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a) Cuatro maneras de identificar los defectos

Quien quiera identificar sus defectos puede seguir cuatro métodos:

(1º) El primero es recurrir un maestro espiritual con experiencia para que lo examine y le revele sus
defectos [ocultos y la manera de tratarlos]. En esta época es algo difícil y raro de encontrar.

(2º) El segundo es tener un amigo [sincero y] comprensivo que no le oculte sus defectos para halagarlo
ni los magnifique por envidia. Esto es también muy raro. Alguien le preguntó cierta vez a Dawud Al-
Ta’i: “Por qué te apartas de la gente?, y él contestó: “¿De qué me sirve el el halago de personas que me
ocultan mis defectos?”

(3º) El tercero es escuchar lo que dicen sus enemigos sobre él, porque la vista del adversario siempre se
fija en los defectos. Y aunque exageren por su enemistad, sus palabras nunca estarán exentas de reflejar
algo de verdad.

(4º) Y el cuarto método es estudiar a la gente [en su carácter], investigando si cada defecto que ve en
ellos no está también en sí mismo, sospechando que puede estar aquejado por los mismo*. Le
preguntaron a Jesús (la paz sea con él): “¿Quién te enseño el adab [para cada circunstancia]?”, y él
respondió: “Nadie. Simplemente me aparto de los defectos que veo en los demás” Hay que saber [-por
otra parte-] que cuando más [ignorante y ] tonta es una persona más se considera a si misma buena [y
exenta de defectos]. “Umar [Ibn Al-Jattab] (RA) solía decirle a Hudhayfa (RA); “Tú eres el guardián
del secreto del Mensajero de Allah (SAW) sobre los hipócritas, ¿ves en mi algún rastro de hipocresía?
En síntesis: cada persona debe investigar cuales son sus defectos, porque quien no conoce la
enfermedad no puede tratarla y curarla.

Todos los tratamientos [a las enfermedades del corazón] se toparán con la oposición de las pasiones
carnales, como dice el Altísimo:

Y quien, temiendo la comparecencia ante su Señor le vedó a su alma [entregarse a ] las pasiones, tendrá
el Paraiso como morada (79:40-41)

* “Porque ‘el creyente es el espejo del creyente’ [Al-Tabarani] y los defectos que ve en otro los tiene en
su propio nafs” [del Ihyá]

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