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El problema del significado en el texto artístico.

En Lotman, Iuri
(1982). Estructura del texto artístico. Istmo, Madrid, pp.47-67. tico. Sin embargo, para comprender el· contenido del
v ' 2
arte, su papel social, su relación con los aspectos no
EL PROBLEMA DEL SIGNIFICADO artísticos dé. la actividad humana, no basta con tener
EN EL TEXTO ARTISTICO buena voluntad, no basta con repetir sin fin verdades
cornunes de todos conocidas. Es poco probable que al-
guien se ponga a discutir que la vida social determina
la fisonomía del arte. ¿Pero es acaso repitiendo de nuevo
esta tesis qué no suscita la menor dudá en nadie como
podremos compensar nuestra incapacidad para expli-
car en qué un texto de Dostoïevski se distingue de un
texto de Tolstoi? ¿Y por qué condiciones idénticas ge-
neran obras de arte diferentes?
Existe un prejuicio muy extendido, según el cual el Pero, ¿por qué los; partidarios del enfoque estructural
análisis estructural está llamado a distraer la atención hablan de la necesidad de estudiar una obra como una
del contenido en el arte de su problemática social y estructura sincrónicamente cerrada, de la legitimidad
moral en nombre de estudios puramente formales, del de interesarse poir el análisis inmanente del texto? ¿No
cálculo estadístico , de «procedimientos», etc. El lector supone esto un alejamiento del problema del significado
no preparado que echa un vistazo a un trabajo reali- extraestétjco de la obra?
Nos permitirenios! recurrir a un ejemplo. Ante usted
zado a un nivel suficientemente elevado de formaliza-
ción tiene la impresión de que el cuerpo vivo de la hay un libro* Este libro contiene verdades fundamen-
tales para usited,! pero está escrito en un idioma que
obra de arte se somete únicamente a una disección con no conoce. Uáted no es lingüista y no se interesa dé un
el fin de adecuar los diversos aspectos de la misma a modo especial por los problemas de la lingüística; tam-
categorías abstractas. Y puesto que estas categorías se
definen en términos extraños y desconocidos, surge in- poco le interesa el estudio del idioma como fin en sí.
¿Qué es lo que le atrae en el libro? El deseo de conocer
voluntariamente- una sensación de inquietud. A cada su contenido. Tendrá naturalmente toda la razón al
uno se le aparece su espaiítapájaros habitual: a unos, afirmar que, aparte del contenido, el libro le tiene Sin
el asesinato del arte, a otros, la propaganda del «arte cuidado. Esta! es lá actitud natural de todo el que re-
puro», la pérfida carenciá de ideología. Lo más diverti-
do es que a menudo estas dos acusaciones se procla- curre a cualquier sistema dé signos.
man simultáneamente. Imaginémonos, sin embargo un hombre que dijera:
quiero conocer el conténido de este libro, pero no,quie-
A veces por incomprensión de buena fe, otras, en el ro entender el idioma en que está escrito. Le dirían,
ardor de la polémica que rebasa los límites de una claro éstá, que esto es imposible. Para recibir el men-
correcta discusión científica, se citan tanto las opinio- saje es preciso dominar el idioma en que está escrito.
nes de los partidariós de la escuela formal de los años Y si el hombre se decide a aprender el idioma, tendrá
1920, como de los modernos estructurálistas acerca de inevitablemente que abstraerse del contenido de las
la necesidad de estudiar el arte como un sistema com- oraciones y estudiar su forma. Es sabido que los ma-
pletamente cerrado, inmanente. nuales de lenguas extranjeras no se distinguen por una
La afirmación de que el estudio estructural semiótlco profundidad particular de las ideas que se desarrollan
de la literatura aleja del problema del contenido, del en ellos; su finalidad es otra: enseñar a dominar un
significado, del valor ético-social del arte y de su rela- idioma como un sistema determinado capaz dé servir
ción con la realidad, se basa en un malentendido. de medio para la transmisión de cualquier contenido.
El concepto mismo de signo y de sistema de signos Si se considera que esto es formalismo, habrá que re-
está indisolublemente ligado al problema del significa- conocer como! módelo de lucha contra este pérfido en-
do. El signo desempeña en la cultura de la humanidad foque la afirmación de M itrofan1 de que la puerta es
la función de intermediario. La finalidad de la activi- un adjetivo «porque se adjunta a su sitio. Ahí está hace
dad semiótica es transmitir un determinado contenido, más ae cinco semanas la puerta de la despensa sin
( Un método que coloca en el centro de su investiga- , colocar: ésa, por ahora, es un sustantivo». A menudo
ción el problema de la semiosis no puede Obtener como suponemos que esto no es más que uná necedad, sin
resultado un alejamiento del significado. Es precisa-
mente ei estudio de lo que significa «tener un signifi- 1 Mitrofan, al igual que, más adelante, Prostakova y Tsifitkin, per-
cado», el estudio del acto de comunicación y de su papel sonaje de la comedia de D. I. F o k vizw (1745*1792), Ñ edorosV [ E l m en or
social lo que constituye la esencia del enfoque semió- de edad] (N . del T .). ¡

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embargo, las palabras de Mitrofan son algo muy dis» determina el significado «como una invariante en el
tintó: son sentido común que no reconoce abstraccio- proceso de las operaciones convertibles de la traduc-
nes y desea resolver los problemas desde el punto de ción »2, Esta definición es, a lo que parece, la que expre-
vista del ser y no del método. Esto se refleja de un sa de un modo más exacto el concepto de significado.
modo aún más claro en la observación de Prostakova Examinemos algunos aspectos especiales del concepto
acerca de cómo dividir los «trescientos rublos» encon- de significado en sistemas modelizadóres secundarios.
trados en’ tres partes iguales: «Te está engañando, hijo El problema del significado es uno de los problemas
de mi alma, Si te has encontrado tú el dinero, no lo esenciales dé todas lás ciencias del ciclo semiótico. En
compartas con nadie. Quédate con todo, Mitrofanushka. definitiva, la finalidad que persigue el estudio de cual-
Y no aprendas esa ciencia estúpida.» No vamos a reír- quier sistema de signos es la determinación de su con-
nos de Prostakova, sino analicemos sus palabras. ¿Tiene tenido. Esto lo percibe de un modo particularmente
razón? Sin ningún género de dudas, si consideramos el agudo el investigador de sistemas modelizadores secun-
problema desde el punto de vista del sentido común y darios: el estudio de la cultura, del arte, de la literatura
no de la aspiración de de minar las reglas formales de como sistemas de signos separadamente del problema
la aritmética (dejamos de lado el aspecto moral de las dél contenido pierde todo sentido. Sin embargo, es im-
palabras de Prostakova: desde el punto de vista del posible no yer que precisamente el problema del-con-
matemático, es decir, del hombre deformado^ acostum- ténido —si no nos contentamos solamente con nociones
brado a examinar no là «esencia» del fenómeno, sino puramente intuitivas de los significados—r es el más di?
