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EN MESOPOTAMIA Y
EGIPTO
Desarrollo evolutivo, similitudes y diferencias.
El propósito de este artículo es analizar cómo fue el desarrollo evolutivo que llevó a las
sociedades igualitarias de la Baja Mesopotamia y de Egipto a convertirse en Estados y cuáles
fueron las similitudes y las diferencias del proceso en cada una de estas regiones. A partir de
la bibliografía de reconocidos investigadores del tema tratamos de identificar las variables
que intervinieron en el proceso y explicar cómo actuó cada una de ellas. Así pudimos
determinar que en el desarrollo evolutivo que desembocó en las sociedades estatales
intervinieron: la producción de excedentes alimentarios, las innovaciones tecnológicas, la
ideología, el crecimiento urbano, el comercio a larga distancia y la defensa de la riqueza. Las
creencias religiosas usadas políticamente como legitimación ideológica fueron
fundamentales para lograr la organización estatal y la obediencia de la sociedad a los
gobernantes.
Introducción.
1
González Wagner, Carlos, El próximo oriente antiguo, p. 79.
2
Polanyi, Karl, La gran transformación, p. 90.
3
González Wagner, Carlos, El próximo oriente antiguo, p. 97.
4
Sanmartín, Joaquín y Serrano, José Miguel, Historia Antigua del Próximo Oriente. Mesopotamia y Egipto, p.
41.
5
Service, Elman, Los orígenes del Estado y de la civilización, p. 227.
6
Bard, Kathryn, La aparición del Estado egipcio en Shaw, Ian, Historia Oxford del Antiguo Egipto, p. 113.
2
excedentes alimentarios, las innovaciones tecnológicas, la ideología, el crecimiento urbano,
el comercio a larga distancia y la defensa de sus posesiones. Todas ellas actuaron
interrelacionadas en mayor o menor medida para convertir esas sociedades en Estados.
El cereal tiene una alta capacidad para mantenerse inalterable durante un tiempo
prolongado sobre todo en zonas secas y calurosas como las que estamos analizando. Los
pobladores pudieron almacenar este excedente alimentario, esto despertó en algunos de
ellos un afán competitivo con espíritu ambicioso por generar más riqueza y lograr un
bienestar que los introdujo en un sistema redistributivo en el cual, una o más personas,
decidían como sería el posterior uso y distribución del excedente, cambiando para siempre
la naturaleza de la sociedad. Ha ía su gido u a so iedad je a uizada, e té i os de
Morton Field, o el estadio de jefatu a, segú el odelo de El a “e vi e 7. A medida que la
situación se iba complejizando se fue dando un sistema de retroalimentación que permitía
obtener cosechas más abundantes y destinar una mayor cantidad de tierras para el cultivo.
Para obtener mayores rendimientos en las cosechas fue necesario introducir algunas
innovaciones. En Mesopotamia se realizaron obras hidráulicas que permitieron llevar el agua
de los ríos para regar una mayor superficie cultivable, se dividieron las parcelas en los
denominados a pos la gos , estos tenían forma rectangular alargada donde uno de los
lados cortos estaba junto a una acequia de riego, el resto del campo se prolongaba en una
suave pendiente que terminaba en pantanos donde se acumulaba el agua sobrante,
permitiendo la irrigación controlada de todo el campo. Se trabajaba en surcos, abiertos
gracias a la domesticación de bueyes y el uso del arado de tracción animal que permitió
7
Redman, Charles, Los Orígenes de la Civilización, p. 297.
3
reemplazar el arduo trabajo con azada. En época de siembra se adicionaba al arado un tubo
que lo transformaba en arado de sembradera8. Debido a la salinización de los suelos
producida por el uso intensivo del riego el cereal que mejor se adaptó fue la cebada.
En Egipto la crecida anual del Nilo causada por las lluvias monzónicas en la meseta
etíope, cuya acumulación era llevada por el Nilo Azul durante el verano, depositaban una
capa de limo produciendo una zona fértil aledaña al cauce del río con humedad suficiente
para el ciclo completo del cereal, una vez producido el retiro de las aguas se procedía a la
siembra y, en primavera, a la cosecha, antes de que los calores y sequías del verano
estropearan las plantas. Al no existir problemas de salinización porque la inundación anual
lavaba las sales, se pudo sembrar trigo, centeno, lino y cebada. Se construyeron también
algunas obras hidráulicas, de menor envergadura que en Mesopotamia, que permitieron
regar quintas de otro tipo de cultivos9.
