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República bolivariana de Venezuela

Ministerio del poder popular para la educación

UNERG – Universidad nacional experimental Rómulo gallegos

Maturín Edo – Monagas

Transporte de O2 y CO2

Profesora: Integrantes

Lic. Marlene Cedeño #36 Salgado Lourdes

#37 Sánchez Keyla

#38 Santaella Andreika

#39 Tovar Eglys

#40 Urbaneja Victoria


Aparato respiratorio y la relación con el oxígeno y el dióxido de carbono

(H+): Ion hidrógeno libre en sangre arterial se encuentra a una concentración entre 35 y
45nmoles/L lo que equivale a mantener un pH entre 7,45 y 7,35; el pH es definido como
el logaritmo negativo (en base 10) de la concentración sanguínea

El pH: es un elemento natural que permite que lo alcalino o ácido del organismo esté en
completo equilibrio, es decir, es el aliado para que el cuerpo funcione de manera
óptima. pH es una medida que indica la acidez o la alcalinidad del agua.

Oxigeno: Es un gas incoloro e inodoro que se encuentra en el aire, en el agua, en los


seres vivos y en la mayor parte de los compuestos orgánicos e inorgánicos; es esencial
en la respiración y en la combustión.

Dióxido de carbono: Gas inodoro e incoloro que se desprende en la respiración, en las


combustiones y en algunas fermentaciones.

La respiración representa la vida. La primera respiración de un bebé y el último suspiro


de una persona agonizante son los dos momentos más impactantes de la experiencia
humana. Pero, ¿por qué se respira? Se debe al hecho de que casi todo el metabolismo,
de manera directa o indirecta, requiere ATP. La mayor parte de la síntesis de ATP
requiere oxígeno y genera dióxido de carbono, lo que lleva a la necesidad de respirar
para proporcionar el primero y eliminar el segundo. El aparato respiratorio consta, en
esencia, de conductos que llevan aire a los pulmones, donde el oxígeno se difunde en la
sangre y se elimina el dióxido de carbono.

Trifosfato de adenosina (ATP), es una molécula que se encuentra en todos los seres
vivos (bacterias, levaduras, mohos, algas, vegetales, células animales) y constituye la
fuente principal de energía utilizable por las células para realizar sus actividades como,
por ejemplo, la síntesis de ADN y ARN, las proteínas y el transporte de determinadas
moléculas a través de la membrana celular.

El aparato respiratorio y el sistema cardiovascular colaboran para llevar oxígeno a los


tejidos de todo el cuerpo y transportar el dióxido de carbono a los pulmones, para su
eliminación. Estos dos aparatos no sólo tienen una cercanía en la cavidad torácica, sino
que también tienen una estrecha relación funcional que a menudo los considera juntos
en el sistema cardiovascular. Un trastorno que afecta a los pulmones tiene efectos
directos y pronunciados en el corazón, y viceversa.

El aparato respiratorio es un sistema de órganos que hace que el aire entre y salga del
cuerpo de manera rítmica, por lo cual proporciona al cuerpo oxígeno y expele el dióxido
de carbono que genera. Sin embargo, tiene un rango más amplio de funciones como:
1. Es fundamental en el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono entre la sangre y
el aire.

2. Sirve para el habla y otras vocalizaciones (risa, llanto, etc).

3. Tiene una función en el sentido del olfato, importante para las interacciones sociales,
la selección de alimentos y la evasión de peligros (como fugas de gas y comida
podrida).

4. Al eliminar el CO2, ayuda a controlar el pH de los líquidos corporales. El exceso de


CO2 reacciona con el agua y libera iones hidrógeno, por tanto, si el aparato respiratorio
no se mantiene al ritmo de la producción de CO 2, se acumula H+ y los líquidos
corporales tienen un pH tan bajo que es anormal (acidosis).

5. Los pulmones dan un paso en la síntesis de un vasoconstrictor llamado angiotensina,


que ayuda a regular la presión arterial.

6. La respiración crea gradientes de presión entre el tórax y el abdomen que promueve


el flujo de linfa y sangre venosa.

7. Los pulmones filtran pequeños coágulos sanguíneos de la circulación y los


disuelven, evitando que los coágulos obstruyan la circulación coronaria, cerebral y
renal, que son vitales.

