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TEMA 2

NARRATIVA DE LA GENERACIÓN DEL 98: Baroja, Unamuno y Azorín

1. La generación del 98

Dentro del movimiento general del Modernismo -en su acepción más extensa- un
grupo de autores se distinguió en España por su preocupación crítica por la situación social y
política del país. Azorín los denominó Generación del 98 por el impacto que supuso para ellos
la pérdida de las últimas colonias (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) que se produce en ese año.
Este acontecimiento se toma como hecho de valor simbólico de la decadencia y la situación de
grave crisis que atraviesa España en ese momento.

El núcleo inicial de la generación se encuentra el llamado Grupo de los Tres,


constituido por Pío Baroja, Ramiro de Maeztu y José Martínez Ruiz -conocido posteriormente
con el seudónimo de Azorín. Más tarde se incluiría en la nómina de escritores del 98 también
a Miguel de Unamuno, Antonio Machado (desde Campos de Castilla) y Valle-Inclán (desde
Luces de bohemia) entre otros.
El pesamiento del 98 estuvo marcado por las ideas del regeneracionismo y la filosofía
krausista. Otros filósofos influyentes que estos autores intentaron incorporar al pensamiento
de España fueron: Friedrich Nietzsche (Azorín, Baroja y Unamuno), Arthur Schopenhauer
(particularmente Baroja), Sören Kierkegaard (Unamuno) y Henri Bergson (Antonio
Machado).

El Regeneracionismo es un movimiento ideológico que surge en España en la última década del XIX, a
raíz de la sensación de decadencia generalizada que experimenta el país tras el desastre de 1898. Un grupo de
intelectuales vinculados al krausismo denuncia que España padece una grave enfermedad que requiere, tras un
acertado diagnóstico, la adopción de eficaces remedios terapéuticos: medias políticas (fortalecimiento del poder
ejecutivo); sociales (mejora de la educación y las condiciones de vida de los ciudadanos) y económicas (reforma
agraria y política hidráulica). Su iniciador fue Joaquín Costa, si bien este luego evolucionó hacia posiciones
autoritarias y antidemocráticas. (Casals 2016)

El Krausismo es una doctrina filosófica difundida en España por el profesor Sanz del Río y su discípulo
Giner de los Ríos. Tiene su origen en el pensamiento de Krause, filósofo alemán de la escuela de Kant. Los
krausistas persiguen la transformación gradual y pacífica de la sociedad a través del cultivo de la ciencia y la
reforma del sistema educativo, para lo cual crean la Institución Libre de Enseñanza en 1876. Abogan por una
enseñanza laica que busque, ante todo, la formación integral del hombre e inculque en los ciudadanos el espíritu
de tolerancia, el rigor propio del conocimiento científico, así como el rechazo de todo tipo de dogmatismo.
Igualmente defienden la extensión de la educación a las clases sociales más desfavorecidas y la dignificación del
profesorado, sobre todo el de la Escuela Primaria. (Casals 2016)

El Grupo de los Tres, es la denominación que se dio a la agrupación de Pío Baroja, Ramiro de Maeztu y
José Martínez Ruiz, que en 1901 publican en la revista Juventud un manifiesto, “El manifiesto de los tres”, en el
que se defendía la transformación de España y su equiparación con los países europeos. Aunque encontraron
apoyo ocasional en Unamuno e incluso en Maura, el fracaso en distintas acciones condujo al pesimismo y a la
desintegración del grupo, cuyos miembros siguieron direcciones diversas.

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Además de una posición ideológica común, el grupo del 98 comparte unas opciones
estéticas y creativas:
- El carácter intelectual y la dimensión social de las preocupaciones de esta generación
hacen que el ensayo y la novela sean los géneros dominantes.
- Rechazo del realismo, con preferencia por un mayor subjetivismo y contenidos
introspectivos.
- Expresión sobria y antirretórica, con períodos breves, impresionistas.
- Presencia de temáticas comunes: la preocupación por España y las vías de solución a
sus problemas, la angustia existencial, el paisaje (particularmente el castellano, como
emblema de España) y una visión pesimista y desengañada de la existencia.

2. Renovación de la novela en la generación de 98. Rasgos generales.

En la novela encontramos algunas de las obras más significativas de la generación del


98, cuyos autores inician a principos de siglo una renovación del género alejándolo del
realismo, en la búsqueda de la expresión de la realidad personal e interior.
En este sentido se considera una fecha clave 1902, año en el que se publican cuatro
obras significativas:

- La voluntad, de Azorín
- Camino de perfección, de Baroja
- Amor y pedagogía, de Unamuno
- Sonata de Otoño, de Valle-Inclán.

