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López de la Cruz Eduardo

26/04/2020
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Tema lV: “LA SEMIÓTICA Y LA HERMENÉUTICA.”
Subtema IV.1:” Hermenéutica. Concepto. Historia y actualidad.”

la hermenéutica es la disciplina de la interpretación; pues bien, ella puede tomarse


como arte y como ciencia, arte y ciencia de interpretar textos. La interpretación es
la comprensión, como un proceso, no como un acto instantáneo y definitivo, sino
que va profundizando sucesivamente en lo que interpreta. La misma noción de
texto ha cambiado mucho. Los textos no son sólo los escritos, como ha sido lo
usual, sino también los hablados, los actuados —las acciones significativas: un
poema, una pintura y una pieza de teatro son ejemplos de textos; van, pues, más
allá de la palabra y el enunciado. (Los medievales y los renacentistas llegaban a
decir que el mundo mismo era un texto.) Una característica peculiar que se
requiere para que los textos sean objeto de la hermenéutica es que en ellos no
haya un solo sentido, es decir, que contengan polisemia, significado múltiple. Eso
ha hecho que la hermenéutica, para toda una tradición, haya estado asociada a la
sutileza. Esta última consistía en la capacidad de traspasar el sentido superficial
para llegar al sentido profundo, inclusive al oculto; también de encontrar varios
sentidos cuando parecía haber sólo uno; y, en especial, de hallar el sentido
auténtico, vinculado con la intención del autor, plasmado en el texto y que se
resistía a ser reducido a la sola intención del lector. Tenemos ya tres cosas en la
interpretación: 1) el texto (con el significado que encierra y vehicula), 2) el autor y
3) el intérprete. (Suelen añadirse el código y el contexto.) El lector o intérprete
tiene que descifrar, con un código, el contenido significativo que dio al texto el
autor o escritor, y colocar ese texto en su contexto, para que adquiera el
significado que el autor quiso darle, pero sin perder la conciencia de que él (el
lector o intérprete) le da también algún significado o matiz subjetivo. La
hermenéutica, pues, en cierta manera, descontextualiza para recontextualizar,
llega a la contextuación después de una labor elucidatoria y hasta analítica. Le
añade una síntesis o comprensión.
Objeto y objetivo de la hermenéutica
Una ciencia se define por su objeto. Y he dicho que el objeto de la hermenéutica
es el texto. Pero el texto es de varias clases.2 Por eso más adelante tendremos
que detenernos un poco en la noción de texto. Por ahora veamos no ya el objeto
de la hermenéutica, que es el texto, sino el objetivo o finalidad del acto
interpretativo. Este es la comprensión del texto mismo, la cual tiene como
intermediario o medio principal la contextuación. Es poner un texto en su contexto
y aplicarlo al contexto actual, que puede ser muy distinto. Por eso toda
interpretación conlleva una auto interpretación. Nos interpretamos frente al texto,
para ver su distancia respecto de nosotros, y alcanzar lo más posible de
objetividad. El autor imprimió al texto una intencionalidad significativa, y muchas
veces se distorsiona, por no poner el texto en el contexto en el que se emitió.
Ciencia o arte
Pero, al hacer esto, ¿actúa la hermenéutica como ciencia o como arte? Ante esta
pregunta, hemos de responder que actúa como ambas cosas. En efecto, si
entendemos, siguiendo a Aristóteles, la ciencia como un conjunto estructurado de
conocimientos, en el que los principios dan la organización a los demás
enunciados, podemos considerar como ciencia la hermenéutica; y si entendemos
—igualmente con Aristóteles— el arte o técnica como el conjunto de reglas que
rigen una actividad, también podemos ver la hermenéutica como arte, que enseña
a aplicar correctamente la interpretación. Esto se ve a semejanza de la lógica, que
también es ciencia y arte: construye ordenadamente el corpus de sus
conocimientos, y los dispone en reglas de procedimiento que se aplican a los
razonamientos concretos.
Pero, además de tener algo de ciencia y de arte, la hermenéutica tiene un aspecto
prudencia, phronético. Gadamer toma de Aristóteles la noción de prudencia o
phrónesis, y dice que es el modelo de la interpretación, del acto hermenéutico.
Recordemos que la phrónesis se aplicaba a la acción, para, después de la
deliberación, en la que sopesaba los pros y los contras, elegía los medios para
llegar a los fines propuestos. Gadamer la aplica, por analogía, al texto, haciendo
ver que usamos la phrónesis para interpretar, ya que —con una estructura retórica
— deliberamos sobre interpretaciones rivales de un texto con el fin de elegir la
mejor o las mejores, y llegar así a un juicio interpretativo adecuado. Algunos han
criticado a Gadamer por querer aplicar la phrónesis aristotélica, que tenía por
objeto la acción, como modelo de la hermenéutica, que tiene por objeto la
interpretación de textos. Pero podemos aceptarla, sabiendo que es una aplicación
de la analogía: la interpretación es análoga a la deliberación prudencial, tienen
elementos comunes y por eso la primera puede servir de modelo y estructura a la
segunda.
El proponer la phrónesis como modelo de la hermenéutica, según lo hace
Gadamer, es en el fondo sostener que la hermenéutica no tiene reglas, es decir,
no tiene método.3 Se va haciendo la virtud o arete de la interpretación, con la
práctica y la atención a algunos modelos. Yo prefiero una postura intermedia,
como la de Ricoeur, para el que la hermenéutica puede tener algunas reglas muy
generales de procedimiento, sin que sean lo determinante (pues el que las
siguiera tendría que hacer buenas interpretaciones, y eso no siempre sucede). Al
modo como lo veían los medievales, la virtud aristotélica, a pesar de depender
prioritariamente del ejercicio y la imitación, puede tener algunas reglas muy
amplias que la guíen (es como tratar de combinar el “decir” y el “mostrar”, de
Wittgenstein).
División de la hermenéutica
En cuanto a la división de la hermenéutica en clases (y todavía no en partes), se
han propuesto tres tipos de interpretación: i) la intransitiva, o meramente
recognoscitiva, como la filológica y la historiográfica, cuya finalidad es el entender
en sí mismo; ii) la transitiva, o reproductiva o representativa o traductiva, como la
teatral y la musical, cuya finalidad es hacer entender; y iii) la normativa o
dogmática, como la jurídica y la teológica, cuya finalidad es la regulación del
obrar.4 Pero a ello se puede objetar que toda interpretación recognoscitiva y
normativa es también reproductiva o traduce va/’ Y eso es cierto; por lo cual quizá
haya que poner como clasificación tres tipos de traducción, según tres finalidades
que se le pueden dar: comprensiva, reproductiva y aplicativa. Y además podrían
señalarse dos aspectos: uno en que se buscara la teoría del interpretar, y otro en
el que se enseñara a hacer en concreto la interpretación; esto es, el aspecto
teórico y el práctico. Con ello tendríamos la división interna de la hermenéutica en
dos partes: la hermenéutica docens y la hermenéutica utens, esto es, como
doctrina y como utensilio, como teoría y como instrumento de la interpretación.
Fuentes de información
Beuchot, M., & Puente, M. B. (1999). Perfiles esenciales de la hermenéutica (No. 3). UNAM.

Grondin, J. (2014). ¿ Qué es la hermenéutica?. Herder Editorial.

Ferraris, M. (2000). Historia de la hermenéutica (Vol. 1). Ediciones Akal.

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