8. El hecho de contener la respiración ayuda a expeler contenido abdominal durante la


micción, la defecación y el parto (maniobra de Valsalva).

Transporte de gases: O2 llevado de los alveolos a los tejidos sistémicos. CO 2 llevado de


los tejidos sistémicos a los alveolos.

Estimulación central y periférica de los centros respiratorios

Las variaciones en el ritmo respiratorio son posibles porque los centros respiratorios del
bulbo raquídeo y la protuberancia reciben información de otros niveles del sistema
nervioso y, por tanto, responden a las necesidades fisiológicas variables del cuerpo. Por
ejemplo, la ansiedad puede desencadenar un brote de hiperventilación descontrolada en
algunas personas, un estado en el que la respiración es tan rápida que expele CO 2 del
cuerpo a un ritmo que supera al de su producción. A medida que caen las
concentraciones de CO2, el pH se eleva y causa que las arterias cerebrales se constriñan.
Esto reduce la perfusión cerebral y puede causar mareo o desmayo. La hiperventilación
puede controlarse al hacer que la persona vuelva a respire en una bolsa de papel. Varios
receptores sensitivos también proporcionan información a los centros respiratorios:

• Los quimiorreceptores centrales son neuronas encefálicas que responden sobre todo a
cambios en el pH del líquido cefalorraquídeo. Están concentrados a cada lado del bulbo
raquídeo. El pH del líquido cefalorraquídeo refleja el nivel de CO 2 en la sangre, de
modo que, al regular la respiración para mantener un pH estable, los centros
respiratorios también aseguran una concentración estable de CO2 en la sangre.
• Los quimiorreceptores periféricos se localizan en los cuerpos carotideos y aórticos de
las arterias mayores, arriba del corazón. Responden al contenido de O 2 y CO2 en la
sangre, pero sobre todo al pH. Los cuerpos carotídeos se comunican con el tallo
encefálico por medio de los nervios glosofaríngeos, y los cuerpos aórticos por medio de
los nervios vagos.

• Los receptores de estiramiento se hallan en el músculo liso de los bronquios y los


bronquiolos, así como en la pleura visceral. Responden a la dilatación de los pulmones y
envían señales al DRG por medio de los nervios vagos. La dilatación excesiva
desencadena el reflejo de insuflación, un reflejo somático protector que inhibe con
fuerza a las neuronas y detiene la inspiración. En lactantes, puede ser un mecanismo
normal de transición de la inspiración a la espiración, pero después de la infancia sólo se
le activa por el estrechamiento extremo de los pulmones.

• Los receptores de irritantes, son terminaciones nerviosas entre las células epiteliales de
las vías respiratorias. Responden a humo, polvo, polen, humos químicos, aire frío y
exceso de moco. Transmiten señales a través de los nervios vagos al DRG, y éste
devuelve señales a los músculos respiratorios y bronquiales, lo que produce reflejos
protectores y bronco constricción, respiración más superficial, interrupción de la
respiración (apnea) o tos.

Intercambio de oxígeno y de dióxido de carbono

El intercambio de oxígeno y de dióxido de carbono entre el aire alveolar y la sangre


pulmonar se produce por difusión pasiva, que depende del comportamiento de los gases,
descrito en dos leyes: la ley de Dalton y la ley de Henry. La ley de Dalton es importante
para entender la forma en que los gases se mueven, según sus diferencias de presión por
difusión, y la ley de Henry ayuda a explicar la relación entre la solubilidad de un gas y
la difusión.

Leyes de los gases: ley de Dalton y ley de Henry.

De acuerdo con la ley de Dalton, cada gas en una mezcla de gases ejerce su propia
presión como si fuera el único. La presión de un gas específico en una mezcla se
denomina presión parcial (Px); el subíndice es la fórmula química del gas. La presión
total de la mezcla se calcula en forma simple sumando todas las presiones parciales. El
aire atmosférico es una mezcla de gases, nitrógeno (N 2), oxígeno (O2), argón (Ar),
dióxido de carbono (CO2), cantidades variables de vapor de agua (H2O) y otros gases
presentes en pequeñas cantidades. La presión atmosférica es la suma de las presiones de
todos estos gases:
Presión atmosférica (760 mm Hg)
= PN2 + pO2 + PH2O+ PAr + PCO2 + Potros gases