La renovación de la novela que sucede en este momento tiene como principales


componentes:

- Personaje único. La trama se centra particularmente en un personaje protagonista, para


adentrarse en su mundo interior y su lucha interna frente a un mundo donde no encaja. Se trata
de un personaje inadaptado, antiburgués, rebelde, amoral y fracasado, que con frecuencia
llega a la destrucción total.

- Preocupación por España. Las novelas reflejan la inquietud por la decadencia política y
social de España, con dos líneas ideológicas principales: la regeneracionista y la anarquista
(sobre todo en los primeros años de algunos autores).

- Pérdida de importancia de la trama. La historia que se cuenta pierde importancia, la


acción es mínima y, en algunos casos, el espacio y el tiempo están poco definidos. En
ocasiones, el paisaje adquiere el valor de un personaje más. Cobra especial relieve el paisaje
de Castilla y sus pobladores.

- Narración fragmentada. En lugar de una línea de acción continua, el relato de descompone


en secuencias o estampas para las que se seleccionan momentos significativos del protagonista
mezclados con reflexiones.

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- Antirretoricismo. El estilo huye del exceso de adorno, las frases tienden a la brevedad y a
la expresión sencilla de las ideas.

3. Pío Baroja

Pío Baroja nació en San Sebastián en 1872. Estudió Medicina y ejerció como
médico en Cestona (Guipúzcoa), pero el trabajo no le satisfacía y lo dejó muy
pronto. En 1896 estaba en Madrid y era asiduo colaborador de diversos
periódicos. En 1900 publicó su primer libro, el volumen de cuentos Vidas
sombrías, y a partir de ese momento se considera un escritor profesional: sus
novelas cuentos y artículos de suceden de modo incesante. Desarrolló también
una notoria actividad política: firmó el Manifiesto de los Tres (1901), expresó
sus simpatías por el anarquismo, escribió artículos sobre la actualidad política
en la prensa y militó en el Partido Republicano Radical. Desengañado de la
actividad política, su presencia en la vida pública fue cada vez menor: no
participó ni en la oposición a la dictadura de Primo de Rivera ni el
advenimiento de la República. Tras la Guerra Civil, permanece en España hasta
su muerte en 1956.

Ya en su época se insistía en ciertos rasgos de la personalidad de Baroja, como su hipersensibilidad y


una timidez casi enfermieza. Sin embargo, ello no fue obstáculo para que el retraído escritor se expresara con una
sinceridad rayana en ocasiones en la provocación. Rehuyó las relaciones sociales no imprescindibles y fue un
proverbial solitario. (Akal, 2009)

Su obra literaria.

Las novelas de Baroja reflejan una concepción pesimista de la vida y del mundo: la
vida es incomprensible, dolorosa y cruel. Su visión del ser humano es crítica y su postura
hostil hacia la sociedad.
Puede organizarse su producción en tres etapas:
La primera etapa es en la que se encuentran sus títulos más significativos. Junto a las
obras con el protagonismo -característico en el autor- de personajes inadaptados, marcados
por su preocupación existencial y enfrentados a un mundo en el que acaban generalmente
sucumbiendo (Camino de perfección, La busca, El árbol de la ciencia); encontramos novelas
de aventura protagonizadas por hombre de acción, como Zalacaín el aventurero y Las
inquietudes de Shanti Andía.
 En la segunda etapa continúa las líneas iniciadas en la etapa anterior, pero lo más
destacado es el cultivo de la novela histórica, siguiendo la estela de los Episodios nacionales
de Pérez Galdós. En Memorias de un hombre de acción recoge veintidós novelas en las que
sigue las aventuras de Eugenio de Avinareta, antepasado del autor que fue conspirador liberal
y participó en las intrigas de la España de Fernando VII e Isabel I.

Se puede considerar una tercera etapa en el periodo final de su vida, en el que decae
su creación. Destacan de este último momento sus memorias, tituladas Desde la última vuelta
del camino.

Respecto al estilo de sus novelas, Baroja propone una novela abierta y cambiante, que

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busca su amenidad:

- Abundan los diálogos, la acción y la descripción impresionista -a base de pinceladas


o unos pocos detalles físicos y psicológicos-: “mi preocupación es hacer la novela poco
aburrida, para lo cual dejo los capítulos breves y los párrafos cortos”.

- Respecto a los personajes, presenta un personaje central, en el que alterna dos


tipos: el inadaptado e insatisfecho, que no actua sobre el mundo al que se enfrenta; y el
personaje aventurero, activo y arrogante, que refleja una aspiración ideal del autor.

