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TRABAJO PRÁCTICO N° 4

PLATÓN Y ARISTÓTELES

Realiza un cuadro comparativo en el que se manifiesten similitudes y diferencias, si las hubiera, entre las teorías de Platón y Aristóteles respecto de los
temas indicados. El texto de la respuesta, en cada uno de los cuadros, no debe exceder las trescientas (300) palabras.

Aristóteles es el discípulo de Platón por excelencia, y como todo gran discípulo, no


se limitó a repetir a su maestro, sino que creó un sistema de filosofía nuevo.

Platón Aristóteles
El mundo de la substancia:
El mundo de las ideas:

La substancia o ousía, pues, es primordialmente el ente


De acuerdo con este esquema, Platón individual y concreto, la
representa al idealista, al cosa sensible -por oposición a las ideas platónicas, que
hombre que tiene su pensamiento dirigido a eran universales, abstractas e
otro mundo, que no es este mundo sensible, inteligibles (no sensibles).
sino un mundo perfecto, de idealidades Aristóteles, en cambio, representa el "realismo",
Concepción de lo eternas y absolutamente excelentes y porque para él el verdadero ser no se
real. Ontología bellas. halla en aquel trasmundo de las ideas platónicas, sino
en este mundo concreto en que
vivimos y nos movemos todos los días Platón dirige
su índice hacia lo alto, como apuntando al mundo de
las ideas, en tanto que Aristóteles señala este mundo
sensible y cotidiano que todos conocemos.
Hay un saber que lleva impropiamente este
nombre, y es el que se alcanza por medio
de
los sentidos, el llamado conocimiento
sensible; en realidad, no debiéramos
llamarlo
"conocimiento", sino meramente opinión
(δοξα \dóxa\),(DEVENIR)
porque es siempre vacilante,
confuso, contradictorio. Este tipo de
"conocimiento" es vacilante y
contradictorio porque su objeto mismo es
vacilante y contradictorio, se encuentra en
continuo devenir, según enseñó Heraclito.
(cf. Cap. II, § 2), a quien en este sentido
sigue Platón. Si nuestro saber se edificase
sobre las cosas sensibles, la consecuencia
entonces sería el relativismo, consecuencia
que justamente sacó Protágoras: "
Ahora bien. el verdadero conocimiento
deberá ser de especie totalmente diferente
del que proporcionan los sentidos; no
vacilante y contradictorio, como el que la
percepción
suministra, sino constante, riguroso y
permanente, como cuando, por ejemplo, se
afirma
que "2 más 2 es igual a 4": porque esto no
es verdad meramente ahora o en una cierta
Teoría del relación, sino siempre y absolutamente. La
conocimiento. El objeto de la ciencia, entonces, no puede
ser lo sensible, siempre vacilante y
Gnoseología cambiante, s-no lo uniforme y permanente,
que es lo único que puede realizar la
exigencia de la ciencia. Precisamente,
Sócrates lo convenció de que hay
conocimiento objetivo, válido para todos:
el conocimiento que nos dan los conceptos,
las definiciones, las esencias. Frente al
cambio y a lo relativo, tras de lo cambiante
y aparente, Platón busca lo inmutable y
absoluto, lo
verdaderamente real, única manera, a su
juicio, de hacer posible la ciencia y la
moral
- Ontología.aristoteles

