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Los cambios en el arte y las alteraciones en los recursos estéticos se dan por
una variedad de causas sociales y culturales: cambios en los modos de pensar
y la necesidad de comunicar contenidos diferentes a través de formas
diferentes. Los cambios estilísticos en el arte, por lo general, han sido procesos
que llevaron varios años de concreción y desarrollo.
"El siglo XX fue una época de efervescencia y cambios insólitos que alteraron
radicalmente todos los aspectos de la condición humana".
Contexto siglo XX
El carácter de la vida social, política, cultural y económica sufre un trastorno
perturbador. Se producen cambios en los sistemas políticos: democracia,
socialismo, comunismo soviético son nuevos regímenes que desplazan a la
monarquía. En el campo de la ciencia y la tecnología, el comercio y la industria
se ven transformados: a fines del siglo XIX comienzan a correr los primeros
autos con motor a gasolina, en el mismo año de 1895, los descubrimientos de
la comunicación inalámbrica darán nacimiento más tarde a la radio (1901) y la
televisión (1925). El cine inicia en esta misma década uno de los espectáculos
de masas más poderosos del siglo. En el campo de la ciencia pueden
nombrarse el descubrimiento de los rayos X y el avance en los estudios sobre
la radioactividad. La tecnología impregnó el siglo XX, se crearon máquinas para
viajar, máquinas para trabajar, máquinas para el hogar y, en el mismo proceso,
máquinas para la diversión. Las dos Guerras Mundiales perturbaron en lo más
profundo a las tradiciones e instituciones de la civilización europea.
No resulta sorprendente que ante semejante "efervescencia", el arte traduzca
esta apuesta por la innovación y el cambio en una sucesión desenfrenada de
ismos jamás conocida en la historia del arte.
Los movimientos de vanguardia son muchos y se suceden vertiginosamente,
llegando incluso, algunos de ellos, a coexistir en el tiempo. La complejidad de
las vanguardias podría ser comprendida a partir de ciertos ejes temáticos que
los sintetizan.
Innovación Las vanguardias llevaban implícita una actitud combativa y
polémica respecto de la tradición y los valores establecidos. Novedad,
originalidad, shock, el objetivo era sorprender con algo nuevo.
Crítica Un aspecto que debe ser tenido en cuenta al abordar el arte de
vanguardia es el cambio en la situación social del artista. Éste, a lo largo del S.
XIX se había identificado con su sociedad, y con frecuencia tomó parte activa
en los acontecimientos revolucionarios de su época. Sin embargo, en el S. XX
se produce una ruptura total del intelectual con la sociedad, a quien rechaza
por sus ideales burgueses.
El artista de vanguardia desconectado de la sociedad, que a su vez lo rechaza
debido a la dificultad de comprensión que caracteriza su obra, recurre con
frecuencia al texto escrito para justificar su actitud y explicitar sus
planteamientos estéticos. De ahí que abunden los manifiestos vanguardistas.
Abstracción Las vanguardias definieron su programa estético como
superación y negación de la mimesis, de la réplica o copia de la realidad.
Los artistas rechazaron un sistema figurativo fundamentado en la apariencia, al
tiempo que reivindicaron la libertad personal al margen de toda norma.
Desaparece paulatinamente la referencia al objeto representado; el nuevo arte
no reproducía los datos de la percepción, sino que producía sus composiciones
plásticas a partir de creaciones autónomas que poco a poco fueron dando paso
a la abstracción.
Racionalidad Al proceso de disolución de las formas tradicionales le continuó
la instauración de un principio formal. La nueva estética de la vanguardia se
identificó como un principio racional de orden.
Trascendencia En su afán de ruptura y renovación formal, en realidad, las
vanguardias aspiraban a un principio de transformación de la sociedad, de la
civilización como un todo, anhelaban fundar una sociedad nueva a partir de
cero.
Ambigüedad El violento impulso de crítica social, el ánimo de choque y
ruptura, el desprecio por las instituciones artísticas fue mitigados y convertidos
en normativos; los nuevos valores estéticos de la vanguardia, su carácter
radical y revolucionario se confundieron progresivamente con los valores del
mercado. Las obras, a pesar de proponerse todo lo contrario, fueron asimiladas
por el sistema y con ello institucionalizadas.
Expresionismo El expresionismo surge en un clima de angustia e inseguridad,
inquietud y desazón que predecía los horrores de la guerra. La actitud
innovadora de este movimiento se traduce en una estética regida por la
intención de expresar los sentimientos y sensaciones del artista y despertar en
el espectador emociones igualmente profundas. A través de sus figuras
deformes intentaban sacudir la abulia de una sociedad que se veía cernida por
la guerra, se proponían mejorar el mundo y cambiar la sociedad; esperaban
trastocar al espectador, poner su mente en vibración, provocar una profunda
contemplación y sensibilidad.
Cubismo los cubistas van a reflejar esta búsqueda del Siglo XX, reconocido
como siglo científico. El cubismo es una reacción contra el instinto creador de
desorden en el arte, estará animado por un retorno de la inteligencia y el
equilibrio. Al desenfreno, a la improvisación, a la violencia expresiva e
incontrolada, opone la medida, la reflexión y la norma.
El collage implica una yuxtaposición de elementos reales y representados. La
incorporación de materiales extraartísticos es aprovechada por los cubistas de
dos maneras diferentes. O bien aparece designando un objeto; o bien el
material pegado en el lienzo cumple la función de objeto en sí mismo. En su
momento esta propuesta fue absolutamente revolucionaria y rechazada por el
espectador que no lograba comprender las pinturas cubistas.