La siega previa a la trilla se comenzó a realizar con hoces de barro cocido mucho más
sencillas de fabricar que las hoces de pedernal con mango de madera o de metal, pese a que
las hoces de barro no se podían volver a afilar eran de fácil reemplazo, esto permitió una
mayor mano de obra simultánea durante la labor de siega y recolección11.
13
Liverani, Mario, Uruk, La primera ciudad, p. 31.
14
Ibidem, p. 14.
5
sustentada y mantenida por el faraón, actuando como un rey sabio y piadoso, a quien se
veneraba como un dios en la tierra15.
15
Kemp, Barry, El Antiguo Egipto. Anatomía de una civilización, pp. 28 y 29.
16
Sanmartín, Joaquín y Serrano, José Miguel, Historia Antigua del Próximo Oriente. Mesopotamia y Egipto, pp.
63 y 66.
17
Liverani, Mario, Uruk, La primera ciudad, p. 38.
18
Ibidem, p. 85.
19
Ibidem p. 47.
20
Sanmartín, Joaquín y Serrano, José Miguel, Historia Antigua del Próximo Oriente. Mesopotamia y Egipto, p.
43.
6
siembra, cosecha, trilla y almacenamiento. Eran personas que carecían de tierras propias y
se ponían bajo la protección del dios para evitar las posibles calamidades (sequías,
hambrunas) que se pudieran dar en sus comunidades, devolviendo con trabajo esa
protección, motivados por un entramado ideológico y coercitivo.
El sector privado estaba formado por la masa de la población que laboraban las
tie as de do i io o u al e su e efi io, fo a do pe ueñas asas al ededo del
templo, como contraprestación realizaban trabajos para la comunidad: edificaciones en el
templo, depósitos, murallas de protección. En todos estos grupos de personas existe un
deseo de vivi u a ísti a e te, se i teg a e u g a o plejo so ial u a fi alidad o
era otra que la conservación misma de la sociedad y el mantenimiento de la calidad de
vida 21.
En Egipto es más difícil seguir los pasos de esta evolución a través de excavaciones
arqueológicas en los primeros templos porque muchos quedaron enterrados bajo las nuevas
construcciones, o se encuentra en poblaciones actuales donde no es posible efectuar
exploraciones o han sido tapados por los sedimentos fluviales, particularmente en la zona
del delta del Nilo. Donde sí se ha podido trabajar y analizar pruebas ha sido en las tumbas de
21
Ibídem, p. 50.
22
Liverani, Mario, Uruk, La primera ciudad, pp. 35 y 36.
7
los reyes de las primeras dinastías y en los templos funerarios. En las tumbas de la fase
Nagada II (3.500 a 3.200 a. C.) se ha encontrado gran cantidad de bienes funerarios, muchos
de ellos de prestigio, que nos dan la pauta de la existencia de una estratificación social en el
Alto Egipto23. Podemos reconocer un desarrollo evolutivo de las aldeas agrícolas igualitarias
asentadas a lo largo de la cuenca del Nilo hacia una estratificación social similar a la
descripta para Mesopotamia, con el surgimiento de autoridades locales de diferente escala
en cada una de ellas, pero lo que es más significativo es la unificación temprana de un
extenso territorio con una gran población bajo la autoridad de un rey-dios, a fines del
período Predinástico (c. 3.000 a. C.), muy diferente a lo ocurrido en Mesopotamia que
inicialmente se organizó en ciudades-estados independientes hasta la aparición del primer
imperio bajo el reinado de Sargón de Acad setecientos años después.
23
Bard, Kathryn A. La aparición del Estado egipcio en Shaw, Ian, Historia Oxford del Antiguo Egipto, p. 93.
24
Kemp, Barry, El Antiguo Egipto. Anatomía de una civilización, p. 37.
8
con rutas comerciales marítimas en el Golfo Pérsico para la Baja Mesopotamia y en los
mares Rojo y Mediterráneo para Egipto.
