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FICHA DE DPCyC (5) – I BIMESTRE

Área: DESARROLLO PERSONAL CIUDADANIA y CÍVICA


Grado: 3ro Sección: A-B Fecha: 2 mayo 2023
Docente: Mag. Noé Tapia Fernández Correo corporativo:

Nombre y apellido del(a) estudiante


El manejo de las emociones
PARA INICIAR
¿Crees que conoces bien tus emociones? ¿Cómo las manejas?
Durante la adolescencia, la persona está particularmente propensa a reaccionar con mayor vehemencia ante
los estímulos del medio. Los cambios propios de esta etapa ponen al adolescente en situaciones ante las
cuales debe enfrentar una serie de duelos relacionados con abandonar su rol de niño, su cuerpo infantil y la
imagen que tenía de sus padres. Además, debe afrontar nuevos retos relacionados con su proceso de
desarrollo, como responder a nuevas y mayores exigencias académicas, establecer relaciones más estrechas
con sus pares, lograr una mayor autonomía respecto a su familia o iniciar sus primeras relaciones
sentimentales. Por eso, es frecuente que los adolescentes reaccionen con enojo cuando, por ejemplo, desean
mostrar mayor autonomía y se sienten infantilizados por los adultos. Por todo ello, es importante que los
adolescentes aprendan a reconocer y a manejar sus sentimientos y emociones.
Las emociones
La emoción se puede definir como una reacción que se experimenta debido a una fuerte conmoción del
estado de ánimo. Suele ir acompañada de expresiones faciales, motoras, etc., y surge como resultado de una
situación externa concreta, aunque también puede ser provocada por una información interna del propio
individuo (como un recuerdo o una sensación). A partir de esta definición, podemos determinar que las
emociones son fenómenos multidimensionales caracterizados por cuatro elementos:
• Cognitivo. Descubrir cómo se llama y qué significa lo que sentimos.
• Fisiológico. Reconocer qué cambios biológicos experimentamos.
• Funcional. Identificar hacia dónde se dirigen nuestras emociones y conductas.
• Expresivo. Determinar las señales corporales que manifestamos.
Desarrollo emocional y maduración
Las diferencias individuales en la manifestación de las emociones se originan a partir de la herencia y el
entorno. La herencia produce unos esquemas de comportamiento emocional que quedan reflejados en lo que
llamamos temperamento. Sin embargo, la influencia del entorno es, asimismo, fundamental, sobre todo en los
primeros años de vida y en el ámbito familiar, ya que, a lo largo del proceso de aprendizaje y del
establecimiento de relaciones sociales, las emociones se van modelando y con ello van cambiando aspectos
como la expresión del enojo o la alegría.
Se puede afirmar, entonces, que las personas van configurando unos esquemas emocionales a partir de la experiencia y
el temperamento. Estos esquemas constituyen la esencia de las diferencias individuales.
Etapas en el desarrollo emocional
A lo largo de las diversas etapas de desarrollo, se aprecian características comunes en la dimensión emocional de las
personas.
En la niñez Los niños aprenden, inicialmente, a exteriorizar sus emociones para satisfacer sus necesidades básicas (por
ejemplo, llorar cuando tienen hambre). Con la adquisición del lenguaje, las emociones se expresan de manera específica:
“Estoy feliz porque es mi cumpleaños”. En la etapa preescolar, los niños expresan sus emociones de acuerdo con el
modelo adquirido al interior de la familia. Al ingresar a la escuela, los niños se incorporan a un ambiente con reglas más
complejas, lo cual les permitirá ampliar sus aprendizajes emocionales al ofrecerle experiencias nuevas y otros modelos
de comportamiento.

