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Introducción
Al revisar la historia de los Bautistas en América Latina y el Caribe hay un nombre que
resalta en casi todos los países de la región como precursor de la obra de
evangelización: Diego Thomson.
Infancia y juventud
Glashow para estudiar Teología. En Edimburgo también fue co-pastor junto a James
Haldane en el Tabernáculo Leith Walk.
Fueron sus estudios en la escuela Borough Road de Inglaterra en 1818 sobre métodos
de enseñanza los que le motivaron a pensar en la mejor forma de educar a las
personas y unido su fuerte convicción de que la Biblia debía ser la única regla de fe y
conducta. ¿Qué mejor forma de transformar una vida que poniéndola en contacto con
la palabra de Dios? ¿Qué mejor que comenzar lo antes posible? Es por ello que trató
de promover un sistema de estudio vinculado con la Biblia, en especial el sistema
Lancasteriano de educación unido a la Biblia como material de estudio y aprendizaje.
Se hizo miembro de la Sociedad Bíblica y Extranjera Británica y de la Sociedad Británica
de Escuelas. La iglesia de Leith Walk financió su primer año en América del Sur.
Entendió la misión en términos de un trípode: la Sociedad Escolar, la Sociedad Bíblica y
la Sociedad Misionera, y abogó por la formación de "colonias cristianas" que consisten
en "emigrantes que poseen una religión real"
Países recorridos
Argentina (1818-1821). Argentina fue el primer lugar visitado por Diego Thomson al
que llegó con apoyo de su iglesia y con el objetivo de aplicar los conocimientos sobre
educación y con énfasis en la evangelización y enseñanza de la Biblia. Pasó varios años
en Buenos Aires para adaptarse a las costumbres e idioma. Inauguró 8 instituciones
educativas y promovió el estudio de la Biblia. Debido a su trabajo allí fue creando una
fama en los países vecinos que le permitió extender el método a otros países. Se debe
resaltar que fue en esta ciudad donde se llevó a cabo la primera reunión protestante
de América del Sur en la cual no solo participó sino que fue uno de sus promotores.
Uruguay (1820). Estando aun en Argentina, recibió una invitación a Montevideo para
ayudar con la instauración del sistema Lancasteriano de educación y a diferencia de
otros países católicos, contó con mucho apoyo del clero.
Perú (1822-1824). De Chile pasó a Perú, pero a diferencia de este último país no fue
muy bien aceptado debido a los grandes conflictos internos y religiosos. No obstante,
logró realizar cierto trabajo de capacitación allí, fundar algunas escuelas y una
Biblioteca. Quizás lo más relevante es que fue allí donde conoció a San Martín y a
Simón Bolivar los cuales apoyaron su obra y el deseo de promover la educación por
toda Latinoamérica.
México (1826-1830, 1842-1844). Aquí pasó varios años y luego regresó otra vez para
completar su tarea en este país. Además de la distribución de la Biblia y los sistemas de
enseñanza, comienza un nuevo interés en Thomson: la traducción de la Biblia para que
fuera accesible a los pueblos autóctonos que no la tenían. Debido a los conflictos
internos y a la oposición a su trabajo tuvo que partir a Inglaterra y siguió otro recorrido
por Latinoamérica para regresar en 1842 y aunque tuvo apoyo de muchas personas no
pudo lograr su objetivo de distribuir la Biblia en todo el país de forma libre.
Venezuela (1830-1831). En este país pudo distribuir algunas Biblias, pero encontró una
fuerte resistencia del clero, no obstante, su persistencia y paciencia hicieron posible
que muchas de ellas llegaran al pueblo.
El Caribe (1833-1836) Durante tres años y estableciendo una base principal en
Jamaica, Thomson navegó por todo el caribe, visitó cerca de 20 islas, cada una de ellas
con culturas e idiomas diferentes. En todas promovió la venta y distribución de Biblias,
aunque no inauguró escuelas, si compartió y motivó la implementación del método
Lancasteriano de enseñanza con la Biblia como base de estudio y defendió la libertad
religiosa.
Describió a Cuba como una “isla de las tinieblas” por sus situación económica y
espiritual. No obstante, pudo vender y distribuir las Biblias que había traído y visitó
varias de las ciudades como Matanzas (donde hubo muy poco interés en adquirir
Biblias), Puerto Príncipe (la capital legal del país en ese entonces y dónde encontró una
mejor aceptación para las Biblias) y Santiago de Cuba. Thomson coincidió con el
arzobispo de Cuba en Jamaica y le comentó de su futuro viaje a la isla para distribuir
Biblias de parte de las Sociedades Bíblicas pidiéndole una reunión la cuál fue
rechazada. El arzobispo emitió una circular para que no se aceptaran las Biblias y que
los clérigos estuvieran atentos. No obstante que el Gobernador General prohibió leer
la circular en las iglesias esta trajo problemas en la recepción de las Biblias y de la
persona de Thomson en Cuba.
La situación de la educación en la ciudad, así como en todo el país era deplorable de tal
forma que había muchas quejas a las autoridades y en ese contexto específico ocurrió
la visita de Diego Thomson promoviendo el método lancasteriano de educación con
base en el estudio de la Biblia. No obstante, Thomson no tuvo una calurosa
bienvenida, sino que muchos creyeron que su distribución de Biblias tenía el objetivo
de levantar a los esclavos y destruir a sus amos blancos. Aunque, quizás debido a su
influencia, el método fue aprobado haciéndose extensivo a todas las escuelas públicas
y subiéndoles el salario a los maestros justo luego de su visita.
Conclusiones
La vida de Diego Thomson estuvo centrada en una misión muy clara: “ofrecer y
difundir las Sagradas Escrituras en todas las partes y a todos los hombres, de todos los
continentes y de todas las naciones, y hasta las islas lejanas del mar.” De forma tal que
“todo el que la leyera viviera para siempre” En muchos lugares tuvo oposición y su
respuesta a ella fue la oración: “¿Qué podía hacer sino orar a Dios para que quitara las
tinieblas que ciegan los ojos de la multitud, grande y pequeña, sobre el inmenso tema
de la eternidad; y que Dios en verdad los despierte de su estupor, y dirija su atención a
la palabra de Dios que ahora está a su alcance, que así sean iluminados para la vida
eterna.” De esta forma aprovechaba cada oportunidad para “decir algo a aquellos que
conozco en mis movimientos sobre el bendito evangelio de Cristo, y los insto a buscar
el reino de Dios y a buscarlo a través de las Sagradas Escrituras, el único libro que
puede dirigirnos en esta gran preocupación.