Existen dos hipótesis diferentes respecto a las motivaciones de este comercio, una de
ellas, planteada por Karl Polanyi, sostiene que la agencia central administraba el intercambio
con mercaderes que actuaban como sus funcionarios y precios ajustados, otra, la visión
tradicional liberal clásica, argumenta que fue el interés de riqueza de los mercaderes el
impulsor de la creación de mercados y del intercambio, con precios determinados por la
oferta y demanda. La primera hipótesis se fundamenta en los textos propagandísticos de las
administraciones que se jactaban de ser capaces de obtener de las áreas periféricas todos
los bienes que la sociedad apetecía, obviando el hecho de la retribución en bienes propios
que tenía como costo este comercio. Es probable que existiera una interrelación de ambas
motivaciones, las administraciones de los templos entregaban a los mercaderes,
funcionarios propios o libres, mercaderías confeccionadas en sus talleres para ser
comercializadas e intercambiadas por otras que requerían y los mercaderes libres, además
de atender las necesidades del templo, realizaban transacciones particulares25.
Los bienes primarios que producían las ciudades mesopotámicas eran los cereales y
la lana, por problemas logísticos de transporte no era posible usarlos en forma directa para
la exportación como bienes de intercambio. Para lograr los bienes que pudieran ser
comercializados a larga distancia se recurrió a confeccionar tejidos de lana. La lana se
obtenía de los rebaños pertenecientes a la administración, se hilaba y tejía en los talleres del
templo recurriendo a mano de obra esclava compuesta fundamentalmente por mujeres y
menores, capturados en incursiones como prisioneros de guerra u oblatas, mujeres cedidas
a los templos por la comunidad de fieles. De esta manera se lograba convertir los cereales en
productos manufacturados ya que con raciones alimenticias de aquellos se pagaba a todos
los trabajadores forzosos temporarios necesarios en la esquila, cardado y lavado de la lana y
se mantenía la mano de obra esclava de los talleres de hilado y tejido en forma
permanente26.
25
Liverani, Mario, Uruk, La primera ciudad, pp. 60 y 61.
26
Ibídem, p. 58.
9
Ya desde la época de la Dinastía 0 se encuentran vestigios de asentamientos egipcios con
fines comerciales en el sur de Palestina.
Hacia fines del IV milenio aparece un funcionario del templo que usa una
herramienta nueva que tendrá gran trascendencia para la humanidad en los años
posteriores, es el escriba. El control y la custodia de las cantidades de diferentes productos
que almacenaba el templo, las cantidades de cereal entregadas como raciones y las
transacciones comerciales de distintas mercaderías hicieron necesario algún tipo de registro
como apoyo a la memoria.
Las escrituras más antiguas se han encontrado en Uruk (c. 3.300 a. C.) en bulas,
pequeñas esferas de arcilla con improntas de sellos cilíndricos que, en su interior, contenían
fichas también de arcilla con formas normalizadas que indicaban diferentes productos y
cantidades. El paso siguiente fue aplanar las bulas y convertirlas en tablillas en las que se
grababan marcas parecidas a las de las fichas. Estos primeros pictogramas fueron
evolucionando hasta llegar a representar palabras de una lengua determinada, es decir
logogramas27. De esta manera la administración central pudo guardar las tablillas en
archivos que permitían controlar periódicamente las existencias. Otro elemento utilizado por
la administración fue el sello cilíndrico, construido en material lítico con grabados que
identificaban al funcionario, servía para estampar su impronta en arcilla blanda que sellaba
tinajas con cereales o aceites y puertas de depósitos.
27
Sanmartín, Joaquín y Serrano, José Miguel, Historia Antigua del Próximo Oriente. Mesopotamia y Egipto, pp.
109 y 110.
10
sumada a la necesidad de realizar cálculos se especializó a un funcionario particular que es el
escriba. Este escriba también es administrador, dentro de sus funciones se encuentran: el
contabilizar las entradas y salida de existencias de los almacenes garantizando con su sello
su ustodia a te la ad i ist a ió e t al el esto de la o u idad, el egist o de
entrega de géneros a mercaderes para su comercialización y posterior reintegro en
productos importados, los cálculos de conversión en valor de los diferentes productos que se
entregan y reciben, la cantidad de ganado dado a pastores para su cuidado o la distribución
de raciones como pago de mano de obra28. La multiplicidad y diversidad de tareas hizo
importante el cargo de escriba, ello produjo que se considerara a estas personas con un
rango superior dentro de la organización de la administración y la consecuente
estratificación social.