La presión parcial ejercida por cada componente de la mezcla puede determinarse a


través de la multiplicación el porcentaje del gas en la mezcla por la presión total. El aire
atmosférico contiene 78,6% de nitrógeno, 20,9% de oxígeno, 0,93% de argón, 0,04% de
dióxido de carbono y 0,06% de otros gases. La cantidad de agua varía desde casi 0% en
el desierto hasta 4% en el océano, pero promedia 0,4% en un día fresco y seco. En
consecuencia, las presiones parciales de los gases en el aire inspirado son las siguientes:

PN2 = 0,786 × 760 mm Hg = 597,4 mm Hg

PO2 = 0,209 × 760 mm Hg = 158,8 mm Hg

PAr = 0,0009 × 760 mm Hg = 0,7 mm Hg

PH2O = 0,003 × 760 mm Hg = 2,3 mm Hg

PCO2 = 0,0004 × 760 mm Hg = 0,3 mm Hg

Potros gases = 0,0006 × 760 mm Hg = 0,5 mm Hg

Total = 760 mm Hg

Estas presiones parciales determinan el desplazamiento del O2 y del CO2 entre la


atmósfera y los pulmones; entre los pulmones y la sangre; y entre la sangre y las células
corporales. Cada gas difunde a través de una membrana permeable, desde el área con
mayor presión parcial hacia el área con menor presión parcial. Cuanto mayor es la
diferencia en la presión parcial, más rápida es la difusión.

En comparación con el aire inspirado, el aire alveolar tiene menos O 2 (13,6 versus
20,9%) y más CO2 (5,2 versus 0,04%) por dos razones. En primer lugar, el intercambio
gaseoso en los alvéolos aumenta el contenido de CO2 y disminuye el contenido de O2
del aire alveolar. En segundo lugar, cuando el aire se inspira, se humidifica al pasar por
la cubierta mucosa húmeda. A medida que aumenta el contenido de vapor de agua en el
aire, el porcentaje relativo de O2 disminuye. En cambio, el aire espirado contiene más
O2 que el aire alveolar (16 versus 13,6%) y menos CO 2 (4,5 versus 5,2%) porque parte
del aire espirado se encontraba en el espacio muerto anatómico y no participó en el
intercambio gaseoso. El aire espirado es una mezcla de aire alveolar y aire inspirado que
estaba en el espacio muerto anatómico.

La ley de Henry establece que la cantidad de gas que se va a disolver en un líquido es


proporcional a la presión parcial del gas y a su solubilidad. En los líquidos corporales, la
capacidad de un gas de mantenerse en solución es mayor, cuando su presión parcial es
más alta y cuando tiene una solubilidad elevada en agua. Cuanto mayor es la presión
parcial de un gas sobre un líquido y cuanto mayor es su solubilidad, más porcentaje del
gas permanece en solución. En comparación con el oxígeno, una proporción mucho
mayor del CO2 se disuelve en el plasma porque su solubilidad es 24 veces mayor que la
del O2. Aunque el aire ambiente contiene sobre todo N2, este gas no ejerce un efecto
conocido sobre las funciones del cuerpo y a la presión existente sobre el nivel del mar se
disuelve muy poco en el plasma sanguíneo, dado que su solubilidad es muy baja.

La ley de Henry explica dos trastornos secundarios a los cambios en la solubilidad del
nitrógeno, en los líquidos corporales. Aunque el aire ambiente contiene alrededor de
79% de nitrógeno, este gas no cumple funciones en el cuerpo y una proporción muy
escasa se disuelve en el plasma porque su solubilidad sobre el nivel del mar es baja. A
medida que la presión total del aire ambiente aumenta, las presiones parciales de todos
los gases que lo componen se incrementan. Como la presión parcial de nitrógeno en una
mezcla de aire comprimido es más alta que en el aire a la presión del nivel del mar, una
cantidad considerable de nitrógeno se disuelve en el plasma y en el líquido intersticial.
Las cantidades excesivas de nitrógeno disuelto pueden producir mareos y otros síntomas
similares a los de la intoxicación alcohólica. Este estado se denomina narcosis por
nitrógeno o “éxtasis de las profundidades”.

