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La salud mental es uno de los temas a los que más cuidado se le debe prestar en
tiempos de confinamiento. La solidaridad, los pensamientos positivos y los
vínculos afectivos, son fundamentales para lograr un buen equilibrio emocional.
A finales de julio pasado, el Secretario General de la Organización de Naciones
Unidas, António Guterres, presentó un largo y detallado informe sobre los
efectos del COVID-19 en la salud mental de las personas y señaló que
los trabajadores sanitarios que laboran en la primera línea para enfrentar el virus,
así como los adultos mayores y los adolescentes, son los grupos de la población
que corren mayor riesgo de padecer desórdenes mentales así como
de quedar “atrapados en conflictos emocionales y crisis de identidad”.
Cómo la Pandemia afectó la salud mental de las personas
Paralelo a este informe, la directora del departamento de Salud Mental y
Consumo de Sustancias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Dévora
Kestel, puntualizó que el largo confinamiento ha generado un notable
aumento en el número de personas que padecen problemas
relacionados con la salud mental, lo que “ha dado lugar a mayores tasas de
suicidio”. El aislamiento social prolongado, la incertidumbre, junto con el
tremendo impacto en la economía han hecho mella en la mayoría de
personas, quienes durante la crisis sanitaria han experimentado síntomas de
algún tipo de trastorno mental como depresión, ansiedad o estrés
postraumático.
Los expertos en salud mental han advertido en varias ocasiones sobre
la importancia de dar visibilidad a trastornos mentales no solo durante
época de pandemia sino incluso desde mucho antes. Estas enfermedades son
consideradas por la OMS como las más discapacitantes del mundo occidental y
cuyos efectos podrían ser superiores a los de afecciones como la diabetes, el
cáncer y las enfermedades cardiovasculares juntas.