con lo que queda configurado y evidenciado el nexo causal en sus dos
aspectos.

2.5. Sobre el daño moral:

Habiendo ya establecido que mi persona ostenta titularidad del derecho


a la buena reputación, es claro que me encuentro plenamente facultado
para exigir ante la autoridad competente, el resarcimiento por la
afectación a mis derechos. En específico, la buena reputación, como
derecho abstracto no cuantificable, forma parte de la esfera
fundamental de la persona, por lo que su detrimento o afectación
constituye daño moral9; señalando el Dr. Osterling citando a Millán
Puelles lo siguiente: “A su turno, y conforme lo expresa Millán Puelles,
nuestra categoría de personas nos viene justamente de tener libertad
y entendimiento, que no son atributos materiales, sino espirituales. De
tal manera que los bienes materiales no son los únicos susceptibles de
percibir un daño, sino también aquellos que no ocupan un espacio
físico. La persona puede sufrir atentados contra su integridad, salud
mental y psicológica, el honor, reputación y demás bienes extra
patrimoniales. En estos casos no se podría aplicar el daño patrimonial,

9
Ibidem. Pg. 344. El Dr. Espinoza Espinoza desarrolla los extremos de este elemento, haciendo notar que
su tratativa importa no solo desde el resultado, sino desde el actor, tanto como causa, condición y ocasión,
diferenciando cada una de estas para la correcta atribución de responsabilidad.
por lo que el legislador peruano acertadamente ha previsto en el Código
Civil la tutela del daño moral”10.

Por otro lado, la Corte Suprema, en la Casación No. 3933- 2013- Del
Santa, publicada el 02 de junio de 2015, señala: “(…) el daño moral, no
requiere de una acuciosa actividad probatoria, al existir presunción del
sufrimiento de los afectados con el hecho dañoso (…)”

Así las cosas, en tanto se pruebe efectivamente la existencia de la


conducta antijurídica y su relación directa con el autor, se presume que
ha existido la afectación desde el punto de vista de daño moral, toda
vez que, al ser un elemento de carácter subjetivo, la afectación se da
en la esfera interna del agraviado, la misma que se tiene reputada con
la exigencia de su resarcimiento.

2.6. Sobre el quantum indemnizatorio:

El monto que corresponde pagar por el daño afectado, proviene en


específico de la cuantificación de la propia afectación; la cual, en el
caso de autos, al constituir un aspecto subjetivo, se delimita conforme
a criterios también subjetivos, pero con expresiones objetivas.

En este sentido, no es posible cuantificar de manera aritmética simple


el valor de la afectación, toda vez que, al afectar la reputación del
agraviado, constituye un detrimento en su imagen institucional.

En ese sentido, el quantum resarcitorio solicitado se encuentra


estimado en la suma de cien mil soles, el cual deberá ser pagado por
la querellada a favor de mi persona. Asimismo, se solicita el pago de
costas y costos, producto del presente proceso.

10
OSTERLING PARODI, Felipe. Indemnización por Daño Moral.
VIII. FUNDAMENTACIÓN JURÍDICA

-Art. 2 Inc. 7 de nuestra Constitución Política, el cual prescribe que


“toda persona tiene derecho al Honor y a la buena reputación.”
-Art. 2 Inc. 4 de nuestra Constitución Política, el cual prescribe que “los
delitos cometidos por medio del libro, la prensa y demás medios de
comunicación social se tipifican en el Código penal y se juzgan en el
fuero común.”
-Art. 139 Inc. 3 de nuestra Constitución, el cual consagra el derecho a
la tutela jurisdiccional efectiva.
-Art. 132 del Código Penal, el cual prescribe y sanciona el delito de
difamación.

IX. MEDIOS PROBATORIOS

- 28 capturas de pantalla de la cuenta Facebook de Susan de la


Vega efectos de acreditar que esa cuenta le pertenece y que la
publicación objeto de imputación fue colgada en dicha cuenta.
- Acta Notarial de Constatación de Hechos, de fecha 21 de enero
de 2023.
- 3 capturas de pantalla donde se muestra el reconocimiento como
presidente del golf & country club a Francisco Galloso Palacios.

X. ANEXOS

- Copia de DNI.
- 28 capturas de pantalla de la cuenta Facebook de Susan de la
Vega.
- Acta Notarial de Constatación de Hechos, de fecha 21 de enero
de 2023.
- 3 capturas de pantalla donde se muestra el reconocimiento como
presidente del golf & country club a Francisco Galloso Palacios.
- Tasa por derecho de notificación judicial.
- Tasa por ofrecimiento de pruebas.
PRIMER OTROSÍ DIGO: En ejercicio de mi derecho a la defensa, designo
como abogado defensor al letrado Mario Deza Castañeda, identificado con
Registro CALL N° 2511, señalando como domicilio procesal en la Av.
América Oeste Mz. M Lt. 7-A (Torre UPAO – Piso 12), Urbanización Natasha
Alta, distrito y provincia de Trujillo, con casilla electrónica SINOE N° 80925,
direcciones a donde se me harán llegar todas las resoluciones emanadas a
propósito de la sustanciación del presente proceso.

POR LO EXPUESTO

Sírvase Usted, Señor Juez, admitir la presente querella y sustanciarla con


arreglo a ley.

Trujillo, 07 de febrero del 2023

MARIO ALEJANDRO DEZA FRANCISCO GALLOSO


CASTAÑEDA PALACIOS
ABOGADO DNI 17854033
REG. CALL 2511

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