Oxigenación hiperbárica

Es una modalidad de tratamiento que se remontó a principios del siglo XV,


fundamentándose principalmente en las ley de Henry, siendo utilizado para tratar
enfermedades respiratorias. Además de esto, la oxigenación hiperbárica es una técnica
eficaz para el tratamiento de pacientes con bacterias anaeróbicas, cómo las que
producen los tétanos y la gangrena ya qué, (las bacterias anaeróbicas no pueden vivir en
presencia de oxígeno O2 libre). Por lo tanto , cuando un paciente va a ser colocado en
una cámara hiperbárica la misma contiene O² a una presión mayor a una atmósfera (760
mm Hg), esto con el fin de que a medida que los tejidos del organismo captan el O², las
bacterias mueren.

Las cámaras hiperbáricas no solo se utilizan para estas bacterias, sino que también son
utilizadas para el tratamiento de cierto trastornos cardíacos, intoxicación con monóxido
de carbono, embolismo gaseoso, heridas por aplastamiento, edema cerebral, inhalación
de humos, ciertas infecciones óseas difíciles de tratar causadas por bacterias
anaeróbicas, ahogamiento, asfixia, insuficiencias vasculares e incluso quemaduras.

Respiración interna y externa

La respiración externa o intercambio pulmonar de gas: Es la difusión de O² del


aire de los alveolos de los pulmones a la sangre en los capilares pulmonares y la
difusión del CO² en la dirección opuesta. La respiración externa en los pulmones
convierte la sangre desoxigenada (con bajo contenido de O²) proveniente del lado
derecho del corazón en sangre oxigenada (saturada con O²) que vuelve al lado izquierdo
del corazón. A medida que la sangre fluye a través de los capilares pulmonares capta O²
del aire alveolar y desprende CO 2 hacia este . Por lo general este proceso se llama:
“Intercambio de gases”.

Ejemplo:

El O2 se difunde desde el aire alveolar, dónde su presión parcial es de 105 mm Hg, hacia
la sangre en los capilares pulmonares, dónde la PO2 es solo de 40 mm Hg, en una
persona en reposo. Si ha estado haciendo ejercicio, la Po 2 será aún más baja porque las
fibras musculares en contracción están usando más de O2. La difusión continúa hasta
que la Po2 de la sangre capilar pulmonar aumenta hasta alcanzar la Po2 del aire alveolar,
105mm Hg.

Mientras el O, se difunde desde el aire alveolar hacia la sangre desoxigenada, el CO 2 lo


hace en la dirección opuesta. La Pco² de la sangre desoxigenada es de 45mm Hg en una
persona en reposo, mientras que la Pco 2 del aire alveolar es de 40 mm Hg. A causa de
esta diferencia en la Pco2, el dióxido de carbono se difunde desde la sangre
desoxigenada hacia los alveolos hasta que la Pco 2 de la sangre disminuye a 40mm Hg.
De esta manera, la sangre oxigenada que vuelve al lado izquierdo del corazón en las
venas pulmonares tiene entonces una Pc2 de 40mm Hg.

 El ventrículo izquierdo bombea sangre oxigenada hacia la aorta y a través de


las arterias sistémicas a los capilares sistémicos. Este intercambio entre de O 2
y CO2 entre los capilares sistémicos y las células se llama: “Respiración
interna o intercambio de gas sistémico.
 En la respiración interna o intercambio de gas sistémico: A medida que el
O2 abandona el torrente sanguíneo, la sangre oxigenada se convierte en sangre

desoxigenada. Y a diferencia de la respiración externa que solo tiene lugar en


los pulmones, la respiración interna se cumple en todos los tejidos del
organismo. En este caso la Po2 de la sangre bombeada hacía los capilares
sistémicos es más alta que la Po2 en las células porque estás usan
constantemente el O2 para producir ATP.

Por lo tanto, mientras el O2 se desplaza desde los capilares sistémicos hacia las células
de los tejidos, el CO2 se mueve a la dirección opuesta. Cómo las células están
produciendo CO2 en forma continúa, la Pco2 celular es más alta que la de la sangre
capilar sistémica . El resultado es que el CO 2 se difunde desde las células a través del
líquido intersticial hacia los capilares sistémicos hasta que la Pco2 en la sangre aumenta.
De esta manera la sangre desoxigenada regresa luego al corazón y es bombeada hacía
los pulmones para reanudar otro ciclo de respiración externa.