- Aristóteles también afirma la "idea" -para


emplear el término platónico-, lo universal; afirma lo racional y sostiene que el único objeto
posible del conocimiento verdadero es la esencia, el ente inmutable que sólo nuestra
razón capta. Pero lo que no comparte con Platón es la supuesta necesidad de establecer
dos mundos separados: segregar las ideas o esencias ("formas", las va a llamar
Aristóteles) de las cosas sensibles, convertirlas en realidades independientes, es lo que
no admite del platonismo. De allí sus críticas, que, por lo que aquí interesa, pueden
resumirse en cuatro puntos
b) La segunda crítica se refiere a la manera cómo Platón intenta explicar la relación
entre los dos mundos. Cuando Platón se enfrenta con este problema dice que las cosas
sensibles -por ejemplo, este caballo individual que vemos- participan o son copias de una
idea, que es como su modelo -la idea de caballo (cf. Cap. V, § 11). Pero, según
Aristóteles, expresiones como "participación", "copia", "modelo", etc., no son en realidad
verdaderas explicación
en la concepción ideológica de la realidad, o en la valoración del
concepto frente a lo sensible, entre otras- señalan profundas afinidades de fondo.2
Según Aristóteles, la realidad es este mundo de cosas concretas en que vivimos:
como esta casa, este árbol, aquel hombre singulares. Y de este tema, de la realidad, se
ocupa (cf. Cap. I. § § 3 y 4) la metafísica como disciplina fundamental de la filosofía.
Ahora bien, ocurre que la palabra "ente" -como la palabra "ser"- tiene diferentes significados, si bien todos conectados entre sí.
Aristóteles que el ser se a-ice de muchas maneras.
Tales maneras se reducen a dos fundamentales: el modo de ser "en sí" (in se) y el
modo de ser "en otro" (in alio). El ser de esta mesa es in se, es decir, en sí o por sí
mismo; se trata de un ser independiente. El color, en cambio, o la cantidad, son modos de
ser que sólo son en tanto están en otro ente, en tanto inhieren en él; el blanco es el
blanco de la mesa, la cantidad -diez metros, por ejemplo- es, póngase por caso, la altura
de un edificio. Y nunca encontramos un color que exista de por sí; siempre será el azul del
cielo, o de una tela, etc. Esta mesa, en cambio, tiene un ser en sí; es justamente un ente
tal, en el cual puede aparecer el blanco, o el azul, o los diez metros

Este ser "en sí" lo llama Aristóteles ουσια (pronunciar "usía", término que suele
traducirse por "substancia con más exactitud, se trata de la ousía primera el "esto (que está) aquí" (τοδε τι [tóde ti]). Este ente individual y
concreto.Todos los demás modos de ser -es decir, las diversas maneras de ser "en otro"- se los denomina accidentes. Estos son nueve: cantidad,
cualidad, relación, lugar, tiempo, posición, posición, acción y pasión.
Si se habla de Sócrates, por ejemplo, la substancia o ousía es este individuo llamado Sócrates; y decimos de Sócrates que mide un metro setenta
(cantidad), que es calvo (cualidad), que es el marido de Jantipa (relación), que está en la plaza (lugar), esta
mañana (tiempo), que está de pie (posición) y calzado (posesión o hábito), que come
(acción) o que es interrogado (pasión). A estas diez maneras según las cuales algo es, a estas maneras de enunciar que
expresan las formas fundamentales de ser, las llamó Aristóteles categorías .
Según se desprende de lo anterior, el modo de ser fundamental es el ser "en sí", la
substancia, porque todos los demás modos de ser, los accidentes, en última instancia se
refieren a la substancia.
La substancia o ousía, pues, es primordialmente el ente individual y concreto, la
cosa sensible -por oposición a las ideas platónicas, que eran universales, abstractas e
inteligibles (no sensibles).