“Por amor a Cristo con generosidad y sacrificio”


En la adolescencia El adolescente puede expresar sus emociones de dos maneras: impulsivamente o retrayéndose. En el
primer caso, esa impulsividad puede llevarlo a transgredir ciertas normas sociales. En cambio, cuando el adolescente
reprime sus emociones por temor o por no saber expresarlas, siente que las normas sociales lo reprimen y le prohíben
manifestarse.
En la adultez La mayoría de personas adultas expresan sus emociones tomando en cuenta las normas sociales, pues ya
son más racionales y han aprendido a controlarlas y anticiparlas.
La inteligencia emocional
En 1995, Daniel Goleman desarrolló el concepto de inteligencia emocional, que definió como la capacidad de reconocer
los sentimientos propios y ajenos, de motivarnos y de manejar bien las emociones. Goleman consideró cinco aptitudes
emocionales, que clasificó de la siguiente manera: (Realizar cuadro)
La autorregulación
La autorregulación es la aptitud mediante la cual la persona puede manejar sus propios estados internos, sus impulsos y
sus recursos. La autorregulación está conformada, a su vez, por otras cinco aptitudes emocionales: • El autodominio.
Consiste en mantener bajo control las emociones y los impulsos perjudiciales. • La confiabilidad. Supone mantener las
normas de honestidad e integridad. • La escrupulosidad. Significa aceptar la responsabilidad del desempeño personal. •
La adaptabilidad. Consiste en tener la flexibilidad para reaccionar ante los cambios. • La innovación. Implica tener una
buena disposición para las ideas y los enfoques novedosos. Las personas que dominan sus emociones pueden manejar
mejor los cambios, pues en lugar de atemorizarse ante una situación nueva son capaces de reconocer los beneficios que
esta pueda traerles e incorporar cambios que mejoren su desempeño. La autorregulación también es muy importante
para las organizaciones, ya que las personas que controlan sus sentimientos e impulsos son razonables y capaces de
crear un ambiente de confianza y equidad.
Inteligencia emocional y conducta
Como parte de su proceso de maduración, los adolescentes deben aprender a manejar sus emociones, regularlas o
incluso transformarlas. Para lograrlo es importante que aprendan a desarrollar las aptitudes de la inteligencia emocional
y aplicarlas en situaciones concretas como las siguientes: • Las conductas de riesgo. Los adolescentes que desarrollan
una inteligencia emocional baja son quienes tienen las peores habilidades interpersonales y sociales. Esto los llevará a
mantenerse en un ambiente constante de conductas de riesgo; por ejemplo, el consumo de drogas, alcohol y tabaco. En
cambio, quienes aprenden a manejar sus emociones tendrán la capacidad de afrontar mejor estas situaciones
propiciando así una mejor perspectiva de desarrollo y madurez. • Las relaciones sociales. Los adolescentes lograrán
mayor habilidad para comprender y regular sus emociones, pero también extenderán estas habilidades con los demás,
de modo que no solo tendrán más amistades, sino que desarrollarán mejores relaciones con los demás. • La conducta
agresiva. Los adolescentes tendrán menores niveles de agresividad física y verbal, del mismo modo menores emociones
negativas ligadas a la conducta agresiva, como la ira y la hostilidad, pues su nivel de comunicación y capacidad de
resolución de conflictos es mayor. Siendo más cooperativos y empáticos no necesitarán ni mostrarse agresivos ni
recurrir a la violencia.
Las actitudes La actitud es una combinación de creencias y emociones que nos predisponen a actuar positiva o
negativamente ante otras personas, situaciones u objetos. Por ejemplo:
Actitudes frente a la pena de muerte
• Componente de creencia Nadie tiene derecho a quitarle Componente de creencia Quienes cometen crímenes no
la vida a otro. Si el sistema judicial comete un error, no tienen derecho a la vida. Será un factor disuasivo para la
podrá corregirlo. • Componente emocional Optimismo • delincuencia. • Componente emocional Ira •
Componente de acción Pronunciarse en contra de la pena Componente de acción Participar en campañas en favor
de muerte. Hacer donativos a instituciones que estén de la pena de muerte. Dirigir documentos al Congreso.
contra la pena de muerte.
Las actitudes se adquieren de diversas maneras: a través de la experiencia personal, de la interacción con otras personas
que sostienen una actitud en particular o de la crianza familiar. En este último caso, los valores, las creencias y los
comportamientos de los padres influyen en las actitudes que más tarde desarrollarán sus hijos. La influencia de los
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amigos y de los medios de comunicación también intervienen en la adquisición de actitudes. La información que ofrecen
la televisión y las redes sociales, por ejemplo, tiene un fuerte impacto en las personas.

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