La vanguardia cubista influye inmediatamente en el diseño gráfico y, sobre
todo, contribuye a los cambios estilísticos experimentados en el diseño de
carteles. Paralelamente, se produce en estas primeras décadas el surgimiento
del diseñador como un profesional en comunicación, para quien el cartel deja
de ser un objeto de exposición y se convierte en una "máquina de anunciar".
Futurismo El futurismo se desarrolla paralelamente al cubismo. La progresiva
e imparable influencia de la tecnología y la Primera Guerra Mundial derivan en
una postura en contra del pasado y afirmando el presente. Los futuristas
comparten con el cubismo el auge de términos como tiempo, devenir,
movimiento, pero lo llevan a una propuesta más radical.
Con su manifiesto futurista de 1909, el poeta Filippo Marinetti proclamaba la
necesidad de un arte orientado al futuro, a lo nuevo, un arte que respondiese al
espíritu dinámico de la sociedad moderna.
Dadaísmo Dadá supone protesta, euforia, espontaneidad. Se caracteriza por
un absoluto desprecio por las instituciones artísticas; se rebelan contra la
decadencia de la sociedad europea. Para su manifestación recurrieron al
escándalo, la sorpresa, el absurdo. Lo que cuenta es el sentido polémico por
encima de las razones de orden plástico o teórico.
Tratando de escapar de la comercialización de sus obras, proponen el cambio
en la apariencia del objeto artístico. Los cuadros son elaborados con los más
diversos materiales y técnicas que provocan al espectador y despiertan
rechazo. Esta innovación del código estético posibilitaba que todas las cosas
de la realidad fuesen utilizadas para el arte, lo que llegó al extremo del antiarte
a través de los ready made.
La propuesta dadaísta de los ready made lleva a cuestionar el propio rol del
artista: el objeto de arte ya no es construido por las manos del artista sino por
manos anónimas, y su función plástica se reduce a seleccionar y llevar un
objeto, industrialmente fabricado, fuera de su contexto y señalarlo como arte.
Surrealismo Los surrealistas proponían un proceso creativo que iba del interior
al exterior, al igual que los pintores expresionistas. La diferencia radicaba en
que estos últimos buscaban la expresión de mensajes conscientes, mientras
que la búsqueda del surrealismo partía del inconsciente. En la pintura
surrealista surge lo casual y lo azaroso con un nuevo valor. El enfoque estético
de esta tendencia influye profundamente en el diseño gráfico y más
precisamente en los carteles y la publicidad.
Suprematismo definía un estilo de pintura organizada exclusivamente por
elementos geométricos básicos: rectángulo, círculo, cuadrado, triángulo y por la
reducción cromática a colores puros. El suprematismo tomaba la obra de arte
como una construcción de elementos concretos de forma y color. Se abandona
definitivamente la mimesis, instaurando un principio racional de orden.
Constructivismo tomará un giro para separarse del antifuncionalismo de
Malevich. En el constructivismo, los artistas renunciaron a producir "cosas
inútiles" para consagrar el arte como un servicio aplicado a la nueva sociedad.
La historia formal del arte, con el constructivismo, se fundió con los profundos
cambios sociales y políticos operados por la Revolución Rusa de 1917. Ésta
fue tomada como un comienzo nuevo para la humanidad. Los artistas
constructivistas confiaban en que el Comunismo y la ingeniería crearían un
nuevo orden y el artista-diseñador cumpliría el rol de satisfacer las necesidades
de su sociedad: la unión arte–tecnología construiría objetos que enriquecerían
su entorno. De allí el énfasis de estos artistas puesto en el diseño gráfico,
industrial y arquitectónico.
De stijl Paralelo a la Revolución rusa, nace en Holanda el movimiento De Stijl,
corriente promulgada por Piet Mondrian y Theo Van Doesburg en 1917,
considerados los artistas más representativos. Proponían despojar al arte de
todo elemento accesorio para llegar a la esencia de un lenguaje plástico
objetivo.
Mondrian elaboró un sistema de ordenamiento para la pintura que, con el
neoplasticismo, logra trasladar más tarde a otros campos. Simplifica la lineatura
a horizontales y verticales y a ángulos rectos. Acorde a la concepción formal de
estricto rigor geométrico, el principio racional también se define en la aplicación
del color, reducidos a los primarios: rojo, amarillo, azul y los acromáticos:
negro, blanco, gris.
La propuesta estética de Mondrian intentaba mostrar los principios básicos que
subyacen a la apariencia; buscaba llegar a las leyes universales que
gobernaban la realidad visible. Mondrian exponía esta composición plástica
pura como la piedra fundamental de la futura ciudad, como un principio estético
y social.
Bauhaus
Los aportes teóricos de la Bauhaus y su pedagogía experimental establecen
las bases del diseño gráfico. Funcionalidad, simplicidad, precisión y eficiencia,
eran convicciones fundadas desde la relación función–medios artísticos–
medios técnicos. Caracterizados por un deseo utópico de trascender las artes y
crear una sociedad nueva, aquella relación no sólo posibilitó la interacción
entre artistas, artesanos, tecnología e industria, sino que tal síntesis tendía a
una nueva organización o adaptación del hombre a lo que Bauhaus pretendía
lograr: una cultura tecnológica integralmente diseñada.
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