DEVENIR: ARISTOTELES: El cambio y las cuatro causas


Aristóteles, en cambio, logra pensar conceptualmente el movimiento gracias a los
conceptos de acto y potencia, y de esta manera resuelve el problema, dentro del horizonte y las posibilidades del pensamiento griego. Porque
observa que el cambio consiste efectivamente en el pasaje del no-ser al ser, pero que no se trata ahora del noser y el ser absolutos, sino del ser en
potencia y del ser en acto.
Si se va caminando desde la Plaza Once a la Plaza del Congreso, este movimiento representa un
pasaje del ser en potencia en la Plaza del Congreso, a ser en acto en la Plaza del
Congreso: el movimiento es precisamente este pasaje de la potencia al acto. "Puesto que
el ente tiene dos sentidos [en acto y en potencia], todo cambia del ser en potencia hacia el ser en acto.
Conviene notar que el término "movimiento" tiene en Aristóteles sentido más amplio
que en nuestro lenguaje y es sinónimo de cambio en general. Así distingue en particular
cuatro tipos de cambio: en primer lugar, 1) cambio o movimiento substancial, por el cual una substancia viene al ser, aparece, nace; o, por el
contrario, se destruye, corrompe o muere: generación y corrupción; por ejemplo, el nacimiento de un niño, o la muerte del
anciano; o la fabricación de una estatua, o su destrucción. Los otros tres tipos lo son de
cambio accidental: 2) El cambio cuantitativo: aumento o disminución, como por ejemplo el
crecimiento de una planta. 3) El cambio cualitativo, o alteración, como, v. gr., el cambio de
color de los cabellos. 4) El cambio local o de lugar.
la teoría de las cuatro causas.
Todo cambio tiene una causa; de otro modo sería ininteligible. Pues según Aristóteles el
conocimiento (científico o filosófico) es siempre conocimiento por las causas; se conoce
algo cuando se conoce su "porqué" o razón: "no creemos conocer nada antes de haber
captado en cada caso el porqué, es decir, la primera causa".16
"causa" se dice en cuatro sentidos. Uno de ellos es que decimos causa a la
substancia [segunda] y la esencia (pues el porqué [de una cosa] en última instancia se
reduce al concepto, y el porqué primero es causa y fundamento). En otro sentido, la causa
es la materia o el substrato. En un tercer sentido, es el principio de donde proviene el
movimiento. Y en cuarto sentido, la causa opuesta a ésta, a saber, aquello para lo cual [la
causa final] o el bien (pues el bien es el fin de toda generación y movimiento).
Aristóteles distingue cuatro causas: la formal, la material, la eficiente y la final,
a) La causa formal es la forma: mesa, y no silla, o casa, etc. La causa
formal, entonces, es la forma específica . en el caso de un ser vivo, su
realización plena corresponde a la madurez. S
b) , la forma es causa final, puesto que constituye el "fin" (télos), aquello hacia lo que el individuo
se orienta, o, como dice Aristóteles, "aquello para lo cual [algo es], es decir, el bien";18 el
bien, porque aquello que se busca, se lo busca justamente porque representa un bien. La causa final es entonces la perfección a que la cosa tiende
no sólo los seres vivos, sino todas las
cosas en general, tienden hacia un fin; se trata, pues, de una concepción teleológica de la
realidad)
c) La causa eficiente es el motor o estímulo que desencadena el proceso de
desarrollo.

causa eficiente de la mesa será el carpintero, es decir, la forma "mesa" que tiene
en su espíritu el carpintero. Mientras que la causa final opera como meta, por así decirlo,
desde adelante, la causa eficiente opera, en cambio, "desde atrás", y es relativamente
exterior a la cosa en desarrollo.
d) La causa material es la materia, condición pasiva, según sabemos, pero de
todos modos necesaria como substrato que recibe la forma y se mantiene a través del
cambio. La materia es lo que hace que este mundo no sea un mundo de puras formas -
como el de las ideas platónicas-, sino un mundo sensible y cambiante. Y en cuanto toda
substancia sensible está constituida por materia, y materia significa potencia, y la potencia
significa algo aún no realizado, y por tanto imperfecto, resultará que todas las cosas de
este mundo son imperfectas, en mayor o menor medida, puesto que ninguna llega a
adecuarse totalmente a la forma o acto. Por ello ocurre que toda definición que de las
cosas sensibles se dé será siempre sólo aproximativa, porque en el mundo del devenir
nada es entera o perfectamente real, sino siempre envuelve un momento de "materia", es
decir, de posibilidad o potencialidad aún no realizada.
En el fondo, pues, las cuatro causas se reducen a dos, forma y materia: la materia
como substrato indeterminado, y la forma como principio de todas las determinaciones

La escala de la naturaleza: aristoteles

Se ha visto que para Aristóteles la realidad está constituida por las cosas
individuales y concretas, y que a su vez en éstas el momento predominante, lo que las
hace ser o les da realidad, es la forma, o, mejor dicho, el acto.
Aristóteles, pues, va a disponer los entes en una serie de grados o escalones entre los extremos de la pura
materia y del acto puro.Pero una materia que fuese nada más que materia, totalmente desposeída de forma, es decir, de
acto o realidad, no puede ser nada existente, nada real, sino pura posibilidad. La materia
prima, pues, no puede ser nada más que un supuesto lógico de la serie gradual de los entes.
De manera entonces que el primer peldaño de la realidad no puede estar
constituido por la materia pura, sino ya por un cierto grado de actualidad -el menor
posible, pero algo. Y aquí se encuentran los cuatro elementos sublunares22 -en orden de
lo inferior a lo superior: tierra, agua, aire y fuego.23