la corrección de las operaciones efectuadas, la respues- fícil de analizar.; En este sentido resulta útil precisar
ta «altruista»: «Dalo todo, Mitrofanushka, no aprendas la noción acerca de la naturaleza del signo y de su sig-
esa ciencia egoísta», es no menos absurda). Pero Tsifirkin nificado.
no enseña a Mitrofan a comportarse de un modo mo- Λ pesar de qué el concepto de sistematicidad de los
ral, útil o con beneficio, sino a dividir números enteros. signos constituye el fundamento mismo de la concep-
Se puede adoptar diferente actitud ante la enseñanza ción estructural de este problema, en la práctica se
de la aritmética o de la gramática, pero no se puede halla ampliamente difundida una interpretación consi-
negar gue, para dominarlas, es preciso —en una etapa derablemente más ¡simplificada. A menudo se encuen-
determinada— representarlas como estructuras de co- tra uno ante una concepción atomística de la natura-
nocimientos cerradas, inmanentes. leza del signó. Se destaca con más frecuencia la unidad
De aquí no se infiere que, una vez estudiado el idioma del significado y del significante que la necesidad de
como un sistema inmanente, no lo utilizaremos más inserción del signo en sistemas más complejos. Y, sin
adelante para obtener determinados mensajes, portado- embargo, esta primera propiedad aparece v únicamente
res ya de contenido. Nuestro interés hacia el contenido como una manifestación de la segunda, Al examinar el
será tan elevado y el dominio del mecanismo formal de aspecto del Signó que se relaciona con el plano de la
la lengua tan automático que podremos, en general, ol- expresión, se subraya más la sistematicidad. La posi-
vidar este último y recordar que empléamos un meca- bilidad de transcodificar un sistema de expresión, en'
nismo determinado únicamente al tratar con extranje- otro (por ejemplo, un sistema sonoro en gráfico) es un
ros o con niños, es decir, cuando este aparato sufra per- hecho evidente q[ue;no permite poner en duda la idea
turbaciones. ; de que la materialidad del sign o . se realiza ante , todo
Así, pues, el estudio inmanente de la lengua es el ca- a través de la creación de un determinado sistema re-
mino (y camino esencial) que conduce al contenido de lational. De aquí se infiere que, en el plano de expre-
lo que está escrito en ella. sión, es simpleménté imposible la existencia de un signo
aislado, atomizado, fuera del sistema.
Pero entonces se presentan al mismo tiempo dos as-
pectos de un problema común: cómo se organiza el Sin embargo, es preciso reconocer que los contenidos
texto artístico en su construcción interna, inmanente de los signos pueden, asimismo, concebirse tan sólo
(sintagmática) y cuál es su significado, eá decir, cuáles como cadenas estructurales ligadás mediante determi-
son sus relaciones semánticás con los fenómenos ex- nadás relaciones. No se puede descubrir la esencia dé
ternos respecto a él. cada uno d e : los elementos de là serie 4® contenido al
Pero antes de hablar de esto, es preciso plantear la margen de la relación con otros elementos. Un hecho
cuestión: ¿qué significa «tener un significado artístico»? que no pueda compararse con nada ni incluirse en clase
Contestar a esta pregunta es más difícil de lo que pue- * B. A. U s p e n s k ij, O sem lotlke iskusstva [S o b re la sem iología del
de parecer al principio. ¿Qué significa en general «tener a rte'],' en S lm p osm m p o stru k tu rn u m u izuCeniju znakovych sistem, Mos-
un significado»? B. A. Uspenski, siguiendo a C. Shannon, cú, 1962, p. 125.

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alguna np puede constituir el contenido de la lengua. turaL Sin embargo,' posteriorm entèel sistema recibe
De ,1o dicho se deduce que el contenido surge eh aque- una estructura complementaria; secundaria de tipo ideo*
llos casos en que disponemos aunque sólo sea de dos lógico, ético, í artístico, etc. Los significados de éste sis-
cadenas-estructuras distintas. En- términos habituales, tema secundario pueden formarse tanto según los pro-
se puede definir una de las cadenas como el plano de cedimientos propios de las lenguas naturales, como por
la expresión, la otra, como el plano del contenido. En la los métodos de otros sistemas semiológicos. Ppr consi-
transcodiñcación entre determinados pares de elemen- guiente, parece útil indicar algunos procedimientos, teó-
tos, de naturaleza distinta, se establecerán correspon- ricamente posibles, de formación dé significados para
dencias, en las cuales un elemento se percibirá en. su estudiar después cuáles de estos procedimientos, y de
sistema como equivalente a otro en el sistema de éste. qué modo, pueden realizarse en un material histórico-
Semejante intersección de dos cadenas de estructuras literario concreto.
en un cierto punto común doblemente único la deno-
minaremos signo; además, la segunda de las cadenas ^ E l significado se forma mediante la tràHscodifiçactôn
—aquella con la que establece la correspondencia— se interna. Son'posibles sistemas sémióticos en los cuales
presentará como contenido, la primera, como expresión. el significado se' forma no mediante la aproximación
Por consiguiente, el problema del contenido es siempre de dos cadenas de estructuras, sino de un modo inma*
un problema de transcodificación 3. Es verdad que la nénte, en el interior de un sistema. Tomemos un ejem-
propia distinción entre dos planos —del contenido y plo dé una simple expresión algebraica a—b+c. Es evi-
dé la expresión— adolece de un cierto convencionalismo dente que él signo a posee aquí un contenido: determi-
(L. Hjelmslev expresó una. idea análoga), puesto que nado. Sin embargo, este ‘ contenido no se infiere de re-
el establecimiento de una equivalencia entre los elemen- lación alguna con sistemas externos respecto á esta
tos de dos sistemas diferentes es el caso más frecuen- ecuación. Le · podencos atribuir un significado externo,
te pero no único de formación de significados. Se pueden sustituyendo,. jpor ejemplo, a por un determinado coe*
señalar sistemas semiológicos que pretenden ser uni* ficiente númérico, pero de aquí no se infiere en modo
versales y que, por principio, no admiten la sustitución alguno que, al renunciar a semejantes sustituciones;
de significados dé una estructura de otra serie. Nos estos signos carecerán de significados. Su significado
hallamos aquí ante significados relaciónales que surgen será de naturaleza relacional, expresara la relación dé
como resultado de la expresión de un elemento a través unos elementos del sistema con otros. El contenido
dé otros. elementos dentro de un sistema. Este caso se de a será, en nuestro ejemplo, «2?-fe». En un sentido
puede definir como un caso de transcodificación interna. semiótico general podemos imaginarnos perfectamente
Debemos señalar de paso que semejante enfoque de- sistemas que posean precisamente esta naturaleza de
bilita el cárácter absoluto de la oposición de los planos contenido de los signos. Al parecer, pueden incluirse en-
d el. contènido y de la expresión, admitiendo, en princi- tire estos sistemas las expresiones matemáticas, así como
pio, su convertibilidad. Desde luego, los fines de comu- lá música de programa o nó ligada a ' un texto. Désde
