Un Momento Estresante

También podría gustarte

Está en la página 1de 2

Alejandra Ramírez Rocha Redacción Universitaria

Caos
Mi cabeza daba mil y una vueltas analizando lo que había estado pasando estos últimos tres
días, sentía que estaba a punto de explotarme la cabeza de tanto pensar y darle vueltas al
asunto. Todos mis pensamientos siempre terminaban en la misma pregunta: “¿En qué
momento pasó todo esto?”.
La casa hubiera estado sumida en un silencio sepulcral de no ser por los llantos
desesperados de mi mamá, quien le rogaba a Dios por la vida de su hermana.
Abrí los ojos observando el techo de mi oscura habitación, llevaba una hora intentando
dormir para descansar de estos últimos días tan estresantes que estábamos viviendo a la
expectativa de una mejora en la situación.
Finalmente, la casa quedó en completo silencio indicando que mi mamá había decidido
irse a descansar, si es que podía. Simplemente no pude aguantar más, llevaba estos últimos
días tratando de contener mi desesperación para no darle más preocupaciones a ella, por lo
que después de tanto contenerme, lloré en silencio en medio de mi oscura habitación.
Nuevamente, por mi mente pasaba una recapitulación de lo sucedido en estos últimos
tres días, ¿quién hubiera imaginado que un simple audio de voz amargaría tu mañana y
llenaría de estrés tus siguientes días? Nunca imaginamos que nuestra tranquila vida daría un
giro caótico, quitándonos nuestra paz.
Desde ese audio recibido, los teléfonos no paraban de sonar a cada rato, mandando el
estado actual de mi tía al borde de la muerte, presionando para conseguir que mi abuela
subiera a un avión directo a Los Ángeles para acompañar a su hija en sus últimos respiros,
consiguiendo los papeles necesarios para poder mandarla a Estados Unidos, corríamos de
un lado a otro encontrando una solución a esta estresante situación.
Seguí llorando por un pequeño rato, sacando todo lo que tenía dentro. La cabeza empezó
a dolerme más a causa del llanto, mi corazón dolía al tener tantas emociones retenidas:
estrés, angustia, pesadumbre, preocupación. No podía sacar todo esto con nadie, no me
sentía con el derecho de sentirme así, estaba obligada a mantenerme fuerte para ser el pilar
que necesitaba mi mamá en estos momentos, no podía mostrarme vulnerable cuando ella lo
estaba.
No podíamos distraernos de la situación actual, teníamos que estar alerta ante cualquier
cambio sea de día o de noche. Sólo quería que todo esto acabara, quería un poco de paz
Alejandra Ramírez Rocha Redacción Universitaria

para todos, que la situación mejorara. Sólo quería despertar al día siguiente y que todo este
caos fuera solo un mal sueño, que nada de esto fuera real. Pero era completamente real.
Mi hogar ya no se sentía como siempre, al entrar a casa mi mamá nos recibía con un
nuevo recado por hacer o ella al teléfono hablando con sus hermanas acerca de la situación
actual, ¿por qué la vida tiene que dar giros inesperados creando caos en vidas tranquilas?
¿por qué ahora? Simplemente, ¿por qué?
Una vez terminé de desahogarme sola cerré los ojos respirando profundamente para
tranquilizarme, no había tiempo para perder los estribos. Mi mamá requería de nuestro
apoyo por lo que finalmente había decidido irme a dormir para estar lista al día siguiente, a
la espera del caos que nos recibió la mañana siguiente.

También podría gustarte