Desde su aparición la escritura cumplió en Egipto una función dual, un uso económico -
administrativo y otro en el arte regio. En jarras y etiquetas encontramos los primeros serekhs
reales, el serekh es el nombre del rey escrito en jeroglíficos dentro de un dibujo en forma de
fachada de palacio coronado por la imagen de un halcón, que servían para identificar al
dueño de los productos, en base a ello podemos inferir que para esa época ya existía una
administración y un uso económico de la escritura. Cumpliendo la función de arte regio
encontramos la escritura en las antes mencionadas paleta de Narmer y cabeza de maza del
Rey Escorpión, en ellas se representan, mediante jeroglíficos y escenas figurativas, las
funciones de dominación que cumple el faraón, su imagen está ampliada respecto al resto
de los individuos, en la primera de ellas es precedido por los portaestandartes y seguido por
su portasandalias, se lo muestra a Narmer matando a sus enemigos que aparecen
prácticamente desnudos; en todas estas escenas se busca resaltar la mayor importancia de
la persona regia. En la ornamentación de estos objetos vemos un uso de la escritura como
medio propagandístico que nos habla de una institucionalización de la realeza y de la
legitimidad del rey para gobernar y ser obedecido29.
28
Liverani, Mario, Uruk, La primera ciudad, pp. 78 y 79.
29
Bard, Kathryn A. La aparición del Estado egipcio en Shaw, Ian, Historia Oxford del Antiguo Egipto, pp. 116 y
117.
11
Surge el Estado.
Como consecuencia del proceso evolutivo que hemos desarrollado en los puntos
anteriores las sociedades de jefaturas teocráticas de los templos de las urbanizaciones de la
Baja Mesopotamia y Egipto fueron abarcando cada vez mas funciones administrativas y
económicas, formando una organización que acrecentaba su burocracia y gobernando sobre
una población cada vez más multitudinaria. En las teocracias se da una tendencia a la
separación de poderes con una autoridad sacerdotal que va aumentando su distancia social
de las masas, desentendiéndose cada vez más de los asuntos militares y económicos y
creando las condiciones para que surja un líder político carismático con espíritu belicoso30.
Los En (gran señor, sacerdote) o Ensi (artífice del dios) de las jefaturas teocráticas del
Período Protodinástico de la Baja Mesopotamia se van convirtiendo en los Lugal (hombre
grande, rey) de las ciudades-estados del Ki-En-Gi (el señor del país del cañaveral) el país de
Sumer; son gobernantes políticos que transmiten su cargo hereditariamente por
primogenitura, tradición de la antigua organización gentilicia, con características piadosas y
guerreras que les sirven como legitimación. En los primeros textos de la realeza sumeria los
reyes se presentan emparentados a los dioses, elegidos por ellos para detentar el poder, con
actitudes piadosas al engrandecer y adornar los templos, construyendo canales y murallas,
obras todas en las que participa la comunidad con el sentimiento de estar cumpliendo con
30
Service, Elman, Los orígenes del Estado y de la civilización, p. 230.
12
los deseos divinos. En su aspecto guerrero destacan sus triunfos menospreciando a sus
oponentes y remarcando los logros obtenidos en riquezas, prisioneros y territorios
conquistados. Todos estos actos buscan legitimar su condición de supremo gobernante,
afianzando su soberanía sobre el territorio y la sociedad.
Junto a los templos aparecen los é-gal (casa grande), los palacios, residencia del rey y
sede de la administración central. En ellos se concentran las actividades burocráticas de
gobierno, las funciones militares y económicas que se ejecutaban en el templo se transfieren
ahora al palacio.
31
Sanmartín, Joaquín y Serrano, José Miguel, Historia Antigua del Próximo Oriente. Mesopotamia y Egipto, p.
247.
32
Bard, Kathryn A. La aparición del Estado egipcio en Shaw, Ian, Historia Oxford del Antiguo Egipto, p. 103.
33
Kemp, Barry, El Antiguo Egipto. Anatomía de una civilización, p. 78.
13
egipcios: una transformación del sistema de creencias motivada políticamente y que tuvo
consecuencias directas en el sistema socioeconómico 34 .
Finalmente estaban dadas todas las condiciones para que las sociedades que hemos
analizado funcionaran como Estados. En ellas se encuentran las características que los
definen: concentración del poder político y económico en un gobernante soberano y una
organización burocrática, poder político sobre un territorio delimitado, sociedad
estratificada con acceso jerarquizado a los recursos básicos y el monopolio del uso de la
fuerza interna y externamente al territorio35.