nicación plantean a cada uno de estos planos exigen- luego, el problema del signo musical es complejo y, por
cias particulares y, en la práctica, convierten su rela- lo que parece, incluye siempre conexiones con series
ción en Unidireccional. Sin embargo, estas limitaciones extramusicales, reales e ideo-emocionales, pero induda-
no existen en el dominio de la teoría. Así, en una clase blemente estas relaciones poseen tm carácter mucho
de lengua, al hablar con alumnos que no dominan el más facultativo, que, por ejemplo, en el lenguaje, y po-
ruso, el maestro señala la mesá y dice" «stol». En este
caso los objetos aparecen como signos de un metalen- demos imaginamos, aunque sea de un modo convencio-
guaje cuyo contenido lo constituirán las palabras. nal, el significado puramente musical formado por las
Los sistemas modelizadores secundarios representan relaciones de series sonoras al margen de toda conexión
estructuras cuya base está formada por una lengua na- extramusical \ En el caso en que ante nosotros, como
4 En relación con esto es preciso señalar que la clasificación de las
s Sobre la relación entre el problema del signiñcado y la transcodi- artes propuestas por M. W a l l i s en sustancioso artículo «Swiat sztuk i
ficación, véase: V, N. T o p o r o v , O transform acionnom m elode [S o b re el swlat znakov» [ « E l mundo de las artes ÿ el mundo de los signos*] ■
m étodo transform ational], en Tra n sform ad onn yj m etod v stru k tu rn o j (Estetyka, Roc/.ntk II, Warszawa, 1961) podría discutirse. El autor di*'
lingvistike, Moscú, 1964; V. Ju. R o s e n c v e j g , Pérevod y transform ad ja vide las artes en semánticas y no semánticas, incluyendo entre estas
tTrad u cción y transform ación], (ib id e m ); Ju. A. S r e j d e r y Μ. V. A r a - últimas la música y las artes abstractas, comprendida entré éstas la
p o v , Semantika i maSinnyi perevod [Sem ántica y traducción autom áti- arquitectura contemporánea. Al afirmar con razón que los signos deben
ca ], en Problem y form a liza d j sem antiki jazyka. Tezisy doktadov I ser portadores de representaciones de «objetos distintos a ellos mis-
M G P It, Moscú, 1964; R. J a k o b s o n , On Lin guisttk aspects o f translation, mos», el autor, sin eWibargo, considera que una cónstrucción de Le
O n Traslation, Cambridge, 1959. Corbusier o un preludio de Chopin no son signos (p. 39), es decir, no

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ocurre en la música, el significado se forma por la co- té en sistemas modelizadores secundarios de tipo ar-
rrelación de una serie de elemeñtos (o cadenas de ele- tístico.· : ! ‘ '|·
mentos) en el interior de Ja estructura, se puede hablar
Si tomamos el significado de un conceptó del román*
de transcodificación interna múltiple.
ticismo tal como «genio», «gran espíritu», su contenido
se obtendrá! fácilmente determinando la relación que
Los significados, se forman mediante transcodificación
externa. Este caso nos parece el más corriente, ya que este concepto guarda respectó a otros conceptos del
está representado en las lenguas naturales. Se establece sistema. Señalaremos algunas oposiciones que permiten
la equivalencia entre dos cadenas-estructuras de distin- descubrir el contenido deí concepto
to tipo y sus elementos aislados., Los elementos equi-
valentes constituyen pares reunidos en signos. Hay que genio - muchedumbre.
destacar gue estructuras de diversos tipos se revelan
como equivalentes. Aunque es difícil establecer una di- Esta antítesis se superpone a. las oposiciones: «gran-
ferencia de principio entre aspectos de la transcodifica- deza-nulidad», «singularidad, carácter excepcional-trivia-
ción tales como la traducción dé una forma sonora en lidad, mediocridad», «espiritualidad-materialidad», «crea-
gráfica o de una lengua a otra, por un lado, ÿ la decodi- tividad-animalidad», « rebelión-sumisión», etc. Todos los
ficación del contenido, por otro, es evidente, sin embar- primeros conceptos de éstas oposiciones binarias, por
go, que cuanto más alejadas están unas de otras las un lado, y todos los segundos, por otro, se presentan
estructuras mutuamente niveladas en el proceso de trans- como variantes de un archisignificado que de este modo
codificación, tanto más difiere su naturaleza, tanto mayor nos da el contenido aproximadp de este concepto en
será el contenido que porte el acto mismo de conmu- el ámbito dé la estructura de la conciencia romántica.
tación de un sistema a otro. Sin embargó, ppdemos precisar más su significado si
La aproximación de dos series es el caso más ex- recordamos queden el sistema del pensamiento román-
tendido „de formación de significados en las lenguas tico, «genio» se ¡insertaba asimismp eii otras antítesis.
naturales. Sé le puede definir como transcodificación Tales eran, por ejemplo, su oposición a un pueblo pa-
externa binaria, triarcal/libre y bello (aquí el concepto se insertará ,en
Sin embargo, en los sistemas modelizadores secunda- las oposiciones: /egoísmo-altruismo; voluntariedad-fe en
rios nos encontraremos también con transcódificaciones las tradiciones y preceptos de los padres; alma muerta-
externas múltiples, aproximación ' no de dos, sino de fuerçà del sentimiento; racionalismo-vida del corazón;
muchas estructuras autónomas, en las cuales el signo irreligiosidad-religiosidad) o al tipo ideal de mujer (sur-
nó constituirá un par equivalente, sino un haz de ele- gen las oposiciones: desgarramiento trágico-integridad
mentos mutuamente equivalentes de distintos, sistemas. armónica; fealdad como expresión 'de. lá falta de armonía-
Es de señalar que los planos de expresión y de con- belleza; pertenencia al mundo de la maldad trágica-bon-
tenido (si dejamos de; lado, el problema de su reversi- dad, etc.). Como vemos, en estos casos él arquetipo5
bilidad) .se : separan de un modo más o menos natural del concepto [ «génió» difiere considerablemente. Y>. no
en las transcodificaciones del tercer tipo. Mientras que. obstante, todos se insertan en un sistema y, por con-
los casos restantes (transcodificaciones internas y ex- siguiente, todos estos arquetipos se perciben como va-
ternas múltiples) no se someten de hecho a semejante riantes de un arquetipo de segunda serie, y entre las di-
interpretación. - férencias se establece una relación de equivalencia. Se
Todos los tipos enumerados anteriormente de forma- forma así el Significado. De. este modo, podemos obtener
ción de significados están presentes en los sistemas mo- una idea bastante.clara <del concepto «génio», estudian-
delizadores secundarios, · manifestándose con mayor o do su relación con otros conceptos del sistema y con el
menor grado de plenitud. Los significados inmanentes sistértia en su totalidad. Sin embargo, no es necesario,
relaciónales se manifestarán. de un modo particular- désde. el punto de. vista del romántico, salirse de los
mente ciato en aquellos sistemas semióticos secunda- límites dé este sistema. El problema del significado,obr
rios que; pretendan alcanzar la universalidad, monopoli- iétivo, de qué ; significan estos ,u .otros’ conceptos en; el
zar toda la concepción del mundo, sistematizar toda la _ íeriguaje dé un pensámiento distinto, no surge, en prin-
realidad dada al hombre. El romanticismo literario es cipio, .dentro ¡de los límites de la conciencia, romántica.