Transporte de oxígeno

Hemoglobina
Casi todo el oxígeno en la sangre está contenido dentro de los eritrocitos, donde está
enlazado químicamente a la hemoglobina. Cada molécula de hemoglobina consta de
cuatro cadenas polipeptídicas llamadas globinas y cuatro moléculas de pigmento
orgánicas en forma de disco, que contienen hierro, llamadas hem. El hem normal
contiene hierro en la forma reducida (Fe2+, o hierro ferroso). De esta manera, el hierro
puede compartir electrones y unirse con el oxígeno para formar oxihemoglobina.
Cuando la oxihemoglobina se disocia para liberar oxígeno hacia los tejidos, el hierro
hem aún se encuentra en la forma reducida (Fe 2+), y la hemoglobina recibe el nombre de
desoxihemoglobina o hemoglobina reducida.

Concentración de hemoglobina

La capacidad de transporte de oxígeno de la sangre entera está determinada por su


concentración de hemoglobina. Si dicha concentración está por debajo de lo normal, el
contenido de oxigeno de la sangre será anormalmente bajo; por el contrario, cuando la
concentración de hemoglobina aumenta por arriba del rango normal, como ocurre en la
policitemia (recuento alto de eritrocitos), la capacidad de transporte de oxigeno de la
sangre aumenta en consecuencia.

La producción de hemoglobina y de eritrocitos en la médula ósea está controlada por


una hormona llamada eritropoyetina producida por los riñones en respuesta a la hipoxia
tisular.

Reacciones de carga y de descarga

La desoxihemoglobina y el oxígeno se combinan para formar oxihemoglobina; esto se


llama reacción de carga. La oxihemoglobina, a su vez, se disocia para dar
desoxuhemoglobina y moléculas de oxígeno libre; esta es la reacción de descarga. La
reacción de carga ocurre en los pulmones, y la de descarga en los capilares sistémicos.

Así, la carga y descarga puede mostrarse como una reacción reversible:

(pulmones)

Desoxihemoglobina+O2===> Oxihemoglobina

(tejidos)

El grado al cual la reacción irá en cada dirección depende de dos factores: 1) la Po² del
ambiente, y 2) la afinidad, o fuerza de enlace, entre la hemoglobina y el oxígeno. La Po 2
alta impulsa la ecuación hacia la derecha (favorece la reacción de carga); a la Po 2 alta de
los capilares pulmonares, casi todas las moléculas de desoxihemoglobina se combinan
con oxigeno. La Po2, baja en los capilares sistémicos impulsa la reacción en la dirección
opuesta para promover la descarga. La magnitud de esta descarga depende de qué tan
bajos son los valores de Po2.

La afinidad entre la hemoglobina y el oxígeno también influye sobre las reacciones de


carga y descarga. Un enlace muy fuerte favorecería la carga pero inhibiría la descarga;
un enlace débil obstaculizaría la carga pero mejoraría la descarga. La fuerza del enlace
entre la hemoglobina y el oxígeno en circunstancias normales es suficientemente fuerte,
de manera que 97% de la hemoglobina que abandona los pulmones está en una forma de
oxihemoglobina, pero el enlace es suficientemente débil de modo que se descarguen
cantidades adecuadas de oxígeno para sostener la respiración aeróbica en los tejidos.

Curva de disociación de oxihemoglobina

La sangre en las arterias sistémicas, a una P,, de 100 mmHg, tiene un porcentaje de
saturación de oxihemoglobina de 97% (lo que significa que 97% de la hemoglobina está
en la forma de oxihemoglobina). Esta sangre es suministrada a los capilares sistémicos,
donde el oxígeno se difunde hacia las células y se consume en la respiración aeróbica.
De este modo, la sangre que sale en las venas sistémicas está reducida en oxígeno; tiene
una Po² de alrededor de 40 mmHg, y un porcentaje de saturación de oxihemoglobina de
aproximadamente 75% cuando una persona está en reposo. En otras palabras, la sangre
que entra a los tejidos contiene 20 ml de O 2, por 100 ml de sangre, y la que sale de los
tejidos contiene 15.5 ml de O2, por 100 ml de sangre. Así, 22%, o 4-5 ml de O 2 de los
20 ml de O2 por 100 mil de sangre se descarga hacia los tejidos.