- El narrador tiene una presencia fuerte, interviene y actúa como comentarista de la


acción.
- En cuanto a los temas, abunda el retrato de las clases más bajas de ciudades, como
Madrid; la recreación de ambientes y situaciones cotidianas, como si fuera un testigo
presencial; la descripción de paisajes en los que sumerge al protagonista y la descripción de
sus propias vivencias en forma de memorias.

4. Miguel de Unamuno
Nació Unamuno en Bilbao en 1864. Siguió estudios de Filosofía y
Letras en Madrid. En 1891 obtuvo la cátedra de Griego de la
Universidad de Salamanca, ciudad a la que quedó vinculado para
siempre. Fue miembro del Partido Socialista Obrero Español
entre 1894 y 1897, año este en el que sufrió una crisis religiosa
que lo alejó del socialismo y lo sumió en un continuo conflicto
interior. Fue rector de la Universidad de Salamanca y figura
intelectual y social de primer orden en la España de la época. Tras
el golpe de estado de Primo de Rivera se opuso a la dictadura y fue
desterrado en 1924 a Fuerteventura, desde donde logró evadirse a
Francia. Permaneció en el exilio hasta la caída del dictador, y
regresó a España en 1930 convertido en un héroe para los
republicanos. Restituido en su cargo de rector, fue diputado en la
Asamblea Constituyente de la República. No tardó, sin embargo, en mostrarse crítico con el nuevo régimen, y al
estallar la Guerra Civil se puso del bando de los militares sublevados, aunque pronto le pareció un error. Su
enfrentamiento con el general Millán Astray y su denuncia del militarismo fascista (en el que se pronunciaría la
famosa frase: “Venceréis, pero no convenceréis”) lo llevaron a padecer arresto domiciliario hasta su muerte, el
último día de 1936. (Akal, 2009)

La obra de Unamuno presenta de forma recurrente algunos de los temas de su


generación: el problema de España y el sentido de la existencia. Unamuno concibe la
existencia como continua agonía (en el sentido de lucha, del griego agón), en la búsqueda de
una paz que no se encuentra. Esta crisis existencial tiene una naturaleza religiosa, manifestada
en la tensión entre el deseo de la fe y la incapacidad de creer.

En 1914 publica la que, sin duda, es su mejor novela: Niebla. En ella aparece la
denominación nivola, para expresar la renovación del género. Lo más destacable es su ruptura
del concepto tradicional de la acción narrativa y el juego metaliterario. El protagonista,
Augusto Pérez, al que ha dejado su novia cuando iban a casarse, decide suicidarse, pero antes
acude al autor de la novela -el propio Unamuno, convertido en personaje- para encararse a él
como artífice de su sino. El personaje se rebela frente al autor, enfrentándolo a su propio
destino (también él va a morir y su existencia no es tan diferente de la del persanaje de
ficción). (vid texto en la antología)

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Otros textos notables del autro son Amor y pedagogía (1902), Abel Sánchez (1917), La
tía Tula (1921) y San Manuel Bueno, mártir (1930). En Abel Sánchez se trata el tema de la
lucha entre hermanos (cainismo) y el carácter detructivo de la envidia; La tía Tula, las ansias
de maternidad de una mujer soltera, que se hace cargo de la familia de su hermana cuando esta
muere. San Manuel Bueno, mártir cuenta la historia de un sacerdote que ha perdido la fe, pero
que finge mantenerla para sostener la esperanza de sus feligreses.

Las novelas de Unamuno suponen una ruptura con la novela realista, a través de:
- La importancia del mundo interno de los personajes, por lo que adquieren notoriedad
el diálogo y el monólogo interior.
- La interpelación al lector, que convierte la novela en un juego intelectual con
múltiples interrogaciones y respuestas no cerradas.
- La acción mínima y concentrada y la ausencia de descripciones (no interesa el
realismo externo), en beneficio de la introspección.

Conviene destacar que, además de su producción narrativa, Unamuno tiene una


importantísima producción ensayístico-filosófica. También cultivó la poesía y escribió algunas
obras teatrales.
(Entre las obras ensayísticas destacan En torno al casticismo -análisis de la decadencia española desde las
coordenadas regeneracionistas- Del sentimiento trágico de la vida, La agonía del cristianismo y Vida de don
Quijote y Sancho; de poesía, El Cristo de Velázquez; de teatro, El otro, Fedra y El hermano Juan).