un ejemplo claro de transcodificación interna dominan-
5 El término «arquetipo» y otros similares («archisem a», «archies-
tructura») están formados por analogía con ei «archifonema» d e ;N . S.
poseen significados. Al parecer, sería más correcto referirse no a la
Trubetzkoy y se emplean en el sentido dé conjunto de rasaos distinti-
ausencia ae significados en las, estructuras artísticas de este tipo, sino
vos, comunes a dos elementos de un nivel dado de oposición binaria
a la naturaleza relational de estos significados.
que se neutraliza. ‘ ;

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Mientras que en el sistema artístico realista el proble- diferentes estructuras. En unas estructuras puede servir
ma de la correlación entre el significado del concepto a los fines de* la construcción, a partir de una serie de
en la estructura (de las ideas o ael estilo) con el signi- sistemas subjetivos,; de su invariante objetiva, la reali-
ficado extrasistémico cobra inmediatamente un lugar de dad. Así esta construido Un héroe de nuestro tiempo.
primer orden. La transcodificación externa, la revelación El autor ofrece una cierta pluralidad de puntos de vista
demostrativa de la posibilidad de conmutación de un subjetivos que, al proyectarse mutuamente, revelan su
sistema (de ideas o de eistilos) a otro, aparece como el contenido común, la realidad. Pero también es posible
medio de poner en evidencia este significado. Así, Push- lo contrario, por ejemplo, en las comedias de Tieck o
kin, quien juzgaba ya la estructura romántica con ojos en algunos dramas de Pirandello; las múltiples trans-
de realista, tendía a descubrir el significado del siste- *codificaciones confirman la ausencia de una realidad ob-
ma romántico de estilo transcodificándolo a un regis- jetiva. La realidad, que en un sistema así se desintegra
tro estilístico distinto: eh una pluralidad de interpretaciones, es ficticia. Desde
el punto de vista del autor, la realidad no es más que
Pensaba: « La salvaré, un signo cuyo contenido lo constituyen infinitas inter-
No permitiré que el seductor, pretaciones7. En el ¡primer casó la interpretación es un
Con el fuego de los suspiros y alabanzas, signo, y la realidad, el contenido; en el segundo, la rea-
Tiente el joven corazón; lidad es μη signo, y la interpretación, la esencia, el con-
Que el gusano despreciable y venenoso tenido.
Corroa el tallo de la lila; No bebemos olvidar que sistemas teóricamente dis-
Que la flor de dos mañanas tintos de formación de significados coexisten a menudo
Se marchite a medio abrirse.» en los sistemas i modelizadores secundarios. Podemos
Todo esto, amigos, significaba: extraer de un mismo sistema, por ejemplo, significados
Voy a batirme con él amigo. £ue surgen tanto como resultado de la transcodificación
interna, como externa. Así, al analizar las ideas de Rous-
Es significativo que la fraseología romántica de Lenski seau, podemos seguir el camino de la puesta de mani-
se presenta como expresión y el discurso del autor, como fiesto del· contenido de*conceptos aislados o del sistema
su contenido objetivo. La estructura de la narración no en su totalidad, descubriendo su relación con determi-
romántica no se percibe aquí como uno de los posibles nadas series de la realidad, por ejemplo, estudiando el
medios de expresión®, sino como contenido, como es- significado económico objetivo de los ideales de Rous-
tructura de la propia realidad. * seau, la relación de sús ideas con la práctica social de
Más complejo es el caso en que el autor no'compara estas o aquellas fuezas sociales de su época. Podemos
dos estilos —sobreentendiéndose que uno de ellos es seguir el camino de determinación de la significación de
falso, artificioso y grandilocuente, mientras que el otro las ideas (recordaré que, en este caso, determinamos no
es auténtico, encarna la verdad misma—, sino que trata él significado de las palabras, sino de las ideas expresa-
de penetrar en la esencia de la realidad, comprendiendo das en palabras) de Rousseau, comparándolas con las
el carácter limitado de cualquiera de los sistemas codi- ideas de otras series estructuralés, por ejemplo, com-
ficadores. Nos hallamos aquí ante un caso de transco- parando el Concepto «pueblo», en Rousseau con las co-
dificación externa múltiple. El significado surge de Una rrespondientes nociones de Voltaire, Mablis, Radischev,
nivelación de lo diferente, de la determinación de lá Hobbes y otros. No obstante, también se puéde seguir
equivalencia de varios sistemas semánticos de la pri- otro camino,, intentando ,determinar el significado del
mera serie muy distintos entre sí. La pluralidad de trans- elemento mediante el esclarecimiento de su relación
codificaciones permite construir un núcleo semántico, con otros elementos del mismo sistema. Obtendremos
común para varios sistemas, que se percibe como signi- este significado inmanente, por ejemplo ia relación en-
ficado, la salida de los límites de las estructuras del tre el concepto «pueblo» en Rousseau y los concéptos
signo ai mundo del objeto. «hombre», «razón», «m oral», «poder», «soberanía», etc.
Es preciso destacar aquí que la^ pluralidad de trans- Es verdad que là inmanencia de significados no será
codificaciones externas adquiere un sentido distinto en en este caso tan absoluta como; por ejemplo, en una
expresión matemática, ya que, al aclarar el contenido
e Es así como puede interpretarse la cita: semántico relational, no podremos abstraemos de los
Yace en un estado de embriagadora placidez,
C om o un viajero borracho en un albergue nocturno, 7 Cf. la acotación de A. B lo k en su pieza T ea tro de feria ; «Salta por
O, aúii más dulcemente, como una mariposa la ventana. L a lejanía qüe se divisa por la ventana está pintada sobre
Que liba en una flor primaveral. papel. El papel se rasga; Arlequín vuela patas arriba en el vacío».

