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La contabilidad consiste en registrar todas las operaciones

económicas para poder saber de dónde ha venido todo lo que la


empresa tiene, dónde ha ido y cuánto queda.
Así, mediante la contabilidad, se registran todas y cada una de las
operaciones económicas que realiza una entidad, con el fin de
poder obtener toda esa información ordenada y agrupada.
Por su parte, define la contabilidad como “la parte de las finanzas
que estudia las distintas partidas que reflejan los movimientos
económicos y financieros de una empresa o entidad”.
Por lo tanto, como se desprende de la definición, de una forma u
otra, todos aquellos que “manejen” fondos pueden llevar su
contabilidad: una persona, un grupo, una comunidad de
propietarios, una asociación, etc.
Es importante señalar que, de los tipos de contabilidad que
existen, las empresas están obligadas a llevar una contabilidad de
doble entrada, también conocida como sistema de partida doble.
Esta se basa en que no hay deudor sin acreedor; por lo tanto, en
cada asiento contable intervienen, al menos, dos cuentas
contables: una por el debe y otra por el haber (pérdidas y
ganancias). Y la suma de las partidas registradas en un lado debe
coincidir con la suma total del otro.
Importancia
Como hemos dicho, la contabilidad consiste en registrar todos los
movimientos económicos de una empresa con la finalidad de
elaborar los estados contables de esta.
Podríamos decir, entonces, que persigue dos objetivos:
1. Ofrecer una imagen fiel del estado del negocio a personas
interesadas en ella, tanto a nivel interno como externo, como
socios, bancos acreedores, hacienda, inversores, etc.
2. Servir como base para calcular los impuestos que
correspondan. Es decir, cualquiera puede hacer ver que su
empresa va muy bien, pero solo los estados contables dirán si
eso es cierto o no.
La información contable es, por tanto, fundamental para la
empresa. Permite:
Conocer cuánto tenemos, cuánto ganamos, cómo lo ganamos,
en qué lo gastamos, etc.
Administrar mejor el efectivo, los inventarios, las cuentas, los
gastos, los pasivos...
Entender el pasado, el presente y prever el futuro de la
empresa.
Tener un conocimiento y control absolutos sobre el negocio.
Mejorar la toma de decisiones e ir un paso por delante.
Todo esto está en la contabilidad. Por lo tanto, podemos decir sin
ninguna duda que es la mejor herramienta para la gestión exitosa
de un negocio.
¿Quién está obligado a
llevar la contabilidad?
Los principios de la contabilidad establecen que todas las
empresas están obligadas a llevar sus cuentas salvo en los
siguientes supuestos:
Cuando se trate de persona física acogida al régimen de
módulos: sólo tienen obligación de guardar las facturas
ordenadas cronológicamente.
Cuando se trate de personas físicas acogida al régimen de
estimación directa simplificada: en su lugar tienen que
llevar un libro registro de ventas e ingresos, un libro
registro de compras y gastos y un libro registro de bienes
de inversión.
Dicho de otra manera, están obligadas a llevar contabilidad las
siguientes empresas:
Personas jurídicas: por ejemplo, sociedades limitadas,
sociedades anónimas, cooperativas, etc.
Las personas físicas (autónomos): en caso de estar en el
régimen de estimación directa normal.
En la práctica pasa que:
1. Hay pocas personas físicas empresarias que estén en el
Régimen de Estimación Directa normal, porque es
obligatorio en los casos en que el volumen de negocio
alcanza ciertos importes. Y lo que suele ocurrir es que
para esos importes, la mayoría de empresarios ha optado
por constituir una sociedad.
2. Por otra parte, hay muchas personas físicas que sin estar
obligadas a ello sí que la llevan porque quieren hacerlo,
aunque no tengan que presentarla en ningún momento.
¿Qué se necesita para llevar
la gestión contable de una
empresa?
Si tu siguiente pregunta es cómo llevar la contabilidad de una
empresa, debes saber que vas a necesitar tres cosas:
Un programa contable: necesitas un software que te ayude
a llevar las cuentas de tu negocio de una forma sencilla e
inteligente. Que te permita automatizar las tareas más
mecánicas y profundizar en los datos claves de tu negocio.
Los justificantes de pago: debes guardar las facturas o
justificantes de pago durante cuatro años, por si viene una
inspección. Pero también puedes hacerles una simple foto
a través de Anfix y guardarlos en la nube digitalmente. Y
como estamos homologados por las cinco agencias
tributarias puedes deshacerte del papel.
Un profesional que lo gestione: cuenta con la ayuda de un
profesional que lleve tu contabilidad y te permita centrarte
en las otras partes más importantes de tu negocio.
Además, disponer de su ayuda y asesoramiento te
permitirá hacer crecer tu negocio.
Tomo I

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