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Tratándose de una disciplina social, el coaching posee antecedentes teóricos sobre los

cuales ha generado sus modelos de práctica y contenidos.

Cuando se habla sobre los orígenes del coaching lo habitual es


remontarse hacia la figura de Sócrates.
El filósofo se valió en vida del método mayéutico, que consiste en la obtención del
conocimiento mediante el diálogo, dicho intercambio se caracteriza por el sistema
pregunta-respuestas-análisis-solución. El método socrático buscaba que desde una
idea errónea, mediante el ejercicio intelectual del debate, se llegase al conocimiento
más completo posible. El principal factor a tener en cuenta como precedente es la idea
de que el discípulo contiene dentro de sí el conocimiento, solo que necesita discernirlo.
Tal como en el coaching, donde se reconoce que el coacheé posee ya de antemano
las herramientas, solo que no ha conseguido extrapolarlas.

Otra figura clásica de referencia es Platón, educando y fiel partidario de


Sócrates, su obra está disponible en el formato de epistolarios, y algunos diálogos que
trascendieron a modo de legado literario y filosófico mundial. Platón ratificó lo
imprescindible de la práctica conversacional, y la efectividad de los cuestionamientos
de conducción racional.

Algunos estudiosos del coaching afirman que los diálogos de Platón pueden ser
estudiados como sesiones primitivas de la disciplina. Esta teoría se dirige hacia las
semejanzas en el papel de dos herramientas básicas: las preguntas capciosas y la
escucha activa. No hay forma de desarrollar un cuestionario que se ajuste a la
situación sin practicar una escucha genuinamente atenta. Solo mediante la escucha y
la observación el coach es capaz de desempañarse en todo su potencial. El coacheé
necesita verificar el proceso en el que está inmiscuido, y las preguntas poderosas son
la forma más usada para legitimarlo.

Ahora bien, en el caso de Aristóteles, tenemos comentarios más definidos sobre


los que pueden ser considerados sus aportes teóricos. La primera es su idea sobre
cómo el individuo puede vivir en vista de en quien desee convertirse, y no conformarse
con lo que “se es”. Se trata de una fórmula no determinista. La segunda idea es una
continuidad ¿cuál es la metodología para convertirse en lo deseado? Aristóteles indica
que el método de cambio radica en la previa conversión de los hábitos, encaminarse
hacia las buenas acciones.

Dejando detrás a los clásicos, encontramos también una fuente teórica en


la filosofía existencialista. Los existencialistas fueron quienes antepusieron a las
características de cada existencia la esencia, y dicha esencia era un concepto
moldeable y profundamente íntimo. El hombre puede elegir cómo se compone su
esencia, y en correlación con esto se comporta en su existencia. Según esta línea de
pensamientos el ser humano no está sometido a la naturaleza como orden definitorio,
sino que él mismo puede definir en última instancia quién es. Una de las premisas del
coaching consiste en la libertad de cada quién para deparar por sí mismo su destino,
la constante posibilidad de cambio, y la proyección que toma involucrarse en una
aventura personal.
Otra corriente filosófica que funciona como soporte del coaching
moderno es la fenomenología
En este caso el punto de encuentro teórico es la recomendación de la práctica de la
autobservación psicológica. El coacheé o individuo interesado en establecer dicha
filosofía como pilar de estilo de vida, debe enfrentarse a un gesto intuitivo, intentar
descifrarse de las vivencias psíquicas de la forma más pura posible; desplazándose
hacia una zona libre de concepciones, e ideas racionales fijas, entiéndase
conocimiento preconcebido.

Pero la influencia más directa en cuanto a momento de arranque se


localiza en el entrenamiento deportivo.
Específicamente de mano del entrenador Timothy Gallwey, quien diseñó y aplicó una
metodología deportiva bajo el nombre “The Inner Game” (El juego interior). Dicha
metodología se establecía a partir de la idea la coexstiencia de dos juegos paralelos
para el deportista en acción, un juego interno, que se desarrollaba en su mente, y el
juego que en efecto ocurría en el exterior, y en el cual participaba. Ambos juegos
tenían objetivos ligeramente distintos, el interior corría con propósitos más íntimos y
subjetivos, y definía para bien o para mal el desempeño práctico. Dado el éxito que se
obtuvo con el planteamiento de Gallway, el modelo se exportó hacia otras áreas
laborales, empleándose así en las empresas, instituciones de salud, e incluso en la
educación o actividad artística. El coaching moderno trabaja mucho el fundamento de
la toma de consciencia, a sabiendas, que todo lo que se programa dentro del plan de
acciones debe ser interiorizado antes en vista de su efectividad.

Por último, el coaching actual tal y como lo conocemos es obra de


Thomas J. Leonard.
Él fue el encargado de transformar el método, mediante la asimilación de conceptos
añadidos desde la filosofía y la psicología. De forma que el coaching respondiera a
una aplicación cotidiana con objetivos de cambios en la vida del coacheé. Se
establece el coaching como proceso para optimizar el desempeño vital de los
individuos; cualesquiera sean los objetivos y metas.

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