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multiples significados, extrasistémicos, desde el, punto no posee un carácter autónomo, ni Una significación
de vista de Rousseau, de estos términos. Sin embargo, autónoma. Es una magnitud complementaria respecto
los significados extrasistémicos, inevitablemente presen- a la figura dél héroe, su ideal, su otro ser ideal (por
tes, no constituyen en este caso lo esencial y pueden a ello la diferencia de sexo no es a veCes obligatoria, y,
veces convertirse incluso en origen de' errores8, al traducir E l pirio, de Heine, Lermontov suprime este
Todas estas consideraciones son de suma importan- rasgo distintivo: «sosna» [pino] y «pal’ma» [palmera]
cia para resolver la cuestión acerca de la naturaleza son ambas del género femenino)10. El significado dé
del contenido de los sistemas modelizadores secunda- los elementos surge en su relación.
rios. Intentaremos ilustrarlas analizando algunos aspec- Puede decirse lo mismo acerca de la semántica del
tos del estilo de Lermontov. paisaje romántico, relacionada con la unidad estilística
La lírica romántica de Lermontov ofrece una estruc- de la obra romántica de Lermontov11.
tura monoestilística muy consecuente. Ello es debido La superación pór parte del escritor de los límites de
al carácter universal del subjetivismo romántico. El la conciencia romántica determinó un enfoque nuevo del
mundo d e l.«yo» del autor es único. No existe correla- problema de los significados. Se plantea la cuestión del
ción alguna entre su mundo y el mundo real o el mun- significado objetivo de los signos y estructuras. Lermon-
do de cualquier otro individuo. Por eso, para el román- tov empieza á admitir la posibilidad de contemplar un
tico se excluye la posibilidad de equivalencia entre su mismo fenómeno desde dos puntos de vista. Ello le lleva
mundo poético y la realidad o el mundo observado por a la creación de obras en las que un mismo contenido
otra persona, por ejemplo, por un hombre más prosaico. se narra en diferéntes claves semánticas y en distintas
El sistema romántico como totalidad no admite por prin- tonalidades estilísticas. Esta disemia es característica,
cipio (desde el punto de vista del romántico) la trans- por ejemplo, del poema Sashka:
codificación, Como totalidad es único, constituye el uni-
verso del poeta y, por consiguiente, no posee significado Luna katitsja y zimnich oblakach,
semántico (posibilidad de expresión en otro sistema). Kak scit varjáískij ili syr gollandskoj.
En los albores del prerromanticismo ruso, A. M. Kutuzov [ La luna rueda por las nubes de invierno
citaba con simpatía las palabras de Jakob Boehme: «Los Como un escudo vdrego o un queso holandés.]
ángeles y los demonios se hallan cerca unos de otros; i
sin embargo, el Angel que se encuentra en medio del El «escudo varegó» y : el «queso holandés» (se observa
Infierno se cuentra en el Paraíso y no ve el Infierno, dél la antítesis nó sólo léxica, sino también estilístico-gra-
mismo modo que el demonio, eh medio del Paraíso, se
encuentra en el Infierno y no ve el Paraíso»9. matical: el solemne « i j » y el coloquial «o j») son recí-
En un sistema que se basa en semejantes principios procamente equivalentes, ya que poseen un significado
los. significados no surgirán mediante el establecimien- común al nivel de la realidad (la lima). Pero su relación
to de la equivalencia de sus elementos respecto a los no es equivalente, al ¡rebajamiento del estilo romántico
elementos ae otro sistema, sino en su mutua relación en el ejemplo, citado anteriormente, de Eugenio Oneguin.
interna. Así, el mundo espiritual armonioso de la heroí- Aquí el estilo iromántico se presenta como falso rebus-
na dél poema romántico es la antítesis del trágico des- camiento (no es Casual la definición que del romanti-
garramiento del héroe, "la bondad de ella se opone al cismo dió Belinski —«el siglo de la fraseología»— o la
demonismo de él, su fe, al abismo de la irreligiosidad antítesis lermontoviana del «falso oropel» y la «verdad
de él, el amor de ella, al odio de él, su belleza, a me- de la voz noble» en oposición a la simple verdad). De este
nudo, a la fealdad del héroe. De este modo, la heroína modo, la correlación era unidireccional, recordando la
relación entre contenido y expresión en el lenguaje. En
* Así sucede en los casos en que el lector ha perdido el sentido del Sashka el sistema es distinto: nos hallamos ante dos
sistema del autor y conmuta involuntariamente el texto a un sistema puntos de vista de igual valor, y el significado no está
distinto, más comprensible para él. Así, el difundido error, según el contenido en uno de ellos, sino en sü relación. La co-
cual Pushkin, en los versos «Sublevaos, esclávos caídos», de la oda La
libertad, llamaba a los campesinos a la insurrección, se basa en la con:
mutación de las palabras «sublevación», «sublevarse» de la oposición 10 Una solución; distinta: «kedr-pal’xna* [«cedro-palm era»] en la tra-
estructural «locución enfática-lenguaie hablado» (la antítesis de la p r o - ducción de A. Maikov y Tiutchev. Cf.: L. V . S C b rb a, Izb ra n n ije raboty
bra «sublevaos* que destaca su significado será «levantaos») a la oposi- po russkom u jazyku [O bras escogidas sobre lengua rusa}, Moscú; 1957,
ción estructural «revolución-reforma» o «revolución-conservación de lo pp. 97-100.
existente» (las antítesis serán: «actuad en el ámbito de la ley» o «su- 11 Hacemos deliberadamente abstracción dél hecho de que cualquier
frid»), Es evidente que la sustitución del sistema de Pushkin por otro sistema modelizador secundario utiliza la lengua (por consiguiente, su
conduce a una deformación del significado. base la constituyen signos, doblemente únicos) y examinamos tan sólo
9 Tru dy po russkoi i sla vja n skof filo ío g ij [Tra ba jos de filología rusa aquellos significados que surgen a iin nivél supralingüístico y pertene-
y eslava], t. V I, Tartu, 1963, p. 3Í9. cen a sistemas secundarios propiamente dichos.

57
V

nexión entre las cadenas-estructuras no es en este caso Semejante construcción reflejaba' la compleja imagen»
unidireccional, sino recíprocamente directional. Un pro- de la realidad. La idea, según la cual la realidad es
cedimiento constante destaca esta circunstancia: la in* aquello que es dado, a la mirada cotidiana, simple, se
troducción de estrofas con contenido real paralelo, pero transforma en otra idea: la realidad és la intersección
de estilo netamente opuesto: de diversos puntos de vista que permite superar las li-
mitaciones de cada uno de ellos. El portador-del signi-
Era mi amigo. Con él, ignoraba las preocupaciones, ficado no es un estrato estilístico determinado, sino la
Compartía los sentimientos y, el dinero; intersección de muchos estilos (puntos de vista) en
Me pedía prestado para un mes, lo devolvía al año, contraste, intersección que produce un cierto significa-
Pero no me enfadaba en absoluto do «objetivó» («supraestilístico»). Un ejemplo brillante
Y a mi ' vez me comportaba igual; ' de esta construcción es el estilo de On héroe de nuestra
Si estaba triste, lo decía al instante, tiempo. Lermontov recurre constantemente al método
Si alegre, feliz> no aparecía. de transcodificación, mostrando cómo lo observado des-
Más de una Vez aburrido sus sueños de un punto de vista aparece desde otro. La realidád.