El segundo grado está constituido por las substancias homeoméricas, es decir,


aquellas cuyas partes son homogéneas, como los minerales o los tejidos; pues si se corta
un pedazo de madera, se obtendrá dos trozos de madera, y del mismo modo, si se parte
un trozo de mármol, se tendrá dos trozos de mármol. La materia próxima de los cuerpos

El tercer grado lo constituyen los cuerpos anomeoméricos, a saber, los órganos,


como, por ejemplo, el corazón;
En cuarto lugar se encuentran las plantas, el reino vegetal. La m
Según se desprende de lo que se acaba de decir, los términos "alma" y "vida" son
prácticamente equivalentes para Aristóteles; según su parecer, el alma no es sino lo que
da vida al cuerpo orgánico, la forma o acto de éste. E
El quinto estadio lo constituye el reino animal. La materia próxima es la vida
vegetativa
l. El
entendimiento humano tiene la potencia -en este sentido es intelecto pasivo
(νους παυητικος, [nous pathetikós]) de captar la forma -por ejemplo, la forma "caballo"
que se encuentra en el caballo individual, y del que tenemos una imagen. El problema
consiste en saber cómo el intelecto capta la forma.
Para percibir el color no basta con la cosa coloreada y el ojo capaz de verla, sino
que es preciso un tercer factor que los ponga en acto -y tal es la función de la luz, que
pone en acto el color de la cosa y la visión del ojo. De modo semejante ocurre con la
percepción sensible o la imagen que tenemos de un caballo (en la cual está
potencialmente contenida la forma "caballo") y el intelecto individual con la potencia o
capacidad de pensar esa esencia o forma. Para que esa mera capacidad de pensarla -por
lo cual se lo llama "intelecto pasivo"- se realice, es necesaria la acción del intelecto activo
(o agente), el cual, según dice Aristóteles, obra "como la luz" (οιον το ϕως), esto es,
"ilumina" la forma, o sea permite que el intelecto pasivo la reciba, es decir, que la
piense

Ontología: platon

Como su maestro Sócrates, Platón está persuadido de que el verdadero saber no


puede referirse a lo que cambia, sino a algo permanente; no a lo múltiple, sino a lo uno.
Platón se propondrá completar estas dos lagunas: precisar, de un lado, la índole o modo de ser de los
conceptos -que llamará "ideas"-, e investigar, de otro lado, todo su dominio: no sólo' los
conceptos éticos, sino también los matemáticos, los metafísicos.
hay un saber que lleva impropiamente este nombre, y es el que se alcanza por medio de
los sentidos, el llamado conocimiento sensible; en realidad, no debiéramos llamarlo
"conocimiento", sino meramente opinión (δοξα \dóxa\),(DEVENIR) porque es siempre vacilante,
confuso, contradictorio. Este tipo de "conocimiento" es vacilante y
contradictorio porque su objeto mismo es vacilante y contradictorio, se encuentra en continuo devenir, según enseñó Heráclito (cf. Cap. II, § 2), a
quien en este sentido sigue Platón. Si nuestro saber se edificase sobre las cosas sensibles, la consecuencia entonces sería el relativismo,
consecuencia que justamente sacó Protágoras: "el hombre es la medida de todas las cosas" (cf. Cap. IV, § 2).
Ahora bien. el verdadero conocimiento deberá ser de especie totalmente diferente
del que proporcionan los sentidos; no vacilante y contradictorio, como el que la percepción
suministra, sino constante, riguroso y permanente, como cuando, por ejemplo, se afirma
que "2 más 2 es igual a 4": porque esto no es verdad meramente ahora o en una cierta
relación, sino siempre y absolutamente. La
El objeto de la ciencia, entonces, no puede ser lo sensible, siempre vacilante y cambiante, s-no lo uniforme y permanente, que es lo único que
puede realizar la exigencia de la ciencia. Precisamente,
Sócrates lo convenció de que hay conocimiento objetivo, válido para todos: el conocimiento que nos dan los conceptos, las definiciones, las
esencias. Frente al cambio y a lo relativo, tras de lo cambiante y aparente, Platón busca lo inmutable y absoluto, lo
verdaderamente real, única manera, a su juicio, de hacer posible la ciencia y la moral.

