La depresión es una enfermedad emergente a nivel mundial, se calcula que afecta
a más de 300 millones de personas anualmente (OMS 2013). La depresión a diferencia de las distintas variaciones habituales del estado de ánimo tiene repercusiones significativas en la respuesta emocionales afectando las actividades que realiza la persona en su vida cotidiana, tanto laborales, escolares y familiares, convirtiéndose en un problema de salud serio, especialmente cuando es de larga duración e intensidad moderada a grave. En el peor de los casos puede llevar al suicidio, ya que se estima cada año un aproximado de 800.000 personas terminan perdiendo la vida a consecuencia del mismo, convirtiéndose en la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años (OPS 2012).
La carga mundial de depresión y de otros trastornos mentales está en aumento,
según la resolución de la Asamblea Mundial de la Salud adoptada en mayo de 2013 se abogó por una respuesta integral y coordinada de los países al problema de los trastornos mentales.
Aunque hay tratamientos eficaces para la depresión, más de la mitad de los
afectados en todo el mundo y más del 90% en muchos países no reciben esos tratamientos. La importancia del personal de salud con respecto a las enfermedades mentales en nuestro país es solo de un 3% en las instituciones públicas de salud, enfocándose exclusivamente a las dolencias físicas
Entre los obstáculos a una atención eficaz se encuentran la falta de recursos y de
personal sanitario capacitados, además de la estigmatización de los trastornos mentales y la evaluación clínica inexacta. Otra barrera para la atención eficaz es la evaluación errónea. En países de todo tipo de ingresos, las personas con depresión a menudo no son correctamente diagnosticadas, mientras que otras que en realidad no la padecen son a menudo diagnosticadas erróneamente y tratadas con antidepresivos. En la actualidad se implementa el manejo de personas con depresión desde una mirada humanista con el apoyo y respaldo de otras escuelas psicológicas, estas nuevas técnicas aún son poco implementadas y desarrolladas en Bolivia a comparación de otros países latinoamericanos, que promueven la especialización de sus profesionales. En Argentina las cifras de éxito con enfoque humanista en personas con depresión leve a moderada, llega a ser de un 40%, siendo mayor en mujeres y varones, de una edad aproximada de 25 a 35 años. Si bien las estadísticas no arrojan cifras prometedoras, una de las causas probablemente sea que no existen muchos medios, ni personal capacitado que posibiliten que el estudio arroje cifras fiables, además del poco conocimiento y confianza de la población ante nuevas perspectivas de manejo de salud mental.
. - Acuerdo Transaccional Sobre Asistencia Familiar a Favor de Hijos Menores de Un Matrimonio en Trance de Divorcio, Susceptible de Ser Homologado Por Juez de Partido de Familia Ante Quien Se Tramita La c (225001)