Me confió y me habió de tú. se revela conio úna superposición mutua de aspectos.
Ensalzaba én mí, lo que ensalzaban todos, Así, el carácter de Pechorin está dado tal como lo ven
Y ara mi eterno vis-a-vis en tas cuadrillas. el autor, Maxim Maximich, el propio personaje y otros
personajes. Los juicios de cada uno de ellos, empezando
* * *. . por Maxim Maximich quien considera que los ingleses
«han introducido! la moda de aburrirse» puesto que
Era mi amigo. Ya no existen amigos así... «siempre han sido unos borrachos empedernidos»,; son
¡Paz para tu corazón, querido Sasha! limitados. Peró cada uno de éstos juicios contiene tam-
Que duerma en tierra de campos extraños bién esa parte de verdad que se manifiesta en su inter-
N o manoseado p o r . nadie, como nuestra amistad, sección.
En el mudo cementerio de mi memoria. El estilo de Un héroe de nuestro tiempo está consti-
Has muerto, como muchos, sin ruido, tuido en su base por un complejo sistema dé trahsco*
Pero con firmeza. Un misterioso pensamiento dificaciones que pone de manifiesto la afinidad de, pun-
Erraba aún por tu frente, tos de vista aparentemente distintos y la diferencia de
Cuando se cerraron tus ojos de sueño eterno; los semejantes. Así, la antítesis romántica entre la etnia
Y lo que tú 'dijiste antes de. m orir caucásica («exótica») y. la rusa («ordinaria») queda" ahu-
De tos que lo oyeron no lo entendió ninguno. lada por la afirmación de la unidad del punto de. vista
popular («ingenuo»). Esto se revela estructuralmehte a
través de la facilidad y naturalidad con que los idioma-
. Otro ejemplo: tismos intraducibies de la lengua y ¿las costumbres de
los pueblos del Gáucaso se transcodifiean en formas de
Moscú es distinto; mientras viva, la conciencia popular rusa: «Eh, tú, Azamat, no vas a '
Os juro, amigos, no dejar de amar Moscú. salvar la cabeza, —le : decía yo—. Yamart1? será para tu
A llí por vez primera en los días de esperanza y de feli- cabeza.» « ¿Cómo celebran las bodas ?» : en esta pregun-
[ cidad tá del autor a Maxim Masimich se percibe una esperan-
Estuve enfermo de amor y de lujuria, za de exotismo, péró lá respuesta traducé de un. modo
ostensible lo insólito -entográfico. al estilo de lo vulgar
* * * cotidiano.y dé rusismoS subrayados: .,
« —Pues como de costumbre. Primero el mw/fo les-Ice
¡Moscú, Moscú!... Te amo como un hijo, algo del Corán, después les hacen regalOS; a los recién
Como un ruso: con fuerza> ardor y ternura. casados». Este «como de costumbre»; y éstos «recién
Amo el brillo sagrado de tus cabellos blancos... casados» ofrecen la clave, estilística de la escena qüe
describe la plena reversibilidad de los conceptos. Los
circasianos que celebran un banquete son «una pandi-
Los ejemplos citados muestran que el estrato de es- lla», el cantor-akin18 «un pobre vejete» qué «rasca una...
tilo «romántico» (el «escudo varego») no es sólo objeto
de rebajamiento y parodia. Ni uno ni otro estrato repre- J* Yantan — tártaro, mal, malamente (N . d e lT . ) .
sentan el significado en estado puro; el significado surge 13 A k in -poeta-intérprete (cantor) en algunos pueblos turcos (N .
como resultado de su proyección mutua. del Γ.Α . . · . .

59
no me acuerdo como la llaman... de tres cuerdas... pa- valentçs. Obtenemos la posibilidad de ver a Pechorin
recida a nuestra balalaika». Las danzas circasianas se con los ojos de Grushnitski y a éste con los de Pechorin.
transcodifican en las formas de los bailes campesinos En tomo a Pechorin hay todo un sistema de personajes
t u s o s : «Las muchachas y los muchachos se colocan en que, por así decirlo, ^traducen la esencia de Pechorin
-dos filas, unos frente a otros, baten palmas y cantan»14. al lenguaje de otro sistema y, de este modo, ponen de
La total comprensión por parte de Maxim Maximich del manifiesto está esencia. Aparece aquí toda una gáma de
mundo de los montañeses («a pesar dé qué era un ban- tipos de conciencia, desde los-más lejanos hasta los
dido, éramos amigos». O de Kazbich que ha matado al idénticos. La fórmula «otro, pero idéntico» puede con-
padre de Bela: «Claro, según ellos < ...> tenía toda la siderarse asimismo como un caso particular de trans-
razón») y la total incoínprensión por parte de Pechorin codificación (con modificación cero), como un procedi-
son muy significativas. Las ideas de Pechorin no se miento de hacer el sistema evidente para sí mismo. Este
transcódifican al sistema de Maxim Máximich, Para éste, es el papel que desempeñan el diario de Pechorin —el
Pechorin es un hombre «muy raro». «Después de cum- doble de su personalidad— y la figura del doctor Wemer.
plir con mi deber me senté en su cama y le dije: ‘“ Es- Si Pechorin y Grushnitski son tan distintos £ue el autor
cucha, Grigori Alexandrovich, reconoce que no está les puede dejar que pronuncién discursos similares, Pe-
bien” . . chorin y Wemer son tan idénticos que toda comunicación
—¿Qué es lo que no está bien? verbal entre ellos resulta inútil: las réplicas absurdas
—Pues que hayas raptado a Bela... < ...> que se intercambian no son sino pruebas de una total
—¿Pero si me gusta? identidad de pensamientos no expresados: «A menudo
¿Qué le iba a contestar a esto? Me sentí desconcer- nos veíamos y hablábamos los dos de temas abstrac-
t a d o »15. > tos con gran seriedad hasta que advertíamos que los dos
Muy compleja es la relación entre Pechorin y los per- nos estábamos tomando el pelo. Entonces nos mirába-
sonajes que le rodean en La princesa Mary. Distintos mos significativamente, como hacían los augures roma-
aspectos de su carácter se proyectan en diferentes per- nos, según palabras de Cicerón, y nos echábamos a reír,
sonajes. Lermontov obliga de un modo ostensible a después de reímos a' gusto, nos despedíamos satisfechos
personajes de carácter opuesto a recurrir a una misma de la tarde pasada.» O: «>..Wemer entró en mi habita-
fraseología: ción, se sentó en un sillón, colocó el bastón en un rin-
P e c h o r in : «Las esposas de las autoridades locales cón, bostezó ÿ anunció que en la calle hacía calor. Le
<... > están acostumbradas /en el Cáucaso a encontrar contesté que las moscas me estaban importunando, y
baio el botón del unifórme un corazón ardiénte y bajo los dos nos callamos.»10 Se nos ofrece una serie de va*
la gorra blanca,'una inteligencia cultivada»16. loraciones de Pechorin: «Un buen muchacho», «un poco
G r u s h n i t s k i : «¿Y qué les importa si hay inteligencia extraño», una persona con la que «siempre hay que estar
bajo la gorra de uniforme y un corazón bajo el grueso de acuerdo», «¿soy imbécil o malvado?»; «se ve que de
capote?»17. . niño su mamá le mimaba», «un hombre peligroso», «hay
Pechorin (parodiando el estilo de una «señorita momentos en que entiendo al Vampiro...·~Y eso que
rusa»): «A los dos años se casará con un monstruo por tengo fama de buena persona», «unos dirán: era un
obediencia a su mámaíta y se convencerá a sí misma de buen muchacho, otros, era un canalla», un oficial erran-
que es una desgraciada, gue sólo ha amado a un hom- te «y además con una hoja de ruta que indica que viaja
bre < ...> , pero que el cielo no ha querido unirles por- por razones oficiales», «un héroe de nuestro tiempo».