5. José Martínez Ruiz, Azorín

José Augusto Trinidad Martínez Ruiz, mejor conocido por el


seudónimo de Azorín, nació en Monóvar (Alicante), el 8 de junio de
1873. Perteneció a na familia de la alta burguesía; su padre,
renombrado abogado y hacendado en Mónovar, fue alcalde y diputado
(...)
Desde sus 15 años hasta sus 23 años estudió leyes en Valencia, lugar
donde se ve influenciado por la doctrina de desarrollada por Karl
Christian Friedrich Krause y el anarquismo, entregándose a la lectura
de obras con motivo literario y político.(...) Pronto su inclinación fue
más hacia las tertulias literarias, la crítica teatral y el periodismo, que
al derecho.
En 1896 se traslada a Madrid con el objetivo de continuar sus
estudios, comenzó a ejercer en el periodismo, en el que acaba por
situarse trabajando en diversos periódicos y revistas. Durante este
período también publicó folletos y obras literarias, entre ellas la
trilogía de novelas de contenido autobiográfico que firma como
Azorín, seudónimo que usaría de ahí en adelante.
Desde el punto de vista ideológico va evolucionando hacia el conservadurismo, participado activamente
a través de la prensa (destaca su colaboración en ABC) en asuntos políticos y como diputado del Partido
Conservador. (...) Con la dictadura de Primo de Rivera cesa su actividad porlítica, al rechazar los cargos que se le
ofrecieron.
Durante la Guerra Civil se exilia en Francia, donde reside hasta su regreso, por mediación del régimen.
En sus últimos años vivió apartado, recluido en la literatura y en su afición tardía al cine, del que se convirtió en
asiduo espectador y crítico. Muere en 1967. (https://personajeshistoricos.com/c-escritores/azorin/)

Azorín fue fundamentalmente autor de novelas y ensayos. Su obra es sobre todo una
obra de pensamiento, con la obsesión por el paso del tiempo y la fugacidad de la vida como
centro. Por ello las fronteras entre ambos géneros, novela y ensayo, se borran prácticamente.

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Aunque puso el subtítulo de novela a unos quince libros, estos apenas se distinguen de sus
ensayos. Desde el punto de vista ideológico evoluciona de un anarquismo juvenil al
conservadurismo de su madurez.

Sus novelas se caracterizan por:


- La abundancia de contenidos autobiográfico, a menudo en forma reflexiones
personales. Es significativo el hecho de que adopte como seudónimo el nombre Antonio
Azorín, que es el nombre de su personaje protagonista, en el que vuelca su propia conciencia
como escritor.
- La temática del paso del tiempo y la fugacidad de la vida como constante; el pasado
de España y la preocupación por su destino. La vida conduce hacia la destrucción y el paso
del tiempo se contempla con nostalgia y dolor.
- El paisaje como objeto de contemplanción y reflexión, paticularmente el paisaje
castellano.
- Las descripciones abundantes y minuciosas frente al hilo argumental leve. Se busca
en ese detallismo y en la atención a lo pequeño la esencia de lo intemporal.

Pueden destacarse en su obra novelas de dos tipos:

 - Aquellas en las que predominan los elementos autobiográficos y las impresiones


suscitadas por el paisaje. Entre ellas detacan La voluntad (cuyo protagonista, Antonio Azorín,
agobiado y pesimista, se marcha al campo en busca de una vida contemplativa), Antonio
Azorín y Las confesiones de un pequeño filósofo.
- En otras, Azorín abandona los elementos autobiográficos, si bien continúa
reflejando sus propias inquietudes a través de personajes míticos. Una muestra de ello es
Doña Inés (en la que hace un desarrollo de la protagonista femenina donjuanesca, relatando de
la historia de la imposibilidad del amor, debida a la presión social, entre una mujer de clase
social alta y un poeta de clase baja). A esta misma etapa pertenece Don Juan, recreación del
mito, cuya historia se transforma haciendo sobrevivir a don Juan para presentarlo en su
madurez convertido en un personaje de naturaleza reflexiva.

Bibliografía
Imágenes:
https://elpais.com/elpais/2015/10/30/opinion/1446231128_164117.html
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/u/unamuno.htm
https://personajeshistoricos.com/c-escritores/azorin/
Del texto:
Tomo como base literal los apuntes de Carmen Lamas, sobre los que hago modificaciones, apliando, aclarano o eliminando partes y el tema
correspondiente del libro de texto de la editorial Akal de 2009 (Bosque, Ignacio et al., Lengua Castellana y Literatura. 2º Bachillerato, Akal,
Madrid, 2009). Para las notas sobre el regeneracionismo y el krausismo reproduzco literalmente fragmentos del libro de texto de la editorial
Casals de 2016 (Santos Alonso, 2 Bachillerato. Lengua Castellana y Literatura, Casals, Barcelona, 2016)

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