Los dos mundos.


Como lo permanente e inmutable no se encuentra en el mundo de lo sensible, Platón postula otro mundo, el mundo de las "ideas" o mundo
inteligible, o lugar "supraceleste", del que el mundo sensible no es más que copia o imitación.
La palabra "idea" fue significa "ver"; literalmente, "idea" sería lo "visto", el "aspecto" que algo ofrece
a la mirada , la "figura" de algo, su "semblante", por ejemplo, el aspecto o figura que
presenta esto que está aquí, esta silla. En Platón, la palabra alude, no al aspecto sensible,
sino al "aspecto" intelectual o conceptual con que algo se presenta; por ejemplo, en
nuestro caso, el aspecto, no de ser cómoda o incómoda, roja o verde, sino el aspecto de
ser "silla" -lo cual, es preciso observarlo bien, no es nada que se vea con los ojos del
cuerpo, ni con ningún otro sentido (no hay, en efecto, ninguna sensación de "silla", sino
sólo de color, o sabor, o sonido, etc.), sino solamente con la inteligencia: por eso se dice
que se trata del aspecto "inteligible", es decir, de la "esencia".
Platón establece la diferencia
entre las cosas iguales, de una parte, y la idea de
lo igual (lo igual en sí o la igualdad misma), de la
otra.
. En general, las cosas sensibles no son plenamente, sino que constituyen una mezcla de ser y no-ser. -Quizás pueda lograrse una
noción aproximada de lo que se va diciendo si se piensa en la relación que hay entre el
triángulo del que se ocupa el matemático, y la figura que dibuja en la pizarra; el dibujo se
parece o imita al triángulo -, pero evidentemente no son lo mismo. Cuando el geómetra dice que "la
suma de los ángulos interiores del triángulo es igual a dos rectos", piensa en el triángulo
en general, en la triangularidad, y no en ese o aquel triángulo particular, o, mejor dicho, en
esa figura aproximadamente triangular que ha dibujado en la pizarra: ésta tendrá que ser
o equilátera, o isósceles, o escaleno, y el triángulo a que se refiere el teorema es cualquiera de los tres; si
Por tanto, no es lo mismo el triángulo en sí -la idea "triángulo"- que las cosas o figuras
sensibles triangulares.
Se desprende entonces de todo lo anterior que las cosas iguales (o las cosas
triangulares) -y, generalizando, las cosas sensibles- son contradictorias, cambiantes e
imperfectas, en tanto que la igualdad (o la triangularidad) -y, en general, todas las ideasson idénticas, inmutables y perfectas. Por ende, cosas
sensibles e ideas representan dos órdenes de cosas, dos modos de ser, totalmente diferentes. La belleza es siempre la belleza; en cambio las cosas
o personas bellas, por más hermosas que sean, llega un momento en que dejan de serlo, o simplemente desaparecen. Por ello es también
diferente nuestro modo de conocerlas; las cosas iguales se las conoce mediante los sentidos (y por ello cosas de este género se llaman cosas
sensibles), en tanto que la igualdad no se la ve, ni se la toca ni oye, ni la capta ninguno de los otros sentidos, sino
que se la conoce mediante la razón, mediante la inteligencia .
Platón dice es una relación de semejanza o copia o imitación; relación que, al ver las cosas iguales, nos permite pensar en la igualdad, a la
manera como, al ver el retrato de un amigo, nos acordamos del amigo, justamente porque hay similitud entre el retrato y él.