que él llevaba un capote de soldado, aunque bajo este Pero al mismo tiempo se nos ofrece información acerpa
grueso capote gris latía un corazón ardiente y noble. » 18 del carácter de relaciones entre estos sistemas y ¿1 ob-
Entre Pechorin y Grushnitski se establece un peculiar jeto descrito (Pechorin).
sistema de relaciones: expresiones similares ponen al Vemos que la estructura, cuyo significado se forma
descubierto la diferencia de caracteres. Pero esta dife- como resultado de una transcodificación recíproca de
rencia no puede suprimir el hecho de que digan lo mis- muchos sistemas-cadenas, permite superar en mayor
mo y, por consiguiente, en un cierto sentido sean equi- grado los límites de cada sistema concreto. Ello corres-
ponde a la naturaleza de los significados en ciertos tipos
14 M. Ju. L e r m o n t o v , Poíno/e sobrattije soSinenif v 6-ti tom ach [ Obras
com pletas en seis to m o s ], t. V I, Moscú-Leningrado, 1957, p. 210. El sub- de arte realista.
rayado es del áutor. La transcodificación se halla orgánicamente ligada al
15 Ib id em , p. 219. problema de la equivalencia. Este problema adquiere
10 Ib id e m , p. 261.
1T Ib id e m , p. 265.
18 Ib id em , p. 277, Ibidem, p. 270. i 1

62
una importancia particular debido a que la equivalen-
cia de los elementos a distintos niveles constituye uno lar hacia el denotatum, ni una identidad dé relaciones
de los principios, organizadores fundamentales de la respecto a los demás elementos dél sistema semántico,
poesía y, en u n ‘ sentido más amplio, de la estructura ni una actitud Similar hacia el contexto común. Por el
artística en general. Se la puede hallar a todos los ni’ contrario, a nivel lingüístico, todas estas relaciones pue-
veles, desde los' inferiores (tropos, ritmo) hasta los su- den ser distintas» No obstante, puesto que la estructura
periores (organización composicional del texto). Sin em- artística establece entre estos elementos diferentes una
bargo, la complejidad del problema reside en gran parte situación de equivalencia, el receptor empieza a adivinar
en que el concepto mismo de equivalencia en los sis- la existencia de un sistema semántico> distinto respecto
temas modelizadores secundarios de tipo artístico pósée
una naturaleza distinta que en las estructuras de tipo al sistema lingüístico ^general, en el cual estos elemen-
primario (lingüístico). En este caso se consideran equi- tos se hallan en una relación similar respecto al medio
valentes (a nivel semántico) los elementos monosémi- semántico. De este modo se crea una estructura semán-
eos respecto al denotatum común, respecto al sistema tica párticular dél texto artístico dado. Pero la cuestión
semántico en su totalidad y respecto a cualquiera de no se limita a esto: la equivalencia de elementos no
sus elementos que se comportan de un modo similar equivalentes hace presuponer que los signos que pt*-
en un contexto similar y que, como consecuencia, ad- seen, al nivel lingüístico,, distintos denotata, a í nivel de
miten Una permutación recíproca. Aquí es preciso tener sistema secundario' poseen un denotatum común. Así,
en cuenta que la equivalencia semántica a un nivel de- «queso» y «escudo», que al nivel lingüístico poseen dis-
terminado se da con mayor frecuencia que la equiva- tintos denotata, en el texto poético de Lermontov reci-
lencia semántica completa con la que operará princi- ben uno común: «la luna». Al mismo tiempo es evi-
palmente el traductor y no la persona que efectúa trans- dente que «luna», como elemento lingüístico general,
formaciones semánticas dentro de los límites de un no puedç designarse a través de los signos «queso» y
idioma. Analicemos las palabras «comer»-«zampar» y «escudo», y menos de un modo simultáneo. La luna pue-
« dormir)>-«tender la raspa». Tomadas al nivel de comu- de designarse así únicamente como elemento de un
nicación, indiferente respecto al matiz estilístico, las cuadro particular del mundo creado por Lermontov. Por
dos primeras (al igual que las dos segundas) expresio- consiguiente, es preciso renunciar a la idea tradicional,'
nes serán equivalentes. Pero para un mensaje que in- según la cual el mundo de los denotata, del sistema se-
cluye, por ejemplo, información acerca de la actitud del cundario es idéntico al mundo de los denotata del sis-
hablante hacia los actos del objeto, no serán equivalen- tema primario. El sistema modelizador secundario de
tes. Y, por último, podemos imaginarnos un mensaje tipo artístico construye su sistema de denotata, él cual
con carga estilística dominante, en el cual la primera y no es una copia, sino un modelo del mundo de los de-
la tercera y la. segunda y la cuarta palabras sean equi- notata en el sentido! lingüístico general.
valentes por parejas- , Al clasificar los diversos tipos de significados, es pre-
La equivalencia de las Unidades semánticas del texto ciso distinguir’ dos casos de equivalencia de series-ca-
artístico se realiza por una vía distinta: la base la cons- denas dentro de los límites de los sistemas semióticos:
tituye la confrontación de unidades. léxicas (u otras la transcodificación en la esfera de la semántica y la
unidades semánticas) que al nivel de la estructura pri- transcodificación en la esfera de la pragmática^ «Un es-
maría (lingüística), pueden notoriamente no ser equi- cudo varego y un queso holandés» debe considerarse
valentes. Es más, el escritor tiende a menudo a basar como transcodificacion semántica, yá que aquí elemen-
el paralelismo artístico en los significados más lejanos, tos semánticamente distintos se convierten en eqüiva*
correspondientes con toda evidencia a denotata de dis- lentes20. La transcodificación pragmática surge allí don-
tinto tipo. Posteriormente se construye una estructura de se realiza la posibilidad de conducir una narración
secundaria (artística) en la cual estas unidades se hallan estilísticamente diferente acerca de un mismo objeto.
en situación de mutuo paralelismo y esto se convierte No varía el .modelo del objeto, sino la actitud hacia este
en señal de que, en el sistema dado, deben considerarse modelo, es decir, se modeliza un sujeto nuevo,
como equivalentes. Se produce un fenómeno totalmen- Citaremos un ejémplo de transcodificación pragmá-
te opuesto al fenómeno de la equivalencia semántica, tica:
pero únicamente posible sobre la base de experiencia
constante de la comunicación lingüística. 30 Sin embargo, si tomamos este ejemplo como una manifestación de
La equivalencia de los elementos semánticos de la un estilo determinado que no' modeliza dos· cuadros distintos, de la rea-
lidad como medio de penetrar en una realidad «auténtica», extrasemió-
estructura artística no presupone ni una actitud simi- tica, sino como dos posibles actitudes del autor hacia un mismo mundo,
real, entonces se puede considerar la trahscodificación como pragmática.