La cantidad relativamente grande de oxihemoglobina que queda en la sangre venosa en


reposo sirve como una reserva de oxígeno. Si una persona deja de respirar, una reserva
suficiente de oxígeno en la sangre mantendrá el encéfalo y el corazón vivos durante
alrededor de 4 a 5 min sin el uso de técnicas de reanimación cardiopulmonar. Este
aporte de reserva de oxígeno también puede utilizarse cuando los requerimientos de
oxígeno de un tejido aumentan, como en los músculos que están haciendo ejercicio.

Transporte de dióxido de carbono

El dióxido de carbono es transportado en la sangre principalmente en forma de


bicarbonato ( HCO, ), que se libera cuando el ácido carbónico se disocia. El ácido
carbónico se produce en su mayor parte en los eritrocitos a medida que la sangre pasa
por los capilares sistémicos.
El dióxido de carbono es transportado por la sangre en tres formas: 1) como CO2
disuelto en el plasma: el dióxido de carbono es alrededor de 21 veces más soluble que el
oxígeno en el agua, y aproximadamente una décima parte del CO 2 sanguíneo total está
disuelto en el plasma; 2) como carbaminohemoglobina: alrededor de una quinta parte
del CO2 sanguíneo total se transporta fijo a un aminoácido en la hemoglobina, y 3)
como ion bicarbonato, que explica la mayor parte del CO2 transportado por la sangre

El dióxido de carbono puede combinarse con agua para formar ácido carbónico. Esta
reacción ocurre de manera espontánea en el plasma a un índice lento, pero sucede con
mucha mayor rapidez dentro de los eritrocitos debido a la acción catalítica de la enzima
anhidrasa carbónica.

anhidrasa carbónica

CO2 + H2O --------------H2CO2

Alta p co²

Cambio de cloruro

Como resultado de catálisis por la anhidrasa carbónica dentro de los eritrocitos, se


producen grandes cantidades de ácido carbónico a medida que la sangre pasa por los
capilares sistémicos. La acumulación de concentraciones de ácido carbónico dentro de
los eritrocitos favorece la disociación de estas moléculas hacia iones hidrógeno
(protones, que contribuyen a la acidez de una solución) y HCO, (bicarbonato).

Cambio de cloruro inverso

Cuando la sangre llega a los capilares pulmonares, la desoxihemoglobina se convierte


en oxihemoglobina. Dado que la oxihemogilobina tiene una afinidad más débil por el H+
que la desoxihemoglobina, los iones hidrógeno se liberan dentro de los eritrocitos. Esto
atrae HCO3 desde el plasma, que se combina con H+ y forma ácido carbónico:

H+ + HCO3------> H2 CO3

Intercambio y transporte gaseoso en los pulmones y tejidos.

La sangre desoxigenada que vuelve a los capilares pulmonares contiene CO 2


(dióxido de carbono), el cual esta disuelto en el plasma sanguíneo, el CO2 combinado
con la globina forma carbaminohemoglobina (HhCO) y CO 2 incorporado al HCO
(hidratos de carbono-carbohidratos), dentro de los glóbulos rojos. Los glóbulos rojos
toman H+ (ion hidrógeno libre). Uniéndose y siendo amortiguado por la hemoglobina
Hb-H.

Cuando la sangre pasa a través de los capilares pulmonares, las molecular de CO 2


disuelven en el plasma sanguíneo y se disocia de la porción globina de la hemoglobina
difundiendo el aire alveolar que es aspirado, en el mismo instante el O 2 inspirado se
difunde del aire alveolar hacia los glóbulos rojos y se une a la hemoglobina para formar
oxihemoglobina (Hb-O2), el dióxido de carbono es liberado del HCO, cuando el H+ se
combina con el HCO dentro de los glóbulos rojos.

El H2CO, formado mediante esta reacción se desdobla luego en CO 2 que es espirado


y en H2O. Se declina la concentración de HCO dentro de los glóbulos rojos en los
capilares pulmonares, difundiendo desde el plasma sanguíneo en intercambio con CI.
En suma en la sangre oxigenada que abandona los pulmones, aumentando el contenido
de O2 y disminuido el de CO2 y H. En los capilares sistemáticos, las reacciones químicas

se invierten porque las células consumen O2.

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