Mas para que al ver el retrato de Pedro yo me acuerde de Pedro o reconozca que es
retrato de Pedro, es preciso que antes haya conocido a Pedro; de otra manera, no lo reconocería. Del mismo modo, si al ver dos leños iguales
reconocemos allí la igualdad, aunque la igualdad misma no la "vemos", esto supone que de alguna manera ya conocíamos la igualdad; no
podríamos pensar que dos cosas sensibles son iguales, si no supiésemos ya de alguna manera qué es la igualdad, así como no podemos decir que
un objeto es hermoso sin tener previamente el conocimiento de la idea de belleza, o decir que tal figura es triangular sin saber qué es el triángulo;
la igualdad, la belleza, la triangularidad son, respectivamente, el "modelo" que cada una de estas cosas "imita", y sólo su conocimiento "previo"
permite reconocerlas como iguales, bellas o triangulares –de modo semejante como en el caso del retrato de Pedro. Y como en este mundo
sensible no se percibe la igualdad, la belleza ni la triangularidad (sino sólo se ven cosas singulares
iguales, bellas, triangulares), es preciso que el conocimiento de las ideas lo hayamos adquirido "antes" de venir a este mundo.
Así, al menos, se expresa Platón. Antes de nacer, el alma del hombre habitó el mundo de las ideas, donde las contempló y conoció en su totalidad
y pureza. Al venir a este mundo y a este cuerpo, atraviesa un río, el Leteo, el río del Olvido, y ese saber suyo
de las ideas se olvida, si bien queda latente, de manera que ahora, con ocasión de las cosas sensibles que ve, lo va recordando más o menos
oscuramente: al ver leños iguales, "recordamos" la igualdad, al ver cosas bellas recordamos la Belleza, etc. "Aprender no es
sino recordar".
El hecho es que recurrió a este expediente de la
pre-existencia del alma

Conocimiento a priori quiere decir conocimiento -no "anterior" temporalmente, sino


independiente de la experiencia-; n

a. Conocimiento de este tipo es, por ejemplo, la afirmación "dos más dos es igual a cuatro". Esto lo hemos aprendido, sin
duda, con ayuda de la experiencia; por ejemplo, valiéndonos de un ábaco, o de los dedos de la mano; pero esa experiencia no ha sido más
que una ayuda para pensar algo que no es nada empírico y jamás puede representarse empíricamente de modo adecuado,
puesto que ni el "dos" ni el "cuatro" son cosas sensibles, y, en general, no lo es lo que la proposición enuncia. Todo conocimiento
empírico es particular y contingente, es decir, se limita a un número dado de casos, y siempre dice meramente que algo es así .

universal y necesaria, es decir, que vale para todos los caso.

El conocimiento a priori no se refiere a los hechos, no es un conocimiento de hecho (de facto), contingente, sino de derecho (de
jure), necesario. La diferencia entre conocimiento empírico y conocimiento a priori es una diferencia, entonces, que se refiere al valor del
conocimiento.

TEORIA DEL CONOCIMIENTO PLATON:


Llos dos mundos: doxa y epidteme
Según Platón, entonces, resulta haber dos mundos o dos órdenes del ser: el mundo sensible, de un lado, el mundo de las ideas o mundo
inteligible, del otro; y consiguientemente hay dos modos principales de conocimiento, la doxa u opinión, y la
episteme (επιστηµη el conocimiento propiamente dicho o "ciencia".
4

En efecto, el mundo
sensible no es para él pura nada, sino que tiene un ser intermedio, imperfecto; pero, de
todos modos, algo de ser; no es el verdadero ser, inmutable, permanente, que
corresponde a las ideas, sino que se trata de una mezcla de ser y no-ser, y por eso todo
allí es imperfecto y está sometido al devenir; y lo que tiene de" ser, lo tiene en la medida
en que copia o imita -siempre imperfectamente- a las ideas.

s caracteres respectivos de los dos mundos:

Por último podría decirse que las ideas son "trascendentes" respecto del mundo sensible, es decir, que constituyen una realidad que está más allá
de este.
Ideas Cosas sensibles
únicas (una sola idea de múltiples (muchas cosas
belleza, bellas, etc.)
una sola idea de igualdad,
etc.)
inmutables (no devienen) mutables (devienen)
idénticas a sí mismas contradictorias
intemporales temporales
necesarias y universales contingentes y particulares
participadas participantes
modelos copias, imitaciones
independientes dependientes
realidades fenómenos
perfectas imperfectas
El mundo inteligible
se trata del paso a la enseñanza superior
La primera característica de la diánoia consiste en que se vale de diagramas o
dibujos como representaciones imperfectas de los entes a que se refiere, que son objetos
del pensamiento puro; tales ilustraciones sirven, entonces, a modo de puente para pasar
de lo sensible a lo inteligible: Este paso de lo sensible a lo inteligible se da en todas
las ciencias, no sólo en las matemáticas: el estudio de las ciencias
-nos obliga aabandonar el puro testimonio de los sentidos y a confiar más bien en el pensamiento-
-en la medida en que las matemáticas ofrecen tal puente que lleva de lo sensible a
lo inteligible, se comprende la importancia que Platón les concede como estudio
propedéutico respecto de la "dialéctica" o filosofía: sirven como preparación, para que el
espíritu del estudiante se vaya habituando a pensar abstractamente, sin ayuda de las
cosas sensibles.
La segunda característica de la diánoia -y, puede decirse, del conocimiento científico
en general es la de ser un conocimiento hipotético, un conocimiento
que parte de "hipótesis". Este término no tiene en Platón el sentido con que se lo usa hoy
día en la ciencia, para referirse a una teoría probable, pero que puede resultar verdadera
o falsa. "Hipótesis" significa, literalmente, "puesto [thesis] debajo [hypó]", es decir "subpuesto", "supuesto". Se trata, entonces, de los supuestos
propios de toda ciencia: la aritmética, por ejemplo, parte de la afirmación (o supuesto) del número, la geometría de la
del espacio, etc., pero ese supuesto o punto de partida mismo no lo discuten; simplemente proceden a partir de él. Por ello se dice en la República
(533 b - c) que las
ciencias "sueñan" acerca del ente del cual se ocupan, que no están "despiertas" respecto
de ello. El término diánoia se refiere a este tipo de pensar que va de algo que se da por
supuesto a las conclusiones que de ello se desprenden.

Este modo de conocimiento, que Platón llama nóesis (νοησις), "inteligencia", se


caracteriza en primer lugar por ser puramente intelectual, sin ningún elemento sensible,
imágenes o ejemplos, como en el caso de la diánoia: es conocimiento de puras ideas
donde todo queda perfectamente comprendido. En segundo lugar, es un conocimiento
absoluto, no-hipotético, porque cada idea -la idea de número, de que parte el matemático;
la de movimiento, de que parte el físico, etc.- se ofrecerá dentro de una serie o escala,
relacionada con las ideas superiores y con las inferiores, y de modo tal que la totalidad
misma esté unificada por el principio supremo, que es la Idea del Bien. De manera que
conocimiento y ente son la contraparte el uno del otro, de tal modo que al ser más pleno
corresponde el conocimiento más completo o perfecto: "lo absolutamente ente es
absolutamente cognoscible"

La unidad final en que se encuentran ambos, Conocimiento y Ente, es la Idea del Bien, que por lo tanto es la causa suprema y última
del universo."14 Resulta, entonces, que ciencia y filosofía (dialéctica) difieren en que el hombre de ciencia
va de la hipótesis a las consecuencias que de ella se desprenden, en tanto que el filósofo
parte de la hipótesis en busca de un principio no-hipotético. Para la ciencia, la hipótesis es
una barrera, más allá de la cual no puede proceder, en tanto que la filosofía trata de
eliminar o superar las hipótesis (τας υποθεσεις αναιρουσα [tas hypothéseis
anairoúsa]).15 Platón, pues, concibe la filosofía "como la única esfera en la cual el
pensamiento se mueve con perfecta libertad, no sujeto a ninguna limitación.

El método de la nóesis es la dialéctica

La dialéctica, vocablo que mentaba, en el lenguaje corriente de la época,


simplemente el diálogo, el discurso razonado, significa en la República el arte de la
conversación que tiene por meta dar razón de alguna idea, buscando el principio de que
depende; en el Sofista, es la técnica de "moverse", por así decirlo, en el mundo de las
ideas, determinando las relaciones entre unas y otras según se enlacen entre sí o estén
separadas, de modo semejante a como unas letras se combinan con algunas pero no con
otras
la dialéctica
propiamente dicha es la dialéctica ascendente, que va de lo sensible hacia las ideas, y en
último término hasta el Bien. La dialéctica es entonces el "viaje"22 desde el devenir
(génesis, γενεσις) hacia el ser (ουσια [usía]),23
desde lo múltiple hacia la suprema
unidad, de las apariencias hacia la verdadera realidad, hasta llegar a algo absolutamente
firmen superando las hipótesis o supuestos en que se apoya la diánoia.