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64
comunicación {ingüística, pasamos por. alto un sistema
NasmeSkoj gor'koju obmanutogo syna complejo ele' significados creados por la estructura ar-
Nad promotav§imsja otcom. tística propiamente dicha.
Se puede avanzar la suposición de que la clasificación
[ Con la sonrisa amarga de un hijo engañado de los significados de los sistemas moralizadores secun-
Ante un padre que ha dilapidado su fortuna.] darios de tipo artístico por el procedimiento de estable-
(M. Yu, L e r mo n t o v , Duma Meditación) cer la equivalencia entre los elementos semánticos puede
revelarse útil al1construir la-teoría; estructural de los
My-produkty atomnych raspadov. tropos y, en un sentido más amplio, .de los significados
Za otcov produvsichsja-rasplata. artísticos en general, y la distinción entre los tipos se-
[Somos el producto de desintegraciones atómicas. mántico y pragmático de transcodificación, al exponer
Por los padres arruinados en el juego pagamos.] los problemas de la estilística a la luz de las ideas se-
(A. V o z n e s e n s k i , Otstuplenije v ritme. rok-n-rolla mióticas. *
[Digresión en ritm o de rock-and-roll]) Los significados que se forman como resultado de
transcodificaciones externas pueden definirse como para-
«PromotavSijes’a otcy» [«los padres que han dilapida- digmáticos, y de las internas, como sintagmáticos. Más
do su fortuna»] y «produvsijes?a otcy» [«los padres adelante volveremos a estos principios importantísimos
arruinados en el juego»] —tanto el objeto-concepto como de la formación de significados artísticos. Ahora nos li-
el objeto-denotatum-^ coinciden de un modo ostensible. citarem os a señalar un aspecto de su correlatividad.
Varía la pragmática. Y si en la poesía de Voznesenski Los sistemas construidos sobre la base de significados
el significado artístico de tipo semántico se forma me- únicamente sintagmáticos o únicamente paradigmáti^
diante una serie de complejas oposiciones fónicas en eos son, al parecer, imposibles. Lo más frecuente es el
el interior del texto («rasplata»-«raspadov», «produkty»· dominio de un tipo de significados sobre otro. Puede
«produvsichsja», etc.)', el significado pragmático se re- señalarse aquí una regularidad: cuanto más rígida es
vela en una cierta medida a través de la comparación la organización de uno de estos sistemas, tanto más li-
extratextual con la poesía de Lermontov21. bre es, dentro de. los límites de la estructura dada, la
En este sentido puede considerarse como el primer construcción del otro sistema. Así, là música no pro*
ejemplo en la literatura rusa de formación de signifi- gramática (o no vocal) se construye sobre la base de
cados nuevos a un nivel pragmático la reflexión del autor una sintagmática muy rígida: el elemento principal del
del Cantar de las huestes de Igor, de cómo construir significado será la relación de los segmentos del texto
la narración, si «según las bilinas de la época» o «según respecto a su medio textual. Sin eiribargo, la semánti-
lo entendía Bayan». Son significativos los ejemplos de c a de .cada uno d é lo s elementos —su relación con cual-
cómo habría cantado Bayan la campaña de Igor Svia- quier serie extramusical— représenta ese reserva es-
toslavich y la contraposición de su. propio estilo. tructural libre que cada oyente ordena en el proceso
Es preciso, sin embargo, subrayar que la división de de su percepción; Cuanto más rígida es la relación del
las transcodificaciones en semánticas y pragmáticas en orden de los segmentos del texto, tanto más libre es
el texto artístico es posible casi siempre tan sólo a tí- la relación semántica de los elementos del texto musi-
tulo de abstracción investigadora. De hecho, nos encon- cal con las representaciones extramusicales.
tramos, por regla general, ante combinaciones complejas En una estructura opuesta —en la novela psicológica
de ambos sistemas. Es más: las mismas aproximacio- del siglo X IX — los significados fundamentales se forman
nes pueden presentarse en unas conexiones estructura- ■mediante transcpdificaciones externas (sistema paradig-
les como semánticas y en otras, como pragmáticas. mático). La sucesión de episodios o de otros segmentos
Lo dicho confirma el hecho de que, al examinar él del texto crea determinados significados, pero basta con
contenido de un texto artístico únicamente al nivel de recurrir al relato del texto para convencernos inmedia-
tamente de que es más fácil modificar la sintagmática
21 Es preciso señalar que la equivalencia de los versos recíprocamen- de los segmentos del texto que la paradigmática. Nos
te correlativos de Lermontov y ae Voznesenski se alcanza nó sólo gra-
cias a su significado común a nivel semántico, sino también gracias a resulta más fácil confundir el orden de los capítulos
una posición funcionalmente similar en un· sistema de dos estilos dife- de Guerra y paz qué Ja relación entre el carácter de
rentes. Como concepto, los «padres» de Voznesenski no son equivalen-
tes a los «padres» de Lermontov, pero en ambos casos nos hallamos
Pierre y el carácter de Andrés Bolkonski. -
ante la denominación de algo elevado, de la misma sangre y tradicio- Es significativo el hecho de que basta con dirigirse a
nalmente respetable. «Que han dilapidado su fortuna» y «arruinados en géneros que poseen una estructura sintagmática más
el juego» son funcionalmente unívocos, ya que expresan la idea de Ja
bancarrota en la forma más ofensiva posible dentro de los límites del
rígida —por ejemplo, a la novela de aventuras o a la
sistema estilístico dado.
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policíaca— para que la rigidez de la organización para-
digmática empiece a disminuir sensiblemente.
Y si tomamos un texto como puede ser una poesía lí-
rica y lo consideramos como un segmento estructural
(a condición de que la poesía no forme parte de un
ciclo), en este caso los significados sintagmáticos—por
ejemplo, la relación del texto con otras obras del mismo
autor o con su biografía— adquieren el mismo carácter
de reserva estructural que en la música tenía la semán-
tica;

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