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LA DEPRESIÓN

La depresión, enfermedad que ataca


a muchos y lo saben pocos
La depresión, enfermedad que ataca a muchos y lo saben pocos

En el marco del Día Mundial de la Salud la OMS busca que la sociedad identifique la
depresión como una enfermedad.

La depresión no es simplemente una profunda tristeza. Va más allá. Se convirtió en una de


las principales causas de problemas de salud y discapacidad en todo el mundo. 

Por esta razón la Organización Mundial de la Salud determinó que este 7 de abril, Día
Mundial de la Salud, fuera enfocado a esta enfermedad.

“Una cosa es la tristeza, el duelo, y otra cosa es la depresión. Es una enfermedad médica
ampliamente reconocida”, explica el psiquiatra Pedro Gómez Méndez.

Según las últimas estimaciones de la OMS, más de 300 millones de personas viven con
depresión, un incremento de más del 18% entre 2005 y 2015.
La campaña para este año se llama ‘Depresión: hablemos’ y su objetivo general es que cada
vez más personas con depresión, en todo el mundo, busquen y obtengan ayuda, además que
los especialistas de la salud se capaciten para identificarla de manera acertada.

El especialista señala que esta es “una condición médica que tiene una alta incidencia en la
población, puede tener una predisposición genética, aunque no siempre que la tenga la
desarrolla. Una pérdida o una separación disparan las depresiones, no en todo el mundo,
pero si se tiene la predisposición un hecho de estos puede causarla”.

Estigmatización
Con la campaña lanzada por la Organización busca que las personas que sufren
de depresión pidan y obtengan ayuda.
“La estigmatización de las enfermedades mentales, incluida la depresión, sigue
siendo un obstáculo para que las personas de todo el mundo pidan ayuda”,
informa la OMS.

Gómez describe que una persona con depresión “o deja de trabajar o lo hace
poco, por eso muchos terminan siendo despedidos. En el caso de la población
infantil un gran porcentaje del fracaso o deserción académica es a causa de la
depresión”.

Significa que el cerebro entra en un estado “donde no hay gratificación, placer,


motivación o deseo. Nada tiene sentido y a eso le sumas unos síntomas físicos”.

En términos de carga y prevalencia, según información de la Organización


Panamericana de Salud, “la depresión continúa ocupando la principal posición
entre los trastornos mentales, y es dos veces más frecuente en mujeres que
hombres. Entre el 10 y 15% de las mujeres en países industrializados y entre 20 y
40% de las mujeres en países en desarrollo, sufren de depresión durante el
embarazo o el puerperio”.

El mensaje va dirigido a tres grupos: los jóvenes de 15 a 24 años, las mujeres en


edad de procrear (especialmente tras el nacimiento de un hijo) y las personas de
edad avanzada (más de 60).

El galeno considera que muchas personas “creen que es un problema de


voluntad, de falta de oficio o una debilidad. Todas las recomendaciones son ‘pon
de tu parte’ o ‘vete de paseo”.

Además considera que hay una relación entre una enfermedad médica y la
depresión, “todo esto tiene implicaciones familiares muy fuertes. Por ejemplo
hay problemas en los hijos cuando la madre está deprimida porque no los trata
bien, no está presente o no los tolera”. 

La depresión y las enfermedades coronarias van de la mano debido a que “se


aumenta el cortisol que es la hormona del estrés”, y aunque las probabilidades
son altas en las personas mayores “se pueden presentar episodios depresivos
desde la adolescencia”.

Hay pruebas de que la depresión predispone al infarto de miocardio y a la


diabetes, que a su vez aumentan la probabilidad de sufrir depresión.

Tratamiento
La Organización Mundial de la Salud (OMS) concibe la salud mental como un
“estado de bienestar en el que el individuo realiza sus capacidades, supera el
estrés normal de la vida, trabaja de forma productiva y fructífera, y aporta algo a
su comunidad”.

Para llegar a este “estado de bienestar” las personas que padecen episodios de
depresión deben someterse a un tratamiento psicoterapéutico y farmacológico, al
que muchas veces no tienen acceso y en otras oportunidades los especialistas no
reconocen.

“Los tratamientos son largos, de por lo menos un año”, señala Gómez Méndez, al
tiempo que indica que “incluso en los médicos hay desconocimiento. La
depresión puede ser tratada por médicos familiares o psicólogos entrenados”

De diez pacientes con esta enfermedad “solo consultan cuatro, y únicamente uno
fue bien atendido”, agrega.

En los países de ingresos altos, casi el 50% de las personas con depresión no
reciben tratamiento. En promedio, únicamente el 3% de los presupuestos de salud
de los países se invierte en la salud mental, siendo menos del 1% en los países de
bajos ingresos y variando hasta el 5% en los países de altos ingresos.

En el caso de las Américas, casi 7 de cada 10 personas con depresión no reciben


el tratamiento que necesitan. 

Ante esto la jefa de la Unidad de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la


OPS/OMS, Dévora Kestel manifestó que “debemos actuar ahora para cerrar la
brecha que separa a las personas con trastornos mentales de los servicios de salud
que necesitan”.

La recomendación también va para los miembros de las familias quienes deben


hacer parte del proceso de identificación y tratamiento.

Estudios señalan que cada dólar invertido en la ampliación del tratamiento para la
depresión y la ansiedad “conduce a un retorno de 4 dólares en mejor salud y
habilidad para trabajar”.

Según el Ministerio de Salud en Colombia los antidepresivos están indicados


para el tratamiento de adultos con episodios depresivos (únicos o recurrentes)
moderados y graves, y “no deben usarse de manera rutinaria para tratar síntomas
depresivos leves, pues el riesgo-beneficio no lo amerita”.
Otro punto aclarado por el Ministerio es la no recomendación del uso de la
acupuntura ni la homeopatía para su manejo.
Suicidios
En un caso extremo la depresión puede ocasionar suicidios. Cada año se suicidan
cerca de 800.000 personas, y esta es la segunda causa de muerte en el grupo
etario de 15 a 29 años.

Investigadores de la Universidad de Illinois en Chicago determinaron que el


cerebro de algunas personas que sufrieron o sufren episodios de depresión
presentan interrupciones en la red neuronal. 

En las Américas, 65.000 personas mueren por suicidio cada año. La tasa de
suicidio ajustada según la edad, por 100.000 habitantes, es de 7,3 (11,5 hombres
y 3,0 mujeres).

El principal problema identificado por Gómez es la toma de tranquilizantes


“porque se habitúan a ellas y no tratan el problema fundamental”, lo que lleva a
finales fatales como el suicidio.

En el Plan de acción sobre salud mental 2013-2020 está consignado que las
personas con depresión mayor o esquizofrenia tienen una probabilidad de muerte
prematura un 40% a 60% mayor que la población general y al suicidio.

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