Puede decirse también que la dialéctica representa un tránsito desde lo fragmentario


hacia esa totalidad orgánica articulada que es el mundo de las ideas presidido por el Bien.
Y

Las idea del bien:

Hemos dicho que la Idea del Bien es la idea suprema, la "Idea de las ideas"; Pl

esto es justamente lo que hace el


Bien: es lo que otorga inteligibilidad a las ideas

A las cosas cognoscibles [o inteligibles; se refiere a las ideas] no sólo les adviene
por obra del Bien su cognoscibilidad, sino además se les añaden, por obra también de
aquél, la realidad y el ser; pero el Bien mismo no es ser, sino que todavía está más allá
del ser por su dignidad y poder.29
La idea del Bien, en una palabra, constituye lo absoluto (anhypótheton).30
Es preciso en este punto llamar la atención sobre la expresión
Por ello Heidegger traduce la
palabra griega agathón (αγαθον [bien]) por "lo que hace apto para" algo;31
F.M. Cornford resume el pasaje citado de Platón acerca de la Idea del Bien diciendo:
"Ésta es la suprema Forma [Idea] o Esencia que se manifiesta, no sólo en las especies
particulares de bondad moral -como la justicia, la valentía, etc.-, sino a través de toda la
naturaleza (porque toda criatura viviente tiene su propio "bien"), y especialmente en el
orden hermoso y armonioso de los cuerpos celestes (592 b). El conocimiento del Bien, del
que depende la felicidad, tiene que incluir la comprensión del orden moral y físico del
universo entero. Como objeto de un propósito atribuido a una Razón divina operante en el
mundo, este Bien supremo hace inteligible al mundo, tal como una obra de la industria
humana se vuelve inteligible cuando percibimos el propósito para el que se la destinó. En
cuanto de este modo ilumina y da cuenta del aspecto racional del universo, el Bien es
análogo al sol, que, como fuente de luz, es la causa de la visión y de la visibilidad, y por
tanto de toda existencia mortal.
y, en efecto,
la Idea del Bien es lo que hace a las demás ideas (y, por ende, a las cosas sensibles)
aptas para ser y para ser conocidas o inteligidas.
Pero entonces, además del sentido ontol

según la concepción griega- todo ente tiene como una dirección, algo hacia lo
que se orienta o aspira, su propio "fin" (télos), que, en definitiva, es el Bien. La
, Platón
considera el mundo sensible como una especie de obra de arte, hecha por un artista o
artesano (demiurgo) divino, artífice que lo ha hecho tomando por modelo a las ideas, y,
por tanto, a la Idea del Bien, superior a todas las otras.33

Ontología. T las formas: sivide la realida en dos mundos, el mundo de las escencias o ideas y el mundo de los objetos sencibles. El primero
supone la verdadera reaidad yu el otro es el mundo de la mera apariencia. Platon
Hilemorfismo: funde los dos mundos platónicos en uno solo, el sensible, la naturalexzs, llrna de sistancias formadas por la materia y forma. La
forma equivaldría a las esencias o ideas platónicas. La materia es la potencia de la sustancia y la forma es el acto. Todo en la naturalezxa tiene a
la realuizacion de sus potencias, a su perfeccion. (teleologiasmo) - aristottreles

-Gnoseologia: racionalista platon: considera que lñas ideas están impresas en el alma y el camino del concimiento es el recuerdo o reminiscencia.
(ideas inhatas) – estre camino es el de la ascensión dialéctica desde la imagiunacion y la creencia (mundo sensible) pasando por el estudio de las
formas matemáticas (dianoia) hasta llegart al de las ideas puras o conocimiento verdadero.

Empirista-aristoteles: considera que todo lño que podemos conocer es a través de la observación, mediante los sentidos. El entendimiento es
como una pagina en blanco en la que no hay nada escrito, por lo tanto no cree en las ideaas innatas.
Conseguimos el conocimiento mediante la abstracción de la materia y forma a partir de lo observado o percibido por los sentidos.

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