Similitudes.
34
La aparición, p. 105.
35
Redman, Charles, Los Orígenes de la Civilización, p. 358.
14
extranjero por medio de un comercio a larga distancia debiendo producir mercaderías útiles
para el intercambio en los talleres administrados por los templos. Este comercio exterior los
llevó a tener contactos en la zona de Siria, hecho que se pone de manifiesto al encontrar en
tumbas de funcionarios de las fases de Nagada II y III (3.500-3.000 a. C.) sellos cilíndricos que
indudablemente provenían de Mesopotamia36.
Diferencias.
Conclusiones.
Las sociedades que se asentaron a la vera de vías lacustres utilizables para riego
fueron capaces de producir excedentes alimenticios por demás de los necesarios para la
alimentación familiar. En algunos de los integrantes de estas sociedades se generó un
sentimiento de ambicionar y atesorar riqueza que los llevó a organizarse en un sistema
redistributivo jerarquizado que inició la estratificación social. Las comunidades ingresaron en
un circuito de retroalimentación que las llevó a generar cada vez más riqueza, aún a costa
del trabajo obligatorio de las personas. Para justificar las desigualdades, lograr la obediencia
y legitimar la posición de los gobernantes se acudió a aplicar una ideología de carácter
religioso donde se trabajaba para el dios, quien retribuía a los fieles con el mantenimiento
del orden y la estabilidad que permitían una vida en armonía. A través de este proceso las
sociedades igualitarias se convirtieron en jefaturas teocráticas. El circuito de
retroalimentación productivo, sumado a la capacidad de efectuar un intercambio a larga
distancia que permitía obtener bienes que no existían en sus regiones y el invento de la
escritura para usos comerciales y propagandísticos fueron generando una burocracia
administrativa alrededor de los templos y sus supremos sacerdotes que permitió un mayor
control sobre la sociedad. Con el surgimiento de un líder guerrero que monopolizó el uso de
la fuerza con la justificación de la defensa de ataques externos o por el deseo de detentar la
hegemonía, se llegó a una organización de tipo estatal.
Hoy en día es normal para nosotros vivir en una sociedad con organización estatal,
hemos nacido en ella y tomamos como natural que esas son las condiciones en que se debe
desarrollar nuestra vida. La estratificación, sobre todo la económica, es común en las
38
Ibídem p. 12.
16
naciones occidentales, las personas nacen y se desarrollan en una clase pero pueden, en
base a su educación y al interés que pongan de manifiesto, tener movilidad social. Desde
chicos se nos ha inculcado la obediencia a las leyes y a los gobernantes y la obligación de
trabajar para ser un integrante reconocido de la sociedad. Pero no siempre fue así, la mayor
parte del tiempo de la evolución de nuestra especie transcurrió en organizaciones sociales
sin Estados ni gobernantes, con la división del trabajo según la edad y el sexo y solo para el
mantenimiento de la familia. Conocer cómo fue el desarrollo evolutivo que nos llevó a
organizaciones estatales y al acatamiento a las leyes quizá nos permita corregir las
desigualdades y vivir en sociedades más equitativas.
Bibliografía:
Bard, Kathryn A, La aparición del Estado egipcio en Shaw, Ian, Historia Oxford del Antiguo
Egipto, Madrid, La Esfera de los Libros, 2007.
Kemp, Barry J, El Antiguo Egipto. Anatomia de una civilización, Barcelona, Crítica, 1996.
Liverani, Mario, El Antiguo Oriente. Historia, sociedad y economía, Barcelona, Crítica, 1995.
Lull, Vicente y Micó, Rafael, Arqueología del origen del Estado: las teorías, Barcelona,
Ediciones Bellaterra, 2007.
Martín-Albo, Miguel, Historia de Egipto. Día a día en el Antiguo Egipto, Madrid, Editorial
Libsa, 2008.
Sanmartín, Joaquín y Serrano José Miguel, Historia Antigua del Próximo Oriente.
Mesopotamia y Egipto, Madrid, Ediciones Akal, 2008.
Service, Elman R, Los orígenes del Estado y de la civilización, Madrid, Alianza Editorial, 1984.
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