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Homeostasis.

Capacidad de mantener una condición interna estable compensando los


cambios en su entorno. Permaneciendo en equilibrio, incluso cuando se originan sucesos
radicales en el entorno externo.
El término fue acuñado por Walter Canon en 1929; se inspiró en la idea del medio interno
propuesto por el investigador Claude Bernat. (1813-1878), quien se dio cuenta de que un ser
vivo tiende a mantener su funcionamiento normal, incluso cuando el ambiente externo sufre
grandes cambios. Esto muestra que, aunque los organismos interactúen con su entorno
(externo), este no siempre afecta a su entorno interno, relativamente independiente del
medioambiente en el que se encuentre.
La homeostasis corporativa sería un continuo movimiento de adaptación a los desequilibrios
provocados por un entorno muy veloz, incierto, ambiguo, complejo y terriblemente exigente, al
que se enfrentan diariamente las organizaciones actuales. 
Cuestiones como la escasez de materia prima, las bajas laborales por COVID o las alteraciones
en el transporte o en el precio de la energía, convierten al entorno actual en una amenaza
continua a la actividad normal de las empresas.
Las organizaciones están obligadas a adaptarse con agilidad a estos cambios constantes del
entorno, desarrollando una organización líquida (como decía Bauman) que sea capaz de volver
a la homeostasis, a ese equilibrio permanentemente dinámico.
Los responsables de esa homeostasis corporativa son los equipos, las personas que componen
la organización. Una sólida estructura humana, comprometida con el proyecto de la empresa,
actuará de manera inmediata ante los embates del entorno. Una estructura débil, sin embargo,
será avasallada por él.
La cuestión ahora no es si se tiene el dinero o no para hacer frente a situaciones (que es
importante, sin duda). La cuestión es que, independientemente del dinero que se tenga, el
contenedor puede sufrir retrasos de semanas, el proveedor puede tener compromisos más
importantes que tu empresa (por lo que te quedaste sin materia prima) o el talento puede huir
en busca de empresas más equilibradas (y cada vez es menor la oferta de talento en el
mercado).
Un equipo sólido de personas comprometidas con el proyecto y con la dirección de la empresa
buscará la forma de hacer frente a todos los envites que se produzcan. Sin embargo, un equipo
desencantado, frustrado o mal informado actuará de freno, en lugar resolver la situación.
Cuando una persona no se siente comprometida, no aportará su potencial a las exigencias de
la empresa y hará lo mínimo exigible.
Un ser vivo ve su final cuando es imposible mantener la homeostasis. Las organizaciones, que
son organismos vivos compuestos por un número determinado de personas, lo pasarán mal si
el sistema no es capaz de recuperar su homeostasis.
Los sistemas de la homeostasis

La homeostasis en el cuerpo humano se logra, principalmente, gracias a dos sistemas básicos:


el sistema nervioso y el sistema endocrino. El primero coordina las acciones del organismo y el
segundo señala lo que debe hacer cada órgano.
En el mundo de las organizaciones estos dos sistemas básicos estarían compuestos por la
dirección general y los directivos de primer nivel de una compañía. Debe existir una alineación
perfecta entre todas las personas de este nivel de responsabilidad en cuanto a confianza y a
rumbo. Cuando esto se da, la consecución de los objetivos se torna fácil, aun cuando el entorno
es adverso.
En muchos casos, esta alineación no se percibe y la dirección general tiene una idea que
recoge la dirección comercial, quien choca con finanzas, con producción o con ambos y cada
uno tira para su área provocando un desequilibrio interno que complica, aún más, la absorción
de las circunstancias que se suceden en el exterior.

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